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Policía Nacional Escala Básica Temario Test Primer Editorial Mad PDF
Policía Nacional Escala Básica Temario Test Primer Editorial Mad PDF
Escala básica
Temario. Test
temario
TEMAs 7, 8 y 12
TEMA 20
– Apartado 3.1.3, Los barbitúricos: en el último párrafo dice: “Entre los más conocidos:
Nembutal y Bencedrina”. Debe decir: “Entre los más conocidos: Nembutal y Pentotal
(suero de la verdad).”, ya que la bencedrina es una anfetamina, es decir, un estimulante.
libro de test
test n.º 2
– Pregunta n.º 25: la respuesta a esta pregunta no está bien reflejada en la lista de
respuestas, donde debería figurar:
25. c) La mayoría absoluta del Congreso de los Diputados a propuesta exclusiva
del Gobierno.
– Pregunta n.º 26: debe quedar redactada como sigue:
26. La institución del Defensor del Pueblo es regulada mediante:
a) Ley ordinaria.
b) Ley orgánica.
c) Real Decreto.
Solución: b) Ley orgánica.
TEST N.º 3
– Pregunta n.º 40: debe numerarse correctamente (aparece como 41), y, en la lista
de respuestas, debe figurar lo siguiente:
40. b) Contra actos del Poder Legislativo que no tengan valor de ley
– Pregunta n.º 41: su respuesta correcta es la siguiente (no como aparece en la
lista de soluciones):
41. b) El Gobierno.
Por error se ha reproducido dos veces la parte I del simulacro de Examen de 2011, por
lo que se proporciona la Parte II que debería haberse publicado en su momento, que se
añade completa al texto de este apéndice.
1.1. INTRODUCCIÓN
Con los cambios políticos y de Gobierno habidos en nuestro país, se empezaron a re-
formar los distintos Departamento Ministeriales, y así el Real Decreto 1823/2011, de 21
de diciembre, estableció una nueva estructura orgánica básica que afectó al Ministerio del
Interior que, con dicha norma, suprimió del mismo la Dirección General de Infraestructuras
y Material de la Seguridad, dependiente de la Secretaría de Estado de Seguridad, así como
las Direcciones Generales de Gestión de Recursos y de Coordinación Territorial y Medio
Abierto, dependientes de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias.
Igualmente se suprimió la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil, creán-
dose separadamente la Dirección General de la Policía y la Dirección General de la Guardia
Civil, dotándolas de un mando propio a cada una de ellas, sin perjuicio de las tareas de
coordinación que desempeñe el Secretario de Estado de Seguridad y el superior mando que
le corresponde al Ministro del Interior sobre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
También quedó afectada la reestructuración orgánica básica del Ministerio del Interior
mediante el Real Decreto 1887/2011, de 30 de diciembre, desembocando todo ello en
el Real Decreto 400/2012, de 17 de febrero, por el que se desarrolla la estructura
orgánica básica del Ministerio del Interior, que pasamos a estudiar.
1. Organización General del Departamento. Al Ministerio del Interior le corresponde:
a) La preparación y ejecución de la política del Gobierno en relación con la adminis-
tración general de la seguridad ciudadana.
b) La promoción de las condiciones para el ejercicio de los derechos fundamentales,
especialmente en relación con la libertad y seguridad personal, en los términos es-
tablecidos en la Constitución Española y en las leyes que los desarrollen.
c) El mando superior, y la dirección y coordinación, de las Fuerzas y Cuerpos de Segu-
ridad del Estado.
d) El control de las empresas y el personal de seguridad privada.
e) El ejercicio de las competencias que, en el ámbito policial, le atribuye la legislación
vigente en materia de extranjería.
f) El régimen de asilo, refugio, régimen de apátridas y protección a desplazados.
g) La administración y régimen de las instituciones penitenciarias.
h) La realización de las actuaciones necesarias para el desarrollo de los procesos
electorales.
i) El ejercicio de las competencias legalmente atribuidas sobre protección civil, y
j) La administración general de la policía de circulación y de la seguridad vial.
2. Al Ministro del Interior, como titular del Departamento, le corresponde la iniciativa,
planificación, dirección e inspección de todos los servicios del Ministerio, el mando superior
de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, y las demás funciones señaladas en el
artículo 12 de la Ley 6/1997, de 14 de abril, de Organización y Funcionamiento de la Ad-
ministración General del Estado (LOFAGE, en las siguientes citas), así como las que le sean
atribuidas por otras leyes o normas especiales.
3. Las competencias atribuidas en este Real Decreto se entenderán en coordinación y
sin perjuicio de aquellas que corresponden a otros Departamentos Ministeriales.
4. Como órgano de asistencia inmediata al Ministro, existe un Gabinete, con nivel
orgánico de Dirección General, con la estructura que se establece en el artículo 14 del ya
citado Real Decreto 1887/2011. Su titular se encargará de la supervisión de los servicios
de protocolo y de la programación de las relaciones institucionales e internacionales, cuan-
do haya de intervenir directamente el Ministro del Interior.
b) El ejercicio del mando de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, la coordi-
nación y la supervisión de los servicios y misiones que les corresponden.
c) El control de las empresas y del personal de seguridad privada y la seguridad pública de
los espectáculos y actividades recreativas, en el ámbito de competencias del Estado.
d) La dirección y coordinación de la cooperación policial internacional, especialmente
con EUROPOL, INTERPOL, SIRENE y los Sistemas de Información de Schengen. Asi-
mismo, la designación de los representantes que asistan por parte del Ministerio del
Interior al Comité Permanente de Seguridad Interior (COSI).
e) La representación del Departamento en los supuestos en que así se lo encomiende
el Ministro.
f) La dirección, impulso y coordinación de las actuaciones del Departamento en ma-
teria de crimen organizado, tráfico de drogas, blanqueo de capitales relacionado
con dicho tráfico y delitos conexos.
g) La planificación y coordinación de las políticas de infraestructuras y material en el
ámbito de la seguridad.
h) La aprobación de los planes y programas de infraestructuras y material en el ámbito
de la seguridad.
i) La dirección de las competencias del Ministerio del Interior en materia de Adminis-
tración Penitenciaria.
2. Como órgano de asistencia inmediata al Secretario de Estado, existe un Gabinete,
con nivel orgánico de Subdirección General, con la estructura que se establece en el artí-
culo 14.3 del anteriormente ya repetido Real Decreto 1877/2011.
Asimismo, coordinará, siguiendo las instrucciones del secretario de Estado de Seguri-
dad, las Subdirecciones Generales de Planificación y Gestión de Infraestructuras y Medios
para la Seguridad, y de Sistemas de Información y Comunicaciones para la Seguridad.
3. Dependen del Secretario de Estado, los siguientes órganos de coordinación con
rango de Subdirección General:
a) El Gabinete de Coordinación y Estudios, que es el órgano de apoyo y asesora-
miento a través del cual el Secretario de Estado de Seguridad ejerce su función de
coordinación y supervisión de la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
del Estado. Es el encargado de confeccionar los planes operativos en materia de
seguridad ciudadana, supervisando su ejecución, de elaborar y presentar periódi-
camente los datos estadísticos de criminalidad, de diseñar y desarrollar acciones
formativas comunes para los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, y de
auxiliar al Secretario de Estado de Seguridad en su función como responsable supe-
rior del Sistema de Protección de las Infraestructuras Críticas Nacionales.
En concreto, le corresponden las siguientes funciones:
1.º Desarrollar estrategias específicas de lucha contra la criminalidad y elaborar
planes conjuntos de actuación en materia de seguridad ciudadana, coordi-
b) El Consejo asesor del observatorio de seguimiento del uso de las nuevas tecno-
logías por las organizaciones criminales de traficantes de drogas ilegales, de blanqueo
de capitales procedentes de dicho tráfico ilegal y de otros delitos conexos.
8. Están adscritos a la Subsecretaría, con las funciones que les atribuyen las dis-
posiciones vigentes, y sin perjuicio de su dependencia de los Ministerios de Justicia y de
Hacienda y Administraciones Públicas, respectivamente, los siguientes órganos con nivel
orgánico de Subdirección General:
a) La Abogacía del Estado.
b) La intervención Delegada de la Intervención General de la Administración
del Estado.
3. La Secretaría General Técnica integrada por las siguientes Unidades con nivel orgá-
nico de Subdirección General:
des del Organismo, así como el impulso, coordinación y puesta en marcha de los
servicios de administración electrónica.
s) La coordinación, participación y representación en organismos nacionales e inter-
nacionales en materia de seguridad vial y gestión de la movilidad, y la planificación
y desarrollo de los programas en Iberoamérica.
2. La Dirección General de Tráfico está integrada por los siguientes órganos, con
rango de Subdirección General:
a) La Secretaría General, a la que corresponde la colaboración con el Director General
para la coordinación entre los distintos servicios centrales y periféricos del organismo,
y la realización de las actuaciones y gestiones necesarias para el ejercicio de las fun-
ciones atribuidas al Órgano Directivo en los párrafos a), b), c) y r) del apartado primero.
b) La Subdirección General de Gestión del Tráfico y Movilidad, a la que corresponde
la realización de las actuaciones y gestiones necesarias para el ejercicio de las funcio-
nes atribuidas al Órgano Directivo en los párrafos n),o) p) y q) del apartado primero. Su
titular sustituirá al Director General en los casos de vacante, ausencia o enfermedad.
c) La Subdirección General de Intervención y Políticas Viales, a la que corresponde
la realización de las actuaciones y gestiones necesarias para el ejercicio de las funcio-
nes atribuidas al Órgano Directivo en los párrafos d), e), h) y s) del apartado primero.
d) La Subdirección General de Análisis y Vigilancia Estadística a la que correspon-
de la realización de las actuaciones y gestiones necesarias para el ejercicio de las
funciones atribuidas al Órgano Directivo en los párrafos f) y g) del apartado primero.
Depende de la Dirección del Organismo Autónomo la Unidad de Ordenación Normati-
va, con nivel orgánico que se determine en la relación de puestos de trabajo, a la que corres-
ponderá el ejercicio de las funciones recogidas en los párrafos l) y m) del apartado primero.
Todas las alusiones de la normativa vigente al Observatorio Nacional de Seguridad Vial
se entenderán referidas a las Subdirecciones Generales de Análisis y Vigilancia Estadísticas
y a la Intervención y Políticas Viales.
7. OTRAS DISPOSICIONES
Por último el Real Decreto que estamos tratando hace las referencias siguientes:
Disposición Adicional Primera. Competencias de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
del Estado en materia de extranjería e Inmigración.
Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado continuarán ejerciendo, en materia de
extranjería e inmigración, las competencias que le asigna su legislación orgánica reguladora
y las atribuidas por su normativa específica.
Disposición Adicional Segunda. Órganos colegiados
Los Órganos colegiados del ministerio del interior, cuya composición y funciones sean
de alcance estrictamente ministerial, podrán ser regulados, modificados o suprimidos me-
diante Orden del Ministerio del Interior.
CENTRO NACIONAL DE COORDINACIÓN SECRETARÍA DE ESTADO DE SEGURIDAD COMISIÓN EJECUTIVA DE SUBSECRETARÍA DEL INTERIOR
ANTITERRORISTA (CNCA) COORDINACIÓN (SE DESARROLLA CUADRO APARTE)
31
MINISTERIO DEL INTERIOR. SECRETARÍA DE ESTADO DE SEGURIDAD
TEMA
8
Como ya hemos mencionado en el Tema anterior, a la salida del Real Decreto 1887/2011,
de 31 de diciembre, ha quedado suprimida la que fue para los dos Cuerpos, la Dirección Ge-
neral de la Policía y de la Guardia Civil, volviendo cada una a su anterior denominación de
Dirección General de la Policía y Dirección General de la Guardia Civil, que quedan separadas.
Corresponde al Director General de la Policía, cuyo titular tendrá rango de Subse-
cretario, bajo la dependencia del Secretario de Estado de Seguridad, el mando directo del
Cuerpo Nacional de Policía.
1. Ejercerá las siguientes funciones:
a) Dirigir y coordinar los servicios y los órganos centrales y periféricos del Cuerpo
Nacional de Policía.
b) Distribuir los medios personales y materiales, asignándolos a las distintas Uni-
dades que la integran.
c) Proponer al Secretario de Estado de Seguridad los planes y proyectos de actua-
ción operativa de los servicios del Cuerpo Nacional de Policía.
d) Relacionarse directamente con las autoridades administrativas, organismos y
entidades públicas o privadas, en lo referente al funcionamiento de los servicios
operativos del Cuerpo Nacional de Policía.
e) Obtener, centralizar, analizar, valorar y difundir la información necesaria para el
desarrollo de sus misiones, así como establecer y mantener el enlace y coordi-
nación con otros órganos de información nacionales y extranjeros, en el ámbito
de su competencia, de conformidad con los criterios que al respecto establezca
la Secretaría de Estado de Seguridad.
f) Disponer la colaboración y prestación de auxilio a las policías de otros países, en
cumplimiento de las funciones que atribuye al Cuerpo Nacional de Policía la Ley Or-
gánica 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, de conformidad
con los criterios que al respecto establezca la Secretaría de Estado de Seguridad.
g) Dirigir, organizar y controlar, el cumplimiento de lo dispuesto en materia de ex-
tranjería, Documento Nacional de Identidad, pasaportes, juegos, drogas, control
de las entidades y servicios privados de seguridad, vigilancia e investigación y
espectáculos públicos, todo ello en el ámbito policial y en los términos previstos
en la legislación vigente.
h) Vigilar e investigar las conductas de los funcionarios contrarias a la ética profesional.
i) Aplicar el Régimen Disciplinario del personal del Cuerpo Nacional de Policía.
j) Seleccionar y promover al personal del Cuerpo Nacional de Policía, y el desa-
rrollo de las actividades técnico-docentes de formación y perfeccionamiento del
personal de dicho Cuerpo.
UNIDAD DE COORDINACIÓN
DEL CNP CONSEJO ASESOR
Secretaría General
Secretaría General Unidad de Atención Socio-Sanitaria
Área de Sistemas Especiales
Jefatura de Gestión de - Área de Gestión de Personal Policial
Recursos Humanos - Área de Gestión de Personal no Policial Servicio de Medios Aéreos
- Área de Retribuciones
Jefatura de Gestión Económica
Unidad de Régimen Disciplinario
Área de Gestión Financiera y Presupuestaria
Área de Automoción
Centro de Actualización y Especialización
Área de Informática
Escuela Europea de Policía
Área de Procesos Selectivos (CEPOL)
Servicio de Armamento y Equipamiento Policial
Secretaría General
Oficina SIRENE
Brigada Móvil
Sección de Caballería
Secretaría General
Archivo General
COMISARIO SECCIÓN
PERSONAL Y AS.
GENERALES
SERVICIO
SECRETARÍA GENERAL COORDINACIÓN Y
SECCIÓN
COMISARIO PLANIFICACIÓN
FORMACIÓN Y
ESTADÍSTICA
SECCIÓN
PRESUPUESTOS Y
MATERIAL
UNIDAD CENTRAL DE UNIDAD CENTRAL UNIDAD CENTRAL INVEST. UNIDAD CENTRAL UNIDAD CENTRAL
IDENTIFICACIÓN CRIMINALÍSTICA CIENTÍFICA Y TEC. ANÁLISIS CIENTÍFICOS COORDINACIÓN
OPERATIVA
SECCIÓN
INSPECCIONES
SECCIÓN
OCULARES
DOCUMENTOSCOPIA CONTROL DE CALIDAD Y LABORATORIO
SECCIÓN IDENTIFICACIÓN RELACIONES BIOLOGÍA-ADN
LOFOSCOPIA INTERNACIONALES SECCIÓN
SECCIÓN BALÍSTICA TECNOLOGÍA DE LA
FORENSE IMAGEN
LABORATORIO
SECCIÓN SAID INVESTIGACIÓN Y
QUÍMICO-TÓXICO
SECCIÓN ACÚSTICA DESARROLLO SECCIÓN
FORENSE COORDINACIÓN
SECCIÓN
ANTROPOLOGÍA SECCIÓN PERICIAS SECCIÓN ANÁLISIS
FORENSE INFORMÁTICAS GESTIÓN
SERVICIO DE APOYO
ÁREA DE RELACIONES
TECNOLÓGICO
INSTITUCIONALES
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d) Unidad de Relaciones Informativas y Sociales, con una Sección de Planifica-
Dirección General de la Policía. CUERPO NACIONAL DE POLICÍA
Dirección General de la Policía. CUERPO NACIONAL DE POLICÍA
Estará constituida por las Jefaturas Superiores, las Comisarías de las ciudades de
Ceuta y Melilla, las Comisarías Provinciales y aquellas otras Unidades o Módulos
que integran el modelo territorial, y Comisarías Zonales, Locales y de Distrito, así como
las Comisarías Conjuntas o Mixtas (llamados también: Centros de Cooperación Policial
y Aduanera), y los Puestos Fronterizos.
3.2. ESTRUCTURA
A tenor de lo dispuesto en la normativa vigente, la sede y ámbito territorial de las Jefa-
turas Superiores de Policía son las que se exponen a continuación:
a) Las Jefaturas Superiores de Policía de Madrid, Cataluña, Comunidad Valenciana,
Andalucía Occidental, Andalucía Oriental, Canarias, Castilla-León, Castilla-La Man-
cha, Galicia, Aragón, Baleares y Extremadura.
En la ciudad sede de la Jefatura contarán con la siguiente estructura:
– Unidad de Coordinación Operativa Territorial
– Comisaría Provincial que contará con:
* Brigada Provincial de Policía Judicial.
* Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana.
* Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras.
* Brigada Provincial de Policía Científica.
b) Las Jefaturas Superiores de Policía del País Vasco, Asturias, Murcia, Navarra, Can-
tabria, La Rioja, Ceuta y Melilla.
En la ciudad sede de la Jefatura contarán con la siguiente estructura:
– Unidad de Coordinación Operativa Territorial.
– Brigada Provincial de Policía Judicial.
– Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana.
– Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras.
– Brigada Provincial de Policía Científica.
– Jefatura Superior de Policía de las Islas Baleares, con sede en Palma de Ma-
llorca y ámbito territorial en la provincia de Islas Baleares.
– Jefatura Superior de Policía de Navarra, con sede en Pamplona y ámbito terri-
torial en la provincia de Navarra.
– Jefatura Superior de Policía de Castilla-La Mancha, con sede en Toledo y ám-
bito territorial en las provincias de Toledo, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y
Albacete.
– Jefatura Superior de Policía de Extremadura, con sede en Badajoz y ámbito
territorial en las provincias de Badajoz y Cáceres.
– Jefatura Superior de Policía de Murcia, con sede en Murcia y ámbito territorial
en esta provincia.
– Jefatura Superior de Policía de Cantabria, con sede en Santander y ámbito
territorial en la provincia de Cantabria.
– Jefatura Superior de Policía de La Rioja, con sede en Logroño y ámbito territorial
en la provincia de La Rioja.
– Jefatura Superior de Policía de Ceuta, con sede en Ceuta y ámbito territorial en
esta ciudad.
– Jefatura Superior de Policía de Melilla, con sede en Melilla y ámbito territorial
en esta ciudad.
Los titulares de las Unidades de Coordinación Operativa Provincial, sustituirán a los Jefes
de las Comisarías Provinciales respectivas en los casos de vacante, ausencia o enfermedad.
c) Secretaría General
Asume las funciones de apoyo técnico y de gestión de los recursos humanos y materiales.
La estructura de las Comisarías Provinciales queda como sigue:
1. Las Comisarías Provinciales de Málaga, Alicante, Córdoba, Santa Cruz de Tenerife,
Cádiz, Bilbao, San Sebastián, Castellón, Huelva, Jaén, Almería, Albacete, Ciudad
Real, Burgos, Salamanca, León, Palencia, Cáceres, Lugo, Orense, Pontevedra, Ge-
rona, Lérida y Tarragona.
Dispondrán de la estructura siguiente:
– Unidad de Coordinación Operativa Provincial
– Brigada Provincial de Policía Judicial
– Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana
– Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras
– Brigada Provincial de Policía Científica
2. Las Comisarías Provinciales de Zamora, Soria, Segovia, Ávila, Teruel, Huesca,
Cuenca y Guadalajara.
Tendrán la siguiente estructura:
– Brigada Provincial de Policía Judicial
– Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana
– Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras
– Brigada Provincial de Policía Científica
Las Comisarías que, por su importancia o problemática específica en su área de
actividad, así lo requieran, podrán contar con algún Grupo Operativo específico en
el ámbito funcional correspondiente.
3.10. DEPENDENCIA
Las Unidades que integran la organización periférica de la Dirección General de la Poli-
cía y de la Guardia Civil, en el ámbito del Cuerpo Nacional de Policía, tendrán dependencia
funcional de los órganos centrales correspondientes a su área de actividad policial. a través
de la estructura orgánica y jerárquica de mando establecida, sin perjuicio de las funciones
de jefatura y dirección de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que corresponden
a los Delegados del Gobierno, Subdelegados o Directores Insulares, según los casos, quie-
nes las ejercerán bajo la dependencia funcional del Ministerio del Interior.
A raíz del final de la Guerra Civil, los anteriores Cuerpos Policiales del Estado (aparte
de la Guardia Civil), se transformaron en dos bien distintos entre sí: uno, de carácter to-
talmente civil, cuyas funciones primordiales eran las de investigación e información, junto
con las de policía judicial, que era el Cuerpo General de Policía, cuyos miembros no usaban
uniforme, pues por su propia naturaleza, sus funciones eran “reservadas y secretas”, iden-
tificándose a través de la placa-insignia y el carné profesional.
El otro Cuerpo de estructura y organización militar, la Policía Armada, tenía como misión
fundamental el mantenimiento y restablecimiento del orden público y, en general, auxiliaba
y colaboraba con el entonces Cuerpo General de Policía; sus miembros, considerados mili-
tares, actuaban uniformados.
4.3. FUNCIONES
Las señala la Ley 2/1986, estableciendo las de caracteres generales comunes para la
Policía y la Guardia Civil; ahora nos centramos en las “específicas” del Cuerpo Nacional
de Policía y así el artículo 12 dice:
Además de las funciones comunes ya mencionadas, se establece la siguiente distribu-
ción material de competencias que serán ejercidas por el Cuerpo Nacional de Policía:
a) La expedición del Documento Nacional de Identidad y de los Pasaportes.
b) El control de entrada y salida del territorio nacional de españoles y extranjeros.
c) Las previstas en la legislación sobre extranjería, refugio y asilo, extradición, expul-
sión, emigración e inmigración.
d) La vigilancia e inspección del cumplimiento de la normativa en materia de juego.
e) La investigación y persecución de los delitos relacionados con la droga.
f) Colaborar y prestar auxilio a las Policías de otros países conforme a lo establecido
en los Tratados y Acuerdos Internacionales sobre las leyes, bajo la superior direc-
ción del Ministro del Interior.
g) El control de las entidades y servicios privados de seguridad, vigilancia e investiga-
ción, de su personal, medios y actuaciones.
h) Aquellas otras que le atribuya la legislación vigente.
Como se puede deducir de esta enumeración, el Cuerpo Nacional de Policía tiene un doble
tipo de funciones, que le confieren a la vez carácter de Policía Administrativa y Policía Judicial.
Como Policía Administrativa, por cuanto gestiona, controla e inspecciona asuntos
como la documentación personal, el régimen de extranjería, etc.
a la categoría de Inspector también se puede acceder por promoción interna, ya sea por an-
tigüedad selectiva o concurso oposición , desde la categoría de Subinspector; a la categoría
de Inspector Jefe por antigüedad selectiva y por concurso oposición desde la de Inspector;
a la Escala Superior se puede llegar por antigüedad selectiva y por concurso oposición des-
de la de Inspector Jefe (también contempla el Reglamento hacerlo de manera transitoria
desde Inspector con cierta antigüedad), y por último, a la categoría de Comisario Principal
sólo se accede por antigüedad selectiva desde la de Comisario.
Cada una de las Escalas realiza misiones adecuadas a las categorías que comprende. Así, a
la Escala Superior corresponde la dirección, coordinación y supervisión de las Unidades y Servicios
policiales. A la Ejecutiva, la actividad investigadora y de información policial y la de responsabili-
dad inmediata en la ejecución de los servicios. A la de Subinspección, la responsabilidad de los
Subgrupos. La Escala Básica tendrá como misiones la realización de funciones de prevención,
vigilancia y mantenimiento de la seguridad ciudadana en general, y las que se le encomienden en
tareas de información e investigación cuando preste servicio en Unidades de este tipo.
Existen también en el Cuerpo Nacional de Policía las plazas de Facultativos y Técni-
cos, a las que se accede por concurso con la titulación que se requiere, para apoyo a la
función policial (médicos, arquitectos, abogados, informáticos, etc.), y excepcionalmente,
si las circunstancias lo exigen, podrán contratarse, temporalmente, especialistas para el
desempeño de tales funciones.
NOTA FINAL: La Sala Tercera del Tribunal Supremo, en Sentencia de 21 de
marzo de 2011, hizo constar que: “Declaramos nulo el límite de edad establecido
en el apartado b) del artículo 7 del Real Decreto 614/1995, de 21 de abril, por el
que se aprueba el Reglamento de Procesos Selectivos y de Formación en el Cuerpo
Nacional de Policía”. Una vez hecha la Convocatoria y publicada en el BOE, por
este año se admiten las instancias sin límite de edad, en espera de la definitiva
Resolución para años posteriores.
b) Haber sido condenado en virtud de sentencia firme por un delito doloso relacionado
con el servicio o que cause grave daño a la Administración o a las personas.
c) El abuso de atribuciones que cause grave daño a los ciudadanos, a los subordina-
dos, a la Administración o a las entidades con personalidad jurídica.
d) La práctica de tratos inhumanos, degradantes, discriminatorios o vejatorios a los
ciudadanos que se encuentren bajo custodia policial.
e) La insubordinación individual o colectiva, respecto a las Autoridades o mandos de
que dependan.
f) El abandono de servicio, salvo que exista causa de fuerza mayor que impida comu-
nicar a un superior dicho abandono.
g) La publicación o utilización indebida de secretos oficiales, declarados así con arre-
glo a la legislación específica en la materia.
h) La violación del secreto profesional cuando perjudique el desarrollo de la labor po-
licial, a cualquier ciudadano o a las entidades con personalidad jurídica.
i) El incumplimiento de las normas sobre incompatibilidades cuando ello dé lugar a
una situación de incompatibilidad.
j) La participación en huelgas, en acciones sustitutivas de estas o en actuaciones
concertadas con el fin de alterar el normal funcionamiento de los servicios.
k) La falta de colaboración manifiesta con otros miembros de las Fuerzas y Cuerpos
de Seguridad, cuando resulte perjudicado gravemente el servicio o se deriven con-
secuencias graves para la seguridad ciudadana.
l) Embriagarse o consumir drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas
durante el servicio o realizarlo en estado de embriaguez o bajo los efectos manifies-
tos de los productos citados.
m) La negativa injustificada a someterse a reconocimiento médico, prueba de alcoholemia
o de detección de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas, legítima-
mente ordenadas, a fin de constatar la capacidad psicofísica para prestar servicio.
n) Toda actuación que suponga discriminación por razón de origen racial o étnico,
religión o convicciones, discapacidad, edad u orientación sexual, sexo, lengua, opi-
nión, lugar de nacimiento o vecindad, o cualquier otra condición o circunstancia
personal o social.
ñ) El acoso sexual y el acoso laboral, consistente este último en la realización reiterada,
en el marco de una relación de servicio, de actos de acoso psicológico u hostilidad.
o) La obstaculización grave al ejercicio de las libertades públicas y derechos sindicales.
p) Las infracciones tipificadas como muy graves en la legislación sobre utilización de
videocámaras por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en lugares públicos.
4.6.3. Sanciones
4.6.3.1. Regulación general
1. Las sanciones que pueden imponerse por la comisión de faltas muy graves son:
a) Separación del servicio.
b) La suspensión de funciones desde tres meses y un día hasta un máximo de seis años
c) El traslado forzoso.
4.6.6.6. Inmediación
La intervención del Instructor en todas y cada una de las pruebas practicadas es esen-
cial y no puede ser suplida por el Secretario; en caso contrario, aquellas se considerarán
nulas, sin perjuicio de que el Instructor pueda interesar la práctica de otras diligencias de
cualquier órgano de la Administración.
4.6.6.7. Prueba
1. Los hechos relevantes para la decisión del procedimiento podrán acreditarse por
cualquier medio de prueba admisible en derecho.
2. Cuando se propusiera una prueba testifical, se acompañará un pliego de preguntas
sobre cuya pertinencia se pronunciará el Instructor. La práctica de la prueba admi-
tida se notificará previamente al funcionario expedientado indicándole el lugar, la
fecha y la hora en que deberá realizarse y se le advertirá de que puede asistir a ella.
3. El Instructor podrá denegar de oficio la práctica de las pruebas que no se concre-
ten a los hechos por los que se procede y todas las demás que sean, a su juicio,
impertinentes o inútiles, denegación que deberá motivarse y sin que quepa contra
ella recurso alguno.
4. Todos los organismos y dependencias de las Administraciones Públicas están obli-
gados a facilitar al Instructor los antecedentes e informes necesarios, así como los
medios personales y materiales que precise para el desarrollo de sus actuaciones,
salvo precepto legal que lo impida.
4.6.8.1. Iniciación
1. Los órganos competentes para la imposición de sanciones por faltas leves, al recibir
comunicación o renuncia, o tener conocimiento de una supuesta infracción de la
indicada clase, podrán acordar la realización de la información reservada prevista
anteriormente en esta LO.
2. De acordarse la incoación de un procedimiento sancionador por falta leve, dicho
acuerdo contendrá los hechos que lo motivan y el nombramiento de Instructor y
Secretario, que se notificará a los designados para desempeñar dichos cargos,
quienes procederán a notificar el acuerdo al funcionario sometido a expediente,
con copia de las actuaciones obrantes en el procedimiento hasta ese momento,
procediendo a citarle para que comparezca a fin de ser oído en declaración.
3. En el acto de comparecencia recibirán la declaración al expedientado, quien podrá
alegar y presentar los documentos y justificaciones que estime pertinentes y propo-
ner las pruebas que considere necesarias para su defensa.
4.6.9.1. Incoación
1. El Director General de la Policía y de la Guardia Civil, al recibir la comunicación o
la denuncia o tener conocimiento de una supuesta infracción constitutiva de falta
muy grave o grave, ordenará la incoación de expediente disciplinario. No obstante,
podrá acordar la práctica de una información reservada antes de dictar resolución,
en la que se decida la iniciación de expediente disciplinario.
2. En los supuestos en que resulte responsabilidad constitutiva de falta leve, deberán cum-
plirse los trámites establecidos en el procedimiento para las faltas de esta naturaleza.
4.6.9.9. Alegaciones
La propuesta de resolución del expediente se notificará por el Instructor al interesado
para que, en el plazo de diez días, pueda alegar cuanto considere conveniente a su defensa,
incluso respecto a la denegación de pruebas a que se referencian anteriormente (4.6.6.7).
4.6.9.15. Caducidad
1. La resolución que ponga fin al procedimiento disciplinario y su notificación al inte-
resado deberá producirse en un plazo que no podrá exceder de seis meses desde
la fecha del acuerdo de incoación del expediente
2. El plazo establecido para resolver el procedimiento y notificar la resolución se podrá
suspender, interrumpir o ampliar en los casos previstos en la Ley 30/1992, de 26
de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedi-
miento Administrativo Común.
3. Transcurridos los plazos previstos en los apartados anteriores sin que hubiese recaído
resolución en el expediente se procederá al archivo de las actuaciones. En este caso,
el órgano competente emitirá, a solicitud del interesado, certificación en la que cons-
te que ha caducado el procedimiento y se ha procedido al archivo de las actuaciones.
4. Cuando un funcionario pase a la situación de excedencia voluntaria antes o durante
la tramitación de un procedimiento disciplinario por infracciones contempladas en
esta Ley Orgánica, dicho procedimiento quedará suspendido, interrumpiéndose el
cómputo de los plazos de prescripción, continuando su tramitación cuando el afec-
tado solicite el reingreso en el servicio activo.
4.6.10. Ejecución
4.6.10.1. Ejecución de la sanción
1. Las sanciones disciplinarias se ejecutarán según los términos de la resolución en
que se impongan y su naturaleza, y comenzarán a cumplirse el mismo día en que
se notifique al infractor la resolución por la que se le imponen, o bien, en el plazo
máximo de diez días, contados a partir del día siguiente al de su notificación, salvo
que por causas justificadas se aplace el cumplimiento en la propia resolución por
un período de tiempo que no exceda legalmente establecido para su prescripción.
2. De no ser posible el cumplimiento de la sanción en el momento en que se dicte
la resolución por hallarse el funcionario en situación administrativa que lo impida,
ésta se hará efectiva cuando su cambio de situación lo permita, salvo que haya
transcurrido el plazo de prescripción.
3. Cuando concurran varias sanciones de suspensión de funciones, su cumplimiento
se llevará a cabo siguiendo el orden cronológico de imposición, comenzando dentro
de éste por las de mayor gravedad, hasta el límite de seis años. Si la suma de ellas
excede de dicho límite, no se cumplirá el tiempo que lo sobrepase.
4. Si antes de que se dicte la resolución correspondiente el funcionario sometido a
expediente adquiere la situación de servicio activo en otro cuerpo de funcionarios,
se exigirá igualmente el cumplimiento de la sanción, que será inscrita en el registro
de personal correspondiente al cuerpo desde el que se cometió la falta, y se apli-
cará el régimen de prescripción de sanciones y de cancelación de las inscripciones
previsto en esta Ley Orgánica.
5. El cumplimiento se hará en la forma que menos perjudique al sancionado.
6. La ejecución económica de la sanción de suspensión de funciones se hará efectiva
por el Habilitado inmediatamente con cargo al sancionado.
7. Cuando la sanción sea por falta grave, el Habilitado, previa solicitud del sanciona-
do, podrá fraccionar la detracción de retribuciones durante los cinco meses siguien-
tes al de imposición de la sanción.
8. Para la determinación de estas sanciones se tomará como base la totalidad de las
remuneraciones íntegras mensuales que percibiese el funcionario en el momento
de la comisión de la falta y se dividirá por treinta.
Durante los dos primeros meses de esta excedencia la funcionaria tendrá derecho
a percibir las retribuciones íntegras y, en su caso, las prestaciones familiares por hijo
a cargo.
(de esta forma estudiaremos esta norma principalmente en la parte que nos afecta como
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad).
Este último Real Decreto 200/2012, en su Exposición de Motivos, dice que continúa
con el proceso de simplificación, poniendo de manifiesto que da cumplimiento a lo esta-
blecido en la Disposición Final Segunda del Real Decreto 1887/2011, de 30 de diciembre,
completando la estructura básica del Departamento hasta nivel de Subdirección General.
da en el párrafo h) del apartado 2 anterior (la supervisión de los sistemas de control de los
programas internacionales en materia de juventud).
Queda adscrita al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, a través de la
Secretaría de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, la entidad gestora de la Seguridad
Social, Instituto de Mayores y Servicios Sociales.
Igualmente se adscribe al Departamento a través de la Secretaría de Estado de Ser-
vicios Sociales e Igualdad, el Instituto de la Juventud y el Consejo de la Juventud de
España con naturaleza jurídica, estructura y funciones que se prevén para cada uno de
ellos en su normativa específica.
El titular de la Secretaría de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, desempeñará las
funciones de Secretario General del Real Patronato sobre Discapacidad.
Para el asesoramiento jurídico de la Secretaría de Estado de Servicios Sociales e Igual-
dad, existirá una Abogacía del Estado, integrada orgánicamente en la del Departamento.
Asimismo, existirá una Intervención Delegada de la Intervención General de la
Administración del Estado en la Secretaría de Estado que estamos tratando, e integrada
orgánicamente en la Intervención Delegada del Departamento.
4.1. Funciones
Le corresponde a la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género proponer la
política del Gobierno contra las distintas formas de violencia de género e impulsar, coordi-
nar y asesorar en todas las medidas que se lleven a cabo en esta materia y, especialmente,
las siguientes funciones:
a) El impulso de la aplicación del principio de transversalidad de las medidas destina-
das a luchar contra las distintas formas de violencia de género, velando para que,
en su aplicación, se tengan en cuenta las necesidades y demandas específicas de
las víctimas que se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad.
b) La sensibilización ciudadana y la prevención de todas las formas de violencia contra
la mujer. Para ello, se impulsará la educación en los valores de igualdad y respeto
a los derechos fundamentales en colaboración con las Administraciones Públicas
educativas y se realizarán campañas de información y sensibilización, garantizando
el acceso a las mismas de todas las personas con especiales dificultades de inte-
gración y, particularmente, de las personas con discapacidad.
c) La promoción de la coordinación y la colaboración entre los distintos servicios com-
petentes para garantizar una actuación integral en relación con la valoración y gestión
del riesgo. Con este objetivo, se elaborarán planes y protocolos de actuación que ga-
7.1. FUNCIONES
Corresponden a la Dirección General de Políticas de Apoyo a la Discapacidad, cuyo
titular desempeñará asimismo las funciones de Director del Real Patronato sobre Disca-
pacidad en el ámbito de las competencias constitucionalmente reservadas al Estado y en
cooperación con las comunidades autónomas, las siguientes funciones:
a) El impulso de políticas sectoriales sobre discapacidad y su coordinación interminis-
terial, así como entre la Administración General del Estado y la de las comunidades
autónomas y las corporaciones locales.
b) La planificación, el diseño y la ordenación de los programas y planes de ámbito esta-
tal en materia de discapacidad y su coordinación con las comunidades autónomas.
c) La gestión y evaluación de los planes y programas de ámbito estatal en cooperación
con otros Ministerios, comunidades autónomas y corporaciones locales.
d) La propuesta de normativa en las materias de su competencia, sin perjuicio de las
competencias de la Secretaría General Técnica.
e) El fomento de la cooperación con las organizaciones y entidades que agrupan a
las personas con discapacidad y sus familias, y la coordinación y seguimiento de la
actuación de los órganos consultivos de discapacidad.
f) El fomento de la colaboración y apoyo a la Cruz Roja Española, a la Organización
Nacional de Ciegos Españoles y a las fundaciones asistenciales y de discapacidad,
para el cumplimiento de sus fines sociales.
g) El ejercicio de la tutela del Estado respecto de las entidades asistenciales y sobre
discapacidad ajenas a la Administración General del Estado, sin perjuicio de las fun-
ciones de la Secretaría General Técnica sobre el protectorado de las fundaciones.
h) Las relaciones con organismos extranjeros e internacionales y la coordinación téc-
nica de los programas de cooperación internacional relativos a la discapacidad,
sin perjuicio de las funciones de dirección y coordinación que corresponden a la
Subsecretaría del Departamento.
8.1. FUNCIONES
Corresponde a la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas las fun-
ciones de dirección, impulso, coordinación general y supervisión de los servicios encarga-
dos de la actualización y ejecución del Plan Nacional sobre Drogas. En el ámbito de las
competencias del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, bajo la superior
dirección del Secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, asume el impulso de
las políticas de reducción de la demanda del consumo de drogas y de los programas de
prevención, tratamiento, rehabilitación y reducción de daños.
En particular, le corresponden las siguientes funciones:
a) Ejercer la secretaría del Grupo Interministerial y de la Conferencia Sectorial del Plan
Nacional sobre Drogas, preparando y coordinando todos los asuntos que hayan de
someterse a estos órganos colegiados, velar por la ejecución de todos sus acuerdos,
así como ejercer la coordinación en este ámbito entre órganos y unidades de los dis-
tintos departamentos ministeriales, de acuerdo con la declaración política aprobada
por la Asamblea General de Naciones Unidas en junio de 1998 y con la Estrategia
Europea de Drogas 2005-2012 y los planes de acción que la desarrollan.
b) Impulsar y coordinar las relaciones con las diferentes Administraciones e institucio-
nes tanto públicas como privadas, incluyendo las organizaciones no gubernamen-
tales, que desarrollen actividades en el ámbito del Plan Nacional sobre Drogas,
prestándoles el apoyo técnico necesario.
c) Elaborar y proponer las Estrategias Nacionales sobre Drogas y Planes de acción
que las desarrollen, coordinando con las Administraciones públicas y los agentes
sociales la ejecución de las actuaciones y medidas tendentes a la consecución de
los objetivos que en ellos se señalen.
d) Fomentar, analizar, proponer y gestionar, en el ámbito de sus competencias, pro-
gramas de prevención, asistencia y reinserción en el ámbito de las drogodepen-
La citada Ley 1/2004, en su Exposición de Motivos, deja sentado que la violencia de gé-
nero no se puede enmarcar dentro del ámbito privado, sino que afecta a toda la sociedad o,
lo que es lo mismo al área pública, en la que la parte más desprotegida es evidentemente la
mujer, sujeto pasivo de brutales agresiones por parte de mentes trasnochadas; es por ello que
la Ley que estudiamos pretende abordar, de manera integral, todos aquellos aspectos y regular
cuantos ámbitos ayuden a combatir de manera eficaz a los implicados en la comisión de estos
hechos, y, como no podía ser menos, abarcar los aspectos preventivos, educativos, sociales,
asistenciales y de atención posterior a las víctimas, abordando decididamente la respuesta
punitiva frente a las conductas de violencia de género, ya que este tipo de violencia constituye
uno de los ataques más flagrantes a derechos fundamentales como la libertad, la igualdad, la
vida, la seguridad y la no discriminación, proclamados y protegidos por nuestra Constitución.
La Organización Mundial de la Salud, en el año 1996, ya definió la violencia como “el
uso intencional de la fuerza física hacia otra persona, grupos o comunidades y que tiene
como consecuencias probables lesiones físicas, daños psicológicos, alteraciones del desa-
rrollo, abandono e incluso la muerte”.
Por otro lado, se define la violencia familiar como los malos tratos o agresiones físicas,
psicológicas, sexuales o de otra índole, infligidas por personas del medio familiar y dirigida
generalmente a los miembros más vulnerables de la misma: niños, mujeres y ancianos.
La Ley crea medidas de sensibilización e intervención en el ámbito educativo. Se re-
fuerza, con referencia concreta al ámbito de la publicidad, una imagen que respete la
igualdad y la dignidad de las mujeres. Se apoya a las víctimas a través del reconocimiento
de derechos como el de la información, la asistencia jurídica gratuita y otros de protección
social y apoyo económico. Proporciona, por tanto, una respuesta legal integral que abarca
tanto las normas procesales, creando nuevas instancias, como normas sustantivas penales
y civiles, incluyendo la debida formación de los operadores sanitarios, policiales y jurídicos
responsables de la obtención de pruebas y de la aplicación de la Ley.
Por otro lado, se establecen igualmente medidas de sensibilización e intervención en
el ámbito sanitario para optimizar la detección precoz y la atención física y psicológica de
las víctimas, contemplando la propia Ley la protección de los menores, víctimas directas o
indirectas, afectados también por las situaciones de violencia sobre la mujer.
Para lograr la efectividad de las medidas con las que se ha intentado poner coto a los
desmanes y abusos de ciertas personas, vio la luz la Ley 27/2003, de 31 de julio, Regu-
ladora de la Orden de Protección de las Víctimas de la Violencia Doméstica, que se-
gún su Exposición de Motivos vino en decir que esta Orden unifica los distintos instrumentos
de amparo y tutela a las víctimas de estos delitos y faltas. Pretendiendo que, a través de un
rápido y sencillo procedimiento judicial, sustanciado ante el Juzgado de Instrucción, pueda
obtener la víctima un estatuto integral de protección que concentre de forma coordinada
una acción cautelar de naturaleza civil y penal. Esto es, una misma resolución judicial que
incorpore conjuntamente tanto las medidas restrictivas de la libertad de movimientos del
agresor para impedir su nueva aproximación a la víctima, como las orientadas a propor-
cionar seguridad, estabilidad y protección jurídica a la persona agredida y a su familia, sin
necesidad de esperar a la formalización del correspondiente proceso matrimonial civil.
La Orden supondrá, a su vez, que las distintas Administraciones públicas, estatal, autonómica
y local, activen inmediatamente los instrumentos de protección social establecidos en sus respec-
tivos sistemas jurídicos. En ello consiste, precisamente, su elemento más innovador, que por su
importancia llevó a una reforma notoria de la Ley de Enjuiciamiento Criminal y también del Código
Penal en relación con estos casos, y que su tramitación se ubicó en los Juzgados de Violencia
sobre la Mujer, o, en su caso, en los Juzgados de Guardia, y que vamos a tratar acto seguido.
A su tenor, la LECr., en su artículo 544 bis, dice lo siguiente:
“En los casos en los que se investigue un delito de los mencionados en el artículo 57 del
Código Penal (homicidio, aborto, lesiones, contra la libertad, de torturas y contra la integridad
moral, la libertad e indemnidad sexuales, la intimidad, el derecho a la propia imagen y la in-
violabilidad del domicilio, el honor, el patrimonio y el orden socioeconómico), el Juez o Tribunal
podrá, de forma motivada y cuando resulte estrictamente necesario al fin de protección de la
víctima, imponer cautelarmente al inculpado la prohibición de residir en un determinado lugar,
barrio, municipio, provincia u otra Entidad local, o Comunidad Autónoma.
En las mismas condiciones podrá imponerle cautelarmente la prohibición de acudir a determina-
dos lugares, barrios, municipios y provincias u otras entidades locales, o Comunidades Autónomas, o
de aproximarse o comunicarse, con la graduación que sea precisa, a determinadas personas.
Para la adopción de estas medidas se tendrá en cuenta la situación económica del inculpado y los
requerimientos de su salud, situación familiar y actividad laboral. Se atenderá especialmente a la posi-
bilidad de continuidad de esta última, tanto durante la vigencia de la medida como tras su finalización.
En caso de incumplimiento por parte del inculpado de la medida acordada por el Juez o Tri-
bunal, este convocará la comparecencia regulada en el artículo 505 de esta Ley para la adopción
de la prisión provisional en los términos del artículo 503, de la Orden de Protección prevista en el
artículo 544 ter o de otra medida cautelar que implique una mayor limitación de su libertad per-
sonal, para lo cual se tendrá en cuenta la incidencia del incumplimiento, sus motivos, gravedad
y circunstancias, sin perjuicio de las responsabilidades que del incumplimiento pudieran resultar.
El artículo 544 ter, del mismo cuerpo legal preceptúa:
1. El Juez de Instrucción de Guardia, dictará Orden de Protección para las víctimas de vio-
lencia doméstica en los casos en que, existiendo indicios fundados de la comisión de un
delito o falta contra la vida, integridad física o moral, libertad sexual, libertad o seguridad
de algunas de las personas mencionadas en el artículo 173.2 del Código Penal (expues-
to en el párrafo anterior), resulte una situación objetiva de riesgo para la víctima que
requiera la adopción de alguna de las medidas de protección reguladas en este artículo.
2. La Orden de Protección será acordada por el Juez de oficio o a instancia de la vícti-
ma o persona que tenga con ella alguna de las relaciones indicadas en el apartado
anterior, o del Ministerio Fiscal.
Sin perjuicio del deber general de denuncia previsto en esta Ley (art. 262 LECr.),
las entidades u organismos asistenciales, públicos o privados, que tuvieran cono-
cimiento de alguno de los hechos mencionados en el apartado anterior deberán
ponerlos inmediatamente en conocimiento del Juez de Guardia o del Ministerio
Fiscal con el fin de que se pueda incoar o instar el procedimiento para la adopción
de la Orden de Protección.
3. La Orden de Protección podrá solicitarse directamente ante la Autoridad Judicial o
el Ministerio Fiscal, o bien ante las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, las oficinas de
atención a la víctima o los servicios sociales o instituciones asistenciales depen-
dientes de las Administraciones públicas.
Dicha solicitud habrá de ser remitida de forma inmediata al Juez competente. En caso
de suscitarse dudas acerca de la competencia territorial del Juez, deberá iniciar y resolver
el procedimiento para la adopción de la Orden de Protección el Juez ante el que se haya
solicitado ésta, sin perjuicio de remitir las actuaciones a aquel que resulte competente.
Los servicios sociales y las instituciones referidas anteriormente facilitarán a las
víctimas de la violencia doméstica a las que hubieran de prestar asistencia la so-
licitud de la Orden de Protección, poniendo a su disposición con esta finalidad
información, formularios y, en su caso, canales de comunicación telemáticos con
la Administración de Justicia y el Ministerio Fiscal.
4. Recibida la solicitud de Orden de Protección, el Juez de Guardia, en los supuestos
mencionados en el apartado 1 de este artículo, convocará a una audiencia urgente
a la víctima o su representante legal, al solicitante y al presunto agresor, asistido,
en su caso, de Abogado. Asimismo será convocado el Ministerio Fiscal.
Esta audiencia se podrá sustanciar simultáneamente con la prevista en el artículo
505 LECr, cuando su convocatoria fuera procedente (audiencia en que las partes
c) Reforzar hasta la consecución de los mínimos exigidos por los objetivos de la Ley
los servicios sociales de información, de atención, de emergencia, de apoyo y de
recuperación integral, así como establecer un sistema para la más eficaz coordina-
ción de los servicios ya existentes a nivel municipal y autonómico.
d) Garantizar derechos en el ámbito laboral y funcionarial que concilien los requeri-
mientos de la relación laboral y de empleo público con las circunstancias de aque-
llas trabajadoras o funcionarias que sufran violencia de género.
e) Garantizar derechos económicos para las mujeres víctimas de violencia de género,
con el fin de facilitar su integración social.
f) Establecer un sistema integral de tutela institucional en el que la Administración
General del Estado, a través de los organismos que se designen, impulse la crea-
ción de políticas públicas dirigidas a ofrecer tutela a las víctimas de la violencia
contemplada en la presente Ley.
g) Fortalecer el marco penal y procesal vigente para asegurar una protección integral,
desde las instancias jurisdiccionales, a las víctimas de la violencia de género.
h) Coordinar los recursos e instrumentos de todo tipo de los distintos poderes públicos
para asegurar la prevención de los hechos de la violencia de género y, en su caso,
la sanción adecuada a los culpables de los mismos.
i) Promover la colaboración y participación de las entidades, asociaciones y organiza-
ciones que desde la sociedad civil actúan contra la violencia de género.
j) Fomentar la especialización de los colectivos profesionales que intervienen en el
proceso de información, atención y protección a las víctimas.
k) Garantizar el principio de transversalidad de las medidas, de manera que en su
aplicación se tengan en cuenta las necesidades y demandas específicas de todas
las mujeres víctimas de violencia de género.
pulsado por los poderes públicos, en el marco de sus competencias, con el fin de prevenir
la violencia de género y que tengan acceso a las mismas las personas con discapacidad;
desarrollando lo anterior en los siguientes ámbitos:
Comienza aquí el Título II de la Ley garantizando los derechos de las víctimas, y así
todas ellas, con independencia de su origen, religión o cualquier otra condición o circuns-
tancia personal o social, tienen garantizados los derechos reconocidos en esta Ley, puestos
que la información, la asistencia social integral y la asistencia jurídica a las mismas (Título
II. Capítulo I, art. 17), contribuyen a hacer reales y efectivos sus derechos constitucionales
a la integridad física y moral, a la libertad y seguridad y a la igualdad y no discriminación por
razón de sexo. Desarrollemos brevemente estos derechos.
El derecho a la asistencia social integral se hace extensivo, como no podía ser menos, a los
menores que se encuentren bajo la patria potestad o guarda y custodia de la persona agredida.
En relación con todo lo anterior, se incluirán compromisos de aportación, por parte de
la Administración General del Estado, de recursos financieros referidos específicamente a
la prestación de los servicios.
Las situaciones de violencia de género ejercida sobre las mujeres trabajadoras, que
dan lugar al reconocimiento de los derechos expresados, se acreditarán con la Orden de
Protección a favor de la víctima, o bien hasta tanto se dicte dicha Orden, será suficiente el
informe del Ministerio Fiscal que indique la existencia de indicios de que la demandante es
víctima de violencia de género.
Respecto a los medios humanos que se dedican a estas labores reseñamos los siguientes:
a) El Servicio Central de UPAP, lo integran: la Jefatura del Servicio a cargo de un
Inspector-Jefe; un funcionario de la Escala Ejecutiva que es el Jefe del Grupo de
Análisis, y dos funcionarios de la Escala de Subinspección.
b) Las Unidades Territoriales de UPAP, atendidas por funcionarios policiales en situa-
ción administrativa de Segunda Actividad con superación de un curso específico de
especialización en esta materia y que abarcará, entre otros, los aspectos jurídico-
procesal, técnico operativo de las diferentes áreas y técnico profesional.
En cuanto a los medios materiales, entre otros, tendrán a su disposición con carácter
genérico: teléfonos de consulta y emergencias gratuitos, buzón electrónico de sugerencias,
página electrónica de atención a la mujer, denuncia telefónica y vía internet; y con carácter
específico: teléfonos móviles para respuestas urgentes y en cualquier momento a las lla-
madas de las víctimas; vehículos y dispositivos de marcación rápida.
El Gobierno, con el fin de hacer más efectiva la protección de las víctimas, promoverá las ac-
tuaciones necesarias para que las Policías Locales, en el marco de su colaboración con las Fuer-
zas y Cuerpos de Seguridad del Estado, cooperen en asegurar el cumplimiento de las medidas
acordadas por los órganos judiciales cuando éstas sean algunas de las previstas en la presente
Ley o en el art. 544 bis de la Ley de Enjuiciamiento Criminal o en el artículo 57 del Código Penal.
La actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad habrá de tener en cuenta el Protocolo
de Actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y de Coordinación con los Órganos Judiciales
para la protección de la violencia doméstica y de género, aprobado el día 10 de junio de 2004.
Comienza dicho Protocolo, con una llamada a los objetivos del mismo diciendo: “Con
la finalidad de prestar una atención preferente a la asistencia y protección de las mujeres
que han sido objeto de comportamientos violentos en el ámbito familiar y amortiguar, en la
medida de lo posible, los efectos de dicho maltrato, se potenciará la presencia, en todas
las Unidades de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, de funcionarios especializados en el
tratamiento de la violencia doméstica y de género”.
El Protocolo en cuestión, va desarrollando pormenorizadamente la actuación policial,
que por su extensión trataremos de sintetizar.
16.1. INTRODUCCIÓN
El marco normativo está constituido fundamentalmente por la publicación de la extensa
Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres
(LO 3/2007, en adelante), que de manera exhaustiva pormenoriza los aspectos del tema
(teniendo en cuenta que damos por conocidos los artículos constitucionales 1, 9, 14, 23,
31, 35, y otros, que por su extensión obviamos).
puedan justificarse objetivamente en atención a una finalidad legítima y que los medios para
alcanzar dicha finalidad sean necesarios y adecuados. En cualquier caso, se considera dis-
criminatoria toda orden de discriminar, directa o indirectamente, por razón de sexo (art. 6).
Sin perjuicio de lo establecido en el Código Penal, a los efectos de esta Ley, constituye
acoso sexual cualquier comportamiento verbal o físico, de naturaleza sexual, que tenga el pro-
pósito o produzca el efecto de atentar contra la dignidad de una persona, en particular cuando
se crea un entorno intimidatorio, degradante u ofensivo. Y constituye acoso por razón de sexo
cualquier comportamiento realizado en función del sexo de una persona, con el propósito o el
efecto de atentar contra su dignidad y de crear un entorno intimidatorio, degradante u ofensivo.
En todo caso, se consideran casos discriminatorios el acoso sexual y el acoso por razón de sexo.
El condicionamiento de un derecho o de una expectativa de derecho a la aceptación
de una situación constitutiva de acoso sexual o de acoso por razón de sexo, se considerará
también acto de discriminación por razón de sexo (art. 7).
Constituye discriminación directa por razón de sexo todo trato desfavorable a las muje-
res relacionado con el embarazo o la maternidad (art. 8).
Respecto a la indemnidad frente a represalias (art. 9), también se considerará dis-
criminación por razón de sexo, cualquier trato adverso o efecto negativo que se produzca
en una persona como consecuencia de la presentación por su parte de queja, reclamación,
denuncia, demanda o recurso de cualquier tipo, destinados a impedir su discriminación y a
exigir el cumplimiento efectivo del principio de igualdad de trata entre mujeres y hombres.
El art. 10 contempla las consecuencias jurídicas de las conductas discriminato-
rias, en el sentido de que los actos y las cláusulas de los negocios jurídicos que constituyan
o causen discriminación por razón de sexo se considerarán nulos y sin efecto, y darán lugar a
responsabilidad a través de un sistema de reparaciones o indemnizaciones que sean reales,
efectivas y proporcionadas al perjuicio sufrido, así como, en su caso, a través de un sistema
eficaz y disuasorio de sanciones que prevenga la realización de conductas discriminatorias.
En cuanto a lo que la Ley denomina como acciones positivas apuntamos (art. 11), que:
Con el fin de hacer efectivo el derecho constitucional de la igualdad, los Poderes Públi-
cos adoptarán medidas específicas a favor de las mujeres para corregir situaciones paten-
tes de desigualdad de hecho respecto de los hombres. Tales medidas, que serán aplica-
bles en tanto subsistan dichas situaciones, habrán de ser razonables y proporcionadas en
relación con el objetivo perseguido en cada caso. También las personas físicas y jurídicas
privadas podrán adoptar este tipo de medidas en los términos establecidos en esta Ley.
Con relación a la tutela judicial efectiva (arts. 12 y 13), la Ley en estudio nos manifiesta:
Cualquier persona podrá recabar de los Tribunales la tutela del derecho a la igualdad
entre mujeres y hombres, de acuerdo con lo establecido constitucionalmente, incluso tras
la terminación de la relación en la que supuestamente se ha producido la discriminación.
La capacidad y legitimación para intervenir en los procesos civiles, sociales y con-
tencioso-administrativos, que versen sobre la defensa de este derecho, corresponden a
las personas físicas y jurídicas con interés legítimo, determinadas en las leyes reguladoras
de estos procedimientos. La persona acosada será la única legitimada en los litigios sobre
acoso sexual y acoso por razón de sexo.
De acuerdo con las leyes procesales, en aquellos procedimientos en los que las ale-
gaciones de la parte actora se fundamenten en actuaciones discriminatorias por razón de
sexo, corresponderá a la persona demandada probar la ausencia de discriminación en las
medidas adoptadas y su proporcionalidad (en estos casos, la inversión de la carga de la
prueba no es precisamente una brillante idea del legislador).
A los efectos anteriores, el órgano judicial, a instancia de parte, podrá recabar, si lo
estimase útil y pertinente, informe o dictamen de los organismos públicos competentes (no
aplicable a procesos penales).
En el Título Segundo, Capítulo Primero (arts. 14 a 22), se establecen las pautas gene-
rales de actuación de los poderes públicos en relación con la igualdad, se define el prin-
cipio de transversalidad y los instrumentos para su integración en la elaboración, ejecución
y aplicación de las normas. También se consagra el principio de presencia equilibrada de
mujeres y hombres en las listas electorales y en los nombramientos realizados por los po-
deres públicos, con las consiguientes modificaciones en las Disposiciones Adicionales de la
Ley Electoral, regulándose, asimismo, los informes de impacto de género y la planificación
pública de las acciones a favor de la igualdad, que en la Administración General del Estado
se plasman en el Plan Estratégico de Igualdad de Oportunidades.
A los fines de esta Ley, serán criterios generales de actuación de los Poderes Públicos:
1. El compromiso con la efectividad del derecho constitucional de igualdad entre mu-
jeres y hombres.
2. La integración del principio de igualdad de trato y de oportunidades en el conjunto
de las políticas económica, laboral, social, cultural y artística, con el fin de evitar la
segregación laboral y eliminar las diferencias retributivas, así como potenciar el cre-
cimiento del empresariado femenino en todos los ámbitos que abarque el conjunto
de políticas y el valor del trabajo de las mujeres, incluido el doméstico.
3. La colaboración y cooperación entre las distintas Administraciones públicas en la
aplicación del principio de igualdad de trato y de oportunidades.
4. La participación equilibrada de mujeres y hombres en las candidaturas electorales
y en la toma de decisiones.
5. La adopción de las medidas necesarias para la erradicación de la violencia de géne-
ro, la violencia familiar y todas las formas de acoso sexual y acoso por razón de sexo.
6. La consideración de las singulares dificultades en que se encuentran las mujeres de
colectivos de especial vulnerabilidad, como son las que pertenecen a minorías, las
mujeres migrantes, las niñas, las mujeres con discapacidad, las mujeres mayores,
las mujeres viudas y las mujeres víctimas de violencia de género, para las cuales
los poderes públicos podrán adoptar medidas de acción positiva.
7. La protección de la maternidad, con especial atención a la asunción por la sociedad
de los efectos derivados del embarazo, parto y lactancia.
Con el fin de avanzar hacia un reparto equitativo de los tiempos entre mujeres y hom-
bres, las Corporaciones Locales podrán establecer Planes Municipales de organización del
tiempo en la ciudad. Sin perjuicio de las competencias de las Comunidades Autónomas, el
Estado podrá prestar asistencia técnica para la elaboración de estos planes.
En el Capítulo Segundo de este Título Segundo Acción Administrativa para la Igualdad,
se establecen los criterios de orientación de las políticas públicas en materia de edu-
cación, cultura y sanidad. También se contempla la promoción de la incorporación de las
mujeres a la sociedad de la información, la inclusión de medidas de efectividad de la igual-
dad en las políticas de acceso a la vivienda, y en las de desarrollo del medio rural.
La educación para la igualdad de mujeres y hombres, insertada en el artículo 23 de
la Ley, nos dice que el sistema educativo incluirá entre sus fines la educación en el respeto
de los derechos y libertades fundamentales y en la igualdad de derechos y oportunidades
entre mujeres y hombres. Dicho sistema incluirá, dentro de sus principios de calidad, la
eliminación de los obstáculos que dificultan la igualdad efectiva entre mujeres y hombres y
el fomento de la igualdad plena entre unas y otros.
En cuanto a la integración del principio de igualdad en la política de educación,
las Administraciones educativas garantizarán un igual derecho a la educación de mujeres y
hombres a través de la integración activa, en los objetivos y en las actuaciones educativas, del
principio de igualdad de trato, evitando que, por comportamientos sexistas o por estereotipos
sociales asociados, se produzcan desigualdades entre mujeres y hombres. Con tal finalidad,
para las Administraciones educativas en sus actuaciones primarán: la atención especial en
los currículos al principio de igualdad entre mujeres y hombres, en todas las etapas educati-
vas; la eliminación y el rechazo de los comportamientos y contenidos sexistas y estereotipos
que supongan discriminación entre mujeres y hombres, con especial consideración a ello en
los libros de texto y materiales educativos; aplicación en la igualdad en los cursos y programas
para la formación inicial y permanente del profesorado; la presencia equilibrada de mujeres y
hombres en los órganos de control y de gobierno de los centros docentes, así como medidas
educativas destinadas al reconocimiento y enseñanza del papel de las mujeres en la Historia.
También se hace una llamada a la igualdad en el ámbito de la educación supe-
rior, y así en este ámbito las Administraciones públicas, en el ejercicio de sus respectivas
competencias, fomentarán la enseñanza y la investigación sobre el significado y alcance
de la igualdad, y en especial promoverán: a) La inclusión, en los planes de estudio en que
proceda, de enseñanzas en materia de igualdad entre mujeres y hombres. b) La creación
de grados específicos, y c) La realización de estudios e investigaciones especializadas en
la materia (art. 25).
A la igualdad en el ámbito de la creación y producción artística e intelectual, de-
dica la Ley su artículo 26, manifestando que las autoridades públicas, en el ámbito de sus
competencias, velarán por hacer efectivo el principio de igualdad de trato y de oportunida-
des entre mujeres y hombres en todo lo concerniente a la creación y producción artística e
intelectual y a la difusión de la misma, desarrollando actuaciones como: adoptar iniciativas
destinadas a favorecer la promoción específica de las mujeres en la cultura y a combatir su
discriminación estructural y/o difusa; políticas activas de ayuda a la autoría femenina con
incentivos económicos; presencia equilibrada de mujeres y hombres en la oferta artística
y cultural pública en los órganos consultivos y científicos; propiciar el intercambio cultural,
intelectual y artístico nacional e internacional. Y en general apoyar todas las acciones po-
sitivas necesarias para corregir las situaciones de desigualdad en la producción y creación
intelectual, artística y cultural de las mujeres.
A la importante cuestión de la política de salud (art. 27), hace referencia la Ley
en el sentido de que las Administraciones públicas garantizarán un igual derecho a la
salud de mujeres y hombres, a través de la integración activa, en los objetivos y en las
actuaciones de la política de salud, del principio de igualdad de trato, evitando que por
sus diferencias biológicas o por los estereotipos sociales asociados, se produzcan discri-
minaciones entre unas y otros.
Las Administraciones públicas, a través de sus Servicios de Salud y de los órganos
competentes en cada caso, desarrollarán, de acuerdo con el principio de igualdad de opor-
tunidades, las siguientes actuaciones:
a) La adopción sistemática, en la educación sanitaria, de iniciativas destinadas a fa-
vorecer la promoción específica de la salud de las mujeres, así como a prevenir su
discriminación.
b) El fomento de la investigación científica que atienda a la diferencia entre mujeres y
hombres.
c) La consideración y protección de la mejora de la salud laboral, y ante el acoso
sexual y el acoso por razón de sexo.
d) La integración del principio de igualdad en la formación del personal sanitario que
pueda atender las situaciones de violencia de género; la presencia equilibrada de
mujeres y hombres en los puestos directivos y de responsabilidad profesional del
conjunto del Sistema Nacional de Salud.
e) La obtención y el tratamiento desagregados por sexo, siempre que sea posible,
de los datos contenidos en registros, encuestas, estadísticas u otros sistemas de
información médica y sanitaria.
Sobre la Sociedad de la Información (art. 28), la Ley nos habla de que:
1. Todos los programas públicos de desarrollo de la Sociedad de la Información incor-
porarán la efectiva consideración del principio de igualdad de oportunidades entre
mujeres y hombres en su diseño y ejecución.
2. El Gobierno promoverá la plena incorporación de las mujeres en la Sociedad de
la Información mediante el desarrollo de programas específicos, en especial, en
materia de acceso y formación en tecnologías de la información y de las comunica-
ciones, contemplando las de colectivos de riesgo de exclusión y del ámbito rural.
3. El Gobierno promoverá los contenidos creados por mujeres en el ámbito de la So-
ciedad de la Información.
4. En los proyectos del ámbito de las tecnologías de la información y la comunicación
sufragados total o parcialmente con dinero público, se garantizará que su leguaje y
contenidos sean no sexistas.
Tanto RTVE como la Agencia EFE, promoverán la incorporación de las mujeres a puestos
de responsabilidad directiva y profesional, y fomentarán la relación con asociaciones y grupos
de mujeres para identificar sus necesidades e intereses en el ámbito de la comunicación.
También la igualdad ha de hacerse patente en los medios de comunicación de titu-
laridad privada, de forma que todos ellos, respetarán la igualdad entre mujeres y hombres,
evitando cualquier forma de discriminación. La publicidad que comporte una conducta dis-
criminatoria de acuerdo con esta Ley, se considerará publicidad ilícita.
El Título Cuarto (arts. 42 a 50), se ocupa del derecho al trabajo en igualdad de
oportunidades, incorporando medidas para garantizar la igualdad entre mujeres y hombres
en el acceso al empleo, en la formación y en la promoción profesionales, y en las condicio-
nes de trabajo. Se incluye además, entre los derechos laborales de los trabajadores y las
trabajadoras, la protección frente al acoso sexual y al acoso por razón de sexo.
Además del deber general de las empresas de respetar el principio de igualdad en el
ámbito laboral, se contempla, específicamente, el deber de negociar planes de igualdad en
las empresas de más de doscientos cincuenta trabajadores o trabajadoras. La relevancia
del instrumento de los planes de igualdad explica también la previsión del fomento de su
implantación voluntaria en las pequeñas y medianas empresas.
Por todo ello, según la Ley en cuestión: “Los planes de igualdad de las empresas son
un conjunto ordenado de medidas, adoptadas después de realizar un diagnóstico de si-
tuación, tendentes a alcanzar en la empresa la igualdad de trato y de oportunidades entre
mujeres y hombres y a eliminar la discriminación por razón de sexo. Los planes de igualdad
fijarán los concretos objetivos de igualdad a alcanzar, las estrategias y prácticas a adoptar
para su consecución, así como el establecimiento de sistemas eficaces de seguimiento
y evaluación de los objetivos fijados, para lo cual, los planes de igualdad podrán contem-
plar, entre otras, las materias de acceso al empleo, clasificación profesional, promoción y
formación, retribuciones, ordenación del tiempo de trabajo para favorecer, en términos de
igualdad entre mujeres y hombres, la conciliación laboral, personal y familiar, y prevención
del acoso sexual y del acoso por razón de sexo. Estos planes incluirán la totalidad de una
empresa, sin perjuicio de las particularidades de algunos centros de trabajo.
Para favorecer la incorporación de las mujeres al mercado de trabajo, se establece
un objetivo de mejora del acceso y la permanencia en el empleo de las mujeres, potencian-
do su nivel formativo y su adaptabilidad a los requerimientos del mercado de trabajo me-
diante su posible consideración como grupo de población prioritario de las políticas activas
de empleo. Igualmente, la Ley recoge una serie de medidas sociales y laborales concretas,
que quedan reguladas en las distintas Disposiciones Adicionales de dicha Ley.
La medida más innovadora para favorecer la conciliación de la vida personal, familiar y
laboral es el permiso de paternidad de trece días de duración, ampliable en caso de parto
múltiple en dos días más por cada hijo o hija a partir del segundo. Se trata de un derecho
individual y exclusivo del padre, que se reconoce tanto en los supuestos de paternidad bio-
lógica como en los de adopción y acogimiento. También se introducen mejoras en el actual
permiso de maternidad, ampliándolo en dos semanas para los supuestos de hijo o hija con
discapacidad, pudiendo hacer uso de esta ampliación indistintamente ambos progenitores.
Estas mismas mejoras se introducen igualmente para los trabajadores y trabajadoras
autónomos y de otros regímenes especiales de la Seguridad Social.
En relación con la reducción de jornada por guarda legal se amplía, por una parte, la
edad máxima del menor que da derecho a la reducción, que pasa de seis a ocho años, y se
reduce, por otra, a un octavo de la jornada el límite mínimo de dicha reducción. También se
reduce a cuatro meses la duración mínima de la excedencia voluntaria y se amplía de uno
a dos años la duración máxima de la excedencia para el cuidado de familiares. Se reconoce
la posibilidad de que tanto la excedencia por cuidado de hijo o hija como la de por cuidado
de familiares puedan disfrutarse de forma fraccionada.
Asimismo, se adaptan las infracciones y sanciones y los mecanismos de control de los
incumplimientos en materia de no discriminación. Es particularmente novedosa, en este ámbito,
la posibilidad de conmutar sanciones accesorias por el establecimiento de Planes de Igualdad.
Las modificaciones en materia laboral comportan la introducción de algunas novedades
en el ámbito de Seguridad Social, recogidas en las Disposiciones Adicionales de la Ley.
Entre ellas deben destacarse especialmente la flexibilización de los requisitos de cotización
previa para el acceso a la prestación de maternidad, el reconocimiento de un nuevo subsi-
dio por la misma causa para trabajadoras que no acrediten dichos requisitos o la creación
de la prestación económica por paternidad.
El Título Quinto trata de el principio de igualdad en el empleo público; en su Ca-
pítulo Primero, regula los criterios generales de actuación a favor de la igualdad para el
conjunto de las Administraciones públicas y, en su Capítulo II, la presencia equilibrada
de mujeres y hombres en los nombramientos de órganos directivos de la Administración
General del Estado, que se aplica también a los órganos de selección y valoración del
personal y en las designaciones de miembros de órganos colegiados, comités y consejos
de administración de empresas en cuyo capital participe dicha Administración.
Respecto a los criterios de actuación, las Administraciones públicas, en el ámbito
de sus respectivas competencias y en aplicación del principio de igualdad entre mujeres y
hombres, deberán (art. 51):
a) Remover los obstáculos que impliquen la pervivencia de cualquier tipo de discri-
minación, así como fomentar la formación, con el fin de ofrecer condiciones de
igualdad efectiva entre mujeres y hombres en el acceso al empleo público y en el
desarrollo de la carrera profesional.
b) Facilitar la conciliación de la vida personal, familiar y laboral, sin menoscabo de la
promoción profesional.
c) Promover la presencia equilibrada de mujeres y hombres en los órganos de se-
lección y valoración, así como establecer medidas efectivas de protección frente
al acoso sexual y al acoso por razón de sexo, y eliminar cualquier discriminación
retributiva, directa o indirecta por razón de sexo. También evaluarán periódicamente
la efectividad del principio de igualdad en sus ámbitos respectivos.
Respecto a la presencia equilibrada que trata el Capítulo Segundo (arts. 52 y ss.),
tenemos que:
El Gobierno atenderá al principio de presencia equilibrada de mujeres y hombres en el
nombramiento de las personas titulares de los órganos mencionados, considerados en su
conjunto, cuya designación le corresponda. Todos los tribunales y órganos de selección del
personal mencionados anteriormente, responderán al principio de presencia equilibrada
de mujeres y hombres, salvo por razones fundadas y objetivas, debidamente motivadas,
así como su representación en las comisiones de valoración de méritos para la provisión
de puestos de trabajo, que se ajustará a la presencia equilibrada de ambos sexos.
La Administración General del Estado y los organismos públicos vinculados o de-
pendientes de ella, designarán a sus representantes en órganos colegiados, comités
de personas expertas o comités consultivos, nacionales o internacionales, de acuerdo
con el principio de presencia equilibrada de mujeres y hombres, salvo por razones
fundadas y objetivas, debidamente motivadas. Asimismo, observarán este principio en
los nombramientos que le corresponda efectuar en los consejos de administración de las
empresas en cuyo capital participe.
El Capítulo Tercero de este Título Quinto, se dedica a las medidas de igualdad en el em-
pleo en el ámbito de la Administración General del Estado y para los organismos públicos vin-
culados o dependientes de ella, en sentido análogo a lo previsto para las relaciones de trabajo
en el sector privado, y con la previsión específica del mandato de aprobación de un protocolo
de actuación frente al acoso sexual y por razón de sexo, a cuyos efectos diremos que:
La aprobación de convocatorias de pruebas selectivas para el acceso al empleo pú-
blico deberá acompañarse de un informe de impacto de género, salvo en casos de urgencia
y siempre sin perjuicio de la prohibición de discriminación por razón de sexo.
Para el personal al servicio de la Administración General del Estado se establece un
régimen de excedencias, reducciones de jornada, permisos u otros beneficios con
el fin de proteger la maternidad y facilitar la conciliación de la vida personal, familiar y
laboral. Con la misma finalidad se reconocerá un permiso de paternidad (art. 56).
En las bases de los concursos para la provisión de puestos de trabajo se computará, a los
efectos de valoración desarrollado y de los correspondientes méritos, el tiempo que las per-
sonas candidatas hayan permanecido en las situaciones a que se refiere el artículo anterior.
El artículo 58, nos habla de la licencia por riesgo durante el embarazo y lactan-
cia, en el sentido de que cuando las condiciones del puesto de trabajo de una funcionaria
incluida en el ámbito de aplicación del mutualismo administrativo pudiera influir negativa-
mente en la salud de la mujer, del hijo e hija, podrá concederse licencia por riesgo durante
el embarazo, en los mismos términos y condiciones previstas en la normativa aplicable. En
estos casos, se garantizará la plenitud de los derechos económicos de la funcionaria du-
rante toda la duración de la licencia, de acuerdo con lo establecido en la legislación espe-
cífica. Esta disposición será también de aplicación durante el período de lactancia natural.
Cuando el período de vacaciones coincida con una incapacidad temporal derivada del
embarazo, parto o lactancia natural, o con el permiso de maternidad, o con su ampliación
por lactancia, la empleada pública tendrá derecho a disfrutar las vacaciones en fecha dis-
tinta, aunque haya terminado el año natural al que correspondan. Gozarán de este mismo
derecho quienes estén disfrutando de permiso de paternidad (art. 59).
El artículo 64 narra que: el Gobierno aprobará al inicio de cada legislatura, un Plan para
la Igualdad entre mujeres y hombres en la Administración General del Estado.
aplicación en las Fuerzas Armadas, con las adaptaciones que resulten necesarias y en los
términos establecidos en su normativa específica (art. 66).
Respecto a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, tenemos que, según los
arts. 67 y 68:
Las normas reguladoras de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado promoverán la
igualdad efectiva entre mujeres y hombres, impidiendo cualquier discriminación profesional, espe-
cialmente, en el sistema de acceso, formación, ascensos, destinos y situaciones administrativas.
Las normas referidas al personal al servicio de las Administraciones públicas en materia
de igualdad, prevención de la violencia de género y conciliación de la vida personal, familiar
y profesional, serán de aplicación en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, adap-
tándose, en su caso, a las peculiaridades de las funciones que tienen encomendadas, en
los términos establecidos en su normativa específica.
El Título Sexto de la Ley está dedicado a la igualdad de trato en el acceso a bienes
y servicios y su suministro, con especial referencia a los seguros (arts. 69 a 72).
Todas las personas físicas o jurídicas que, en el sector público o en el privado, suministren
bienes o servicios disponibles para el público, ofrecidos fuera del ámbito de la vida privada y fa-
miliar, estarán obligadas, en sus actividades, al cumplimiento del principio de igualdad de trato
entre mujeres y hombres, evitando discriminaciones, directas o indirectas, por razón de sexo.
Lo previsto en el apartado anterior no afecta a la libertad de contratación, incluida la
libertad de la persona de elegir a la otra parte contratante, siempre y cuando dicha elección
no venga determinada por su sexo. No obstante lo anterior, serán admisibles las diferencias
de trato en el acceso a bienes y servicios cuando estén justificadas por un propósito legíti-
mo y los medios para lograrlo sean adecuados y necesarios.
En el acceso a bienes y servicios, ningún contratante podrá indagar sobre la situación de em-
barazo de una mujer demandante de los mismos, salvo por razones de protección de su salud.
Se prohíbe la celebración de contratos de seguros o de servicios financieros afines en
los que, al considerar el sexo como factor de cálculo de primas y prestaciones, se gene-
ren diferencias en las primas y prestaciones de las personas aseguradas.
No obstante, reglamentariamente, se podrán fijar los supuestos en los que sea admi-
sible determinar diferencias proporcionadas en las primas y prestaciones de las personas
consideradas individualmente, cuando el sexo constituya un factor determinante de la eva-
luación del riesgo a partir de datos actuariales y estadísticos pertinentes y fiables.
Los costes relacionados con el embarazo y el parto no justificarán diferencias en
las primas y prestaciones de las personas consideradas individualmente sin que puedan
autorizarse diferencias al respecto.
El incumplimiento de lo anterior llevará consigo el derecho a indemnización por los
daños y perjuicios sufridos. En el ámbito de los contratos de seguros o de servicios finan-
cieros afines, el incumplimiento otorgará al contratante perjudicado, el derecho a reclamar
la asimilación de sus primas y prestaciones a las del sexo más beneficiado, manteniéndose
en los restantes extremos la validez y eficacia del contrato.
17.1. INTRODUCCIÓN
La Exposición de Motivos de la Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de
la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia, empieza
resaltando una dirección esencial al expresar que: “La atención a las personas en situación
de dependencia y la promoción de su autonomía personal constituye uno de los principales
retos de la política social de los países desarrollados. El reto no es otro que atender las
necesidades de aquellas personas que, por encontrarse en situación de especial vulnerabi-
lidad, requieren apoyos para desarrollar las actividades esenciales de la vida diaria, alcanzar
una mayor autonomía personal y poder ejercer plenamente sus derechos de ciudadanía”.
17.2. DEFINICIONES
Autonomía: la capacidad de controlar, afrontar y tomar, por propia iniciativa, decisiones
personales acerca de cómo vivir de acuerdo con las normas y preferencias propias así como
de desarrollar las actividades básicas de la vida diaria.
Dependencia: el estado de carácter permanente en que se encuentran las personas
que, por razones derivadas de la edad, la enfermedad o la discapacidad, y ligadas a la falta
o a la pérdida de autonomía física, mental, intelectual o sensorial, precisan de la atención
de otro u otras personas o ayudas importantes para realizar actividades básicas de la vida
diaria o, en el caso de las personas con discapacidad intelectual o enfermedad mental, de
otros apoyos para su autonomía personal.
Actividades Básicas de la Vida Diaria (ABVD): las tareas más elementales de la per-
sona que le permiten desenvolverse con un mínimo de autonomía e independencia, tales
como el cuidado personal, las actividades domésticas básicas, la movilidad esencial,
reconocer personas y objetos, orientarse, entender y ejecutar órdenes o tareas sencillas.
Necesidades de apoyo para la autonomía personal: las que requieren las personas
que tienen discapacidad intelectual o mental para hacer efectivo un grado satisfactorio de
autonomía personal en el seno de la comunidad.
Cuidados no profesionales: la atención prestada a personas en situación de dependen-
cia en su domicilio, por personas de la familia o de su entorno, no vinculadas a un servicio
de atención profesionalizada.
Cuidados profesionales: los prestados por una institución pública o entidad, con y sin
ánimo de lucro, o profesional autónomo entre cuyas finalidades se encuentre la prestación
de servicios a personas en situación de dependencia, ya sean en su hogar o en un centro.
Asistencia personal: servicio prestado por un asistente personal que realiza o colabora
en tareas de la vida cotidiana de una persona en situación de dependencia, de cara a fo-
mentar su vida independiente, promoviendo y potenciando su autonomía personal.
Tercer sector: organizaciones de carácter privado surgidas de la iniciativa social o ciu-
dadana, bajo diferentes modalidades que responden a criterios de solidaridad, con fines de
interés general y ausencia de ánimo de lucro, que impulsan el reconocimiento y el ejercicio
de los derechos sociales.
c) Residir en territorio español y haberlo hecho durante cinco años, de los cuales dos
deberán ser inmediatamente anteriores a la fecha de presentación de la solicitud.
Para los menores de cinco años el período de residencia se exigirá a quien ejerza
su guardia o custodia.
Las personas que, reuniendo los requisitos anteriores, carezcan de la nacionalidad
española se regirán por lo establecido en la Ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero (y sus
modificaciones), sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración
social, en los Tratados Internacionales y en los convenios que se establezcan con el país de
origen. Para los menores que carezcan de la nacionalidad española se estará a lo dispuesto
en las Leyes del Menor vigentes, tanto en el ámbito estatal como en el autonómico, así
como en los Tratados Internacionales.
El Gobierno podrá establecer medidas de protección a favor de los españoles no resi-
dentes en España.
El Gobierno establecerá, previo acuerdo del Consejo Territorial del Sistema para la Au-
tonomía y Atención a la Dependencia, las condiciones de acceso al Sistema de Atención a
la Dependencia de los emigrantes españoles retornados.
1. Según la Declaración Universal de los Derechos Humanos, los hombres y mujeres, sin
restricción alguna, tienen derecho a casarse y fundar una familia, a partir de:
a) La edad núbil.
b) Los 18 años.
c) Su emancipación.
a) Serán elegidos entre personas de gran integridad moral y reconocida competencia en la administración
de justicia, particularmente en derecho civil.
b) En su composición se tendrá en cuenta la necesidad de una representación equilibrada de
géneros basada en los principios de igualdad y no discriminación.
c) No podrá tener tres miembros de la misma nacionalidad.
a) Dualismo Social.
b) Una interacción cultural.
c) Etnocentrismo y Relativismo Cultural.
7. Entre los aspectos de la globalización que menos contestación tiene para los antiglo-
balizadores, por resultar muy positivo para este movimiento, se encuentra:
a) Que consumen más productos externos y aumentan su nivel de renta per cápita.
b) Que desarrollan más otros sectores productivos para equilibrar la balanza económica.
c) Que pierden capacidad de desarrollo y por tanto aumenta su pobreza.
a) Económico.
b) Político.
c) Judicial.
10. Una característica de las sectas denominadas destructivas por tener ideologías incom-
patibles con los derechos humanos, es:
a) Estructura no piramidal.
b) No se aplican técnicas de lavado de cerebro.
c) Acceso libre y de forma voluntaria.
a) Los espectadores que realizan actividades vandálicas dentro del propio campo de futbol.
b) Los espectadores que asisten a un cualquier recinto deportivo, especialmente a campos de fútbol, y
realizan actividades de vandálicas dentro de él.
c) Los seguidores de un determinado equipo de fútbol que realizan actividades vandálicas tanto
dentro como fuera del campo donde juega su equipo.
12. ¿Cuál de las siguientes respuestas contiene grupos de tribus urbanas catalogadas
como no violentas?
14. Es una característica de los estereotipos, como ideas que tenemos sobre los com-
ponentes de un grupo y que nos condicionan en nuestras conductas:
17. La principal teoría sobre los movimientos migratorios y sus causas, está basada en
factores de:
a) Expulsión y atracción.
b) Estado de bienestar social.
c) Necesidades económicas y desarrollo.
20. La introducción del término Ecología urbana, como aquella parte de la sociología que se
dedica al estudio de las relaciones entre la población de una ciudad con el ecosistema, se debe a:
21. Para Louis Wirth, la forma de vida de una gran ciudad, es decir, lo urbano, viene
influenciado por:
22. El concepto de masa congregada, violenta, activa y conflictiva viene definido por el
término:
a) Multitud.
b) Masa difusa.
c) Turba.
a) Proactivo.
b) Reactivo.
c) Global.
24. La teoría sobre el delito que se basa en que el comportamiento criminal es aprendido
socialmente, tiene su base en:
a) La Desviación cultural.
b) El Aprendizaje social.
c) La Aprehensión social.
26. Cuando se consiguen los mismos efectos que proporciona una droga, pero cada vez
consumiendo menos cantidad de la misma, estamos ante un efecto conocido como:
a) Tolerancia.
b) Tolerancia inversa.
c) Tolerancia cruzada.
28. La principal diferencia que existe entre la transmisión denominada FM con respecto
a la AM es:
31. Si al usar el procesador de texto Microsoft Word, nos marca una palabra como erró-
nea y nosotros creemos que está correcta, qué haremos:
a) Usar la opción Corrector Ortográfico.
b) Usar la opción Saltar Palabra.
c) Usar la opción Omitir todas del menú contextual.
32. Al pulsar las teclas “CTR+L” en el procesador de texto Microsoft Word se realiza la
siguiente acción:
a) Se abre el menú Fuente.
b) Se abre la ventana de diálogo Buscar y Reemplazar.
c) Se deshace la acción últimamente realizada.
33. Señale la respuesta que contenga lo que el procesador de texto Microsoft Word
considera caracteres ocultos no imprimibles:
a) Letras, números, signos de puntuación, espacios en blanco y símbolos especiales.
b) Tabulaciones, saltos de página, y saltos de párrafo.
c) Letras, números, espacios en blanco, símbolos especiales y saltos de párrafo.
39. ¿Cómo se consigue que la bala salga por la boca del cañón cuando se produce el
disparo en un arma de fuego?
a) Aprovechando la energía de los gases procedentes de la deflagración de la pólvora.
b) Por la fuerza expansiva de los mecanismos del arma.
c) Por medio de la fuerza impulsora originada por los gases comprimidos.
1. a) La edad núbil.
4. b) Establecerá un programa de visitas periódicas por sorteo entre los Estados parte del Protocolo.
9. a) Económico.
11. c) Los seguidores de un determinado equipo de fútbol que realizan actividades vandálicas
tanto dentro como fuera del campo donde juega su equipo.
22. c) Turba.
23. c) Global.
35. b) Conjunto de normas para que dos ordenadores puedan comunicarse a través de una red.
37. a) El arma de fuego que se recarga por intervención del factor humano, después de cada disparo
mediante un mecanismo accionado por el tirador.
38. a) Arma de fuego que, estando en proceso de fabricación, ya está preparada para efectuar
el disparo, aunque para su total terminación falten todavía otras operaciones.