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Resumen
En la Sierra Otomí-Tepehua, en el estado de Hidalgo, históricamente la
racionalidad desarrollista ha justificado actos de intervención de diverso tipo, ya
sea por su desventaja socioeconómica o para la resolución de problemas sociales,
económicos y/o productivos; en general, han sido intervenciones desde diversas
instancias, gubernamentales y no gubernamentales, donde la mayoría de los
resultados han sido para reforzar dinámicas de asistencialismo y paternalismo que
cosifican a los sujetos. En los últimos días, esta zona se ha visto envuelta en una
serie de manifestaciones socioterritoriales por la tentativa hacia la restricción e
invasión de espacios que los otomíes serranos han usado para las prácticas de
rituales ceremoniales y prácticas agropecuarias.
Correo: 1patriciagallardo@gmail.com
Entender un espacio desde sus distintas formas de apropiación y lecturas –en
general desde ojos externos-, nos obliga a retomar la noción de territorio, el cual
permite vislumbrar y entender diversos procesos que se articulan; por ejemplo,
“tanto los procesos sociales y económicos que se generan en las comunidades,
como los impactos que tienen en lo local las políticas y programas de carácter
nacional, la concreción de las tendencias globalizadoras dominantes, así como la
actuación de los grupos de poder” (Rodríguez, 2005:51).
La Sierra Madre Oriental está formada por diversas sierras paralelas. Una de
éstas se encuentra ubicada en el estado de Hidalgo y es una franja estrecha que
atraviesa los estados de Puebla y Veracruz. A esta sierra se le conoce como
Sierra de Tenango o Sierra Otomí-Tepehua; sin embargo, en la época colonial era
conocida como Sierra de Tutotepec. Hoy componen la sierra tres municipios:
Tenango de Doria, San Bartolo Tutotepec y Huehuetla. Estos municipios se
encuentran habitados por otomíes, principalmente, pero también hay tepehuas,
totonacos y mestizos, en la frontera con la región también encontramos grupos
nahuas. Los otomíes pertenecen a la familia lingüística Oto-mangue, identificada
en la variante de Otomí de la sierra; su autodenominación es ñuju, ñojo y yühu
(Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, 2010).
3Síntesis geográfica del estado de Hidalgo, México, Gobierno del Estado de Hidalgo, 2006, p. 24-
25.
habitantes que viven en 170 localidades, asimismo, en Huehuetla habitan 23 563
habitantes en 85 localidades.4 Cabe mencionar que la mayoría de las localidades
no rebasa los 300 habitantes y la mayor parte de la población es bilingüe otomí-
español, tepehua-español y totonaca-español. La economía de la población
indígena está basada en la siembra de maíz, frijol y cacahuate, el cultivo del café
y, en menor medida, el de la caña de azúcar.
Para los otomíes todo “Costumbre” es denominado como Màté o ‘favor’. Como el
nombre lo indica, cuando los otomíes realizan un “costumbre” es porque irán a
pedir un favor a los dioses. Éste consiste en varias acciones: rezos, ofrendas,
sacrificios, cantos y peregrinaciones.
Fuente: Estimaciones del CONEVAL con base en el MCS-ENIGH 2010 y la muestra del
Censo de Población y Vivienda 2010
6Véase también estimaciones del CONAPO con base en el II Conteo de Población y Vivienda
2005, y Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) 2005, IV Trimestre.
adecuadamente recursos, pérdida de identidad, visión localista, incomprensión del mundo que los
rodea, débil red de relaciones y de alianzas con actores regionales, nacionales y mundiales
(Quintana, 2007:66).
1.1 La organización
7 En las localidades de la sierra se les denomina así a aquellas personas adscritas a los credos
cristianos por aquellos que, en su mayoría, se adscriben a la religión católica.
enojarán” 8, expresiones que reflejan cierta tensión religiosa y comunitaria entre
actores locales que no comparten la significación del espacio sagrado con
aquellos que sí. Manifestaciones que se interpretan como hechos vandálicos que
transgreden la cultura en un nivel interno; sin embargo este no fue el problema
mayor, sino que a raíz de estos hechos se intentó legitimar el desarrollo de lo que
se llamó el “Primer Congreso Internacional Nativo Americano” en Màyónníja
(Iglesia Vieja) o México Chiquito convocado por académicos de la Universidad
Autónoma de Chapingo y otras instituciones, bajo la premisa de tratar temas
referentes a la: “Protección, conservación y resguardo de los lugares sagrados;
Pensamiento originario de América, Biodiversidad, producción y cultura en la
Sierra Madre Oriental”, evento que concentraría actores externos tanto
académicos, estudiantes y autoridades rituales de otros pueblos indígenas. Sin
embargo, a pesar de las “buenas intenciones” hubo reacciones de desacuerdo por
parte de algunos especialistas rituales y actores externos, pues pareciera que se
aprovechaba una problemática local para imponer intereses individuales y
externos.
[…] hay leyes representadas por las imágenes de los Dioses que hay en ese lugar sagrado y por
cualquier descuido que se llegase a cometer una falta en el lugar, los Dioses se podrán enojar y
cuando los Dioses se enojan, hay muertes, peleas, enfermedades, hambre, sequía, fuertes vientos
e intensas lluvias y otros castigos, por no respetar estos cerros sagrados […] […] nosotros los
sabios mayordomos y seguidores nos preocupa que sabios extranjeros vengan a ese lugar que por
años de descendencia tras descendencia hemos cuidado, protegido y respetado lo que los Dioses
nos han pedido hacer y lo hemos hecho por proteger a la humanidad que aunque muchos no
crean, no tomen en cuenta, no les importe lo que hacemos por el mundo, nosotros siempre hemos
8Se refieren al Màyónníja (Iglesia Vieja) o México Chiquito, ubicado en el municipio de San Bartolo
Tutotepec, en los límites de Hidalgo y Veracruz.
trabajado y luchado para que el mundo no sufra inmensas catástrofes (Las comunidades Indígenas
de San Bartolo Tutotepec y vecinos, mayo del 2016)9
[…] estamos molestos que el C. Prof. Luis Pérez Lugo tome sus propias decisiones de realizar con
su congreso […] […] se interviene el evento porque no están enterados los representantes de las
culturas, de que se traigan personas desconocidas a nuestros lugares sagrados sin consultar a
nuestros pueblos indígenas, ya que desconocemos las intenciones de cada uno de las personas
que quiere traer el C. Prof. Luis Pérez Lugo (op, cit)10
Finalmente se logró ejercer presión para llevar el congreso a otro lado a través de
la movilización de la comunidad ritual para el amparo jurídico y la difusión de los
hechos a través de los medios bajo una posición crítica hacia las intenciones
externas.
9 Extracto de carta de denuncia de los hechos firmada por “Las comunidades Indígenas de San
Bartolo Tutotepec y vecinos” con fecha del 23 de mayo del 2016.
10 Ibídem.
Por otro lado, se dio un encuentro, en compañía del grupo de profesionistas que
asesoraron en el amparo, entre la autoridad ritual y el propietario del terreno
donde se asienta la zona sagrada, encuentro que generó el reconocimiento de las
autoridades rituales y el propietario a través de la necesidad de “formalizar”
procesos de vigilancia y convenios entre los diversos actores locales y evitar
futuros eventos propuestos desde actores externos.
Cabe mencionar que previo a este anuncio, desde mediados del 2015 un grupo de
jóvenes y maestros de la Universidad Intercultural del Estado de Hidalgo, de
manera independiente a ésta, comenzaron a asistir a una serie de asambleas
informativas sobre las repercusiones de los megaproyectos que se generaban en
diversas localidades vecinas. Por ejemplo, en la Sierra Norte de Puebla, en el
municipio de Huauchinango en la localidad de Coacuila, se manifestaba la
inconformidad por el paso del ya instalado gasoducto sobre territorio de la
localidad mencionada; así también en el mismo municipio se denunció el despojo
de territorio a pueblos circunvecinos a la presa Necaxa para la instauración de
proyectos turísticos; en Acaxochitlán, municipio hidalguense, en la comunidad de
Zacacuautla se demandaba atención del Estado ante la deforestación de sus
bosques por la tala clandestina por grupos de poder locales; también asistieron a
una asamblea en el municipio de Santiago de Anaya, Hidalgo, donde se denuncia
la construcción y operación de una cementera que extrae recursos acuíferos y
Al principio, las autoridades reaccionaron con molestia del cuestionamiento que se les hizo, sin
embargo, como autoridades tuvieron que apoyar a la comunidad y fue así como las autoridades y
la población de Santa Mónica acudieron a la comunidad de San Pablito, en el estado de Puebla,
para informarse de la situación que también se vivía allá, ya que es una de las comunidades
afectadas. (Relata Lucero Corona, habitante de Santa Mónica y estudiante de la UICEH,
noviembre del 2016).
Las localidades de Santa Mónica, San Nicolás y San Pablito, están pasando por un
proceso en el que se reflexiona sobre la importancia de cuestionar las decisiones que el
gobierno toma, así como de lo indispensable de conocer sus derechos para hacerlos valer.
A la fecha, las comunidades se siguen organizando para reforzar la lucha, es por ello que
el domingo 30 de octubre (2016), las autoridades y la población de San Nicolás y Santa
Mónica acudieron al municipio de Tenango de Doria con el actual presidente municipal
para pedir información relacionada al gasoducto y solicitarle la no autorización de los
permisos de uso de suelo, el presidente accedió platicar con ambas comunidades, sin
embargo, la respuesta no fue favorable ya que el presidente mencionó que no cuenta con
documentos respecto al gasoducto que la administración pasada haya dejado, así mismo
mencionó que hasta la actualidad, no ha dado ningún permiso, no obstante en la población
existe mucha desconfianza hacia el presidente (op, cit).
Si bien es cierto que se constituye un actor colectivo que representa los intereses
de la comunidad otomí –tanto actores locales como externos-, éste se logra
articular con otros actores y redes de movimientos en diversos foros. Espacios y
actores que sirven como plataforma para difundir el agravio más allá de lo local, al
grado de que atrae la atención de observadores de la Organización de las
Naciones Unidas y partidos políticos, quienes han recibido denuncias sobre
diversas violaciones a los Derechos Humanos y al medio ambiente13.
3. A modo de conclusión
Como vemos, en los últimos días, esta zona se ha visto envuelto en una serie
manifestaciones sociales por la tentativa hacia la restricción e invasión de los
territorios que los otomíes serranos han usado para las prácticas de rituales
ceremoniales, agrícolas y pecuarias de manera histórica; en general, para la vida
misma. Son invasiones y restricciones planeadas desde fuera que fungen como
externalidades que han obligado a los actores locales poner de manifiesto sus
Dinámicas sociales que han surgido a partir de ámbitos inmediatos de los propios
actores, en lo local, en la comunidad, en la vida cotidiana, donde se desarrollan
relaciones sociales, económicas, políticas y culturales; es decir, en el territorio
mismo.
Podemos decir entonces, que los procesos de movilización comunitaria por los
agravios a los otomíes, se traducen en acciones colectivas que construyeron y
desarrollaron a partir de determinadas relaciones de poder y de conflicto, como
respuesta a la imposición externa, fueron escenarios que expresan la disputa que
existe entre la racionalidad de la cultura, tanto interna como externa -material e
inmaterial- a otras de carácter economicista y utilitaria.
Quienes nos dan una explicación sobre esto son los especialistas rituales, ellos
pueden sintetizar, teorizar y explicar el mundo y lo que hubo antes de él. Luego lo
que defienden no es sólo un sitio sagrado, sino su identidad, su historia, lo que los
hace ser, lo que los conforma como personas, en el sentido ontológico de la
palabra, ya que para ellos los dioses dieron vida a los humanos luego ellos tienen
algo de divino algo de los dioses que los hace vivir, es una obligación y un sentido
de sobrevivencia.
Como dijo uno de los especialistas rituales ante el problema de México Chiquito o
Màyónníja:
14Retomamos el término de Espacio utilizado por Enriqueta Lerma Rodríguez (2011) porque
pensamos que dicho concepto puede ayudarnos a entender cómo los otomíes, igual que otros
pueblos indígenas, conceptualizan su territorio.
[…] Nosotros no estamos en contra de la Galera lo que sea, lo que pasa, lo que le explicábamos al
profesor (Pérez Lugo) que él no sabe el significado de nuestra cultura, de nuestra creencia,
nosotros no vamos a ese lugar a modificar ningún lado, porque para nosotros es un lugar sagrado,
nosotros vamos a ofrecer nuestro sacrificio, vamos con seriedad, vamos con la intención de hacer
una peregrinación allí para la promesa que cada quien tiene, entonces vamos con esa fe grande
que nosotros llevamos, tal vez nosotros no llevamos equipo para pernotar allá porque no va uno de
paseo, no va uno a turistear, no va uno a distraerse a ese lugar. Nosotros no queremos construir
un lugar donde va llegar las personas, uno va a lo que va, a dejar las ofrendas, a dejar nuestras
flores y se regresa uno. […] es un lugar respetado desde antiguamente y nosotros siempre que
vamos allá no movemos ninguna piedra, como ahorita el daño que sufrió, no movemos ninguna
piedra porque es un lugar sagrado y queremos que esté como ha estado.
Pues nosotros lo que queríamos aclarar que la gente escuchara de su voz de usted para que no
vengan otras personas y no sigan engañando, por eso estamos convocando a esta reunión para
levantar una demanda, y pedir el apoyo también de la presidencia, para poner unos letreros que
digan que ya no permitan la entrada a extranjeros, poner los letreros en cada entrada,
No queremos que cualquier persona entre allá, porque se pueden traer algo, llegan personas que
no conocen el significado del lugar, van a llegar a mover cosas eso es lo que nosotros no
queremos que traiga gente tanto de afuera como de otros estados del país, porque así como cada
quien tiene sus costumbres, cada quien tiene sus reglas. El santito se va enojar, se va acabar el
mundo, va sangrar… los ancestros. Nosotros no estamos de acuerdo con los arqueólogos, porque
ellos dicen que eso ya es una ciudad muerta, para nosotros no están muertos, son los antiguos
otomíes, son las costumbres que se hacían antes, se ofrendaba, se danzaba, tal vez no lo
hacemos igual. Yo le dije, tal vez para usted nosotros no existimos porque ya no andamos con
taparrabo, con casas de piedra, no estamos muertos estamos aquí. Es un lugar sagrado que
consagraron los antiguos. Todavía es un lugar más sagrado para nosotros porque lo hicieron los
antiguos, hasta nuestro tiempo seguimos haciendo las adoraciones, queremos seguir conservando
ese lugar, y que se resguarde el lugar. No estamos de acuerdo que vayan a rascar y que se lleven
a las antiguas. Que no se modifique. Vamos adorar a la santa imagen de la tierra, nuestro
producto que sembramos día con día, estamos luchando, vamos a pedir los productos que
estamos sembrando, vamos a pedir por nuestra familia, uno va caminando, uno va a sufrir,
ofrendiando, la tierra, ofrendiando el agua, hay que tener fe y no se tiene fe de nada sirva (Julio del
2016)15
16 Como Lerma anota “con relación al señalamiento de los territorios, cada mapa por sí mismo
implica una concepción ideologizada del espacio en un determinado momento histórico, es el
resultado de la lucha social entre distintos grupos, donde siempre el poder hegemónico es el que
marca los últimos trazos” (2011:179).
Bibliografía
Gallardo Arias, Patricia (2012). Ritual, palabra y cosmos otomí, yo soy costumbre,
yo soy de antigua, México, IIH-UNAM.