Está en la página 1de 1

Reflexión del día:

En los tiempos de oscuridad es cuando realmente pisas tierra y ves con claridad la verdadera cara
de cada una de las personas que te rodean. Así como que tuvieras una máquina de rayos “x” y ves
a través de la piel de cada quien.

Si bien es cierto que todo lo que sube baja, sólo en los momentos en los que estás tocando el
suelo o fondo es cuando aprendes a valorar muchas cosas en la vida y te das cuenta de la
verdadera realidad alrededor de tu mundo. Te das cuenta si vivías en una mentira o si algo
alrededor de tu mundo realmente valía la pena o no. En esos momentos no todos tenemos la
capacidad ni la disposición de ayudar a esa persona; sin embargo para lo que sí se tiene la
disposición es para decir, hablar, opinar, criticar o dar el punto de vista “más adecuado” con
respecto a ese problema desde nuestra “óptica” o mejor dicho conveniencia.

Algo muy cierto es que sólo el que ha transitado por el mismo camino de espinas tiene la potestad
de decir, opinar y aconsejar sobre la situación, el resto sólo hablará por hablar… y eso lo aprendes
cuando ves a esas mismas personas que un día “hablaron” a su conveniencia en un momento
dado, caer en el mismo problema que tanto “criticaron”.

En la vida la mayoría de las personas cuando ven a su alrededor a alguien con “inconvenientes” o
problemas, se alejan porque simplemente les da fastidio lidiar con ese tipo de cosas, no quieren
“contaminarse” de eso que llaman negatividad o aplican el dicho de que dice: aléjate de las
personas con problemas y así hasta tu salud mejorará… posiblemente eso sea cierto pero lo que
no nos damos cuenta es que a veces la vida te pone en tu camino a alguien con algún tipo de
problema a ver de que eres capaz de hacer: si de tender tu mano, de entender o simplemente
hacerte la vista gorda. Luego por alguna extraña razón nos pasa exactamente lo mismo y es ahí
cuando de repente nos acordamos de esa persona que se cruzó en nuestro camino y simplemente
no la tomamos en cuenta o no tuvimos esa capacidad de entender sin juzgar, sin criticar. Pero así
es la vida, nos pone pruebas constantemente y por sobre todas las cosas mide nuestra capacidad
de humildad y nobleza ante una situación.

Es por eso que antes de hacer, hablar, opinar y/o criticar imagínate que en cualquier momento de
la vida el que puede tener el mismo problema eres tú, ya que es ahí donde puede aparecer aquello
tan famoso llamado: boomerang. El efecto boomerang dice: lo que hacemos y cómo lo hacemos,
vuelve como un boomerang hasta nosotros de la misma forma en que lo hemos hecho, sin
cambios, y además deja huella, inevitablemente. Algunas más profundas que otras, pero lo que
hacemos siempre le influye a alguien (incluidos nosotros mismos) y nuestras acciones llegan más
lejos de lo que sospechamos.

También podría gustarte