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Lo que los jóvenes necesitamos

Flor Idalia Alvarado Mtz.

FRASE CELEBRE:

Buenos días, honorable jurado calificador, alumnos y maestros, mi nombre es


Flor Idalia Alvarado Mtz., represento a la Escuela Secundaria No. 47 Mariano
Escobedo, donde curso el tercer grado y hoy les vengo a hablar acerca de las
necesidades que tenemos los jóvenes.

La juventud, una etapa donde el espíritu es fresco, libre , los sueños y las
ganas de aprender, inmensos. Las personas entre 12 y 29 años de edad (los
jóvenes) representan el 31.4% de la población total en el país y muchos dicen
que somos el futuro de este, en parte es cierto, pero nadie se detiene a pensar
que en realidad somos el presente.

Y tú, joven amigo, ¿alguna vez has sentido ganas de expresar una situación,
que alguien te aconseje y te comprenda? ¿Has tenido la confianza suficiente
para comunicarlo?

En primera instancia, necesitamos que alguien nos escuche, nos brinde la


atención suficiente y el apoyo incondicional que deberíamos encontrar en
nuestra familia, principalmente. Lamentablemente no siempre lo conseguimos y
nos sentimos solos, desprotegidos y sobretodo ignorados; todo esto nos lleva a
buscar el consuelo en caminos que no son los correctos: en una persona con la
que hablamos a través de un aparato electrónico, que dice tener la misma edad
que nosotros, que tal vez nos dice que nos comprende, que tiene un problema
similar, o que te hace pensar que está a tu lado en esto; aunque en muchos
ocasiones no sea lo que aparenta en su perfil. También nos refugiamos en
sustancias, que simulan desparecer nuestra realidad, nuestros problemas por
un momento, les llamamos drogas, y aproximadamente el 10% de la población
total joven las ha consumido alguna vez; el problema no es sólo que esa
sensación de “alivio” sea falsa, sino que también dañe nuestra salud
considerablemente.

Pero sin duda el problema más grande derivado de esta necesidad, lo


representan los siguientes números: 4 440.

4 440 jóvenes en promedio se quitan la vida anualmente en nuestro país, de


acuerdo con la OMS. Lo que demuestra que desde el 2012, la tasa ha
aumentado el 15%, convirtiendo al suicidio, en la segunda causa de muerte en
este grupo.
Son muchos los factores que lo provocan, van desde la depresión hasta la
fuerte vinculación virtual que se presenta de manera cada vez más crónica,
pasando por la ansiedad, el acoso escolar y la falta de atención por parte de las
familias para detectar alguno de estos problemas a tiempo.

El suicidio representa muchas veces una “salida fácil” a los problemas que se
tienen por no obtener lo que la sociedad nos ha hecho creer que es la felicidad.
Nos han hablado mucho de ella, al grado que la hemos idealizado y puesto en
un pedestal que esperamos alcanzar algún día, sin darnos cuenta que siempre
está ahí con nosotros, todos los días; pero la idea errónea nos hace ser ciegos
a ella.

Creemos que está en ser ricos, pero ¿no lo somos?, poseemos primero el
tesoro de la vida, luego nuestra familia, una persona que siempre está
dispuesta a ayudarnos, aunque a veces no nos demos cuenta de ello; tenemos
la posibilidad de llevarnos algo a la boca, de tener un techo bajo el cual dormir,
un par de piernas para caminar, ojos que nos permiten admirar la belleza de
nuestro mundo, tenemos un reloj entre las nubes y muchas cosas más…

Podemos encontrar esa alegría y felicidad en los pequeños detalles del día a
día, pero tenemos que estar muy atentos para disfrutar de ella.

Necesitamos una sociedad que nos acepte tal y cómo somos, que respete
nuestra identidad; una sociedad libre de estereotipos, donde seamos
aceptados sin importar nuestros gustos, aspecto físico, género, color de piel,
nacionalidad, religión, etnia, etc.

A lo largo de los años, nos han impuesto infinidad de juicios, pero ¿realmente
son correctos? ¿Quién los estableció? ¿La belleza de la raza humana no está
en su variedad?

Renunciar a quienes somos realmente para ser aceptados, es uno de los


peores errores que podemos cometer.

Necesitamos el apoyo y la comprensión de los adultos, para forjar nuestro


mañana, para cumplir nuestros sueños. Para hacernos saber que no nos
dejarán caer, que podemos hacerlos realidad, pero para ello tendremos que
esforzarnos y no dejar de luchar.

Necesitamos la libertad y la confianza, de tomar nosotros mismos las


decisiones que definan algo en nuestra vida próxima, de escoger o hacer lo
que realmente nos gusta, sin permitir que la costumbres o los factores
económicos intervengan en ello.

Necesitamos conocer nuestros derechos, pero también ser consientes de que


poseemos responsabilidades.
Necesitamos amarnos a nosotros mismos, sacándole provecho a las virtudes y
tratando de mejorar los defectos, siempre teniendo en cuenta que no podremos
alcanzar la perfección, pero en cambio podemos obtener la excelencia.

También abrirnos al mundo a nuestro alrededor, conocer lo que sucede y saber


que hay cosas positivas que nos pueden dar un respiro de la realidad, como lo
son los libros, esas pequeñas puertas que llevan a Universos desconocidos;
sólo tenemos que asegurarnos de encontrar la puerta que mejor se adapte a
nosotros.

Necesitamos explorar cosas fuera de la rutina; como algún deporte,


pasatiempos, disciplinas o actividades artísticas nos pueden ser de gran ayuda.

Debemos ser consientes de que todo el mundo tiene problemas, y que estos
jamás tienen una salida, sino una solución, pero para ella debemos resistir y
saber que siempre podemos contar con alguien que nos ayude a ello, que nos
brinde ánimos y un consejo.

Y finalmente necesitamos, fijar metas para poder desarrollarnos en plenitud,


que vayan de acuerdo a nuestros sueños y aspiraciones, que se conviertan en
la razón por la cual nos levantemos a luchar todos los días, que sean el motor
que mueve nuestro espíritu y nos lleven a disfrutar de la única vida que
poseemos.

“Porque la vida es un sueño de juventud que debe realizarse”

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