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El Chisme

Uno de los enemigos más grandes y destructivos dentro de la iglesia de Jesucristo es el


chisme y la murmuración.
Mucho cristianos caemos en este mal que procede del mismo infierno, este mensaje
confrontara mucho tu vida, así como confronto la mía. Nadie esta exento de caer en este
mal, “Pues todos caemos muchas veces. Si alguno no cae al hablar, ése es un hombre
perfecto, capaz de refrenar todo su cuerpo.” Santiago 3:2 (Biblia Jerusalén, NBJ)
Dios detesta el chisme y en la biblia hay grandes juicios y consecuencias al chisme, a
continuación estudiaremos a fondo lo que es el chisme y lo que este causa.

¿Qué es el chisme?
El chisme es contar información o noticia acerca de alguien con el objetivo de destruir o
dañar, ya se falsa o verdadera.
Tiene su raíz en el Hebreo raquíl = que critica, que viaja por todos lados /
calumniador, murmurador, chisme, chismear, chismoso.
El chisme es aquella información que viaja de oído a oído, viaja tan rápido como las
telecomunicaciones, el chisme tiene la característica que va aumentando el contenido de
la información a medida que pasa de boca a boca, el chisme destruye todo a su paso
dejando victimas, y muchas veces el daño que causa es irreparable (a menos que Jesús
sane el corazón de la persona herida)

“Lo mismo pasa con la lengua; es una parte muy pequeña del cuerpo, pero es capaz
hablar con arrogancia cosas que irritan. ¡Qué bosque tan grande puede quemarse por
causa de un pequeño fuego! Y la lengua es un fuego. Es un mundo de maldad puesto en
nuestro cuerpo, que contamina a toda la persona. Está encendida por el infierno
mismo, y a su vez hace arder todo el curso de la vida”. Santiago 3:5-6 (DHH)
La lengua es un miembro tan pequeño pero tan dañino que puede encender contienda,
puede irritar a las personas, puede dañar más que los golpes secos a mano limpia.

“pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser
refrenado, llena de veneno mortal. Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella
maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios. De una misma
boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.” Santiago
3:8-10
Nuestra lengua está cargada de veneno y nadie la puede domar, este miembro daña con
una facilidad y es uno de los factores por los cuales muchos cristianos pierden su
testimonio ante los incrédulos.

El Chisme en la congregación
“No andes difundiendo calumnias entre tu pueblo, ni expongas la vida de tu
prójimo con falsos testimonios. Yo soy el Señor.” Levítico 19:16
En las iglesias pequeñas es muy común tener problemas de este tipo ya que el chisme
pasa desde el pastor o los lideres hasta las ovejas, todos se dan cuenta de todo. No hay
confiabilidad en nadie. Todos caen en este mal, muchas veces la misma altivez de las
personas, los celos y sus deseos mezquinos de poder o autoridad eclesial los llevan a
criticar o murmurar a aquel que no piensa como ellos. Hay ocasiones en las cuales
incluso los pastores terminan hablando y murmurando de las ovejas, que en realidad
tienen un amor genuino por Dios y quieren hacer las cosas conforme a la palabra. Y hay
otras ocasiones que las ovejas hablan de sus líderes o pastores por pura inmadurez y
deseos de tener lo que Dios hace a través de los guías espirituales.

Satanás gana increíble cantidad de terreno cuando los hijos de Dios murmuran los unos
de los otros y se calumnian o difaman. Las personas que gustan de murmurar lo hacen
por diversas razones, para escalar posiciones, para tratar de verse como personas que
“realmente se preocupan por la Iglesia”, por envidia, para crear grupos que los apoyen
(necesitan sentirse influyentes).

El problema mayor de la murmuración es que comienza como “una crítica constructiva”


y termina en difamación y calumnias manchando reputaciones con la excusa de que solo
es para señalar “pecados” por el bienestar de la congregación. El problema es que estas
personas, que usualmente son “las más santas de la congregación” tienen una mente
pecaminosa y siempre ven el pecado en todo lo que hacen los demás, pero nunca ven el
de ellos mismos o el de las personas que le hacen el juego y le siguen la corriente.

Las 2 principales causas de chisme y murmuración dentro de las iglesias son:


1) Soberbia y altivez espiritual: se da muy común a causa del autoritarismo eclesial,
en el cual el pastorado o liderazgo se consideran en posiciones especiales acerca del
llamado que Dios les ha hecho, y se declaran autoridades incuestionables y comienzan a
criticar e incluso a difamar a aquellos que piensan distinto a ellos, que los cuestionan, o
que indagan demasiado en la escritura. En este caso se llega al extremo de que el
liderazgo ve a este tipo de oveja como competencia, lo ven como alguien que quiere
dividir el rebaño y comienzan a difamarlo con el resto del liderazgo, o comienzan a
murmurar de las intenciones del mismo.

2) Inmadurez de la grey: Este se da cuando las ovejas son inmaduras y tienen poco
conocimiento bíblico y no comprenden el porqué de la reprensión o disciplina y se
enojan contra el guía de Dios que la está corrigiendo para su crecimiento espiritual.
Estas ovejas comienzan a murmurar sobre el pastor y a difamar las intenciones del
mismo y comienzan a regar calumnias entre la congregación, volviéndose de esta
manera peligro y división para el rebaño, muchas veces este tipo de creyentes sino
cambian su comportamiento terminan “heridos” por el liderazgo y se van de las
congregaciones hablando mal del liderazgo.

¿Que provoca el chisme?


Desconfiabilidad: la persona chismosa se vuelve desconfiable ya que nunca puede
callar las cosas, todo lo cuenta, entonces la gente ya no quiere confiarle sus secretos o
sus intimidades, porque tardo o temprano todos sabrán las vergüenzas de la persona.
“La gente chismosa revela los secretos; el de espíritu leal es prudente.” Proverbios
11:13 (BA)

Enemistad: las palabras del chismoso parecen suaves y buenas, pero entran y
dañan hasta lo profundo del ser humano, causando enemistades. “Las palabras del
chismoso son como bocados suaves, y penetran hasta las entrañas.” Proverbios 18:8,
El chismoso va dejando una cadena de desastres y daños por doquiera que el va. Va
dejando gente herida, con odio, resentimientos, ira, depresivas, etc. “La lengua falsa
atormenta al que ha lastimado, Y la boca lisonjera hace resbalar.” Proverbios 26:28

Soledad: finalmente el chismoso se queda solo, ya nadie le confía las cosas, nadie lo
quiere tener cerca, ha provocado demasiado daño y se convierte en una persona toxica,
por cual contamina a cada persona que se le junta, por lo cual todos lo evitan. “El
hombre perverso levanta contienda, Y el chismoso aparta a los mejores amigos.”
Proverbios 16:28
El alma del chismoso no encuentra descanso cuando está en la soledad y es ahí donde
Dios trata duramente con él
“Anduvieron perdidos por el desierto, por la soledad sin camino, Sin hallar ciudad en
donde vivir. Hambrientos y sedientos, Su alma desfallecía en ellos.” Salmos 107:4-5

Características del chisme


Murmurar: sig. Hablar mal de alguien a sus espaldas, hablar entre dientes
manifestando disgusto o queja; Heb. dibbá=calumniar, desacreditar, hablar mal, mala
fama, infamia, oprobio (deshonra)

El murmurador desobedece a Dios y ese pecado no queda impune delante de un


Dios santo, todos los murmuradores son dignos de muerte y no solo quienes murmuran
sino quienes se complacen con ellos (véase Romanos 1:30, 32)
El murmurador contra piensa que murmura contra el siervo de Dios pero en realidad es
contra Dios mismo que murmura. “porque Jehová ha oído vuestras murmuraciones con
que habéis murmurado contra él; porque nosotros, ¿qué somos? Vuestras
murmuraciones no son contra nosotros, sino contra Jehová.” Éxodo 16:8b

Dios se airó con Israel porque murmuraban en contra de Dios diciendo que estaban
mejor en Egipto y Dios hizo que hubiera una gran mortandad a causa de tanta
murmuración, y toda una generación pereció en el desierto a causa de la mortandad y no
entraron en la tierra prometida sino solo sus hijos (véase Números 14:2-4, 21-27, 35)
María y Aarón murmuraron de Moisés y Dios se enojo con ellos y les puso lepra en
todo su cuerpo a causa de que hablaban en contra de moisés por haberse casado con una
mujer negrita, y moisés hablaba cara a cara con Dios y Dios salió en defensa de la honra
de moisés por ser su siervo escogido (véase Numero Cap. 12)

El murmurador siempre queda hablando mal, nunca está satisfecho con nada, todo lo
critica, nada le parece, siempre está en contra de todo, siempre mira lo malo antes que lo
bueno, en todo anda buscando los defectos, es perfeccionista y cuando las cosas no
salen como la espera, entonces murmura y critica. El murmurador suele mover más fácil
la lengua que los brazos (trabajar).

Calumnia: sig. Atribuir a alguien falsamente actos o intenciones deshonrosas con


malicia de palabras. Tiene 3 raíces: gr. diábolos=Satanás, el calumniador, el difamador
/ gr. blasfeméo=hablar mal, injuriar, decir mal, difamar / heb. dibbá= calumniar,
desacreditar, hablar mal, mala fama, infamia

Con la calumnia viene la necedad, “El que encubre el odio es de labios mentirosos; Y el
que propaga calumnia es necio.” Proverbios 10:18, Necio (sinónimos)=inepto,
ignorante, tonto, idiota, zoquete, mentecato, bobo, estúpido, burro.
A nuestro señor y salvador Jesucristo también lo calumniaron, diciendo que el echaba
demonios por el mismo Satanás, “Mas los fariseos, al oírlo, decían: Este no echa fuera
los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios” Mateo 12:24, lo
calumniaron y golpearon públicamente frente al concejo judío, “Jesús dijo: ¿Por qué
me preguntas a mí? Pregunta a los que han oído, qué les haya yo hablado; he aquí,
ellos saben lo que yo he dicho. Cuando Jesús hubo dicho esto, uno de los alguaciles,
que estaba allí, le dio una bofetada, diciendo: ¿Así respondes al sumo sacerdote? Jesús
le respondió: Si he hablado mal, testifica en qué está el mal; y si bien, ¿por qué me
golpeas?” Juan 18:21-23

El calumniador siempre dice mentiras acerca de alguien, siempre exagera los


acontecimientos, el calumniador siempre está impulsado por odio o falta de perdón
hacia alguien. Esta persona siempre está hablando cuentos o inventos acerca de una
persona con el objetivo de desacreditarla y humillarla.
El calumniador no entrara al cielo, “Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién
morará en tu monte santo? El que no calumnia con su lengua, Ni hace mal a su
prójimo, Ni admite reproche alguno contra su vecino.” Salmos 15:1,3

Difamar: sig. Desacreditar a una persona publicando cosas en contra de su


buena fama. Heb. Kjaráf=desnudar, el que expone tus vergüenzas, blasfemar, desafiar,
vituperar

El difamador es aquel que expone tus secretos públicamente, es aquel que revela tu
desnudez, es aquella persona en la que has confiado y te ha expuesto delante de todos.
El difamador es aquel que bota tu testimonio como cristiano, es aquel que te pone en
vergüenza con los demás a fin de opacar tu fruto y virtudes en Cristo; es aquel que grita
y señala tus errores, los exagera de gran manera a fin de opacar todo lo bueno que Cristo
ha hecho a través de ti.

La biblia nos manda como hijos de Dios que nos sometamos y que no difamemos a
nadie, sino que seamos amables, benignos, no contenciosos, sino amoroso y
bondadosos, “Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que
obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra. Que a nadie difamen, que no sean
pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los
hombres.” Tito 3:1-2

La escritura nos es exhorta a que nos gocemos cuando nos difamen, “Dichosos ustedes
si los insultan por causa del nombre de Cristo, porque el glorioso Espíritu de Dios
reposa sobre ustedes.” 1era Pedro 4:14 (NVI), “Bienaventurados sois cuando por mi
causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo”
Mateo 5:11, cuando te difamen por causa de Cristo y su evangelio no se alarmen, Jesús
nos dijo con anticipación para que no nos tomara por sorpresa, porque el mundo ama
mas las tinieblas que la luz, así que ellos odiaran y difamaran el nombre de Jesús cada
vez que tengan oportunidad

Como hijos de Dios no debemos difamar a nadie, aparte de tu boca toda mentira del
enemigo y no ataques al propio cuerpo de Cristo, la iglesia es su novia, no la violes con
tus palabras, porque Dios mismo saldrá en defensa de los suyos, “mía es la venganza,
yo pagare dice el señor”

Consecuencias del Chisme


a) Rompes las leyes de Dios y su santidad: “No andes difundiendo calumnias entre tu
pueblo, ni expongas la vida de tu prójimo con falsos testimonios. Yo soy el Señor.”
Levítico 19:16

b) Eres abominable delante de Dios: Todo aquel que siembre discordia entre
hermanos y que provoca odio o rencilla con murmura, calumnia o difamación es
abominable delante de Dios, le das asco a Dios a causa de tu pecado (véase proverbios
6:16,19), ni digas que eres cristiano, “por sus frutos los conoceréis”, en el día del juicio
es posible que escuches: “apartaos de mi malditos”

He sido chismoso, ¿qué debo hacer?


Órale a Dios, arrepiéntete (cambia tu manera de pensar y vuélvete de tu decisión).
Pídele al señor que guarde tu boca y tus labios de hablar cosas vanas, “Pon, oh SEÑOR,
guarda a mi boca; guarda la puerta de mis labios.” Salmos 141:3, reconoce ante el que
tú no eres capaz de dominarte y pídele dominio propio.

Si quieres ver lo bueno de la vida, desecha el chisme de tu vida, “Porque: El que


quiere amar la vida, y ver los días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no
hablen engaño;” 1era Pedro 3:10
Ya no seamos piedras de tropiezo para otros hermanos, dejemos el legalismo y dejemos
de juzgar a la otra gente, “Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino
más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano.” Romanos 14:13

“Dijo Jesús a sus discípulos: Imposible es que no vengan tropiezos; mas ¡ay de aquel
por quien vienen! Mejor le fuera que se le atase al cuello una piedra de molino y se le
arrojase al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos. Mirad por vosotros
mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale. Y si
siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me
arrepiento; perdónale.” Lucas 17:1-4

Si han chismeado de ti, aprende a perdonar, el número de veces que te ofendan, pero en
cuanto dependa de ti, estad en paz con todos los hombres. Si tú has chismeado, ve y
pídele perdón a tu hermano y apártate del chisme; pídele fuerzas a Jesús para que ya no
caigas en ese pecado tan horrendo delante de Dios. Hermano santifícate y límpiate de
toda impureza e iniquidad, déjate guiar por el espíritu santo.
Persevera y si caes arrepiéntete y continúa.

Animo, Dios te bendiga


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Sin pelo en la lengua...pero con un poquito de miel

Sin pelo en la lengua...pero con un poquito de miel

Dr. Frank González


Según estudios del psiquiatra Sandor S. Feldman. las personas que más insisten en
afirmar que son veraces, por lo general son las que más libertades se toman para mentir,
si así les conviene. Las estadísticas también demuestran que la veracidad no es artículo
común. ¿Por qué? ¿Qué impele a la gente a mentir o a defraudar? ¿Qué ventajas ofrece
la mentira y cuáles brinda la verdad? ¿Puede alguien ser constantemente veraz’? ¿Acaso
la mejor parte de la prudencia no exige alguna mentirita blanca de vez en cuando? Por
otra parte. hay gente que parece usar la verdad como pretexto para atropellar a los
demás. ¿Se puede decir la verdad con amor?

Hace muchos años. Juan Kant --pastor y profesor de teología en la ciudad de Cracovia
(Polonia)-- cruzaba un bosque. cuando fue asaltado por una banda de ladrones, armados
con sables y cuchillos. Sorprendido. Kant bajó de su caballo y les dio el dinero que
llevaba. “¿Nos lo ha dado todo’?”, preguntó imperativo el jefe del grupo. “Si”. contestó
Kant. Y los hombres se marcharon. Sin embargo. más tarde se acordó de que en otro de
sus bolsillos portaba unas monedas de oro, así que, desandando el camino, fue tras los
ladrones para decirles que les había mentido, que llevaba más dinero; y les dio las
monedas de oro. Pero ninguno osó tomarlas. Mirándose unos a otros, asombrados y
conmovidos, le devolvieron todo lo que le habían quitado, y sólo le pidieron su
bendición.

En nuestros días --y probablemente también en los de Kant-- uno encuentra pocos casos
de honestidad y
veracidad semejantes. Estudios psicológicos. conducidos por investigadores de tres
universidades norteamericanas, demostraron que “la falsedad y el fraude no sólo se usan
con frecuencia sino que son necesarios y hasta mandatorios; y que en la conversación
cotidiana, la honestidad y la veracidad, no son siempre la mejor póliza”.

Todos hemos vivido esos momentos psicológicamente incómodos cuando un amigo o


amiga pide nuestra opinión sobre el nuevo calzado, pantalón, camisa, vestido, etc., que
ostentan con orgullo. Cuando se trata de algo que juzgamos se sale por mucho de los
linderos del buen gusto, nos vemos en aprietos. ¿Qué hacer? ¿Se exige siempre la brutal
honestidad? ¿Es eso decir la verdad?

Antes de intentar una respuesta, quizá convenga definir lo que significa “mentir”. El
noveno mandamiento de la ley de Dios es el mejor tutor sobre la mentira. Dice: “No
hablarás contra tu prójimo falso testimonio”. Mentir, entonces, es una alteración
consciente de la verdad con intención de engañar. La intencionalidad es necesaria para
que exista la mentira.

En el caso del amigo que pide nuestra opinión, recordemos el consejo de los sofistas
griegos que afirmaban: “La belleza está en los ojos de quien la observa” En español
decimos: “Sobre gustos no hay nada escrito”. Conviene recordar, entonces, que el
“gusto” de nuestro amigo es tan válido como el nuestro. Seamos cuidadosos al emitir
por la boca el juicio subjetivo de nuestros ojos.

Cuando Dios dice: “No hablarás contra tu prójimo falso testimonio”, significa que no
debemos mentir, ni siquiera con “mentiras blancas”; ni dar impresión falsa, ni aun por
una inclinación de cabeza. El falso testimonio abarca toda clase de chismes, incluso el
daño que le podemos hacer a la reputación de alguien con sólo permanecer en silencio
cuando está siendo acusado, si sabemos que es inocente y no lo decimos. Podemos ser
“testigos falsos” con sólo callar, cuando el buen nombre de alguien está en juego.
Debemos señalar que hay gente sincera que levanta falsos testimonios sin tener idea de
lo que hace. A veces son los padres quienes enseñan a sus hijos pequeños a mentir.
Alguien ha dicho que “los niños no mienten nunca”. “La falsedad como práctica —
decía Bertrand Russell-- es casi siempre producto del miedo. El niño a quien se eduque
sin miedo, será veraz, no merced a un esfuerzo moral, sino porque nunca se le ocurrirá
proceder de otro modo”. La enciclopedia Salud y Educación para la Familia aconseja
que “para ayudar a un niño en el que intuimos que nos ha mentido debemos redoblar
nuestra confianza en él, eliminar su miedo al castigo que, si se refuerza, actuará de
catalizador para futuras mentiras”.

Lo antedicho nos hace entender mejor la oración que hiciera Jesús por sus torturadores:
“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (S. Lucas 23:34). Dios tiene
paciencia con nuestra confusión moral, y ha prometido que su Santo Espíritu guiará a
los que no saben distinguir entre el bien y el mal, de modo que aprendan a hacerlo.

En los dos últimos capítulos de la Biblia se nos advierte que “todo el que ama y hace
mentira” no podrá entrar en el reino eterno (Apocalipsis 22:15). Quien no tiene su
corazón reconciliado con Dios, puede “amar” los libros y filmes que cuentan mentiras,
pero tan seno es practicar la mentira como lo es el hecho de amarla. Si nuestro corazón
es deshonesto, ya hemos pecado mucho antes de abrir los labios para pronunciar una
falsedad. “Señor. . . ¿quién morará en tu monte santo? El que. . . habla verdad en su
corazón” (Salmos 15:1,2). Y Proverbios 10:18 afirma: “El que encubre el odio es de
labios mentirosos; y el que propaga calumnia es necio”. En otras palabras, podemos
sonreírle a alguien, palmearle la espalda, estrecharle la mano, y sin embargo sentir odio
por dentro. Es muy fácil decirle “¡Buenos días!” a alguien, mientras en nuestro corazón
le deseamos todo lo contrario. Propongámonos ser honestos en nuestro trato con los
demás.

Pero alguien dirá: “Pero supongamos que sabemos que alguien está haciendo mal.
¿Cómo podemos ser honestos y agradables al mismo tiempo? ¿Acaso no debemos decir
la verdad siempre?” No, sin antes orar por esa persona como Jesús oró por los malvados
que lo estaban crucificando: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (S.
Lucas 23:34). No tiene sentido reprender a otros si el amor de Cristo no mora en
nuestros corazones. Pero si ese amor está presente, el Espíritu nos enseñará lo que sea a
la vez una demostración de amor y de honestidad.

Hace poco, alguien compartió conmigo LOS DIEZ MANDAMIENTOS DE NUESTRA


LENGUA:

No esparcirás chismes (Proverbios 18:8). Antes de contar un chisme a otra persona,


sometámoslo al mismo tratamiento que un ama de casa da a una fruta al preparar un
dulce; primero la pela; luego la divide en partes; a continuación le saca el corazón o las
partes que no va a utilizar, y finalmente endulza con generosidad las partes que va a
usar.
No pronunciarás palabras ociosas (Proverbios10:19). Tu lengua revela la calidad de tus
pensamientos y de tu carácter. “El médico conoce la enfermedad del paciente al
examinar su lengua —declaró Justino—, y los filósofos las enfermedades de la mente”.
Y Jesús nos amonesta: “Pero sea vuestro hablar: sí, sí, no, no; porque lo que es más de
esto, de mal procede” (S. Mateo 5:37).
No te alabarás a ti mismo (Proverbios 27:2). Una persona sin valor se alaba
constantemente para llamar la atención a sí misma. La persona verdaderamente grande
trabaja quieta y silenciosamente, encendiendo el rayo de la luz que pueda conducir la
embarcación al puerto seguro.
No dirás adulaciones (Proverbios 26:28). “La adulación --ha dicho alguien-- es como la
espuma del jabón; el noventa por ciento es aire”. Esta afirmación es completamente
correcta. Las palabras de los que adulan, según el salmista, cuya experiencia y
sufrimientos fueron notables, son más suaves “que el aceite, más ellas son espadas
desnudas” (Salmos 55:2 1).
No murmurarás (Filipenses 2:14). La medicina para esta enfermedad es llenar nuestra
vida de amor y generosidad; que entren éstos por nuestros poros, y nos harán más
fuertes, más compasivos, más atrayentes, más constantes, más útiles, y completamente
inmunes contra las murmuraciones destructivas y las preocupaciones, las cuales, a
semejanza de las termitas que destruyen las casas, arruinan el alma.
No calumniarás (Salmos 64:3) La lengua que calumnia y difama es un azote que debilita
las iglesias, arroja corrientes de murmuraciones que llevan a las cortes de divorcio,
llenan las cárceles de gente miserable y arrojan a las almas al reino de Satanás.
No harás burla ni escarnio a persona alguna (Job 11:3). Aprendamos a simpatizar con
los demás y a dar nuestra ayuda en lugar de burlamos de los otros, no importa cuán
raros o peculiares nos parezcan. Recuerda que los ángeles, bajo diferentes aspectos,
visitan la tierra.
No dirás mentira (Éxodo 20:16). Un ventrílocuo pronunció la primera mentira en el
jardín del Edén (Génesis 3:4). Desde ese momento en adelante la mentira se esparció
como una plaga por toda la tierra. Todos aborrecen la lengua mentirosa. Los científicos
han inventado una máquina para detectar la mentira, pero ésta sigue y seguirá
floreciendo hasta el día final.
No blasfemarás (Éxodo 20:7). La profanación es el lenguaje oficial del reino del mal.
No participes de él porque te descalificará para entrar en el reino de los cielos.
No discutas con soberbia (Oseas 7:16). Cualquiera que sea la provocación, recuerda que
“el silencio es oro”, y que “la blanda respuesta quita la ira; más la palabra áspera hace
subir el furor” (Proverbios 15:1).
Amigo lector, la popularidad de la mentira no la convierte en verdad. Y tampoco la
justifica a los ojos de Aquel que sólo permitirá en su Presencia al que “habla verdad en
su corazón” (Salmos 15:2).

La Biblia nos insta a seguir “la verdad en amor” (Efesios 4:15). Sin embargo, nadie de
por sí puede seguirla así constante e imparcialmente. Se actúa por turnos sincera y
falsamente; se miente, o no se dice la verdad con amor. De ahí que sólo Dios --cuya
naturaleza es amor y verdad-puede concedemos tales atributos. Y esta es la promesa que
nos hace: “pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré. . que guardáis mis preceptos, y
los pongáis por obra” (Ezequiel 36:27).
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LENGUA SUELTA: EL CHISME


Por: Raúl Mondragón

Lengua suelta, boquiflojo, entrometido, chinchorrero, correveidile, enredador, lioso, motejador,


novelero, cuentista etc., son sinónimos aplicados a los que propagan chismes. En honor a la
verdad ,esta actividad generalmente se considera como una cuestión tonta u ociosa; de hecho el
etimólogo Corominas dice que el vocablo “chisme” procede del latín Cimex Icis, niñería o cosa
despreciable[1], es decir ya en sí misma es repudiable. No obstante siempre juega un papel
importante y en ocasiones determinante en la interacción de las personas.

Sin embargo, no es exclusivo del género, raza o posición social y se presenta prácticamente en
todo tipo de culturas y sociedades, y si, lamentablemente aún los presuntos cristianos. Parece
que en ocasiones resulta para algunos, muy seductivo propagarlos. Lamentablemente todos
nosotros, en algún momento , nos hemos visto involucrados en un chisme o rumor ya
sea escuchándolos, siendo los protagonistas o incluso lo hemos propagado (espero que esto
último no).

Causas.
Es bien sabido que el chisme es una plática informal entre personas, de alguien ausente o de un
grupo y generalmente es producto del individuo no del grupo.[2] Inexcusablemente, el móvil
siempre es, conocer lo que está ocurriendo en la vida de otros; por la tanto el nivel de temas
sobre los que se puede chismear es ‘virtualmente infinito’, pero evidentemente se habla
‘personas’, nadie chismea del clima, autos o mascotas; sino del que da el clima, del dueño del
auto o mascota. De una manera muy torcida y osada, este ejercicio “hace famosos” a los
involucrados, porque son sacados, literalmente del anonimato. [3] Aunque la correcta
apreciación, es que su derecho a la privacidad es violada.

Por otro lado, el que hace circular un chisme, puede estar buscando atraer la atención de los
demás sobre lo 'bien enterado' que está de las cosas, para así deleitar a sus interlocutores y con
ello lograr la integración al grupo, cuando menos momentáneamente, Según Freud:

“Hay que advertir entonces que el chisme funciona en forma semejante a otros sistemas de
representación simbólica como la religión, pues se da una especie de narcisismo de pequeñas
diferencias, porque con las personas simpatizantes en un momento dado se crean lazos de
afectividad estables, pero con aquellas que no pertenecen al círculo de simpatía (contra los que
se rumora), se genera un ambiente de hostilidad y agresión muchas veces suscitado por el
rumor”.[4]
En ocasiones, incluso una persona puede considerar “conveniente” llenar un silencio
embarazoso, repitiendo un chisme, tan solo para aliviar la presión de un silencio. No cabe
duda ausando las palabras de Mark Twain que: “El hombre es el único animal que come sin
tener hambre, bebe sin tener sed y habla sin tener nada que decir”.
Otras veces que lo que se proyecta en los chismes son culpas propias, que se alivian porque se
convierten en ajenas, poniendo así a los protagonistas en el foco de atención. Desde una
verdadera perspectiva la actitud del ‘chismoso’ al hablar bien o mal de los demás, es totalmente
egoísta ya que ve en las personas la capacidad para avanzar en el cumplimiento de sus propios
intereses, En este sentido, el chisme funciona como un mecanismo de manipulación. Por
desdicha, he observado que esto se practica aun entre presuntos cristianos.
Ahora bien para que un rumor pueda circular se deben dar al menos dos condiciones: 1) El
asunto deberá revestir cierta importancia. 2) Los hechos reales han de estar revestidos de cierta
ambigüedad inducida por ausencia o parquedad de noticias.(verdades a medias) [5]
Entre las condiciones que impiden la circulación del rumor encontramos las siguientes:1)
Cuando se establecen graves penalidades por hacer circular rumores, como ocurre por ejemplo
en los estados totalitarios. 2) Cuando la población es heterogénea, en cuyo caso el rumor se
detiene en las fronteras sociales que dividen un tipo de mentalidad de otra. 3) Cuando las
personas no advierten que están haciendo circular rumores. Allport refiere un caso en donde:

“Algunos estudiantes de psicología, al darse cuenta que estaban en presencia de un rumor,


preocupados por no incurrir en un modo de proceder no científico, no se han hecho cómplices
de su circulación. El estudio científico de los rumores y su difusión ayuda, a formar personas
prevenidas contra tales actitudes. La importancia del tema está relacionada con la motivación
que tienen las personas para hacerlo circular, quienes lo hacen proyectando sobre la
percepción y la interpretación de la información sus propios intereses y emociones”. [6]

La pregunta es ¿Por qué chismea la gente? Esta pregunta ha ocupado a los y las estudiosas del
chisme desde que éste fue concebido como tema de investigación. Cabe destacar que uno de los
factores mas
latentes en la proliferación de chismnes es una persona que se siente aislada socialmente, ya que
esta
sensaciónya que esta sensación de aislamiento le conduce a una mayor dependencia de la
aprobación por
parte de los demás, lo que redunda en mayor susceptibilidad a la influencia.[7]

De acuerdo con Pablo Cazau “No se comprende cabalmente el fenómeno del rumor, sin un
análisis de lo que ocurre dentro de la mente de los individuos que lo hacen
circular”.Para explicar esto revisemos el trabajo 'test pictórico' de Binet y Stern en general
encontró que las distorsiones ocurren a tres niveles: Cuando se percibe el acontecimiento,
cuando se lo evoca o recuerda, y cuando finalmente se lo narra. En la fidelidad testimonial
parece influir también la inteligencia, los hábitos de expresión oral, y la edad, los testimonios de
los niños son menos fiables porque están más expuestos a la sugestión; Por su parte otro
investigador llamado Bartlett ha mostrado el carácter creador y constructor de la memoria;
cuando las personas debían recordar relatos, tenían grandes lagunas y tendían a reinterpretar el
relato escuchado según su cultura y su historia personal desfigurando el mensaje original, él
explica este fenómeno a partir de la idea de ‘afán de explicación’.[8] De ahí el peligro ya que en
la comunicación no hay nada fijo basta recordar el conocido ejercicio ‘del
teléfono descompuesto’. Donde el mensaje final es muy diferente al original. El hecho es que
todo chisme produce efectos devastadores en la experiencia individual y grupal.

Comunicación franca y fuerza moral.


Hasta este punto el chisme se percibe como un fenómeno que, aunque potencialmente peligroso,
parece inevitable y se encuentra profundamente arraigado en las formas cotidianas de
comunicación. Es innegable que la comunicación siempre estará sometida a interpretaciones;
pero esto no justifica el hecho de transmitir y prolifera un rumor o un chisme mucho menos
convertir la comunicación en un medio destructivo. Debido a esto es indispensable en primer
lugar: Aprender a comunicarnos de una manera efectiva; es decir nuestra comunicación debe
cimentarse en la franqueza de las palabras. Resulta urgente crear una cultura de la verdad, de
otra forma se seguirán creando circunstancias de malos entendidos que dificulten la buena
convivencia de las personas. La pregunta es ¿Cómo lo realizaremos? Es decir, ¿cómo ser
honestos, transparentes, y no tener que andar dando esclarecimiento de algo que dijeron
respecto a otras personas?

Para responder de manera concreta, notemos lo que el escritor Jaime E. Giles menciona acerca
del apóstol a los gentiles: “Pablo en muchos textos condena a los que hablan de una manera
escondida y también a los que hablan abiertamente en contra de otros”.[9] Por ello leemos en
Gálatas.2:11-14 que hablo cara a cara con Pedro. Incluso está hablando en contra de los males
sociales más grandes de este o cualquier otro tiempo: la tendencia de los hombres y las mujeres
a encontrar delicia en destruir el carácter de otros por medio de las cosas falsas que dicen de
ellos. Pablo no hablo a espalda de Pedro lo hizo de frente para no dar oportunidad al diablo y
caer en el pecado de la murmuración y el chisme.

Es muy claro que el chisme, sobresale como un fenómeno social, cuyo sentido se encuentra en
el significado que esta acción tiene para los miembros de un grupo. En términos más
sencillos depende de la importancia que las personas den a los mismos, por lo tanto los
comportamientos morales juegan un papel importante; por ejemplo, las conductas deshonradas
como la delincuencia, las abiertamente excluidas de la norma como la violación de menores son
susceptibles de ser objeto de chismes; no recubren interés para el chisme porque su significación
moral, está fuera de toda discusión y por tanto, de todo chisme. Sólo aquéllos cuya legalidad
está próxima pueden ser dichos y proliferados. [10] Bajo este razonamiento en segundo lugar la
prevención radica en: Un cambio de actitud o cambio de voluntad. En este contexto es muy
revelador un experimento de Kelly y Volkart en el que demostraron que mientras más
identificado con un grupo se encuentra el receptor de la comunicación, menos susceptible
resulta la influencias de una comunicación contraria a las normas del grupo. Dicho en términos
llanos para que el chisme no afecten a una persona o grupo este debe tener un fuerte sentido de
pertenencia y empatía al grupo, llámese familia o institución; desde luego esto aplica al mismo
emisor (chismoso).

La percepción moral del chisme como "mentira", y ataque a los principios es fundamental, de
ahí la frase anónima que sirve como un referente obligado y funciona como un virtual blindaje
moral: “Si no tienes nada bueno que decir de alguien, mejor no digas nada”; yo agregaría y si
alguien comienza a hacerlo, aléjate de ahí. Pero ¿cómo lograr este cambio de actitud o
voluntad? La respuesta podemos encontrada en esta frase de la autora cristiana Elena G. White:

“Lo que necesitáis comprender es la verdadera fuerza de la voluntad. Este es el poder que
gobierna en la naturaleza del hombre: el poder de decidir o de elegir. Todas las cosas
dependen de la correcta acción de la voluntad. Dios ha dado a los hombres el poder de elegir;
depende de ellos el ejercerlo. No podéis cambiar vuestro corazón, ni dar por vosotros mismos
sus afectos a Dios; pero podéis elegir servirle. Podéis darle vuestra voluntad, para que él obre
en vosotros, tanto el querer como el hacer, según su voluntad. De ese modo vuestra naturaleza
entera estará bajo el dominio del Espíritu de Cristo, vuestros afectos se concentrarán en él y
vuestros pensamientos se pondrán en armonía con él.[11]
Lo anterior supone, planteado en un silogismo lo siguiente: Si Dios es amor, y el ama a la
humanidad, luego entonces si elijo someterme a Él amare a los todos los seres humanos”.El
componente básico aquí es la correcta acción de la voluntad e indica claramente que se debe
elegir, someterte cada decisión a Dios y no dar rienda suelta a nuestras motivaciones e intereses
personales, Dios desea que sus hijos vivan en armonía, al ponernos en esta dimensión
notaremos por causa a efecto, que el respetar la honra y la reputación de otras personas,
lograremos empatía y fuertes lazos interpersonales.

Domar la lengua
La palabra es un don maravillo con el cual nosotros podemos comunicarnos con los demás,
expresar palabras de amor, cariño, etc., pero también lamentablemente sirve para herir. Por ser
cristiano, mi referente obligado es el interior de la IASD, donde encuentro contradictorio que
aún dentro de las juntas más “legalista”, es te asunto pase casi por inofensivo. En la práctica, es
común que el hermano que roba o adultera, recibirá una reprensión por parte de la
denominación, pero el que hace publica esta “información” ( el chismoso), no le sucede
absolutamente nada. Se toma una actitud de: No están grave.

Así que se corren chismes y rumores, casi en cualquier reunión, ya sea tras bastidores en la hora
del culto o en esas famosas reuniones llamadas “convivencia”. Es casi inevitable, que el tono de
las conversaciones, comience a tornarse en “informaciones” varias; es decir chismes, sobre
algún miembro no alineado, y tal como es de suponerse, se toma una postura casi gregaria sobre
aquel que no es parte de ese momento. En esos momentos se olvidan la “cristiandad” y los
principios Bíblicos, aun del noveno mandamiento (Éxodo 20:16), pero paradójicamente
aquellos infames propagadores, se declaran “guardadores todos los mandamientos… aun el
cuarto” (que absurdo). La palabra de Dios es muy clara, nos prohíbe chismear. Pero
lamentablemente eso se da en muchos cristianos por envidia rivalidad y no se dan cuenta que
pecan contra Dios y hacen daño a la obra del Señor.[12] El Dr. Núñez dice al respecto:

“El apóstol Santiago es mucho más drástico: Hermanos, no hablen mal unos de otros. Si
alguien habla mal de su hermano, o lo juzga, habla mal de la ley y la juzga. Y si juzgas la ley,
ya no eres cumplidor de la ley, sino su juez (Santiago 4.11). En este versículo Santiago da un
giro interesante al ‘hablar mal de los hermanos’ al señalar que quien lo hace ‘habla mal de la
ley’ y se pone como juez de la misma. En otras palabras, no es esa nuestra función, en ningún
caso".[13]

En otro capítulo el tercero de su carta, Santiago señala:


"Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha
sido domada por la naturaleza humana; pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un
mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal". ( Santiago3:7-8) [14]
En sitesis: El hombre es capaz de dominar toda clase de fiera; pero nadie ha podido dominar la
lengua.
Conclusión.
Es ineludible que este resulta altamente destructivo en la mayoría de las ocasiones, y no se
puede negar que llega a provocar grandes conflictos, ya que generalmente como sabemos se
realiza en la ausencia de las personas o incluso lo que es común para llenar un vacío
y por simple la aceptación social por ende se torna de carácter ilícito y malicioso.
En su verdadera dimensión y si somos honestos, esta actividad un resultante de una ‘necesidad’
fundada en el egoísmo. El chisme pone velos y contiendas en la comunicación. Es sumamente
importante destacar que es deshonesto hablar de los ausentes y creo que esta práctica social
debe evitarse, ya que los usos de la ‘lengua’ de manera negativa hacen daño a otras personas, y
violan el principio del amor fraternal del uno hacia el otro.[15]
Es necesario retomar la senda del dominio propio y ejercer una comunicación franca, sin
vueltas, para lograr relaciones interpersonales mas efectivas.
Para el cristiano es fundamental ser dirigido por el Espíritu Santo y evitar hablar por hablar.

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