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Deleuze
Deleuze
No sólo hay que distinguir entre acciones y pasiones, sino entre dos tipos de pasiones. Lo propio de
la pasión, de cualquier modo, consiste en satisfacer nuestro poder de afección a la vez que nos
separa de nuestra potencia de acción, manteniéndonos separados de esta potencia. Pero, cuando
nos encontramos con un cuerpo exterior que no conviene al nuestro (es decir, cuya relación no se
compone con la nuestra), todo ocurre como si la potencia de este cuerpo se opusiera a nuestra
potencia operando una substracción, una fijación; se diría que nuestra potencia de acción ha
quedado disminuida o impedida, y que las pasiones correspondientes son de tristeza. Por el
contrario, cuando nos encontramos con un cuerpo que conviene a nuestra a naturaleza y cuya
relación se compone con la nuestra, se diría que su potencia se suma a la nuestra; nos afectan las
pasiones de alegría, nuestra potencia de acción ha sido aumentada o auxiliada. Esta alegría no deja
de ser una pasión, puesto que tiene una causa exterior; quedamos todavía separados de nuestra
potencia de acción y no la poseemos formalmente. Pero no por ello esta potencia de acción deja de
aumentar en proporción, y así nos <<aproximamos>> al punto de conversión, al punto de
trasmutación que no hará digno de la acción, poseedores de las alegrías activas.[20]
un problema
hombre, que no tiene una naturaleza separada de la physis Anaxágoras piensa al hombre
Cita
4Cfr. Diógenes Laercio, Vida de los más ilustres filósofos griegos, trad. de J. Ortiz y Sainz, Iberia,
Barcelona, 1985.
«- Por lo tanto, el alma, lo invisible, lo que se marcha hacia un lugar distinto y de tal
clase, noble, puro, e invisible, hacia el Hades en sentido auténtico, a la compañía de la divinidad
buena y sabia, adonde, si dios quiere, muy pronto ha de irse también el alma mía, esta alma
nuestra, que es así y lo es por naturaleza, al separarse del cuerpo, ¿al punto se disolverá y
quedará destruida, como dice la mayoría de la gente? De ningún modo, queridos Cebes y
Simmias. Lo que pasa, de seguro, es lo siguiente: que se separa pura, sin arrastrar nada del
cuerpo, cuando ha pasado la vida sin comunicarse con él por su propia voluntad, sino
que no significa otra cosa, sino que estuvo filosofando rectamente y que de verdad se ejercitaba
en estar muerta con soltura. ¿O es que no viene a ser eso la preocupación de la muerte?
- Completamente.
invisible, lo divino, inmortal y sabio, y al llegar allí está a su alcance ser feliz, apartada de
errores, insensateces, terrores, pasiones salvajes, y de todos los demás males humanos, como se
dice de los iniciados en los misterios, para pasar de verdad el resto del tiempo en compañía de los
dioses? ¿Lo diremos así, Cebes, o de otro modo?» (Platón, Fedón cit., p. 73) (80e-81a).
(inmortalidad y superioridad del alma con respecto al cuerpo) tienen evidente parecido con la
cosmología y la antropología platónicas. Cfr. Agustín de Hipona, La ciudad de Dios, trad. de S.
clara y