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Introducción.

1. La Victimología.
Es una rama de la criminología creada después de la Segunda Guerra
Mundial para establecer el papel que el agraviado desempeña en el hecho
delictivo. En la década de 1960 surgió otro tipo de victimología, que tiene en
cuenta los daños causados al ofendido o víctima del delito; comprende un
conjunto de disposiciones legislativas y la acción dinámica de los diversos
grupos asociativos fueron creados para la protección del agraviado y que no
pertenecen a la victimología general.
Al principiar a estudiar la victimología, llama la atención de inmediato, el
desinterés general que a través de la historia han tenido las ciencias penales
por la víctima. Con la excepción, de la Medicina Forense las demás ciencias
no se habían ocupado del fenómeno victimal, o lo habían hecho muy
superficialmente. La escuela clásica centra su interés en el delito como ente
jurídico, importa básicamente el hecho delictuoso, y la justa retribución al
responsable del mismo. Por su parte, la escuela positiva se centra así en el
estudio del hombre anti-social, fundando la Criminología, pero en su esfuerzo
por la integral comprensión del criminal olvida a la víctima. No es tanto que
ignoren el problema, es más bien un caso de prioridades, en que era más
urgente redondear el estudio del criminal, trabajando en un nivel
básicamente individual.
1.1. Niveles de victimización.
La victimización se califica según tres niveles:
1.1.1. Victimización primaria.
Es una experiencia individual, directa de la víctima en el delito, esta
experiencia supondrá diversas consecuencias en la víctima, de índole física,
psíquica, económica, social, entre otras. Tras la comisión del delito, los
daños que pueda sufrir la víctima, no sólo pueden ser daños físicos, sino que
también un severo impacto psicológico. Tras una agresión la víctima se
siente impotente con miedo a que la agresión se repita (ansiedad, angustia o
abatimiento), e incluso sentimientos de culpabilidad con relación a los
hechos.
La respuesta de la sociedad no siempre es solidaria, en el mejor de los
casos compasión.
1.1.2. Victimización secundaria
No es la relación víctima agresor, sino la relación de la víctima con el
sistema jurídico penal; eso supone una segunda experiencia, puede ser más
cruel que la victimización primaria, porque el contacto de la víctima con la
administración de justicia, despierta sentimientos de índole variada (perder el
tiempo, malgastar el dinero, ser incomprendida, no se le escucha).
En muchas ocasiones las víctimas tienen el sentimiento de convertirse
en acusada (delitos de violación):
 Cuando la víctima se dirija a la policía, sea tratada de tal forma que no
sufra ningún daño psíquico adicional.
 Se informe a las víctimas sobre ayudas materiales que puede recibir por
parte de la administración.
 Se recomienda que la víctima sea interrogada de una manera cuidadosa
y considerada.
1.1.3. Victimización terciaria
Es una victimización del delincuente, en ocasiones el delincuente puede
convertirse en una víctima institucional, en determinadas situaciones se le
puede considerar víctima de unas estructuras injustas, circunstancias que le
llevarán a la comisión del delito. Esta marginación social es debida al interés
de determinados grupos dominantes, con ello quieren seguir con esa
posición de privilegio.
Al hablar de victimización terciaria, se puede pensar que se produce una
primera victimización debido a esas estructuras injustas, pero una vez que se
entra en la prisión se produce la victimización penitenciaria, se produce
fundamentalmente por el hacinamiento, sobrepoblación de los centros
penitenciarios.

1.2. Victimologia en Venezuela y América Latina.


Los avances de las actividades propias de la victimología en América
Latina han surgido en un contexto muy diferente pero cada vez más se
reconoce una ruta compartida con otras regiones del mundo y se pueden
aprovechar las experiencias de colegas internacionales.
Victimólogos como el doctor John Dussich, actualmente presidente de la
Sociedad Mundial de Victimología, han trabajado por el reconocimiento
internacional de este campo de estudio e intervención y han acompañado a
actividades en América Latina. En este empeño, dicha Sociedad promovió la
aprobación de la Declaración de los Principios Básicos de Justicia para
Víctimas de Delitos y de Abuso de Poder por parte de la Asamblea General
de las Naciones Unidas en 1985 y así la victimología ganó un perfil nuevo de
normatividad institucional aunque fuera por la vía de una insistencia
persuasiva, no obligante para los Estados miembros.
La victimología en América Latina no es una sola persona sino un grupo
de profesionales, tan dispersos como sus colegas europeos o
norteamericanos de mediados del siglo veinte. Las comunicaciones han sido
difíciles y no se han dado reuniones que permitan a dichos precursores
compartir y discutir los desarrollos en este campo. De hecho, desde 1973, los
victimólogos de América Latina se han encontrado más frecuentemente en
los simposios internacionales de la Sociedad Mundial de Victimología, que en
eventos regionales. Por ende, muchos de los avances que se pueden
mencionar ocurren aisladamente uno del otro, sin efecto ejemplarizante, sin
discusión o análisis mayor.
Asi mismo, la sola prescripción no es suficiente para lograr la convivencia
social, más aún cuando las leyes se vuelven acomodaticias a favor de unos o
de otros. Un claro ejemplo es la aplicación de las leyes venezolanas, en
donde los órganos o abogados acomodan a su antojo dichas leyes haciendo
ver que son transparentes y éticos cuando lo que realmente hacen es
transformar la ley en una trampa ilógica.
En todas partes del territorio, en todos los niveles y colorines, se comenta
con vehemencia la necesidad de un encuentro o de un reencuentro entre los
venezolano; para ello es menester desarmar la permanente y enfermiza
bipolaridad entre víctima y victimario que muy a menudo solo pretende
echarle la culpa al otro sin revisar las corresponsabilidades individuales o
grupales.
si bien es cierto que en todo el ordenamiento jurídico están establecido
los derechos de las víctimas, debemos analizar concienzudamente los
siguientes principios Constitucionales tales como: Presunción de Inocencia,
In Dubio Pro Reo, Proporcionalidad Delitos/Penas, Irretroactividad de
Normas, Intervención Mínima; todos estos principio ya conocidos por los
estudiosos del derecho sin lugar a duda, tienden a favorecer al Infractor,
imputado o acusado, lo que trae a colación la vulnerabilidad de la víctima
frente un proceso que pareciera fuera diseñado para burlar la justicia. Es allí
donde entrar el estudio profundo de la “Victimologia” y su forma de
participación dentro del proceso que está garantizado por todo el Estado
Venezolano a través de sus instituciones (Ministerio Publico, Defensoría del
Pueblo, Asamblea Nacional, entre otras).

2. La investigación criminológica.
La esencia de la investigación criminal no es otra que la búsqueda de la
verdad, el hallazgo del qué, quién, cómo, cuándo y por qué se ejecuta el
hecho criminal. Investigar para conocer y conocer para actuar.
La Criminología como toda ciencia basa su investigación en el uso de
métodos que le ayudan a comprobar su objeto de estudio, siendo este:
 El delincuente
 El crimen
 La victima
 El sistema penal, que dentro del encontramos:
o Jueces
o Fiscalía
o Policía
o La ley
Lo anterior lo hace con ayuda del método Cualitativo encargado de
estudiar el entorno social, económico y cultural del individuo.
2.1. Importancia de la investigación criminal dentro de la disciplina.
La importancia de la investigación criminal reside en que el investigador
tiene conocimientos amplios y profundos del desarrollo de una investigación,
teniendo en cuenta el uso apropiado de los recursos y los pasos que debe
seguir, según el caso (el hecho punible) por investigar, partiendo de una
buena planeación y coordinación en procura de resultados propuestos,
siempre apoyado por la criminalística, la cual permite darle el aporte técnico-
científico (objetivo). Por lo tanto, la investigación criminal tiene como fin
primordial la búsqueda de la verdad mediante la reconstrucción histórica de
los antecedentes para determinar cómo ocurrió el hecho, quién, cuándo y por
qué se cometió.
2.2. Métodos de investigación cuantitativa:
Los criminalistas utilizan estos tipos de métodos cuantitativos para
conseguir convicciones: promedios inductivos, ADN y pruebas balísticas,
evidencia basadas en comparaciones, edad/educación/promedio de pobreza,
barrio y demografía de la familia, información previa del criminal, patrones de
crímenes documentados en los barrios y familias, mapeo del crimen, pruebas
de campo, meta-análisis, modelos computarizados y evaluaciones de
información asociada antropológica con vestigios de esqueletos y patología.
Sería imposible resolver la mayoría de los crímenes no premeditados sin una
investigación cuantitativa.
2.3. Métodos de investigación cualitativa.
Al pasar de hechos concretos y cifras a los métodos de investigación
empírica, un profesional de la justicia penal lleva a cabo este tipo de
investigación: victimología, evaluación por perfil, comparaciones en la teoría
del crimen, vecindario y una serie de estudios de influencia, modelos de
conflictos multiculturales, psicopáticos y estudios personales sociopáticos,
patrones de violencia social y una gran variedad de herramientas en la
investigación etnográfica. Sin tener en cuenta los elementos humanos de un
caso, los motivos pueden no ser entendidos.
2.4. El futuro en la investigación de la justicia criminal
Las oportunidades en la investigación sobrepasan las experiencias en el
aula de clases y proveen las herramientas a los profesionales en la justicia
criminal con mejores habilidades, oportunidades de tutoría y prácticas con
detenidos en cárceles, tribunales, en la calle y en el laboratorio están
rápidamente reemplazando a los métodos ya relegados a los libros de texto.
En el futuro, las herramientas computarizadas tendrán mayor manejo y
mayores tareas en la solución de crímenes, por lo que los futuros
criminalistas tendrán que ser lo más eficientes en los análisis informáticos, a
medida que él o ella interrogan sospechosos y testigos si quieren servir a la
verdad.
3. La criminología en Venezuela.
Gómez Grillo trata diversos aspectos del fenómeno de la delincuencia,
dentro de lo que denomina geografía criminal de Venezuela, derivando
esquemáticamente la frecuencia y tipología de delitos, no como pura
condición físico-geográfica, sino desde el punto de vista de múltiples
factores, donde lo geográfico solo interviene de forma indirecta como un
factor integrante de las motivaciones culturales imperantes en las distintas
regiones en que se divide Venezuela.
A tales efectos, se toma en consideración el aspecto geográfico de la
investigación de Mendoza Troconis; señalando entonces, que el relieve
venezolano comprende cuatro (4) grandes regiones: Litoral o costera;
Montaña; Llanura yMacizo de la Guayana o región de los ríos. Destacando
mayor importancia desde el punto de vista económico-demográfico en la
unidad costa-montaña, estableciendo que las cuatro quintas partes de la
población venezolana se encuentra ubicada en esa zona. Asimismo,
también establece una clasificación inherente a los pisos térmicos o zonas
climáticas, en tres (3): zona cálida, templada y fría. No obstante, concluye
que Venezuela se ordena desde el punto de vista térmico en dos (2)
dominios: el cálido y el intertropical de altura.
Ahora bien, Gómez Grillo, partiendo de esa descripción geográfica y
climática de Venezuela, esboza lo que denomina base fisiogeográfica de la
sociedad, que implica la relación existente entre la naturaleza y la humanidad
venezolana, estableciendo diferenciaciones que matizan los tipos humanos
de las distintas regiones venezolanas, ya antes descritas. Así pues, el
costeño, el montañés, el llanero y aun el guayanés, poseen un esquema de
personalidad cada uno, ligada al medio físico y social donde habitan, sin
ánimos de pretender crear un esquema generalizado que abarque la
totalidad de cada una de esas regiones. Es decir, que no se puede delimitar
por ejemplo una categoría de la personalidad para el costeño, para el
montañés, para el llanero o para el guayanés, por cuanto existe una
diversidad característica dentro de cada región. Dentro de los ejemplos
ofrecidos por Gómez Grillo, se pueden citar los siguientes: el llanero de
Cojedes es un tipo humano muy distinto al llanero de Apure; el falconiano, el
zuliano y el margariteño, expresan notables diferencias, así como el resto de
los costeños.
Lo anterior, ha sido notablemente estudiado científicamente, llegando a la
conclusión que no se puede uniformar la conducta del hombre venezolano,
ya que cada región presenta matices característicos, con variaciones
indicadas incluso dentro de ellas mismas. En consecuencia, a tales
descripciones existe una correlación entre la denominada base
fisiogeográfica y el delito en Venezuela, la cual ha sido estudiada por las
estadísticas de la criminalidad venezolana, pudiéndose hablar, entonces, de
la delincuencia en las cuatro grandes regiones venezolanas: Costa, Montaña,
Llano y Río.
En consecuencia, la criminalidad venezolana de acuerdo con sus
regiones naturales y especificidades de tipos culturales, económicos y
sociales propias del gentilicio de cada región, llegando a las siguientes
conclusiones:
 Existe tendencia “alta” en la comisión de delitos de homicidio y suicidio,
así como expendio de licores, en el Área Metropolitana, Zulia y Lara.
 Existe “mediana” tendencia en la comisión de delitos de homicidio y
suicidio, así como expendio de licores, en Anzoátegui y Monagas.
 Existe “baja” tendencia en la comisión de delitos de homicidio y suicidio,
así como expendio de licores en Yaracuy, Vargas, Nueva Esparta, Apure,
Cojedes, Amazonas, Delta Amacuro.
En resumen, el estudio realizado por Gómez Grillo, determina que en la
en las entidades costeras-montañosas, los índices de homicidios, suicidios y
expendio de licores es alta. Siendo de mediano a bajo (dependiendo de la
demografía) en regiones de los llanos y río o guayanesas. Donde destaca
que en Venezuela no hay relación considerable entre homicidios y expendio
de licores, más si la hay en relación a suicidios y expendio de licores. Siendo
la Montaña la región con más índices de homicidio y la Costera la de mayor
volumen de suicidios. Se observa que existe correlación entre los índices
altos de expendio de licores y los accidentes de tránsito, mostrando que de
22 entidades estudiadas, 16 evidencian tal correlación.
Asimismo, evidencia que las entidades con más detenciones policiales
son el área Metropolitana y Zulia (Costera). Haciendo énfasis en que solo la
región Montaña presenta un porcentaje inferior de detenidos policiales con
relación a su porcentaje poblacional.
Finalmente, se puede inferir que Gómez Grillo, plantea a la delincuencia
como un fenómeno social, que deviene de factores de formación de valores
familiares, educativos, así como ocupacionales o laborales
(socioeconómicos). A lo que además, añade como factor incidente, la
corrupción evidente en los cuerpos policiales, así como la carencia de
medidas gubernamentales en torno a la prevención y corrección del
fenómeno de la criminalidad, que también carece de estructuras
penitenciarias óptimas y de políticas de reinserción social del reo una vez
cumplida con las sanciones que le fueron impuestas.
Conclusión.

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