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Abraham José Sánchez Castillo nació el 2 de agosto de 1991 en la ciudad de

Maracay, estado Aragua. Sus padres son Alirio Sánchez Matheus e Isbell Castillo
Padrino. Es el cuarto de siete hermanos.

Creció en Puerto Ordaz pero al tener unas fuertes raíces familiares andinas y del
centro del país, se considera a sí mismo guayasitano y no guayanés. Pero
orgullosamente de Guayana.

Fue bautizado en la parroquia Nuestra Señora de Coromoto por el padre Santiago


Ollaquindia. Sus padrinos son los hermanos Cristobal Lazzar y Eukarys Lazzar.

Desde muy pequeño aprendió a leer y sería un aficionado de la literatura. Este


detalle, y su experiencia en un curso de idioma japonés que hizo cuando tenía
diez años, marcarían su personalidad: un muchacho tranquilo al que le gustaba
escribir historias cortas de ficción y contarlas en el patio del colegio durante el
recreo.

Su adolescencia estuvo acompañada prácticamente por una batalla entre la fe y el


escepticismo. Esto era un indicador de sus inquietudes en materia religiosa.

A los 12 años hizo la Primera Comunión en la parroquia Santísima Trinidad. A los


15 años se incorporó al Movimiento Consolación para el Mundo y allí tuvo sus
primeros compromisos misioneros. Muy significativo fue su apostolado en la Casa
Hogar de las Misioneras de la Caridad, donde por dos años se dedicó cada fin de
semana a atender a personas de la tercera edad, en situación de abandono y
enfermedad.

Su iniciación cristiana la culminó a los 17 años al recibir el sacramento de la


Confirmación en la parroquia Sagrada Familia. Su madrina fue la catequista Enma
Castillo.

Meses antes de la Confirmación, un amigo, José Gregorio Sardiñas, coordinador


del grupo juvenil Consolación para el Mundo en Puerto Ordaz, lo llevaría a la
ordenación diaconal de quienes ahora son los padres Antonio Fuentes y Carlos
Guzmán. Allí escuchó la homilía de Monseñor Mariano Parra Sandoval, y
hablando el obispo sobre las vocaciones sacerdotales, el joven Abraham guardó
unas breves palabras en su memoria: “Jóvenes, no tengan miedo. Digan sí al
llamado de Jesús”. Estas palabras y el testimonio de quien entonces era su
párroco, el padre Esteban Wood, lo animaron a preguntar si podía entrar en el
Seminario Mayor Jesús Buen Pastor.
En el 2009 se graduó como Técnico Medio en Electricidad en la Escuela Técnica
Industrial Simón Rodríguez. Poco tiempo después comenzaría sus clases en el
seminario. Allí realizó sus estudios de filosofía y teología durante ocho años.

Tuvo práctica pastoral los fines de semana en las parroquias Jesucristo


Resucitado (Guaiparo), Cristo Rey (Bella Vista), Buen Pastor (Las Batallas) y
Nuestra Señora de Coromoto (Los Olivos).

En vacaciones iba a la parroquia San Pedro y San Pablo, donde vive su familia y
acompañaba en primer lugar a Monseñor Ángel Caraballo y luego al padre Luis
Gaytan, vicario pastoral de la Diócesis.

De las mejores vivencias que tuvo en esos años fue su participación en la Jornada
Mundial de la Juventud de Madrid (2011). Por allá conoció experiencias de fe de
todo el mundo y eso le permitió volver a su país con un renovado espíritu y
claridad vocacional.

Entre 2015-2016 recibió junto a los seminaristas José Leonardo Balbás y Ricardo
González, los ministerios laicales del lectorado y acolitado por parte de Monseñor
Mariano Parra.

Al terminar el seminario en el 2017, el entonces Administrador Diocesano, el padre


Gregory Shaffer, lo envía a su parroquia de origen, San Pedro y San Pablo, a vivir
un año de pastoral.

Con la llegada de Monseñor Helizandro Terán a la Diócesis de Ciudad Guayana,


comienza una nueva etapa en su historia diocesana. Porque durante el tiempo
pastoral tuvo la oportunidad de acompañar con más frecuencia al Obispo en
distintas celebraciones en varias parroquias. Muy importante fue el viaje a las
parroquias del sur de la Diócesis, donde pudo ver más de cerca la situación de de
las comunidades pan-amazónicas.

El 15 de agosto del 2018, solemnidad de la Asunción de la Virgen, junto a su


hermano Ricardo González, fue ordenado diácono. Inmediatamente fue enviado a
las parroquias Nuestra Señora del Rosario y Nuestra Señora de Monserrat,
ubicadas en Guasipati y El Miamo respectivamente.

El 26 de diciembre regresa a la ciudad para pasar unas vacaciones breves y


pronto recibe la noticia de su ordenación presbiteral.

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