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NO HAY MANO

JUAN CARLOS URTAZA

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JUAN CARLOS URTAZA
© NO HAY MANO
Reg. Prop. Int.: Nº 209.112
I.S.B.N: 978-956-7117-76-5
Diseño de portada: Johnny Pacheco
Corrección de texto: Camila Quiroz
Derechos Reservados
Primera Edición
Libros La Calabaza del Diablo
en coedición con Vox / Bahía Blanca Argentina
www.lacalabazadeldiablo.com
Santiago de Chile, 2012

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mano a mano hemos quedado

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Fig. 1
Guardia cerrada (nuestro potente campeón categoría peso
pesado, Heriberto Rojas).

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Las manos me las regaló mi padre
él las guardó para mí
cuando perdió las suyas
yo no conozco del mundo más que estas manos
amanecen y se duermen conmigo
como avispa
latiendo punzado
con ellas he golpeado zurdos y ebrios
he tocado mujeres piedras y llanuras
con la suavidad de la llama
o de la espuma

me gusta saber que son mías


cuando bailan en la oscuridad y me encuentran
sin perderse del todo
siempre regresan
ellas nunca sacan cuenta de los días
no cuantifican nada
en sus dedos no hay matemática ni estadística

he perdido las uñas escapando por murallas


pero vuelven a brotar
he perdido la piel que cubre sus nudillos
y aquí están todos
cubiertos nuevamente
como la lluvia cubre los desiertos
de flores amarillas
que parece fuera el color de la esperanza
y la locura

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pero bien sé que un día con estas mismas manos
cargaré a mi padre
como cargué a mi abuelo cementerio arriba
sé que son una palabra que no deja
que no quiere
papel
mariposa
o cuncuna
que te quisieron a ti
hasta soltarte un día
y
yo que pensé
que se quedarían solas
o contigo para siempre
pero
no
no hay mano
no hay mano
para eso

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Cuando Tony Montana
deja caer su cabeza en un cerro de coca
estoy encerrado con seis gramos
he perdido la mejor mujer del mundo

ya sabía el final
Tony cae de su balcón acribillado
queda flotando en un charco de sangre
aunque en verdad
sólo consagra la carrera de Al Pacino

a diferencia mía
aquí la gente cae de verdad
ella se va para siempre
y nada queda flotando

Brian De Palma
no sabe el final de mi película

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Fig. 7
Golpe recto o directo. En la imagen nuestro campeón
liviano Dowey.

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Todo sucede aquí y ahora
este grano de arena
que moldea mi rostro

lo aprieto
lo huelo
lo sostengo

soy yo a los seis años


corriendo desnudo por el corredor
lleno de parches y de barro

todo sucede aquí


ahora
un grito me trae al mundo
un grito me hace entrar en otro cuerpo

ahora
no quiero pararme de esta duna
a comenzado a oscurecer
y las luces de los posters
no encienden
aquí

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La noche en que peleó Manny Pacquiao
con Miguel Cotto
fue la misma noche del terremoto en Chile
el Pacman deformó la cara del puertorriqueño
en el GMG Gran las Vegas
y veinte minutos después la tierra deformó
las calles de mi barrio
este barrio de casas de mediados de siglo
las panderetas
cayeron
como piezas de dominó superpuestas
por el paso del tiempo
solo se veían linternas atravesando las calles
como rasante vuelo de murciélago

cuando llegué a la casa de mis padres


descubrí que solo el cuadro de mi graduación
se había caído
y un par de copas que guardadas
no alcanzaron a brindar
nadie habló de la pelea
asustada
mi madre buscaba en el fondo de la casa
las velas que guardó
del último terremoto

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Fig. 14
Pérez el rápido peso pluma sorprende al bien parado Polite,
con el sencillo y eficaz golpe izquierdo.

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Todos sangramos de una ceja
¿ves como sangran las mías?
es un chorrito inofensivo

dí que has visto peores


que no te asusta ni conmueve

dí que tú sangras también


que hace bien perder un poco
que lo importante es
lo que se queda
lo que no puede salir

lo importante eres tú
tratando de curarme
con ese paño húmedo
tu cara de falso enojo
como de madre huraña
tan linda que dan ganas
de romperse nuevamente
las cejas
las manos
o el corazón

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Ponte en guardia
deja pasar sigue avanza baila esquiva

ponte en guardia
eres un niño con ideas nuevas
por eso no juegan contigo
por eso si juegas juegas al arco
porque no sabes patear la pelota
porque no sabes o no quieres
aprender a patear un penal
tú sólo quieres pelear
y nadie quiere pelear contigo

porque sigues escuchando a tus tíos ebrios


debajo de la mesa
porque sueñas que subes y bajas del ring
peinado como el mítico Fernandito
porque las peleas se ganan
tirando las manos
saltando la cuerda
atravesando la población
las canchas vacías
el banco de los adictos
calle abajo o calle arriba

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eso no lo saben los niños a tu edad
a tu edad nadie sabe vendarse las manos
saltar la cuerda
ni hacer sombras cuando la tarde cae
pero es cierto
no sabes patear un penal
porque no sabes o no quieres aprender
a patear un penal
tú solo quieres pelear
y nadie quiere pelear contigo

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22 / no hay mano
Figs. 27-28-29-30.
Golpe recto izquierdo y derecho al cuerpo, sus paradas y
contestaciones.

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Un Clinch
tenía seis años cuando oí un Clinch
estaba debajo de una mesa mirando
cómo se embriagaban mis tíos
y tal vez uno de ellos dijo un Clinch
entonces guardé esa palabra
como quien guarda una navaja
pesada como un secreto de metal

un Clinch y los muñecos salían corriendo


me echaban de todos los colegios
me iba con las manos en los bolsillos
repitiendo suavemente un Clinch
un Clinch
caminaba desconcertado
con mi palabra nueva
hasta que un día en la Vega de Mapocho
conocí al gran Víctor Nilo
(que en sus años dicen fue más loco
que las aspas de un molino)
él me hizo juntar mi frente con la suya

sube la guardia muchacho


si peleas así
esto es un Clinch

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Mi abuelo volvía cada dos años
le chantaba un hijo a la abuela
y volvía a partir
mi padre se accidentó a los trece
se estaba preparando
para los campeonatos de Santiago
pudo ser un gran boxeador
mis hermanos se tiraron los trucos
con más talento que recursos
por eso
yo sólo soy la mano
la mano
de todas esas manos truncas
el nudillo de esa quebradura
la fisura en el paño familiar

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El puño sigue una línea recta
es la mano que verás en sueños
el puño va volando
como un avión sobre la población
rasante
los viejos entran a los niños como en dictadura
las calles quedan vacías
entonces
sólo yo corro
con mis viejas Adidas del 80
con mis ojos color mierda
serios como la muerte
corro el parque
la Alameda
la Quinta
corro la Pintana
el Bosque
San Miguel
sin comitiva
sin auspicio
sin fanaticada

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28 / no hay mano
Fig. 23 y siguiente.
Quite o esquiva de un derecho recto a la cara, contestando
un cimbrado izquierdo al cuerpo, seguido de un
ángulo sin retorno.

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Jamás otro vendrá
tan íntimo de las estrellas, los dados y las putas

Edwin Valero murió invicto


se ahorcó
o lo ahorcaron en las cárceles de Carabobo Venezuela
después de asesinar a su mujer en un confuso hecho

meses antes peleó con De Marco


mexicano que subió al ring con sombrero y con mariachis
en el gran sócalo del DF

Valero nunca peleó en las grandes veladas


de millonarias subastas
porque no podía entrar a EE.UU.
después de agredir a un policía yanqui
en sus años de mayor locura

se tatuó a Chávez en el pecho


le gustaban las motos y las putas
la cocaína y el vodka

pero esa noche De Marco casual o no


le partió la ceja de un codazo a Valero
un tajo que no impidió que el inca
ganara por paliza frente a veinte millones de mexicanos
en el gran sócalo del DF

Valero murió invicto


así lo recuerdo yo

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Yo quise ser Sugar Ray
porque golpeaba con elegancia
y giraba el brazo como un encantador
de serpientes
quise ser Martín Vargas
porque fue el último ídolo
del boxeo chileno
porque paralizó al país
en años de dictadura

quise volver corriendo


de los grandes estadios
volver al barrio con la ceja rota
porque el tajo sería tan lindo
como un labio
tan rojo como un secreto

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Ellos estudiaron complejas profesiones
ahora son hombres prósperos
no usan palabras como crisis recaída o resaca
no guardan en sus veladores pastillas
para jaquecas o insomnios
y preguntan a los niños
qué quieres ser cuando grande

yo aprendí a perder el tiempo sentado en una silla


mirando el vuelo de una lechuza
sobre las cabezas de un camino rural
viendo como crecen las uñas y las plantas
o tratando de acertar mis escupos
a una tapa de cerveza

siempre supe por qué no debes preguntar


qué quieres ser cuando grande

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34 / no hay mano
Fig. 51-52 y 53.
El “Shift Punch” de Fitzsimmons.

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36 / no hay mano
Corro para alcanzar el que fui
para no ver mi rostro destruido en el espejo
corro con el pulsar de un corazón que me tropieza
que me atraganta
con el deseo de encontrar mis viejas zapatillas blancas
llenar los vacíos que dejaron los ídolos
con sus rostros indígenas y sus narices mulatas

corro para alcanzar al perro Margarito


que me lleva veinte años de ventaja
que corre con una comitiva tan larga
como la presidencial
por los llanos de Tijuana

corro para dejar dormir a mi madre que sueña


que me matan en la misma esquina donde soñó
un día con su padre vestido de blanco

corro
en una noche que se extiende sin luna ni aire
que se vuelve plana y cuesta arriba
que nos va pisando los talones

corro
sigo esa luz de bengala que vi cuando niño
como un golpe que se junta siempre con el corazón

sigo el avión que un día ví sobrevolar los edificios


que todos vimos
y que nadie se atrevió a seguir

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En verdad no sé si he querido a alguien o algo
que no sean mis propios zapatos
con los que salgo a comprar el pan

como un balazo
como un combo en el hocico de los bien nacidos
como un viaje que no tiene vuelta
sólo nuestros cuatro puños
cuatro ojos asustados
pestañean

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2, 3, 5… Lo mandaron atrapar moscas al patio
cuando era cabro chico
con los nudillos recién secos atraparlas en el aire
y escuchar como zumban en la oreja
sus aleteos transparentes

quitar los hilos de las patas de palomas viejas


correr en mangas cerro arriba
persignarse de izquierda a derecha
y matar los tintos al seco como su abuelo
que jugaba brisca con puros finaos
ahora que lo pienso

endureció las manos golpeando arena


y comiendo frijoles con su compa el mexicano
el que escupía más lejos se salvaba de lavar los platos
en esos años
tenía los pómulos invictos y sus cejas no conocían
los parches ni los hilos 7, 8, 9…

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Eso de que nadie va a venir a golpear tu puerta
o por trabajo o por amor
que los días pasan imitándose lenta y
pesadamente
endureciendo como el pan
en los rincones donde no llega
la risa ni el hambre

donde el sol se retira de las venas


de los muros
de la tinta del silencio
de éste inmueble solitario de un tercero /del 62
donde nadie viene a veces un amigo
desde la punta del abismo a la fisura del pie
matemáticamente solo
buscando la sal y el aire

eso de que nadie va a venir cuando sea tarde

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