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Abstract

En su obra Meditaciones Cartesianas, el filosofo Edmund Husserl desea llevar a cabo la


misión cartesiana de fundar una ciencia libre de prejuicios que funcione Como una
fundamentación absoluta de toda ciencia particular. En este intento de eliminar todo
prejuicio en búsqueda de esta ciencia Husserl deriva en la denominada fenomenología.
Frente a esto, en la segunda meditación ramifica las ciencias por debajo de esta. En este
“árbol científico” (por llamarlo de alguna manera) se ubica a las ciencias particulares por
debajo de la fenomenología como derivados de esta; pero hay un problema. Existe un
conjunto de conocimientos de la cual la fenomenología (y todo conocimiento humano)
depende: el lenguaje. Por lo tanto, donde se posicionaría el estudio del lenguaje o la
gramática pura? Por arriba de esta fenomenología, al mismo nivel de ésta, entre esta y
las demás ciencias o al mismo nivel de las otras? En esta monografía se intentara de
responder esta pregunta a través de un análisis comparativo con Kant y una exposición
metafísica del lenguaje en relación al conocimiento.

Husserl y su objetivo

Husserl en su obra Meditaciones Cartesianas procede hacia la creación de una ciencia


libre de prejuicios en la cual todo conocimiento pueda fundamentarse. Para lograr esto,
Husserl decide seguir los pasos del francés Rene Descartes; quien sirve para el como de
inspiración para llegar a la fundación de esta ciencia a la cual el denomina fenomenología
trascendental. Con el mismo objetivo que Descartes y también su mismo método de
suspensión total de todo conocimiento; Husserl procede a la fundación de esta ciencia
universal: “…lo primero, dejar en suspenso todas las convicciones validas hasta ahora
para nosotros, y con ellas todas nuestras ciencias.”; “La idea directriz de nuestras
meditaciones será, como para Descartes, la de una ciencia que hay que fundamentar con
radical autenticidad y últimamente la de una ciencia universal.” (Meditaciones
Cartesianas; E. Husserl; Ed. Fondo de Cultura Económica; Pág. 47). Aunque es
influenciado en gran medida por el padre de la filosofía moderna (a tal punto de
autodenominarse “neo-cartesiano”); difiere con él y lo acusa de haberse dejado llevar
(ingenuamente) por los prejuicios de su tiempo. Edmund dice que Descartes se dejó

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llevar por el prejuicio respecto de la inefabilidad de la geometría y que esto lo llevo a
modelar una ciencia en función a esta ultima, cayendo así en un prejuicio del cual Husserl
desea alejarse: “Descartes tenía por adelantado un ideal de ciencia, el de la geometría, o
si se quiere, el de la ciencia matemática de la naturaleza. Este ideal decide, como un
prejuicio fatal, de aquellos siglos, y decide también, sin ser sometido a critica, de las
Meditaciones mismas.” “Nada de esto puede influir sobre nosotros.” (Meditaciones
Cartesianas; E. Husserl; Ed. Fondo de Cultura Económica; Pág. 47 y 48). Teniendo en
cuenta esto, Husserl decide eliminar no solo todos los prejuicios (conceptos, ciencias,
etc.) sino que además elimina los modelos de ciencia a seguir para la conformación de
esta ciencia universal y retomar los pasos cartesianos a partir del “descubrimiento” del
cogito. Husserl así llega a la conclusión de que todo conocimiento, si parte desde el
cogito, entonces parte desde la subjetividad transcendental del ego; hay una transición
desde la subjetividad trascendental a la objetividad trascendental.
Luego de eliminar no solo todos los contenidos prejuicios y modelos científicos a seguir
(esto último siendo algo que para Husserl, Descartes había fallado en hacer), Husserl se
queda con la fenomenología; la ciencia universal sin modelo previo (no conformada en
post del modelo de una ciencia ya existente como la matemática o la física) ni conceptos
que le permitirían al filósofo hacer una recopilación objetiva de los datos del mundo que
lo rodea. El filósofo que practique la fenomenología simplemente contemplará sin
reflexión, sin prejuicio ni nada: “…la actitud fenomenológicamente modificada, y con
constancia mantenida en esta modificación, consiste en que se lleva a cabo una escisión
del yo, en que sobre el yo ingenuamente interesado se instala el yo fenomenológico como
<<espectador desinteresado>>. Que esto tiene lugar, es ello mismo accesible por medio
de una nueva reflexión, que como trascendental requiere una vez más adoptar
precisamente esta actitud de espectador <<desinteresado>>, con el único interés que le
queda, el de ver y describir adecuadamente.” (Meditaciones Cartesianas; Edmund
Husserl; Ed. Fondo de Cultura Económica; Pág. 82).
Esta fenomenología surge así como una practica meramente descriptiva, sin ninguna
reflexión que altere lo percibido: “…la reflexión altera la vivencia primitiva.”
(Meditaciones Cartesianas; Edmund Husserl; Ed. Fondo de Cultura Económica; Pág. 81).
No existe vivencia alguna sin reflexión previa ya que todo surge a partir del cogito, en

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otras palabras, del pensamiento originario que habilita pensar en la existencia de todo. De
este modo, aunque haya una reflexión que altere la vivencia, no es una basada en
prejuicios de tipo cientificistas o modelos de ciencia que moldean la visión del individuo
respecto de lo que contempla; utilizara la reflexión para librarse de esos prejuicios y
poder ver con “claridad” y “limpieza”: “De este modo se hacen accesibles a la
descripción, puros de todas las asunciones previas y simultaneas del contemplador, todos
los acontecimientos de la vida orientada hacia el mundo, con todas sus posiciones de
realidad simples y fundadas, y los correlativos modos del ser, como ser cierto, ser posible
y probable, ser bello y bueno, ser útil, etcétera.” Meditaciones Cartesianas; Edmund
Husserl; Ed. Fondo de Cultura Económica; Pág. 82). Esto de cómo resultado que no hay
nada previo a esta fenomenología, y esta quede situada en una posición de ciencia
originaria que será sin prejuicios y que luego servirá como fundación y base de cualquier
otra ciencia particular: “Una ciencia inauditamente original entra en nuestro circulo
visual: una ciencia de la subjetividad trascendental concreta, como subjetividad dada en
una experiencia trascendental real y posible: ciencia que constituye el extremo opuesto a
las ciencias en el sentido vigente hasta aquí, a las ciencias <<objetivas>>.”
(Meditaciones Cartesianas; Edmund Husserl; Ed. Fondo de Cultura Económica; Pág. 77).
Esta fenomenología, raíz de toda ciencia, surge a partir de las contemplaciones primitivas
en función de una descripción sin prejuicios del mundo. Pero al ser la ciencia que se basa
en la idea antes mencionada, esta es la ciencia de la subjetividad trascendental, a partir de
la cual se darán las otras ciencias particulares objetivas (física, química, biología, entre
otros). La fenomenología permitiría al individuo practicante de esta obtener
conocimientos universales y válidos. Libres de las superficialidades de los prejuicios y
modelos del conocimiento humano (modelos científicos, prejuicios sensibles, conceptos
englobantes, entre otros) y en su estado esencial más puro, aquellos que sea conocido por
la ciencia fenomenológica husserliana será un conocimiento esencial, valido y mas
importantemente, universal; aplicable a y utilizable para cualquier campo del
conocimiento. Las ciencias que luego surjan de la fenomenología podrán “alimentarse”
de los conocimientos obtenidos a partir del método fenomenológico serán ciencias
basadas en conocimientos universales, carácter transferible a aquello que se derive de
estos (siempre y cuando se respeten las leyes lógicas que gobiernan el conocimiento). De

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esta manera se podrá cumplir el objetivo de Husserl y de la filosofía en general: la
obtención de conocimiento universalmente valido.
Así que si tenemos que sintetizar este “árbol” de Husserl; podría hacerse del siguiente
modo: en las raíces esta el cogito, el ego, la fenomenología; desde ahí crece el
conocimiento objetivo, las ciencias particulares, las cuales teniendo prejuicios, modelos y
conceptos, tomarán el conocimiento tomado de la fenomenología y la usaran en pos de la
explicación de los fenómenos que buscan explicar.

Objeción a la fenomenología

Presentado este esquema, hay una objeción que se le puede hacer al modelo de Husserl.
El autor desea eliminar todo prejuicio, todo concepto, todo modelo, todo aquello que
pueda “alterar” nuestras vivencias. Esto dice poder lograrlo a través del pensamiento.
Esta actividad mental le permitiría limpiar lo estudiado de su superficialidad y llegar a la
esencia de aquello que se busca, obteniendo así un concepto limpio de prejuicios y
“puro”. Esta seria la manera de obtener un conocimiento universal valido para el autor:
“Únicamente en dicha pureza pueden estos acontecimientos convertirse en temas de una
crítica de la conciencia con alcance universal, como la requiere por necesidad nuestro
propósito de llegar a una filosofía.” (Meditaciones Cartesianas; Edmund Husserl; Ed.
Fondo de Cultura Económica; Pág. 82).Pero el autor se olvida de tener en cuenta algo
fundamental. Todo aquello que hacemos, que observamos, que identificamos, le damos
un nombre y un significado, los cuales unimos: “<<La formación… de un concepto no
consiste en separar los atributos del mismo objeto y capacitarnos para concebir esos
atributos separados de todos los demás. Ni los concebimos, ni los pensamos, ni los
conocemos de ninguna manera como cosa aparte, sino solamente como formando –en
combinación con otros muchos atributos- la idea de un objeto individual. Pero aunque
pensándolos como parte de una conglomeración mayor, tenemos el poder de fijar nuestra
atención sobre ellos, haciendo caso omiso de los demás atributos con los cuales los
pensamos combinados”; “>>Lo que principalmente nos capacita para hacer esto es el
empleo de signos y particularmente la más eficaz y familiar clase de signos, a saber, los
nombres.>>” (Investigaciones Lógicas I; Edmund Husserl; Alianza Editorial; Madrid;

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1999; Pág. 319 y 320). Esta unión nos permite a los individuos abstraer y enfocar nuestra
atención sobre aquello que aislamos. Por ejemplo, se podría observar una mesa cuadrada
de color roja hecha de madera. A través de mis habilidades cognitivas y gramáticas, yo
puedo darle un nombre por ejemplo al carácter rojo de la mesa, un significado asociado a
ese nombre y con eso aislar ese carácter abstrayéndolo como una significado individual
especifico (o sea que pertenece a una especie categóricamente hablando). El punto de la
objeción planteada es que en este proceso de nombramiento, dar significado, abstracción,
etc. hay un lenguaje con una serie de reglas, modelos y conceptos implícitos que habilitan
la recolección de información de la experiencia, su clasificación; entre otros. En otras
palabras, ese proceso da lugar al conocimiento mismo, es la estructura del yo
cognoscente. La pregunta que se puede plantear entonces es: si los conceptos del lenguaje
y las reglas del lenguaje que permiten el conocimiento, el nombramiento y la
significación son a priori, la ciencia que estudie estas reglas, siendo que estudia algo a
priori (dándole este carácter también a la ciencia en si); no hará que esta ciencia este en
la misma “posición” que la fenomenología en relación a las ciencias particulares?

La significación, el lenguaje y el conocimiento

Para responder a esta pregunta, debemos remontarnos a las investigaciones lógicas de


Husserl. Particularmente a la segunda investigación lógica. Titulada La unidad ideal de
la especie y las teorías modernas de la abstracción; Husserl en esta hace una exposición
de las teorías de la abstracción, enfocándose particularmente en las teorías modernas de la
abstracción y conocimiento: “Dos malentendidos han dominado la evolución de las
teorías sobre los objetos universales. Primero: la hipóstasis metafísica de lo universal, la
aceptación de una existencia real de las especies fuera del pensamiento; segundo: la
hipóstasis psicológica de lo universal, la aceptación de una existencia real de las especies
en el pensamiento.”; “ Los malentendidos del realismo platonizante pueden considerarse
como resueltos desde hace mucho tiempo. Los dejaremos a un lado. En cambio, los
motivos mentales, que parecen empujarnos al realismo psicologístico, siguen siendo
todavía eficaces, como demuestra, sobre todo, el modo en que Locke suele ser criticado.

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Al estudio de dichos motivos dedicaremos este capitulo.” (Investigaciones Lógicas I;
Edmund Husserl; Alianza Editorial; Madrid; 1999; Pág. 307 y 308).
A partir de aquí, Husserl explica como los seres humanos conocen a través de la
abstracción y la categorización de los distintos conceptos que pueden ir adquiriendo a
través de la experiencia y la interacción cognitiva con el mundo que los rodea. Además de
esto explica como el ser humano conoce a partir de las teorías de Locke, John Stuart Mill,
Berkeley y Hume y luego procede a introducir las criticas correspondientes a dichas
teorías. Pero nuestro enfoque no va a ser en las teorías de estos filósofos, sino que nuestro
enfoque va a ser en las conclusiones y postulados del propio Husserl para poder entender
como este caracteriza el conocimiento humano.
Husserl comienza haciendo una distinción entre singularidades individuales y
singularidades especificas. Las primeras refieren a la identificación concreta de un
fenómeno o cosa; por ejemplo, una mesa particular que se manifiesta en el espacio-
tiempo, o el color rojo en una silla. Cualquier cosa del mundo concreto perceptible, o
concepto como numero particular o idea particular, cae en esta categoría de Husserl. Por
el otro lado, las singularidades especificas son aquellas que refieren a categorías de
especie. O sea, donde se agrupan ciertos conceptos de forma categórica (como por
ejemplo, la especie del color rojo donde se pueden agrupar muchos rojos fenoménicos del
mundo concreto bajo un mismo “titulo” que los agrupe): “En verdad es totalmente
inevitable distinguir entre singularidades individuales como son, por ejemplo, las cosas
empíricas, y singularidades especificas, como son los números y las multiplicidades de la
matemática, las representaciones y los juicios (los conceptos y las proposiciones) de la
lógica pura. Número es un concepto que, como hemos dicho ya muchas veces,
comprende en sí, como singularidades, el 1, el 2, el 3, etc. Un número es por ejemplo, el
número 2, no un grupo de dos objetos singulares individuales.” (Investigaciones Lógicas
I; Edmund Husserl; Alianza Editorial; Madrid; 1999; Pág. 299). Ahora, cómo hace el
individuo para crear estos grupos o especies y categorizarlos. Nosotros contemplamos
muchos fenómenos individuales que aunque parecen ser el mismo, individualmente no lo
son: “Y así como por el carácter de este modo de aprehensión se ofrece la especie como
objeto universal, así en conexión con él se desarrollan formaciones tales como <<un
rojo>> (es decir, el caso de algo que tiene rojez), o <<este rojo>> (la rojez de esta cosa),

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etc. Destacase la relación primitiva entre la especie y el caso singular; produjese la
posibilidad de considerar comparativamente un muchedumbre de casos singulares y
eventualmente de juzgar con evidencia: que cada caso el momento individual es distinto,
pero <<en>> cada caso esta realizada la misma especie…” (Investigaciones Lógicas I;
Edmund Husserl; Alianza Editorial; Madrid; 1999; Pág. 298). Esto significa que el ser
humano debe agrupar de alguna manera los distintos fenómenos individuales bajo una
categoría. Esta categoría, esta especie, se forma a partir de una agrupación de fenómenos
similares a las que se las agrupa a partir de un nombre para poder aislar este fenómeno,
abstraerlo y estudiarlo. Esta categorización y agrupación se hace bajo un nombre. Este
nombre se le da a una especie, a un conjunto de fenómenos que comparten semejanzas:
“Los nombres de atributos son, en último análisis, nombres de las semejanzas entre
nuestras sensaciones (u otros sentimientos). Todo nombre universal, ya sea de especie
abstracta o de especie concreta, denota o connota una o varias de esas semejanzas>>.
(Investigaciones Lógicas I; Edmund Husserl; Alianza Editorial; Madrid; 1999; Pág. 303).
Los nombres me permiten categorizar distintos atributos; se unen nombres con
significados y categorizar fenómenos individuales que compartan semejanzas. Los
individuos nombran tanto cosas propias (como por ejemplo, Sócrates o Platón), como
grupos o especies; Husserl en el final de la segunda investigación, en el principio del
parágrafo 42, hace esta distinción en el principio de dicho parágrafo.
A través de la unión entre un nombre y su significado, nosotros somos capaces de
conocer un objeto propio o un atributo de un objeto propio, al cual aislamos (ya que este
puede formar parte de algo más complejo), separándolo de los otros atributos para poder
estudiarlo. Dirigimos nuestra atención sobre algo particular, ya sea un objeto en si o un
atributo de dicho objeto, y lo separamos, abstrayéndolo, para poder conocerlo.

La Gramática Pura

Ahora, cómo es capaz el hombre de hacer estas asociaciones entre significados y


nombres? De explicar esto, las reglas de asociación entre nombre y significado, es lo que
se ocupa la gramática lógica pura de Husserl. La gramática pura de Husserl es la ciencia
que estudia las reglas de significación y asociación entre nombres y significado. Estas

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reglas marcan los parámetros que debe cumplir el individuo para formar nuevos
conceptos: “La gramática lógica pura tiene como objeto el dominio del significado y se
guía en la determinación de este por la diferenciación entre expresiones cerradas y
abiertas, expresiones categoremáticas y sincategoremáticas.” (Gramática formal y
gramática trascendental: de Kant a Husserl; Daniel Leserre; Acta fenomenológica
latinoamericana. Volumen III; México; 2009; Pág. 429). A partir de aquí, se puede
constatar el objeto de estudio de la gramática lógica pura, las leyes de asociación entre
nombres y significados y los parámetros que nos permiten la categorización de
conocimientos. Algo fundamental para seguir con nuestro análisis es entender que estas
leyes que dominan los significados son a priori (independientes de la experiencia): “…
los significados están bajo leyes ‘a priori’, las cuales regulan su enlace para nuevos
significados.”; “Las leyes del significado son, pues, leyes esenciales a priori, de las
cuales depende la formación de nuevos significados.” (Gramática formal y gramática
trascendental: de Kant a Husserl; Daniel Leserre; Acta fenomenológica latinoamericana.
Volumen III; México; 2009; Pág. 429). Todo lo que responda a estas leyes del significado
podrán tener significado, si no responden a estas, no podrán tenerlo: “las formas
establecidas dentro de este marco proporciona significados “realmente existentes como
significados”.”; “Todos los significados posibles se hallan inscritos dentro de tipos de
estructuras categoriales, tipos que se hallan prescritos a priori en la idea general de
significado.” (Gramática formal y gramática trascendental: de Kant a Husserl; Daniel
Leserre; Acta fenomenológica latinoamericana. Volumen III; México; 2009; Pág. 431 y
432).

Comparación con Kant

En pos de nuestra ambición de responder la pregunta de donde se ubica la gramática


lógica pura, tenemos que hacer una comparación que nos permita justificar la respuesta
que daremos a la pregunta. Para esto, se puede tomar la postura del propio Kant a partir
de su obra Crítica de la Razón Pura. Tomando el análisis de la estética y de la lógica
trascendental y comparándola con la gramática lógica pura de Husserl, podremos ubicar a
esta en relación a la fenomenología y las demás ciencias del esquema husserliano.

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En la Critica de la Razón Pura, Kant busca responder la pregunta que le permitiría la
práctica de la metafísica (razonablemente). La pregunta siendo si se pueden realizar
juicios sintéticos a priori (o sea, realizar juicios que impliquen la obtención de predicados
que no están supuestos en los sujetos o conceptos de los cuales se extraen). Kant busca
responder esta pregunta, y para esto lo primero que Kant hace es intentar de entender
cuales son las facultades humanas y sus límites, para poder trazar entender hasta que
punto el ser humano es capaz de realizar este tipo de juicios y no caer en la realización de
juicios que no tenga capacidad de justificar (por sus facultades naturales de ser humano);
eso que Kant llama conocimiento nouménico. Para esto Kant desarrolla la estética
trascendental y la lógica trascendental, dando pie a la investigación de lo que Kant
considera las dos facultades humanas del conocimiento: la sensibilidad (la cual estudia en
la estética trascendental) y la razón (la cual estudia en la lógica trascendental).
A través de estas dos secciones de su obra, Kant estudia los limites, la forma del
conocimiento y la forma tanto de la razón como la de la sensibilidad. Empezando por la
estética trascendental, Kant investiga las peculiaridades de la percepción, la cual para él
tienen la forma del espacio y el tiempo, y por lo tanto, son las formas en las cuales los
fenómenos de la sensibilidad se nos presentan (pueden tener otra forma o algo más, pero
a nosotros como seres humanos con una percepción determinada de esta manera, se nos
presenta con esta forma, el objeto en sí es algo incognoscible para Kant). Luego de este
planteo, Kant realiza las exposiciones metafísicas y trascendentales del espacio y el
tiempo, para justificar su carácter a priori y trascendental. A través de estas Kant no solo
llega a la conclusión de que estas son independientes de nuestra experiencia sensorial
(por lo tanto cualquier estudio de estas no pueden ser realizadas de forma a posteriori),
sino que además de estas dependen nuestra experiencia sensorial, ya que el espacio y el
tiempo son las formas mismas de nuestra sensibilidad, por lo tanto todo aquello que
percibimos obtiene su forma (para nosotros) en función del espacio y tiempo. Teniendo
esto en cuenta, el estudio del espacio y el tiempo seria un estudio de conceptos a priori ya
que no podemos estudiarlas a partir de nuestra experiencia sensible a posteriori, debemos
remontarnos a su estudio de forma a priori (esto se puede ver muy bien en el primer
argumento de las exposiciones metafísicas, donde Kant dice que para estudiar el espacio,
hacemos recortes de este pero no podemos contemplar el espacio en sí ya que este es

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infinito; y también en el segundo argumento de la exposición metafísica, donde dice que
podemos imaginar espacios sin objetos pero no objetos sin espacio).
Luego de la exposición de la sensibilidad en la estética trascendental, el filosofo procede
de la misma manera para poder entender la conformación de la razón y como esta opera y
nos permite así obtener conocimiento. En la lógica trascendental, Kant llega a la
conclusión de que la razón opera bajo las leyes categóricas del aristotelismo y que estas
son a priori también ya que estas son también la manera en la cual opera nuestra razón,
independientemente de la experiencia mental que llevemos a cabo (de la misma manera
que en la estética trascendental, Kant hace también una exposición metafísica y
trascendental de estas para probar el carácter a priori y trascendental de esta).
En Kant, el estudio llevado a cabo por estética trascendental y la lógica trascendental
elaboran juicios a priori ya que estudian la forma de nuestras facultades de conocimiento.
Estos estudios son previos al estudio de cualquier conocimiento ya que de estos
conocimientos depende la validación correcta de todo conocimiento. El conocimiento de
estas es de carácter a priori, independientes de la sensibilidad y previo a aquello que
pueda conocerse a partir de la esto. Con esto concluimos que la ciencia que estudie lo la
sensibilidad y la razón (la estética y la lógica) serán ciencias trascendentales ya que sus
fundamentos no se encontraran en la experiencia sensible a posteriori, sino que será
previa a esta y servirá como justificación de esta.
En Husserl la noción aunque hay ciertos aspectos comparables a la filosofía y al modelo
de pensamiento kantiano; existen algunas diferencias. Una de ellas por ejemplo es la
noción de trascendental. Aunque ambas apuntan a los conocimientos, para Kant lo
trascendental surge a partir de aquellos conocimientos que proceden de los juicios
sintéticos a priori y el estudio de cómo estos son formados; mientras que Husserl no
tiene tan en cuenta este carácter a priori, sino que lo trascendental esta mayormente
conectado con el cogito, el ego, a partir de lo cual surge un conocimiento. El cogito es el
principio de todo conocimiento en Husserl (noción heredada de Descartes), y lo
trascendental en Husserl se enfoca en esto, en este carácter egológico del individuo y el
conocimiento. En Kant lo trascendental, aunque esta relacionado con el ego (ya que hay
una persona que elabora los juicios y tiene la sensibilidad y la razón para elaborarlos), su

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énfasis es más fuerte en las nociones de los juicios sintéticos a priori y la posibilidad de
llevar estos a cabo.
Notando estas diferencias, podemos igualmente utilizar ciertos elementos kantianos de
forma “estratégica” para poder entender el lenguaje, su carácter a priori y porque
entonces la ciencia que estudie al lenguaje y sus estructuras será una ciencia de carácter
trascendental (desde el punto de vista kantiano)

Exposición metafísica del leguaje

Considerando que existen estas leyes de significación y nombramiento que nos dan los
parámetros para armar los distintos significados que nos ayudan a conocer el mundo (de
estas dependen nuestra categorización de lo vivido); y tomando en cuenta que estas son a
priori (previas e independientes de la experiencia); la ciencia que se ocupe de ellas, o sea,
la gramática lógica pura, desde el punto de vista kantiano, será una ciencia de categoría
trascendental. Esto es así ya que para Kant la ciencia trascendental es aquella que se
ocupa del análisis de los juicios sintéticos a priori, en otras palabras, la formulación de
nuevos conocimientos independientes de la experiencia sensible.
Para justificar esto, podemos hacer una exposición metafísica del lenguaje en relación al
conocimiento y a las categorías:

 Primer argumento metafísico: a través del lenguaje, la categorización y la


abstracción de los fenómenos, somos capaces de obtener conocimiento ya
que podemos entender como conjunto fenómenos individuales (que están
dentro de una especie pero que individualmente, aunque presenten ciertos
atributos similares, son distintos individualmente hablando): “…prodúcese
la posibilidad de considerar comparativamente una muchedumbre de casos
singulares y eventualmente de juzgar con evidencia: que en cada caso el
momento individual es distinto, pero <<en>> cada caso está realizada la
misma especie…” (Investigaciones Lógicas I; Edmund Husserl; Alianza
Editorial; Madrid; 1999; Pág. 298).
 Segundo argumento metafísico: unificamos fenómenos individuales (o
singularidades individuales) bajo un nombre. Este nombre es una especie

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(o una singularidad especifica) bajo el cual categorizamos fenómenos o
atributos similares para poder estudiarlos y conocerlos: “…lo hacemos
dando un nombre especifico a esa combinación de atributos o la clase de
objetos que los poseen. Creamos una asociación artificial entre atributos y
cierta combinación de sonidos articulados, asociación que nos garantiza
que, al oír los sonidos o al ver escritos los caracteres correspondientes, se
alzará en nuestro espíritu la idea de un objeto que posea dichos
atributos…” (Investigaciones Lógicas I; Edmund Husserl; Alianza
Editorial; Madrid; 1999; Pág. 320).
 Tercer argumento metafísico: A través de este proceso de categorización
lingüística, uniendo nombre con significado, nosotros somos capaces de
categorizar, abstraer y entender aquello que se nos presenta, ya que somos
capaces a través de esto de unificar numerosos fenómenos individuales
similares bajo una especie (por las similitudes que estas pueden compartir)
y así poder entender aquello que estudiamos.

Conclusión

A partir de estos argumentos, podemos entender que el lenguaje es en relación al


conocimiento, a priori, ya que a través de este somos capaces de entender, de conocer.
Esto hace al lenguaje, una condición para que pueda darse el conocimiento. El
conocimiento presupone al lenguaje, lo necesita para poder nombrar y dar significado a
las categorías que esta maneja para poder generar nuevo conocimiento.
Luego de haber visto lo trascendental según Kant y que caracteriza bajo esta etiqueta,
podemos concluir que por la naturaleza del lenguaje, aquella ciencia que la estudie tanto
a ella como sus reglas, será una ciencia de tipo trascendental.
Como conclusión de todo esto, teniendo en cuenta el carácter a priori del lenguaje, la
dependencia del conocimiento en función de lenguaje y el carácter trascendental de la
gramática lógica pura, llegamos a la conclusión de que la gramática lógica pura se
ubicara anterior a la fenomenología, y será esta una de que dará fundamento (parcial) a la
fenomenología. Esto se justifica a partir del carácter a posteriori de la fenomenología. La

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fenomenología es una ciencia dirigida al estudio de fenómenos sensibles, los cuales
dependen de las herramientas a priori del lenguaje estudiadas por la gramática pura. Esto
posiciona a la ultima como esta una ciencia del entendimiento que permite fundamentar
la fenomenología.
En la objeción planteada anteriormente, se podría tener en cuenta esto como una forma de
responderla. Las implicancias del lenguaje deben ser tenidas en cuenta en la formación de
nuevo conocimiento. Aunque no como un conocimiento de conceptos, sino como una
“forma”. El lenguaje es la forma, el modelo, la estructura bajo la cual nosotros podemos
formar nuevo conocimiento y la gramática lógica pura se ocuparía de estudiar y entender
esa estructura para saber de que manera podemos construir conocimiento. Es imposible
dejar de lado esto porque sería dejar de lado la estructura misma de nuestra mente y su
capacidad de generar significados y conocimientos nuevos; por esto aunque la
fenomenología pueda eliminar muchos marcos teóricos que pudieran delimitarla, no
puede delimitar esta ultima porque de esta depende cualquier posibilidad de
conocimiento.

Bibliografía

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 Husserl E.; (1931); Meditaciones Cartesianas; México; Ed. Fondo de Cultura
Económica
 Husserl E. (1999); Investigaciones lógicas I; Madrid; Alianza editorial
 Leserre. D (2009); Gramática formal y gramática trascendental: de Kant a
Husserl; México; Acta fenomenológica latinoamericana. Volumen III

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