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'""duc&i6n de

ALEJANDRO LICONA
LA HERENCIA COLONIAL
DE 1'

AMERICA LATINA

por
STANLEY J. Y BARBARA H. STEIN

¡;
.r
U N IVfR S: I0 -\ 0 DE CHILE
F.~CUL TAO DE flt ns ~ F. A
Y HUMANIDADES
BIBlL TECA EU f,,,Q PEREifiA SAL AS
.'¡,
íNDICE GENERAL

siglo veintiuno editores, s.a. de c.v.


CERRO DEL AGUA 248. DELEGACIÓN COYOAt:./w 04310 MÉXICO. OF

siglo veintiuno de españa editores, s.a. INTRODUCCIÓN


CALLE PLAZA S. 28043 MADRID. ESPAÑA

PARTE PRIMERA: 1500.1700

CAPÍTULO 1: EUROPA Y LAS ESTRUCTÚRAS DE DE-


PENDENCIA, 1500-1700 7

CAPÍTULO 11: LA E<.:ONOMÍA COLONIAL 30

CAI>ÍTUl.O 111: SOCitDAD Y FORMA DE GOBIERNO 56

PARTE SECUNDA: 1700·1810

CAPÍTULO I V: EL SIGLO XVIII

PARTE TERCERA: EL SIGLO XIX

CAPÍTULO v: LAS BASES ECONÓMICAS DEL N..EOCO-

~ '.Od.tfOOi
LONJ ALIS~fO 121 1,
portada de anhelo hernández CAPÍTULO VI : POLÍTICA Y SOCIEDAD 154

primera edición en español, 1970 EPÍLOGO


vigesimotercera edición en español, 1993 183
o siglo xxi editores, s.a. de c.v.
F UE NTI::S Y BIULIOORAFÍA 195
ISBN 968-23-0157-2

primera edición en inglés, 1970


. o oxford university press, nueva york
. original: 1he colonial heri1age of la/in americu

reservados conforme a la ley


-.,,,.....,.,....en méxico/printcd and made in mexico
A AQUELLOS
PENINSULAIU:S E IBEllOAMERICA."JOS
QUE HAN TENIDO
EL VALOR DE PROTESTAR
OONTRA LA IRRACIONALIDAD
Y LA INJUSTICIA

.1 A

. ..4..11
La rela~;ión colonial. . . encadenó al colonizador y al colo- INTRODUCCióN
nizado a una implacable dependencia, moldeó sus respec-
tivos caracteres y dictó su conducta.

A. MEMMI, Portrait du colonisé, précédé du portrait du


colonisateur, 1965.

En la política es un error creer que los abusos deben ser La caractensuca más notable de la América Latina
corregidos lenta y gradualmente... La timidez en la co- contemeoránea es su aependencia, subdesarrollo o
rrección de los abusos puede surgir sólo de dos considera- r_etraso económico respecto del mundo noratlántico.
ciones: ya sea porque ni los males ni las causas son bien ~nos notable es el abismo gue hay entre comu-
comprendidos, o para evitar ofender a aquellos que, inte- nidade~ wrale~ miserables y resplandecientes metró-
resados en mantener los abusos, se oponen en consecuencia p_()]jh_ entt~~ología..l?.rimitiva y sofisticada, entre
al bien común más claramente, aquellos que prefieren su p.q.Qx.eza..-y-f~-entre hambre y abundancia. En la
interés personal por encima del bienestar de todos. dependencia económica y su síndrome de polariza-
gón social y económtca hallamos la herencia prin-
CAMPOMANES, Apéndice a la edu¡ación popular, 1775.
cipal .de tres siglos de subordinación a EsRaña. y Por-
_tugal. Otro siglo y medio de existencia nacional ha
visto la persistencia de la dependencia económica y
de dicotomías sociales internas a pesar del surgimien-
to de gobiernos independientes de forma republica-
na que, en teoría, responden a una voluntad popu-
lar interna. Así, América Latina parece estar lista
para trasmitir al futuro la herencia del pasado.
Esta prognosis pesimista tiene sólo la apariencia
de verdad, pues ,al ladQ de las estructpras tradicio-
na!~~- y__f~~CUt:!!_t_emente dentro de ellas, son_~
tes hoy indicios de fuerzas no reconcTii~-~-~-_y.J._<k_.h.e­
c~i).;:_Trreiliii.C!l.L<Wks=:-¿_o_r!.~ii"-p_asado. Los efectos cre-
cientes de la t~<:.~~~~ dentro y fuera de América
Latina actúan de numerosos y frecuentemente contra-
dictorios modos que miran al surgimiento de nuevas
expectativas y de una pro ensión < bazar el pasado
p_a.ra wmplir 1!!!..Jmum.j_ne udible aunque ipcierw.
No toca a esta obra, sin embargo, describir el presente
o predecir el futuro sino más bien sugerir los orígenes
del evidente afán de cambio que arrostra hoy Améri-
ca Latina.
Este volumen no es microhistoria de América
4 INTRODUCCIÓN

Latina. Es una serie de ensayos que escudriña aque-


PARTE PRIMERA
1
r
llas características del pasado latinoamericano -sus
orígenes y desarrollo metropolitano y colonial y su 1500-1700
proyección hacia el siglo xrx- que puedan proporcio-
nar la clave para la comprensión del proceso de
cambio en la región. El ~nfoque de los ensayos es li-
mitado y francamente e~l. L~
consideran a Amétka Latina como un co:atiaente
<:És.a realización es inadecuada y decepcionante e in-
tentªn -P4l!!.Ualizar las coordenadas del retraso soste-
n.i.d.Q... al_~xam.il@~roceso del _cambio econól'!ili:o
en .Yll área.dependi.ente, periférica o colonial. Dentro
de amplios períodos cronológicos y regiones represen-
tativas, e} enfoque se centra en ciertas instituciones
básicas, patrones de COffit!Ortamiento y actitudes 'iue
nan tenido una impresionante._rontionidad eo A~
rlcii" Launa: fíaclenda, plantación y patrones sodale¡
a·s~cíaCTOS,"enClaveslñíñerOs;elsTrídroi!l~e..la expor.:
tación yla: méñt1íttdat!,x_1ou:necanism.os..de interqm.
b.~?):élacionados . roti ·~1;-~1,~t~S!:l2_YL,aCÍsmo1-qepotÍ&IDe,
clientismo_. y -una . t~~d~ci9.!1.d.f~ere.ch.o.-pri:vado a loi
cargos.pÁ.\:>licos.
Agradecemós .. a William Cline, Charles Griffin,
Shane Hunt y Arno Mayer -generosos colegas- por
sus críticas, y a Iska Fraidstern y SP,eldon Mayer, de
la Oxford University Press, por su ayuda editorial.
Son claros los peligros latentes -si se quiere lograr
simplicidad y brevedad- en el análisis y la síntesis,
particularmente cuando aún está por desarrro!larse la
historia económica y social de América Latina. Sin
duda surgirán objeciones a las generalizaciones he-
chas, a la terminología empleada y a los elementos
omitidos. Se espera, sin embargo, que los ensayos acla-
ren e instiguen. La grandeza del hombre es el flecha-
zo, no el blanco.
B.H.S. y S.J.S.
Princeton, Nueva Jersey
CAPÍTULO 1

EUROPA Y LAS ESTRUCTURAS DE


DEPENDENCIA, 1500-1700

UNO

En 1492 . .España y Portugal eran dependencias eco-


nómicas <.le Europa y, a pesar del surgimiento de sus
imperios ultramarinos en el siglo XVI y del control que
ejercieron sobre esas regiones hasta alrededor de 1824,
siguien>..n sieru19_de~ndi~.n~s. Este anómalo status de
colonia e im rio determinó la historia de los aíses
ibéricos y de sus osesiones colom s. Condicionó la
;sooer a , a econom1a y la política coloniales y tam- -
bién el <:urso <.le la historia latinoamericana hasta
los tiempos modernos.
El papel si.1bor<linado de las monarquías ibéricas
como potencias atlánticas era muy claro hacia 11Q.O
para los ingleses y franceses, así como para sus con-
tempor:ím:os españoles y portugueses. Ese año, en
que la muerte de Carlos Il dio iniciQ a una compe-
!Sl!cia por el control de .España y sus dominios ~n
~u ropa J _ América, proporciona un hito desde el
cual investigar las posiciones relativas de las nacio-
nes athímicas íntimamente relacion;Hias con rl he-
misferio ocridem a l.
8 1500-1700 ESTRUCTURAS DE DEPENDENCIA 9

DOS '~ des anónimas, el Banco de Inglaterra, la difusión de


(
la tolerancia religiosa y el progreso de la ciencia.
John Bu~l: "¿Serviré a Felipe Mandril [Felipe V de Es- El crecimiento de I nglaterra fue resultado, en gran
pañaJ coñ paño fino y aceptaré la componenda que ofrece, medida, de reformas estructurales internas y políti-
con la libertad de sus cotos y nansas?" cas nacionales que se preocupaban principalmente
JOHN ARBUTHNOT, Law is a bottomless pit, or the HÍS· por el comercio y la manufactura. H acia !.?._ºº' ~E.:.
tory of ]ohn Bull, 171 !1. glat~_.había progresado mucho más allá .u e su .pri-
mitivo papel de mero productor de matenas pnmas
De las naciones de Europa occidental que surgieron para la exportación: f~enó las imp_ortancione~ d~ lana
a fines de la Edad Media, entre 1500 y 1700, Inglate- en.Jlruto, importÓ artesanos y fOrJÓ SU pr0p1a mdu_s-
rhl había sufrido la transformación más radical en sus tria textil. "Las I ndias de Inglaterra son el comerciO
estructuras económica y política. En doscientos años di_telas" .se::Aeda. pues la Janª ~ !"íorrego merino
su población había crecido de 4 a 5.8 millones de yJ!.L~nj!i~Lim.P-Qnii_das__!i_~_.Eápañª~-~.QJJQg.a l era~.
habitantes, hecho atribuible en parte a una revolu- envi~@_u;le....!]g~e.so a. la pmí.Q.SJJ.la...~ra ser consuml-
ción agrícola basada en nuevos culúvos de alimentos ªis~ ahLQJ.!:.e.x.pDrtadas a las coh>.nia~.Q _)'j~~l~t.a
y forrajes, nuevas técnicas e importantes cambios en it>.~rj_c.Q~.llil ían a Inglaterra pata com pe,nsar~LQ~hc.!t
la tenencia de la tierra. Aunque ahí todavía existía en la balanza de J2!&2.S ibérj_~~-.~-eyJ!ll...~a®t.
una poderosa aristocracia de grandes terratenientes, p;\iá~....s~iñ...P!i.LJos__~!1i¿-v.k.s.....§..\l.!l.~L. 9.~_!._~ano
esa atistocracia tenía pocas inhibiciones para unir O ri,~!l~e,__g~~ _.S?'jgÚ\!J._J,m.SQ!lill....Il!idQ~Ql?~~· Me-
sus fuerzas con comerciantes, mineros y armadore ~ diante. una serie de leyes de navegac1ón, Inglaterra
belicosos y emprendedores. Desde el siglo XVI en ade- desarrolló una marina mercante capaz de desafiar a
lante, la clase acomodada y los comerciantes invir- la holandesa. La importancia de estas medidas no pasó
tieron conjumamente en compañías corporativas di! desapercibida para los contemporáneos, uno de los
ultramar, y Londres, como centro administrativo y cuales caracterizó el Acta de 1660 como "el verdadero
comercial, facilitó esta interpenetración. camino para ampliar el dominio por todo el mundo,
Durante el siglo xvu -ese "siglo de revolución" con conquistas fáciles y lo menos costosas para adue-
para Inglaterra- una élite mercantil y los grupos ñarse de la propiedad de los demás".
asociados con ella lograron la hegemonía en un go- En el curso del siglo xvu Inglaterra, recién llega-
bierno parlamentario con el fin de promover sus ob- da al imperio, había logrado avanzadas en Asia,
jetivos y proporcionándose a la vez un foro para la di- África y América. La colonización de l_a. c.osta atlán-
sensión. El sentido de "voluntad nacional" así llévado tica de América del Norte y la adqmsJC1Ón de J a-
a cabo fue responsable en gran medida de la creación maica (1655) y otras islas españolas de las Antillas pro-
de los amplios recursos financieros necesarios para porcionó salidas para esclavos y manufacturas, y
apoyar el creciente poder económico y político de fuentes de pertrechos navales, azúcar, anilinas y plata.
Inglaterra. Se redujeron o se hicieron a uu lado las Así, la segunda mitad del siglo xvn vio e1 s_urgimien-
obstrucciones al desarrollo económico: privilegios rea- to de dos intereses mercanúles que comerCiaban con
les, aristocráticos y corporaúvos, monopolios, prohi- el imperio español: los que llevaban mercancías a ~s­

J
biciones, peajes y controles dF precios. Se fortalecieron paña para la venta interior o p~ra la reexportact?n
los factores que promovían el desarrollo: las socieda- a las colonias, y los que comeretaban con las Ind1as
l . ·,-

JO 1500-1700 '; ESTRUCTURAS DE DEPENDENCIA 1l


Orientales, desde donde las mercancías penetraban La respuesta inglesa, el cambio de mercado de ven-
en Jos dominios españoles. dedores a mercado de compradores, evolucionó du-
Hacia 1700, pues, Inglaterra irrumpió en lo que rante el siglo xvn conforme los productores desarro-
ahora llamamos el mundo moderno. La transforma- llaron una nueva diversidad de artículos de lana ba-
ción de su sociedad y economía, la interpenetración ratos, la más ligera y menos durable "nueva" pañería
de aristocracia, terratenientes y comerciantes, el pres- o telas "españolas" -así llamadas porque los prime-
tigio y la autoridad concedidos a los poderosos inte- ros productos utilizaron fibra de lana españora, corta
reses comerciales, los desembolsos en la construcción -~
y fina. Tales telas se fabricaban fuera de las ciudades
navai y la expansión de la marina real, la moviliza- '· gremiales del centro-sur de Inglaterra y los interme-
ción de los recursos nacionales y de la mano de obra diarios eran financiados por los comerciantes londi-
para la ampliación del comercio y el acceso a la ma- nenses. Finalmente, estas telas se vendían a consumi-
teria prima lucrativa para la industria del transporte: dores del Mediterráneo, especialmente España y Por-
hacia 1700, todo ello había llevado a la Gran Bretaña tugal y sus colonias americanas, regiones que hasta
a lxplorar el perímetro de lo que los ingleses y otras entonces mantenían una demanda limitada de lanas
grandes potencias comerciales de Europa occidental gruesas. Fue la compraventa de dichas lanas en el Me-
reconocían como la mayor fuente, real y potencial, de diterráneo lo que llevó a la expansión del comercio
materias primas, mercados de consumo y, sobre todo, marítimo entre esa área y Europa septentrional.
de abastos de lingotes de oro y plata: los imperios co- Además, los empresarios ingleses asociados con la
loniales de España y Portugal en América. nueva manufactura se encontraban a la vanguardia
La importancia de las naciones ibéricas y sus colo- de la revolución del siglo xvu, que a su vez abric)
nias americanas como mercado y fuente de materias nuevos caminos para la penetración del imperio es-
primas · provechosos para la forja del predominio in- paiiol en América. La abortada Providence Island
glés puede ser menospreciada con demasiada facilidad. Company, seguida por la toma de .Jamaica, fueron
En diversas formas las economías inglesa, ibérica e ibe- pensadas para la colonización pero también como
roamericana estaban entrelazadas hacia 1700. estancos del contrabando; así, los nuevos géneros se
En la primera mitad del sig!o xvu, la industria beneficiaron de los logros efectivos del Designio Occi-
textil lanera inglesa basada en telas burdas produci- dental de Cromwell y sus asociados para abrir el Ca-
das bajo el control gremial y puestas en el mercado ribe. Los textiles, primero de lana y más tarde de al-
por un oligopolio de comerdantes exportadores -la godón, llevados a A frica para ser can jeados por es-
.. vieja .. paiicría-- estaba en crisis. Durante el siglo clavos, a Cádiz por plata que t·anjear en Calcuta por
<mterior, las prendas de lana inglesa se habían ven- calicó, o contrabandeados en las rostas del Caribe a
dido en tm mercado de vendedores de la Europa sep- cambio de palo de tinte y plata, habrían de ser
tentrional; para el pri1H·ipiu tlel siglo XVII la com- la clave del desarrollo ewnómit-o de Inglaterra y de
petencia tic los fabricalltcs holantleses, silesios y ve- su desafío al contineiHe europeo. Es difícil compren-
ne<:ianos redujo la exportación tle este renglón pri- der gran parte de lo ocurrido en España y Portugal,
mordial de la ewnomía inglesa. La inflación en In- 1 Inglaterra y Francia, Europa y América después del
glaterra, al elevarse los salarios, redujo las ventajas 1600 sin tomar en consideracitm la competencia en
compctitiv<t.~ de sus productores y favorccic) ht mo- géneros en las aduanas y en los mostradores de los

J
vilización de la mano de ohra europea no agremiada. <omerciantes del Viejo y del Nuevo Mundo.
12 1500-1700 ESTRUCTURAS DE DEPENDENCIA 13
TRES mediados del siglo xvn, se red ujo' la influencia aris-
tocrática, pero estaba muy lejos de haber sido liqui-
¿Cómo que no os he dado las Indias? ¿Eso podéis negar con dada.
verdad? Indias os he dado y bien baratas, y aun de mogo- En efecto, la burguesía francesa durante mucho
llón, como dicen, pues sin costaros nada. Y si no, decidme: tiempo siguió acariciando ideales aristocráticos y
¿Qué Indias para Francia, como la misma España?
con frecuencia abandonaba el comercio a la r.rime-
ra oportunidad para obtener un status nob11iario.
BAL~ASAR GRACIÁN, El criticón, 1651. Como consecuencia, el progreso económico y la po-
lítica estatal fueron ejecutados en gran medida por
. : .cuantas m~s mercancías se llevan a los españoles, más una élite burocrática ilustrada, bajo los auspicios de
hngotes y piastras nos aportan provenientes de las In-
U!} monarca que luchaba .a favor del poder ejecutivo
dias... Y Su Majestad desea que el Marqués de Feuquieres
se aplique en particular a mantener y aumentar este comer-
central, pero que adquirió la iniciativa equilibrando
cio por todos los medios que los mercaderes puedan su- las facciones poderosas -no siempre con éxito.
gerirle. En la segunda mitad del siglo xvn, en respuesta
a los acontecimientos de Inglaterra, donde estaba
LUIS XIV,lnstructions al Marqués de Feuquieres, em- surgiendo un rival mucho más poderoso que Holan-
bajador en España, 1685. da, los franceses, bajo Colbert, emprendieron la mo-
dernización de su estructura económica mediante la
Francia competía también er- reforma impositiva, la protección sistemática de la i.
CIO con el mun o ibérico. Pero en el indus~ria, el establecimiento por el Estado de nor-
é!~~lltQ de I.!!.r:QP...a..a~ l500~e.!!n~~gJ.AJ,¡;;._w.....LU.QLUJJ.i:t mas de producción, de industrias apoyadas por el
~~L9esa..rroJ.l9_!~~ncés estaba muy 'por atrás del in- gobierno que recalcaban la producción de artículos
g.léL A pesar de IilñayOrd'Otación francesa de re- suntuarios, de compañías comercializadoras con pri.
cursos .agrícolas y de una población más grande (su vílegio real y la creación de una marina mercante y
población era de alrededor de 20 millones en el si- de guerra. No obstante, a fines del siglo la manufactu-
glo xvu), la geografía le imponía obstáculos a su des- ra y el comercio aún eran obstaculizados por el predo-
arrollo como Estado moderno; la definición de fron- minio de peajes, privilegios, arrendamiento de contri-
teras natura~es absorbió durante mucho tiempo re- buciones, venta de cargos públicos y por los compro-
cursos matenales y humanos. Un impresionante esta- misos en las costosas guerras del Continente.
blecimiento militar (cerca de 400 000 hombres en el Tiempo antes de 1700, el gobierno francés había
ejércit~ en 1700) y una burocracia auxiliar pasaron alentado a sus comerciantes y fabricantes a ingresar
a ser Importantes factores en la modernización de a la región comercial ibérica. Francia sola era quien
Francia, en contraste con la experiencia inglesa. Una mayor cantidad de productos de importación propor-
~umerosa aristocracia de muchos estratos, que con- cionaba a España, pero en América, a pesar de las
Sideraba que las ~mpresas comerciales eran indignas probativas y el persistente corso, no se estableció nin-
de la nobleza, siguió ocupando, en el siglo xvn, guna posición de valor hasta 1697, cuando España
altos puestos en el ejército, la provincia y la corte. aceptó la dominación francesa sobre la Española orien-
Cuand? la cooperación entre el monarca y los gru- tal, o Santo Domingo.
pos admerados provocó la reacción de La Fronda a En 1700, no obstante, los franceses tuvieron que
14 1500-1700 ESTRUCTURAS DE DEPENDENCIA 15
utilizar otros medios fuera de la agresión territorial dobés, y el aragonés con el guipuzcoano, y el gallego con
y el contrabando para mantener su posición en Es- el castellano, y el asturiano e montañés con el navarro?
paña y sus áreas coloniales. Además de la evidente
disparidad entre el poderío naval inglés y e l francés, ovJJ::J>O y VALJ>ÉS, Historia general y natural de las In·
se reconocía que un ataque sobre la quebradiza es- días, 15!15.
tructura del imperio español originaría la ca ída del
Y ami el no haber dinero, oro ni plata, en España, es
Estado patrimonia l español, haciendo peligrar así no
por averlo, y el no ser rica es por serlo: haziendo dos con·
sólo el acceso fran cés a los mercados peninsulares tradictorias verdaderas en nuestra España, y en un mismo
sino también las fronteras de la misma Francia. Así, subjecto.
tal como en Francia el crecimiento intérno fue ini-
ciado dentro del marco de las instituciones existen- CONZÁLF.Z DE CELLORICO, Memorial de la política nece·
~es y sin trastorn?s revolucionarios, la de~ns<L-de.JQS. saria, 1600.
mte_r~S(!S e~onó.mJ.cos _f.ra.l)ceseL ~!l--~~
!.!:~..k..presió_n Jngl~~a ~r: Esp~ña y América radicaba
en b ···preser.v ación .y .l:IJ.!Iiz~~;_ióJl..-~~tema colonial e~gaq · bién a economía española.
csp~~l m~:L!>Jen ~..EU~Jruc~­ ~de Suces!.QJ:Lsobre las con !f..!Y~~jnnes de
~~-Jn.sJ.Stena.a.íran-'~S~L~5~1?s~L~~rb2!.L~~l _riabsbÜi·gos..-.(ap.o.Y.!l.cJ.~s_.P.9Jii9Janda e I nglaterra)-y
tro!:l.«? ~spa~1o1 -cuando .-Ca.rlos U -murió.....e.n 1700. . Eara- Borbo~!_.itl..trQ.!J.Q....esp.a.ií.QLg!!~~o hizo resa 11 ar....lG
Ja.."é.lit~ .P.u.roo:á.t.ic~- uel..r.eiAado. de .Luí-&-~~~­ CJ•.u.eu.~s~~--~i~.r:npo__~~=-~~ e~~i~~s
for~a...de J.a..administraciórr intema...y...co.I~­ negoqa.d9§.s.k E.ur.opa. Ya en 1624 Franns Bacon ha-
pa·ñii guiada por-los-fratlalses.. prome.t!a_e.E!!!ln.<u:-ml.il bía examinado "el frágil estado de la grandeza d!_ ~~:.
important~...de~i!i_~~~ - ~~!...~~.st_~!!!.'!.- cQl.Q.Ili.a.l._l!.spañol; pañ!L y concluía que sy_~~ consiste en m
el c?rura&ando .s~m 1.QLcOJ1lP-_~tidru.e.s...de-F~ tesoro; su tesoro en ~~U. nd~s; s~.!!!9-ias... en no
ingleses en ja.maica .y. los--holandeses....en....cunno. La m ás que el, ;¡cc~s9 p.o~:.quienes~
unión contra Inglateo:a,_(or~~~~da por la~o~ ~ ;as:.:. España, señaló, estaba "escasamente sembrada de
ticos, habría de acarrear una a}fa-Íl.za. " natural" de gente" y "agotada por tantos empleos en tan vasto
los Borbones franceses ~ y :..~~añolt:L.d!!rn!!te el si- territorio como el que poseen" al grado que era " una
glo~ XVJU. especie de milagro ver diez o doce mil naturales es-
pañoles en un ejército".
A fina les del siglo xvH había un millón menos de
españoles peninsulares que al principio, , y en 1715
la población de España era aproximadamente la que
t había sido en 154 1: 7.5 millones de habitantes. La
CUATRO pérdida de gente se debía a u n número de causas,
naturales y humanas: las plagas y epidemias cobra-
... aunque eran los que venían vasallos de Jos reyes de Es· ron su parte tal y como lo hicieron en otras partes
paña, ¿quién concertaní el vit.caíno con el catalán, que son de Europa; la ronquista colonial y el desarrollo ab-
d,e tan diferentes provincias y lenguas? ¿Cómo se avendrán
el andaluz con el valenciano, y el de Perpiñán con el cor·
j sorbieron más espatioles que lo yut' indiran los re-
gistro~ oficiales; las guarniciones militares en .Euro-

J,,
16 1500-1700 ESTRUCTURAS DE DEPENDENCIA 17
. !
pa absorbieron jóvenes en edad casadera; y la expul- temente considerado como el nacimiento del Estado
sión de los judíos y los moros y la huida de los cris- español moderno, no tuvo como consecuencia la uni-
i
~ianos nuevos y, más tarde, de los moriscos, repre- ficación de los reinos de Aragón y Castilla sino un
! entaron la pérdida de importantes compon~ntes de condominio en el cual las dos partes de la "Corona
la población. El descenso · de la población, no obs- Española" coexistían como entidades separadas con
t;tnte, fue sólo un aspecto de un fenómeno más ge- d iferentes leyes, sistemas impositivos, acuñación y
ueralizado de importancia particular para el desarro- pautas comerciales. A su vez, cada reino agregó par-
llo colonial: la contracción económica. tes política y económicamente dispares. Mientras que
La regresión o la "decadencia" de España de pri- este patrón de crecimiento era ~uy c~mún a. fi~a~es
mer a tercer lugar entre las naciones europeas du- del medioevo europeo, su perSIStenCla a pnnetpws
rante el siglo xvn necesita una definición, tanto en su de la edad moderna deja a España en la retaguardia
contexto económico como en el político. Con el des- del desarrollo político de Europa occidental.
~.iento y la conquista de América. y=L(unión El acontecimiento más funesto en el desarrollo del
c_g_n_el •mpeti.cule los Habsburgos.....!iliq.~­ Estado patrimonial español fue la agregación a la
tigi<?~{iiJUis.ticOS--€spañaks crecieron enormeme~ corona de Castilla de u n imperio en América en for-
E t.JJQE.~...La..~áJ.ica_deca.de.nGia-4e.. esta ri(}~LL ma de feudo o posesión personal bajo la premisa de
prestig.io.im.pr~siortW..!L¡;>rowndam.e~_fu!r.o.pa.JL.ti­ • que Colón navegó como agente personal de Isabel.
nales g~L.siglo.. xvu ~<;oq[Q!"ffi~- ~.LY.i9- que..las "arcas" En consecuencia, el reino de Aragón y las áreas sub-
~es estaban vací~ la marina di gut..!JJ!..~.,... • ordinadas de Nápoles, Sicilia, Mallorca y Valencia
t~~ la ñi'lüíques ...ni..l:!9mbres_e!...ej€rat-e- ~1L. estaban legalmente excluidas de la explotación y ad-
~1~ tr o ministración directa del Nuevo Mundo. Una tercera
no_t_~a.-an--represefltaate deeti\'o. La leyenda de !á- subdivisión política de la Península Ibérica, las pro-
riqueza y el prestigio españoles había sido incorpo- • vincias vascongadas, estaba asociada con la corona cas-
) rada al lenguaje cotidiano de Europa: u n Perú, unas tellana tan sólo a través de una alianza que según los
Indias, un Potosi, un grande de España. Cuando :Ba- vascos dependía del reconocimiento de los privilegios ,
con argumentaba a favor de una guerra con España, locales, incluyendo el estar libres de la imposición y
comprendía que primero debía destruir las ilusiones reclutamiento militar castellano y, lo más notable de
respecto al poder español. todo el mantenimiento de una frontera aduanal que
Q~w~sYr~~~~~~LP~~~ otorgaba a las "provincias exentas de in;tpuestos" un
tQ ~ ca fue el mito de la misma status de nación extranjera que comerciaba con Es-
"Esp!~ .t-. finales del siglo xv España apenas ha- ,. paña. Así, tampoco los vascos tuvieron contacto di-
bía comenzado a consolidar su geografía política y recto con América. No es sorprendente que con fre-
su estructura interna como n ación-Estado. Además, cuencia España sea denominada "las Españas".
la adquisición de un imperio en el siglo xv1 tuvo Otro acontecimiento importante fue la unión con
. como resultado no sólo la atrofia del proceso de con- el Sacro Imperio Romano bajo los H absburgo, al as-
solidación, sino la proliferación de la estructura pa- cender Carlos V al trono. Con razón los jurisconsul-
f trimonial política de España. En este proceso, las tos europeos meditaban sobre la validez de u n "im-
iuerzas políticas y económicas se estimularon mutua.. perio universal" dominado por los españoles en el
mente. El matrimonio de Fernando e Isabel, frecuen- • siglo xv1. Si Fernando fu e "el primer príncipe de la

1 ·- ---- --- ... ~.-==-- =,_-1.4·



18 1500-1700 ESTRUCTURAS DE DEPENDENCIA 19
Cristiandad" y Carlos lo fue aún más, hasta las úti- también experimentó un estímulo efímero de los
les reglas empíricas de Maquiavelo para los prínci- - precios y la demanda ascendentes en España y en las
pes eran de dudosa utilidad en el control efectivo de colonias; en respuesta, el trabajo y las inversiones se
~n pa~rimonio tan extenso. Y, sin embargo, la pro- trasladaron del centro del país a la periferia meri-
hferactón del patrimonio d inástico fue otro factor en dional. En la segunda mitad del siglo XVI la produc-
la decadencia de España. Quizá la ilusión de gran- ción de trigo y vino en España central no logró sa-
deza, el mito del control, era el elemento más tisfacer la demanda, mientras que las regiones coste-
saliente en la fachada de la monarquía española. No ras incrementaron la producción de aceite y vino
o_bsta_nte, con el tiempo habría de rascarse en la apa- para la exportación, a costa del pequeño propieta-
ne~et a de poder y habría de descubrirse que era ilu- rio. Las fincas de los grandes magnates productores
sona. de lana, vino y aceite de Ex tremadura y Andalucía
• El efecto militar de la monarquía española so- crecieron en tamaño e importancia mientras que las
bre el mundo renacentista fue espectacular; su ac- regiones agrícolas de Castilla la Vieja fueron aban-
tuación en la consolidación de las bases económicas donadas.
y p~líticas. de ese poder en España estaba lejos de Con la contracción de las manufacturas domésti-
ser t~preswnante. En 1492 España era una depen- cas, el desarrollo de la agricultura de exportación en
denCia de Europa que exportaba vino, lana, mineral la periferia meridional de la península y la persis-
de hi_erro y ot:os productos primarios. En la prime- tencia de las barreras naturales y artificiales al co-
ra mttad del stglo XVI la producción nacional creció mercio interno, el comercio extranjero y colonial
en respuesta a la demanda colonial de alimentos, pasó a ser la piedra imán de la economía peninsu-
vestido y herrajes; pero este crecimiento pronto fue • lar. El establecimiento de la corte en Madrid (1561)
nulificado por la amplia y persistente diferencia de ocasionó un lucrativo comercio de artículos suntua-
precios entre las manufacturas peninsulares y las del rios con Italia, Francia y Flandes. Al final del siglo
resto de Europa occidental. El flujo de plata ame- xvu los así llamados Cinco Mayores Gremios de Ma-
• ricana, espectacular después de 1550, infló la estruc- 1drid, que proporcionaban artículos suntuarios im-
tura de precios española más rápida y profundamen- portados, dominaban la vida económica de la ~pi­
te que la de sus socios comerciales y en este proceso tal. El comercio madrileño dependía en un grado liD-
arruinó las pocas industrias que se habían desarro- portante, no obstante, de la remesa del "quinto real"
llado antes de 1550 para satisfacer las nuevas deman- de los productos de las minas americanas y de los in-
das coloniales durante la conquista y los primeros gresos y ganancias aduanales del comercio colonial
años de la colonización. La industria textil de Va- concentrado en el puerto de Sevilla.
lencia, Sevilla, Toledo, Ávila, Segovia y Burgos se El comercio con las colonias, descrito en capítu!os
derrumbó bajo la presión de la masa de artículos de postenores, lue or amzado desde el pri~~i io con , 1
lana y seda más baratos, procedentes del norte de fin de as~urar un monopo _w e enehoo~ a la .co-
Italia y de Francia, Holanda e Inglaterra. Cuando r~ma. los súbditos y lo~ res•den..tes de Casulla. Con-
los embarques de plata america na comenzaron a de- . trolado ~r una Casa de Contratación y un grem10 de
J co~tes o
'\ caer agudamente alrededor de 1630, existía poca infra-
estructura industrial interna en España.
La agricultura española, al igual que la industria,
f~~ exc:;:::de
Consulado, el comercio colonial re-
las prácticas come¡;= .
ciª~.:.. ~~n,e.s...deLm.e.di@-YO':-En el curso de los s1-

......
20 1500-1700 ESTRUCTURAS DE DEPENDENCIA 21
g~os xvr y xvu esta estructura y práctica fueron san- ción emigró hacia el sur, o a Madrid y otras ciudades
ClOnadas en . un cuerpo de leyes heterogéneas fin al- en las que los españoles pobres podían ganarse una
~ mente compiladas en las Leyes de Indias, el i.ugol.. precaria vida al servicio de la gente acomodada, en el
..!!!.e_l!.tJ:t.legal.aL cu~olistas anda- comercio en pequeño o como mendigos que depen-
luces _eJl..de~ma_ge _su.LJlri:vilegio~ '1 i!IS ~6=Tiis: dían en última instancia de la caridad de la Iglesia,
_t~_eJ..._fi~_d.:__~:_~~Q.IJW. el mercader y el aristócrata. En el curso d~
No obstante, a pesar de la ley y las intenciones siglos, las fi.las de la aristocracia, la. ~urocracia . y la \1
reale~, los extranjeros participaron en el comercio Iglesia creaeron conforme las familias protegieron
amencano desde el principio y hacia 1700 los miem- sus fortu nas y aseguraron su futuro en una variedad
bros de los gremios eran, en su mayoría, meros re- de empresas, en pensiones vitalicias, beneficios ecle- \
~resentantes de los comerciantes residentes y no re- siásticos y la compra de cargos públicos here.dahles .J
Siden tes genoveses, franceses, holandeses e ingleses. • La aversión a los oficios manuales, inculcada desde
Los buques extranjeros transportaban más y más la Reconquista, fue además fortalecida , mientras
mercancías a los puertos reales y las escuadras nava- ¡ que el ideal de un estilo de vida aristocrá.tko
les extra~j eras escol taban la flota mercante a sus paí- llegó a dominar la vfcra y la literatura españolas. En
ses. de ongen. El contrabando en el puerto y la co- un mayor grado que en otras partes, durante estos
lusión en las aduanas contribuyeron a llevar a su na- dos siglos, los mercaderes españoles buscaron presti-
t dir al comercio colonial español a fines del siglo xvu. gio y seguridad para sí mismos y su progenie en tie-
L as repercusiones sociales de estos cambios econó- rras y títulos, en otras formas de propiedad produc-
micos fueron trascendentales. Aunque de la tierra tora de ingresos y en las dignidades públicas. La in-
seguían subsistiendo la mayoría de los españoles, du- , flación y la extravagancia' con bastante frecuencia
• rante la bonanza del siglo xvr aquellos que tenían anularon el propósito de la trasmisión hereditaria y
~n c~pital 9t~e arriesgar o la voluntad de "seguir el recurrían nuevamente "al remedio al que... común-
mqu.Ieto ofr cro de~ comercio" podían enriquecerse mente recurren aquellos cuyas fortunas han desapare-
medrante el comercro con las I ndias o en ellas, o me- cido; es decir, ir a !_a~ Indias, el r~fugio y protección de
dian_te la importación de artículos suntuarios. La pe- to anirrotos gente desesperada de España".
quena nobleza que carecía de u n ingreso suficiente Con suerte podía lograrse una ev · ·
podía adquirir fortuna y prestigio en los muchos aunque el ciclo se repetía y el indiano y el perul~ro
empleos relacionados con el control del comercio en eran figuras familiares en la sociedad española, m~­
sus puntos clave de la península, a lo largo de su gún beneficio acumulado se sumaba a la economia
línea de ~ntrada y tránsito de las colonias y en los tanto de Castilla como del resto de la península.
centros mmeros de los que se extraían los pagos. Fi- Dentro ele la economía en contracción del si~
n.almente, ~qu~llos indivi?~os incapaces o que se sen- XVII una institución de tradiciOnal im~rta ncia en
ttan poco mchnados a uttiJZar estos caminos hacia la , clmundo m~clit~rrá~~- la familia- ~_!luevo
seguridad podían invertir sus ahorros en anualida- rclieve. Desde el nivel de-la din astía dominante
des, b?~os gubernamentales y fondos de la Iglesia, h'iStá el nivel del más humilde burócrata, las rela-
garant¡zandose as í un modesto ingreso. ciones familiares eran cuestión de supervivencia eco-
En el siglo xvu, conforme decayeron la industria .. nómica. "~ar~E.~~.X..fQQ§2_J!g~~~i~~~:.... ~QJl--pa~
... y la agricultura en el interior de Castilla, la pobla- b_rji.!..f11.Y.!LP,ar-ª.J.~ . M>cied '!.~. ~~p~ñola de este período,
., ---.-..--...-----w.._._ _, _ _ __.
22 1500-1700 ESTRUCTURAS DE DEPENDENCIA 23
pues de tales relaciones d~pendía en gran medida el rápidamente en una etapa de capitalismo comercial
acces? _a los medios de subsistencia, a la ·riqueza y al \acelerado como lo hicieron Holanda, Inglaterra y
prestigio. Aun las cercanas relaciones representadas JFrancia entre 1500 y 1700. Podría argüirse que Es-
por su origen regional común deben entenderse en paña pudo haberse apoderado de las propiedades de
parte por consanguineidad, pues dentro de las regio- la Iglesia, corno lo hizo Inglaterra, con el fin de des-
nes, sobre todo en los populosos valles del norte de arrollar los recursos internos y pudo haber reorga-
España, la comunidad y la familia estaban íntima- nizado grandes latifundios mediante políticas impo-
mente relacionadas. ~ burocracia, en particular, fue sitivas encaminadas a incrementar las entradas.
~structurada para recibir la fuerte impronta de los La h istoria muestra, sin embargo, que la España_
mtereses y presiones familiares conforme aquellos g~ la é¡>aca c)e la Referffta R9 @&taha preparada para
que ocupaban cargos buscaban favores para paisanos rO!fJper con su bereocja de finales de la Edad Me-
e? puestos públicos o empleos privados. ~­ " dia .. Sig\Q.L~~ - ~~~.~~~~ritorial en 1-ª- Península
~confiaban, en primerísimo lugar, en el paren- Ibérica,. Ja...R!;.<;on~uJsta, la lucha contra la~a
tesco para garantizar la lealtad y la reserva entre los m U!u]ggnaJU\!;>.ian _~.Q.o_..el_papeL..de--la-· -ar-is- ·
socio,s y los depen_dientes. ~ tQcracia y de Ja Iglesia mil~I_!~~LLa h~a
te?d¡an ta~_.a~p!~nte a través de la vida eropó. ~-~-d~~Xiil. ~~J~a_:ed~--~e_r_~_p~mento a faexp~osjón
m1ca Y.~l~t-~gt espaagla que algunas familias, duran- españgJ~ .ant~s. de..l5.0.0;..-pareaa...por...el contrana,_yn
te ciertoS> períodos, podían contar con tener represen- Íi!_{;lQr ¡Je unidad y crecimien!Q. La explotación de
! tantes en muchos puntos estratégicos: en ministerios las colonias americanas, México y Perú, hizo innece-
clave y en puestos de la burocracia madrileña, en el " saria la reestructuración de la economía y sociedad
ejército, la marina, la Iglesia y en el comercio tanto españolas, semifeudales, basadas en la tierra y aris-
en España como en América. Se concede que dichos tócratas. Sin embargo, el proceso fue más que una
patrones tendían a desmembrarse con el tiempo 0 al 4 atrofia, pues si sectores productivos esenciales se con-
cruz.a~ el Atlántico, pero también era cierto que otras trajeron, algunos sectores consumidores - la aristocra-
famll1as grandes tendían a remplazarlos. cia, la burocracia, las ocupaciones de servicio, la Igle-
Al considerar España y su imperio colonial como sia- retoñaron. Los resultantes síntomas patológicos
un todo a lo largo de los dos siglos anteriores a 1700, eran visibles tanto en el gobierno como en la socie-
es visible q~e las r~iones subdesarrolladas no pue- dad y la economía, en el Nuevo Mundo como en el
den modermzar fácllmente sus economías ni trans- Viejo. Después de 1600, cuando los estados europeos
f?rmar s~ciedad~s tradicionales con valores y aspira- ' que se modernizaban ponían en duda los conceptos y
ClOnes anstocráu cas. Desde luego, no en el caso de las prácticas de privilegios, del "Estado absoluto"~ de
España y Portugal, los cuales, al principio de su ex- la Iglesia militante, del usufructo privado del poder
perienc!a colonial, estaban imperfectamente organiza- público, de los lingotes como riqueza en vez de la pro-
dos, onentados a la exportación y carentes de una ducción, estas instituciones y actitudes se fortalecie-
1burguesía nacional o grupo comercial capitalista ca- ron en España e Hispanoamérica.
paz de estimular el crecimiento doméstico. España pu-
do ha~er ~tili~ad~ , de ob~
t~~~~ucJonales para desarrollar un floreqen
i~~rio comerctal un-rmmrriño. Pudo haber entrad;
.. ---------·-·---- --.--
...
24 1500-1700 ESTRUCTURAS DE DEPENDENCIA 25
CINCO y al sur a lo largo de la costa occiilental africana, a
las islas Madeira y Cabo Verde, buscando un acceso
Las dos ciudades gemelas de Lisboa y Oporto pueden con directo a las minas de oro de Monomotapa. Perfec-
justicia ser consideradas como los dos ojos de 'Portugal, cionaron su tecnología marítima creando una escue-
pues aquí se concentran todas las riquezas del pals y todo la de navegación, entrenando marin~ros, colect_an-
su comercio con las otras naciones, y sus propias posesio- do información acerca de la costa occidental afnca-
nes en Brasil; de este último depende en particular su n a buscando una ruta totalmente marltima para ex-
existencia como pueblo y el apoyo inmediato del trono. pl¿tar el potencial comercial del océano indico y d~l
Lejano Oriente. Primeros en doblar la punta mas
ARTHUR w. COSTICAN, Sketches of Society and Manners meridionªI del rontimmt@ aJricano, lo~ portngneses
in Portugal, 1787. concen{r;ron sus limitados recursos en ca ital, ma-
ño·· éle o ra y_UM¡.q es_para explotar su entrada por
~.tUl hombre enfermQ de Europa en 1700. nlií-- á--1aTri!tia-1Ds--esH:eeftos....de. Malaca y el sm de
P. rtugal era el hombre olvid d . Dependencia co- ~Y,""~na vez amos del océano _indic~, domina-
lonia e uropa occidental en 1500, doscientos años ron las rutas marítimas de ese vasto mar, mcluyendo
más tarde Portugal era virtualmente una dependen- el transporte entre Japón y China, y ~xplotaron ~m
cia inglesa, si hemos de juzgar conforme a los tér- ~irtual monopolio, primero del c~mercio e.n espeCias
minos del tr,at.a..do..-ª!!&_lo-e~mugués de 1703, el Tra- y más tarde del comercio de aruculos luJOSOs tales
.-tade de ;t.~etbuen, que vinculó las economías metro- como sedas y porcelanas a cambio de plata.
yolttana y eolonial americana -portuguesas a la eco- No es de extrañar ue durante la rimera mitad
nomi<rí'ñgtesa:- Methuen llevó a Portugal y a su co:.. del si o xw1 los ortu eses consideraran el
~ lonia etr:Blasil &-YcRa red de imperialismo econóroi._ , bÍ:imiento d~ rasil 1500 como un asunto de im-
~~..er.a.1_nglate!,..rn...... p~wa. e hecho, os es u s por
A.Jinales _deLsiglo_Xl!_,-e~ la gran~. consolidar el control de la costa de lo que ahora es
pansió_J!_ultramarim-de-las_nªcfones i~rty;:­ Brasil, más o menos entre los actuales puertos . de
gal · éstaba r~lat_i~mente. unifitado,.~­ Santos y Recife, fueron pri~ordialment~ una acción
dad d_~_ ,población alga..ma.y.or-qut_l~~ñola -aun- refleja tomada para impedir que FranCia ~ Inglate-
que en números absolutos su población era mucho rra establecieran enclaves costeros compeudores en
menor- y durante más de un siglo había estado su- la expor.tación del palo brasil utilizado en la manu-
jeto a una monarquía acorde con las aspiraciones de factura de prendas de lana en los Países Baj~s e In-
la burguesía, pequeña y unida, de su principal r glaterra. ú nicamente el ter_no: a la competencia e~ el
centro comercial, la ciudad de Lisboa. A Portu- comercio en la costa bras1lena llevó a la ocupaCión
gal, vía Lisboa, fluían cereales, productos metalúr- 1 p rolongada en la segunda mitad del siglo y al estable-
gicos, prendas de lana y pescado salado del norte de l. cimiento de una economía de plantación. .J.! desartor
Europa en buques de los Países Bajos, y de Lisboa llo de haciensias awcareras en el margen coster.o..eotre
se enviaba oro af!icano y sal de Setubal. Eran claros ..-al ad R ife e • los actos !le u u nado d
los vínculos de dependencia económica. ue ese avlúlron a os ame-
Durante más de un siglo ·Jos portugueses habían
explorado el Atlántico, al occidente hacia las Azores

l
26 1500-1700 ESTRUCTURAS DE DEPENDENCIA 27
~os portugueses ~rn.prendiero.n el primersic~u­ a reducirJJ•s operaciones en la periferia de Asia y
tam_i~m.o ~n grao .eKi!_la de mano de obra de e os en el Brasil se apode~ste Recife y lo reruvieroo,
puert9~ . Q.c.Q.<kntale_~ af.lli;mo_j __a_ las plantaciones bra;. .OO.!!!!:Qland<? así el com_!!·cio del azúcar, si no su cu!ti
sileñas de azúcar y tabaco, es decir, a la migracion V<?•...~!l.tr~_JQ!t~6~ T ampoco la ocupación espa-
Toños~_-:-4~=.e~Q~~QLm.~ªJª-!ltUll. .trm_de negrqs. Re: ñola de Portugal proporcionó recursos adecuados
\ sultó ser tan imposible establecer emigrantes portu- para proteger la cabeza de puente portuguesa en el
gueses como campesinos-colonos a pequeña escala en Brasil. Aunque los portugueses recuperaron Redfe
Brasil como crear enclaves semejantes de emigrantes en 1654, el monopolio azucarero del Brasil ya bahía
en Hispanoamérica. . ~i.do_r_o.t9. por el desarrollo de pt!ntaciones iAglesas
En el océano 1ndico y a lo largo de las costas asiá- ' .L hol~I!.9~~e. ·
ticas los portugueses se distinguieron como creadores Hacía 1700, dos siglos de expansión y contracción
de enclaves comerciales y como armadores. En pers- ultramarina portuguesa dejaron únicamente la ilu-
pectiva histórica, su actividad representaba la última sión de grandeza mientras que las ganancias del co-
fase en el patrón comercial medieval perfeccionado f mercio no se reflejaron ni en las manufacturas
por los centros marítimos italianos. Los ingresos del metropolitanas ni en las instituciones financieras ni
"L comercio en Oriente, según parece, no fueron trans- en el crecimiento de la población. De hecho, había
feridos para su inversión a las plantaciones brasi- habido una elevada tasa de emigración, primero ha-
leñas ni a los embarques brasileños, ni siquiera a cia los enclaves comerciales en Asia y más tarde hacía
la creación de refinerías de azúcar en Portugal. A la franja agríco!a del Brasil. Los ingresos coloniales
finales del siglo xvr, los holandeses controlaban aire- sólo ampliaron el sector de servicios portugués. En la
,._ dedor del 66% de los embarques entre Brasil y Por- Guerra de Sucesión española un debilitado Portugal
tugal, poseían una gran parte del azúcar exportada se alió con Inglaterra, bajo las condiciones de éste,
de la colonia y Amsterdam, no Lisboa, tenía alrede- para sobrevivir a la amenaza de una invasión franco-
dor de 25 refinerías que utilizaban azúcar brasileña española.
semielaborada (1621). El Tratado de Methuen (1703) obligaba a Portu-
La conjunción fortuita de una tecnología marítima .- gal a reducir los aranceles sobre las importaciones de
relativamente desarrollada y su ubicación geográfica tejidos de lana procedentes de Inglaterra, reduccio-
permitieron a la estructura económica de fines del nes extendidas más tarde a las importaciones de
medievo, o precapitalista, de Portugal, extenderse tejidos de lana de Francia y Holanda. En cambio
al Mar Océano. Lo hizo sobre la base del antiguo Inglaterra otorgaba un tratamiento preferencial a
comercio de mercancías utilizando artículos ligeros de los vinos portugueses sobre los de Francia y España.
alto valor que requerían únicamente unos cuantos En 1700, aproximadamente el 11 % de todas las ex-
buques de gran tónelaje. Fue sólo cuestión de tiempo • portaciones inglesas iban a Portugal y su colonia en
para que una región más altamente desarrollada de Brasil. Portugal, una pequeñísima metrópoli con una
Europa occidental, los Países Bajos, movilizara gran- gigantesca colonia americana, era incapaz de propor-
des recursos de mano de obra, capital y buques para cionar las principales importaciones de textiles y
-s seguir a los portugueses hasta la fuente de su comer- 1 productos metalúrgicos para la colonia, e incapaz tam-
cio y expulsarlos. f.n.JQs_p..!i_meros cincuenta año~! bién de pagar las importaciones domésticas sin los
" siglo xvu,_!<?Lh~landeses ohl!&.!~ a los portu~ues.es
1 productos coloniales. Al igual que España, Portugal

.l
28 1500-1700 ESTRUCTURAS DE DEPENDENC IA 29
.
ya era un apéndice ele su colonia en América. En ' una estrategia ofensiva que repetidamente emplearon
1
otros términos, a través de la temprana economía, contra los españoles, los holandeses y los franceses.
1
} socieBdad . Y estrbuct~ra p odlítica capitalistaís clde EPortu-
ga 1, ras1 1 esta a vmcu1a o a 1a econom a e uropa ª
Los ingks~ -~~r;
Nuevo ~ 0.1 sim~d
n~ jnnovadÓn~~ j::
~ occidental. Brasil era el centro económico de Portugal. industrial y. finalmepte,_r~l!!riendo a los instrumen-
t.2§_.....(k.JiL..gueu.a. La guerra era ese último medio

r~asta ahora hemos utilizado la fecha de


.. de la política que los ingleses hábilmente emplearon
!1® como · para acumular una flota mercantil prácticamente de
una posición ventajosa desde donde repasar un p ro- la noche a la mañana y para extorsionar concesiones
ceso de cambio en las posiciones relativas de los es- de los vencidos. Las naciones... subdesarrolladas no
tados de Europa occidental a lo largo de dosc~ debieron pasar por alto que los ingleses acumularon
años. En esos años las n~es dependientet_o ecQ: una flota mercantil con los más de 1 700 buques
nó~mente domin adas sula lbér' mercantes quitados, como presa, a los holandeses en
e~as t~o_!.ro lado del mar, creando a dos años (1652-1654). No fue la única nación f•n
su vez regiones cgmett;:ial.es. dependientes sm un abasto actuar así, pero sí la que tuvo más éxito. Los in-
sus~on modernizar las estructuras gleses, parecería ser, habían tomado nota de la rc:-
inte!.J!..3.§._que.....~llilier alteraa;:;:; 'ubordi1t&- comendación política de Bacon respecto a la "guerra
cíon a..l.a&-tturmmTas·acmrinantes-·d:e·- tnglatet 1 a, H'l5- lucrativa y restauradora". Desde mediados del s ig~ o
landa. .y_ _Francia. Se ha visto cómo !!!glaterra, con- xvu en adelante obligaron a los españoles y a los
fr.Qnta ti a ....._----r'.
por CT!S!S econ¡.,mtca&
• . rl
0Ca5lQD3 as por
la
portugueses a ceder concesiones arancelarias sob~·e
d~recient~and~ de su ~~pgrtación.. importaciones de bienes ingleses y a fortalecer :as
respondi.ó con la adapta~ñ::~ la-iRR&Yitt~ posiciones de sus comerciantes residentes en Lisboa
también, ~-tiempo dominada por Ho- y Sevilla. El imperialismo econ~~ico, erll~r~ces ~o~~
J - des u --Iagl~ inu;Ió::caiñ- ahora, requiere de la co!aborac10n, y l~ cines Iben-
bios··en-las estrttctttras-«allQ~.icas ...Y. l?91üj_c;~s Hol!!_n- cas tanto aristócrata como mercantil, se habían
da, desafiada en el mar por ios. inglese_t..y--en-tier.ta .~ tado. en el curso del siglo XVII, de que dentr~
por· 'los f~~n~ses,_~«:_ ..c~"ltvi~E~~--:~él banq~ del sta,tus de dependencia e'onómiea era posible con
Europll:·..~-~j-~~~...9:'!..~.?~m~?f~ó-~kctiv~ ~.e.rvar jntac!Q o casi int acto, el estjlQ de vida a qu e
! la era ·n apoleómca. · ~.s.taban acoswmbrados.
..... La ·descripct6lr,-sin embargo, no es enteramente
adecuada para analizar las causas y efectos de estos
cambios. Al examinar la actuación de Inglaterra en
el siglo xvu y en particular en el xvm, lo que parece
obvio es que ésta no tenía una abrumadora superio-
ridad tecnológica -comercial, industrial y maríti-
ma- sobre sus rivales franceses y holandeses. Lo
que es evidente es la prontitud de los ingleses para
convertirse en agresores, para u tilizar su pósición
geográfica y su experiencia marítima para formular
LA ECONOMÍA COLONIAL 31
.
1
'
CAPITULO 11
españoles y sus descendientes en América, en 1700
LA ECONOMíA COLONIAL los días gloriosos estaban muy atrás en el pasado,
remontándose al tiempo de la conquista, a la orga-
1
nización de los p ueblos súbditos, a la creación de un
·¡ vasto aparato burocrático y, sobre todo, al descubri-
miento y explotación de las más ricas minas de plata
que el mundo hubiera conocido jamás. La edad de
UNO i
1
oro de España fue un tiempo de conquista, no de paz;
\ de p!ata, no de oro.
Que el comercio es el sacrificio de los ricos y de los po-
bres; que los que lo componen consiguen las utilidades que
quieren a pie quieto, y sin salir de sus casas; y que la
abundancia de embarcaciones que llega a la Veracruz no es DOS
causa para que abaraten los efectos en la capital porque
los acaudalados y poderosos en reales los atracan con per-
...se comenzaron a poblar estas minas a mucha prisa, y
juicio de Jos que no lo son, y guardados en las bodegas les
fueron los primeros pobladores los soldados que más cerca
dan la estimación que quieren y desuellan al género hu-
de este sitio se hallaron y justamente comenzaron a venir
mano. Que la policfa no se conoce. Que esta capital sólo
al reclame de la plata mucha gente de México y entre
es ciudad por el nombre, y más es una perfecta aldea. ellos mercaderes con mercadurlas.

DUQUE DE LINARES, Virrey de México, a su sucesor, ALONSO DE LA MOTA Y ESCOBAR, Descripción de los
1716. reinos de Nueva Galicia, alrededor de 1602.

Los españoles se tomaron entre setenta y ochenta Durante los primeros doscientos años de gobierno
.años para ocupar lo que habría de ser su imperio colonial, los españoles desarrollaron un sector colo-
en América. Se pasaron alrededor de doscientos años nial minero con el fi n de sostener la economía metro-
de ensayo y error para establecer los elementos esen- politana y la posición internacional de España en
ciales de una economía co!onial vinculada con Es- Europa occidental. En un período de 20 años, de
paña, y con Europa occidental a través de aquélla. ' 1545 a 1565, se hicieron los principales descubrimien-
H acia 1700 estos elementos eran l ) una serie de tos mineros en México y el Perú. Los centros mineros
cemros mineros en México y Perú; 2] regiones agrí- requerían cantidades relativamente grandes de mano
colas y ganaderas periféricas a los centros mineros, de obra india, la cual estaba convenientemente
desarrollados para el aprovisionamiento de víveres y ubicada a una cómoda distancia de las minas. Las
materia prima; y 3] un sistema comercial hecho para levas de mano de obra india (mitas) periódicamente
encauzar la plata y el oro en forma de numerario se trasladaban a las minas y luego se les permitía
o lingotes a España con el fin de pagar por los bienes regresar paulatinamen te a sus comunidades de origen
producidos por Europa occidental y encauzado a conforme nuevas levas las remplazaban. Los horro-
través de un puerto español para la distribución a las res del trabajo de las mitas constituyen una va~la
colonias americanas. Pero para la mayoría de ·los literatura de explotación.
32 1500-1700 LA ECONOMÍA COLONIAL 33
Las operaciones mineras requerían, obviamente, nos del curso de una vida de trabajo diligente y
al~o más. que tr~baj~dores. Éstos necesitaban aloja- cuidadoso ahorro casero. Sin duda, muchos dueños
ml.ento, tiendas, Iglesias, cantinas. Las minas reque- de minas permanecieron en América. Algunos fraca-
rían, ad~más, albañilería, malacates, escaleras y gran- saron, otros prefirieron invertir sus ahorros en ~a­
des cantidades de cuero. Requerían mulas y caballos ciendas cercanas para cultivar comestibles y cnar
n? solam.ente en l?s pueblos y las minas propiamente ganado. Esto se generalizó desp~és de 1610 y ..se
dichos, smo también para transportar los lingotes a \ aceleró durante el siglo xvn, el s1glo de comracc10n
las casas de moneda y los puntos de exportación y económica tanto en América como en Europa oc-
para transportar provisiones al interior desde las cidental.
pla.m.aciones Y. ranchos, y de los puntos ~osteros que El auge minero del período 1545-1610 es un
reCibia.n los b1enes e.uropeos requeridos por los cen- clásico ejemplo de empresa privada en la que los
tros m1~eros: herram¡entas de hierro y acero, artículos mineros, los comerciantes y el Estado colaboraron y
suntuanos y, sobre todo, el mercurio utilizado en la se repartieron los beneficios. Los mineros y comer-
amalgamación de p lata a partir del mineral crudo. ciantes de América, los comerciantes de Sevilla y, a
La minerí~ . también. creó un mercado interior para través de ellos, los comerciantes y fabricantes de
la produccwn colon1al, tanto de textiles de lana v Europa occidental, todos se beneficiaron, directa o
algodón hechos por artesanos como en talleres ex~ indirectamente. La participación estatal tomó la for-
plot~~ores. A pesa.r de las prohibiciones, esta lJI'O- ma de un porcentaje (alrededor del 20%) de la plata
duccwn se expandió ya que los mayoristas import<I- extraída y acuñada, y de los .ingresos pr~ven~entes
dores-exportadores manejaban solamente las finas de la distribución del mercuno, que s1gmó stendo
p~e ndas de algodón .Y las sedas de alto precio obte- un monopolio estatal dado en arrendamiento a .l?s
mdas en Europa occidental o en el Lejano Oriente. comerciantes. Indirectamente, el Estado se benehctó
El capital circulante fue siempre el punto débil de los impuestos sobre los bienes export~dos a
de los dueños de las minas. Recurrieron a las mu- América y el numerario recibido. de Aménca. en
chas dotaciones de la Iglesia (obras pías) o a los Sevilla y reexportado a Europa. occ1dent.al para aJ~S­
préstamos de los comerciantes, que con frecuencia tar la balanza de pagos por las ImportaCiones espano-
acababan por asociarse y acababan por controlar en las e hispanoamericanas. Como principal sector de
s~ tot.alidad las minas que originalmente habían la economía colonial, la minería pagaba los costes
fmanciado. Los riesgos fi nancieros en la minería ~ administrativos del imperio, a los funcionarios ecle-
siempre eran grandes. siásticos y seculares, altos y bajos; a los virreyes,
Las características de esta economía minera fronte- oidores, gobernadores y capitanes generales, a los
riz~ pueden fácilmente imaginarse. Para los españoles funcionarios oficiales tales como alcaldes mayores y
existía la oportunidad de poner en práctica las esen- corregidores, guarniciones militares, sin omitir los
c.ia~e.s funciones empresariales -los riesgos y la insen- buques de escolta de la armada real que acompaña-
Sibilidad- con la esperanza de encontrar una mina ban a los convoyes que entraban y salían.
rica en mineral y de regresar a la patria y convertirse
en un aristócrata recién enriquecido, con un títu lo
. nuevo. Aqu~ estaba una de las grandes recompensas
/ de la conquista: el ascenso social y de status en me-
34 1500-1700 LA ECONOMfA COLONIAL 35
TRES la población indígena y a despedazar las estructuras
agrarias anteriores a la conquista. Sobre sus ruinas
-Pues los que tienen haciendas de labor, cuando las ven- los españoles crearon la hacienda.
den a otros, ¿también venden los gañanes con ellas? La hacienda se desarrolló antes de 1700 para
-SI, señor, y los obrajeros y estancieros y ganaderos y abastecer a la economía minera y para permitirle al
todos los que tienen semejantes haciendas las venden con
los indios que les sirven en ellas.
español emprendedor rehacer en América el símbolo
-¿Cómo es eso? -repuso el franciscano-. Esos indios de prestigio de la España meridional, la hacienda,
gañanes o mozos que sirven, ¿son esclavos o libres? con u na fuerza rle trabajo inamovible en su mayoría.
-Sean esclavos o libres, ellos son de la hacienda y en La conquista de Sevilla y la ocupación de Andalucía
ella han de servir, y este indio en la de mi amo. en el siglo xm permitieron a la nobleza española
plantar grandes extension es de trigo, olivos y viñas.
JERÓNIMO DE MENDIETA, Historia eclesiástica indiana, La conquista de América trajo el mismo patrón, pero
1595-1596. en el proceso los centros de la civilización amerindia,
sus culturas y su población declinaron.
No había entonces enfermedad; no habla dolor de huesos;
no habla liebre para ellos; no había viruelas; no había
En regiones de clima árido, las llamadas civiliza-
ardor de pecho; no habla dolor de vientre; no habla ciones primitivas o antiguas surgieron en función del
consunción ... No fue asl lo que hicieron los extranjeros crecimiento de la población, de la especialización
cuando llegaron aqul. económica y la urbanización mediante el dominio y
la aplicación, por el hombre, de la tecnología del
Libro de Chilam Dalam de Chumayel, fines del siglo control del agua -la agricultura de irrigación. En
xvu. las regiones semidesérticas de Mesoamérica y los
Andes centrales, sin arado ni rueda, sin animales de
La orientación exportadora de la economía latino- tiro ni de carga. el hombre incrementó el abasteci-
americana -aún su característica dominante y uno miento de víveres controlando el agua y organizando
de sus principales legados- fue producto de los la mano de obra. El incentivo para abandonar el
primeros doscientos años del colonialismo español y cultivo extensivo y nómada de cosechas poco pro-
del auge minero del altiplano mexicano y de los ductivas e inestables a cambio de una agricultura
Andes centrales, donde la tecnología agrícola y la intensiva y sedentaria de altos Y. seguros rendimientos
densidad de la población habían producido avanza- era claro. De acuerdo con cálculos recientes, la
das culturas. Ahí los españoles abrieron minas y agricultura de roza en el México central requiere
crearon subsectores de los núcleos mineros, las gran- 1 200 hectáreas por año para proporcionar la pro-
des haciendas dedicadas a la agricultura y la gana- visión de víveres de 100 fámilias; la agricultura in-
dería. tensiva de chinampa o de plataforma lacustre requiere
En una era de tecnología minera primitiva, los solamente una fracción de esta superficie, entre 37
excedentes agrícolas, habilidades y fuerza de trabajo y 70 hectáreas.
amerindios aseguraron el éxito de la empresa minera La agricultura intensiva se desarrolló en la altipla-
española. La introducción de la economía minera ac- nicie mexicana y los Andes centrales por lo menos
tuó como arma de penetración del capitalismo euro- tres mil años antes de 1 500 y parece haber alcanzarlo
peo occidental; su éxito ayudó literalmente a reducir los límites tecnológicos y de productividad existentes
36 1500-1700 LA ECONOMÍA COLONIAL 37
en el Nuevo Mundo entre 1 200 y 1 500, con la for- Periódicamente, en el milenio ant~s de 1 500 y con-
mación del "estado" mexica o azteca, con centro en forme la población hacía presión sobre la provisión
el Valle de México, y el mucho más vasto "imperio" de víveres, los conflictos interregionales llevaron a
Inca en el Perú. Culminó con una agricultura la conquista y la consolidación de las comunidades
altamente elaborada de trabajo intensivo que pro- agrícolas en bloques que creaban una expresión
dujo un alimento primordial, el ma ~z (en las re- cultural especial de la arquitectura, de los centros
giones elevadas de Perú y Bolivia la patata y otro administrativos y ceremoniales urbanos rectilíneos, de
tubérculo, la quinoa) y en siembras secundarias de la cerámica, el tejido, la escultura, de los métodos
frijoles, calabaza, jitomates y chiles. Diestros agri- para medir el tiempo y para contar, del enfoque y
cultores en el Valle de México contrapesaron las la práctica religiosas. Periódicamente, dichas civiliza-
óesventajas de una precipitación pluvial inadecuada y ciones de irrigación se desplomaban y eran seguidas
fluctuante utilizando el agua del deshielo de las mon- por la difusión de su cultura material e intelectual
tañas nevadas y extendiendo al máximo la gigantesca y su reaparición en subsecuentes patrones forjados
cut>nca natural de lagos intercomunicados; en Perú por nuevos centros culturales.
utilizaron los ríos de los valles montañosos y las co- La complejidad agrícola se reflejó en la estratifica-
rrientes de agua que cruzan los valles a lo largo de la ción creciente, es decir, en la formación de jerarquías:
c'osta del Pacífico. Se controló el agua para fines nobleza, soldados y sacerdocio, un grupo de comer-
agrícolas mediante la irrigación por canales, lo que ciantes y artesanos calificados que producían para
a su vez requería grandes insumas de mano de obra satisfacer las demandas de la élite, y una masa de
para un complicado sistema de terrazas, frecuente- agricultores. La expansión de una comunidad a costa
mente en escarpadas laderas de los valles, y para ex- de sus vecinos, la forja de la hegemonía bajo la
cavar y revestir canales y mantenerlos en uso. Obser- forma de un pago anual del tributo o la incorpora-
vadores españoles del siglo xvr, con justa razón, se ción en un imperio integrado, significaban presión
sintieron impresionados por la destreza ingenieril de sobre los agricultores en la base de la economía y la
los pueblos de los Andes centrales, así como los sociedad, y producía revueltas, a veces con éxito, a
agrónomos del siglo xx se sienten impresionados por veces no. En el siglo anterior a la conquista, las
las pruebas arqueológicas de las técnicas para desviar civilizaciones de irrigación que los españoles halla-
el agua de valle en valle en épocas anteriores a la ron en el Valle de México y los Andes centrales es-
conquista. En el Valle de México, los observadores taban dominadas por una élite crecientemente milita-
españoles se maravillaron ante el sistema de diques rizada, expansionista, cruel con sus opositores, dentro
creado y mantenido para impedir que el agua salobre o fuera de sus sociedades. Mientras que la élite
entrase a las zonas de agua dulce, así como por la azteca periódicamente subyugaba áreas dependientes
agricultura intensiva de chinampa. recalcitrantes mediante expediciones militares que
Una economía agrícola tal favoreció el crecimiento imponían o volvían a impon~r los tributos, la élite
demográfico. En los Andes centrales la población inca sencillamente desarraigaba a las comunidades
1 dificultosas y las colocaba en otro lugar para contro-
amerindia puede haber sido de 3.5 a 6 (hay quien
dice 10) millones de habitantes en 1525. Para todo larlas eficazmente. El patrón de expansión y milita-
el centro de México (1519), recientes análisis demo-
gráficos sugieren la elevada cifra de 25 millones.
¡. rismo, las señal!!s de estratificación social, los intentos
por parte de la élite para movilizar y apropiarse de
j
----~ ...
38 1500-1700 LA ECONOMÍA COLONIAL ~9

los excedentes económicos de sus propios pueblos y desarrollo de la hacienda, fue el tributo del ame-
los dominados sugieren que, en el momento de la rindio a la sociedad bajo la forma de pagos en
irrupción europea occidental en América, ya se habían especie o en trabajo. La conquista dio a la nueva
alcanzado los límites de la tecnología agrícola dispo- aristocracia -los hidalgos españoles- el acceso inme-
nible y que,_como en el pasado, grandes conjuntos diato, mediante la encomienda, tanto a los suminis-
de comunidades estaban a punto de fundirse nueva- tros de víveres como a una gran fuerza de trabajo
mente como resultado de la expansión demográfica y organizada para efectuar trabajos especializados a sus
la inelástica producción agrícola. nuevos gobernantes: tributos en forma de productos
La expansión, estratificación y explotación crearon o artesanías locales y trabajo en obras públicas. Mu-
otros mecanismos aparte de la fuerza militar para cho antes de los grandes descubrimientos mineros
mantener la cohesión interna. Mucho antes de la de mediados del siglo XVI los principales empresarios
conquista española, las sanciones y los fines religiosos de la conquista exigían restitución por su desem-
también proporcionaron una especie de cemento so- bolso personal de equipo y por los riesgos que
cial. En ambas culturas de irrigación, el sacerdocio corrían, en forma de tributo y trabajo indígena y
desempeñaba una función social clave, pues organiza- concesiones reales de tierras. Cortés, con mucha
ba el ciclo agrícola, indoctrinaba a la juventud, mar- visión, se consiguió para él y sus descendientes in-
caba con ritos apropiados el paso a través del círculo mensas concesiones de tierras y exigen.cias de tributos
vital de la vida y la muerte, facilitaba la incorpora- y servicios indígenas, h abiendo bastantes émulos en
ción de nuevas comunidades mediante el sincretismo su indómito séquito.
religioso, daba un significado y un propósito a la Los españoles que iban al Nuevo Mundo dejaban
existencia, fortificaba a los fuertes y reconfortaba a atrás una sociedad de aristócratas terratenientes, una
los necesitados. De los excedentes económicos de la pequeña burocracia, unos cuantos funcionarios mu-
tierra poseída y cultivada en comunidad, la casta nicipales y una masa de campesinos y labradores. Es
sacerdotal recibía asignaciones, al igual que los lógico que se rehusaran a crear granjas familiares en
militares y la aristocracia. L a insensibilidad con que el mundo colonial, donde existían grandes extensiO-
los españoles intentaron extirpar la práctica y los nes de tierra y una gran proporción de agricultores
símbolos del pensamiento religioso de la preconquista calificados subordinados amerindios -siendo la tierra
sugiere el efectivo papel desempeñado por el estable- {1) }-ci...t!:!!.!>~i~.~l _l;>_o!Jn.._<J~ la conquista. Jnlnediatatíleñ-
cimiento eclesiástico amerindio. El fuerte compromiso te reclamaron la mano dé obra y los suministros de
religioso del amerindio, su consenso a la omniscien- alimentos; en una palabra, explotaron a los indios
cia y autoridad religiosas, su sumisión teológicamente como vasallos de la monarquía española. Los indios
sancionada a las penalidades, el sufrimiento y la araban, cultivaban y cosechaban las tierras de los
frustración de una existencia campesina en un mundo nuevos amos españoles. Puesto que al principio no
cruel se mezclaron con el catolicismo que les fue había bestias de tiro, miles de porteadores indios
impuesto, forma'ndo otro componente de la herencia trasladaban sobre sus espaldas los bienes, de un lugar
colonial. · arotro.
Lo que fue esencial para la creación de la hege- , ) \Las ~onsecuencias ~nmediatas de la conquista y la
monía españqla, para la forja de la economía colonial ·- o~upactón de las regwnes más densamente pobladas
minera y agrícola-ganadera y, sobre todo, para el de la civilización amerindia fueron catastróficas. Una
40 1500-1700 LA ECONOMÍA COLONIAL 41
combinación de enfermedades epidémicas (viruelas, 'versiones a la tierra y aceleraron la formación del
sarampión, tifoidea), de trabajo excesivo y la con- latifundio. Sin el incentivo ni el estímulo proveniente
siguiente debilitación física y el choque cultural in- d'e las minas, sin su producción de plata, su fuerza
ducido por el remodelamiento de una sociedad co- de trabajo ni sus dependientes, las grandes haciendas
munal conforme a líneas individualistas orientadas tendieron a hacerse relativamente autosuficientes.
hacia el lucro produjo en los siglos xvt y principios Para la élite social y económica, los dueños de minas,
del xvu uno de los descensos demográficos más los latifundistas y los ganaderos, la preocupación prin-
desastrosos en la historia universal. Entre 1492 y cipal pasó a ser el mantenimiento de una oferta de
alrededor de 1550, lo que podemos denominar el com- mano de obra adecuada y digna de confianza. Se
plejo de la conquista literalmente aniquiló a las presionó a las comunidades indias para que propor-
poblaciones indígenas de las primeras regiones de cionaran fuerza de trabajo, ya sea apropiándose de
contacto cultural europeo y amerindio: el Caribe. sus tierras, o alentando la residencia en los latifun-
Diezmó a los habitantes del México central, donde dios mediante el adelanto de pequeñas cantidades
una población recientemente calculada de cerca de para el tributo y el diezmo. Una vez residentes, los
25 millones en 1525 descendió hasta poco más de un indios recibían adelantos adicionales en alimentos y
millón en 1605. En los Andes centrales, donde son bebidas, para bautizos, bodas y entierros. La tienda
escasos los estudios de demografía histórica, el patrón de raya se convirtió en una forma importante para
general del desastre demográfico que siguió a la el reclutamiento y la conservación de la mano de
ocupación europea parece haberse repetido. Una po- obra. Algo más que el nexo monetario vinculaba al
blación calculada entre 3.5 y 6 millones en 1525 latifundista-patriarca con sus dependientes semiser-
parece haber descendido a 1.5 millones hacia 1561 viles. La hacienda pasó a ser un lugar de refugio
y bajado hasta un nivel de 0.6 millones hada 1754. para el amerindio que hallaba insoportables las pre-
El choque cultural en el siglo XVI, el trabajo de siones sobre su comunidad: ahí encontraba una es-
servidumbre o la mita, en las minas, de los siglos pecie de seguridad. A su hacendado-patriarca-juez-y-
xvt y xvn y la tienda de raya en el siglo XVII com- carcelero le ofreció su trabajo y su fidelidad. A
ponen la actualmente aceptada secuencia de factores cambio, recibió raciones diarias, tratamiento médico
que explican el descenso de la población amerindia en primitivo, consuelo religioso y una posición inferior
rr-... esos lugare~ establecida. La hacienda como unidad de producción
\í.) !r'El desastre demográfico en América fue sin duda y como núcleo social patriarcal habría de sobrevivir
0 un factor primordial en el receso minero que tuvo como un legado colonial en México hasta 1910 y aún
lugar en México y el Perú más o menos después de más tarde en Guatemala, Ecuador, Bolivia y Perú. Las
1596 y que duró en México alrededor de un siglo. comunidades amerindias también se las arreglaron
La producción minera decayó regularmente y las para sobrevivir en una economía y sociedad expan-
repercusiones se extendieron por los fundos cercanos sionistas, capitalistas y monetizadas perpetuando la
y lejanos que se habían creado alrededor de los tradición, el lenguaje, el vestido y el consenso grupal
centros mineros para suplir maíz y trigo, frijoles, como eficaces baluartes contra la presión del mundo
forraje, mulas, burros y caballos, cerdos, cameros, del hombre blanco sobre la tierra y el trabajo
cueros y burdas telas. amerindio -una pauta conocida por los que estudian
Los mineros y los comerciantes. trasladaron las in- a los indios de las reservas de los Estados U nidos.
42 1500-1700 LA ECONOMÍA COLONIAL 43
CUATRO dependientes, relativamente in~ovilizados, constreñi-
dos . por una forma especial de trabajo asalariado y
Los esclavos 50n las manos y los pies del señor del in-
genio, por que sin ellos, en el Brasil, no es posible con-
la ue.n?a de raya, constituían la fuerza de trabajo.
servar ni acrecer la plantación, ni operar el ingenio. Ongmalmente la palabra plantación se refería al
El Brasil es el infierno de los negros, el purgatorio de r
traslado estable~imiento ~e europeos en una región
los blancos y el paraíso de los mulatos y mulatas. ultramanna. A {mes del stglo xvn la plantación se
había convertido en un fundo en zonas tropicales o
JOÁO ANTONtO ANDREONI1 Cultura e opulencia do Bra- su?~ropica les, especializado en un solo cultivo, que
sil, -1708. uuh~~ba una fuerza de trabajo, dependiente e in-
movtltzad~de esclavos traídos de Africa contra su
El latifundio orientado hacia la exportación -el ,_ voluntad. ¡lA diferencia de la hacienda, la plantación
segundo elemento de la herencia colonial de América . .- era una unidad económica independiente creada para
Latina- floreció en el imperio español en Amé- producir artículos esenciales para el consumo externo
rica sólo hasta el siglo xvm, y luego únicamente en es decir, europeo. Era el producto de la tecnologí~
tales colonias periféricas como Cuba, Venezuela y la eu~opea aplicada por técnicos europeos para empre-
cuenca del Río de la Plata. El papel de la América san?s ~ uropeos; frecuentemente era financiada por
portuguesa en el siglo xvu fue el de crear un pro- capitalistas europeos, quienes también contribuían a
totipo de agricultura de plantación para la exporta- su ~roducción, transporte marítimo y seguro, proce-
ción en América. Pues la plantación azucarera bra- samiento final, distribución e instalaciones para su
sileña o engenho de a~úcar representaba una forma venta. Al igual que la minería, la plantación era
de actividad independiente :le la minería, que era una empresa del Nuevo Mundo cuyo estímulo era to-
la razón de ser de la hacienda en México y en el Perú. talmente europeo. De Brasil a Virginia, la plantación
Forjó un patrón de organización económica y social, en América tnuy rápidamente puso de manifiesto las
un complejo agro-social que fue reproducido y adap- características que aún la distinguen. Se especializaba
tado en las Antillas a fines del siglo xvu y en las e~ u n culti:o, utilizaba los beneficios de la exporta-
colonias meridionales del Imperio británico en Amé- CIÓn para. ~.~portar aquellos bienes y servicios que
rica del Norte en el siglo xvm. era prohtbtttvamente caro suministrar localmente
La plantación es la segunda variante del latifun- debido a su especialización: víveres, productos meta-
dio en América. Los historiadores, antropólogos so- lúrgicos y, particularmente, artículos suntuario~. Era
ciales y economistas de décadas recientes han buscado, un ejemp!o claro de especialización económica.
a tientas, definiciones de trabajo de la hacienda y la El prototipo perfeccionado de la agricultura de
plantación, aunque reconocen que frecuentemente plantación en América, el ingenio brasÍleño, era el
las dos se superponen. En Hispanoamérica, señalan, instrumento portugués de efectiva ocupación y colo-
nización. Fue quizá la herencia colonial más impor-
la h acienda era un fundo de grandes dimensiones
tante en la región. El ingenio, sin duda, surgió de
donde se cultivaban cereales o se criaba ganado. Sus
una serie de experimentos conforme las técnicas del
productos eran consumidos localmente en los centros
cultivo y la refinación del azúcar emigraron del Me-
mineros o en las grandes regiones urbanas tales diterráneo a las islas del Atlántico -las Azores, Ma-
como las ciudades de México o Lima. Los amerindios deira, Cabo Verde y Canarias- y finalmente a la
44 1500-1700 LA ECONOMÍA COLONIAL 45
c08ta meridional atlántica brasileña, entre Santos y sólo otro subsector de la economía europea, en par-
Recife. Fundos azucareros habían aparecido en la ticular de la economía holandesa, ya que los portu-
isla Española en las Antillas antes de 1530, pero no gueses eran meros intermediarios, pues reexportaban
se convirtieron en exportadores regulares en gran la azúcar brasileña y con frecuencia era embarcada
escala a Europa. Sin embargo, ya desde 1498 la en buques holandeses, procesada en refinerías holan-
azúcar portuguesa de las islas Madeira se almacenaba desas y distribuida en Europa septentrional, central
para su venta en Amberes. y oriental por comerciantes holandeses. Mercancías
En Brasil, los empresarios portugueses y sus refac- h,olandesas eran utilizadas por los tratantes de escla-
cionistas holandeses hallaron condiciones favorables: vos portugueses en África. Los holandeses en cierto
una faja costera de excelente suelo negro fácilmente momento capturaron y ocuparon parte de la costa
trabajable una vez limpio, una precipitación pluvial azucarera del Brasil, alrededor de Recife, entre 1630
adecuada que eliminaba la irrigación requerida en y 1654, como una empresa de la Compañía de
las islas del Atlántico, y bajos costes de transporte Indias Occidentales Holandesa. Una vez expulsados
desde los fundos a los puntos de embarque en por los hacendados brasileños que movilizaron sus
Recife y Bahía. Sin embargo, faltaba un factor de propios recursos, los holandeses se retiraron al Caribe,
la producción: una fuerza de trabajo abundante, llevándose la tecnología y experiencia azucareras bra-
dócil y sedentaria. Gradualmente los empresarios sileñas a Surinam y Curazao, de donde se difundió
portugueses ampliaron sus operaciones esclavizadoras por fin a las demás is!as del Caribe. Ahí, en la se-
contra los amerindios nómadas a lo largo de la costa gunda mitad del siglo xvn, los holandeses, ingleses
brasileña y, para protegerlos, los jesuitas construye- y franceses pronto repitieron el patrón y las técnicas
ron comunidades separadas que, a pesar de sus in de las plantaciones de azúcar del Brasil. La división
tendones, en la práctica sirvieron sólo para preparar del Caribe y el establecimiento de la plantación ha-
a sus tutelos en la incorporación final al creciente brían de formar también la herencia colonial de esa
sistema de p!antación, primero como aprovisionado- región. [Hacia 1700 la economía azucarera brasileña
res de víveres y luego como esclavos. Los amerindios estaba en crisis, puesto que los consumidores euro-
seminómadas del Brasil demostraron su ineficacia peos recur~ieron a los productos más baratos del
como fuerza de trabajo para las plantaciones y los Caribe] (Y¡
portugueses comenzaron a movilizar mano de obra Elpioces.o de la formación de fundos y el recluta-
del oeste africano. En el siglo XVI embarcaron alre- miento de mano de obra para haciendas y planta-
dedor de 50 000 esclavos al Brasil; en el siglo xvn ciones en el Nuevo Mundo entre 1500 y 1700 no
más de 500 000. Desde temprano reconocieron la pro- debe verse únicamente como un microcosmos. Los
posición "Sin esclavos no hay azúcar, sin azúcar no especialistas en la región tienden a concentrarse sobre
hay Brasil." En 1570 había alrededor de 60 ingenios; los detalles del proceso de crecimiento y síntesis
este número habíase elevado a 346 en 1629 y a 528 después de la conquista, recalcando así los elementos
hacia 171 O, incluyendo ingenios pequeños, medianos aparentemente autóctonos del proceso: la mezcla de
y grandes. elementos ibéricos, amerindios y africanos en Amé-
El síndrome de plantación brasileña de monocul- rica. Sin embargo, se requiere un punto de vista
t~~o, esclavitud y producción para la exportación .no macrocósmico para poner el proceso en la perspectiva
debe separarse del centro europeo. El ingenio era de la herencia colonial. No puede pasarse por alto
46 1500-1700 _LA ECONOMÍA COLONIAL 47
el hecho esencial de que en el período de 1500 a 1700 sus colonias, y a veces en derechura sin hazer este corto
los imperios iberoamericanos funcionaban como un rodeo, se interesan mucho en que embiemos pocas flotas
segmento perifético de la economía europea en ex- y galeones, y navíos de registro, y en que contengan corto
pansión. En esta función pueden compararse a otra número de toneladas. . . No hay diligencia lízita e ylícita
que no intenten y practiquen para conseguirlo.
región periférica, Europa central y oriental, que
abastecía al centro europeo de cereales, madera, ga- Consulta del Consejo de Indias, 1725
nado, pieles y minerales tal como América lo proveía
de plata, oro, azúcar, tabaco, cueros y anilinas. Los .. .este género de comerciar en las Indias embiando o· lle-
cambios de dominación económica entre los holan- vando las cargazones para vender por mayor, o hazer cange
deses, ingleses y franceses no modificaron esta esen- de ellas por frutos de aquellas provincias... no perjudica
cial relación con las regiones periféricas. Aquí el a la nobleza, y añado que ni se opone a ella, estando en
factor de la producción que escaseaba era la mano estilo que no sólo cavalleros muy calificados, sino títulos
de obra, teniendo que verse obligada a pasar de una de Castilla carguen para las Indias, lo que devemos sentir
economía de subsistencia a la economía de exporta- es la inadvertencia nuestra, que por no aver savido favore-
~ o "abierta."
cer, fomentar, estimar y premiar los comerciantes, está oy lo
más de los comercios en poder de estrangeros, que se han
d Paradójicamente, a medida que el desarrollo eco- hecho señores de ellos, enriqueziéndose y ennobleciéndose
".'' _;nómico europeo conllevó diferenciación social, mo- con lo mismo que nosotros estamos depreciando.
: ·'· vilidad y mayor libertad personal para los propieta-
rios agrícolas y los asalariados urbanos y rurales, en JOSÉ DE VEITIA LINAGE, De las ordenanzas de comer-
las regiones periféricas de la economía europea la cio, 1672
mano de obra se hizo menos "libre." En Europa
central y oriental se convirtió en la "segunda escla- Con la falta de Indias o sus comercios, cae España de toda
vitud." En América adoptó varias formas: encomien- su grandeza, porque le ha de hacer falta la plata que viene
da, repartimiento, mita y finalmente tienda de raya para V. lVJ., la de los ministros, la de los particulares, la
y esclavitud. El negro fue trasplantado físicamente de encomiendas, la de herencias, que de allí viene... Per-
de una economía de subsistencia africana a una re- didas las Indias, quiebran todas las rentas que hay en estos
reinos, y es preciso acuda V. M. al remedio.
gión periférica de agricultura de exportación. L uego,
hacia 1700, la pérdida de la libertad personal había MARQUÉS DE VARINAS, Mano de relox que pronostica
pasado a ser parte de la herencia colonial. Esto formó la ruina de la América, 1687.
parte de la contribución de Africa y .América Latin~,
al desarrollo de la libertad en Europa occidental. ~,\ El principal problema colonial de España era cómo
ampliar al máximo su control de la plata y el oro
exportados a la metrópoli, la base de la economía y
la sociedad españolas y soporte principal de la posi-
CINCO ción española en Europa. De mayor importancia
para nuestro análisis era el efecto que la preocupa-
. . .no sólo los extrangeros que residen en Cádiz, sino los ción sobre la minería tenía en la estructura y el cre-
que desde los puertos de Francia, · Inglaterra y Holanda cimiento del sistema comercial colonial.
comerzian en derechura en nuestras Indias, por medio de Desde el punto de vista dd Imperio españoJ, In
48 1500-1700 LA ECONOMÍA COLONIAL 49

subdesarrollada economía española tenía como de será útil verlo en perspectiva antes de examinar su
suprema importancia el control sobre las sa~idas de estructura. La mayoría de las naciones europeas, en
numerario y lingotes. Dichas salidas proporciOnaban un punto u otro de su historia, han tratado de
liquidez financiera en una época en que los présta- aumentar al máximo su capital y sus habilidades
mos públicos eran tanto difíciles como costosos, y comerciales, concentrándose en un área, en un puerto
cuando ·las políticas fiscales no podían modificarse principal. Lo que el moderno observador del sistema
con rapidez. Además, las fi nanzas del Estado, la comercial imperial difícilmente comprende es cómo
burocracia y el instituto militar, la nobleza que re- pudo sobrevivir este sistema durante 300 años con
cibía pensiones de los fondos públicos estatales o de sólo pequeños ajustes. El observador moderno está
las propiedades o inversiones coloniales, monopolios perplejo por la elasticidad de un sistema comercial
y otros privilegios, la iglesia que recibía ingresos de imperial que ofrecía a sus manipuladores relativa-
diezmos, fundos y operaciones crediticias coloniales, mente poca retroalimentación en forma de grandes
los comerciantes intermediarios de Sevilla y sus acre- ganancias procedentes del comercio: pequeña acumu-
e~ores y abastecedores entranjeros, los comerciantes, lación de capital y prácticamente ningún efecto
mineros y burócratas retirados que recibían ingresos multiplicador sobre las estructuras industrial, agrícola
de las inversiones coloniales; todos dependían de las o bancaria metropolitanas.
flotas que entraban procedent.!s de las Indias, carga- El sistema r~quería el control sobre la minería de
das principalmente de numerario y lingotes, registra- recursos naturales aparentemente inagotables, plata
dos o ilícitos. Después de 1650, un importante por- y oro, y un monopolio sobre la distribución de los
centaje de la plata, por el contrabando o por el metales. Este monopolio beneficiaba nominalmente
corso, nunca había de llegar a España; y de toda la a los ibéricos de América y de la metrópoli. A riesgo
plata que llegaba, una gran proporción nunca en- de simplificar demasiado, puede argumentarse que
traba en la economía española. Era transbordada en la estructura y función del comercio imperial español
Sevilla para ajustar la balanza de pagos con los representa el aumento al máximo de las limitadas
comerciantes franceses, holandeses, ingleses e italia- posibilidades de una economía metropolitana subde-
nos, quienes proporcionaban hasta el 90 por ciento sarrollada. El subdesarrollo económico español llevó
de las imporLaciones coloniales y una gran proporción a la formulación y aplicación de nuevos mecanismos
de los.. bienes para el consumo peninsular. Éste de control, al igual que el derrumbe del sistema
fue el precio pagado por España por su fracaso en comercial internacional después de 1929 llevó a la
crear una burguesía comercial local y en desarrollar propagación de controles nacionales sobre el comercio
la producción nacional de artículos de hierro, acero, exterior en América Latina y otros lugares. El esta-
clavos, telas y papel. blecimiento de estructuras de supervisión formaliza-
Económicamente atrasada en 1550 y aún más des- das -la Casa de Contratación, el Consulado de
pués de esa fecha, España cayó en un sistema co- Sevilla y flotas de galeones escoltados- indica que
mercial que era, en esencia, el de la alta Edad Media, el gobierno se percató de cuán vulnerable era este
una especie de mercantilismo de un solo puerto, · sistema a la penetración extranjera y deseaba con-
Sevilla (después de 1717, Cádiz), para beneficiarse trolar las entradas de lingotes y numerario de las
de sus posesiones americanas. Puesto que con mayor regiones ultramarinas imponiendo "peajes de tráfico"
frecuencia se describe este sistema que se lo explica, sobre la reexportación del oro y la plata. Puesto que
50 1500-1700 LA ECONOMÍA COL ONIAL 51
los bienes españoles constituían un bajo porcentaje peajes. En el extremo occidental del comercio atlán-
del valor total de las exportaciones a las colonias, tico los puertos designados en el Caribe - Cartagena,
el comercio fue canalizado por un solo puerto para Portobello y Veracruz- mantenían un contacto ofi-
asegurar y facilitar el cobro de los impuestos adua- cial con la metrópoli a través de Sevilla. A través de
nales. El Estado obtenía ganancias fiscales mientras estos puertos, parecidos a las factorías medievales que
que los comerciantes españoles registrados obtenían las ciudades italianas habían fundado a lo largo de
ganancias como expedidores, no como dueños, de los
cargamentos y, a veces, como fletadores.
¡ la costa del Mediterráneo, se canalizó el comercio
de la región interior de México y del oeste de Amé-
En el único puerto español autorizado, Sevilla, el
Consulado y la Casa de ·Contratación constituían
!f
rica del Sur. En las factorías americanas los comer-
ciantes aplicaban un mecanismo de precios basado
los principales mecanismos de control. El Consulado, ! en un subaprovisionamiento hecho a propósito, ajus-
dominado por una pequeña minoría que supervisaba
el ingreso de nuevos miembros, sancionaba el oligo-
·l tando el nivel de precios al poder de compra dispo-
nible representado por la cantidad de oro y plata en
polio corporativo; excluía no sólo a los no españoles 1 manos de los comerciantes coloniales intermediarios
sino también a los no castellanos. Los comerciantes y reunido para cuando llegaran los convoyes.
extranjeros, aunque residentes y oficialmente reco- Los historiadores por lo general se han admirado
nocidos en sus propios cuerpos corporativos con 1 indebidamente ante las características formales de
derechos extraterritoriales, en teoría sólo podían par- un sistema comercial o de intercambio complejo,
ticipar indirectamente en el comercio colonial, como estructurado y dominado por el Estado, centrado en
abastecedores; en la práctica, la exclusión formal el sur de España con tentáculos administrativos que
funcionaba de manera tan ineficaz como los actuales se extendían hasta los puntos de control en el
acuerdos comunes en la mayoría de las repúblicas Caribe, abriéndose de allí hasta los centros de pro-
latinoamericanas para impedir la dominación extran- ducción exportadora colonial. El sistema comercial
jera, conservando a la vez la participación extranjera. colonial fue, por un lado, el producto de la vasta
Los oligopolistas de Sevilla eran, en el mejor de los escala (\e la geografía, tamaño de la población y
casos, intermediarios que cobraban comisiones. La ubicación de los recursos del Nuevo Mundo y, por
Casa de Contratación, una junta comercial nombra- el otro, del nivel de desarrollo económico español.
da por el gobierno y cuyos burócratas cultivaban El comercio con América no era como el comercio
íntimos vínculos con los comerciantes residentes, tanto con los Países Bajos o Inglaterra a mediados del
españoles como no españoles, aplicaba los mecanismos ¡J siglo xv•; no era posible obtener mercancías para la
de control mediante el registro de bienes, personal, j .
exportación enviando comerciantes a los puertos
emigrantes, inmigrantes y buques y armadores que marítimos de América. Los recursos minerales de
iban y venían de las colonias en flotas regulares. Tan- ésta estaban bien adentro del continente y rodeados
ta era la sombra del control estatal que el gobierno por una población indígena que no estaba preparada
confió al Consulado en Sevilla el cobro de la comi- para explotarlos y que no se interesaba en el inter-
sión, o avería, que se aplicaba a los costos de habilitar cambio comercial con los amos españoles. De haber
y mantener las escoltas armadas de los convoyes. 1
limitado la explotación de las colonias americanas
La pauta de la centralización comercial fue exten- ¡ 1
al tipo de organización aventurera de los comercian-

J
dida hasta América para facilitar el cobro de los tes ingleses se habría sometido a un esfuerzo excesiYo
52 1500-1700 LA ECONOMÍA COLONIAL 53
el capital y los recursos técnicos de los empresarios españoles en un mercado cerraáo, apenas podía ser
y, para el caso, de cualquier comerciante europeo comparado con los mercaderes aventureros, pese a
de la época. Además, hacia 1550 España debía algunas similaridades superficiales. Hasta el siglo
defender sus buques mercantes en las rutas marítimas xvnr no aparecieron en España compañías comerciales
del Atlántico contra ataques de los corsarios ingleses privilegiadas que se ocuparon más bien de la agricul-
y franceses. En pocas palabras, la explotación de tura que del desarrollo minero. Con pocas y dudosas
América exigía una organitación política que excedía, excepciones, su existencia fue breve, debido no só!o
con mucho, los recursos de una compañía comercial. a sus propios defectos sino también a la oposición
El juego entre estos factores llevó a una división activa de los gremios comerciales.
del trabajo entre el Estado castellano y los empre- Tres consideraciones contribuyen a explicar la per-
sarios españoles. Mientras que el Estado aceptó la manencia de la estructura comercial colonial sin mo-
responsabilidad y algunas de las ganancias proceden- dificaciones apreciables hasta el fin del control colo-
tes de la creación y el mantenimiento de la su- nial español en América. Primero, el sistema era
perestructura política y económica en las colonias, el permeable a la manipulación externa: los residentes
comerciante, sirviendo como mediador del intercam- no españoles de Sevilla dominaban el comercio colo-
bio de bienes por plata en puntos clave, controlaba nial adelantando bienes o créditos, o ambos, y estaban
con eficacia la corriente comercial y las comisiones. dispuestos a prestar sus nombres a mercancías que
La corona a veces confería sobre el gremio comer- en realidad eran propiedad de extranjeros y embar-
ciante, frecuentemente un gran acreedor, las funciones cados a las colonias, frecuentemente, bajo la vigilan-
gubernativas del cobro en las aduanas y la toma de cia de sobrecargos extranjeros en buques extranjeros.
decisiones en asuntos que afectaran a sus intereses, La manipulación también tomó la forma de cohecho
así como el corregidor o el alcalde mayor colonial para cubrir el contrabando en cada una de las fases
en el gobierno local mezclaba el interés privado y del movimiento de salida y entrada a Sevilla. En
la administra1ión política con la sanción del Estado. todos los niveles de operación, los intereses extranje-
No es sorprendente, luego, que los consulados en . ros sobornaron a marineros, estibadores, funcionarios
el comercio colonial en Sevilla, la ciudad de México aduanales y a los burócratas y ministros de Madrid.
o Lima -grupos frecuentemente vinculados por in- Pocos funcionarios estaban a prueba de sobornos.
tereses, orígenes regionales y por parentesco y alian- En segundo lugar, la longevidad del sistema fue
za- constantemente se resistieran a la modernización resultado de su flexibilidad. En la práctica, el sistema
del sistema comercial español. Se opusieron a inno- permitía una mayor participación en la empresa co-
vaciones tales como las sociedades anónimas, las lonial de lo que sugiere su cerrada estructura. Entre
cuales, sin duda, hubieran sido incompatibles con el Estado y los intereses privados españoles se desa-
las condiciones del comercio en Sevilla: afiliación rrolló una relación simbiótica. Los comerciantes
limitada, subaprovisionamiento controlado de una financiaban a los funcionarios que buscaban un
economía cautiva, reserva en las operaciones. Aclaro cargo colonial y proporcionaban préstamos a los
Smith, con posterioridad, comparó la comunidad burócratas que partían a América con la promesa
mercantil gaditana con una compañía privilegiada, de que éstos cooperarían en la venta ilegal de bienes
pero el monopolio del comercio colonial de que que se efec~uaba allí. En todas las capas de la buro-
gozaba el puerto andaluz, que manipulaba . bienes no cracia española loS' comerciantes localizaron a funcio-
\
LA ECONOMÍA COLONIAL 55
54 1500-1700
En estos puertos o en sus principales puntos de
narios que apoyaban el contrabando desde funciona-
distribución en las regiones interiores un pequeño
rios aduanales hasta virreyes, incluye~do a los oficiales
número de comerciantes, con frecuencia relacionados
navales encargados de las flotas. Hasta 1700 la limita-
por vínculos de parentesco con sus contrapartes en
da ga~a. de la empresa colonial lucrativa -Ías ~inas y
Sevilla o Cádiz, se concentraron en la distribución
l~s act1V1dade~ conexas- canalizó a los españoles ha-
de un limitado volumen de importaciones a precios
Cia ~l comerc10, el sector de oportunidad por exce-
lencia en la economía colonial. grandemente exagerados a cambio de la plata delibe-
radamente subvalorada de América. Hasta mucho
Finalmente, mientras que los ingresos sobre el
después de 1700 tuvieron pocos incentivos para ma- ·
comercio colonial de Jos miembros españoles de los
nejar las voluminosas exportaciones coloniales a me-
gremios de Sevilla eran quizá bajos comparados con
nos que la estructura de la demanda europea y el
l~s qu~ obtenían los abastecedores de bienes y cré-
nivel de los precios en ese lugar hiciera lucrativo
ditos mgleses, holandeses, franceses o italianos, los
el esfuerzo. En América los comerciantes españoles
españoles participantes se sentían satisfechos ya que
ligados con los mineros y los burócratas carecían de
no había otras oportunidades. La tasa de ingresos
incentivos para diversificar la estructura de las ex-
sob.re el com~rcio colonial de los españoles y sus
portaciones estimulando la producción agrícola o
socws en Sevilla -un pequeño grupo privilegiado,
creando una industria local. Tal diversificación era
la mayoría de cuyos miembros eran meros "frentes"
tolerada pero no fomentada. Y tampoco desarrollaron
d~ los co~erciantes extranjeros- permitía un mayor
una industria pesquera colonial ni una producción co-
mvel de .mgresos y consumo que otras ocupaciones.
lonial especializada para el comercio intercolonial.
El gob1erno español otorgó privilegios y exenciones
Las potencialidades del comercio interregional no fue-
a est~ grupo empresarial en su corporación o gremio
funcwnal, ya que este grupo y sus vínculos extran- ron reconocidas y, si lo fueron, no se explotaron.
jeros ofrecían a un gobierno incapaz y pobre fondos Hacia fines del siglo xvu la explotación del mwndo
que él mismo no podía obtener de los impuestos a colonial se hizo más y más difícil. Mientras la deman-
la aristocracia privilegiada y a la Iglesia establecida. da colonial permaneciera dentro de límites predeci-
Los flujos de plata de América independizaron al bles, mientras no se desarrollaran ·nuevas regiones de
S
gobierno español de las asambleas formales o grupos exportación colonial, mientras lós abastecedores euro-
repr:sentativos que, si garantizaban préstamos y nue- peos de España se contentaran con explotar las colo-
vos !~pu~stos, podían en cambio haber exigido la nias a través de ese país o las actividades de contra-
l
part1~1paoó~ en . el proceso legislativo. Si la plata
bando directo de las Antillas no se hicieran excesivas,
S
amencana d1stors•onó la economía española, también el sistema colonial español que intercambiaba una
S
incapacitó a las cortes españolas. producción minera m11xima por importaciones sun-
S
tuarias mínimas y que desalentaba las exportaciones
Con frecuencia se ha argumentado que un sistema
colonial incorpcna en forma exagerada las virtudes agrícolas y ganaderas, tenía razonables posibilidades
de sobrevivir. Pero la revolución comercial e indus-
~ los vicios d~ la potencia met~opolitana. Los espa- S
noles reproduJeron en sus colomas, en amplia escala, trial del siglo xvu1 y la creciente agresividad de los
l
l?s defectos estructurales de la economía metropo- intereses comerciales ingleses y franceses pronto pu-
l
sieron en claro que el sistema colonial español ten-
litana. Un pequeñísimo núcleo de puertos coloniales
dría que ser modificado o que sería despedazado.
manejaba las importaciones y exportaciones legales.
SOCIEDAD Y FORMA DE GOBIERNO 57
CAPÍTULO III . [Los] blancos que se llaman español~s-americanos mues·
tran la superioridad sobre los... indios... por sus riquezas
SOCIEDAD Y FORMA DE GOBIERNO heredadas, por su carrera, por su lujo, por sus modales, y
por su refinamiento en los vicios...

El Consulado de· México a las Cortes, 1811

La herencia social de la América Latina colonial no


UNO
f_l:!e simplemente una rígida estructura de una atiilik-
~.racia de riqueza, ingresos y poder ~!l_el ápice de
rE;; España, por así decirlo, es un título de nobleza no una amplia pirámidU, en su base, una masa de
~ente em obrecida, margmal, Impotente subO .
\ descender ni de judíos ni de moros. En América, la piel
jmás o menos blanca decide la .posición que ocupa el hom- <.!.a-T~l~L~.ciedades an oreCI o ~r doquier~__!:!
l.M.e en la sociedad. · tragedia de la hereñm mlon. al fue una estfüétma
s~cial estratificada. además por color y fjsqnom'ía, . por
A.voN HUMBOLDT, Ensayo politico sobre el reino de la lo que lós antropólogos denominan ~enotipo: una
Nueva Espaiía, 1822. é}ite de blancas o 'asi h!av~s y una masa de gente
de color -indios y negros, mulatos y mestizos, y la
Su condición de conquistadores sobre un suelo conquistado gama de mezclas de blanco, indio y negro, denomill,a-
hace de ellos los habitantes primeros, los predilectos y los ~ Como ya se ha percatado Estados Unidos,
privilegiados de toda la América; y desdichados de nosotros,
una sociedad puede perpetuar las desigualdades
desdichada la península y desdichadas las Indias el día que
sociales con mucha mayor eficacia cuando la mala
perdamos este ascendiente, resorte y escudo único de la obe·
diencia y de la subordinación. distribución del ingreso es apuntalada por el feno-
El desdichado indio... era [en la hora de la conquista] tipo.
. . . un animal inmundo, revolcándose en el cieno de la Una comparación superficial de la sociedad ibérica
más impt'1dica sensualidad, de la borrachera continua, y de e iberoamericana alrededor de 1700 sugiere que los
la dejadez más apáticas divirtiendo su sombrla desespera· peninsulares habían logrado reproducir, en las tierras ·
ción en espectáculos horrendos y sangrientos, y saboreándose altas de México y los Andes y a lo largo de la costa del
rabiosamente en la carne humana . . . La historia antigua Brasil, una réplica o lo que pasaba por réplica de
ni la tradición han trasmitido a nuestra edad el recuerdo su sociedad del Viéjo Mundo: una e~~
de un pueblo tan degenerado, indigente e infeliz. . . (El de dos clases o estratos -luna élite de terratenientes,
indio] está dotado de una pereza y languidez que no
pueden explicarse por ejemplos. .. estúpido por constitu·
~ineros, alta__fu!ro¿;acia -;-clero (.y •..!l_f!a_._~~~~
-~1<!.~~~. rurale1..-_en_romv..nidades indoamericanas
ción. : . l>orracho por instinto. . . Éste es. . . el verdadero
retrato del indio de hoy... o .e!l haciendas o ~ntaciones tropicales y, entre dos
estratos~-üñ-·-·equeño-grupo~ - de ---c:oméfc1añtes--btiró::-'
[Las] castas cuyos brazos tardos se emf\lean en el ;.
peonage, servicio doméstico, oficios, artefactos y tropa, son ..a:ar;as..:¡._..Qaj&-a~~. En otras palabras, en ambas re-
de la misma cohdición, del mismo temperamento y de la giones existía una estructura social t_íp_ica de una
misma negligencia del indio .. . Ebrios, incontinentes, flo· .economía agraria, preindustrial o subdesarrol14da.
jos, sin pundonor, agradecimiento, ni fidelidad...
\
' No obstante, mientras que en la península ibérica
·... ~
. 11 ,_,'1" .f':
.. ·. . ·'·
;<.. -
.... . . . • : ··.· ..~v"<l
~f'· . "" . ''\ ''
58 .,._(~rr~-' .. r--- 1500-1700 SOCIEDAD Y FORMA DE GOBIERNO 59
el ingreso, el status y el poder colocaban la gente en e!_p~a ni smo los colocó bajo tute!'<~ y la "infer iori.
uno u otro estrato, en las colonias iberoa ericanas el _g ad" o l a._renuncia a aceptar la Cristiandad y la
.colar, al igual que el ingreso, el s~~lc.f-'Y-,-eetlt--'Eifll{l91QQ.e~eP, tutela los hi zo~nte ptiyada de razón" Sin duda,
. .. . la temp~ ezcla de razau.ntre españoles y muje-
te
_,_ En las sociedades ibérica e iberoamericana la reL~m_erindias q~ la élite _proveyó a los españole;
función del fenotipo - y, asociados con éste,. la .sle- complacien~_s_al i~oradores mestizes;
"pureza de sangre" y la r~ligión- puede . ser .conside- no obstante, el creciente número de españoles na-
rada como la consecuenoa de las expenenoas colo- cidos en América (los criollos), y de mestizos, pronto
nizadoras y colonializantes de los ibéricos, tanto en la fue visto por los españoles como una potencial
península como en el Nuevo Mundo. La Reconquis~a amenaza a su dominación. Más tarde, en el siglo xv11,
cristiana, conforme los cántabros avanzaban haCia cuando la contracción económica tanto en América
el sur, conllevó la subordinación y la eventual ex- como en la metrópoli española incrementaron la
pulsión de los diferentes grupos étnicos, musulmanes competencia por el acceso a la riqueza, el status y la
y judíos. Durante esta prolongada expa'_lSió~~ h~bo seguridad, los criterios de pureza de sangre y feno-
dos factores de importancia dúradera: la JUSUhca~Ión tipo fueron apuntalados en España y en las colonias.
de un mandato religioso y las recompensas matenales ~a llegada del esclavo negro a Iheroawérica aiia-
al arrojo y la experiencia militar. En l a sub~ecuente ,.. .. .d ió gtro f-ªcto.r.. étnico~Su..Jenot.~po-y.-·su-in~ad
estructuración de la sociedad y forma de gobierno de ¿.iegalmeme pr~s.c.r:ita-lo....en.cajªE,~.I!- fáf_ilmen.te.. en una
la península, el criterio de pureza de sangre - la r.s~ciedad.-de·-earta-s; donde libertos negros y mulatos
ausencia de antepasados judíos, musulmanes o ne- aparecían y su movilidad social significal?a una
gros- estaba asociado con el crite.rio re~igioso c.o:no amenaza para la élite, se invocaban barreras forma-
un requisito para pertenecer a la éhte social y pol?uca. · .. les e informales. Aunque las barreras existían p ara
Tales criterios aseguraban no sólo la supremac1a de · poner coto a la movilidad social de todos los no
la Cristianidad sino también la perpetuación de las españoles, las que concernían a los de ascend(;ncia
fam ilias cántabras que habían encabezado la Re- africana eran las más severas y duraderas.
conquista y que más se ~ablan benefic~a~o por la H acia 1700 la sociedad colonial en América era,
expropiación de las propiedades . no cnsuan~s. _La por el contrario, todo menos homogénea. En efecto,
Inquisición, seguida de la expulstón de los JUdws, era un marco cultural en donde el status, los in-
de la posterior huida de los in~~ros conversos gresos y el poder se concentraban entre aquellos
judíos (cristianos nuevos) y, por ultimo, d~ la ex- juzgados como blancos o caucasoides, y se diluían
pulsión de los musulmanes co~versos (monscos),. le conforme la ~sca la descendía a amerindios y negros.
dio a la península la apariencia de una poblac1ón ~~~ v \.:=:.f=> ~"'-~. -
étnicamente homogénea. p-v
. . . . :; ---..
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' { :....'1..,
V ~ ., _.
' 1 ' . _._...,,,.,,-.,t'-.)¡.(__-
_...._l'-~
La conquista del Nuevo Mundo extendió el ethos
desarrollado durante la R econquista. El subsecuente DOS
cambio socioeconómico, tanto en la península· como
en las colonias, reforzó el criterio de pureza de san- El yndio como puro yndio y el español como puro espa·
gre o "raza" para pertenecer a la élite. De~de. el 1iol, cada uno en su clase es utilísimo a la sociedad
principio, la conquista hizo vasallos a los ~dios.. poHtica y puede decirse q ue son la hase de la agricultura,
60 1500-1700 SOCIEDAD Y FORMA D.F. GOBIERNO 61
industria y artes; pero mezclada cada una de ellas con el Recife, Bahía y R ío de Janeiro; el campo brasileño
negro, resulta de su prole y de su consecuente mixtión alojaba a un pequeño número de amerindios nóma-
una clase de individuos que no sólo ofenden al aspecto das, negros en las plantaciones y un pui'íado de
público, ennegresen los pueblos, varían de costumbres y amos blancos. En resumen, los europeos blancos
se hacen insoportables y onerosos a las repúblicas; sino e"ran una peq ueñísima minoría entre millones .de
que no siendo yndios ni españoles ni conservan la docili-
gente de co!or. De mayor importancia para la poste-
dad y la dedicación a la labranza de los unos, ni pueden
ser admitidos en las comunes ocupaciones de los otros y
rior historia social de América Latina, entre la
así resultan inútiles y perjudiciales. él it~ blanca y la masa de amerindios y negros existía
hacia 1700 un delgado estrato de la población que
J- M. QUIROZ, Exposición ... sobre el comercio de no estaba sujeto ni a la esclavitud negra ni a la
negros..., 1807 _tutela amerindia, y que estaba compl.lesto por el re-
sultado de la mezcla de razas ¡;:ntre blancos, ame-
La conquista, ocupación y administración de Amé- rindios y negros: mestizos, mulatos y zambos (mezcla
rica permitió a los europeos de la península ibérica de indio y negro) y sus muchas combinaciones.
construir una sociedad de superiores e inferiores, de _La mezcla de razas en América, como en cualquier
señores y masas, de libres y esclavos, de sujetos a otro lugar bajo los efectos y las con~cuencias de la
impuestos y de exentos, de blancos y de no blancos·. conquista, era inevitable. En la historia de Europa
En las etapas iniciales del contacto cultural, en las occidental, hasta 1500, olas sucesivas de emigrantes
regiones culturales densamente pobladas y adelanta- se habían fundido con los pueblos conquistados sin
das de México y los Andes centrales, los españoles una apreciable discriminación racial, y a largo plazn.
reconocieron estructuras de poder y status amerindios Y cuando, después de 1500, los europeos crearon
comparables a las suyas. Incorporaron elementos de avanzadas en la India, por ejemplo, su n·úmero era
la élite amerindia en el ápice de sus estados nativos limitado, la mezcla racial poca y la residencia de los
así como a nivel local. El clero amerindio fue des- europeos de corta duración. Además, una densa
piadadamente destruido por una sociedad conquista- población india absorbía tanto a los europeos como
dora, una de cuyas preocupaciones dominantes era a la progenie de la mezcla racial de europeos e
la conformidad religiosa aparente. Puesto que la indios. Por contraste, la mezcla racial en América
nobleza amerindia cooperó con los colonialistas es- produjo un estrato social que se hizo numéricamente
pañoles, fue conservada para exigir tributos y trabajo sign ificativo y ocupacionalmente necesario, pero que
a las masas indígenas y facilitó el sistema español de tanto en la práctica como en la teoría era objeto
dominación indirecta. Los españoles peninsulares y • de discriminación racial por parte de la élite blanca
los criollos se concentraron en los grandes centros o casi blanca. Para crear, luego, una sociedad de dos
comerciales, administrativos y financieros del mundo clases o estratos comparables al modelo ibérico, los
colonial, tales como México y Lima y las principales blancos confiaban en el racismo no só~o para mante-
ciudades mineras. El campo pertenecía a la pobla- ner en su lugar a los amerindios que encontraron
ción amerindia entre la que estaban esparcidos los y a los negros gue importaron, sino también para
blancos en sus haciendas o en pequeñas ciudades. En contener a los mestizos, los mulatos y las castas.
la América portuguesa, los blancos estaban concen-
\ Al principio, sin embargo, no sólo era inevita_l?le
trados en unas cuantas ciud<~des portuarias como la mezcla de razas. sino que aun era alentada. El pri-
1
1
62 1500-1700 SOCIEDAD Y FORMA DE GOBIERNO 63
mer factor en la mezcla de razas era la ausencia ~~!a­ libres. Finalmente, había frecuen'tes matrimonios en-
tiva de mujeres europeas en las corrientes migrato- tre mulatos y mestizos.
rias al nuevo continente; la proporción de inmigran- Pasaron solamente unas cuantas décadas de con-
tes hombres en relación a inmigrantes mujeres en el tacto interracial en el Nuevo Mundo para que se hi-
período colonial parece haber sido de cerca de nueve ciera evidente el problema de los mestizos, mulatos
a uno. En el siglo XVI, en las regiones de ocupación y zambos. La incontrolada mezcla__ de razas comP-lica-
inmediata con ilimitadas posibilidades de mano de ba ·la creación de una sociedad de dos clases donde
obra, tributos y tierras indias, los esp~s d~~;~!! un fenotipo fácilmente reconocido diferenciaba el
~e cont r~n matrimo~ io con las ~s de la_po- status social y legal. Los españoles europeos y los
bleza ameti_!!9.@.J.•.J!.tl~'!-...J?.Q!l.ti.~'Lf~~~~id~-~ criollos constituían la élite blanca; los amerindios en
~3.-.!~ü.i.~!..l~~illi~~~~.!h....El conta.cto era sus comunidades, reconocibles por el vestido, lengua-
mayor en las más Importantes cmdades capitales y je y alimento, así como por el fenotipo, y los negros
~ menor en el campo. Una vez que se hizo imposible de las plantaciones, representaban grupos claramen-
que las autoridades españolas controlaran la canti- te definidos de tributarios y esclavos. Los individuos
dad o la calidad de los inmigrantes, los europeos en producto de las mezclas raciales, por otro lado, con
América pronto sobrepoblaron las ciudades de los frecuencia se alejaban de la comunidad indígena o
hombres blancos y fueron a vivir como parásitos a de la plantación; se hacían artesanos, trabajadores
las comunidades amerindias, tomando como esposas asalariados o ·-donde el empleo era escaso- vagabun-
a sus mujeres. Aparte del ·elemento de fuerza que fre- dos o vagos, robando frecuentemente a las comuni-
cuentemente utilizaban, las mujeres amerindias pron- dades amerindias. Rechazados tanto por los amerin-
to aprendieron que sus hijos de padres europeos po- dios como por los blancos, obviamente renuentes a
drían no ser considerado~ indios y que por ende no ser esclavos, tuvieron que sobrevivir desarrollando
estaban sujetos a las levas, al tributo indio ni a las su agresividad, crueldad y astucia. No es extraño que
muchas prohibiciones que los amos blancos habían la é li~_!_~ropea y criolla no sólo atribuyera la pre-
impuesto sobre la población dependiente. ""' sunción de ilegitimidad al mestizo y al mulato, sino
Además, los europeos pronto introdujeron un ter- \ también aquellas características que los pueblos do-
cer factor en el crisol racial del Nuevo Mundo, el minantes siempre han imputado a los problemáticos
negro africano. En Hispanoamérica, durante los si- dominados: una propensión a la ebriedad, la promis-
glos xv1 y xvu, sus números eran limitados; la ma- cuidad y la desvergüenza; una inclinación congéni-
yoría se concentraba en las plantaciones azucareras ta al robo y la agresión; y una incapacidad congénita
y tabacaleras de la costa brasileña. En México y el a obrar de acuerdo con la ley y el orden. A finales
Perú, los negros trabajaban en las minas o en el ser- del siglo XVI la posibilidad de insurrecciones indias
vicio doméstico. Y puesto que -como en el caso de dirigidas por mestizos o revueltas negras dirigidas
los blancos europeos- el número de mujeres negras por mulatos produjo leyes destinadas a poner un fre-
era proporcionalmente bajo, en los centros urbanos no a su incorporación social.
los negros hallaron compañeras entre la población Si la mezcla de razas era inevitable, el que sus
amerindia. También los negros reconocieron que sus productos llegaran a ocupar puestos importantes en
hijos con mujeres amerindias, quienes después de sociedades diferenciadas por el color y la fisonomía
todo eran libres vasallos de la corona, eran también no lo era. Dos acontecimientos, sin embargo, cambia-
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ron la función de estos individuos intersticiales o proporción de despoblación - la· existente antes de
marginales y ampliaron su papel en la sociedad co- la conquista a la existente en 1650- fue . de una mag-
lonial. Antes que nada, las condiciones especiales del nitud de 20 a l, o quizá más. Un elemento amerin-
desarrollo económico en el Nuevo Mundo, en el cual dio en descenso incrementó la importancia de las
los blancos o los casi blancos constituían la clase em- castas en la población total alrededor de 1650; des-
presarial que manipulaba el trabajo amerindio o ne- pués de esto la lenta recuperación de la población
gro, exigían la presencia de c39ataces _-ªdiestrados en india y la afluencia de los europeos que se mezcla-
la minería y la agricultura, de vaqueros, arrieros, te- ban con las castas le dio a ese grupo un mayor por-
jedores y herreros, de pequeños comerciantes y ven- centaje de la población total. Ineludiblemente se lle-
dedores. So~amente hombr.e.s.Jibres de status inferio- ga a la conclusión de que el choque cultural, las en-
r~odían des.enm.~-~ deseñíjie:iiaro~~­ fermedades pandémicas a escala continental y una
c_iones. Mucho mejores que los pueblos amermdws actividad sexual sin orden ni concierto, en el siglo
-~fuerte tradición, anterior a la conquista, de xvi, entre europeos blancos, pueblos indígenas e in-
una economía comunal y su creciente temor, después migrantes africanos forzados abrieron el camino a
de la conquista, a las presiones de la sociedad y eco. una nueva sociedad compuesta por una vasta mezcla
nomía del hombre blanco-, las castas fueron inte- racial. La heterogeneidad racial era ya un compo-
gradas al mundo capitalista e individualista del hom- nente de la herencia colonial latinoamericana. En
bre blanco. Conforme su color se "aclaró", conforme 1700, sin duda, las castas seguían siendo un pequeño
se hicieron menos afro o indomestizos y más euro- porcentaje de la población en Indoamérica, tal y
mestizos, ocasionalmente pasaron al grupo de élite. como lo eran los mulatos en el Brasil. Una muy bur-
En efecto, el reconocimiento por parte del europeo da distinción sugiere que constituían alrededor del
de la posibilidad de una "mancha" de sangre india 6 por ciento, los blancos o casi blancos más o menos
o negra en el blanco nacido en América, o criollo, lo mismo, los siervos indios y negros el resto (88 por
proporcionaba una justificación para catalogarlo ciento). Sin embargo, las castas estaban siendo in-
como un miembro ligeramente inferior de la élite. corporadas funcionalmente en la sociedad y economía
De mayor importancia en el surgimiento de los coloniales. tn algunos ca~os ya eran la capa inferior
pueblos mezclados o castas, como e~emento clave en de la élite europea. De hecho, mostraban ya que po-
la sociedad colonial latinoamericana, fue la hecatom- dían ser asimilados por la élite según las condiciones
be demográfica que los europeos desencadenaron de ésta, ayudando en la explotación de las masas.
cuando entraron en contacto con la población amer- Su presencia, sin embargo, indica que la sociedad
india y trasmitieron enfermedades epidémicas -vi- colonial ibérica no era, de hecho, una réplica de la
ruela, sarampión, tifoidea, en particular la primera- sociedad ibérica.
a pueblos que carecían de inmunidad. La población Fue probablemente en el siglo xvn cuando el gran
se estabilizó sólo hasta la primera mitad del siglo . hacendado surgió en América como la figura domi-
xvu. Mientras que aún hay oposición a aceptar los nante, tanto de la sociedad como de la economía co-
recientes cálculos de la población del Nuevo Mundo lonial. Los hacendados (y los mineros) aparecían
en vísperas de la conquista, no hay duda alguna de como quasi señores, con sus propios capellanes, sus
que el descenso de la población amerindia alrede- propias cárceles, sus propios cepo$ y látigos para los ·
dor de 1600 fue tremendo. Algunos afirman que la renuentes a su control, su propia fuerza de policía.
66 1500-1700 SOCIEDAD Y FORMA DE GOBIERNO 67
Sin embargo, los señores del Nuevo Mundo también
proporcionaron su propia forma de seguridad para
los obedientes: subsistencia, protección y estabilidad .. .los que van proveídos de estos reinos son de ordinario
social. gente codiciosa, y a lo menos tienen contra si la presun-
ción, pues se alejan tan to de su naturaleza y van a tierra
La depresión del siglo xvu, la restricción del co- próspera y ocasionada para granjerías y acrecentamientos
mercio ultramarino, el virtual derrumbe del control de hacienda, y al fin se experimenta cada día en sus resi-
metropolitano, la poca frecuencia de las salidas de dencias, cuyos capítulos vienen a parar en esta materia
los barcos, todo parece haber trasladado el podez:_S(J- de tratos y contratos, y este inconvenjente se esfuerza
cial y político de la metrópoli a la periieria -al considerando que los gastos del viaje han de salir de estas
hacendado, al propietario de minas y al comercian- ganancias con que de todo punto se desenfrena algunas
te coloniales. A la vez, aumentó la compartimenta- veces la codicia. . . estiman en poco las Audiencias y ansí
ción de las regiones coloniales. Las élites coloniales proceden con mucha libertad, haciendo poco caso de sus
locales se preocuparon por sus propiedades, sus sub- provisiones, y es de mucho inconvenien te, porque apenas
regiones, sus provincias. El mismo sistema comercial se puede administrar justicia, y este impedimento es ma-
colonial recalcó el aislamiento y la compartimenta- yor y aun casi irreparable, cuando en estos gobernadores
se atraviesa el parentesco o dependencia de algún ministro
ción. El .seccionalismo, regionalismo o provincialis-
del Consejo, cuya autoridad... es poderosa para atar las
mo, como quiera que se le designe, indudablemente manos a los jueces de los Tribunales inferiores por la
ayudó a producir entre los criollos un nacionalismo necesidad y dependencia que todos tienen de las personas
incipiente, un sentimiento imperfectamente definido que sirven a V. M. en el Consejo.. . la Corte de V. M
de un mayor derecho a gobernar en América que el se hinche de negociantes que, no hallando aceptación en
que tenían los administradores y comerciantes penin- los Virreyes y Audiencias de las Indias, por ser hombres
sulares. Este temprano nacionalismo no debe exage- d<: mala vida, incapaces de servir a Vuestra Magestad, y
rarse; sin embargo, es evidente que ya existía una sin servicios se vienen a negociar a España a fuerza de
brecha entre criollos y peninsulares dentro de la éli- inteligencias y con su maña y afectada virtud suelen ne-
te colonial. Los peninsulares se consideraban repre- gociar los mejores oficios."
sentativos del poder colonial con derechos naturales
a controlar los cargos administrativos más altos, ci- Consulta del Consejo de Indias, 1607
viles, militares y eclesiásticos. Y consideraban infe-
rior a la élite criolla, sobre todo desde que se perca- Los oficios. . . de Cámara de la Real Audiencia en las
Salas de lo. Civil y Criminal. . . son unos públicos merca-
taron de la ascendencia racialmente mezclada de mu-
dos en que se abastece de quanto quiere el que tiene
chos de los americanos. _Y ,s peninsulares sabían tam- ánimo para llevar abierta la bolsa... En ellos se hace
bién que los criollos preferían casar a sus bien dota- misterio el sigilo y se vende a buen precio, según la más
das hijas con Jos europeos de raza supuestamente o menos entidad del negocio... estos oficios [son]. .. el
pura y no con los hijos de la élite americana, los cua- gusano roedor de todos los caudales del Reyno."
les con frecuencia eran mimados libertinos que ilus-
traban el aforismo "padre tendero, hijo caballero, DUQUE DE LINARES, virrey de México, a su sucesor, 1716
nieto pordiosero." Pero en tanto no se desarrollaron
agudas divergencias económicas, el antagonismo en- Probablemente la característica m~s notable y dura-
tre el criollo y los peninsulares permaneció latente. dera de cualquier régimen colonia:!, ·, una de las pri-
SOCIEDAD Y FORMA DE GOBIERNO 69
68 1500-1700
una cadena de mando visible c"onforme a imperece-
meras en aparecer y de las últimas en desaparecer, deros principios de justicia equitativamente adminis-
es el administrador, el burócrata colonial. alto. me- trada. En pocas palabras, ha sido frecuentemente tal
dio Y- bY.,Q."~presenta~1e_QQ.a._.QQ].Qnial. a ~ la conclusión de los estudios históricos sobre la ad-
~~t9.r:_a~ .metFepO!itana; mantiene las comunicacio- ministración colonial española en América. Ahora
nes, aplica la ley del conquistador y adapta la co~­ nos percatamos que la realiMd burocrática era otra
tumbre y la práctica locales a los nuevos requeri- cosa, que el aparato administrativo colonial ibérico
mientos coloniales; facilita la consolidación o la constituía . una estructura de entrelazamiento del in-
agregación de grupos de interés y su legitimación, terés privado y los objetivos estatales par:~ la legiti-
proporciona información a las oficinas metropolita- mación de la conquista y la colonización; servía para
nas para la toma de decisiones, cobra los impuestos. mantener un sistema colonial explotador que libe-
En resumen, utiliza el pode~- c~~!c:i~-~~~~o ralmente sancionaba la fuerza cuando quiera que se
para prese~ar elSiilema "OOIO~~-e,!..~p~ le necesitaba. Nunca debe pasarse por alto lo que los
tante. -J:!.ªlpah,k__~~L~.~~!?.!~Q.miento colonial. Sin sus peninsulares en América nunca olvidaron: que ocupa.
informes, recomendaciones y decisiones cuidadosamen- ron el continente por la fuerza de las armas, por el
te reproducidos en duplicado, triplicado o cuadru- derecho de conquista.
plicado sería imposible escribir la historia de las re- La conquista permitió al gobierno de una de las
giones coloniales. Los historiadores han pagado su Espafias, Castilla, forjar unidades administrativas
deuda con el burócrata colonial de los imperios por- -los reinos y virreinatos en América, tales como Mé-
tugués y español en América con su atención, quizá xico y Perú- en teoría directamente subordinados al
desproporcionada, a los detalles y procesos de la ad- distante reino castellano. Así, Castilla creó una es.
ministración colonial. tructura de ejercicio del poder en América que ca-
La administración colonial, como cualquier apara- recía de los impedimentos propios de la alta Edad
to administrativo estatal, proporciona una forma Media o tradicionales para las operaciones panregio.
muy visible de mando y un sis~ema que .cubre ~os nales, por ejemplo, privilegios municipales que per-
procesos más informes del camb1o económ1co, soCJal mitieran la independiente toma de decisiones, cuer-
y cultural. Sus activi~ades requi~~en una teo~í~ ? el pos representativos regionales, o cortes, que incorpo-
Imperio, con frecuencia no expltCJta, una defmtc1ón raran la nobleza, el clero y las ciudades, o usos y
de normas de conducta aceptable y de técnicas de leyes regionales. Dentro del estado patrimonial que
ejecución de decisiones. Inseparables de la adminis- era la monarquía española, las colonias americanas
tración colonial, los códigos legales frecuentemente estaban subordinadas por entero a las decisiones del
expresan las aspiraciones de igualdad y humanitaris- monarca y sus consejeros. Los frenos y contrapesos no
mo de la sociedad. La combinación de estructuras tenían lugar tradicional dentro del sistema colonial.
de mando formales y las bases legales del Estado co- En este sentido el gobierno de Castilla teóricamente
lonial pueden, sin embargo, engañar al historiador funcionaba con una tabla rasa en asuntos adminis-
de tal forma que éste cree un mito en el cual las es- trativos y de otros tipos en las colonias. Por el mismo
tructuras coloniales del reclutamiento de personal, rasero, la autoridad de Castilla en los virreinatos ame-
promoción, revista y retiro, mantenidas década tras ricanos teóricamente era ilimitada; solamente los re-
década, siglo tras siglo, sugieren un servicio estatal presentantes reales podían ser discrecionales y despó-
independiente que opera juiciosamente dentro de
70 1500-1700 SOCIEDAD Y FORMA DE GOBIERNO 71
ticos, tal y como los injuriados coloniales llegaron a cio~es de la empresa privada y 1~ administración co-
argumentar en el siglo xvm. lomal te~drían. que ser modificadas para poner fre-
En la práctica, la administración colonial, desde o~ a la urestn~ta crueldad de los españoles y sus
los ministros del Consejo de Indias y la Casa de Con- abados, los caczques o nobles amerindios mediante
tratación en la metrópoli hasta los virreyes, los jue~ los cual~s operaban para obtener tributos y fuerza
ces de las audiencias y los administradores locales ta- de. trab.aJ.O. Para la conservación, organización y ma-
les como corregidores y sus subordinados en las lla- neJO .efiCiente de las comunidades indígenas, era ne-
madas "repúblicas" indias era un vasto sistema de cesario urbanizadas, cristianizarlas e incorporarlas a
patrocinio en que participaban tanto peninsulares ~a economía europea. Dicha solución tuvo que ser
como criollos. 1mp~esta a los empresarios españoles en su interés
En los primeros setenta y tantos años del siglo XVI prop•o a. largo plazo y en interés de un gobierno
la colonización y administración de América se dejó metropo.htano cuyos recursos interiores y coloniales
principalmente en manos de los empresarios ibéricos ya eran ~~adecuados para la grandeza imperial en Eu-
investidos de amplios poderes para las decisiones ropa occidental. En este proceso dos grandes intere-
ad hoc. Las situaciones de la conquista y las comu- ses, metropolitano y colonial, estuvieron de acuerdo.
nicaciones imposibilitaban un efectivo control cen- Si los intereses de la administración colonial exigían
tralizado. El control gubernamental era nominal, el que los burócratas de todos los niveles frenaran la
1 tantas veces amenazante actividad de los ingoberna-
interés privado preponderante. Los españoles derro-
taron a la oposición amerindia, de hecho, con ban- ,í bles conquistadores, la ocupación de cargos colonia-
das militares reclutadas y financiadas con promesas les a ~a vez daba opo~tunidades a los españoles de
de botín y se esperaba que mantuvieran armados a todo upo de rangos e mgresos a trabajar y enrique-
sus seguidores, en caso de insurrecciones. Mantenían
la disciplina, ejecutaban la justicia civil y militar y
distribuían los dividendos de la conquista-como-em-
r
1
cerse, cosa que les negaba la economía metropolita-
na en contracción. Además, las aumentadas tablas de
organización de la administración colonial dieron a
presa: Ja asignación del trabajo indígena en enco- la monarquía española la oportunidad de vender car-
mienda para haciendas, minas y obras públicas, la gos coloniales a ciudadanos ansiosos que a su vez en-
disposición del tributo y los servicios que debían los contraban otros españoles dispuestos a adelantar
nuevos vasallos amerindios incorporados o en proce- préstamos a administradores recién nombrados que
so de incorporación al nuevo orden. A nivel local, se encaminaban a sus posiciones de control sobre las
los conquistadores, rápidamente transformados en sumisas masas amerindia'S. Así, en el último cuarto
operadores de minas, propietarios agrícolas en gran d.er siglo XVI la co~q.uista se convirtió en pacifica-
escala y ganaderos, consolidaron ·su posición en los ción .con la desapanc1ón de los conquistadores y la
consejos municipales, cuyos miembros ellos elegían. creación de una superestructura burocrática colonial
Eran la aristocracia colonial, sin importar cuáles en. las zonas de más densa población amerindia -for-
eran sus orígenes sociales en la metrópoli: eran los tuitamente aquellas en las que se descubrieron las
señores de las nuevas regiones coloniales y los nue- más productivas minas de plata y oro entre 1545 y
vos virreyes de México y Perú entre 1535 y 1550 más 1565.
o menos tenían que tratarlos con circunspección. .Al .yirrey, X~!~ del omnipotente annque
De 1570 en adelante fue evidente que las opera- ~an~monarc~ se le confió la responsabilidad final
72 1500-1700 SOCIEDAD Y FORMA DE GOBIERNO 73
de la administración de las dependencias ultramari- nes, se sospecha que lucharon por lograr un consen-
nas de Castilla, de la armonización y equilibrio de so entre los grupos conflictivos basándose en el cohe-
los grupos de interés, de la conservación de la heg~­ 0o, no en la equidad. De esta manera, los poderosos
monia colonial. Para los cargos de importancia tan intereses coloniales de hecho manipularon a los vi-
primordial el monarca nombr~ba a ~rsonalidades rreyes que hallaron en el servicio colonial oportuni-
seleccionadas entre aquellas que la sociedad españo- dades económicas que faltaban en la metrópoli. Ha-
la consideraba más naturalmente aptas para gober- 1 cia 1700 el principal problema en la administración
nar - la alta noble.za, frecuentemente los grandes de .1 colonial era cómo desligar a los virreyes de su rápida
España. En .teoría omnipotente, en la práctica 1~ .
toridad del v · · · · . Esta · ·
ll.
:
absorción por los intereses creados coloniales con
amigos influyentes en la corte y con grandes cuen-
1
~r fuerzas co.w::::~:~s~.la audie?cja,...reyisión h!: J;i tas de gastos.
d1cJ.al de la a a________ _ · al fmal de su pedo- ••! Por debajo del virre robablemente la institu-
d~ res1d~ncia) y la influencia de !~cuerpos corpo- -. \,, E.Q.!Ll!láS in uyente del virreinato ue la audiencia,
rativos-oonTurisdifs!~n especial, tales como la curia -......... ¡ ¡L a veces un contrapeso sobre sus poderes discreciona-
f~fJ...cemot;nto--cuyoSTntereses·e'T virrey no podía ·. ·. l- les, con frecuencia su sustituto en caso de muerte. A
tomar a la ligera, sin importar qué tan respetuoso . · ·' ~ncia de su contraparte metropolitana, eitaba
fuera el tono en que hicieran sus exigencias. Ade- lll ~a con am~ias funciones judiciales y adminis-
más, puesto que l;t .t~_sidencia era breve, de aproxi-
1
1 . _!rativas. Sus jueces u oidores, quienes proporciona-
madamente tres a cinco años o poco más, estaba obli- . ban lacontinuidad básica y la conservación de los
gado a confiar en el secretariado del virreinato res- ~ intereses imperiales sobre los locales, invariablemen-
pecto a las fuentes de informació~, avalú? y conse- ;Í' te eran letrados nombrados de entre los graduados de
j_o~ Al igual que los reyes en Espana, los vtrreyes fre- las grandes facultades de derecho metropolitanas (co-
cuentemente corrían el peligro de convertirse en ins- legios mayores). Con frecuencia eran enviados a las
trumentos más bien que en amos de sus cons.ejews. audiencias coloniales, luego llamados de regreso para
Durante los últimos años del sig!o XVI estos impor- completar su servicio en la metrópoli y para disfru-
tantes funcionarios coloniales, en general, parecen tar de los beneficios del servicio colonial: las inver-
haber dominado los intereses locales, y aun haber im- siones coloniales, pensiones, anualidades. Al igual
puesto decisiones sobre los poderosos grupos de inte- que el secretariado virreina!, los fiscales de la au-
rés establecidos en ultramar -encomenderos, terra- diencia proporcionaban consejo legal sobre la amplia
tenientes, comerciantes, clero regular y secular. En el gama de asuntos puestos bajo la atención del virrey,
siglo siguiente la contracción de la economía nacio- Sin ~mbargo, tam'>ién ellos, sin importar las limita-
nal y el consiguiente relajamiento del poder y con- ciones puestas a su participación, estaban mezclados
trol imperiales se reflejaron en la calidad de los ad- en los intereses locales. Los cabildos, controlados pGF-
ministradores coloniales. Mientras que en el siglo XVI _la élite criolla, se limitaban a la administración mu-
los virreyes eran grandes de España ca paces, e? el niQpal.
siglo xvn los grandes buscaron los cargos colomales En teoría, esta infra y superest~inisrra
por la oportunidad que éstos ofrecían de darles for- tÍY! esta~~':'bordinada a uno de los consejos de .Es-
tuna personal a ellos, a los miembros de sus amplias paña, el Consejo de T..ndias, muchQ3..ll-..LdLCe:.-4o<~A-u.u:1<.!!!:.:..
familias y a sus clientes. En vez de imponer solucio- ros conírecuecd~;hjan traba'ad
74 1500-1700 SOCIEDAD Y FORMA DE GOBIERNO 75
~as. ~g.!mJJ.!L Este contacto y esta experiencia \ !
1
entre los amerindios despojado¿ de sus dirigentes y
~~tuar en España ··éomó- -iepresentantes ~ímbolos religiosos, l,a Iglesia Católica Romana re-
·de los grupos córomales que buscaban enredarlas in- p~seotaba la fe del conquistador y del Estado en to-
novad~~~ .P~9?0ic~~!~~-~~~t~­ Q_os lo..s iveles de la sociedad: desde el arzo i
···"lYürante el período de con solidación administrati- hasta el cura, los re e la
...-----
SJa ~ran blancos.._annque hacia 1700 comenzaron a
va del siglo xvu aparecieron pocas innovaciones. La
calidad de los detentadores de los puestos probable- a~er__ ~tizo~- las parr9.quias. Hab ían pasado
mente declinó, debido sobre todo a la creciente ven: los días primitivos de la experimentación evangeliza-
ta de cargos públicos en España y en el I mperio. La dora con la cultura amerindia para forjar una socie-
venalidad y la corrupción se generalizaron, institu- !1 dad sin opresión ni miseria, una sociedad de comu-
cionalizaron y legitimaron conforme los empleos de nitarios cristianos modelada según el espíritu de la
la burocracia colonial se convirtieron en una impor-
¡~; Utopía de Moro. H abían pasado los días estimulan-
·¡i
tante fuente de prestigio e ingresos para la aristócra- tes y creadores de experimentos educativos para los
' ~'tIJ
cia y la clase media española, sus amplios círculos· ·ae· hijos de la nobleza amerindia. Las exigencias de la .
parientes, clientes y dependientes, y para los hijos de
la clase media que podían asistir a las escuelas de
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sociedad y la economía metropolitanas y coloniales
requerían que la Ig!esia abandonara su celo cruzado .
derecho de la metrópoli. La interacción del monopo- '
1
1'
y reformista; haci a or arte de los evan-
lio y del interés privado legalmente sancionados pro- eliza r · · la
dujo inevitablemente una atmósfera en la que se to- fronter~Lde América -el norte de México el Ama-
leraba la corrupción y el individualismo agresivo -ióñás-;~perior, la cuenca superior del Río de la Pla-
era ocultado o disfrazado por la aparente naturaleza ta- p.ara servir como valla entre los nómadas amer-
corporativa funcional de la sociedad. En el contexto in.d~ntos co~oni ales.
de una sociedad basada en la ley natural escolástica, En la América española, el cura trabajaba al lado
la libertad se ejercía dentro del cuerpo corporativo. del corregidor o del alcalde mayor. Casi invariable-
Aquellos que intervenían en la administración de las
colonias encontraron sus principios y su práctica .¡
{1
mente español ·o criollo, mantenido por los d iezmos
o los honorarios religiosos, administraba a los amer-
todo menos opresivos. Y donde la legislación colo- indios los sacramentos a que tenían derecho e inter-
1
nial entraba en conflicto con el interés local, siem- mediaba entre el cosmos y el mundo amerindio, le-
pre podía ser suspendida o ignorada según lo suge- gitimando la jerarquía, la subordinación y el con-
ría la fórmula, utilizada con frecuencia, de "obedéz- trol. Lo que h~y se designa como costos sociales -es-
case pero no se cumpla". cuelas, hospitales, instituciones de beneficencia-
Temprano en la conquista la administración colo- eran financiados y administrados por la Iglesia. A
nial recibió autoridad eclesiástica cuando el p ap ado nivel local, estos servicios alentaron la lealtad al Es-
confirió a la monarquía castellana la supervisión to- tado y la fe de los fe ligreses.
tal del instituto eclesiástico - nombramientos, admi- Pero 1~ función de la Jgl~si~ era_más amplia que
nistración, cobro de ingresos- a cambio de la con- la recién señalada. Hacia 1700 las contribuciones de
versión de los amerindios y el mantenimiento de la los fie~es y las inte~igentes políticas financieras ha-
Iglesia. Dos siglos después de la conquista y del desa- bían hecho lit riqueza y los i.t:lgresos de la Iglesia co-
fío inicial de la evangelización y la mecánica social lonial tan proverbiales en las éolonias como en la
76 1500-1700 SOCIEDAD Y FORMA DE GOBIERNO 77
..
metrópoli. Dotes pías a los conventos, monasterios e pañol letrado de educación legal generalmente limi-
iglesias importantes abastecían de fondos de inver- tada que había comprado su nombramiento o lo ha-
sión a mineros, comerciantes, terratenientes. Los le- bía .o~ten ido por las relaciones familiares o por pa-
gados a ellos confiados representaban inversiones troClmO. Puesto que no había un sistema regular de
para asegurar ingresos para los hijos de las familias promoción a este nivel burocrático y los salarios eran
acomodadas que habían entrado a la Iglesia. De los bajos, el corregidor asumía su aislado cargo para
fondos eclesiásticos de América fluían los ingresos aprovechar al máximo su ejercicio de uno a cinco
para mantener los cargos y establecimientos eclesiás- años con el fin de acumular una fortuna. Además,
ticos eo España y Portugal y, a fin de cuentas, en la el corregidor o el alcalde mayor indudablemente ha-
misma Roma. En cambio, los clérigos coloniales, al- bían pedido prestado a los comerciantes de Madrid,
tos, medios y bajos, contribuyeron a la estabilidad Sevilla, México o Lima para cubrir los gastos de so-
del Estado y la sociedad coloniales exhortando a los borno, del impuesto de la mitad del salario del pri-
feligreses a ser fieles a la monarquía y a sus repre- mer año ( media a nata) y de vestidos, bienes caseros
sentantes locales. Se equiparó la traición al Estado y viajes. Al llegar a su puesto, el corregidor ya esta-
con la herejía, como habrían de argumentar los edic. ba integrado en un sistema financiero, administrati-
tos de la Iglesia en las guerras de independencia. En vo y mercantil cuya infraestructura estaba compues-
t_.POcas pal.abras, la interpenet~a~ión de Estado ~ Igle._ ta por el vasallo amerindio -medio siervo, medio
·.¿# sia, tan 1mportante caractensuca en la olíuc campesino- y cuya superestructura podría ser repre-
A f-!Q- · . . _ ·~---· J ~~.9.- en el XVI y.s,s• . sentada por un opulento ex-virrey oculto con doce-
,.. ~a?.~ ..P!~nam_e_qt.e...desan;.QllaQ~ haci!LJ1QD. nas de asistentes en su casa de Madrid.
Conforme los historiadores han pasado de la his- En los Andes centrales, la principal responsabili-
toria política a la historia económica y social, han dad del corregidor como jefe distrital era exigir de
aprendido que el examen de las instituciones y las los caciques de los pueblos amerindios la cuota anual
prácticas utilizadas por una élite y aplicadas a las de reclutas para las minas de plata y mercurio -en
masas a nivel local - por ejemplo, la servitud por particular la temida mina de Potosí. La observancia
deudas en la provincia de Bihar en la India, el pon- del reclutamiento de mano de obra ofrecía a los co-
gaje o servicio doméstico obligatorio de los indios de rregidores amplias oportunidades para aceptar sobor-
las tierras altas del Perú, o la aparcería y el sistema nos de los indios que buscaban escapar al servicio en
benefactor de los condados del delta del Misisipf- las minas o de los hacendados y empresarios de pe-
revela la operación de un sistema político mucho más queños talleres que buscaban mano de obra adicio-
claramente que, por ejemplo, un examen de la es- nal. Sin embargo, la forrla más eficaz para que di-
tructura de la apelación judicial. Lo mismo puede cho corregidor amasara una fortuna consistía en la
decirse del corregimiento o alcaldía mayor en los ilegal aunque consagrada práctica de obligar a los
centros coloniales españoles de Perú y México. amerindios a aceptar bienes -deseados o indiseados,
El rostro del colonialismo ibérico, de conquista, desde mulas hasta mercería- cuyas cantidades y pre-
pacificación y evangelización, puede verse en el corre- cios él indicaba. El corregidor manejaba bienes en-
gimiento, la unidad administrativa básica del Méxi- viados por comerciantes de la capital virreina!, con
co central y las tierras altas del Perú. Allí se encon- toda probabilidad relacionados con los exportadores
traba el corregidor de indios o alcalde mayor, un es- sevillanos que originalmente habían financiado la
78 1500-1700 SOCIEDAD Y FORMA DE GOBIERNO 79
compra del envío por parte del corregidor. En esen- ropa una leva · de mano de obra anual que obligara
. da, ésta fue una importante faceta del sistema de a trabajadores renuentes a mudarse cientos de millas
comercio y navegación entre España y las Indias. a los pozos de las minas junto con sus familias, pro-
Al corregidor, minero y comerciante debe añadir- visiones y animales de carga? Cambiando la escena,
se otro representante del establecimiento colonial, el ¿había ocupaciones europeas en las que los patrones
cura parroquial del corregimiento de indios. H abien- pudieran calcular con aterradora precisión que la
do adquirido su cargo en la tortuosa forma de los vida de un trabajador no pasaría de los cinco a diez
empleados públicos laicos, frecuentemente tomaba años en su empleo -cálculo hecho por los plantado-
sus obligaciones '\ la ligera. El cura también tenía res brasileños para los esclavos negros en las planta-
sus "derechos" comerciales: "regalos" de alimento y ciones azucareras de la primera · mitad del siglo xvu?
ropa, servicio doméstico no remunerado. Éste, claro O, sin agotar las comparaciones y sólo para mostrar
está, no es un catálogo exhaustivo de los instrumen- sus posibilidades, ¿podía un alto funcionario europeo
tos de extorsión burocrática de la América india de regresar de un puesto después de cuatro años de ser-
1700; sólo sirve para sugerir las seculares raíces del vicio con un. excedente de ganancias de entre 1 y 1.5
temor indígena al europeo y a sus asistentes criollos, millones de pesos? Por ejemplo, el Duque de Albur-
mestizos, mulatos o caciques. querque, en 1715, pagó al gobierno de Madrid la
Estos indicios de la brutal explotación de las ma- cantidad de 700 000 pesos plata para escapar a las
sas amerindias pueden parecer indebidamente exage- acusaciones de peculado en el desempeño del cargo.
radas. No han sido presentadas para enjuiciar a un Si la respuesta a estas preguntas es negativa, luego el
pueblo sino a un sistema. Obviamente, sólo una mi- historiador, sin importar la insensibilidad de su p iel,
noría de ibéricos se benefició con las posesiones ultra- debe concluir que los europeos de la península ibé-
marinas, mien tras que la masa de ellos siguió indi- rica utilizaron el derecho de conquista para explo-
ferente o impotentemente consciente de la opresión tar a los indios subordinados de América en benefi-
colonial. Tampoco se intenta pasar por alto el hecho cio propio por encima de las posibilidades existen-
de que los españoles y portugueses sensibles con fre- tes en la metrópoli. ~1 colonialismo y la edificación
cuencia denunciaron la explotación y la inhumani- han sido siempre antitéticos.
dad perpetrada por sus compatriotas en las colonias Un servicio civii ·invariablemente refleja la matriz
americanas. Si la condición del estrato inferior de la metropolitana o colonial en la que funciona. Para
sociedad en la América colonial española general- fines del siglo xvu, los servicios civiles español y co-
mente era miserable, algunos insistirán que la exis- lonial español reflejaban las sociedades para cuya ad-
tencia de campesinos, artesanos y mineros europeos minist ración estaban diseñ~dos. La rigidez d~ la so-
en los siglos XVI y xvn era igualmente desgraciada. ciedad española, la incapaúclad o la renuencsa a re-
Esta proposición generalmente es válida y las dificul- formar la economía, el estancamiento de España, le
tades inherentes al cálcu!o de la pobreza relativa di- dieron a la élite y a su amplio círculo de descendien-
ficultan la crítica a menos que se investigue un poco tes por matrimonio, nacimiento o servicio, pocas
más a fondo. oportunidades de emplearse fuera del servicio esta-
¿Se obligaba a los europeos a entrar a las minas, tal en las metrópolis y especialmente en las colonias.
durante el siglo XVII, manteniéndolos ahí sin salir a A las colonias fluía una sucesión de virreyes elegidos

¡ la superficie de lunes a sábado? ¿Funcionaba en Eu- entre la alta nobleza e investidos de amplios poderes
80 1500-1700
discrecionales para su enriquecimiento. Ahí adminis- PARTE SEGUNDA
traron a sumisos pueblos coloniales a la par con las
audiencias coloniales. Por debajo de los virreyes y 1700-1810
las audiencias estaban grandes números de funciona-

i rios españoles que habían comprado el ascenso, se


habían endeudado con prestamistas españoles y que
después se enriquecieron como corregidores o alcal-
des mayores o sus segundos en aisladas comunidades
amerindias.
J Así hacia 1700 los ras os distintivos 1!!- J:?.Olítica
!cplon!!l ya esta an 1en establecidos. Los _9!&2S _pú-
1b licos en todos los niveles eran considerados como un
1 iñstrúiñemoTegniiilo-para promover el interés pri-
vaa~_·}~(-@_iña ·· aeJ.:!ie~_?-~n. Una mon arquía
que extorsionaba una porción del botín del cargo
de un virrey simbolizaba, y en efecto legitimaba, la
venalidad, fomen taba la corrupción y se mostraba
incapaz para controlar los fraudes en los puestos pú-
blicos. Un comentario irónico sobre los efectos de la
dominación colonial es que el mismo término "ca-
cique" -originalmente aplicado a los amerindios que
servían a la élite colonial en la explotación de las
1
masas indias- habría de convertirse, en España, en
la designación para un jefe local. Además, el gobier-
no colonial local de funcionarios municipales, corre-
gidores y sacerdotes surgió como el poder político
que fundía los intereses de riqueza, poder y presti-
gio d e la élite local. Se esperaba que el burócrata, ar-
mado con amplios poderes discrecionales, trabajaría
íntimamente con los intereses locales a favor de la
observancia forzosa del statu quo, manipulando los
códigos legales coloniales. Para la élite, la ley se con-
virtió en una norma reverenciada por contravenida.
Para los menesterosos, la ley era arbitraria y ajena y,
en consecuencia, sin fuerza moral.
CAPiTULO IV

EL SIGLO XVIII

,-
'

UNO

...que teniendo España la fácil, segura dispozición de lo-


grar el más opulento tráfico que franquea a todos sus na-
turales, se halla tan deteriorado que disfrutan más el nom-
bre de la propiedad que el útil de lo que producen ...

Ordenanzas nuevas.. . para el comercio y tráfico de las


Indias..., 1708

El comercio mundial florece a costa de los pueblos de


.. América y sus inmensos trabajos, pero las riquezas que
·f extraen del seno de esta fértil tierra se alejan de su fuente.
\ •'

Memoria al Virrey de Méltico, 1723.

Hacia 1700 las colonias jndoamerjcanas y sm metr6-


polis ibéricas estaban íntimamente vinculadas en una
relación que era mucho más importante para las se-
gundas que para sus dependencias coloniales. De ma-
YfJT importancia, sin embargo, dicho vínculo se ha-
b ía debilitado críticamente debido al derrumbamien-
to de los controles económico y administrativo del
imEerio. Portu~l solucionó esta crisis reconoCiendo
su paEel de de endencia económica de Inglaterra a
cambio de la seguridad del Imperio. EsEaña segu.(a
resistiéndose a ace tar la tutela a cambio de la segu-
~ , pues os españoles influyentes habían llegado
a creer que América aún contenía EOsibilidades de
rtcuperación nacional mediante la restauración del
control y del crefimjento económico en las colonias.
La crisis generalizada en España a raíz de la muer-
84 1700-1810 EL SIGLO XVIII 85
te de Carlos U y J~ suhsec~ trece. años de gue- desarrollaría la autonomía económica, aumentando
rE~ !_l).!..ern.a.. e....internaciQnaLterminaron en una _apa. ;.!_E!~~.~!Do el ajuste colonial Finalmente, cosa esen-
riencia de estabilidad -podría llamársele la estabi- cial para la polítÍca efala "recuperación" del con-
lidad del cansancio- en el TratadQ de Utrecht. Bajo trol del factoraje andaluz de todas las corrientes co-
los términos de este Tratado, a España, despo jada de merciales coloniales, la "nacionalización" de sus em-
s.us restante.s~~ci~__europeas y de la posesión .E_resarios facilitando Ta transformación de los espa-
de Gibraltar, le fu~ ga!_a!l.t!zad_!l la poses~Ó!!.. de!J!n:._ ñoles en Cádiz de factores o agentes de fi rmas extran-
perio e_n . Amér~. El reconocimiento práctico del jeras que proporcionaban capital, bienes y seguros, a
control coronTal se logró co~cedi ~nda_priYilegios eco- .comerciantes independientes; esto implicaba la retira-
n9.mic;_gs_a.. lng!~w:a: el abastecimiento de esclavos_ da definitiva de las influyentes empresas comerciales
(q~~a_de_una cantidad estipu- francesas e inglesas ahí establecidas.
la.da_de_Qien.e.s. A los franceses se les concedió el ac- L a puesta en marcha de este nacionalismo proto-
ceso al Imperio colonial tolerando tácitamente a los económico se adelantó gradualmente para revigorizar
comerciantes franceses en Esp aña y la posibilidad de las estructuras existentes de forma de gobierno, eco-
una cooperación económica y política contra los in- nomía y sociedad. La red entrelazada de atrinchera- ..
gleses. dos intereses internos e internacionales no permitía
Del crisol de la guerra y de los acuerdos de Utrecht otra meta en una nación subdesarrollada cuya élite
.'; sur.[ló-Ia base de· hi pofítica:-co1óniarae·-Es~ no impugnaba la solidez inherente ni la viabilidad
·; ':--e_f¿i&To xviü;lreclieñteiñente oseürecicta por!asTñ. de la tradición de la monarquía, la aristocracia y los
decisiOnes, las retiradas y los frecuentes compromisos privilegios. La política y los métodos para su cum-
de recursos. En ~neral, la política era de "naciona- plimiento se ajust an mejor al térmi no general de
lización" de JáSeconomías interna y colomal. La "restauración" o, como se le llamaría ahora, "repa-
puesta en ejecución de esta poliuca requeffil, prime- ra"'cióñderensiva" o "modernización defensiva". Pero
ro, la reC!lP~-r~~-i.Qv_ . d.~: las concesiones -~ciales esto nQ...f.ue.,...de....mane.ra...al.gu.n..a~d...E!:QQucto de_ una
c_?.~~~idas a las naciones~-~~~-~l}__lc:u~ nda mi- "~..QJ.g_<;.ió.n.burg~~~il·~. ~ll.~$.l!ª..íll\... "- · ----
tad del siglo xvu, confirmadas y -en el caso de In-
~glaterra- ampliadas por Utrecht: l ~rm_il)~cj9~ _d~! _
asiento y la introducción direct-ª..JiLI!l.~!9ncía, y la
eliminacwn de cana!es de contrabando en Gibraltar, DOS
Cádiz y las colonias. En segundo lugar, para enfren-
tarse a las presiones europeas en forma de exigencias La guerra a veces se hace necesaria para el apoyo del co-
de plata, víveres y materias primas de las colonias, y mercio, por lo que la sabiduría de una nación no estriba
para su uso como salidas de manufacturas, el gobier- tanto en conservar la paz como en elegir la oportunidad
correcta para hacer la guerra.
no comenzó a ex¡?lotar las economías col.Qoiales d ~s­
atendidas como, por ejemplo, las de Buenos Aires, A Supplement to Britain's Mistakes in the Commence-
~meas y La H abana. En tercertirg-:rr;-para satisfa- ment and Conduct of the Present War.. ., 1740
cer los requerimientos de importación interna y co-
lonial, la política contemplaba el f_om.e¡uo_~­ Toda la atención de la Junta se ha dirigido a allanar las
agrü:.uJm~nufactura metropolitanas. ~ . sendas y dificultades que ocurren para que sus naturales
86 1700-1810 EL SIGLO XVIII 87
vuelban a ser verdaderos comerciantes como lo fueron sus dores educados bajo Colbert podrían emprender re-
mayores en otros tiempos, cerrando los caminos por don- formas en la economía interna y el comercio colo-
de los extrangeros han adquirido el despotismo del trá- . nial de España -cuestiones sobre las que la élite e~
fico y navegación que nos oprime y acabará de perder si ' pañola permaneció dividida a lo largo del siglo xvm.
1 no se contrarresta. Puede suponerse que la esencia de la olítica econó-
mica de - er el abandono del
Historia de la real y general junta de co-
E. LARR'UCA,
mercio, moneda y minas..., alrededor de 1780. cq.mg.do. "pasivo!' ,p_or lo gue actualmente es un na-
¡1 cionalismo económico mediante la sustitución de im-
E.L...o.l>j.etivo de la ~lítica Ele las :Barbones france- P.Qrtacion~s.._eL~fi~ JJle<!tln.tL~!_proteccionismo. Es-
ses era hacer de Españ,!_V~.niªs eficaces !U.i.a:. ta era una política reformista y renovadora. En or-
_do~ en d~lloJíé la econQm@._k~- y en _eL den de prioridades, primero se planteaba la creación
conflicto con Inglaterra, Esta política estaba destina- de un n.uevo c~erpo de administradores, mejor adies-
aa.·-a chocar con la compleja red de intereses creada trados, mdoctnnados en la idea del servicio al Esta-
bajQ los Habsburgos. En primerísimo lugar estaba do_ más bien que a la localidad o la región, cuyo tra-
uno de los grupos económicos de más influencia des- ~a JO en Esp~ña y las colonias pudiera mejorar la ca-
pués de 1700, los C?merciantes oligopolistas de Cá- h_dad de la Jefatura. Esto fue seguido por la elimina-
.diz, agentes, en la mayor parte de los casos, de los - CIÓn de los privilegios económicos que España había
intereses extranjeros. Éstos estaban ligados por inte- concedido a Inglaterra en Utrecht y que daba a los
rés y por parentesco, por status e ideología, a los intereses ingleses legítimo acceso al Imperio: el dere-
centros comerciales coloniales de Veracruz y la ciu- cho a introducir a Veracruz, La Habana, Cartagena
dad de México, de Lima y de Manila, y por interés y Buenos Aires una cantidad anual de esclavos afri-
común en la acción política a los terratenientes an- canos y una cantidad dada de bienes -privilegios que
daluces grandes de España. Dada la compartimenta- eran una fuente de contrabando a escala incontrola-
ción de España, su economía mayormente agraria, ble. En tercer lugar, los nuevos artífices de las deci-
sus exportaciones de materia prima y, sobre todo, su sione~ reconocieron que debían incrementar el flujo
dependencia de las colonias, ~-'.omercia ntes d~ de btenes desde CádiZ a las colonias artificialmente
diz e~ _su S2~ o_gremio dirigían el sector prin- subabastecidas.
. ci.P..!lUiQ~J?!lE~~!Lc~o colonia]. El manejo de Estas intenciones de política que afectaban al mun-
los intereses coloniales, mercantiles, burocráticos, fis- do c~loni al español eran sólo parte de la gama de
cales y eclesiásticos se centró en Cádil'i"d_e.spués del cambiOs contemplada por los administradores inspi-
!elipse de Sevilla~omo bloque, eran el'haluarte del rados ~n los Barbones y empleados por el gobierno
statu quo que los funcionarios públicos franceses y de Fehpe V. ~!..E!!,nto de vista tradicional de loi Bor
sus contrapartes españoles bajo Felipe V deseaban re- .boq~~~rul.oks. era el de reíorzar la marea a íavgr
organizar. de las "reformas" en la metró~li. Los impulsos de
Antes de la Guerra de Sucesión española, los ar- c;imbw o aj uste estaban vincula os, pero si debe dar-
tífices de la política de Madrid, ocupados ya sea con 'Se alguna prioridad, entonces los estímulos colonia-
la política exterior o con la política económica, se les deben colocarse en primer lugar. Pues el creci-
preocupaban por el destino de las colonias de Amé- m~ento económico de la España del siglo xvm fue
rica. Se entendía que los Borbones y sus administra- af1rmado sobre las posibilidades inmediatas y a largo
88 1700-1810 EL SIGLO XV1 II 89
plazo de la economía colonial, tal y como insistían acceso directo y equitativo al imj>erio, comparable
los economistas políticos o proyectistas del siglo xvm, al de Cádiz, sino también las rutas del contrabando
. 1
,¡ ' desde Ustariz y Campillo a Ulloa y Ward. que llevaban a las fronteras de Castilla y Aragón.
., La lúgubre literatura sobre el atraso económico de Para erosionar aún trlás los enclaves regionales, se
.'
¡ España logró producir un espíritu de investigación y introdujo un sistema, inspirado en los franceses, de
experimentación hacia fines del siglo xvn, notable- intendentes reales facultados con amplios poderes
.¡ mente en la constitución de la Junta de Comercio. fiscales y militares, no sólo para racionalizar el co-
Indudablemente el cisma interno de las élites regio- bro de los impuestos sino también para reducir las
¡1
nales de España a la muerte de Carlos 11 reflejó dos barreras al comercio interregional, es decir, al peaje
grupos o facciones principales - uno titubea en lla- de tránsito e impuestos locales que virtualmente ce-
marlas partidos. Una facción buscaba conservar las rraron la entrada a Cádiz de los bienes producidos
estructuras que unían la metrópoli y las colonias en en España y exportados a las colonias. La elimina-
una red de atraso; la otra creía en fortalecerlas y en ción de tales barreras podría facilitar el flujo, a los
beneficiar más a España con la explotación de las puertos de la España periférica, de manufacturas
posesiones americanas. Este segundo grupo acudió a producidas en otra institución de inspiración fran-
la iniciativa de Francia y sus representantes en, Es- cesa: las fábricas subsidiadas por el gobierno para
paña durante el reinado de Felipe V para analizar y producir finos artículos de seda y lana, porcelana y
poner en marcha el cambio, dirigido desde arriba. tapices. Finalmente, la creación de compañías privi-
Para la élite española que cuestionaba la viabilidad legiadas dio cima al programa para estimular la pro-
y utilidad de ciertas prácticas, los nuevos burócratas ducción oe exportaciones, por Cádiz, a América. A
simbolizaban el cambio dentro de las estructuras del las compañías, corporaciones regionales tales como
pasado. La aristocracia sería subordinada pero, lo las de Barcelona, Zaragoza y Guipúzcoa, se les con-
que era más importante, sería conservada. Y tanto cedieron sectores especiales del mercado colonial para
los miembros realistas como los conservadores de la asegurar su éxito. Pues únicamente en los mercados
élite estaban de acuerdo en el principio básico de "protegidos" de las colonias podía distribuirse lucra-
que debían mantenerse las distinciones aristocráticas. tivamente la producción de manufacturas españolas.
~as modificaciones emprendidas o contempladas Claramente se revela en los diagnósticos y planes
par~~-~paña g¡etro olitana sugieren una meta de de los proyectistas y en sus intentos de cambio in-
unificació!h_tanto pqlític.<L..OOmo econ mica. La s- terno, que ni los economistas políticos ni los admi-
paña de la periferia habría de ser unida a la España nistradores de los Barbones eran unos innovadores.
central. Cataluña, despojada de muchos de sus de- Au n la publicación de algunas de las obras ligera-
rechos regionales, y Aragón fueron incorporados, y la mente críticas como, por ejemplo, el Nuevo sistema
primera al fi!'l comenzó a comerciar con América a de Campillo, fue retrasada por décadas. Con esto no
través del puerto andaluz de Cádiz. El intento de in- se desaprueba el refrescante interés de una ilustrada
corporar a las provincias vascongadas fracasó ya que minoría en integrar un territorio y formar una na-
sus privilegios abrigaban una intrincada red de ins- ción, en reducir los privilegios de clase, regionales y
tituciones y prácticas. Éstas no sólo incluían las im- corporativos, en facilitar el movimiento de bienes de
portantes casas comerciales de Bilbao, las cuales acep- sección en sección, en incrementar la productividad
tarían· la incorporación ú nicamente a cambio de u n agrícola mediante incentivos a los dueños de fundos
~ 11
1

90 1700-1810 EL SIGLO XVIII 91


y al campesinado semifeudal, en establecer fábricas ron conservar intacto una especie de mayorazgo mer-
de telas, en crear una red nacional de caminos y ca- cantil, la herencia de casi dos siglos de conquista y
nales y, por último, en incrementar el flujo de pro- explotación de las colonias americanas. Al principio,
ductos españoles a las colonias americanas. Lo sor- Cádiz presionó y conspiró contra la primera admi-
prendente es la continuidad del pensamiento ansio- nistración borbónica, aún renovadora pero muy inse-
so, invariablemente ligado con una retirada pruden- gura, obligando a los administradores de Felipe, en
te, todo ello hecho posible por la poca visión de la la década de 1720, a retractarse en su intento de tras-
toma política de decisiones. Los conflictos de interés ladar el Consulado y la Casa de Contratación de nue-
se ocultaron al público nacional e internacional de- vo a Sevilla, donde se dificultaban más las operacio-
trás de la retórica pragmática de los reiterados pro- nes del contrabando.
nunciamientos reales. Nunca se perdieron de vista los intereses de este
¿A qué se debe -se preguntará- el abismo entre gremio trasatlántico, el interés entrelazado de máxi-
pensamiento ansioso y retirada prudente? ¿A qué se ma obtención de ganancias por parte de los veinte o
debe la impresión de un propósito tibio, ineficaz y treinta magnates mayoristas gaditanos, importadores,
efímero en vez de sólidas realizaciones - indudable- exportadores y embarcadores, y un número ligera-
mente una valoración exacta del papel de España mente menor, aunque quizá más influyente, de repre-
h asta 1763? La esquizofrenia política fue producto sentantes gremiales en las ciudades de México y Li-
de la comprensión de la necesidad de un ajuste y el ma: el control de todas y cada una de las mercan-
temor a afrentar los intereses creados, a la Iglesia, cías en el comercio trasatlántico. Los comerci.mtes
a la nobleza terrateniente, a las corporaciones privi. gremiales de esta extensa corporación eran verdade-
legiadas como los Cinco Gremios Mayores de Madrid ros internacionalistas: manejaban los bienes de toda
o la profana alianza entre los dos grupos de presión Europa, de Francia, Inglaterra, Holanda, los puertos
más influyentes de España, los terratenientes andalu- hanseáticos y, efectivamente, hasta los de España, si
ces y los comerciantes gaditanos, quienes tenazmente el precio y las dem<ls condiciones eran atractivos.
argüían, presionaban, sobornaban y, cuando era ne- Sí el gobierno de Madrid ocasionalmente se resis-
cesario, amenazaban en defensa de la conservación de tía a las prácticas comerciales que beneficiaban a los
sus respectivos privilegios consagrados. "Privilegios mercaderes y abastecedores gaditanos sin que éstos
consagrados" se utiliza con reservas, pues los comer- proporcionaran un estímulo sostenido a la penínsu-
ciantes de Cádiz en su consulado acudían al pasado la en general y criticaba su mentalidad de tendero
distante en busca de hitos para el futuro, a la legis- (economía de bodegón), los agentes en Madrid, re-
lación de Carlos V y Felipe Il, a las "sagradas Leyes presentantes de los intereses mezclados de los comer-
de Indias" y su Recopi!ación) tal y como indefecti- ciantes de Cádiz y México con facilidad ofrecían prés-
blemente lo señalaban sus instancias. tamos a un gobierno siempre pobre, tal y como los
Desde la segunda década del siglo xvm, cuando la monopolistas sevillanos habían hecho en los siglos
administración de Felipe V sancionó el traslado fi- xvi y xvn; también ofrecía sobornos a burócratas
nal del monopolio comercial americano .de Sevilla a igualmente pobres. Si algunos funcionarios desenca-
Cádiz, los comerciantes gaditanos en su gremio, casi minados aunque de buenas intenciones preparaban
invariablemente secundados por sus colegas comer- documentos que criticaban, aunque fuera ligeramen-
ciantes de las ciudades de México y Lima, intenta- te, los efectos nacionales de los privilegios de Cádiz,
92 1700-1810 EL SIGLO XVIII 93

aparentemente había maneras de evitar la publica- que trabajaban desde la base jamaiquina, inundan-
CIÓn de los manuscritos, si no para siempre por lo do mercados coloniales, vendiendo a menor precio
menos por décadas. Sirviendo fielmente a su propio sus mercancías que las manejadas por España, des-
interés, los grupos de Cádiz y conexos aseguraban que organizando el tradicional sistema de fletamiento y,
servían con igual fidelidad a los intereses de la Co- a partir de 1740, amenazando con evitar por comple-
rona. to la aduana de Cádiz. Alrededor de 1750 las autori-
Los grupos de interés de Andalucía eran más im- dades madrileñas reconocieron los indicios de tor-
portantes en términos de la amplitud y profundidad menta del cada vez peor problema colonial. Las au-
de ~u intervenció~ en las áreas metropolitana y co- toridades españolas pasaron cerca de cincuenta años,
lomal. La compleJa estructura controlada en Cádiz después de Utrecht, manipulando cambios en el ob-
se e~t~ndfa. de Madrid a los núcleos comerciales y viamente inadecuado sistema administrativo del co-
admmistrattvos de América, hasta el nivel de corre- mercio. Les tomó únicamente tres años, una vez que
gimi~ntos y alcaldías mayores. Pero la estructura que los británicos se posesionaron simultáneamente de
dommaban. y mantenían no era su único monopolio. La Habana y Manila en 1762 y amenazaron con ata-
La red de mtereses mezclados en las colonias -buro- car Veracruz, para iniciar una serie de cambios larga-
crática, ecJc:siástica y comercial, en todas partes y en mente contemplados y tenazmente impugnados por
todos lo~ mveles- tendía a absorber las presiones por los grupos atrincherados tras la élite española de ia
el cambto, ya sea para mejorar la situación de los co- península y de las colonias.
rregidores, para insistir que los curas visitaran más
f~ecuentemente a sus feligreses, para exigir más sa-
hdas de flotas que abástecieran mejor a América o
para abrir todos los puertos marítimos españoles al co-
TRES
mercio con las Américas. Era bien conocido que ati-
nados sobornos a altos funcionarios gubernamentales [Refiriéndose a la posible innovación de que el gobierno
podí~n también evit~r la discusión de los ajustes ne- español excluyera a Jos demás países de su comercio y na·
cesanos en las cuestiOnes administrativas o económi- vegación y desarrollara la industria y los recursos de ca-
cas, o para detener la realización del cambio si las pital]: Las naciones de Europa que mantienen un cierto
autoridades madrileñas lo ordenaban para las colo- equilibrio entre sí, y que se hallan interesadas a que nin·
nias. El saldo es que, para la época del ascenso al tro- guna de ellas salga de sus limites, ni intente hacer con·
no de Ca.rlos 1.11 en 1759, se habían hecho muy po- quista alguna en las posesiones españolas, contentándose
cos cambtos eficaces en la metrópoli. No hay razón con hazer padficamente su comercio y tener despad1o de
sus géneros en estos reinos, en vista de una novedad seme-
para suponer que las condiciones en España, una re- jante, mudarían de sistema, y procurarían hacer un co-
gión atrasada, periférica y dependiente de Europa mercio illcito en las posesiones españolas de América a
occidental en el siglo xvm, pudieran haber presio- mano armada intentando tal vez conquistar alguna de ellas
nado al gobierno de Madrid a que modificara los o hacerlas sublevar, lo que pondría a España en la preci-
sistemas administrativo y comercial coloniales. Lo sión de hacer una guerra sin aliados, y por consiguiente,
que empujó a España a actuar en América fue la muí gravosa para la nación, por cuios motivos conviente
amenaza a la terminal colonial de la ruta comercial que se dedique con preferencia... al fomento de su co-
trasatlántica, la presión de los comerciantes ingleses mercio, navegación y agricultura, contentándose por aho·

TZTi.-. .
1700-1810 EL SIGLO XVIII 95
ra, ·de protexer a las f¡íbricas caseras. . . de lino y de la- ,Jle:t_<t_a~Q!!.<lu~i.Qº- d~qu_e la pé.n:Hd.a_de. .La-Haha.
na... rra, despu é~ ..d~ .!9. .9!:!..~. p~_r~~i~~-Ls21.Q___yna resistencia
simbólica, 9esepcaden~-- impulsos estructurados. El
Oburvaciones. .. al Marqués de Sonora . .., 1778 ascenso al trono de Carfos ·nr en·Tn;~ un
~!u_!!go cambi.o ~ñra:.Eolítica marítima. A diferen-
Casi toda la teoría de esta modesta ciencia [la economía
pol~tica] se ~edu_ce en n~e~tro asunto a separar estorvos,
cia de sus predecesores reales en generaCiones, Carlos
abnr comunteaetones y facrlitar salidas. Y tan grande fue había madurado lejos de la corte madrileña, lejos
el empeño que puso nuestro sistema en que se hiciese el de las presiones que parecían haber incapacitad'o a
tráfico a solas )' a puerta cerrada, que sólo una vez al los reyes españoles desde Felipe 11 para tomar sus
~ñ?, o más tarde en _ocasiones, se abría para nacionales el propias decisiones. Como rey de N ápoles, Carlos ha-
um_co y cs~r~cho porullo que su comercio tenía y a palmos bía escogido un werpo de administradores preparados.
se 1ba~ m1d1endo sus pasos y operaciones. En tan grande §a enfrentarse ...a.....los... privilegios y la tradición y
obscundad pasamos cerca de tres siglos y en ella, ni se exaseera9os__p~~ la abierta intervención jEglesa pa~
n?tó el a_tra~ de la industria y fuerzas de la Metrópoli, Il!'!nt.~-~r_a .!'!ª-1?~~ Jpb<;5~oi:in tereses roer.
m la vana_c16n. portent~sa que el tiempo había produci- can.tiles..de..lngla.t&..r..a,. Carlos llegó a Madrid con la
do en la sJtuac16n políuca y científica del mundo.
intención de inspeccionar las instituciones, la hege-
FRANCISCO ARANCO Y PARREÑO, Expediente. . . sobre los
monía y la actuación española e imbuido de un
medios. .. para sacar la agricultura y comercio de esta nacionalismo protoeconómico. Trajo consigo admi-
l'sla del apuro en que se hallan, 1808 nistradores napolitanos de reconocida competencia y
dedicación, entre los que sobresalía Esquilache. En
~a pérdida de Manila ~La H abana ante los ingleses España, Carlos halló también un cuerpo de colabo-
en a osto de 1762 y el control inglés sobre ésta hast radores entre la baja nobleza y la clase acomodada,
· lio de 1763 as entre quienes habían ascendido desde las fila s de ba-
y a les subditos ~olonia les. Ciudad-fortaleza conside- jos oficiales del ejército o asistido a las universidades
rad~ i nexpugnable, que protegía la ruta de la plata, pequeñas para estudiar derecho. Su característica
pos1ble lugar para un ataque a Veracruz y, a través distintiva era el talento, no el nombre de familia.
~e esta ciudad,. a México, La Habana por mucho Puesto que nadie, en España o en cualquier otra
uempo fue cons1derada esencial para la ,onservación parte de Europa, podía progresar en esa época sin
del control español sobre América. Su pérdida tem- protección, los hombres de talento que rodeaban a
poral representó una seria amenaza que daba que Carlos tenían buenas relaciones. Eran, en cierta for-
pensar. Lo que puso a pensar aún más a los españo- ma, la primera generación de administradores es a-
les fue que antes de 1762 no más de 15 buques a l año i!<?~S que a ocu ar u re-
paraban en ese puerto, mientras que en once meses d~pues~ a asimilar '1 ada,pta..r.. a las nece~idades e~­
de control inglés más de 700 buques mercantes arri- pa~o~.~-_lo~_!l_ll!~t.e.La.Jas sociedades_tradicionales 'l~
baron con manufacturas inglesas, con víveres, made- e~t-~J:>.'!.!!...~n_ boga ~ntonce~e~sia;- PrY&ia y setn-e
ra, animales y herrajes de las colonias inglesas de todo Francia.
Norteamérica y con esclavos. · ·liJo-debe confundírseles con imitadores acríticos,
. ~~que se llevaron a cabo algunos cam- pues aunque eran intensamente nacionalistas, no se
pl~Oll os en Amér ica X ~
'hto-s)!
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...
hacían ilusiones acerca de qué tanto podía o debía
·~

96 1700-1810 EL SIGLO XVIII 97


obligarse a los estratos de poder y riqueza españolas de re iones la amente olvidadas
a efectuar los cambios deseados. El notorio motín óe azúcar. ~.ac~g,_tabaco y curt1 os, el extraor mano
"popular" urbano de Madrid y otras ciudades espa- incr~~tg -~I! ..la_. producción anual de las minas de
ñolas en 1766, aparentemente causado por los nuevos ~ta _me~~~an ª5_¡_ todo atrajo la . atención de. logia:_
reglamentos que prescribían la reducción del largo ~er~_y -~rancia y ~b ligó a los ~~P.'!_ñoJn_ª_re.'a~a.t.~V~
de las capas y que prohibían los sombreros de ala J2Qlí!i9l..§ -~ol91'! iales o ver caer pnmero el comercio
ancha -supuestamente imprescindibles para los es- colonial totalmente en manos de los competidores
pañoles- , fue, como Carlos y Esquilache y sus auxi- europeos y después las mismas colonias. La estructura
liares intuyeron de inmediato, una advertencia para del _fQ._mercio __ j:;QJ.Qn@.Lfue remendada con cautela,
no seguir adelante con ajustes radicales. Carlos, un pr.imeJ:o _e_n_el_,!;arlb.e._.(!Z65)_ c;tgi).Q._Q._de.tto...n.úmero.
monarca absolutista, huyó de Madrid. Y quienes po- d~~e,!:t_<?_s_ ~~pañoles fu~~!.l...~Eie..~~O§ . _al ,._qmt~to
seían talento pero no títulos de nobleza, llamados ~cto COJ'! . l~s puertos del C~_r_!.!?~. ~m lª. c;ºn.s!lJ?tda _
al poder por hidalgos, nobles y poderosos, compren- escala ob~tQrja e~ C.;í,qi~-~º--~gundo . .lugar•.•ie
dieron la necesidad de lisonjear a los grupos de ne- penÚitió .!Ltr.ec_e...puertos espaiioles-.comerciar Qirecta•-
gocios para que aceptaran únicamente los ajustes ment~_.!:OJLlO.d.o~ Jos .puerto.s. coloniales..de..imponª!l.-
necesarios; no se les había nombrado para derrocar fia ~-(Í778), excepto Veracruz y La Guayra (Venezuela)
a los grupos dominantes privilegiados. De ahí en que finalmente fueron incluidos en 1789. Estos ajustes
adelante, los ajustes continuaron en la metrópoli, secundarios, anunciados como política de "libre co-
aunque lenta e irresolutamente. En los asuntos colo- ~rcio", ~escotaron una liberalización del comer-
niales los cambios parecen haber proseguido con una qg_iQ{o df Ü'~~e---hrestruet\:ira imperií!L Sólo se
intensidad un poco mayor, pero esto no debe exa- permitió el comercio intercolonial directo en el caso
gerarse. Tampoco debe considerarse que los esfuerzos de productos coloniales, pues no se autorizaba la
de Carlos para reducir el papel de los intereses in- reexpedición de las importaciones. Paulatinamente
gleses en España y en el imperio colonial fueran fue abandonado el sistema de flotas y eliminado hacia
singulares, ya que a partir de 1755, en Portugal, 1778. El objetivo de estos cambios era mejorar el
Pombal estableció compañías de privilegio y reformas contactO entre la ~e~&:opoli y las colonias. reducir
administrativas para la colonia del Brasil y ayudó a el contrabando aumentando la oferta ~ elevar el
la industrialización de la metrópoli para abastecer el -porcent~LOdt.Jas manufacturas española en el CO-
mercado colonial -dirigido todo esto precisamente a mercio ~aña ron sus colonias. Al primer banco
la meta del nacionalismo protoeconómico que per- nacional de España, el Banco de San Carlos, se le
mitía la ejecución de políticas que los intereses in- concedió el monopolio de los traslados de plata y
gleses en la península y en las colonias ibérica-s oro a Europa occidental, a Holanda, Francia e In-
consideraban hostiles. Al parecer, los satélites ibéricos glaterra, desde la llegada ~e numerario y l_in_gotes a
de las más desarrolladas economías de Europa occi- los puertos españoles. Hacta 1789, los admmtstrado-
dental habían decidido avanzar mediante los recursos res españoles tuvieron la satisfacción de contemplar
coloniales. un importante ascenso en el valor y vo_lumen del co-
Puede considerarse el rsinad<L..!!e Carlos lll como mercio colonial, en la remesa de gaoanoas y remanen-
el apogeo de tres si los de co ialismo es añol en tes coloniales y en lo que algunos consideraron como
Aro nc . to demográfico, el desarrollo un notable crecimiento porcentual en el volumen de
98 1700-1810 EL SIGLO XVIII 99
los productos de los talleres, fábricas y bodegas es- mento en que los grupos coloniales tie poder crecían,
pañolas: prendas de la na, papel, herrajes, vinos y Madrid casi no dio señales en su política de querer
aguardientes. El aumento del flujo de bienes y me- pasar la dirección de la política colonial a criollos y
tales incrementó las rentas del erario, provenientes de mestizos.
derechos aduanales, impuestos sobre las ventas y de Del nacionalismo protoeconómico de los países
los monopolios del a.zúcar y del mercurio. De mayor · ibéricos en la segunda mitad del siglo xvm se des-
importancia, el volumen de plata' producida en prende que los políticos pretendían el cabal control
América y extraída, principalmente, del centro mine- sobre la economía de sus colonias para lograr una
ro de Guanajuato en Méxko, subió alentadoramente. política neutralista en el conflicto entre Inglaterra y
Para 1800, México producía el 66 por ciento de la Francia. Observaron que siglos de colonialismo ha-
producción mundial de plata y las colonias america- bían proporcionado ingresos a la élite metropolitana,
n as de España contribuían con el 90 por ciento de pero no recursos productivos internos. En el siglo
la producción mundial. XVIII dependían igual que a ntes de las economías

¡ Del testimonio espon táneo de ciudadanos privados


y de los informes de los funcionarios ingenuamente
dominantes de la Europa occidental. También ob-
servaron que la utilización más plena de los recursos

~
enviados a pasar revista a las condiciones coloniales, naturales y humanos de las colonias aseguraría la
los b.l!ró.cratas de la corte de...Carlo.s_liLadvir.tieiQn _ perpetuación de las estructuras tradicionales de pri-
1
fós--meca~~~os Üe~~.ki@_que .. !QleraJi.JJ.Lm~dian.t;­ vilegio y poder. Los administradores españoles acu-
los cua le_s_Jijgasde fuertes. ipgre.ªº-~- _cQJ<mill!~L!!:>a!l_ dieron en busca de · 1a ayuda francesa ya que la
a _~.~t_.a..JQ.LC9P,tt·ab.artcJi.~t.as..il\g!!;.§.~~..Juw.ceses_.y_Jlo.:- monarquía, la aristocracia y la burguesía de este
1~e.s--.Se sostuvo que algunas estructuras admi- último país compartían la misma opinión respecto
nistrativas de las colonias necesitaban subdividirse y a la sociedad, forma de gobierno y privilegios here-
que, en todas pa rtes, eran indispensables administra- dados, y porque la colaboración franco-española po-
dores competentes y honrados. Así, pues, s~ dría impedir a Inglaterra apoder arse de selectas
djv.ision~Hitoriaies-nuev3S 'f m ás dúctiles y &e re
regiones coloniales de América. En cuanto a Francia,
11 el u taro!J._Jl.dmi nisu:adores.....clave..-..sohre_trui.Q__ge los
c~rpos de-<>!iciale&- a q uienes se les ordenó llenar
tal colaboración prometía a sus fabricantes, comer-

¡i
ciantes y hombres de finanzas u na entrada indirecta
los cargos virreinales y otros puestos administrativos.
al Imperio español. Los españoles esperaban que
El ~emor a la agresión inglesa con tr~ ~!!~terto_s e!:: dicha colaboración diera por resultado una España
loñiaieSr.rmDien fue u n factor ~> ____ am1en _ _
. e milita res competen__!es. e mayor importancia era independiente y respetada; los franceses confiaban
laéreencia en que la dedicación al servicio estatal, en desarrollar a España como ayuda para resistir a
los ingleses, obtener de España y sus colonias plata
t el rigor del entrenamiento y de la disciplina y las
y materias primas p ara la industria francesa y con-
normas de honor del militar aseguraban el cumpli-
miento de los planes coloniales de Madrid y la r e- sumidores para su producción. Los franceses espera-
ducción de la complicidad de los administradores en ban mantener a España subdesarrollada pero conten-
el contrabando. En el reinado de Carlos III los ta. Para los ingleses, la colaboración franco-española
miembros de la nobleza recibían respon sabilidades fue sólo un a liciente adicional para el contrabando
dentro de sus capacidades. Sin embargo, en un mo- agresivo a través de las posesiones del Caribe y, en
100 1700-1810 EL SIGLO XVIII 101
América del Sur, a través de Río de Janeiro y el eran más e(icientes, cuyas tasas 9e' ~~roL~r-ª..1! ~-~
Brasil meridional hacia el Río de la Plata. bajaS J'._S~J.QLl;>arato~ P-~~duct2s_.de ~lg<_?~_QI} _ ráp.1g~7 __
La independencia, sin embargo, se predicaba en- meñté ini._ch•ron_~n<.l ixt~aciable demanda en ~sp~IJ!.
tonces y aún se sigue predicando con base en una ffO.!!!-!iªI.y particula~te en. 1~ colonias ibéricas.-
economía nacional capaz de producir abundantes -cfél trQpico ~ .eLm.btróptco. Espana, P~rtug~l Y. sus
bienes de capital básicos y -en el caso, de las po- colÓnias par~cían, a los_Qjos de los real!stas tbénc?s,
tencias coloniales del siglo xvm- la capacidad de encerradas en un ni"J.:.l de dependencta económtca
mantener comunicaciones marítimas en todo tiempo. vie'a de muchos si~t y algunos anahstas tuerQil
H acia el estallido de la Revolución francesa, las a~ídos a-¡a· [isio-cracia y, por ende, a racionalizar el
políticas de Pombal habían 'Sido revocadas por sus papel de la península y los imperios ultramarino~ en
sucesores y los intereses mineros y conexos del Brasil América como productores de plata, oro, azucar,
central casi habían provocado una rebelión. En Es- cacao tabaco, café, curtidos, anilinas y algodón para
paña, a pesar de la euforia oficial, los realistas tenían Europa. El pol?re resultado de las políticas ibéricas
pocas ilusiones sobre las potencialidades del ajuste. .de ajuste era ({Uizá inevitable.. Resp~ndt~ndo. Sólo
La política de gradualismo en la política colonial dóndu cuándo las cirq.m~~.ru!f!.~~-º-ª~.@~1- ~!.l~~ble _
no debilitó con eficacia el papel dominante de Cádiz erCamQ~Q. . adop.taÜdQ. ~omo_n_l!~Y.a~__aq~~l.~~-s_ i~stit~=--­
y sus aliados en los oligopolios de México, Lima y CI<;;~Lq.ue. _ya.. .eran .. QQ~Q!~~~.L~E. otr~e_a~s ~m­
Manila. Más del 85 por ciento del comercio colonial 1. paruas de privilegio, factoría~ rearés) o ~pitando
pasaba a través de Cádiz, donde las instalaciones 1
las an tiguas (gremios comerctales en Espana y las
para embarques, seguros, almacenamiento y comu- cOJóruas), tratando de renovarse con la multiplica-
nicaciones seguían siendo superiores a las de otros ción de concesiones y privilegios a unos cuantos en
puertos españoles. Los oligopolistas de Cádiz y sus vez de extender las oportunidades a las per~n~s
colaboradores de ultramar se resistían al comercio capaces, los gobiernos ibéricos únicamente mult~ph­
intercolonial, bloqueaban la expansión de la cons- caron las tradicionales estructuras de econom1a y
trucción naval co!onial, preferían tratar con sus sociedad. Apuntalaron el "edificio gótico", lo que no
tradicionales abastecedores de. manufacturas en In- era precisamente la forma de prepararlo para las
glaterra y Francia y hasta en Silesia, en vez de tratar grandes crisis. . . .
con los productores españoles no competitivos. En una El fracaso del ajuste por mandato ~dmt.n~s~rauvo,
palabra, preferían monopolizar el tlujo de bienes el decaim!!!~!.~-~el ~: el :_~~bto dm~do, la
europeos a través de Cádiz y se resistían al intento, evapoíiC:16n del esp~e mnoy_aéiññ res ingiiDC
por parte de los funcionarios de Madrid, de estimu- fueron ac~ru_dos . ¡20.r •.la...B~YQblción f!:w_~a. En ~1
lar la economía de la España periférica abriendo el síglOiViíí Francia había representado una monarq01a
camino a los mercados coloniales americanos. La católica capaz de desarrollarse sin los trastornos que
propia estructura del oligopolio de Cádiz y las colo- la Inglaterra protestante había ~ufri.do. ~urante el
nias y la política de restricciones sobre el abasto y siglo XVII. La anarquía en Franela stgmbcaba pa~a
los precios sirvieron como un aliciente para el con- los cautos gradualistas es añoles ue au 10
trabando. En Porr11gal y España en la década de 1 • • i oso. Y aunque el ímpetu de ~m-
17_§0, pocos políticos aeían posible igualar el ren:_ bio continuó hasta terminar el siglo, en la úluma
ªi_miento eEenómko de los ingleses, cuyos embarques década se formó un interés reavivado por preservar
102 1700-1810 EL SIGLO XVIII 103
la tradición española. Así que la defensa de las~ y norteamericanos. En regiones tales como La Ha-
c.!!fionales estnu:tmas españo.laL.allte... el r~icidi.o..Ja bana, Caracas y Buenos Aires los !emtos comercian-
~arquía y el gobierno...del . pop_~l~~ho llevó a España ~a diferenoa-de los d@ la c~dad de Méxi.W,
a romper su ~lia~~ -~~ll. f!.~f!Cia en_l~~_y~~~~se .Y_eracruz y Lima, con frewencia se dividlan e.Ptre los
-rrrev~~nt~---ª·J~.lo~la.ten.a_d~ __pg lítica conservadora intereses agrfcola~_y-~naderos y los ~resentantes
y antirrepublicana de eso_Lmomeñtos- coñ.._el ..fin_jk_ ·d~-lLtll~~z:a:!:oo...Gád.i:w-:E&:a- difí,il paraJOSiüJ'iñi;;:'
~lastar -~~-~~.Y..<?.l.~cl~!l-~.~n...francia:. Los inglese~o nistradores coloniales españoles imponer a estos gre-
teman "ñJ!¡gún interés.....12.Q!._.!..e..~v~.r_.-ª.._:E$.p.aiia-~ tñ_:<:~~~..E.?J.~~S.'L9~-!H!~str}~ciól!__<;_~~ercial cuan-
F -ª-
erivªI Fr.anci!Lil~...S.J.! !l.Yt1~a; __p.r.~~rían_ ~bili!ru:_ ·ª"o los ingl~~~~Q!taban las comunicad~ coñ
a E~aña~.abr-iF-~l....aunino_ a..la..peneu:a.tiQn._.en_ ~u ropa, en ..P.~rt!~'-!!'ll ...9J..ª n!i..Q..!!lUCÍloL~.E.!!sarios
la·s col~lli.~--~-Amérka. J..?.~~ingleses no iban a tole- coloniale~.-.par.ticiparSlll...JÚ.l!.!10~!llenJ~.......ro....SL tráfico
rar ·-üñ~ armada _española (onaledaa::::na·tsé ~~éiieñciL_ iJegaL.c..QIL.~illgkses. Las graduales concesiones a -
de tal~s a.!=ti.tP..c;l.~,s .. ingle$"~ llevó ...a España. .a .rellOY.ar_ las presiones económicas coloniales habían, de hecho,
su alianza con Francia en 1796 J: de~<!_~_Ip.OI!Wl~-­ acrecentado las pautas de dependencia económica en
Esp~n-~ ..-~9QUY.Q._fiª-ciw.M....cii.ú1IiJ)n0s....en.._medi~- .. las colonias americanas en relación con Inglaterra.
conflicto anglo-fran<;~.§, qe~plo~rul.o.s.e-..en...1.808.._ante._ Los españoles habúm alentado renuentemente tan
las ·fuerzas invasoras_ [r~p~~s~~- ...Paxa...en.tonces. la..rea~ _ .. sólo un mínimo de comercio interregional colonial.
leza portüguesá, in su calidad . de . protegid-a· inglesa,-- En resumen, la política de compartimentación de las
había_. h_!!_~g_Q_ .a... la.. segucidad....de......su. ...c.a!.o.nia ...en ....d -. colonias, de lento reconocimiento de las posibilidades
Brasil. de la agricultura y la ganadería de exportación, de
- Eiá'" inevitable que Espaf. ' y, para el caso, Portu- preocupación excesiva por la minería de la plata,
gal, abandonaran los prudentes ajustes después de exacerbó las presiones en las colonias en~e 1801 y
la Revolución francesa. Una política de graduales 1808, entre Amiens y la invasión francesa.
concesiones a las presiones de las colonias y al con- Para finalizar, nunca.~~~=: ~ : : ;
trabando inglés en ellas no podía revocarse tan ~ien~eperuienciól. ent;ia~it@€EiQíl~j~
fácilmente. Las colonias mineras, tales como México dc;_J~-~~i!Qsa rebelión contr.a.la..dominadón brjtánjc;.a
y Perú, pudieron sobrevivir en tiempo de guerra al eiL.N or.teamérka---y -las·-posibittttmrttec mrrrnt- p-o-
lier expulsada la marina española de las rutas maríti- lf!ü:~r!gUo... inhere~ms --en--la- -ideolog:ta-Ge--~­
mas del Atlántico, ya que los metales preciosos no lución francesa. Bajo Napoleón, Francia parecía re-
se deterioran en los almacenes. Para los productos conciliar la soberanía popular, la monarquía, la.
de las regiones en que las plantaciones y las hacien- esclavitud y la trata de esclavos. La élite colonial
das se habían expanctido en el siglo xvm en respuesta española aprendió rápidamente de la huida de la ·
a la demanda europea, apenas era posible el alma- familia real portuguesa al Brasil y la inmediata
cenaje para los embarques de posguerra. El azúcar, apertura de los puertos brasileños a los buques de
el tabaco, el cacao, los curtidos se deterioraban rá- naciones amigas y aliadas. Una vez que la autoridad
pidamente, mientras que los esclavos que producían de la monarquía se des lomó en Es - a
la mayoría de estos productos tenían que ser alimen- tcact n e os Barbones, la élite colonial se iiD.:!..
tados con pescado y carne salados y harinas impor- padentó por obte~_!!_..!ficaz __f2.ntrol_pglí~f.9
tados -y repuestos por buques esclavistas ingleses dentro o fuer~_. de_una....emuc.tuJ:a im~r!!U._Los.....es-
,. ~ - ·· --
•• - - - . ............. - -.. . y-
104 1700-1810 EL SIGLO XVIII 105
los criollos de América se percataron ahora que dentro de los confines de la E$paña europea unas
. ue u~a lítica. de aj~e ento era un proceso provincias han disfrutado franquezas, exenciones muchas,
1rrevers1ble. P na ser condenada, hasta desviada que han sido negados a otras?. . . La igualdad establecida
E,Or un ti_empo~rolñevllabtemBrre1trum-fa- -¡·- no es absoluta... Semejante propósito acabaría con los
--u-,al'és...de...todas..Ias...ilarréia.s.:.ó..¡loi'JO ui~~~n;~ restos del comercio europeo español. ..
c.ía..fntre._j8.Q8_~J.Bl.O.. ~ --
Consulado de Cádiz a las Cortes, 7 de junio de 1811

Los veintidós meses u noviembre de 1807


CUATRO
~ ~eptiembr~ d-e 1810 fueron quizá los más decisivos
en la historia de Iberoamérica desde la conqu~a.
Los- Coñtemporáneos de París y Londres, Lisboa y
Pero hay un punto sumamenre esencial que debe fixar
nuestra atención, y es la conservación de nuestras Américas
Madrid y, en América, de México, La Habana, Ca-
y demás posesiones ultramarinas. ¿A qué autoridad obe- racas, Río de J aneiro y Buenos Aires reconocieron
de~erlan ? ¿Cuál de las Provincias . dirigirla a aquellos este hecho inmediatamente. En España ya no podía
paí~s las órdenes y las disposiciones necesarias para su tener lugar un importante cambio dinástico con
gob1erno, para el nombramiento y dirección de sus em- todas sus implicaciones para los grupos de presión
pleados, y d~más puntos indispensables para mantener su contendientes sin desencadenar repercusiones colo-
mdependenc1a?. . . Cada Colonia establecerá su Gobierno niales.
i~dependiente. . . su na.tural inclinación a la independen- La población y los recu Iberoamérica ue,
Cia las podrían conducir a ella. . . Esta sola consideración en fó-~ roca, respondían ez esttmu-
bastaría para hacer ver que el establecimiento de una 1<\h;!!l-!.._ crecimiento econÓm1c~ropeo en el si-
Autoridad Suprema y una Representación Nacional, es no
sólo indispensable, sino urgentísima.
- _g!Q_¿.vm, ahora eran esenciales no sólo para las \
Jlilick~-e-~~·nretropoiitattas-de~ ·
Junta de Valencia, 16 de julio de 1808 y fQrtl!~!,__!iE.Q.Jambién paFa les dos principales
bloques eq>Q.ÓIDJ~9U}" e competían p.g_r~-~~~ía
Declaró expresamente la J unta [Central) que consideraba en Europa occide~!.l!JL._!Q.LP.l~~$§._c:Io~0aaos por
l~s dominios americanos como partes integrantes y esen- ~ñglit.eñ:a::+""fi"an<;&a. Con el fin de reforiarTaSés-
Ciales de la monarquía española; y la América no vio ni paldas de sus aliados europeos con capas de plata,
pudo ver esta declaratoria como fuente de unos derechos los ipg.leses n~itaban desesperadamente un acc~
que sie~pre_ l~a ~do. gozar y nunca han podido dispu- directo a los lingotes de Méx.i<:o; necesitaban 9lfl:O.t..
társele sm 1DJUSUC1a; smo como una confesión solemne y algodón para la prody~ción i~ial ~eaban
del despotismo con que hasta entonces había sido úra- una entrada directa a los cientos de miles de consu-
nizada.
midore·s de I0eroa-m~a esfera de coprosperidid
francesa impuesta SOi)i:e Europa como sistema sólo
Junta de Caracas a la Regencia, 11 de mayo de HilO
exacerbó la impaciencia inglesa por la política co-
La igualdad pues de derechos concedida a los americanos lonial de España y Portugal de excluir a los extran-
n? les atribuye los goces todos que disfrutan o pueden jeros de la participación directa. Los comerciantes,
d1sfrutar los españoles de la península. . . ¿No es cierto fabricantes y financieros, así como los políticos fran-
106 1700-1810 EL SIGLO XVIII 107
ceses, esperaban ahora que Napoleón se asegurara hacia el exterior es que, mientras que sus presiones
un acceso semejante. internas con frecuencia pueden acercarse a un punto
El eficaz bloqueo in lés contra la península de ruptura, el estímulo para el cambio decisivo, en
a_vancl! ~ - as tropas francesas aoa ortugal general, es externo. La tensión de la repetida con-
And amenaza an romper e manera 1rrepar!: frontación anglo-francesa había, en 1807, inducido
~le ~1 lazo vital entre a península y Alriérica. Estas a Napoleón a ordenar la ocupación de Portugal, la
pres1ones destrozaron el modus vtveñdt coñFrancia confiscación de las propiedades inglesas y, sobre todo,
e hicieron imperativa una alianza con Inglaterra. la captura del gran número de buques mercantes
Sin embargo, las dudas respecto a la respuesta de las portugueses que se encontraban en el espacioso p uerto
élites coloniales a las decisiones políticas de Lisboa de Lisboa. La realeza y la élite de la corte portuguesa
y Madrid eran una pesadilla para los i ntrigantes de se trasladaron a los barcos y, escoltados por buques
las crisis metropolitanas. Bastante delicado era en las de guerra ingleses, huyeron a R ío de Janeiro. ~n
metrópolis el equilibrio entre los que estaban dis- enero, la exiliada realeza portuguesa rompió el SIS-
puestos a hacer concesiones a los intereses americanos tema colonial ibérico -de una antigüedad de varios
o de las colonias y los que no lo estaban. Lo que siglos- abriendo todos los puertos del Brasil al
era peor, las élites coloniales -ricas, poderosas, contacto directo con las regiones comerciales amigas
afectadas por la corriente de información proveniente o neutrales. Esto, de hecho, significaba que Inglaterra
de Francia, Inglaterra y Estados Unidos- estaban explotaría desde ese momento directamente el comer-
más y más dispuestas a tomar en consideración cio brasileño.
otras alternativas. En las colonias españolas de América las noticias
un siglo después de lltrecht. los puntos focales del exilio portugués y la elevación económica ingl:sa
~C:~º-OL~a_y~ no e_~aban limitados a las re- en el Brasil prendieron el entusiasmo. El acceso m-
~ones e~por.tad0r.as.::ae:pla.t.~..1_México. Ahora glés al Brasil llevaba ineludiblemente a la infiltra-
lq~_..E.Q!.f.tKos de Lisboa y Madrid tenían que tomar · ción económica inglesa en la cuenca del R ío de la
~~--~~~~.ide~:ae -fm ..exportadores de Plata, donde ya florecía el contrabando. Los bienes
productos . .agdcolas. -~ ..ganaderos ~niales. Hacia de comrabando de origen inglés inundaban Vene-
noviembre de 1807, además, los po;tugueses de zuela desde las cercanas islas de Trinidad y Jamaica
Lisboa sabían que la aceptación de la ocupación y, desde ésta y Nassau, las mercancías inglesas iban
francesa daría inicio a la intervención inglesa en a La Habana y de ahí, por medio de la reexporta-
Brasil. Los ingleses habían dado a los españoles un ción ilegal, a Veracruz. Los Estados Unidos impor-
conocimiento anticipado de lo que sería su política taban y después reexportaban mercancías inglesas a
agresiva si España seguía aliada a Francia. En 1797 los puertos españoles del Caribe. Por doquier, en
las tropas inglesas se h abían apoderado de Trinidad; América las presiones crecieron para eliminar la
en 1806-07 trataron dos veces de ocupar Buenos irracionalidad de un sistema económico en teoría
Aires; a finales de 1807 hicieron circular el rumor ab ierto sólo a los miembros del Imperio español
de que una fuerza anfibia se estaba preparando en pero que en la práctica permitía a algunos de _los
Irlanda para efectuar operaciones coptra México. más vocingleros partidarios de ese sistema estar b1en
El destino de los territorios coloniales o de los comprometidos en el contrabando de Veracruz a
estados con economías dependientes u orientadas Buenos Aires.
108 1700-1810 EL SIGLO XVlii 109
Entre marzo Borbones espa- dpales elementos estructurales del privilegio y la
ño es desa arecieron de la cabeza de obierno se-- explotación compartidos. .
re~!!zó JQ..qye los ~~3~ -~~r-a.ñ9leUlªQírul temido La decisión de separar la colonia de la metró li,
pg_r .tant~p....Q.;..Ja caída de la ..ru.u.oridad centraL retrasa a por ta es m 1 1c10nes, no s: _pr~?.~J_o in-
1~ reb®.o.. ~L.fr.accionami.ento-de -las España!! ett- mediat~; más bien, se l~gó lentamente a-ella
regio.nes...competlderas-y-"ia- -posibilidad...li.e. . q~~..!.~ é~iñ~-~esultado de los sucesivos acontecimientos en
Zº!\-~_co.loniales de América -s!gtrieran-el-Eamillo de ~ Amérig.. Los criollos percibieron gradual-
las Españas hacia la administración 1ocal-a...de juntª~· ment~~e los cam1!i0s deseados e~ las colomas !es
Más aterradora era la perspectiva de que las jun- s~na-n_ oegados por las nuevas autondades de ~spana.
tas autoconstituidas en las colonias, en ausencia de El primer grupo político en pretender _la Jefatura
cualquier administración central equilibradora, estu- de la España no ocupada, la Junta de Sevilla (mayo-
vieran facultadas para tomar decisiones económicas septiembre de 1808), rápidamente reveló su c~mpren­
desastrosas para la economía metropolitana. sión de la realidad colonial arrogándose umlateral-
Para las élites criollas de los diferentes puntos mente el control sobre las colonias, manteniendo
coloniales de presión, · había llegado el momt:nto de intacto el sistema comercial colonial. Para disuadir
la verdad. Según sugiere la historia reciente del a los criollos de tomar acción directa mediame la
colonialismo, los múltiples vínculos de dependencia formación de ·untas o con resos locales, Sevilla en-
material y psicológica entre colonia y potencia impe- viÓ. a a Habana, México y Caracas, en e verano e
rial, por muy atenuados, no se desechan tan a la lige- 1808,--ag-entes con instrucciones ...-;-
de ordenar el hen-
ra. Los tradicionalistas de las colonias -comerciantes, carcelam"[~Q"Jfi>:Tñi]íderes colomales que espera an
_byrócratas, -lJlilitar~~:~y·~Ürigos- españOiey confiii. páciffc""a-;. a las élites criollas con la formació.n.....de
ba~ ~f.!. 19_ .qy~ . ~on .. .ú:ecu~mo los juntas. Someruelos, capitán general de Cuba, apenas
v!~c.ulas . de.par.entesco,-Jengua:ie...y religiOO que unían. escapó a ser depuesto. Iturrigaray, en México, no _fue
a los.. ~sp~ñote~ europeos y ;t!ll~rignos. para defender_ tan flexible y fue depuesto por un grupo de conspua-
el sistema.imperial. De hecho, creían que el vínculo dores reclutados de la comunidad comercial de la
fundamental era el derecho de conquista y el derecho ciudad de México; más tarde fue enviado a prisión
de disponer de los recursos de las colonias. ~­ a Cádiz acusado de traición. En Caracas, los criollos
qujetaba qu_e . h~~~ll:_ la más moderada forma de 1 sobresalientes que abogaban en favor de u na j~nta
libertild comercial amf>.liarn la abi~I ca btecña oe In- \ fueron arrestados en noviembre de 1808 y un JUez
tereses económico~ ..<.!!.Y~~~s. ~j íl!~os, honorario de la audiencia fue enviado para ser en-
_p9r otra parte;~l.~~~a imperia significaba algo juiciado en España. I?ara muchos criollos este des.,.
~_9.!!.e.. la.-8-plGt.aGión;_ les~!!!!!'":!?t coalpártir f9R pliegue de autoridad en forma de fuerza bruta . fue

'
los ~J.>añole~__<!_e Ja.s ~o_lonias el control sobre el tra- instructivo y correctivo.
oajo, 1~ riqueza, ·los ingr.eiOS,..el pr-estigio- ·y.el ]>.<?]~:.. ­ Sevüla representaba los intereses . fl'_ler~antil,es y
Así que la mayoría de los criollos prefirieron es- agrícolas andaluces, que tenían un _vteJO mter~s . en
perar señales de que la metrópoli estuviera dispuesta la conservación del Imperio colomal en Amenca.
a hacer los ajustes necesarios en el sistema colonial, Siglos de contacto con las col?nias,. de inversiones y
a satisfacer a los grupos de presión criollos y a re- de participación en el comerc10, mmas y fundos, ~e
mendar las partes, preservando a la vez los prin- empleo en el gobierno y la Iglesia, de ~ependenCla
110 1700-1810 EL SIGLO XVIII 111

de las pensiones pagadas por las tesorerías coloniales,


tal era lo que estaba en peligro. Los tradicionalistas
españoles de la península y de las colonias recurrie-
ron a la junta de Sevilla y sus vínculos con Cádiz
para el mantenimiento del statu quo. Pero los gru-
pos más perceptivos y las regiones menos privilegia-
das de la península volviendo los ojos hacia la Junta
Central que remplazó a la Junta de Sevilla en
septiembre de 1808 y que representaba un interés
nacional y no regional; en cuanto a los criollos, la CINCO
creían más dispuesta a ceder ante la ley de las ne-
cesidades coloniales, específicamente la de modificar .. .las ideas perversas y ·ambiciosas de hombres obscuros
el sistema comercial colonial. A mediados de 1809, y despreciables, que no pudiendo elevarse de su abatida
después de un período de vacilación, los coloniales esfera por medio de virtudes que no tenían, deseaban me-
observaron que la Junta Central estaba considerando jorar su condición a costa del infortunado territorio que
una política general de apertura de los puertos co- mancillaban con sus crímenes.
loniales al contacto directo limitado con naciones
Comerciantes de Cádiz, Memoria sobre las operacio-
amigas y neutrales a través de los barcos españoles.
nes de la Comisión de Reemplazos, 1832
La disposición de la Junta Central para estudiar 1
una revisión del sistema de comercio, después de su Las castas no habrá quien se atreva a distinguirlas. Ésta 1
negativa a defender las prerrogativas coloniales de !
sería una información odiosa y tomándola rigurosamente
la Junta de Sevilla, y el cada vez mayor antagonismo se descubrirían en familias bien admitidas manchas muy {
con la Junta de Cádiz respecto a asuntos financieros y oscuras que ha borrado el tiempo, resultando por pre-
comerciales fueron importantes factores en su disolu- cisión escandalosas expedientes que, convertidas en juicios
ción. Los ansiosos criollos de América se sobresalta- ordinarios, nunca tendrían fin ...
ron ante su fracaso final y su remplazo por una
Regencia que, al huir a Cádiz, último rincón de Padrón de Texcoco, 1753
España no ocupado, pronto se convirtió en cautiva,
Los criollos y mestizos forman, por su unión, su número
si no en una hechura, de la Junta de Cádiz, domina-
y su propiedad, la fuerza principal y la parte más respeta-
da por los miembros de los gremios comerciales. _fu_ ble de las colonias de España. Puesto que tienen los mis-
~América colonial la aciencia y las esperanzas de
mos intereses que mantener y los mismos agravios que
1<?!_~.9S-~~ .._ :_ nas ~­ reparar, es probable que, en caso de cualquier disensión
cionarias
.. .. en nombre de
......-· ... .
- -. ~ ..---·..--- ~ -~ --- --
la~
autonomía
~~
en Caracas civil, actuarán juntos, sea contra los indios o contra los
(~~._A.ireymay&y:y:~:una.J:nsU.rr~~ción de europeos.
~~hinteclan_d,, mexicano, cerca
~el centro minero de Guanajuato, eiisept1emore:--- Edinburgh Review, 1810
Ésta fue ~~<:!!_.~~_:p-rGeuñálarga
_y-_sangrieQ!a luc]la ~~-'!.!Ó _m~~j_:__\l_!i~-dec.~.~~~:~- _ La revolución en América tuvo lugar en 1810 porque
m>.DUdQ ~QO mau:adas...C1l.I:aCteríS.tJ.Cas...de. güemLciYiL

1 la élite criolla al fin proporcionó el liderato que las

. ,~J
112 1700-1810 EL SIGLO XVIII 11 3
castas y los aún más oprimidos estratos inferiores "pasar" a otro estrato, a·sí como' sobre la actividad
de la sociedad colonial habían esperado durante económica, hubo entre la élite colonial quien vio la
tanto tiempo. Para quienes han examinado el pro- posibilidad de una transición bastante pacífica a la
ceso del desarrollo económico y el cambio social en independencia. Al aliarse con las castas, absorbieron
su contexto histórico, es claro que los sistemas so- a un pequeño aunque influyente grupo social cuya
ciales parecen tener extraordinarios poderes de cohe- importancia fue magnificada por la expansión y
sión, flexibilidad y adaptación. La cohesión de las diversificación de la economía colonial del siglo xvm
estructuras sociales coloniales de América Latina fue y por el crecimiento demográfico.
mantenida durante tres siglos, aunque transformada, En otras palabras, se detecta en la América Latina
debido sobre todo a que no aparecía ningún otro del siglo xvm la transformación de las más antiguas
sistema viable. La fidelidad a España, sancionada bases de jerarquía, latifundios y corporaciones colo-
por mandato religioso, aglutinaba la estructura de niales en algo que se aproximaba a las clases econó-
sociedad, economía y forma de gobierno colonial. El micas basadas en riquezas e ingresos. Las castas pa-
principio de jerarquía, de grupos sociales supra y recen haber crecido proporcionalmente más rápido
subordinados vinculados a las metrópolis europeas, que los otros grupos sociales y las de piel más clara
fu e acep tado porque satisfacía los intereses y aspira- ascendieron al grupo de los que ahora eran cono-
ciones de una élite que, de hecho, tenía el monopolio cidos como españoles americanos. En una palabra,
de la fuerza para mantenerlo. "pasar'' fue más fácil y más extendido. Las castas
Al decidirse a romper con los controles metropo- eran aceptadas en la milicia colonial en la que
litanos, la élite colonial halló aliados naturales en predominaban los oficiales criollos. Los grandes y
los mestizos, mulatos y castas en general; y trató crecientes grupos intermedios de mestizos y mulatos
cautelosamente a las masas indígenas. Los indios se desparramaron desde las haciendas y las comuni-
reconocían la explotación de que eran objeto bajo dades indígenas para llenar el creciente número de
el sistema colonial, pero su odio nunca había encon- ocupaciones que requiere una economía que se
trado una expresión adecuada y efectiva. Los diri- diversifica. Resentían el estigma social q ue les im-
gentes criollos temían ahora a las masas, las · cuales ponía un sistema colonial por causa de su origen
con frecuencia hacían violentamente erupción en la social "inferior". Sobornaron a los sacerdotes locales
ciudad, en el campo, y racionalizaban su represión para que registraran a sus hijos como españoles en
y explotación con el mito de que eran inferiores. vez de mulatos o mestizos de piel blanca o hicieron
Indudablemente, entre la élite colonial había quien cambiar más tarde los registros parroquiales. Los
creía que las masas indígenas podrían permanecer funcionarios europeos, a finales del siglo xvm, se
inertes en caso de rebelión o que si eran moviliza- quejaban de la dificultad de registrar a las personas
das con inteligencia podrían ser controladas para como castas para fi nes impositivos. Tampoco se
ayudar en la eliminación del puñado de burócratas pudo alejar a las castas de los gremios artesanales y
y comerciantes españoles. El apoyo de las castas ni siquiera se pudo evitar que siguieran la producción
fortaleció la posición de la élite y prometió ayuda artesanal fuera de ellos. Se hicieron tejedores esta-
para controlar a los indios. Con el apoyo de las bleciendo sus propios talleres; se hicieron tenderos
castas, que quizá resentían más la jerarquía social y comerciantes ambulantes; ingresaron en grandes
impuesta por los españoles y las restricciones para números a la Iglesia; se desbordaron dentro de la
ll4 1700-1810 EL SIGLO XVlll 115
pequeña burocracia. En regiones coloniales de gran nes descritas, dicha admiración era dada a regaña-
importación de esclavos en el siglo xvm el número dientes.
de libertos negros y mulatos creció proporcionalmen- El colonialismo ibérico no exterminó a los pueblos
te. No es que hayan declinado los prejuicios raciales: súbditos. Sí aceptó a los pueblos de raza mixta. ~í
tan sólo que el mantenimiento rígido del status toleró un grado de manumisión ~e los es~lavos. ~m
basado en el color y la ascendencia se hizo demasiado embargo, la dirección del domimo c~lomal ~o Iba
difícil. Hasta cierto grado, el mismo número y encaminada al progreso social, a la mtegractón; la
diversidad de las castas tendía a crear una nueva prédica qel dom_inio col~nial iba dirigida a la s~pa­
base de jerarquía, la riqueza, a fines del período ración, no a la mtegraoón, ya sea que se exammen
colonial. Aquellos que podían romper con la condi- los sistemas impositivos, el acceso .a los _cargos po-
ción de esclavo, aquellos que abandonaban las comu- líticos o militares, o incluso la Iglesia. La mtegraoón
nidades indígenas o los enclaves indígenas de los social limitada y la tolerancia religiosa fueron pro-
amerindios, se convirtieron en un grupo medio que ductos secundarios de condiciones especiales, en par-
pudo sobrevivir sólo gracias a la búsqueda sin cuar- ticular la escasez de mano de obra libre disponible
tel del interés personal. El indio hispanizado o ladino, para las ocupaciones intermedias entre el peón .Y la
el mestizo, el liberto negro, se convirtieron en mu- clase alta. Puesto que habla pocos e~ropeos dis~o­
chos casos en explotadores más despiadados de sus nibles para llenar estos puestos, la soc1edad colo~tal
inferiores sociales que la élite blanca. Esto se estaba tuvo que suplirlos. De aquí el número de m:suzos
haciendo evidente antes de las guerras de indepen- 11 y mulatos aceptados en cier~os niveles de la sociedad,
dencia; habría de ser más evidente después. en ciertas funciones ocupaciOnales. El hecho d: 9ue
Si el mayor legado de la sociedad colonial fue la el ascenso a un status y ocupación elevadas era ng1da-
degradación y el conflicto social, ¿qué base hay para mente controlado permitía la absorción de algunos
la tan frecuente opinión de que los ibéricos tenían recién llegados. . .
hacia los indios y negros u na política mucho más El supremo legado social del colomahsmo fue la
humanitaria y tolerante que la de los europeos no degradación de la fuerza de trabajo, india ~ negra,
católicos en América? Es cierto que hubo clérigos en todo lugar de América La~ina. El que m1emb~os
sensibles, coherentes y tercos en las colonias que se ''' de los grupos mezclados ocastonalmente fueran m-
percataron de los aspectos de desculturización, bru- corporados al grupo dominante durante el pe~íodo
talización y explotación del contacto de culturas y colonial o se distinguieran en la lucha _por la m~e­
el imperialismo del siglo XVI. Un hombre así era Las r 1 pendencia no es un argu~ento persuas_tvo de la m-
Casas. Se debe, no obstante, recordar que legaron a '1 tegración racial en las soc1edades colomal y poscolo-
nial. Hacer este tipo de argumentos ~s. ele_var la
: 1
la posteridad explicaciones etnográficas detallada·s
de la historia social, política y religiosa de los pue- actividad sexual casual al nivel de plamftcae1ón _fa-
blos conquistados de América, estudiaron las princi- miliar y considerar el creci.mi:n to d~ la po~lactón
pales instituciones y valores de los pueblos dominados mestiza 0 mulata como un mdtce c.le Integración ra-
con el fin de preservar el gobierno colonial. Eran cial e igualdad. Por el contrario, podría argüirse que
aplicados antropólogos. Éste, después de todo, era el la rigidez de las barreras a la movilidad social asce~­
fin de dos contemporáneos de Las Casas: Landa y dente -las barreras de color, nacimiento y carencia
Sahagún. Si con frecuencia admiraban las institucio- económica en la América Latina colonial y poscolo-
116 1700-1810 EL SIGLO XVIII 117
nial- permitieron a la élite absorber un insignifi- blancos europeos podía proporcibnar la fuerza de tra-
cante porcentaje de los grupos mezclados m ás agre- bajo industriosa capaz de transformar América Latina
sivos, conservando así la esencia de la estratificación efectivamente.
social. La absorción den tro de la élite significaba No obstante, las realidades sociales acostumbran
que los recién llegados aceptaban los valores sociales demostrar que las racionalizaciones del statu quo
y aspiraciones de ese grupo; luchando por un status son inadecuadas. Ahora comenzamos a comprender
superior, perdieron contacto con los grupos desaven- que gran parte de las inquietudes sociales en América
tajados que habían abandonado y simultáneamente Latina en el siglo pasado fue una continuación de
se alejaron de sus papeles como lideres de la lucha conflictos sobre el acceso a la propiedad y la ocu-
por el mejoramiento de la suerte de las analfabetas pación que las clases inferiores iniciaron en el siglo
y empobrecidas masas de color. xvm, que brilló brevemente en las luchas por la
Sin duda, los aspectos sociales del colonialismo n o independencia y que la élite suprimió después de
pueden ser separados de la m<ttriz económica y el 1824. Es en el siglo xx cuando está de nuevo resur-
corazón de esa matriz en América Latina siguió giendo la larga lucha por las reivindicaciones sociales,
siendo el privilegio bajo la forma del acceso a la con raíces en el pasado colonial.
propiedad y a la ocupación, a ser dueños de las
minas, grandes haciendas y ranchos ganaderos, al
comercio y la burocracia. Una sociedad estratificada
y jerárquiéa significaba que un pequeño grupo ín-
timamente interrelacionado por matrimonio y pa-
rentesco controlaba la riqueza y los ingresos. La
falta de diversificación de la economía colonial
significaba que la oportunidad económica seguía
siendo limitada. Para las masas no había otro papel
que el de peones o pro!etariado urbano. Y aquellos
que trabajaban como dependientes, peones o escla-
vos eran estigmatizados como inferiores. La raciona-
lización apuntalaba la inferioridad. Los indios eran
ignorantes, supersticiosos, dóciles, carentes de inte-
ligencia e iniciativa, no porque la sociedad los hacía
así sino porque eran indios -así pensaba la élite.
Igualmente racionalizaron el mantenimiento de la
esclavitud negra con el pretexto de que la Cristian-
dad salvaba al negro de la barbarie y las guerras
tribales. Educar a tales elementos de atraso congé-
nito era un ejercicio fútil. El legado colonial de la
degradación social y el prejuicio racial afloró en el
siglo XIX bajo la forma de un agudo pesimismo ra-
cial, en la creencia de que sólo la inmigración de
PARTE TERCERA

El siglo XIX

l.
PARTE TERCERA CAPÍTULO V

El siglo XIX LAS BASES ECONóMICAS DEL


NEOCOLONIALISMO

UNO

El vasto reino de la Nueva España, cultivado con esmero,


produciría por sí solo todo lo que el comercio reúne sobre
el resto del muudo: el azúcar, la grana, el cacao, el algo·
dón, el café, el trigo, el cáñamo, el lino, la seda, los
aceites y el vino. Suministraría todos los metales, sin ex·
cluir el mercurio.

A. VON HUMBOLDT, Ensayo político sobre el reino de la


Nueva España, 1822.

En las primeras décadas del siglo XIX los informes de


los europeos acerca de los vírgenes recursos naturales
<le América Latina alentaron la opinión de que la
tecnología y el capital extranjeros estimularían el
desarrollo de esta región, ayudándola así a deshacerse
de las instituciones, actitudes y valores que consti-
tuían la h erencia colonial. La obra sobre México, en
cuatro volúmenes, de Alexander von Humboldt co-
menzó a aparecer en París en 1807, antes del esta-
llido de los movimientos revolucionarios. Fue la
primera obra de un notable género del siglo xtx
que, al dar relieve a l abismo entre potencial de re-
cursos e .inadecuado nivel de explotación económica,
sugería que América Latina no seguiría por mucho
tiempo en su dependencia económica, subdesarrollo o
atraso respecto de la región noratlántica. Ahora
sabemos que, con raras excepciones, las naciones ex
coloniales no escapan fácilmente a la herencia de la
dependencia.
122 EL SIGLO XIX BASES ECONÓMICAS 123
Aunque las naciones, como los individuos, no n a! demanda de las propias a cambio, no podrla más
pueden escapar a su herencia, .está dentro de sus que exponerlos a un estado de empobrecimiento...
posibilidades modificarla sustanCtal o moderadamen-
te. En el caso de la América Latina poscolonial, la A. HAMII.TON, Report on Manufactures, 1791.
herencia colonial estuvo sujeta, y lo está, a las pre-
siones por el cambio. Enfocaremos los ac.ontecin>:ien- El más reciente jardín de la creación, nada de primitivas
tos poscoloniales desde dos puntos de vlSta: prune- soledades,
granjas, ciudades, millones populosos, apretados, jubilosos,
ro, las estructuras económicas y su modificación o modernos,
elaboración, y, segundo, las estruc tura~ políticas, el de férrea mezcla, complejos, unidos, muchos en uno.
papel de la ideología y el cambio social. En él el mundo entero ha puesto su parte,
Es necesaria una advertencia. Será difícil hacer en esa sociedad de la libertad, la ley y la sobriedad,
generalizaciones tan fácil~s para el período poscolo- este paraíso tan cimero y fecundo, cúmulo de los tiempos,
nial del siglo XIX como lo hemos hecho para el justipreciador del pasado.
período colonial. Las generalizaciones son engañosas,
particularmente cuando se refieren a una región tan WALT WHITMAN, "The Prairie States", L eaves of Grass,
1855.
vasta, en la cual ha desaparecido el control general,
la topografía es .variada y en buena parte, inaccesible, A l hacer el análisis de la dimensión histórica del
las dotaciones de recursos son desiguales, la compo- cambio económico en América Latina, desde un
sición étnica de la población es tan diversa y las inicio ha de plantearse la pregunta: ¿Por qué dos
constelaciones de grupos de interés o de presión han regiones anteriormente coloniales, Estados Unidos y
sido tan dispares, y estas diferencias no toman en América Latina, desarrollaron pautas tan contrastan-
cuenta los divergentes legados anteriores a la con- tes de crecimiento económico posterior a la indepen-
quista o las pautas del desarrollo colonial. Si las dencia? ¿Por qué, hacia 1870, surgió Estados Unidos
generalizaciones a veces son útiles, el material básico quizá como la segunda nación del mundo en el valor
lo es aún más. Luego, con el fin de proporcionar una de su producción manufacturera mientras que Amé-
base real, se tomarán ejemplos de regiones muy rica Latina siguió siendo sobre todo un importante
divergentes, principalmente de México, Bra-sil y Ar- productor de artículos comunes de consumo, mate-
gentina. rias primas y víveres para la región noratlántica? La
historia económica comparada aún está en su infan-
cia, incluso entre los historiadores ingleses y franceses,
y sigue siendo más suge::rente que definitiva. En el
DOS mejor de los casos es una incómoda herramienta para
la historia latinoamericana, en Ja que se carece de
... Los Estados Unidos no pueden comerciar con Europa estudios básicos de historia agrícola, comercial y
en condiciones de igualdad, y la falta de reciprocidad los bancaria y donde los análisis políticos, en general,
h arla víctimas de un sistema que los inducirla a limitar no tratan de los grupos de presión nacionales, secta-.
sus perspectivas a la agricultura y abstenerse de las manu- riales e internacionales. No obstante, hasta la más
facturas. Una constante y creciente necesidad de su parte burda de las comparaciones p uede plantear interro-
por las mercandas de Europa, y sólo una parcial y ocasio- gantes de peso.
124 EL SIGLO XIX BASES ECONÓMICAS 125
Cuando se busca una base comparativa del desa- Norteamérica fuertes culturas Indígenas; hicieron a
rrollo de dos importantes regiones coloniales con un lado a los nómadas habitantes amerindios, los
posterioridad a la independencia, in.:!vitablemente se mataron o aislaron a los sobrevivientes en tierras
regresa a los complejos culturales europeos desde improductivas como indigentes tutelados de la socie-
donde emigraron los colonizadores ingleses e ibéricos dad blanca. El indio de los Estados Unidos permane-
y dentro de los cuales fueron concebidos sus modelos ció sin ser incorporado o integrado; para la sociedad
de sociedad. No basta con comparar la medida de blanca su condición era y sigue siendo sin relieve y
participaci6n local en los pmcesos políticos colonia- periférica. Con fines heurísticos, sin embargo, podría
les, el grado de censura y tolerancia, la opinión sobre conjeturarse que si los ingleses hubieran hallado una
la educación, el grado de libertad económica en las población amerindia densa y altamente organizada,
colonias; debe seguirse los pasos de estos element.os la historia ú.:: lo que ahora se conoce como Estados
hasta sus matrices europeas. Por contraste con Es- Unidos registraría el desarrollo de una sociedad es-
paña, como ya se ha sugerido, los colonizadores in- tratificada, birracial y muy diferente. En un contexto
gleses de América del Norte provenían de una Ingla- más amplio, la existencia de un inmenso territorio
terra modernizante que, en general, consideraba la virgen y subpoblado, con una extraordinaria dota-
alfabetización, la tolerancia, los derechos individua- ción de recursos, colocado directamente frente a Eu-·
les, la libertad económica y el ahorro y las inversiones ropa y que gozaba de un clima comparable al europeo
como elementos inseparables del proceso de cambio representó una potencialidad para el desarrollo que
y desarrollo. La interacción de los intereses ingleses no existía en otra parte del N u evo Mundo. Ex-
y norteamericanos durante el siglo xvm ocasionó que pulsados por las revoluciones de dos siglos, los
nlgunos de estos elementos crearan lo que muchos emigrantes blancos, ávidos de tierras, con una cultura
europeos consideraron entonces como una exagerada generalmente homogénea, estaban particularmente
virulencia en partes de las colonias. Ahí, en ausen- preparados para deshacerse de la tutela europea y
cia de muchos factores inhibidores presentes en seguir las ventajas acumulativas de es~a coyuntura.
Europa y en otras regiones coloniales, los coloniza. Al adquirir título legal sobre estas vastas tierras no
dores 'Se vieron obligados a buscar nuevas soluciones siempre antes de ocuparlas ni siempre por caminos
a nuevos problemas y a adoptar patrones de pensa- estrictamente legales, los norteamericanos estaban pre-
miento y acción nuevos y diferentes. parados para desarrollar una diversidad de técnicas
Además, el medio en que se establecieron los in- innovadoras en su ocupaciói1 y desarrollo.
gleses contrastaba de manera esencial del de los pri- Los factores externos también desemper'iaron un
meros colonizadores ibéricos. Aunque las primeras papel importante en la determinación del temprano
actas constitutivas de las compañías inglesas daban crecimiento político y económico de Estados Unidos.
disposiciones para el descubrimiento de minas de Por largo tiempo confinados a las limitadas posibi-
metales preciosos, no se encontraron minas. Si se lidades agrícolas de la costa, las colonias inglesas
hubieran descubierto, podría preguntarse, ¿guién septentrionales desarrollaron actividades navales y
suministraría la mano de obra para explotarlas? mercantiles, particularmente estas últimas en las An-
Esto sugiere un segundo factor determinante del tillas, desfués de 1763, mientras que las colonias me-
futuro desarrollo de las dos regiones: pues los euro- ridionales crearon una agricultura exportadora basa-
peos no tuvieron que con frontar o incorporar en da en el trabajo de los esclavos. Durante la guerra de
EL SIGLO XIX BASES ECONÓMICAS 1?.7
Independencia, dos de las primeras potencias colo- . sin colocación fueron aplicados a la manufactura
niales de Europa suministraron lo que se ha cali- textil. La demanda externa de algodón de 1814 y los
ficado de un apoyo decisivo a las colonias inglesas en , ascendentes costos de exportación durante la década
su lucha por liberarse de la metrópoli. Es irónico de 1830 estimularon la concentración sureña en la
que la plata mexicana y el azúcar dominicano ayuda- producción y exportación de algodón, que constituía
ran a emancipar las colonias inglesas, como lo es que el 50 por ciento del valor de las exportaciones norte-
el sacrificio financiero francés en favor de la inde- americanas a Europa occidental y Estados Unidos nor-
pendencia norteamericana contribuyera a la Revolu- oriental hasta la Guerra de Secesión.
ción francesa y que el sacrifico de Europa creara un El Norte se convirtió en un centro industrial para
modelo y un ejemplo para la rebelión en sus propias la agricultura sureña, una aduana de sus importa-
colonias. En esa guerra de liberación, Estados Unidos ciones de manufacturas y artículos suntuarios y un
suministró poco a los insurgentes y obtuvo mucho de
suministrador de manufacturas tales como prendas
la debilidad española: Florida, Alabama y acceso a
de algodón y artículos de hierro. Después de 1830 la
una vasta región comercial en H ispanoamérica. Des-
ocupación y colonización de los territorios occiden-
pués de 1783, fue de gran importancia para el desa-
rrollo de Estados Unidos el crecimiento del comercio tales aumentaron la importancia del Noreste como
con la ex metrópoli. Primero el comercio y después las exportador de cereales del Oeste y expandió los
inversiones inglesas ayudaron a desarrollar la econo- mercados para la producción industrial nororiental.

0
mía de la antigua colonia. Por contraste, las libera- \ Pero la expansión hacia el Oeste de la esclavitud
das colonias españolas no encontraron ni comercio ni :{ también amenazó al Norte y llevó a una de las gue-
asistencia técnica o financiera en sus subdesarrolladas \ rras civiles más sangrientas de los tiempos modernos.
ex metrópolis. Hacia el estallido de la guerra civil, el crecimiento
Otro importante factor externo en la consolida- económico en Estados Unidos había sido iniciado
ción y crecimiento de la economía de Estados Unidos por factores externos y por la creación de un merca-
en los primeros años de su existencia nacional fue la do nacional a pesar de la esclavitud en el Sur. De
oportunidad que se presentó por el conflicto inter- más importancia para la comparación con Améri~a
nacional durante la Revolución francesa y la era Latina, la Guerra de Secesión abrió aún más el
napoleónica. Hacia 1793 la política nacional había camino a la industrialización de los Estados Unidos.
creado las bases de la banca y un mercado de capital,
mientras que el conflicto europeo en los subsecuentes
veinte años suministró oportunidades a los comer-
ciantes, constructores navales y navieros nororientales TRES
para entrar en el comercio del transporte en calidad
de neutrales con el manejo del tráfico entre Estados ...Sólo he logrado rastrear la dolorosa verdad de que hay
Unidos y Europa, la exportación de algodón y arroz un déficit considerable para cubrir en su totalidad el
sureños y la reexportación de azúcar, café y cacao presupuesto general (de México].
de las Antillas. Los beneficios de estas operaciones No podía producir otro efecto el torbellino horroroso
reforzaron la infraestructura financiera y, durante la que por espacio de diez años nos ha envuelto. Un choque
baja del transporte, entre 1808 y 1814, los recursos tan largo, sostenido por dos partidos igualmente animo-
128 EL SIGLO XIX BASES ECONÓMICAS 129
sos. .. las fortunas de los labradGres y comerciantes, arrui- en 1810. Dejó un legado colonial de conflicto secto-
nadas con los confiscos y contribuciones, que por ambas rial y regional.
partes se decretaban; la arbitrariedad con que se disponía Se sostiene ampliamente que los movimientos de
de los fondos públicos; y la oportunidad que aquella des- independenc-i a latinoamericana tenían como finalidad
organización universal ofrecía para ocultar su mala con- acabar con el monopolio metropolitano de l::t toma
ducta a los empleados... todo conspiraba a que se exte-
de decisiones económicas y que por ende representan
nuase y aniquilase el Erario.
una lucha por la libertad económica. Nadie puede
RAFAEL PÉREZ MAU>ONADO, 1822
negar que esto es lo que lograron pero sería una
burda sobresimplificación afirmar que ésta era la
No es posible encarecer el estado de miseria a que ha meta principal de los primeros insurgentes. De he-
quedado reducida la República [después de años de guer~a cho, la aceptación de esta generalización ha oscure-
en el Uruguay] . Cielo y pasto es lo que encuentra ~1 v1a· cido la interpretación de las décadas posteriores a la
jero entre Minas y Maldonado. No alcanz~ a cuatroc1ent?s independencia. Quizá sería más preciso argumentar
entre vacunos y caballares los que he v1sto en esa faJa que mucha parte de la élite colonial esperaba seguir
de terreno de 16 leguas. Estancieros hay que se mantienen siendo leal a la España en guerra, disfrutando a la
de charqui y arroz, y el que le presenta a usted un asado vez del derecho de comerciar directamente con toda
no puede llamarse pobre. Europa y Estados Unidos. No deseaba echar abajo
la sociedad sino más bien ampliar un poco el acceso
PEORO BUSTAMANTE, 1853 y el disfrute de las posiciones del lucrativo mono-
polio. El conflicto abierto sobrevino cuando la in-
Por contraste, la herencia colonial y las condiciones
tratabilidad española respecto a la cuestión clave del
externas antes, durante y después de la independen-
comercio directo fue respaldada por la disposición
cia en América Latina crearon nuevos conflictos de española de emplear la fuerza militar contra los re-
interés y exacerbaron los viejos, que permanecieron formadores.
sin solución durante décadas después de 1824 y que Algunos segmentos de la élite de la América La-
llevaron a la opción de guert:a interna más que al tina colonial, de hecho, estaban intentando raciona-
acuerdo constitucional. Cuando los ejércitos franceses lizar a favor de sus intereses el sistema económico
invadieron la península ibérica, los ingleses decidie- colonial. Mientras que hacia 1793 Estados Unidos
ron convertirla en el campo en que se desangrara la podía beneficiarse del conflicto europeo, las colonias
supremacía militar contin~ntal francesa, y los con- españolas se sentían tan estimuladas como frustradas.
flictos coloniales, por tanto tiempo latentes, estalla- Su producción de azúcar, cacao, café, curtidos y
ron en una serie de guerras civiles de amplitud CSfirne salada ascendió, pero la marina mercante es-
continental entre 1810 y 1824. Casi desde el principio pañola se vio interrumpida por la omnipresente ma-
se fundieron dos corrientes importantes en todas Jas rina de guerra inglesa, y la política colonial española
guerras anticolonialistas: la resistencia a posteriores había obstaculizado la creación de una industria na-
controles económicos trasatlánticos y la lucha entre val en las colonias. Se negaron víveres y manufactu-
facciones por el dominio gubernamental. La política ras a las colonias y podían obtenerse sólo mediante
colonial española de gobernar dividiendo, de equili- la participación masiva en el contrabando con los
brar un grupo de interés contra otro, se desplomó buques ingleses y norteamericanos cerca de sus cos-
130 EL SIGLO XIX BASES ECONÓMICAS 131
tas. De aquí la creciente presión en favor del comer- acceso a los antiguos mercados ·de lo que ahora es
cio directo, de legalizar la realidad. Pero cuando la Bolivia, buscaron expandirse en la nueva Argentina.
independencia solucionó el problema del comercio Pero a los comerciantes de Buenos Aires solamente
directo, no había una unidad política o económica les interesaba vender importaciones europeas más
para permitir la rápida utilización de la toma de baratas. El conflicto de los intereses económicos re-
decisiones económica. Una grave desunión interna, de gionales contra los de los más antiguos centros co-
hecho, prolongó las guerras civiles de la indepen- merciales se repitió por doquier en América Latina.
dencia. En México, quienes estaban relacionados con la
De aquí que las décadas posteriores a la indepen- industria textil artesanal deseaban preservar el mer-
dencia fueran desperdiciadas tratando de solucionar cado nadonal para su producción, pero los comer-
los problemas altamente controvertidos y embebidos ciantes de la ciudad de México preferían importar
de herencia colonial. La élite colonial española y por- productos manufacturados ingleses. En resumen, las
1 nuevas naciones estaban divididas por los conflictos:
tuguesa más ilustre, los oficiales del ejército, los altos
11 burócratas, los comerciantes -el núcleo de la oposi- entre quienes deseaban monopolizar todo el comer-
ción a la independencia- emigró. Pero una gran ma- cio interno e internacional desde un centro nacional
1 yoría quedó, en vivo contraste con el alto porcentaje y quienes buscaban un monopolio de distribución
de emigrados de los nuevos Estados Unidos y de la local; entre quienes deseaban proteger la producción
Francia revolucionaria. En las décadas inmediatamen- artesanal local y quienes distribuían importaciones
te posteriores a la independencia, la influencia de los más baratas; entre quienes favorecían la agricultura
bien relacionados enclaves de dichos tradicionalistas y los que favoreclan la minería o la industria. Cada
sobre América fue decisiva. Las nuevas capitales na- subregión, bajo la supuesta protección de constitu-
ciones federales y de la autonomía provincial o esta-
cionales, generalmente el eje de la red económica co-
tal, buscó crear enclaves económicos regionales me-
lonial, deseaban mantener su posición monopolista
diante aranceles o peajes internos. Así, no se forjó
en el comercio nacional e internacional. Pero las sub- fácilmente una unidad nacional; no había una po-
regiones, muchas de las cuales se desarrollaron en el sibilidad inmediata de una política económica na-
siglo xvm, frecuentemente estimuladas por las activi-
cional unificada, como la que se creó en Estados Uni-
dades del contrabando, insistían en la autonomía eco-
dos desde temprano.
nómica regional; ésta es la razón por la que frecuen-
De cualquier manera, otros factores más hubieran
temente se hicieron federalistas y no centralistas. En dificultado deshacerse del legado combinado de co-
México, Guadalajara atacó el eje comercial ciudad de lonialismo y guerra civil. Después de la independen-
México-Veracruz; en Argentina, las provincias occi- cia, los intentos por crear nuevas industrias fueron
dentales del interior se resistieron a la expansionista obstaculizados por la ausencia de instituciones ban-
Buenos Aires, siendo secundadas por las provincias del carias y mercados de capital y por el bajo nivel de la
Litoral y por Uruguay y Paraguay, antiguas divisio- acumulación de capital. La guerra civil había des-
nes del virreinato colonial. Las provincias occiden- truido ganado y haciendas, dispersado la fuerza de
tales de Argentina deseaban proteger la producción trabajo y desorganizado las minas. Los mayores pro-
local de telas de algodón, lana y lino, artículos de veedores de fondos, la Iglesia y los comerciantes, se
piel, azúcar, vinos y licores. Habiendo perdido el resistían a diversificar las inversiones. Las industrias
132 EL SIGLO XIX BASES ECONÓMICAS 133
de las regiones subdesarrolladas no crean la demanda, giones ex coloniales no lleva necesariamente a su efi-
responden a ella. Y la naturaleza de la economía colo- ciente uso a largo plazo. El fracaso de los movimien-
nial de América Latina, como la de los Estados Uni- tos independentistas latinoamericanos en la creación
1 dos del Sur, había concentrado el ingreso, mantenido de las bases de un crecimiento económico sostenido a
el ingreso per cápita de las masas en u n nivel mínimo través de la diversificación agrícola, ganadera e ind~s­
e inhibido la formación del capital en valores líqui- trial equilibrada, ú nicamente indica el poder conti-
l'' dos; en una palabra, redujo la posibilidad de una sos-
tenida demanda local p ara los productos de costo ele-
nuado de una herencia colonial de economía·s orien-
tadas hacia el exterior y vinculada muy de cerca con
1 ! vado de una industria incipien te. Las importaciones las fuentes esenciales de oferta y demanda externas a
1
en grandes cantidades de manufacturas inglesas aplas- las nuevas economías nacionales. Esta herencia colo-
1 taron la industria local basada en la tecnología primi- nial tiene su paralelo en el Sur del Estados Unidos
1 tiva. De manera inevitable, como los Estados Unidos independiente, paralelo alentador aun en su modo ne-
1 del Sur, América Latina fu e llevada a la búsqueda de gativo. Sugiere que una economía orientada hacia la
artículos de consumo para la exportación, tradiciona- exportación y basada en la producción en gran escala
1 les o nuevos, para pagar las importaciones. F ueron lle- de artículos corrientes de consumo por una fuerza de
vados a la tierra y a las fuentes externas del dina- trabajo obligada tiene elasticidad, aun cuando coexis-
1' mismo. te en la misma nación-Estado con su antítesis: una
De esta manera, la herencia económica colonial fue economía y sociedad modernas, igualitarias y en pro-
1 reforzada por las condiciones locales y, en particular, ceso de industrialización. El Sur era una colonia in-
por la presión económica de la Gran Bretaña, que terna del Norte mercantil, ind ustrial y financiero. Sin
ahora cosechaba más de un siglo de interés sostenido embargo hasta en el Sur el paternalismo, el aristocn:.
en el mundo colonial ibérico. Los fabricantes, comer- tismo y la agricultura de plantación han asegurado
ciantes, banqueros, compañías aseguradoras, armado- hasta tiempos recientes la supervivencia de institucio-
res ingleses, todos consolidaron su éxito en la lucha nes y actitudes, formas de vivir y de pensar, que se
contra los competidores franceses. Los comerciantes in- acercan notablemente a las de otras regiones de plan-
gleses se hicieron fuertes en todos los rincones de Amé- tación del Nuevo Mundo. La herencia colonial ha re-
rica Latina: en Buenos Aires, Río de Janeiro, Valpa- trasado efectivamente la formación de lo que ahora
raíso, Caracas, Veracruz, Cartagena, Lima. La Gran llamamos sociedades modernizadas.
Bretaña, tecnológica e industrialmente avanzada, se Las ex colonias, ahora como entonces, no pueden
h izo tan importante para la economía latinoamerica- deshacerse fácilmente del legado económico de siglos
na como para el Sur de Estados Unidos, exportador de colonialismo, no pueden fácilmente salvar la bre-
de algodón. En este punto, América Latina recurrió cha entre el atraso y la modernidad, entre tecnología
a las tradicionales actividades exportadoras, u tilizan- primitiva y avanzada, entre niveles bajos y altos de
do el factor de la producción más barato disponible, ingresos, ahorro e inversión, entre alfabetismo y anal-
la tierra, y la fuerza de trabajo dependiente. La tierra fabetismo, entre oscurantismo e ilustración, entre so-
en México, Brasil y Argentina surgió como lo que ciedades cerradas y abiertas, entre - según palabras de
siempre había sido, una fuente de seguridad, ingresos, los sociólogos- sociedades basadas en la servidumbre
prestigio y. poder. y las basadas en los logros. No es sorprendente, luego,
El logro de la autodeterminación económica en re- q ue América Latina no comenzara a modernizar su
JI _ :~-\

~~) EL SIGLO XIX BASES ECONÓMICAS 135


economía mediante la industrialización sino un siglo CUATRO
después de la independencia.
Bajo estas circunstancias, la principal consecuencia El más significativo legado del colonialismo ibérico
de los movimientos anticoloniales en América entre fue la tradición de la gran hacienda que producía ví-
1810 y 1824, el aplastamiento de los víncu~os con el veres y materia prima para consumo local o para su
imperio trasatlántico, llevó - la tentación de decirlo exportación a Europa occidental. En el caso del Mé-
es inevitable- al neocolonialismo. Dejando a un lado xico colonial, la producción hacendaría de cabezas de
por el momento los elementos sociopolíticos y psicoló- ganado, curtidos, trigo, maíz, pulque o azúcar y sus
gicos de la herencia co!onial, podemos ver cómo el derivados fue dirigida casi exclusivamente a un gran
crecimiento económico de América Latina a través de mercado interno. En Brasil, el ingenio azucarero con
la diversificación y la industrialización no podía te- sus campos de caña, trapiches y calderas había domi-
ner lugar mientras sobrevivieran las pautas coloniales nado el sector agrícola desde finales del siglo XVI, y las
de la producción, acumulación de capital e inversio- exportaciones de azúcar del Nordeste, principalmente
nes, de distribución del ingreso y de gastos. Ahora es.. la región de Bahía-Pernambuco, aún eran importantes
tamos más inclinados a aceptar que los factores insti- alrededor de 1800. En Argentina, en la misma época,
tucionales y las barreras desempeñan una función de- las grandes estancias o ranchos ganaderos que expor-
terminante -quizá la función determinante- al afec- taban pieles y sebo dominaban la pampa alrededor del
tar la tasa de cambio económico y social. Así, pues, en puerto de Buenos Aires. El gran fundo, caracterizado-
todas las princi paJes regiones de América Latina, des- por la propiedad y administración familiar, la residen-
pués de 1824, surgió la búsqueda de una base viable cia de la familia ampliada, el área de trabajo y habi-
para las economías exportadoras, para la producción tación para, frecuentemente, cientos de dependientes
y exportación de productos primarios y, como enton- era algo más que una unidad de producción. Repre-
ces se les designaba, "productos coloniales". No fue- , sentaba un tipo de organización social, una fuente de
sino alrededor de medio siglo después de la indepen- / prestigio social y poder político, así como de riqueza e
dencia cuando se estableció firmemente la nueva base~ ingresos. Tan sólo en Europa oriental podían hallarse
y su establecimiento coincidió con el inicio de la esta fundos análogos a los latinoamericanos y a los del Sur
bilidad política. Sin embargo, la estabilidad política, de Estados Unidos. El gran fundo simbolizaba segu-
cualquiera que sea la forma que tome -república o ridad; sobre todo, mantenía la promesa de continui-
monarquía- puede ser una base necesaria aunque no ·' . dad mediante la conservación del status de generación
o' (
suficiente para la soberanía económica. La ausencia de .>( en generacwn.
una economía autónoma autosustentadora fortaleció Hasta el siglo xx, la base de la oligarquía en Amé-
la herencia o herencias del colonialismo en América rica Latina ha sido la monopolización y el acceso a la
Latina después de 1824. Éste es el razonamiento lógi propiedad de la tierra. En efecto, la característica más
co que tanto los latinoamericanos como otros autore significativa de la tenencia de la tierra ha sido la ex-
han evocado al llamar neocolonial a la economía y 'so pansión del gran fundo hasta regiones fronterizas, para
ciedad latinoamericana posco~onial. el control de las tierras cultivables o de los escasos
derechos sobre el agua o para el control de la escasa
mano de obra agrícola. En América Latina, el siglo
XIX puede ser considerado como un período de ace-
136 EL SIGLO XIX BASES ECONÓMICAS 137
leración en la tasa de formación de fundos y el con- claves comunales indígenas. Dura:nte la feroz lucha an-
trol, por parte de sus dueños, de la mano de obra. Por tico'onial de los años 1810 a 1821, los fundos agrí-
diferentes razones, este proceso tuvo lugar en Cuba, colas y ganaderos fueron asolados, pero nunca parce-
Argenti'na y, en forma particularmente aguda, en Mé- lados, por ambos bandos, y la decisión de la élite me-
xico y el Brasil. xicana de acabar con los controles trasatlánticos eli-
minaba cualquier posibilidad de reforma agraria. Se
ha pretendido que el fin de la estratificación social
legal, en que los indígenas tenían un status de prote-
CINCO
gidos, les dio la ciudadanía pero los despojó de pro-
tección contra las presiones capitalistas. Mientras que
Una de las grandes desventajas de la agricultura mexicana el status indio declinó en el siglo XIX conforme las co-
es que toda la nación está dividida en inmensas hacien- munidades indígenas perdían el control sobre las pro-
das, siendo escasamente conocidos los pequeños ranchos; piedades comunales, este proceso se había estado des-
y, de una población de diez millones o más, se dice que arrollando desde tiempo atrás. No hay duda, sin em-
el título a la tierra (aparte de la tierra poseída por las bargo, de que la legislación republicana de México en
comunidades indígenas) recae en no más de 5 a 6 mil per- el siglo XIX transformó las propiedades religiosas, las
sonas. Algunas de estas haciendas comprenden leguas cua- tierras públicas y las posesiones comunales indígenas
dradas en vez de acres cuadrados de extensión y dicese que en grandes haciendas privadas en una escala sin pre-
tiene acequias de irrigación de 40 a 50 millas de largo.
cedentes, incluso hay quien pretende que sucedió en
una escala sin igual en la historia de cualquier país
D. A. WELLS, A Study of Mexico, 1887
de los tiempos modernos. Hacia 1910 un número de
La fórmula ha sido casi la misma en todas partes [en factores entremezclados habían convertido a México
México], sobre todo durante los últimos años. Se hace . en una nación en la que el 3 por ciento de las pro-
creer al indio dueño de su terreno que se le va a despojar piedades deslindadas, es decir, alrededor de 13 000
y a enviar al "contingente", porque hace muchos años propiedades, controlaban el 58 por ciento de la su-
que no paga contribución. El indio ignora que no debe perficie de la nación. __
pagar y acude al leguleyo del pueblo. El leguleyo está ·:'. ~rimero, claro está, se encontraba la tradición7dr .
de acuerdo con el cacique y siembra el terror en su ·loma! del gran fundo, que continuó sin modificaci~
diente... Al fin le propone cuatro reales por el terreno... nes bajo la república. Después estaba el fracaso d~ v
Naturalmente el indio accede y aquel único patrimonio pa- ,:desarrollar otras empresas venturosas como un cam-
sa a engrosar las riquezas del cacique... el quadro, en fin, _·;·po para las inversiones y la destreza empresarial. Las
de iniquidades que se enroscan en las espaldas de este silen-
cio de emparedado al que se da el nombre sublime de PAZ.
:• operaciones mineras no recobraron el nivel de pros-
''J>eridad de que gozaban en 1810 hasta 1880, cuando
El Pa{s, 1908 ..;los ferrocarriles, el capital extranjero y la tecnología
:importada se aplicaron a las minas de plata y espe-
Para muchos observadores, a finales del siglo xvm la tialmente a otros metales no ferrosos del norte de
concentración de la tenencia de la tierra en México México. En la década de 1830, el gobierno estab!eció
presagiaba un conflicto entre terratenientes y la fuer- ,cl:ectivamente, mediante un banco nacional de des-
za de trabajo dependiente residente o los cercanos en- arrollo, una serie de fábricas de hilados y tejidos de
/1 EL SIGLO XIX
138 BASES ECONÓMICAS 139
algodón para absorber a miles de artesanos textiles cazmente? Aquí estaban todos los ·ingredientes de una
que hacían frente al desempleo crónico como res~l­ especie de conflicto irreprimible que estalló con la
tado de las grandes importaciones de telas. El éx1to administración liberal que expulsó a los conservado-
no fue más que moderado y hubo pocos efectos en- res del control del gobierno nacional en 1854-55.
cadenados para estimular la industria básica o para En 1856, y de nuevo en 1857, los liberales declara-
proveer de empleos a casi 23 000 trabajadores. Apa- ron ilegales las propiedades raíces de las corporacio-
rentemente, el nivel de ingreso global no podía ab- nes civiles y religiosas no empleadas directamente
sorber los elevados costos unitarios de una industria para los fines de la corporación. Aquellos que renta-
protegida por una prohibitiva estructura arancelaria. ban o arrendaban dicha propiedad de la Iglesia ha-
En tercer lugar, pese a la estratificada estructura brían de tener preferencia en su compra, calculándo-
social heredada de la colonia, el México posindepen- se el precio con base en la renta anual como el 6 por
dentista contenía una pequeña y articulada clase me- ciento del precio real. Las propiedades no rentadas ni
dia urbana que formaba un centro de oposición li- arrendadas habrían de venderse en subasta pública.
beral a los legados de la colonia. En opinión de los El primer análisis cuidadoso del efecto de las leyes
profesionistas, burócratas e intelectuales de este gr~­ de 1856 corrobora las generalizaciones que se han
po, los gremios y los mon~polios sofo~ban el naci- mantenido al respecto desde hace tiempo. Muestra
miento de una nueva soctedad. Cons1deraban a la que de los 18 millones de pesos del valor de la pro-
Iglesia como un gremio qu~ :mpleaba l?s bienes r~í­ piedad transferida, 11.1, o sea el 61 por ciento, era
ces y sus ingresos para reststlr al ca~bto económtco propiedad comunal, que para toda la república el
y social y no para ayudarlo. La Iglesta apoyaba a _los 1 por ciento de los que recibieron propiedades ocu-
regímenes políticos que recalcaban la conservación paron el' 33 por ciento de todas las propiedades trans-
del statu quo, protegía los der~cho.s .de re~an:ntes feridas por valor, que aproximadamente 50 personas
corporativos como las cortes de J~st~Cla eclesJásuca y poseían ahora propiedades valuadas en 3.3 millones
militar, mantenía el control eclestásuco sobre la edu- · de pesos. Gran parte de la propiedad ·así transferida
cación pública y favorecía una polític~ de in~igra­ consistía en grandes haciendas; en el llamado gra-
ción hecha para excluir a los no católicos. Qu1zá ~1 nero de Guanajuato, el valor promedio de venta por
50 por ciento de los bienes raíces permanecían baJO propiedad resulta ser de 100 000 pesos. Y la mayoría
11
control eclesiástico. de los cincuenta nuevos propietarios eran mexicanos,
Por último, la clase media liberal tendía a consi- comerciantes o profesionistas. En retrospectiva, la ley
derar a las comunidades indjgenas como enclaves so- de 1856 no destruyó el monopolio de la tierra. A cos-
breprotegidos cuyos miembros utilizaban ineficaz- ta de la Iglesia, proporcionó a los nuevos elementos
mente las propiedades agrícolas y ganaderas. La cla- urbanos acceso a la seguridad y status de la riqueza
se media creía que las propiedades eclesiásticas y co- de la tierra. Cuando los conservadores rechazaron la
munales eran baluartes del tradicionalismo. ¿Cómo consti tución de 1857 y precipitaron la guerra civil,
podía forjarse una efectiv~ socieda~ de clas7 media las propiedades eclesiásticas fueron nacionalizadas y
de granjeros pequeños e mdepend1entes onentados posteriormente vendidas.
hacia las ganancias cuando grandes bloques . de la El impacto de esta legislación destrozó las propie-
tierra pertenecían a aquel~os que no estab~~ dtspue~­ dades comunales amerindias, muchas de las cuales
tos o, quizá peor, eran m capaces de utthzarla eft- databan del período de la preconauista. Por ley se
140 EL SIGLO XIX BASES ECONÓMICAS 141
1 obligó a las comunidades a ceder la propiedad a los México neocolonial completó la ·conquista de la tie-
r amerindios que cultivaban dich as posesiones. En el rra y la movilización de la fuerza de trabajo indígena
1 densamente poblado México central. pese a los in- para el lucro privado con la ayuda de los complejos
1¡ tentos de atrasar la aplicación de las leyes o para em- mecanismos d!!l Estado modernizador. H ay más de
brollarlas, las propiedades amerindias comenzaron a una vaga similitud entre la revalidación española del
1'
.¡ desaparecer entre las manos de especuladores políti-
camente poderosos o fueron absorbidas por las cerca-
siglo xvn del acaparamiento ilegal y sin título al-
guno de las tierras y el papel de las compañías des-
nas haciendas. La tasa de transferencia de la tierra lindadoras y los especuladores individuales a fines
' i 11~
11 se hizo más rápida treinta años más tarde. Entre del siglo XIX en México.
;,¡ 1883 y' I894, con forme la construcción de los ferro- Sería un humanitarismo mal aplicado pretender
carriles extendió su red de transporte sobre México, que la élite mexicana del régimen de Porfirio Díaz
l,.1i: ·1
'
'!
inflando el valor de la tierra y atrayendo especula-
dores, el gobierno nacional resolvió acelerar la utili-
-lo que los eruditos mexicanos ahora llaman el Por-
firiato- se proponía forzar a las capas inferiores de
zación de la tierra cedien do a las compañías deslio- la sociedad a una degradación semiservil. La política
,.,, dadoras, muchas de ellas empresas no mexicanas, el agraria y laboral del Porfiriato representaba un in-
H 11' derecho a deslindar todas las tierras públicas, así tento, si bien drástico, por alcanzar al mundo occi-
.1¡ j¡l
l j id como aquellas sin título definido, con el fin de sub- dental en industrialización y modernización, en par-
¡: dividirlas y explotarlas, es decir, colonizarlas median- ticular al "primo" agresivo y expansionista del nor-

~
te inmigrantes. U na tercera parte de la propiedad ·te. Los historiadores de la economía y los economis-
J··
.11 deslindada habría de otorgarse a las compañías des- .tas del desarrollo recalcan que la industrialización
lindadoras, que fueron facultadas para comprar el no puede tener lugar sin una modernización compa-
¡1·.¡
resto a precios especiales. Los pequeños propietarios rable del sector agrícola, de manera de incrementar
1¡ y los pueblos indígenas sobrevivientes, "aquellos que la p roducción para alimentar a una población cre-
1
no podían llamar compadre a un juez de distrito, o ciente, proporcionar ganancias de exportación para
111 a u n gobernador o ministro del estado", fu eron víc- financiar la sustitución de importaciones así como
1 timas de este proceso. En la densamente poblada Oa- u na in(raestructura eficiente de transporte, comuni-
11 xaca indígena, por ejemplo, cuatro concesionarios ob- caciones, burocracia y servicios sociales. Desde esta
tuvieron más de 2.8 millones de hectáreas. Un ana- perspectiva debe considerarse la distribución masiva
:, lista calcula que 54.4 millones de hectáreas o el 27 de tierras en México, como una especie de esfuerzo
por ciento del área total de la República mexicana clásico de libre empresa para modernizar la agricul-

¡ fueron transferidos a u nos cuantos individuos.


Estas cifras sugieren el grado en que el monopolio
tura y promover la industrialización. Luego, es parte
de un más complejo proceso en el que el Estado me-
de la tierra progresó en el México del siglo x1x, y xicano aumentó al máximo su ayuda a la iniciativa
esta impresión se refuerza cuando se compren de que, privada liberando el acceso a los depósitos de mine-
según el censo de 191 O, casi el 50 por ciento del total ·rales, subsidiando la rápida formación de una red
de la población rural o 5.5 millones de peones aca- ferrocarrilera que vinculara los sectores mineros con
sillados, vivían en aproximadamente 8 200 haciendas los puntos de exportación y creando simultáneamen-
y 45 000 ranchos, y que cerca del 50 por ciento de la te y por primera vez un mercado nacional para la
población rural no ten ía tierra. De esta forma, el producción agrícola e industrial doméstica. Los ha-
142 E L SIGLO XIX BASES ECONÓMICAS 143

c~ndados fueron favorecidos por aranceles protecciO- Actualmente la República Argentina es una suerte de es-
m~tas contra la importación de víveres más baratos tancia enorme que provee carnes, trigo, manteca, algodón
mtentras que se congelaron los niveles salariales ru- y frutas que necesita Gran Bretaña.
rales ,Y ~e aumentó ~a o!erta de trabaj.o. Tal política
economtca y su aphcaaón fueron el resultado final Reconquista, 1939
del liberalismo econ~mico d~l. siglo xrx y en el apo-
geo del auge económiCo porhnano los liberales abier- En la América Latina del siglo XIX, en toda su an-
tamente aceptaban que había llegado la hora de una chura, grandes extensiones de tierras públicas pasa-
ron a ser propiedad privada sin los efectos sociales
"honrada tiran ía".
visibles en México. La Argentina surgió del status
El crecimiento económico bajo estos auspicios, al
colonial con una vasta tierra interior de praderas en
~ue ~us avaladores llaman la gradual y racional u ti-
sumo grado apropiada para la ganadería y ocupada
lizaCión de los factores de la producción, y sus opo- por indios nómadas. Décadas de acerbo seccionalis-
nentes "e~ .frío despojo de Jos p ueblos y la despiada- ~o retrasaron el rápido crecimiento de las exporta-
da supres10~ de los pequeños propietarios", general- dones ganaderas hasta después de 1853, cuando las
mente ocaswna tenswnes que se hacen intolerables provincias establecieron u na república federal. El
p_ara quienes soportan la carga de dicha moderniza- contenido económico de la constitución de 1853 era
c~ón. En 1910, el experimento mexicano con este daro: la meta era el desarrollo; los métodos para lo-
tipo de crecimiento económico gradual se convirtió grarlo eran la tierra, los ferrocarriles, una u nión in-
en una sangrienta guerra civil y termi nó en una re- . terna de aduanas, e inmigrantes, atraídos ahora por
voluci~n social_ no planeada q ue por fin destruyó la . la tolerancia religiosa.
herencta colomal de la hacienda. Hasta bien aden- Hacia 1853, la herencia colonial de las grandes es-
trado el siglo xx sólo México entre las naciones la- tancias ganaderas había sido repetidamente reforza-
t~ noamericanas había destruido los símbolos y la rea- da por la renta y posterior venta de tierras públicas
hdad de este antiguo patrimonio económico y social. y por francas concesiones. En 1828, cerca de 538
arrendadores recibieron un promedio de 14 800 hec-
táreas por posesión, y entre 1857 y 1862 otros 233
arrendadores recibieron 9 051 hectáreas por cabeza.
SEIS Bajo una ley de colonización, entre 1876 y 1891 al-
rededor de 88 denunciantes de tierras públicas que
De ~os tres agentes ~ fuerzas ?e producción que reconoce nunca fueron colonizadas obtuvieron sobre 5 millo-
1~ n qucza creada - tierra, capttal y trabajo- se puede de· nes de hectáreas o 59 600 hectáreas por denunciante.
c1r que la Confederación Argentina sólo posee el primero • En 1840, en la céntrica provincia de Buenos Aires,
en la época presente. . . La tierra es por ahora el instru· 825 haciendas controlaban más de 13 millones de
mento supremo que la Confederación tenga a su alcance,
hectáreas y hacia 1880 quizá las mejores tierras de
p_ara emp~ender la o?ra de su población, de su organiza·
c1ón polluca, de su nqueza y civilización. toda Argentina eran de propiedad privada. Hay qui-
zá una forma más gráfica para ejemplificar los efec-
J·B. ALBF.RDI, Sistema económico y rentístico de la tos locales de la demanda externa de curtidos, gana-
Confederación Argentina, 1855 do y lana argentinas. En 1836, una legua cuadrada
144 EL SIGLO XIX BASES ECONÓMICAS 145
lt de tierra en la provincia de Buenos Aires valía alre- exportación basada en la mano ae obra esclava con-
dedor de 5 000 pesos, mientras que 43 años más tar- formó las pautas de cambio económico y social en el
de había subido a 200 000 pesos y no se habían rea- período poscolonial y formó una estructura neocolo-
lizado mejoras en el ínterin. Hacia 1880, cuando nial cuyas consecuencias sociales eran predecibles e in-
lOO 000 inmigrantes entraron al país, la Argentina evitables.
era una tierra de grandes fundos, propiedad de una La relativamente pacífica transición brasileña de co-
oligarquía terrateniente que necesitaba y sin embar- lonia a monarquía independiente no ocasionó pér-
go despreciaba a los inmigrantes. La carabina resol- didas en recursos humanos y de capital. Pero a fin
vió el problema de los indios nómadas de las pampas de ampliar su papel en la economía mundial, el Bra-
con tanta eficacia como en las praderas del oeste de sil de principios del siglo xrx necesitaba dos elemen-
Estados Unidos. En cerca de 50 años una combina- tos: una lucrativa mercancía de exportación en la
ción de pautas coloniales de tenencia de la tierra, de que pudiera gozar de una ventaja comparativa, y ma-
demanda externa y la división internacional del tra- .no de obra. La solución de estos problemas explica
bajo incorporaron a la Argentina en la economía la permanencia de la monarquía en Brasil como una
mundial y la transformaron en una de las economías armazón política para el desarrollo en el siglo xrx y
latinoamericanas más ricas, más integradas y "moder- justifica la queja, después de la caída del imperio en
1889, de que Brasil seguía siendo "esencialmente
nizadoras".
agrícola" y una factoría de la costa del Atlántico
para las naciones desarrolladas del· mundo.
e· Antes de 1830, Brasil había entrado a la economía
mundial a través de la exportación de una serie de
SIEJ'E
mercancías, primero palo de tinte, luego azúcar y,
entre 1690 y 1770, oro y diamantes. La exportación
Dondequiera se la estudie, la esclavitud pasó sobre la tie-
intensa de palo de tinte finalizó alrededor de 1600,
rra y los pueblos que la acogieron como un soplo de des-
trucción. Aunque se la vea en los ergástulos de la antigua
las operaciones mineras decayeron drásticamente
Italia, en las aldeas de Rusia, en las plantaciones de los después de 1770, mientras que las exportaciones de
estados del Sur o en los ingenios y haciendas del Brasil, azúcar y algodón demostraron ser no competitivas
la esclavitud siempre es ruina e intoxicación y muerte. después de 1800. El relativo estancamiento de la eco-
Durante un cierto período consigue esconder, por el in· nomía brasileña en las primeras· décadas del siglo XIX
tenso brillo metálico de su pequeño núcleo, la oscuridad ~incidió con los ataques contra la trata de esclavos
que la cerca por todos lados; mas, cuando ese período de y los proyectos para su gradual emancipación; enton-
combustión acaba, se ve que la parte luminosa era un pun- ces eran aproximadamente dos millones o dos terce-
to insignificante comparada con la masa opaca, desierta y vas partes de la población. Los primeros intentos
sin vida del sistema todo. para la diversificación a través de los proyectos in-
dustriales fracasaron casi inmediatamente; Brasil ca-
JOAQUJM NA.BUCO, O Abolicionismo, 1882 , recia de obreros calificados, de tecnología, de servi-
cios de transporte y, por razones obvias, de una de-
El Brasil del siglo xrx proporciona un clásico ejem- manda sostenida. Es más, por el tratado comercial
plo de cómo una herencia colonial de agricultura de de 1810, que en realidad era "un instrumento crea-
146 EL SIGLO XIX BASES ECONÓMI CAS 147
d~r de privilegios", Inglaterra conservó el papel do- ayuda en gran escala . de armadores, capitane~ y tri-
mmante en la economía brasileña que anteriormente . pulaciones norte~enca nos, .a pesar. ~e. la mten~a
había ejercido a través de su satélite económico, Por- presión en contrano del gobierno bntamco a traves
tugal. Las telas de algodón y los productos de hierro de su marina. Como un estudio de la política de los
y acero ingleses entraron al Brasil, minando cual- grupos de presión, el mantenimiento de la trata . de
quier posibilidad de tal sustitución de importacio- esclavos africana por la élite de plantadores brasile-
nes, pese a la favorable dotación de recursos de ese ños contra la más importante potencia mundial de
país sudamericano. la época merece un cuidadoso análisis. Una medi-
Lo que conservó y amplió la forma brasileña de da de su efectividad es el frío registro estadístico de
vida fue el. desarrollo de una nueva mercancía para una más elevada tasa de importación .anual de escla-
la. ex~ortación, el café. La tierra y las condiciones vos africanos en la década de 1840 que para cual-
climáticas eran favorables; la proximidad a los puer- quier otra década anterior ~n la ~ist~ria brasileña.
tos redujo el factor de costos de transporte a lomo Tan sólo la inexorable pres1ón bntámca desarrolla-
de mula, y la demanda externa demostró ser elásti- da por la diplomacia de los barcos de guerra forzó ~1
ca, en particular en Estados Unidos. En el lapso ele gobierno brasileño a ceder en 1850 y a poner en VI-
tres décadas, la movilización de los factores de la tie- gor regulaciones contra el tráfico. .
rra y la mano de obra permitieron que las exporta- Casi pasaron otros cuarenta años antes de la defi-
ciones de café constituyeran el 40 por ciento del to- nitiva abolición de la esclavitud en el Brasil (1888),
tal del valor de las exportaciones. La influencia polí- bastante después que la institución hubo desapareci-
tica d~ los plan tadores de café llevó a la rápida do en otros lugares de América. Varios (actores oca-
formación de fundos cafetaleros sobre tierras vírge- sionaron su desaparición definitiva. La abolición del
nes ~o_n. la mano de. obra esclava disponible. Los gas- tráfico africano concentró a los esclavos en las lucra-
tos IniCiales de cap1tal en equipos primitivos fueron tivas regiones productoras de café en el Brasil sud-
mínimos. El mayor impedimento a la producción central, donde los precios de los esclavos eran más
sostenida y ampliada, empero, fue la fuerza de tra- elevados que en el norte productor de azúcar. Hacia
bajo, y, en la herencia colonial socioeconómica del la década de 1880, empero, la productividad de las
Brasil, ~a única fuente de fuerza de trabajo disponi- antiguas regiones cafetaleras de Río de Janeiro y el
ble radicaba en la trata de esclavos africana. sur de Minas descendió debido a una fuerza de tra-
Hasta cerca de 1800, los requerimentos de fuerza bajo envejecida y en contracción y debido al agota-
de trabajo brasileños habían traído aproximadamente miento de Ja tierra. Simultáneamente, el desarrollo
a 2:25 millones d~ negros desde las costas oriental y del extraordinariamente lucrativo ferrocarril de Sao
occidental del Afnca negra. En los siguientes 50 años, Paulo, construido y operado por los ingleses, permi-
para .abastecer a los fundos azucareros del nordeste y tió a los plantadores paulistas ampliar el cultivo del
espeCialmente a los fundos cafetaleros en expansión café a regiones vírgenes reduciendo los costos de
cercanos a Río de Janeiro, se importaron 1.35 millo- transporte. Además, de mediados de siglo en ade-
nes más de negros, aproximadamente el 38 por cien- lante los plantadores paulistas habían experimenta-
to de todos los esclavos importados entre 1600 y 1850. do con la importación de inmigrantes europeos para
I?e hecho, más de 370 000 fueron importados en la úl- remplazar a Jos esclavos. Hacia 1888 casi el 70 por
uma década del tráfi co de esclavos, 1840-50, con la ciento de todos los inmigrantes que entraban al Bra-
l'
-- ·· ·- - --~
148 EL SIGLO XIX BASES ECONÓMICAS 149
sil se desparramaban en la región de Sao Paulo. En Lo que no pudieron los ejércitos to ha podido entre tan·
su mayoría italianos de origen, seguidos por portu- to el capital jnglés. Hoy dfa nuestro pafs es tributario de
gueses, la mayoría de estos inmigrantes comenzaron Inglaterra... El oro que los capitalistas ingleses sacan del
país, o que se llevan en forma de producto, no nos apro-
sus carreras ocupacionales como aparceros en las ~echa más, sin embargo, que .. . aprovechan a los irlande·
plantaciones cafetaleras. Por último, intensas deser- ·'~ las rentas que los señores ingleses sacan de Irlanda.
ciones de esclavos en Sao Paulo obligaron a un re- .. .
~

nuente gobierno a promulgar la abolición, sin gue- JUAN B. JUSTO, 1896


rra civil pero no sin confrontación ni violencia.
Las consecuencias de la abolición en el Brasil, _Paralelos a la expansión del sector exportador de
como en Estados Unidos, fueron los males gemelos .América Latina hubo modificaciones -más aparen-
de aparcería y tenencia, conforme los indigentes li- ies que reales- en las pautas comerciales coloniales.
bertos regresaban a su antiguas moradas o buscaban 'El sistema ibérico de comercio y navegación cayó
nuevos patrones. Los antiguos esclavistas, a su vez, :ton 1~ explosión del conflicto a partir de 181 O, y el
abandonaron la monarquía a cambio de la república Ji>gro de la independencia llevó a cabo una de las di-
de 1889. Así, como lo ha señalado acerbamente un ~fundidas aspiraciones de las últimas décadas bajo el
historiador brasileño, la fundación de la república ,colonialismo ibérico, el comercio libre o directo, es
'decir, la libertad comercial. Los principales puertos
brasileña en 1889 fue tan sólo la transición de café con
:.de las ex colonias en el golfo de México y a lo largo
esclavos a café con mano de obra libre. La fuerza de
de las costas de los océanos Atlántico del sur y Pací-
trabajo inmigrante hizo posible la extraordinaria ex- ~ fico recibieron ahora a los buques directamente des-
pansión del cultivo del café en Sao Paulo hasta la de los centros económicos del Atlántico norte. Pues-
crisis de 1929 y la preservación de la economía de to que los derechos aduaneros que elevaban aprecia-
exportación del Brasil. .. blemente el costo de las importaciones siguieron sien-
, do la mayor fuente de ingresos de los gobiernos ex
. coloniales, el volumen de contrabando, en particular
.. de mercancías inglesas, siguió siendo elevado. Las fir-
OCHO mas comerciales inglesas pronto predominaron en los
puertos hispanoamericanos y brasileños, puesto que
Nuestras producciones naturales, los frutos de .nuestra agri- los gobiernos restauracionistas franceses se rehusa-
cultura, la abundancia de ganados de nuestras provincias ban a reconocer la independencia de las colonias
septentrionales y, sobre todo, los ricos productos de nues- americanas de España. Hay razón para creer que los
tras minas, son los verdaderos objetos del cambio por los franceses esperaban que la eventual reconquista es-
tejidos e hilados de la Inglaterra, con quien en este punto pañola de las colonias con el apoyo francés llevaría
nunca o muy tarde podremos competir... nunca debe in-
a la penetración comercial francesa sobre una base
tentarse forzar en el [arancel] la n aturaleza, pretendiendo
fomentar industrias que en el estado actual de cosas no privilegiada. El conservadurismo político de Fran-
pueden florecer, con perjuicio de aquellos ramos que nos cia había de ser costoso para los fabricantes y expor-
brindan con riquezas que es muy fácil lograr. tadores franceses. H acia la década de 1830, empero,
1 las firmas francesas, norteamericanas y suizas apare-
11 El Sol [México], 1824. cieron en América Latina. Como bloque, los comer-
llil
·'
150 EL SIGLO XIX BASES ECONÓMICAS 151
ciantes extranjeros representaban lo que las recién li- ensanchado pero -como en el pasado colonial- los
beradas élites criollas consideraban culturas superiO- extranjeros dominaban eficazmente la oferta y el pre-
r~s y más_ esclarecidas; dieron a los criollos, por largo cio de importaciones y exportaciones y los flujos de
tiempo aislados, un efecto de demostración en su es-. cambio.
tándar de vida, vestimenta, mobiliario, arte culina- Además, el comercio al menudeo, urbano y rural,
rio, y en todo el estilo de vida. La rica literatura de permaneció en manos españolas o portuguesas debi-
los viajeros de principios del siglo XIX da fe del sen- do a la ventaja del lenguaje, un superior conoci-
timien~o de superioridad mezclado con simpatía del tniento de las pautas de distribución domésticas y
extranJero frente a las extrañas tradiciones, costum- una mayor disposición a aceptar los rigores de la vi-
bres, instituciones y actitudes de las recién liberadas da en el interior. Los mayoristas no ibéricos vendían
naciones latinoamericanas. En la premura de los crio- a intermediarios peninsulares, que, a su vez, abaste-
llos para imitar las formas externas del modo de vida cían a los minoristas de las ciudades, los agentes co-
de los nuevos comerciantes se descubre un sentimien- misionistas o factores de los hacendados y a los ven-
to de retraso e inferioridad; la deferencia otorgada dedores ambulantes y tenderos del interior. En este
antes a los peninsulares fue transferida a otros euro- sentido, los españoles y los portugueses conservaron
peos y a los norteamericanos. la infraestructura heredada de las pocas coloniales.
En un aspecto, empero, no se materializó uno de Un pequeño número de acaudalados comerciantes
los temores de los comerciantes oligopolistas españo- peninsulares conservó las antiguas pautas de re-
les y portugueses durante las últimas décadas colo- clutamiento. Desde la península llegaron jóvenes,
niaJe~. Los comerci~ntes ingleses, franceses y norte- con frecuencia sobrinos, a aprender su oficio en Amé-
amencanos no pudieron dominar por completo las rica, a "hacer la América" como siempre lo habían
economías latinoamericanas hasta el nivel del menu- hecho. Su aprendizaje constaba de largas horas de
deo. En cambio, en el mayoreo se desarrolló una di- trabajo desde la salida del sol hasta la noche, la cer-
l, f
visión o especialización de acuerdo con el origen de cana supervisión del patrón, la discreción en las ope-
las importaciones y permitió a los peninsulares com- raciones, el aplazamiento del consumo. El patrón
partir el. comercio exterior con los recién llegados. guardaba los salarios para invertirlos en la firma y,
Los . ~enmsulares fueron reducidos a sus productos a menos que un dependiente se uniese por matrimo-
t~adlClonales de especialidades vinícolas y alimenti- nio a la familia del patrón, recibía los salarios atra-
Cias;_ los franceses se concentraron en los productos sados y su interés en una fecha especificada y se le
destm.ados al _consumo de Io_s grupos de altos ingre- ayudaba a establecer su propia firma.
sos, vmos y hcores, telas, cnstalería, joyería y mue- La pauta de un largo aprendizaje fue conservada
bles. Predeciblemente, los ingleses controlaron la par- sobre todo debido a que la recompensa por el servi-
te del león de las importaciones de equipos de hie- c:io dedicado podía ser grande. En el siglo XIX el co-
rro y acero, ferretería y especialmente telas de algo- •. merciante latinoamericano alcanzó un stat us mayor
dón y lana. A diferencia de los franceses, los ingleses aún que en la época colonial. En parte por su rique-
se concentraron en las ventas de las mercancías de za, sus frecuentes préstamos a gobiernos insolventes,
consumo relativamente masivo, recalcando la calidad su influencia política y su cercana asociación con la
uniforme y los precios bajos. H acia mediados de si- élite terrateniente, surgió como una figura altamen-
glo, el círculo de importadores a gran escala se había te prestigiada de la sociedad. Los comerciantes ex-

1
152 EL SIGLO XIX
BASES ECONÓMICAS 153
tranjeros mantenían un particular prestigio debido
diante el desarrollo de los recursos no utilizados o
¡(~! a que sus gobiernos con frecuencia protestaban enér-
mal aprovechados en el interior mediante la conS-
,:¡•1 gicamente cuando sus intereses eran afectados por la
¡ •¡r1 política gubernamental; nadie con más prestigio que
los comerciantes ingleses residentes en las principales
. trucción de ferrocarriles.
Hacia finales de siglo, cuando los puertos y las
i ¡· 11
ciudades de América Latina.
ciudades capitales de América Latina se convirtieron
en ejes comerciales, financieros y de distribuc!ón para
,, Después de esto es obvio que los que se beneficia-
el interior en desarrollo, los mgleses ampliaron su
ron más en el siglo xvm del colonialismo europeo
1 papel en las economí~s naci?nales de ~a región pro-
en el Nuevo Mundo fueron los comerciantes, fabri-
l i 1~~~~ cantes, banqueros y navieros ingleses. Su gran cosecha
porcionando el conseJO técmco, el equ1po, el mante-
nimiento y, sobre todo, el capital de inversión para
, 111, vino en el siglo XIX, cuando disfrutaron de una po-
la urbanización: para obras portuarias, muelles,
·; sición dominante en el comercio de la región. El
1 álumbrado público, sistemas de drenaje y de agua y
atraso de capital y tecnología de las metrópolis ibé-
transporte urbano. Los ~ngleses ~abía? ~ido e~ fa~tor
1 l rjl ricas abrió el camino a los empresarios ingleses. Sus
principal en la destrucción del. Impenah_smo I.bé~Jco;
',ji ~~~~ telas y ferretería se vendían a precios más bajos que
.Obre sus ruinas erigieron el mformal 1mpenahsmo
1~\~
~ los de sus competidores; sus recursos de capital faci-
del libre comercio y la inversión.
litaron las operaciones a largo plazo, incluyendo el
1,~~
1 '¡
1 pago de altos derechos aduanales; extendieron eré-
! ditos a comerciantes latinoamericanos a la mitad de
las tasas de interés de sus competidores; sus buques
11 suministraban más del 50 por ciento del volumen de
1, ~ las importaciones; Londres era el centro financiero
1
~ '• que se encargaba de los pagos internacionales a los
1 ,nl~l'{,~
1
exportadores de Francia, Alemania y Estados Unidos
que, a su vez, vendían a América Latina.
1 Después de mediados de siglo la influencia econó-
1 l1~ mica inglesa creció enormemente en América Latina.
1,~· Las inversiones inglesas crecieron a una rápida tasa
y se desparramaban en ferrocarriles, servicios públicos
urbanos y títulos gubernamentales. Reduciendo los
1: costos de transporte mediante la construcción de fe-
1.¡1, rrocarriles en México, Argentina y Brasil, los ingle-
ses estimularon su propia industria de bienes de ca-

1l
~;¡ pita! y las posibilidades de exportación de las plan-
taciones, haciendas y minas latinoamericanas. En
1
.~
j~
~~
! efecto, uno sospecha que para la década de 1840 los
comerciantes ingleses reconocieron que se habían al-
canzado los límites de la demanda latinoamericana
y que el problema era incrementar las ventas me-

~L·~- .J

POLÍTICA Y SOCIEDAD 155
CAPÍTULO VJ desaten en debates públicos en fas asambleas consti-
POLtTICA Y SOCIEDAD tuyentes y la repartición pública de panfletos -estos
aspectos del proceso revolucionario atraen a los estu-
,diosos a recalcar la novedad de la era posrevolucio-
·naria, las llamadas rupturas.
· Antes del siglo xx, los grandes momentos de la his-
toria de América Latina son las décadas de la con-
quista a principios del siglo XVI y, casi tres siglos más
UNO
.tarde, los levantamientos que rompieron el molde co-
lonial e introdujeron la era de las historias "nacio-
Apt:nas terminada la revolución de independencia cuan- nales". Al estudiar la formación de estados soberanos
do naturalmentt>, por un efecto de las leyes de la sociedad,
despojados de las limitaciones y la subordinación
comenz? a abriJse paso la reacción del espíritu colonial y
de los mtereses que esa revolución había humillado. Los
imperial y capaces de acción independiente, los his-
capitanes que la habían servido nevaban ese espíritu en ,ti>riadores - lo cual c.s comprensible- tienden al prin-
su educación y en sus instintos. cipio a recalcar discontinuidades, innovaciones, cam-
bio. Por contraste con la superficial inmovilidad de
J. v. LASTARRIA, Recuerdos literarios, 1885 los años de la colonia, la diversidad del conflicto en
. Ja América Latina del siglo XIX sugiere que el molde
Pero es necesario decirlo, que a pesar de la exitosa revo- .colonial había sido efectivamente despedazado. Sin
lución cuyos inicios he visto, y que permite concebir tan .duda, el mero catálogo de las corrientes opuestas apo-
bellas esperanzas para el porvenir de los brasileños, no han ya esta opinión: el cisma entre liberales y conserva-
podido sobrevenir grandes cambios en el interior de su dores, clericalismo y anticlericalismo o, para usar una
país. Los elementos para una rápida reforma faltan en terminología diferente, ultramontanismo y galicanis-
países donde la población es tan escasa y la ignorancia si- mo, radicalismo filosófico y tradicionalismo, la asi-
gue siendo tan profunda. ~ milación del positivismo y el darwinismo social. Estos
materiales con frecuencia han sido incorporados por
1 ¡ A. DE SAINT·HILAIRE, Voyage dans les provinces de Río los historiadores en un marco de referencia cronoló-
'l de ]aneiro et de Minas Ceraes, alrededor de 1822. gico y temáúco: después de la independencia, una
~~ La revolución da a los historiadores el punto de re-
búsqueda por un principio de autoridad cuando la
1 antigua superestructura de obediencia a las metró-
ferencia más conveniente para medir el cambio a lo polis ibéricas y sus representantes coloniales se des-
largo del tiempo. La temporal destrucción de la es- plomó; después, el resurgimiento del conservaduris-
tabilidad social y del monopolio de la fuerza, el rem- ~.' mo, incorporado en las constituciones de los sistemas
plazo de un segmento de la élite por otro o de una ~. políticos centralistas; la ascendencia del liberalismo,
clase por otra, la participación de grandes grupos en ' ~:¡ minando las políticas borbónicas de la Restauración;
1~ ~iolencia urb~na o la guerra en el campo para pre- ' -~. y. por último, después de 1870, la decadencia de la
Cipitar el camb10, la creación de nuevos instrumen- , ·/t
~t· '
guerra interna y la aparente reconciliación de las
tos de gobierno y, sobre todo, la oportunidad para \' diferencias ideológicas liberal-conservadoras en una
' '.',
que los conflictos sociales y económicos latentes se ; .~ especie de compromiso.
~ . ,¿¡;
156 pOLÍTICA Y SOCIEDAD 157
EL SIGLO XIX

. Empero, de~tro de la diversidad de la experiencia con el fin de contener las tensiones sociales en los es-
htstónca del _stglo x~ se descubren grandes resabios tratos medio y bajo de la sociedad colonial. Dentro
d_e la herenc_t~ colomal, síntomas de su superviven- de la nueva constitución política republicana o, como
ct_a en. condtcwnes favorables: los amplios poderes en el Brasil, monarquía constitucional, tuvieron que
d1screcwnales ?tor~ados al jefe del ejecutivo sobre insertarse mecanismos aceptables para conservar una
l~s c~erpos legtslatiVo y judicial; los enclaves de pri- clase dirigente de criollos, para incorporar los poten-
vtlegw en forma de jurisdicciones eclesiástica y mili- cialmente explosivos grupos medios de blancos, mu-
t~r separad~s~ el "espíritu corporativo"; administra- latos, mestizos, castas y libertos y, por último, para
ClOnes mumctpales y regionales facultados co · · hacer políticamente pasiva la fuerza de trabajo de
d' 'ó n JUflS-
lCCl .n pero que de hecho sufrían de anemia políti- las economías agrarias de América Latina - los ame-
ca; nucleos de porfer regionales en forma de magna- rindios y negros analfabetos.
t~s loc~les que compartían la autoridad y el patroci- El sistema de contención política y social concer-
n~o, ahanza y parentesco, sumando clientes y depen- nía, en consecuencia, a dos grupos principales, el
dientes; los. cargos públicos usados como un medio mayor de los cuales era la fuerza de trabajo rural.
para repa~tr fondos públicos a los dependientes cer- Durante el período colonial los estratos superiores de
canos Y le~anos, asociada con el difundido soborno peninsulares y criollos invariablemente se unían ante
como. sustituto para la eficiencia administrativa; y las revueltas amerindias o negras, ya sea en forma de
esta l!sta no queda de ninguna manera completa Al explosivas revueltas campesinas o en destructivos mo-
estudtar las contradicciones entre la discontinuidad tines urbanos, los que periódicamente hacían exp!o-
en la. estr~ctura y el proceso políticos por un lado sión. Invariablemente, también, estas amenazas al or-
Y. las mevaables continuidades por el otro, el histo- den establecido -insurrecciones de esclavos, revueltas
na~or debe lue~o impugnar la validez de las guerras amerindias contra injusticias tales como el servicio
.1 ~e md:pendencJa como un punto de referencia vá- personal, el trabajo obligatorio, la pérdi~a de la p:o-
hdo.. St se parte de la hipótesis de que el componen- piedad comunal ante las usurpadoras hactendas, el m-
te cno_llo del grupo ibérico élite de la época colonial flexible pago de tributos- fueron reprimidas median-
c?nsohdó y dominó ei movimiento de independen. te la cruel aplicación de la fuerza, juicios sumarios
cta: entonces se pueden resolver las contradicciones. y públicos castigos de los dirigentes. En el siglo XIX
BaJO esta _lu~, el punto de referencia tan sólo indica se conservó la pauta de represión. El temor a las re-
que la pnnctpal aspiración de los criollos fue alcan- beliones llevó a los criollos que buscaban primero
~ada.: la sustitución del dominio y la conservación la autonomía, luego la independencia, a reducir los
tb~nca de 1~ herencia colonial de las estructuras po- llamamientos a los amerindios o negros siempre que
littcas y s~tales. ~ara sobrevivir, después de la in- fuera posible. Pero donde las vicisitudes de la lu-
d~pend:ncta los cnollo~ tuvieron que obligar el cam- cha por la independencia obligó a los criollos a ape-
bw soct~l, para prevenir que el movimiento de inde- lar en su desesperación a las clases inferiores -a
pendencta se convirtiese en una revolución continua prometer la final emancipación de los esclavos Y. a
Así, el p~oble~a principal al que se enfrentaba 1; los .amerindios la igualdad plena en la nueva socie-
~lase supenor cnolla en las primeras décadas de la . ·. dad- después las nuevas élites rápidamente reduje-
md~pendencia. ~ue la consolidación de las pautas co- ron y hasta eliminaron este compromiso de cambio.
lomales de ellttsrno político y estra tificación social
¡
1 En tales circunstancias, el arma criolla contra el
!
~.
158 EL SIGLO XIX POLÍTICA Y SOCIEDAD 159
señor metropolitano -el concepto dieciochesco de una ron en desesperanzadas revueltas. En México y Perú
gloriosa ci~ilización amerindia anterior a la conquis. intermitentes guerras criollo-indígenas continuaron a
ta en Méx1co y el Perú, compartido por los nacidos lo largo del siglo XIX. Aquí y en otras partes las masas
en América, sin importar sus antecedentes raciales- rurales buscaron reparación apoyando a los magna-
demostró ser un arma de dos filos. Legitimó tanto la tes loca!es, generalmente terratenientes -los caciques
b~squeda americana. por la igualdad y la aspiración o caudillos-, quienes prometían protección contra el
cnolla del monopolio del proceso político, ya que gobierno cemral a cambio de lealtad y fidelidad lo-
am~os. grupos compartían una identidad de lugar de cales. En todo caso, la participación política de los
nactmtento con los ahora distinguidos gobernantes de arnerindios fue reducida al mínimo.
la preconquista en el continente. En el siglo xx el La pacificación del segundo elemento de la fue:-
~ndigcnis~o de.mostró ser un poderoso lazo para for. za de trabajo en América Latina, el negro de la agn-
Jar el nac10nahsmo e incorporar los elementos indí. cultura de plantación, fue lograda quizá con mayor
gcnas aislados; pero en la década de 1820 parecía una rapidez. En Brasil, Cuba y Venezuela el temor al. con-
amenaza a la monopolización por parte del criollo tagio del ejemplo d~minicano o. haitian_o _de msu-
del poder político. rrección esclava y vwlento conflicto ant1cnollo era
La táctica criolla que siguió a la inherente prome. inevitable. Este temor combinado con la determina-
s~ de ig~~ldacl de ciudadanía en la nueva organiza. ción de mantener la trata de esclavos africana, a que
c1ón polittca, fue la de declarar ilegales donde fuera Inglaterra se oponía, explica en gran medida la leal-
posib:e los que se consideraban resabios del régimen tad de Cuba a España y la pacífica separación entre
colomal de enclaves de privilegio. Los indígenas po. Brasil y Portugal. En Venezuela, el prolonga~lo y v.io~
drían ahora dividir sus tierras comunalmente poseí- lento carácter de las guerras de independenCia obligo
das y disponer de ellas a voluntad; no tendrían im.
puestos. o cortes especiales; en teoría participarían
c~mo cllldad.anos con plenos derechos y responsabi.
.. a ambos contendientes a recurrir a los esclavos para
el reclutamiento militar; en el proceso se aflojaron

hdades políttcas. Ya no habría indígenas y no indí-


genas, únicamente ricos y pobres. Loables objetivos, 1
1
lf
;r.,
las cadenas de la esclavitud. Empero, entre 1821 y
1830 se adoptaron una variedad de mecanismos que
retrasaron la emancipación hasta 1854: los niño~ na-
pero para las comunidades indígenas esta igualdad cidos de madres esclavas después de 182 1 eran libres
amenazaba los mecanismos que los protegían contra pero finalmente se les obligaba a trabajar para sus
las maniobras de quienes estaban mejor preparados 1 amos hasta la edad de 25 años; otros esclavos serían
para el individualismo competitivo de una economía 1' manumisos a cambio de compensación, pero esta me-
y. c.onstitución liberales. Aquellos criados en la tra- 1' dida nunca fue adecuada; entretanto se dio a las au-
dtoón de las políticas de "enclave'' estaban mal pre- toridades locales amplios poderes para hacer valer
parados para la igualdad jurídica. Los amerindios las sanciones legales sobre el trabajo forzado.
que abandonaron sus comunidades fueron incorpo. En Cuba, la ingente entrada de esclavos de diver-
rados c?m.o trabajadores asalariados; por analfabetos sa procedencia africana de la décad~ de 1790 en ade-
o por strvtentes, fueron convenientemente despojados 1 lante introdujo una fuerza de trabaJO mal preparad.a
de sus derechos políticos por las nuevas constitucio. para una rebelión coordinada. A la vez, el manteni-
nes. Aquellos t¡ue permanecieron en sus comunida. miento del vínculo con la España imperial aseguró
des buscaron protección aislándose más o reacciona- la continuación de la trata de esclavos y de la escla-
160 EL SIGLO XIX POLÍTICA Y SOCIEDAD 161

vitud misma. Igualmente, la dependencia sobre el y castas en general y los blancos ·pobres. Los últimos
trabajo esclavo negro llevó a los dueños de planta- habían representado, en la época colonial, el princi-
ción brasileños a refugiarse en el sistema imperial pal componente de la libre inmigración, generalmen-
portugués. Luego, cuando la presión obligó al gobier- te como tenderos, artesanos o soldados. Después de
no portugués a abandonar el tráfico, Brasil recurrió 1810 esta corriente disminuyó bruscamente aunque
a la independencia en defensa de su acceso a la mano la inmigración se reasumió en los años que siguieron
de obra africana. No fue hasta 1850 cuando la monar- a. la independencia. Su color blanco, su oficio como
quía b rasileña cedió a la presión naval y diplomá- pequeños tenderos, artesanos, capataces de hacienda
tica inglesa para poner fin al tráfico. Además, la di- y oficiales comisionados o no comisionados, todos
fusa naturaleza de la esclavitud a lo largo del Bra- orientados al lucro, facilitó su absorción relativamen-
sil fortal eció el poder de los plantadores, quienes en te rápida por parte del liderazgo criollo.
la década de 1820 aplastaron las propuestas para fi- Empero, los mestizos, mulatos y castas no fueron
nalizar el tráfico y para instituir un programa de absorbidos tan fácilmente. Se ha señalado que a fi-
emancipación gradual. Las experiencias cubana y nales del siglo xvm sus destrezas y a veces sus ante-
brasileña sugieren que la persistencia de la esclavi- cedentes educativos creaban aspiraciones para lograr
tud, en Cuba, está asociada con el continuado colo- un status proporcionado a sus talentos y para destruir
nialismo español y, en el Brasil, con la perpetuación las barreras del color legitimadas y ejecutadas por el
del control centralizado bajo la monarquía. sistema colonial. Los libertos negros y los mulatos
A la vez la perpetuación de un agudo sistema de n acidos libres, los indígenas que abandonaban sus co-
dos clases en el campo y la omisión de resolver las munidades para "europeizarse" culturalmente, y los
tensiones sociales llevaron al pleno surgimiento de mestizos a la deriva -todos tendían a abandonar sus
un elemento político que había estado latente en el hogares y lazos rurales para buscar empleo y movi-
régimen colonial: el dirigente político rural, el ca:U- lidad en las ciudade~. Fueron atraídos por las pro-
dillo venezolano o el coronel brasileño con quien los clamas de los liberales criollos que subrayaban la so-
gobiernos centrales, republicanos o monárquicos, de- ciedad abierta, la participación política y los ideales
bían llegar a un acuerdo. Caudillo, cacique, coronel, democráticos. La participación activa en los movi-
estos importantes elementos de la América Latina ru- mientos de independencia como meros soldados, ofi-
ral del siglo xrx indican la persistencia, y el nuevo ciales, dirigentes guerrilleros, como paníletistas y pe-
vigor, de las pautas coloniales de control socioeconó- riodistas -en resumen como valiosos coparticipan-
mico y político. Para la mayoría de los latinoameri- tes- hizo difícil ignorar sus demandas en la década
canos rurales, estas figuras locales funcionaban como de 1820. Y con más razón puesto que, a diferencia de
el gobierno verdadero, legitimado por el sistema po- los peones indígenas o los esclavos negros, aceptaban
lítico, respetado por los gobiernos nacionales y sus los valores de la clase criolla: el individualismo, la
representantes locales en la burocracia judicial, ad- competencia, la acumulación de riquezas. Y su nú-
ministrativa y militar. mero creció más rápidamente que el de los peones
Los elementos políticos neocoloniales más poten. indígenas o los esclavos negros. A menos que pudie-
cialmente perturbadores que debían ser atraídos a ran ser incorporados, siempre existía la posibilidad
la nueva organización política de los criollos eran que ellos -quizá el grupo más enajenado del ancien
los grupos intersticiales coloniales: mestizos, mulatos régime, oscilando entre el rechazo y la absorción den-
162 EL SIGLO XIX POLÍTICA Y SOCIEDAD 163
tro de la orden de los criollos- podrían recurrir a grupo fue la punta de lanza de los insurgentes du-
las capas in feriores para destruir el sueño de los crio- rante la l ucha por la independencia y en las guerras
llos de consolidar el antiguo régimen con las meno- civiles durante las décadas posteriores a la indepen-
res posibles concesiones a las clases inferiores. dencia. Este grupo, a diferencia de los tradicionalis-
Éstos eran los elementos que los dirigentes crio- tas y los realistas, buscaría, en caso necesario, y en
llos que heredaron el movimiento de independencia efecto buscó, el apoyo de los grupos mestizo y mu-
tenían que sumar en una forma de gobierno estable lato para el logro de sus fines.
conforme intentaron crear correctas formas constitu- Del crisol de la independencia surgieron dos con-
cionales para conservar su liderazgo, para incorporar figuraciones políticas principales. Los conservadores
a los elementos más asimilables de las demás clases, que atrajeron a los antiguos tradicionalistas y realis-
para legislar, por así decirlo, las condiciones del pro- tas que ahora aceptaban la independencia, más aque-
greso político y económico, si no social. Al investigar llos insurgentes empeñados ahora en conservar las
el resultado y la importancia de sus esfuerzos sería antiguas estructuras económicas y sociales, y los li-
útil ahora delinear los principales grupos políticos berales que sumaban tanto radicales como modera-
del mundo ibérico antes y después de la i ndepen- dos de entre los antiguos realistas e insurgente&. So-
dencia de las colonias americanas, para señalar los bre estos grupos recayó la responsabilidad por la crea-
modelos políticos disponibles entonces y para sugerir ción de las naciones independientes. ¿Cuáles eran los
puntos de continuidad entre colonia y nación. modelos externos a elegir y adaptar a las nuevas cir-
Alrededor de 1820 existían en el mundo metropo- cunstancias?
litano y colonial ibérico tres grandes élites de varia- Dos grupos de modelos estaban disponibles a los
ble influencia política. En primer lugar, los tradicio- organizadores de las nuevas formas de gobierno en
nalistas -peninsulares en su mayoría- que buscaban América Latina después de 1824. En primer lugar
la seguridad aferrándose a las viejas instituciones y estaban la España prerrevolucionaria con su despo-
actitudes. Después, aquellos correctamente considera- tismo ilustrado, su eficiencia administrativa, su so-
dos sus aliados, que estaban igualmente dedicados a ciedad estratificada y sus enclaves privilegiados, e In-
la conservación de la sociedad tradicional y sus va- glaterra, donde la monarquía constitucional fund ía
lores, pero que reconocían que la tradición podía a la monarquía hereditaria y la representación polí-
conservarse sólo haciendo ciertos inevitables ajustes tica en cuerpos electos para los grupos o clases socio-
en la estructura de la sociedad y la política, modifi- económicos más influyentes. Inglaterra era económi-
cando las partes para mantener el todo. Éstos podían camente progresista y políticamente conservadora,
ser categorizados como realistas -con frecuencia mi- cualidades que le permitieron sobrevivir a la guerra
litares, altos burócratas o nobles- que veían el peli- con Francia sin reformas importantes. El segundo
gro de aislarse de la realidad europea y, más al caso, grupo, por contraste, representaba los productos de
americana. Había un tercer grupo, de mayor influen- circunstancias revolucionarias: Estados Unidos des-
cia en América, quizá, que en la península ibérica, pués de 1789 y Francia después de 1815. Estados U ni-
que constaba de ricos h acendados, mineros, comer- dos ofrecía un impresionante ejemplo de una región
ciantes, eclesiásticos y burócratas cuyo desarrollo ex colonial que forjó una estructura política combi-
pleno necesitaba cambios sociopolíticos mucho más nando las necesidades de unidad territorial y auto-
profundos que los que aceptarían los realistas. Este nomía regional, eligiendo cuerpos ejecutivos y legis-
164 EL SIGLO XIX POLÍTICA Y SOCIEDAD 165
lativos e incorporando dentro de una armazón repu- gional y nacional, participan~o ·en . empresas finan-
blicana a todos los residentes, ciudadanos y no ciu- cieras y comerciales, desempenando 1mportantes fun-
dadanos, hombres libres y esclavos. En cuanto a la ciones en el periodismo y la política. Muchos de es-
Francia de la restauración posterior. a 1815, tuvo gran tos grupos eran la punta de lanza del liberal~s~o,
influencia en el Brasil puesto que aceptó característi- confiando primero en que las .estructura~ pohucas
cas de la Revolución en los códigos napoleónicos e in- federales introdujeran los ~b10s, recur~tendo des-
tegró a la burguesía en un sistema social estratificado pués al autoritarismo repubhcano para 1mpone~los.
que recordaba el antiguo régimen, mientras que un A finales del siglo XIX, las incrementa~as oporturu~a­
fuerte monarca refrenaba a los cuerpos representativos des económicas permitieron su absorc1ón por la éhte
elegidos por un restringido electorado de propietarios. que antes habían atacado tan vehementeme?te Y. se
Cualquiera que fuera el grupo que las naciones convirtieron en autócratas liberales que racwnahza-
recién independizadas eligieran seguir, todas recha- ban la existencia de una aristocracia liberal . o ~l~se
zaron los modelos ibéricos de estructura política: el dirigente que aceptaba de todo corazón los pnnaptos
absolutismo de España y Portugal. Después de la in- del laisser-faire.
dependencia hubo en las mentes de la élite política Debe recordarse que, al principio de la ~ucha. por
latinoamericana una identificación demasiado íntima la independencia en América Latina, la éhte cn.olla
entre colonialismo y absolutismo, entre atraso y un como grupo prefería las instituciones. monárqu1~as,
gobierno no representativo. Además, la restauración a condición que se modif.icara la p~lít1ca económ1~a.
del absolutismo en España y Portugal llevó a la gue- La frecuencia con que dtversas regwnes de Aménca
rra civil en esos lugares, la aparición de una política Latina durante la lucha anticolonial coquetear?n con
pretoriana y la notable ausencia de una moderniza- la idea de la monarquía -creando aun regtme?es
ción efectiva. Para gran parte de la élite de la Amé- monárquicos posteriormente en México y Brasll-
rica Latina posterior a la independencia, los Pirineos lleva a la conclusión de que en la década de 1820 l.a
eran la frontera meridional de la Europa occidental élite criolla seguía prefiriendo la monarquía . constt-
modernizadora. tucional. Es bastante plausible proponer que Sl el go-
La opción ante la élite criolla en la década de bierno español hubiera aceptado en 1783 las reco-
1820 era, en consecuencia, entre monarquía constitu- mendaciones del realista borbón, Aranda, en el se~­
cional y republicanismo. Se silenciaron las implica- tido de que los Barbones españoles crearan en .Me-
ciones sociales de las luchas por la independencia y xico y Perú monarquías v~nculadas po~ lazos dmás-
no hubo problema para restringir drásticamente el ticos y pagos anuales de tnbuto a Espana, la mo~ar-
sufragio o, para el caso, para mantener la esclavitud 'a en América Latina durante el stglo XIX hub1era
qu¡ . .ó l' .
dentro de instituciones republicanas. Las repúblicas sida la forma predominante de orgamzac1 n po 1Uca.
no necesariamente son democracias. Por otro lado, la En efecto, la monarquía se intentó y cay~ dos veces
estructura constitucional tenía que permitir la par- en México, en 1822-23 y 1864-67; en Brasll, empero,
ticipación de los numéricamente pequeños pero :u- la presencia de la familia re?.l portuguesa. com? re-
- ticulados elementos burgueses y de clase media que fugiados después de 1807 facilitó la supemvenaa de
el crecimiento de la América Latina neocolonial re- la monarqufa hasta 1889.
quería. Se hicieron ·vitales para la economía latino- Aunque con frecuencia se contemplaba la monar-
americana del siglo XIX, llenando las burocracias re- quía en América Latina, la mayoría de las nuevas
166 EL SIGLO XIX POLÍTICA Y SOCIEDAD 167
naciones eligieron las estructuras republicanas. Los llevó a las regiones de los límites de las ciudades ca-
conflictos internos, sin embargo, no fueron resueltos pitales a apoyarlas en la lucha por la independencia.
al acordarse una república. Seguían existiendo p ro. No debe exagerarse la unidad de los liberales o,
blemas capitales: ¿qué tipo de república, federal para el caso, de los conservadores. Algunos liberales
(descentralizada) o unitaria (centralizada), presiden- (exaltados) deseaban promover rápidamente la con-
cial o parlamentaria, popular o elitista, democrática secución de la Utopía; otros (moderados), más cau.
o aristocrática, liberal o conservadora? L as brechas tos o quizá más realistas, indudablemente más gra-
representaban algo más que diferencias formales. En dualistas, compartían tales aspiraciones pero prefe-
un sentido muy real los conflictos sobre las estruc- rían decretar poco a poco la legislación reformista,
turas políticas reflejaron agudas diferencias sobre la es- en parte porque no estaban plenamente comprome-
tructura existente y futura de la sociedad, sobre el tidos con una sociedad democrática en el futuro cer-
acceso al poder y la distribución de éste, sobre el cur- cano y en parte porque temían empujar a la violen-
so del cambio económico. En juego estaba la cuestión cia a la oposición conservadora. Por su parte, los
de quién heredaría la revolución. Los liberales como conservadores no estaban todos comprometidos con
grupo intentaban creer en un estado secular, sin una la conservación de todo lo posible de las estructuras
Iglesia católica romana establecida y politizada; en coloniales a excepción de los amos españoles. Algu-
un electorado ampliado con mínimos requisitos para nos conservadores dieron la bienvenida al cambio
los votantes y elecciones directas más bien que indi- económico, aun la industrialización y el proletaria-
rectas; en sistemas educativos financiados por el Es- do, si bien sólo para absorber el creciente número de
tado; en la eliminación de los resabios de las insti- artesanos desocupados y sus familias. Otros conserva.
tuciones coloniales -las cortes militares y eclesiásti- dores abrazaron lógicamente el federalismo cuando
cas con amplia jurisdicción, el despliegue de títulos ya no poseían la mayoría en el congreso o cuando
y emblemas nobiliarios, los mayorazgos. Unos cuan. fracasaban en controlar el poder ejecutivo y en con-
tos liberales intentaron modelar su estructura políti- secuencia hallaron en la autonomía regional protec-
ca de acuerdo con lo que hallaron en la Constitución ción contra los liberales en el poder.
de Estados Unidos, en particular la descentralización Consideradas en conjunto, las estructuras políti-
(federalismo), que consideraban responsable del no- cas posteriores a la independencia, sean repúblicas li-
table progreso de ese país. Eran bastante conscientes beral-conservadoras o una monarquía como en el
de que la Constitución de Estados Unidos aglomera- Brasil, compartían elementos básicos hacia 1850:
ba emidades políticas que una vez habían gozado de fuertes ejecutivos con amplios poderes discrecionales
una gran autonomía bajo el régimen colonial, mien- tales como la facultad de declarar unilateralmeme
tras que en las repúblicas hispanoamericanas el fede- un Estado de sitio; gobiernos nacionales autorizados
ralismo o autonomía regional contradecía las estruc- para nombrar a los ejecutivos provinciales o estata-
turas imperiales. Lo esencial era que las estructuras les (llámenseles presidentes, gobernadores o inten-
políticas federativas prometían satisfacer las deman- dentes), y capaces de controlar las elecciones locales
das seccionales de autonomía en los asuntos econó- mediante amplios poderes policiacos y judiciales; y
micos, permitiendo a la región aumentar al máximo requisitos para votar que estipulaban un elevado in-
los recursos locales, humanos y naturales, para el be- greso y excluían a los asalariados rurales y urbanos,
neficio local. tste había sido un factor clave que a los sirvientes y, en algunos casos, a los empleados
168 EL SIGLO XIX POLÍTICA Y SOCIEDAD 169
del comercio. Ambos tipos de gobierno excluían sis- creado por todas partes estructuras de gobierno re-
temáticamente a los ciudadanos libres desposeídos y publicanas que por ningún motivo eran democrati- :.
pobres de la participación política mientras que las zantes, mucho menos democráticas. Eran repúblicas i;
elecciones indirectas igualmente filtraban a los ele- oligárquicas, a veces federalizadas en teoría pero de
mentos de la votación popular. Un cálculo generoso hecho centralizadas. Los descendientes de la élite
de la participación política de la población masculi- criolla de 1810 o de aquellos que habían sido absor-
na en todas las naciones latinoamericanas probable- bidos posteriormente por esa élite ocupaban puestos
mente se acercaría del 2 al 4 por ciento durante la clave en todos los sectores del gobierno: legislativo,
mayor parte del siglo XIX. El!_ Brasil, en 1881, de una judicial y ejecutivo, las fuerzas navales y, casi en la
población de cerca de 15 millones votaron alrededor misma medida, en el ejército. Estas élites, por una
de 142 000. A diferencia de Estados Unidos, Brasil feliz combinación de fuerza, constituciones sagazmen-
ni siquiera otorgaba a los esclavos un conteo parcial te escritas y la diestra asimilación de los más capaces
al determinar la representación regional en el par- de las capas inferiores, habían efectivamente descre-
lamento. Debe recordarse que la ausencia de escue- mado las revoluciones de independencia.
las primarias filtraba eficazmente al electorado man- La estabilidad subyacente de las instituciones bá-
teniendo bajas las tasas de alfabetización: hacia 1865 sicas de la América Latina del siglo XIX no contradi-
un niño de cada tres habitantes en algunos estados ce la observación de que la política en ese lugar era
de Estados Unidos estaba en la escuela primaria; en volátil, impredecible y destructora. Mejor dicho, tal l
la provincia de Búenos Aires, donde las oportunida- conflicto era expresión del faccionalismo entre la éli- \ 'X
des educativas eran superiores a las del resto de la ' te, un resultado de la herencia colonial de oligarquías \
República Argentina, la proporción era de uno a regionales e intereses familiares. Debemos compren- _)
veinticinco. der que.dadas la estructura de la sociedad, la natura-
Quizá el más notable cambio político en el si- leza de las paternalistas relaciones entre terratenien-
glo XIX fue la decadencia de la incidencia de revuel- tes y dependientes, y la estructura de la política, la
tas seccionales más o menos después de 1850. Se sos- violencia incluía a pequeños números de partici-
pecha que se debe menos a las estipulaciones consti- pantes en regiones locales mientras que la maquina-
tucionales que a la comprensión por parte de las éli- ria general del gobierno permanecia intacta. Ningún
tes seccionales de que el crecimiento económico sería ejemplo de violencia consumió tantas vidas, devastó.
desigual, que sólo ciertos sectores podían esperar be- una región tan grande y destruyó tanta propiedad
neficiarse en respuesta a la demanda externa, los flu- como la guerra civil en Estados Unidos hace un si"
jos de capital y tecnología y que correspondía a la glo. En las principales naciones latinoamericanas -e; .:
élite de las secciones atrasadas o en decadencia tras- Argentina, México, Brasil y Chile-, con pocas excep- ;
ladarse a las ciudades capitales donde las oportuni- dones, los jefes del ejecutivo cumplieron el t~rmino 1
dades en los negocios, la burocracia gubernamental y de sus cargos o los dejaron voluntariamente después ..
la política eran mayores. Allí se mezclaron con sus de 1850. En el siglo XIX, ninguna república latino>) ~
contrapartes en lo que ahora se conoce como conci- americana importante igualó el récord de Estados
¡f Iiación o compromiso. No es extraño, entonces, que U nidos en la incidencia de asesinatos presidenciales.
11 hacia .1890 o aproximadamente siete décadas después En resumen, en América Latina los legados coloni<f.:!\\
1
1 de la mdependencia las colonias ex ibéricas hubieran ' · les reforzados por factores internos y ·externos pro-\\\
170 ' EL SIGLO XIX . POLÍTICA Y SOCIEDAD 171
movieron el crecimiento económico sin apreciables - redes sociales patriarcales y amplias de riqueza,
cambios sociopolíticos durante el siglo XIX. Ésta era educación, poder y prestigio- establecieron ligas ma-
la situación alrededor de 1890 y no fue modificada, trimoniales entre ellas, produjeron hijos, los envia-
con la excepción de México, h asta la llegada de la ron al puñado de selectas escuelas secundarias de las
gran depresión en 1929. capitales nacionales, luego (en especial después de
1850) a alguna de las facultades nacionales de leyes,
medicina o ingeniería de la única universidad nacio-
nal, para que en última instancia hicieran carrera en
DOS el derecho y la política, las finanzas o la medicina,
o en empresas agrícolas o ganaderas, y los inscribían
La civilización aria está representada en el Brasil por una en los pocos clubes sociales selectos y conscientes del
flaca minoría de raza blanca a quien correspondió el en- color de la piel, y más o menos en este orden. Des-
cargo de defenderla, no sólo contra los actos antisociales pués los hijos contraían matrimonio con primos her-
-los crímenes- de sus propios representantes, sino tam- manos, segundos o terceros, que constituían práctica: ,
bién contra los actos antisociales de las razas inferiores, mente los únicos elementos de su grupo de iguale~ . ·•
sean éstos verdaderos crlmenes en el concepto de esas ra- y el ciclo de perpetuación y estratificación de la él;-
zas o sean, al contrario, manifestaciones del conflicto, de
te continuaba.
la lucha por la existencia entre la superior civilización de
La rigidez social y el exclusivismo dominaban,
la raza blanca y los esbozos de civilización de las razas con·
quistadas o sometidas. aunque no por completo. La élite sí daba cabida a
blancos selectos y capaces recién llegados, tal y como
NINA RODRIGUES, As TOfas humanas, 1894 lo .había hecho la élite colonial. Éstos se filtraban en
-~ los grupos terratenientes a través de los elementos
El, blanco [en México] es propietario; el indio, proletario. comerciales y financieros requeridos por una agricul-
El blanco es rico; el indio, pobre, miserable. Los descen- tura de exportación que se acrecentaba lentamente y
dientes de los españoles están al alcance de todos los cono- que extendía sus vínculos hacia las provincias in-
cimientos del siglo, y de todos los descubrimientos cientí- teriores y, cruzando el Atlántico, hacia los centros
ficos; el indio todo lo ignora. .. El blanco vive en las ciu- económicos de París, Londres y H amburgo. La aris-
dades en magnificas casas; el indio está aislado en los cam- tocracia terrateniente monopolizaba las filas de la
pos y su habitación son miserables chozas... hay dos pue- alta· burocracia, las profesiones legales y los órganos
blos diferentes en el mismo terreno; pero lo que es peor, ejecutivo, legislativo y judicial del gobierno. Cuando
dos pueblos hasta cierto punto enemigos. las capitales nacionales multiplicaron sus funciones
como centros administrativos, comerciales, financie-
F. PIMENTEL, alrededor de 1865. ros y de distribución, atrajeron del extranjero la pri-
1; La estabilidad social, ahora se ha hecho evidente, mera oleada de inmigrantes del siglo XIX, elementos
blancos, educados, con relaciones ultramarinas y des-
'' fue una característica principal de la historia de Amé- trezas de poca oferta local: comerciantes, médicos,
. rica Latina en el siglo XIX y siguió siéndolo hasta ingenieros, educadores.
, bien entrado el siglo xx. Durante décadas, después Los más numerosos eran los comerciantes. Sin du-
de la independencia, las pocas familias dominantes da, los comerciantes ibéricos habían predominado en-

- ·--- ..
172 EI.: SIGLO XIX POLÍTICA Y SOCIEDAD 173
tre los inmigrantes coloniales; a pesar de su acumu- una barrera altamente selectiva ál ingreso y al status.
lación de riqueza e influencia, los comerciantes colo- E n la mayoría de las naciones latinoamericanas, en-
niales no poseían, sin embargo, lo que la sociedad co- tonces como ahora, la forma más eficaz para asegu-
lonial juzgaba como la ocupación más prestigiosa. El rar la estratificación social rígida era la limitación
cumplimiento de una de las aspiraciones de la inde- de la educación primaria y, con pocas excepciones
pendencia, un ilimitado contacto comercial con el (Argentina, Chile), las asignaciones presupuestarias
mundo exterior, le dio al comerciante en la América eran reducidas al mínimo consecuente para mante-
Latina del siglo XIX ingreso pleno con sus propias ner la competencia de la élite política, social y eco-
condiciones, como alguien que desempeñaba un pa- nómica. Se necesita tan sólo contrastar la partida de
pel clave en las economías y sociedades en desarro- los gastos presupuestarios de las fuerzas armadas y la
llo. Además, a diferencia de los comerciantes colonia- de la educación primaria para comprender por qué
les que con frecuencia tenían una educación mínima las tensiones sociales en América Latina fueron con-
adquirida en la España o el Portugal subdesarrolla- sideradas durante mucho tiempo como asuntos de la
dos, los comerciantes del siglo xrx. representaban lo competencia de la policía o las fuerzas armadas na-
que parecían ser centros europeos avanzados, moder- cionales.
nos y "civilizados''; con su mediación, la tecnología Podría preguntars6o si el descuido de la educación
y civilización de "Occidente" entraron a América La- pública indica una falta de responsabilidad por par-
tina. Estos esenciales inmigrantes blancos de Francia, te de la élite neocolonial hacia las masas, una cegue-
Inglaterra, Suiza, Alemania e Italia demostraron ser ra conscientemente creada a las interrelaciones entre
tan elegibles y aceptables para las alianzas matrimo- el mejoramiento de todos los ciudadanos o habitantes
niales con las familias terratenientes criollas como los y la posibilidad de mejoramiento general para toda la
peninsulares en las épocas colonial y neocolonial. sociedad como un todo. Sin duda la naturaleza elitista
La élite también reclutó a unos cuantos miembros de la educación neocolonial era parte de la herencia
de un segundo segmento social, los blancos de bajos colonial, pero esto quizá sólo es cometer una cuestión
ingresos, médicos, abogados o militares. Eran el pro- de principio. El complejo sociopsicológico de las cla-
ducto de los pocos establecimientos educativos o es- ses superiores colonial · y neocolonial reflejaba la ac-
cuelas de adiestramiento fundados después de la in- titud de los señores superiores blancos o casi blancos
dependencia para proporcionar cuadros que antes se hacia la población dependiente, a la cual la termi-
hallaban en su mayoría, aunque no exclusivamente, nología legal colonial había llamado "gente sin ra-
en las metrópolis peninsulares. zón", para quienes la ley natural prescribía el status
La educación y los ingresos también allanaron el de inferiores. Los dependientes no eran ciudadanos
camino de la movilidad ascendente para los mestizos de primera de una nación. En la América Latina neo-
y mulatos adecuadamente "blanqueados", cuyo nú- colonial eran quasi tutelos que requerían direcciónJ .
mero era importante en ;todas partes de Iberoaméri- no educación. Además, los requerimientos tecnoló- 11
ca a fines del período colonial. La educación -como gicos de las economías de exportación no eran altos \
aun lo indica hoy el porcentaje de la población en en el siglo XIX; la alfabetización no era un requisito
edad escolar de la América Latina moderna- en ge- previo para el hombre con el azadón.
neral era un privilegio restringido, no un derecho Para los indígenas y la mayoría de los mestizos las
común. Era y es una medida de limitación social, desventajas socioeconómicas representaban grandes
·r 174 EL SIGLO XIX POLÍTICA Y SOCIEDAD 175
barreras a la movilidad. En la América Latina más menos en las regiones de las civilizaciones de la pre-
meridional los indígenas fueron literalmente elimi- conquista, aun llevaba en sus harapos la tenue au-
nados o absorbidos dentro de la fuerza de trabajo. reola de anterior grandeza. Hacia fines del siglo el
. .En otras regiones, la expansión de la agricultura y la nacionalismo indigenista reconoció al miserable hom-
ganadería reforzó el esfuerzo amerindio de conservar- bre marginal en que la conquista, el colonialismo y
se mediante su mecanismo de defensa colonial, su el neocolonialismo habían convertido a los anterior-
comunidad. Su contribución a la producción nacio- mente hábiles amerindios. Si ahora era sólo una ca-
nal más allá de la subsistencia fue mínima. El temor ricatura de su anterior dignidad, ahí estaban las ciu-
al hombre blanco y el mayor temor al "emisario" del dades construidas antes de la conquista, los impo-
hombre blanco -el mestizo biológico o cultural, el nentes edificios religiosos, los extraordinarios objetos
indígena que vestía, comía, se cotnportaba como un de la metalurgia del oro, del arte plumaria y textil
hombre blanco pero más peligroso porque funciona- . que los conquistadores ibéricos del siglo XVI orgullo-
ba como una especie de corredor cultural entre dos samente embarcaban hacia la metrópoli para forta-
mundos- les llevó a apuntalar los vínculos de la co- lecer sus relatos de proezas al derrotar a pueblos há-
munidad; cuando se les empujaba más allá de los lí- biles y organizados del continente americano y que
mites de una tolerancia casi ~finita, hacían erup- una vez evocaron la irrestricta admiración de Al-
ción en revueltas que, como en la era co!onial, eran brecht Dürer. Los objetos fueron exhibidos, o en la
cruelmente reprimidas. Crecientemente se aislaban propia patria o en los museos de Viena, Berlín y Pa-
del mundo del hombre blanco, visitados por unos rís, donde aun los aristócratas criollos latinoameri-
cuantos comerciantes, recibiendo sólo la atención oca- canos de viaje podían admirarlos. Las culturas de la
sional de un cura blanco. preconquista .proporcionaron un vínculo intelectual
Otras comunidades amerindias constituyeron alma- entre amos y dependientes: blancos y casi blancos por
cenes biológicos, por así decirlo, criando seres huma- una parte y amerindios y mestizos por la otra, pese
nos que habían de ser drenados para satisfacer la de- al hecho de que la brecha entre campo y ciudad, en-
manda de trabajo de crecientes economías de expor- tre comunidades amerindias y núcleos cosmopolitas
tación. A veces, después de revueltas campesinas, sim- se ampliaba rápidamente después de 1880. Esto pue-
p!emente se les reacomodaba en masa, como cuando de sugerir por qué México, por ejemplo, tuvo un in-
los indios yaqui mexicanos fueron trasladados a las dio zapoteca de pura sangre -Benito Juárez- y un
distantes plantaciones henequeneras de Yucatán. De palmario aunque con frecuencia empolvado mestizo,
mayor importancia fue la difusión de la vacuna con- Porfirio Díaz, como respetados presidentes durante
tra la viruela como factor de su crecimiento demo- más o menos cuatro de las aproximadas cinco déca-
gráfico; conforme la población hacía presión sobre das entre 1857 y 1910. Como veremos, empero, esto
los escasos recursos, los jóvenes se iban a trabajar a no es subestimar el pesimismo racial dirigido hacia
la construcción de ferrocarriles, a las haciendas, a los el amerindio así como al negro a fines de siglo.
pueblos y, por último, a las grandes capitales donde La desventaja socioeconómica del negro era mu-
ingresaban al bajo mundo de la cultura de la po- cho mayor. La racionalización del tráfico de escla-
breza. vos y de la esclavitud en las plantaciones y las minas
El mundo del hombre blanco era efectivamente siguió vigente en la América Latina neocolonial: que
amplio y extraño, pero el indígena o el mestizo, al los traficantes y los dueños de esclavos lo habían res-
176 EL SIGLO XIX POLÍTICA Y SOCIEDAD 177
catado de la barbarie -el mito del pasado del negro. el Nuevo Mundo obstaculizando ·la corriente en la
Despojado de sn cultura, arrancado de su familia y América Latina neocolonial.
comunidad, privado de mujer o esposa, convertido en En el Brasil neocolonial, los prejuicios raciales di-
un "instrumento humano de trabajo", el negro lle- rigidos contra el negro y el mulato sobrevivieron,
vaba consigo, a todas partes de América, el estigma aunque en ocasiones eran diluidos por la fuerza de
de su historia, que supuestamente era una no-histo- las circunstancias. En las ciudades brasileñas o, para
ria en un sentido y la esclavitud en Otró. Empero, en el caso, cubanas, donde la masa del pueblo era negro
una de las curiosas contradicciones de la historia, el o mulato, el contacto con los inmigrantes de bajos
negro traído al Nuevo M un do como trabajador del ingresos de España y Portugal era frecuente. Los ob-
campo, como sirviente doméstico, como estibador de servadores franceses de la escena social brasileña gus-
las ciudades portuarias tropicales, como eliminador taban de referirse al "gout de la négresse" de los in-
de basura, ha impartido u na más fuerte impronta en migrantes portugueses de clases inferiores. Tales in-
muchas de las sociedades euroamericanas que el in- migrantes llegaban por lo general sin mujeres y sus
dígena. El negro, su cultura y sus reacciones a la es- únicos contactos femeninos eran mujeres negras o
clavitud afectaron profundamente no sólo al blanco. mulatas. Sin duda, apenas estaban roturando nuevas
Más aún, el contacto íntimo hizo inevitable la mez- tierras sociales pues en el Brasil colonial, así como en
cla de razas, proyectando en consecuencia la heren- las Antillas del siglo xvm) los cínicos habían obser-
cia africana y el trauma de la esclavitud a sucesivas vado que la vida era un "paraíso" para las mulatas.
generaciones de americanos. Esto difícilmente era un punto de vista feminista
La ascensión del mulato, pese al estigma de la es- pero sí reflejaba una especie de realidad. Ahora bien,
clavitud, se había iniciado ya en los tiempos colonia- el conflicto interracial fue reducido al mínimo en
les. Muchos alcanzaron fama en las guerras de inde- el Brasil neocolonial sólo porque la demanda de ma-
pendencia, al igual que como doctores, abogados y no de obra urbana era tan grande que no se des-
miembros de los congresos constituyentes de los años arrolló el conflicto racial respecto a las oportunida-
subsecuentes. Su movilidad ascendente continuó en des de trabajo. A la larga, los blancos pobres tuvie-
el siglo XIX. En cierto sentido, en el Brasil neocolo- ron más éxito en alcanzar ingresos, status y esposas
nial este proceso fue sólo la ampliación y profundi- elegibles en una sociedad individualista, competitiva
zación de una herencia colonial que aceptaba al mu- y consciente del color de la piel.
lato por su talento, y porque la economía y sociedad Entre los estratos superiores de la sociedad brasi-
coloniales requerían de dicho talento. La sociedad leña consciente de la raza también hubo factores que
co~onial lo aceptó como al mestizo, en parte porque mitigaron el estigma anexo a la negritud. Tal era el
las barreras legales de color mantenían el flujo as- control de la élite sobre la propiedad, la riqueza, los
cendente dentro de proporciones tolerables o asimi- ingresos y la educación que no importaba mucho la
lables; en teoría, la destrucción de las barreras racia- incorporación de la progenie mulata de los hombres
les legales debiera haber acelerado el proceso de la de clase superior; el ascenso de las gentes de color no
integración del negro y del mulata. Pero las barreras significaba una amenaza. Con pocas excepciones, las
de prejuicio que los blancos europeos habían fomen- familias terratenientes esclavistas aceptaban a los pro-
tado para limi tar el flujo ascendente de hombres de ductos de los galanteos masculinos. Eran tolerados
<"Olor, en especial de negros y mulatos, continuó en como dependientes inferiores al servicio de la fami-
178 EL SIGLO XIX POLÍTICA Y SOCIEDAD 179
lia. Y cuando las familias de los plantadores emigra- tiles del problema racial brasileño. Con esto sólo se
ban de las aisladas haciendas y --pueblos del interior sugiere que, aceptando la realidad social, la élite ab-
a las pocas grandes ciudades capitales de la costa, las sorbió a los mulatos y mestizos ascendentes por co-
acompañaban los dependientes de color, algunos para opción -otra práctica colonial.
seguir al servicio de la familia y otras para aceptar La coopción avanzó lentamente en el siglo xvm,
1
empleo en los hogares urbanos o como artesanos, pe- parece haberse acelerado un poco durante las déca-
queños comerciantes y porteros encargados del man- das de la independencia y posteriores para recom-
tenimiento de edificios públicos. Los vínculos que pensar a los elementos de las masas amerindias y ne-
1/
ataban a los libertos y a los benévolas ex amos so- gras que se distinguieron en el servicio militar y des-
brevivieron y, de hecho, eran cultivados como una acelerado efectivamente en el último cuarto de siglo,
1
forma de seguridad social. Además, cuando los hom- conforme la intacta herencia colonial del racismo
1 bres mulatos lograban distinguirse en las leyes, la in- asumió una forma virulenta cuando era apuntalada
i geniería y el comercio y eran lo bastante "claros"
como para ser adecuados cónyuges de las hijas blan-
por la racionalización "científica" y en algunas re.
giones por la llegada anual de cientos de miles de eu-
cas o casi blancas de clase superior, el proceso de ropeos subdesarrollados y tradicionales pero conve-
aclaramiento con frecuencia era tan rápido que, en nientemente blancos.
el lapso de tres generaciones era difícil para el igno- Tres factores interrelacionados ayudan a explicar
rante observador reconocer que fulano de tal tenía lo el florecimiento del racismo o, precisando más, del
que los brasileños con conocimiento de causa llama- pesimismo racial a fines del siglo XIX. En primer lu-
ban y aún llaman "un pie en la cocina" -un ante- gar, la élite latinoamericana percibió que se estaba
pasado negro. Los brasileños lo describen sucinta- ampliando la brecha entre el rendimiento económi-
mente: "El dinero blanquea". co de sus países y el de los gigantes industriales de
El proceso de movilidad social ascendente del mes- Europa occidental y Norteamérica. El número de la-
tizo y del mulato en la América Latina del siglo XIX tinoamericanos de clase superior enviados a Europa
no debe recalcarse con exageración. Se le toleraba a estudiar o simplemente a viajar creció a fines de
porque era irreversible, porque pocos entre la clase siglo en proporciones nunca alcanzadas durante el
superior preveían la "corrientización" masiva de la régimen ibérico; a su regreso a las ciudades capita-
éiite nacional, porque controlaban los empleos de les o a las-propiedades familiares del interior la bre-
status superior y porque los estratos de color inferio- cha entre civilización y retraso era tanto perturba-
res de la sociedad latinoamericana no planteaban la dora como inolvidable. El buque de vapor y el telé-
amenaza de revolución desde abajo, una vasta insu- grafo aumentaron el flujo de la información, tecno-
rrección al estilo haitiano. En el Brasil, los blancos lógica, económica, literaria, de los centros progresis-
adoptaron un papel prominente -de hecho, predo- tas y modernizantes de la cuenca del Atlántico Nor-
minante- como abolicionistas; un vigoroso abolicio- te; los diarios y las publicaciones periódicas europeas,
nista mulato, Patrocinio, se convirtió en un ardiente recibidos con regularidad, hallaron su camino hacia
defensor de la monarquía después que la princesa el interior así como hacia las ciudades capitales lati-
regente firmó el acta de emancipación de 1888; el noamericanas y servían como un constante recorda-
·sobresaliente novelista brasileño del siglo XIX, el mu- torio de la superioridad de los pueblos blancos res-
lato Machado de Assis, dejó sólo los reflejos más su- pecto de los pueblos en efervescencia de cambio.
180 EL SIGLO XIX POLÍTICA Y SOCIEDAD 181

Al buscar las causas del atraso, la élite latinoame- ticipar en el mundo del hombre · blanco a fines del
ricana señaló con precisión el segundo factor del siglo xrx y la incapacidad de los negros de competir
racismo, la "apatía, indolencia e imprevisión" de las con los inmigrantes blancos en algunas regiones, aun
masas. Al catalogar las deficiencias de los amerindios, en el empleo rural, llevó a la élite a revisar la pre-
los negros y sus mezclas (entre sí, y con los blancos), misa de que era factible desarrollarse con tal fuerza
juzgó que las razas trasmiten características cultura- de trabajo. No impugnaron la naturaleza explotado-
les específicas de generación en generación y que el ra del sistema en que habría de integrarse a los in-
atraso o subdesarrollo latinoamericano era inevitable feriores; su renuencia, apatía, irresponsabilidad y su
debido a la composición de su población. La dota- insensibilidad al desafío para el cambio sólo podía
ción de recursos humanos era inadecuada. Distingui- atribuirse, pensaba la élite, a características innatas,
dos eruditos europeos (¿o quizá la designación co- a deficiencias congénitas, psíquicas e intelectuales.
rrecta es "vulgarizadores"?) de la segunda mitad del Así que la élite continuó la herencia colonial de dis-
siglo racionalizaron la irresistible penetración de los criminación racial, sólo que ahora estaba apuntala-
modos de vida europeo y norteamericano. Puesto da por la sociología del capitalismo y del imperialis-
que el dinamismo, la innovación y la previsión ca- mo, por una estructura de las etapas de la evolu-
racterizaban a los blancos en la propia nación y en ción propuestas por Comte -teocrática, metafísica,
la irrupción imperialista en Africa, Asia y en el con- positivista- mezclada con el darwinismo social pro-
tinente norteamericano, una multitud de europeos, puesto por Spencer para explicar la supervivencia del
incluyendo a Gobineau y Le Bon, Spencer y Huxley, más blanco. En un sentido, el incipiente universalis-
y muchas luminarias menos conocidas, dedujeron mo del siglo xvm fue remplazado por los conceptos
que el hombre universal propagado por los liberales de heterogeneidad y jerarquía del hombre de fines
del siglo xvm era un mito, que de hecho existía una del XIX. Para la élite latinoamericana del último
jerarquía de razas y que los blancos o arios con-sti- cuarto de ese siglo, el único camino hacia el progreso
tuían el estrato dominante y los amerindios, asiáticos era sólo sustituir la mano de obra local mediante in-
y africanos el estrato subordinado. Los inferiores no migraciones en masa o, en caso de no poder atraerla,
podían oponerse a los blancos en la "lucha por la esperar que un largo proceso de "aclaramiento" pu-
existencia social". Los europeos concedieron que la diera borrar las deficiencias raciales. La visión del
mezcla de razas entre blancos y casi blancos en mu- progreso mediante la inmigración iba aparejada con
chos casos producía progenie aceptable; por otra par- el prejuicio y el pesimismo racial, aunque unos cuan-
te, mientras mayor fuera el abismo racial, peores eran tos devotamente creían que una bien proyectada edu-
los resultados. Convencer a la élite blanca o casi blan- cación científica y técnica práctica podría modificar
ca de la validez científica de estas conclusiones no la incapacidad de las masas al cambio.
requería mayor esfuerzo. Los conceptos de jerarquía
social y la escala de inferioridad social, como hemos
visto, estaban profundamente arraigados en la he-
rencia colonial, remontándose al siglo xvr, cuando
los co!onialistas y sus defensores literarios citaban a
Aristóteles con respecto a la inferioridad natural.
La aparente renuencia de los amerindios para par-
EPILOGO

11
l
r.1
UNO
f
>
.. .hay dos cl:ues de unión; la una de amistad y confrater·
nidad, la otra de dependencia y subordinación.

PADRE TALAMANTES, 1808

De un siglo a esta parte nuestras economías han estado vin-


culadas a la economfa internacional y el 50 por ciento de
nuestra población aún está estancada en condiciones preca·
pitalistas...

RAÚL PREBISCH, Hacia una nueva dinámica para el des·


arrollo latinoamericano, 1965.

Negarse a la anexión no es prueba de renuenci;, al control.

J . CALLACHER y R. ROBINSON, The lmperia/ism of Free


Trade, 1955

Al concluir una síntesis de la evolución de América


Latina hasta fines del siglo xrx, que recalca la perma-
nencia de ciertas instituciones, valores y actitudes so-
bre un largo período, es pertinente hacer la siguiente
pregunta: ¿Es el marco neocolonial como un instru-
mento de análisis aplicable al desarrollo latinoame-
ricano en el siglo xx, especialmente a partir de 19SO
o desde el fin de la segunda guerra mundial? Más
• concretamente, los fenómenos del siglo xx -rápido
crecimiento demográfico, industrialización y urbani-
zación, extensión del control gubernamental, expan-
sión de la burocracia y (sin pretender enumerarlos
todos) función de las corporaciones supranacionales
184 EPÍLOGO EPÍLOGO 185
en la economía y forma de gobierno nacional- ¿son mente continuo con el pasado": El abandono por
indicadores de cambio cualitativo que hagan obsole- parte de los historiadores del marco de referencia
ta toda referencia a la supervivencia del neocolonia- analítico del consenso a cambio del de conflicto, vio-
lismo? Ya que ha habido cambios en este siglo, ¿pue- lencia y opresión para comprender el pasado de la
de suponerse lógicamente que han sido lo bastante nación puede ser interpretado como el reconocimien-
t¡ profundos como para justificar un marco de referen-
cia analítico notablemente distinto?
to de que Estados Unidos tampoco ha escapado a los
problemas sin solución del pasado que acosan al pre-
1, El que los historiadores subrayen más la continui- sente.
dad que el cambio no debe sorprender a nadie. Por En forma comparable, los latinoamericanos vuel-
Íl otra parte, las publicaciones de economistas, espe-
cialistas de la política, antropólogos y sociólogos que
ven a estudiar su presente y a investig-ar su pasado
sólo para concluir que los acontecimientos de los úl-
estudian la realidad latinoamericana y concluyen en timos setenta años, y más atrás aun, han perpetuado
muchos casos que lo que esa región del mundo necesi- las estructuras neocoloniales que impiden más bien
ta es cambio "estructural", sugieren que el neocolo- que facilitan el cambio. Esto, en todo caso, es el mar-
nialismo como instrumento analítico sigue siendo efec- co de referencia de los estructuralistas conforme es-
tivo. Nadie duda que ha habido cambios, pero lama- tudian el patrón de cambio latinoamericano desde
yoría de los análisis reconocen que, por lo menos en los alrededores de 1890.
regiones atrasadas, subdesarrolladas o dependientes, la
herencia del pasado ha conformado y está conforman-
do la actual pobreza generalizada en ellas.
En una región universalmente considerada como DOS
muy desarrollada -Estados Unidos- se acepta que
su herencia ha determinado su actual superioridad Hace ochenta años la ideología del desarrollo en
de desarrollo, su papel como la actual potencia mun-
América Latina favorecía la expansión de economías
dial dominante. Pero hay otros elementos en esa he-
orientadas a la exportación, ante el supuesto de que
rencia que pueden rastrearse hasta los tiempos colo-
la producción y exportación de materias primas y
niales que - como la esclavitud y la irrestricta bús-
queda de lucro- han promovido el odio racial y el alimenticias serviría como el elemento dinámico que
cenegal de las metrópolis de Estados U nidos. La tra- habría de elevar el ingreso per cápita, así como faci-
dición de crecimiento urbano que compartimentó y litar la eliminación del analfabetismo, la expansión
separó los barrios bajos de las residencias lujosas para de la educación superior y la absorción de la tecno-
amortiguar la inquietud social produce hoy la deses- logía y que inevitaQlemente llevaría al forjamiento
peración del ghetto e ineficaces acciQJles gubernamen- de sociedades y economías modernas tales como las
tales. Así, la herencia de la defensa del derecho a la que los latinoamericanos vieron aparecer en Ingla-
propiedad privada y una mínima acción estatal en terra, Francia, Alemania y Estados U nidos, las na-
defensa del interés público parece haber incapacita- ciones-Estado "centrale~" del mundo. La relativa es-
do a Estados Unidos para afrontar las crecientes pre- tabilidad política y el cambio económico a partir de
siones de una moderna o más bien ultramoderna so- 1850 parecían confirmar esta ideología. De hecho, el
oiedad y economía, haciendo el presente "depresiva- fundamento de la ideología parecía ser sólida con-
186 EPÍLOGO EPÍLOGO 187
forme creció el volumen y valor del comercio exte- tal. La magnitud de la depresión que hizo que se
rior de América Latina y conforme aparecieron puer- desplomara el nivel internacional de precios de las
tos, ferrocarriles y comunicaciones y surgió una bur- exportaciones latinoamericanas, y que, en consecuen-
guesía nacional en unos cuantos países. Para la ma- cia, significó una amenaza al ingreso nacional y los
yoría de las élites latinoamericanas las esperanzas de niveles de empleo, obligó a un renuente análisis del
aquellos que habían recomendado tal pa,trón de des- papel del gobierno en las economías nacionales. Las
arrollo en las décadas intermedias del siglo XIX pa- agencias gubernamentales intervinieron en el merca-
recían en camino de realización. Aceptaron el cam- do para comprar la producción agrícola, ganadera y
bio evolutivo que evitaba tanto los peligros del so- minera, para regular las exportaciones o vender los
cialismo como la tradición colonial de intervención excedentes, para supervisar el volumen y composi-
gubernamental ineficaz y otorgadora de privilegios y ción de las importaciones y para controlar el nivel y
que prometía el desarrollo con las fuerzas del mer- los tipos de cambio. Para facm•ar el abasto de bie-
cado como principal determinante limitando al mí- nes de consumo que ya no pr :;:¡p obtenerse a tr::.ves
nimo el papel del gobierno. Unos cuantos estudiosos de productores extranjeros d._ ~ i.do a déficit de cam_-
latinoamericanos y la experiencia de la Revolución bio, los gobiernos ayudaron directa e indirectamente
mexicana sugirieron que quizá las esperanzas esta- al mantenimiento y la expansión de unidades indus-
ban depositadas erróneamente en tal patrón de des- triales establecidas, financiaron la creación de nuevas
arrollo, que el futuro de América Latina no sería una unidades y proporcionaron todos los niveles solicita-
reproducción unilineal de lo que ocurrió en ciertas dos de protección en forma de aranceles y de con-
partes de Europa occidental y en Estados Unidos, troles sobre el intercambio y la exportación. Estas
que habían evolucionado de las primeras etapas de medidas de emergencia, continuadas durante los años
exportación de materias primas y alimenticias hasta de la guerra y de la posguerra, eran supuestamente
el desarrollo industrial. Pero la aparición de plantas parte del proceso de sustitución de importaciones, la
industriales en México, Brasil, Colombia, Argentina esperanza de la aceleración de América Latina en
y Chile desmentía estas dudas. Pocos tomaron nota la evolución unilineal hacia la industrialización ple-
del hecho de que el consumo europeo de víveres y na, la independencia económica y el cambio social.
algunas materias primas latinoamericanas declinó en De hecho, las medidas eran respuestas ad hoc a las
la década de los veinte respecto a los niveles de pre- presiones no coordinadas, unas por parte de los sec-
guerra, conforme se estimuló la producción europea tores tradicionales y otras por parte de los nuevos
de alimentos para reducir las importaciones. sectores de la economía.
La gran depresión y la segunda guerra mundial Cierto número de factores yacían tras el nuevo op-
obligaron a América Latina a examinar no só!o su timismo al finalizar la segunda guerra mundial. De
papel como una economía periférica ante las nacio- 1930 a 1945, la reducción temporal en la capacidad
nes industriales de la cuenca del Atlántico norte, de importar bienes de consumo acabados proporcio-
sino también su fe en pautas de cambio económico nó un mercado interior para las manufacturas naci0-
sin recurso a los procedimientos revolucionarios em- nales; factores adicionales fueron la protección aran-
prendidos en la Unión Soviética, una región atrasa- celaria y el crecimiento demográfico. La reconstruc-
da considerada antes -como América Latina- peri- ción europea de posguerra y las exigencias de la gue-
férica a la economía del corazón de Europa occiden- rra de Corea dieron alas a la creencia de que no era
188 EPÍLOGO EPÍLOGO 189
insostenible esperar que las ganancias del comercio da el socialismo en ese país como la base ideológica
internacional proporcionarían fondos para financiar para la consecución de la autonomía política y eco-
.proyectos durante mucho tiempo retrasados de des~ nómica, produjo ondas de autoexamen por toda
arrollo industrial y, mediante la mecanización, ele~ América Latina. Es igualrqente innegable que el so-
var la productividad agrícola. El receso de la influen~ cialismo cubano indujo a la formulación de una al-
cía económica inglesa después de 1945 llevó a algu~ ternativa neocapitalista al socialismo como una sali-
nos a concluir que la larga lucha contra el "impe- da del laberinto latinoamericano de lento desarrollo
rialismo del libre comercio" y a favor de la sobera- -la Alianza para el Progreso. Pero la Revolución cu-
nía económica pronto terminaría. ¿De qué otra for- bana y los efectos mínimos de la Alianza para el
ma podían interpretarse los resultados del naciona- Progreso, aunque crearon una ola de profundo pe-
lismo económico peronista y la expropiación por simismo acerca del futuro inmediato de la región,
México de las compañías petroleras extranjeras? Re- únicamente reforzaron los recelos evidentes al fina-
sumiendo, durante los primeros años de posguerra, lizar la guerra de Corea y que evolucionaron inde-
las cambiantes condiciones internacionales y naciona- pendientemente del fenómeno cubano.
les indicaban que América Latina, en un futuro pre- En primer lugar, la capacidad de las economías de
visib!e, alcanzaría un grado apreciable de autonomía exportación latinoamericanas para proporcionar un
económica creando a escala nacional una industria dinamismo sostenido al desarrollo nacional ha sido
de bienes de capital, desarrollando y procesando re- gravemente debilitada. Debido a una diversidad de
cursos locales de combustibles, reduciendo la inver- razones las condiciones de comercio, o lo que com-
sión extranjera y elevando las tasas locales de ahorro prarán en el extranjero las exportaciones latinoame-
e inversiones, estimulando la productividad no sólo ricanas, han sido desfavorables desde 1955 y algunos
en los tradicionales sectores de exportación sino tam- economistas aseguran que ésa ha sido la tendencia a
bién en la producción de víveres para consumo in- largo plazo de las exportaciones de la región. Los
terno. Tomados en bloque, estos desenvolvimientos compradores europeos de las exportaciones latino-
auguraban el logro de la autonomía económica, el americanas han recurrido a sus propias regiones ex
fin de la dependencia económica de la periferia so- coloniales o neocoloniales para procurarse esos pro.
bre el centro industrial. duetos; o han proporcionado incentivos para la pro-
Sin embargo, desde 1955 los acontecimientos en ducción nacional de víveres que antes se importa-
la sociedad y economía latinoamericanas han debili- ban, continuando una política iniciada en la década
tado la posición de aquellos que confiaban en el de los veinte; o su tecnología ha reducido las entra-
cambio a través de la evolución y han fortalecido la das de la materia prima importada para mantener
de los estructuralistas -aquellos que creen que el o incrementar las salidas. En algunas exportaciones
progreso en América Latina necesita de un cambio -el algodón crudo, por ejemplo-, los exportadores
radical en la política económica, en la repartición y latinoamericanos han tenido que competir con los
uso de los recursos, en la distribución del ingreso y norteamericanos en el mercado mundial. Debe obser•
en la naturaleza y funcionamiento del sistema polí- varse también que la lenta tasa de crecimiento demo-
tico. No hay dudas de que la Revolución cubana, en gráfico en las re'giones industriales de la cuenca del
una nación por mucho tiempo considerada como ar- Atlántico norte y la operación de la ley de Engel o
quetipo de una economía dependiente, y el giro ha- la elasticidad de bajo ingreso de demanda de ali-
190 EPÍLOGO EPÍLOGO 191
mentos, de acuerdo con la cual los gastos relativos en que la producción industrial ascendía más rápida-
alimentos como una proporción del ingreso total se mente que los empleos industriales, que la explosión
reduce a medida que crece el ingreso per cápita, tam- demográfica no podía ser absorbida por los sectores
bién han impedido la expansión de los productos agrícola, de servicios o industrial. Además, u na in-
primarios de exportación latinoamericana. Los pro- dustria muy protegida había fomentado el oligopolio
ductores y fletadores de exportaciones tradicionales y el monopolio y u na estructura de precios para bie-
han tenido la tergiversada satisfacción de hacer caso nes industriales cuya oferta pronto era superior a lo
de los consejos de los economistas de aumentar al que el mercado interno podía absorber. Y lo que es
máximo su comparativa ventaja en la producción de más inquietante aún, el establecimiento de una in-
materias primas y alimentos tan sólo para descubrir dustria básica eficiente y viable requería recursos de
que el volumen adicional no es compensado por un capital que superaban las capacidades públicas y pri-
incremento comparable en el ingreso y que las pers- vada.s y un mercado mayor que el que pudieran pro-
pectivas del crecimiento de la demanda de productos porciOnar los consumidores domésticos. Para este ato-
agrícolas primarios son pobres. lladero, de capacidad productiva mayor que la mag-
Por desalentador que haya sido el papel del tradi- n itud del mercado, algunos economistas recomenda-
cional sector de exportación de la economía latino- ron la integración del comercio regional, h asta ahora
americana, su impacto quizá ha sido menor que el infructuosa debido a intereses nacionales opuestos.
del actual atolladero de la industrialización en la Otros lo consideraron .como la trama sin costuras del
mayor parte de la región, una situación que algu no·s subdesarrollo.
observadores han descrito como "el fin de la indus- E.l pobre rendimiento tanto en el sector agrícola
trialización mediante la sustitución de importacio- como en el industrial podría, por sí sólo, tolerarse
nes". La industrialización, han sostenido muchos por sobre la base de que la actual coyuntura económica,
bastante tiempo, tendría efectos múltiples: reducción nacional e internacional, mejoraría a la larga. Lo q ue
de la presión sobre la balanza de pagos mediante la complica la situación y que, en efecto, crea un per-
producción interna de productos acabados que antes manente sentimiento de urgencia, sin embargo, es el
se importaban; la producción de bienes a precios in- hecho ineludible de una extraordinaria tasa de cre-
feriores que los de las manufacturas extranjeras, para cimiento demográfico que en la década de 1950 al-
abastecer el vasto mercado local de los subprivilegia- canzó un 2.7 por ciento al año. Las exigencias de una
dos; la creación de una siempre creciente demanda rápidamente creciente población de bajos ingresos y
de trabajo industrial, absorbiendo así en lucrativos ascendentes esperanzas no pueden descuidarse por
empleos las presiones de u n rápido crecimiento de- mucho tiempo, en particular cuando tanto las ma-
mográfico; y, finalmente, mediante un proceso de sas urbanas como las rurales se están politizando. In-
evolución industrial que conduzca a una amplia di- cluso la fuerza de trabajo rural con ingresos per cá-
versificación industrial, el establecimiento de una pita extremadamente bajos no puede ser mantenida
p lanta industrial de bienes de capital y bienes inter- en retrasadas condiciones de tecnología agrícola; en
medios que reduzca la dependencia sobre el corazón consecuencia, la producción interna de alimentos va
industrial. E.n cambio, hacia los sesenta, la naciones a la zaga de la demanda potencial, mientras que los
latinoamericanas, con la posible excepción de Méxi- inmigran tes rurales inundan ciudades con servicios
co (que una vez tuvo su revolución), descubrieron e' inadecuados. Los esfuerzos para absorber a la pobla-

d
192 EPÍLOGO EPÍLOGO 193
ción rural en la producción agrícola han sido obsta- ritario en sus empresas, aumentando los temores a la
culizados al dejarse de llevar a cabo planes muy dis- "norteamericanización".
cutidos de reforma agraria, los cuales, si son aproba- En última instancia las presiones socioeconómicas
dos por los cuerpos parlamentarios con la tenaz opo- deben ser resueltas a nivel nacional por cuerpos re-
sición de los latifundistas, son muy reducidos en sus presentativos o por una élite dictatorial. En América
alcances y escasamente llevados a la práctica. Ade- Latina los sistemas políticos han sido d iseñados y
más, los mtereses creados en los tradicionales secto- mantenidos desde hace tiempo para limitar las exi-
res de exportación no están dispuestos a que sea re- gencias populares. En muchas naciones, los elevados
ducido su poder económico. niveles de analfabetismo (entre 40 y 50 por ciento),
Quienes creen en la posibilidad de que la indus- las débiles organizaciones laborales campesinas y
trialización surgiría como una empresa verdadera- obreras, las bien organizadas y altamente influyen-
mente n acional financiada y administrada por el ca- tes asociaciones de terratenientes y de negocios, la am-
pital nacional y una burguesía n acional, han visto plia utilización de fondos políticos para influir en
enfriarse sus esperanzas. Un regresivo sistema impo- las votaciones y, finalmente, el recurso a la fuerza mi-
sitivo y las pautas de ahorro y consumo de una pe- litar para destruir los resultados de las elecciones
queñísima élite de elevados ingresos no han podido - todo ello ha concentrado el control político sobre
proporcionar inversiones proporcionadas a los reque- la toma de decisiones nacional en manos de una élite
rimientos de la industria moderna. Bajo tales circur.s- u oligarquía que se perpetúa a sí misma y cuyas de-
tancias, el capital extranjero, anteriormente limita- cisiones obedecen a intereses de clase precisamente
do, sobre todo, a los políticamente sensibles servicios definidos más bien que a consideraciones nacionales.
públicos y los tradicionales sectores de exportación, En América Latina, los gobiernos nacionales lo son
se ha trasladado a las empresas i ndustriales. Además, únicamente de nombre; de hecho, son el reflejo de
la importación de la tecnología industrial desarrolla- los más poderosos grupos económicos.
da en las principales naciones industriales debe ser Esta muy apretada vista general de las principales
remunerada en forma de p agos sobre las patentes y corrientes en la América Latina del siglo xx lleva a
la ayuda técnica proporcionada por las grandes em- la conclusión de que la región, como un bloque, no
presas supran acionales, ubicadas también en el cora- constituye una estructura social, económica y políti-
zón industrial del mu ndo. A su vez, los requerimien- camente muy distinta de la existente a fines del si-
tos de las inversiones y la tecnología más allá de las glo XI X. Más bien, puede describirse, con cierta pre-
posibilidades locales h~ abierto el camino para la en- cisión, como en tránsito por una fase de neocolonia-
trada de las grandes empresas, en su mayoría norte- lismo maduro. Por ende, los estructuralistas argu-
americanas, dentro del dominio de la industria na- mentan que el patrón supuesto de inevitable evolu-
cional, desplazando a la burguesía nacional y llevan- ción gradual, de una economía de subsistencia o ce-
do al control extranjero sobre la empresa industrial rrada hacia una economía industrial de amplia esca- -
nacional. Confrontado por la presión de los recursos la o abierta, según el modelo de Inglaterra, Alema-
de capital, tecnología y habilidades empresariales de nia, Estados Unidos y Japón, es ilusorio. Todas estas
las grandes empresas supranacionales, el núcleo cui- potencias industrialmente dominantes pasaron por
dadosamente educado de la burguesía nacional in- fases de imperialismo y de movilización de recursos,
dustrial y financiera les ha vendido un interés mayo- humanos y naturales, para la guerra, llámese agresi-
194 EPÍLOGO

va o defensiva, fases aún desconocidas en América FUENTES Y BlRLIOGRAF1A


Latina. Insisten en que no puede esperarse que nin-
guna economía y sociedad subdesarrollada llegue a
ser totalmente independiente y autónoma en sus de-
cisiones sobre aspectos vitales de política nacional, ya
que las duraderas estructuras neocoloniales desde la
independencia hace siglo y medio han afectado pro- Es necesaria una palabra acerca de los orígenes de los prin·
fundamente el proceso de cambio e impiden una cipales conceptos vertidos en las páginas precedentes antes
irrupción a escala amplia a la modernización. Lue- de indicar algunas de las fuentes que el lector común puede
go, concluyen que América Latina no ha escapado a consultar.
su herencia de colonialismo y neocolonialismo, que Esta síntesis es el resultado de dos fases de investigación
sigue siendo prisionera más que beneficiaria del le- y docencia, la primera dedicada a la historia económica y
gado del pasado, que los términos "tradicional", "co- social del Brasil en el siglo XIX y la segunda a la investiga-
ción sobre el más amplio problema del comercio español
lonial", "neocolonial" o "en desarrollo" de hecho son con sus colonias americanas. En el estudio del Brasil era
Jos mismos y que -como dijo Hans Singer en 1951- claro que la plantación , y la esclavitud eran consecuencia
"un país subdesarrollado es como una jirafa, difícil de la economía y sociedad de exportación de la Colonia y
de describir pero inmediatamente reconocible a sim- que el Brasil del siglo xx no escapó a esa herencia. De más
ple vista". importancia para aclarar las causas y desarrollo de la de·
pendencia ha sido la investigación, en archivos mexicanos,
españoles, franceses e ingleses, sobre el problema colonial
de España en América en el siglo xvm y los principios del
x1x. Los conceptos de dependencia esquematizados en esta
síntesis se derivan principalmente de material de archivos,
pues es en los manuscritos de los informes gubernamentales
sobre las metrópolis y las colonias donde se encuentran
francas discusiones sobre el atraso y subdesarrollo de Espa·
1ia frente a las principales potencias económicas europeas
de la época, Inglaterra y Francia, y del papel de las colo·
nias americanas en la economía metropolitana. Las fuen-
tes impresas - aun las obras de los llamados proyectistas o
analistas económicos de la España del siglo xvm- tienden
a hablar de dependencia en una forma más cautelosa. La
dependencia, sin embargo, es puesta de relieve cuando las
introspecciones derivadas del material manuscrito se apli-
can a las obras publicadas.
Bajo la misma luz, puede interpretarse que los arbitristas
del siglo xvn, tales como Sancho de Moneada y Manuel
Lyra, disertan sobre dependencia, estancamiento y atraso.
Debe recalcarse que las naciones económicamente desarro-
lladas tales como Inglaterra y Francia no le hicieron publi-
cidad a su papel dominame en las naciones ibéricas ni los
195
d
196 FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA 197
peninsulares desearon dar publicidad a su inferioridad. Por lla en detalle para Portugal en Fré'déric Mauro, Le Por-
tanto se preservó una comunidad del silencio sobre las es- tugal et l'Atlantique au xviie siecle, 1570-1670 (1960). Am·
tructuras de dependencia que vinculaban a las colonias de bas deben leerse teniendo como fondo Historia económica
las metrópolis ibéricas a Inglaterra y Francia, mantenidas de &paria (2a. ed., 1964) de Jaime Vicens Vives, quien há·
para beneficio mutuo y por diferentes razones. bilmente utiliza los estudios clásicos pioneros de las obras
Así como se va hacia atrás en el tiempo en busca de los Trade and Navigation between Spain and the 1ndies in
orígenes de las estructuras de dependencia ibérica e ibero- t/le Time of the Hapsburgs (1918) y American Treasure
americana, también puede seguirse su subsecuente proyec- and the Price Revolution in Spain, 1501-1650 (1934), de
ción. El optimismo neocolonial tendía a oscurecer la rea- Clarence Haring y Earl P. Hamilton, respectivamente.
lidad de la dependencia. En el siglo xx, algunos analistas Pierre y Huguette Chaunu han terminado el estudio más
han reanudado la búsqueda de las causas del retraso de completo de una época del comercio colonial, Séville et
América Latina y tienden a concentrarse sobre la persisten- l'Atlantique, 1504-1650 (1955-59). Sobre· la dominación ex-
cia de las estructuras de dependencia. De esta forma ha tranjera del sistema colonial español en su fase primera ver,
sido posible construir un marco de análisis para las amplias de Ruth Pike, Enterprise and Adventure. The Genoese in
tendencias de la historia latinoamericana de 1500 a 1900 y Seville and the Opening of the New World (1966); para
aun posteriormente. el siglo xv11, de Albt:rt Girard, Le commerce franfaÍS tl Sé·
Los títulos que siguen han sido seleccionados entre la in- ville et tl Cadix au temps des Habsbourgs (19~2) y, para
mensa bibliografía de material francés, inglés, español, por- fines del siglo XVII, de Erik W. Dahlgren, Les relations com·
tugués y alemán para sugerir el fundamento de la interpre- merciales et maritimes entre la France et les cótes de l'océan
tación del desarrollo de la dependencia de América Latina. Pacifique (1909). Para España en los siglos xv1 y xvn es·
La bibliografía es selectiva y sugerente. Se ha dado prefe- tán, de J ohn H. Elliot, Imperial Spain, 1169-1716 (196~);
rencia a las obras más recientes. En vista de la amplia y de John Lynch, Spain tmder the Habsburgs (1964) y los
creciente bibliografía sobre la historia social y económica volúmenes u y 111 de Historia económica y social de España
de la península ibérica e Iberoamérica, más tarde o más y América, editados por Jaime Vicens Vives (1957-59).
temprano el lector interesado deberá recurrir a los instru- Debe disfrutarse la clásica descripción de una economía y
mentos bibliográficos comprensivos para el público en ge· sociedad subdesarrollada durante la inflación en Pierre
neral y el especialista, el Handbook of Latín American Vilar, "Le temps de Quichotte", Europe (1956) y reimp~
Studies (193fi- ) , y Latín America. A Cuide to Historical so en su Crecimiento y desarrollo (1964) . Indispensable
Literature, editado por Charles C. Griffin, próximo a apare- para el desarrollo económico y social comparativo es el vo-
cer y Fuentes de la historia de España e Hispan~América lumen de C. Hill sobre Inglaterra, The Century of Revolu-
(1952), de Benito Sánchez Alonso. tion, 160)-1714 (1961).
Fundamentales para comprender las corrientes económi-
LA PENfNSULA IBÉRICA, 1500-1800 cas, sociales e intelectuales del siglo xvlll son el volumen
I V de Vicens Vives, editor, Historia económica; de Richard

En años recientes han aparecido obras comprensivas que Herr, Th e Eighteenth Century R evolution in Spain (1958) ;
tratan de las naciones peninsulares en el periodo colonial. de Jean Sarrailh, L'Espagne éclairée de la seconde moitii
Ellas constituyen algo más que lecturas "de fondo". En pri· du xviiie siecle (1954); y, de Robert J. Shafer, The Eco-
mer lugar, sin embargo, debe mencionarse la obra breve y nomic Societies in tlle Spanish World, 176)-1821 (1958).
altamente sugerente de José Larraz López, La época del Son indispensables una serie de artículos de J . Muñoz P~
mercantilismo en Castilla, 1500-1700 (2a. edición, 1943) que \
(
rez sobre el pensamiento económico español en ·los siglos
recalca la incapacidad de España para beneficiarse de la xvn y xvm, basados en una intensa investigación en archi·
expansión colonial entre 1500 y 1700. Este tema se desarro- vos y que indican la importancia de las c;>lonias america

d
198 FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA FUE NTES Y BIBLIOGRAFÍA 199
nas para la renovación española en el siglo XVIII: "La pu- tive Peoples of South America (1959), de Julian H. Ste·
blicación del reglamento de comercio libre de Indias de ward y Louis C. Faron. Una reseña crítica de la política
1778", Anuario de F.studios Americanos, IV (1947), 615-64; hispano-india se encuentra en John Rowe, "The Incas un-
"Los proyectos sobre España e Indias en el siglo xvm : el der Spanish Colonial Institutions", H ispanic American His-
proyectismo como género", Revista de Estudios Políticos, torical Review, xxxu (1957), 155-99.
núm. 81 (1955), 169-85; "El comercio de Indias bajo los La obra de Sherburne Cook y Woodrow Borah sobre la
Austrias y la crítica del proyectismo del xvm", Anuario de demograHa del México central hasta alrededor de 1650 e.s
Estudios Americanos, xm (1956), 1-83; "El comercio de In-
una importante contribución a la historia social del pe·
dias bajo Jos Austrias y los tratadistas españoles del siglo
riodo colonial. Sus hallazgos están en Iberoamericana,
xvu", R evista de Indias, xv11 (1957), 209·21.
núms 11 1, 115, 43, 44, 45, 50, Universidad de California en
Sobre la importancia general de las colonias ibéricas en
América para el comercio europeo, un factor muy poco re· Berkeley. Sus resultados deben compararse con Angel Ro-
calcado en el desarrollo económico del siglo xvm, de D. A. senblat, La población indígena y el mestiUJje en América
Fairnie, "Commercial Empire of the Atlantic, 1607-1783", (1954) y, del mismo autor, La población de América en
Economic History R roiew, xv (1962), 205-218; de H. E. S. 1492. Viejos y 11uroos cálculos (1967). Un estudio recien-
Fisher, "Anglo-Portuguese Trade, 1700.1 750", Economic te sobre los niveles de población a lo largo del tiempo
History Review, xvt (1963), 219-33; de Allan Christelow, está en H. F. Dobyns, ''Estimating American Population",
"Great Britain and thc T rades from Cadiz and Lisbon to Current Anthropology, vn (1966), 395-460.
Spanish America and Brazil, 1759·1783", Hispanic Ameri· Fran~ois Chevalier ha entrelazado pautas de coloniza-
can Historical Review, XXVII (1947), 2-29; de Gaston R am- ción, actividad económica y estructura social en Land and
bert, "La France et la politique commerciale de l'Espagne Society in Colon ial .Mexico. The Great Hacienda (1963);
au xVIne siccle", Revue d'Histoire Moderne et Contempo- de percepción comparable es la obra de James Lockhart,
raine, VI (1959), 269-88; y. de Kenneth Maxwell, "Pombal Span ish Pem, 1512-1560 (1968). Para el Brasil una pu·
and the NationaJization of the Luso-Brazilian Economy", blicación más general es Caio Prado, Jr., Evolución políti-
Hispanic American Historical Review, xLvm (1968), 608-31. ca del Brasil (1965), que debe complementarse con C.
R. Boxer, The Dutch in Brazil (1957) y Dauril Alden,
LAS COLOlSIAS I BEROAMERICAI\AS1 1500-1800 Royal Government in Colon ial Brazil (1968). En lo to-
cante a las relaciones raciales en el Brasil colonial, Mag-
Abarcando tanto los tiempos coloniales como los modernos, nus Morner ha explorado y admirablemente sintetizado
tenemos el clásico articulo de San[ord Mosk, "Latin Ame· la literatura en Race M ixture in the H istory of Latin
rica versus the United States", reimpreso por Lewis Hanke, America (1967).
editor, en Do the Americas Have a Common H istory? U n acervo de detalles fundamentales, reflexiva síntesis
(1964), 167-87. Hay materiales sobre cultura amerindia y los resultados de la erudición más recien te se encuen-
(para Mesoamérica) en Sons o{ the Shaking Earth (1959) tran en J ohn H. Parry, The Span ish Seaborne Empire
de Eric Wolf; (para México) The Attecs under Spanish (1966); en Charles Gibson, Spain in America (1966) y
Rule (1964) [Los attecas bajo el dominio español, Siglo Silvio Zavala, El mundo americano en la época colonial
XXI Editores, 1967] de Charles Gibson; (para Perú) "Inca (1968). El excelente ensayo bibliográfico de Gibson orien-
Culture at the T ime o( the Spanish Conquest", de John tará a los interesados hacia los instrumentos bibliográfi-
Rowe y "The Quechua in the Colonial World", de, George cos, fuentes y recientes publicaciones secundarias sobre las
Kubler, ambos en el volumen 11 de Handbook of the South instituciones pol!ticas y la economía y sociedad coloniales.
American lndians, compilado por Julian H. Steward
(1946). Un buen resumen también se encuentra en Na·

e
200 FUENTES Y BIBLIOGRAFfA FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA 201
AMÉRICA LATlNA NEOCOLONIAL: EL SIGLO XIX litics of Conformity in Latín America (1967); de James
Petras y Maurice Zeitlin, compiladores, Latín America.
Un número de publicaciones hacen resaltar los factores Reform or R evolution7 (1968); Albert Hirschman, com-
socioeconómicos en las guerras de independencia. Ejem· pilador, Latín American lssues: Essays and Comments
plos de la literatura polémica en- la época de las guerras (1961); Charles Wagley, compilador, Social Science Re-
son A. Flores Estrada, Examen imparcial de las disensio- search on Latín America (1964) y su pareja, Manuel Die-
nes de la América con España (1812) y William Walton, gues, Jr., y Bryce Wood, compiladores, Social Science in
An Exposé on the Dissensions of Spanish America (1914). Latin America (1967). Finalmente está el compacto estu-
Más recientemente han aparecido estimulantes tratamien- dio de Charles Griffin sobre América Latina a fines de
tos de estos factores en Charles C. Griffin, ''Economic and siglo en The New Cambridge Modern History, XI (1962),
Social Aspects oí the Era of Spanish-American lndepen- capítulo x1x, mientras que las dimensiones políticas e in-
dence", Hispanic American Historical Review, XXIX (1949), telectuales de los acontecimientos poscoloniales son cu-
170-87 y en los materiales seleccionados por Robin A. biertas por los participantes en W. W. Pierson, compila·
Humphreys y John Lynch, The Origins of the Latin Ame- dor, "The Pathology of Democracy in Latin America".
rican Revolutions, 1808-1826 (1965). La continuidad de American Poiitical Science Review, xuv (1950), 100-49 y
las instituciones coloniales en la América Latina posco- por Leopoldo Zea, Dos etapas del pensamiento en Hispa-
lonial se esquematiza sugerentemente en un simposio: noamérica (1963); Latin America: Social Structure and
Woodrow fiorah, Charles Gibson y Robert Potash, "Co- Política/ lnstitutions (1967) de Jacques Lambert es ex·
lonial lnstitutions and Contemporary Latín America", cepcionalmente rica en introspecc.ión.
Hispanic American Historical Review, XLlll (1963), 371-94.
Antes de examinar las literaturas nacionales sobre los
ARCENnNA
desenvolvimientos del siglo XIX, se aconseja al lector ojear
material recientemente publicado, orientado hacia la Amé-
ú tiles introducciones a la historia social y económica de
rica Latina contemporánea, y que recalca la continuidad
Argentina en el siglo XIX son Ysabel F. Rennie, The Ar-
de las estructuras de dependencia. Entre los que subrayan
gentina Repub/ic (1945) y el capítulo correspondiente en
los factores económicos se encuentra Sanford Mosk., "La-
Harry Bemstein, Modern and Contemporary Latin Ame-
tín America and the World Economy, 1850·1914", lnter- rica (1952). En Juan Álvarez, Estudio sobre las guerras
American Economic Affairs, u (1948), 5~82 y dos apor- civiles argentinas y el problema de Buenos Aires en la re-
taciones de Raúl Prebisch, The Economic Development of pública (3a. edición, 1936); Jacinto Oddone, El factor
Latín America and its Principal Problems y Hacia una económico en nuestras luchas civiles (1937) y el clásico
dinámica del desarrollo en la polltica latinoamericana análisis de Miron Burguin, Economic Aspects of Argen-
(1965). A éstos debe añadirse Albeno Baltra Cortés, Cre- tine Federalism, 1820-1852 (1946) discuten los grupos y
cimiento económico de América Latina: problemas fun· factores en los conflictos regionales, ahora conocidos como
damentales (3a. edición, 1961); Gustavo Beyhaut, Ralees guerras internas. Análisis sectoriales se encuentran en J a-
contemporáneas de .América Latina (1964) y, de Celso mes Scobie, Revolution on the Pampas: a Social History
Furtado, Subdesarrollo y estancamiento en América La- of Argentine Wheat, 1860-1910 (1964) y Horacio Giberti,
tina (1966) . Además, un número de volúmenes interdis· Historia económica de la ganadería argentina (1954). Un
ciplinarios escritos en colaboración han precisado los de- estudio más amplio del cambio económico aparece en Ro-
fectos de América Latina contemporánea y mientras lo heno Cortés Conde y Ezequiel Gallo, La forma ción de la
hacen sugieren sus ralees históricas. Entre muchos se en· Argentina modema (1967); H. S. Fems, Britain and Ar-
cuentran dos volúmenes compilados por Claudio Véliz, gentina in the Nineteenth Century (1960) y Raúl Scala-
Obstacl1ts to Change in Latín America (1965) y The Po- brini Ortiz, Política británica en el R lo d~ la Plata (1940) .
202 FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA
FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA 203
J orge .M. 1\byer en Alberdi y su tiempo (1963) examina
comprensivamente la vida y época de un hombre que re- Los factores económicos y sociales del atraso se estudian
conoció la interrelación de polltica y desarrollo económi- en su cont~xto político en los volúmenes sobre el siglo
co mientras que José L. Rom:!ro en Las ideas políticas en XI X de Sergto Buarque de H olanda, compilador, História

Argentina (1963) relaciona el cambio social con la ideo- geral.da civiliza~iio IJrasile ira (1960- ) y José María Bello,
logia política. ~ Hutory of Moder!' Brazil, 1889-1964 (1966) que con-
tiene más sobre el s1glo XI X que lo indicado en el ú tulo.
Los procesos políticos del neocolonialismo se describen en
BltASIL Victor Nunes Leal, Coronelismo, enxada e voto. O muni-
cipi.o e o regimc representativo no Brasil (1945), José H o·
Dos volúmenes proporcionan una introducción al cambio nono Rod ríguez, Conciliaf{io e reforma no Brasil: um de-
económico en el Brasil del siglo x1x: Caio Prado, Jr., His- safio histórico-wltural (1965) y Paula Beiguelman, For-
toria econümica do Brasil (8a. ed., 1963) y la obra más ma~iio política do Brasil (1967).
teóricamente orientada de Celso Furtado, Formación eco-
nómica del Brasil (1962). La presión imperialista y la in-
MÉXICO
fluencia de una sociedad moderna sobre una atrasada son
examinadas en A. K. Manchester, British Preeminence in
B_razil: lts Rise and Decline. A study in European Expan- En comparación con la mayoría de los países de América
swn (1933); Richard Graham, Rritain and the Onset of Latina, la historia económica y social del siglo XIX h a
Modernisation in Brazil, 1850-1914 (1968) y Gilberto Frey- atraído una considerable atención en México. Luis Villo-
re, Os ingleses no Brasil. Aspectos da influencia británica ro, en. La r.ev?l~ción de independencia. Ensayo de inter-
sobre a vida, a paisagem e a cultura do Brasil (1948) . pretaCión lustonca ( 1953), busca relacionar grupos de in-
. Los análisis ~ci ales así como socioeconómicos son espe- terés y _facciones políticas durante la revolución, al igual
Cialmente prommentes en los estudios sobre el Brasil y que .Lu1s Chávez Orozco, H istoria económica y social de
han pr~porcionado no poca introspección sobre el proce- MéxiCo. Ensayo de interpretación (1938) para el período
so medtante el cual ha sobrevivido el neocolonialismo. 1820-1840. Robert Potash explora el intento de crear una
Después de los estudios generales de Charles Wagley, A n industria textil y su limitado éxito en El banco de avío
lntroduction to Rrazil (1963) y Gilberto Freyre, Casa de Mé~ico. El fomento industrial, 1821-1841 (1959) y la
Grande e senzala (1963), el lector puede proceder a leer aportac.•ón de _Jan Bazant en La industria nacional y el
los estudios más especializados de las estructuras de escla- comerCIO extenor, 1842-1851 (1962) publicado por el Ban-
vitud y su legado en Stanley J. Stein, Vassouras, a Brazi- co Nacional de Comercio Exterior. J ean Bazant, "La des-
lian Coffee County, 1850-1900 (1957); Fernando H enri- amortización de los bienes corporativos de 1856", Histo-
que Cardoso. Capitalismo e escravidiio no Brasil meridio- ria Mexicana, xv1, 193-212 es una importante contribución
nal: o negro na sociedade escravocrata do Rio Grande do al estudio de la venta y distribución de los bienes de la
Sul (1962); Octavio Janni, As metamorfoses do escravo: Iglesia._ Las manife~t~ciones intelectuales y políticas d e la
apogeu e crise da escravidiio no Brasil meridional (1962), herenc1a del colomahsmo son examinadas en los tres vo-
y Emilia Viotti da Costa, Da senzala a col611ia (1966). lúmenes de El liberalismo mexicano (1957-61) de J esús
:'l·lar\'in H arris, en Patterns of Race in the Americas Reyes H eroles y, en forma más crítica, en Charles A. Hale,
(1964), disputa la tesis "humanitaria" de la esclavitud la- Mexican Liberalism in the Age of Mora, 1821-1851
tinoamericana y ofrece una explicación p ara la absorción (1968). El grado al cual el faccionalismo había destroza-
de los libertos negros. La absol'ción y adaptación de las do a !\léxico y abierto el ca.mino al imperialismo norte·
americano se estudia en la obra de Mariano Otero, Con-
corrientes ideológicas europeas se estudian en Joao Cruz
sideraciones sobre la situación política y social de la R e-
Cosra, -Contrilltlriio a histriria das idéias do Brazil (1956).
fníblica iHexicana en el año de 184.7 (1848).
204 FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA

El indio y el mestiw en el México ileocolonial es el


tema del ensayo de Moisés Conzález Navarro, "Institucio-
nes indlgenas en México independiente" en Instituto In-
digenista Nacional, Métodos y resultados de la polltica in-
digenista en México (1954); un anterior tratamiento del
mismo tema de cambio social y polftico, aunque en form.a
más extensa, es Los grandes problemas nacionales (1909),
de Andrés Molina Enríquez.
Estudios sobresalientes sobre la historia social y econó-
mica de México en la segunda mitad del siglo XJX y, par-
ticularmente, de la expansión de la hacienda y sus efectos
sobre la población rural se encuentran en los volúmenes
JI-IV y vn de la Historia moderna de México (1955- ),
editada por Daniel Cosío Villegas. Además, el lector deseará
repasar las secciones iniciales de The Mexican Agrarian
Revolution (1929) de Frank Tannenbaum y The Dilem-
ma of Mexico's Development: The R oles of the Public and
Private Sectors (196~) de Raymond Vernon. Para finali-
zar, la contraparte intelectual del desarrollo del laissez
{aire en el México neocolonial es tratado ampliamente en
Apogeo y decadencia del positivismo en México (1944)
de Leopoldo Zea.

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