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TEATRALES
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'IL FUTURO' DE UNA NOVELITA LUMPEN:
Alicia Scherson y Roberto Bolaño.
INDICE.
1. Introducción.
2. El tiempo; El futuro.
3. El espacio; Lo siniestro.
4. La luz.
5. La tele; La imagen.
6. La extrañeza; Lo real.
7. Conclusión. La intertextualidad; El cine-poesía.
1. INTRODUCCIÓN.
En 2006 la directora de cine chilena Alicia Scherson adquiere los
derechos cinematográficos de una breve novela escrita por el también chileno
Roberto Bolaño. Una Novelita Lumpen1 nació de un encargo que la editorial
Mondadori hizo a Bolaño para su colección Año 0 sobre el nuevo milenio, que
pretendía abordar la perspectiva de diferentes ciudades del mundo por diversos
autores latinoamericanos2. En 2006 aun faltan dos años para la publicación de
2666 en Estado Unidos, momento a partir del cual se desatará lo que los
críticos ha venido denominando el boom Bolaño. Su literatura era admirada en
muchos puntos de América Latina y España, sobre todo entre los círculos
literarios de México y Barcelona, pero todavía no se había convertido un autor
bestseller, hecho que hubiese imposibilitado que una directora tan periférica,
con solo largometraje –Play (2005)3– y que aun no tenía una productora que
avalase su proyecto, comprase los derechos de una novela del chileno.
Carmen Barcells, representante de la obra de Bolaño por aquel entonces antes
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A partir de ahora UNL.
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http://cultura.elpais.com/cultura/2013/01/29/actualidad/1359487895_786215.html
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Disponible on-line en Vimeo: https://vimeo.com/67483826
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de que Penguin Random House comprase todos sus derechos, y Carolina
López –su viuda–, simplemente, confiaron en ella.
Scherson ha manifestado en varias entrevistas que una vez tuvo los
derechos los guardó porque consideraba que necesitaba más madurez
cinematográfica para enfrentarse a la obra del escritor. Entre tanto, estalla la
bolañomanía y Scherson hace otro largometraje –Turistas (2009)–. En el año
2009 la directora comienza a dar los pasos hacia la producción que la consagra
como directora madura. Trabajó durante años en el guión de la adaptación
pues para ella, "el mayor desafío no fue tanto adaptar la trama sino llevar a la
pantalla la atmósfera del libro".
Una vez escrito el guión de Il Futuro4, se dispuso a buscar financiación.
La película debía rodarse en Roma; por lo cual Scherson tuvo que conseguir
productores europeos y que su filme se convirtiese en una coproducción.
Debido al torrente literario que estaba generando la obra de Bolaño, la
realizadora no le resultó difícil vender su proyecto a productoras independientes
de España, Alemania e Italia. Además de las cuatro productoras, Movimento
Film, Jirafa film, Pandora y Astronauta, la película está subvencionada por el
Ministero pero Beni e le Atività culturali italiano, así como de la Regione Lazio,
el Fondo Regionale per il cinema e l'audiovisivo. Asimismo, cuenta con la
subvención del fondo de Fomento Audiovisual del Consejo Nacional de la
Cultura y las Artes chileno, en la convocatoria de 2009 y de las asociaciones
cinematográficas alemanas Film und medien Stiftung NRW y la Deutscher
Filmforderfonds5. Por último contó con subvenciones de España, provenientes
de la Conserjería de Cultura de la Junta de Andalucía y de Europa, del Media
Programme of the European Union.
A la hora de hacer el casting Scherson tuvo claro desde el principio que
la chileno-italiana Manuela Martinelli era su Bianca ideal. Ambas, directora y
actriz, habían trabajado previamente en algún corto; cuando Scherson leyó la
novela la vio en la voz de Bianca, aspecto que más le sedujo del libro,
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A partir de aquí IF.
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En los títulos de crédito.
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"terriblemente lúcida, lejana y sabia a la vez que íntima y frágil"6. La selección
de casting de Rutger Hauer se tornó más complicada, pero cuando Scherson
dio con él, lo vio claro. Hauer apenas sabía algo del cine chileno, no conocía a
Bolaño o a Scherson, siempre había trabajado en cine mayoritariamente
industrial y comercial, pero estaba abierto a todo tipo de propuestas. Una vez
este aceptó el proyecto, para lo cual la directora tuvo que presentarle el mundo
del escritor chileno y la viabilidad de su película, Scherson se percató de la
enorme extrañeza que se originó entre los dos protagonistas, extrañeza esta
que marca el constante tono siniestro de la película, y que Bianca experimenta
en espacio que la rodea, ajeno pero cercano.
Por otra parte, Roma representaba para la directora la historia del cine
así como la historia del mundo. La Roma que elije filmar Scherson es diversa,
periférica pero también monumental; profundamente luminosa, con una luz que
nos deslumbra como a Bianca. Como ha señalado la crítica Patricia Espinosa
(2015), especialista en la obra de Roberto Bolaño, la Roma de Scherson
presenta profundas concomitancias con la de Pasolini en películas como
Accattone o Mamma Roma, una Roma del margen, de los límites de la
sociedad, donde lo monumental y lo sórdido se confunden, una Roma así
mismo llena de descampados y de luz que hace a sus personajes poner
muecas de incomodidad. Una Roma, en definitiva, con una "atmósfera cargada
y al borde del colapso", como dijo la propia Scherson7.
La trama de la novela es aparentemente sencilla pero a la vez
extravagante; dos adolescentes que quedan huérfanos y deben sobrevivir con
la pequeña pensión de orfandad que reciben del Estado. Daniel, el hermano
menor de Bianca, conoce a dos maleantes de gimnasio que empiezan a vivir
con ellos. Los dos hombres le plantean a Bianca un plan para hacerse ricos;
conocen a una vieja gloria del culturismo y el cine de los 60 y 70 que ha
quedado ciego, vive en una enorme casa romana y que necesita compañía
femenina. Bianca, aprovechando su presencia en la casa de Maciste, debe
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http://www.biobiochile.cl/noticias/2013/05/15/cinta-chilena-el-futuro-se-estrena-el-6-de-
junio.shtml
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http://www.biobiochile.cl/noticias/2013/05/15/cinta-‐chilena-‐el-‐futuro-‐se-‐
estrena-‐el-‐6-‐de-‐junio.shtml
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buscar una caja fuerte donde se dice que el ex Míster Universo guarda su
fortuna. La protagonista terminará enamorándose del viejo y descubriendo que
la caja fuerte solo existe en las mentes fantasiosas de los amigos de su
hermano. Para Scherson se trataba de una trama muy propia del cine B, cine
sobre personajes de barrio, cine, como decíamos, marginal y periférico en
todos sus sentidos. Con este background, Scherson, según Patricia Espinosa,
trató de rechazar con su lenguaje cinematográfico "la estandarización de las
formas de narrar, suponiendo una actualización del gesto de desconfianza del
creador respecto del lenguaje, de la capacidad del lenguaje para aprehender la
realidad" (Espinosa, 2014: 372). Las palabras, argumenta la crítica, se han
reducido a su mínima posibilidad en la película. Bianca experimenta un
permanente desacomodamiento con su realidad, distanciada de ella, algo que
se muestra en el montaje con encuadres y ritmos de montaje obsesivos (376).
Respecto a la figura del narrador, es en ambos casos Bianca quien nos
cuenta su historia; Bianca al inicio de ambas obras señala que en la actualidad
es una mujer casada. Asistimos, de esta forma, a una analepsis, ambos
medios, filme y novela "se constituyen como un lugar de memoria" (Espinosa,
372). Pero existen diferencias en el modelo narrativo; en la novela, en el lugar
de un modelo libre indirecto, asistimos a la voz de una primera persona: Bianca
enuncia sin mediaciones. En la película, sí contamos la presencia del indirecto
libre, emergiendo de una multiplicidad de primeros planos de Bianca que
refuerzan su protagonismo debido a la fuerza que posee la actuación de
Martinelli.
En su ensayo comparativo, Espinosa, crítica de herencia
postestructuralista, pretende evidenciar, precisamente, aquellos momentos de
ambos fenómenos artísticos que escapan al devenir de una linealidad,
evidenciar la ruptura, en Bolaño y Scherson, de la narración metafísica y dirá
que:
Bolaño pone en ejercicio la memoria, el sueño y el ambiente, con lo que
convierte su relato en una estructura llena de agujeros significativos, donde el
devenir, el flujo del relato como linealidad, queda suspendido, intervenido por
una materia que no quiere plegarse a la sintaxis informativa (374).
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UNL, según esto, sería en su totalidad una analepsis, un relato en
retrospectiva, "practicado por una memoria fragmentada". Por tanto, la Bianca
que conocemos es una especie de Bianca onírica, atrapada en la extrañeza de
un permanente ambiente diurno que fractura de pleno lo real. Propuesta
poética que el montaje de Scherson, como vamos a ver, consigue con creces
convirtiéndose en un producto artístico que trasciende la adaptación.
2. EL TIEMPO; EL FUTURO.
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caso se trataba de la difícil traducción que presentaba la palabra «lumpen». La
connivencia entre las decisiones de adaptación prácticas y las poético-
significativas hacen que el producto cultural final se convierta en un ente
autónomo.
Pero como decíamos, el título no puede ser más idóneo por el juego
constante que Bolaño hace en su novela con el futuro que imaginan todos los
personajes de la historia –incluido un Maciste que parece encontrarse en un
impasse, pero que proyecta cierta idea de futuro a través de su preocupación
por la degradación física–, con el presente de la Bianca del futuro, esposa y
madre y con el presente visionado, enrarecido por el cambio del tiempo:
A partir de ese momento [la muerte de sus padres] los días cambiaron.
Quiero decir, el transcurso de los días. Quiero decir, aquello que une y que al
mismo tiempo marca la frontera entre un día y otro. De pronto la noche dejó de
existir y todo fue un continuo de sol y luz" (UNL, 14-15).
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cámara, rompiendo la cuarta pared (img. 4); el plano cambia y encontramos a
quien suponemos mira Bianca, una serie de turistas también mirando a cámara
en un plano frontal parecen fotografiar a Bianca, detenida en su meditar (img.
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Bianca a través de la forma y del montaje, porque como dirá Jacques Rancière
lo político del cine se encuentra en el montaje (Cine y Filosofía, 2014: 12' 21'').
3. EL ESPACIO; LO SINIESTRO.
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– Voy a dar una vuelta por tu castillo –le decía, y me iba rápido.
La casa tenía dos pisos y era la más grande que hasta entonces (y hasta
ahora) había visto por dentro. Era tan grande que parecía enraizada en la tierra.
[...] el comedor se había convertido en una suerte de paisaje o de laberinto
donde se acumulaban muebles procedentes de otras habitaciones, catres y
colchones, estufas eléctricas, sillas y mesas, armarios llenos de telarañas.
También había una galería que comunicaba el amplio y recargado
recibidor, lleno de cortinas inútiles, con una terraza que daba al jardín de atrás y
los muros de las casas vecinas.
En el segundo piso, [...] estaba la habitación de Maciste que era grande y
siempre tenía los postigos de las ventanas echados. En la habitación había un
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espejo de cuerpo entero arrumbado en una esquina [...]. La habitación tenía un
aire monacal, de amplitud y de pobreza (UNL, 104-105)
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Sólo suciedad, polvo, nidos de araña, trozos de pared, trozos de
empapelado preservados del paso del tiempo, más blancos, más cercanos a su
color original, aunque al examinarlos, la sensación que me quedaba era que
esos rectánculos estaban aun más estropeados, como si su palidez o su
juventud fueran una enfermedad degenerativa y poco usual. Toda la casa,
durante mis incursiones en busca de la caja fuerte, parecía viva. Viva en la
dejadez, viva en el abandono. Pero viva (UNL, 127).
4. LA LUZ.
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Por otra parte, en la primera secuencia en la que Maciste y Bianca se
conocen, la ventana está abierta de par en par y se escucha la noche, los
grillos y sus caras se iluminan con luz nocturna (Img. 11). En el libro Bianca
dirá: "Después me vi sumida por primera vez en mucho tiempo, en la oscuridad
total (UNL, 88). Algo después manifiesta que: "[...] mientras caminaba hacia su
silla, noté que un rayo de luna, gordo como una ola, entraba en el gimnasio.
Maciste me desnudó. Me palpó la cara y la cintura y las piernas. Después se
levantó y fue a buscar los frascos con las cremas corporales y el linimento"
(UNL, 97). Aquí acaba el capítulo. En la película tenemos toda una escena en
primerísimo plano de las manos de Maciste untando el cuerpo de Bianca en
aceite y linimento (Img. 12), una decisión cinematográfica que aporta
plasticidad, intensidad visual y una serie de sensaciones que no son posibles
en el libro. Luz lunar por primera vez en la película, brillo corporal, y música;
sin palabra alguna somos capaces de hacernos una la idea del tipo de
intimidad singular que se creará entre Bianca y Maciste.
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5. LA TELE; LA IMAGEN.
"La tele y el vídeo ocupan un lugar importante en esta historia" (UNL, 17).
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no era ciego y tenía pelo y estaba delgado y musculoso. No lo quería ver
porque ya sabía lo que iba a suceder veinte años después. Pero una vez soñé
con la película" (UNL, 113). De nuevo los sueños, los filmes y el futuro se
entrelazan en una reflexión de la narradora. Scherson toma nota y lleva a cabo
una transformación de esta narración mostrándonos directamente Un sueño de
Bianca, en el que Maciste, joven y fuerte ataviado como un Hércules, coge una
enorme piedra y la lanza hacia ninguna parte delante de un gran muro de
hormigón (Img. 15), una zona periférica de Roma, en la que, por otra parte,
Bianca suele meditar.
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En otra escena Bianca, Daniel y los dos amigos de este ven la tele en la
sala; la escena se filma entera desde un plano fijo, frontal, a la altura de donde
está situada la televisión, detrás del umbral de la puerta del salón, poniendo
distancia. Encima del sofá un espejo refleja la mitad de la imagen que la
televisión proyecta. La sala tiene tres focos de luz; la lamparita, la televisión y el
espejo que la refleja (Img. 16). Bianca opina sobre el programa: "Ahí [el
concurso de tv] luchas contra el tiempo. Además del miedo al escenario. Las
luces, el niño presentador, todo está contra ti" (IF, 28:07). "Súbelo un poco",
dice otro de ellos.
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6. LA EXTRAÑEZA; LO REAL.
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acude a trabajar en una pequeña peluquería: "Cuando llegué al negocio me di
cuenta de que no era real. Las calles se habían desplazado levemente a la
izquierda o la derecha, pero yo no" (41: 50) Mientras tanto la cámara gira en un
movimiento circular por todo el salón (Img. 20), utilizando un juego de espejos
que refleja a todos los personajes que se encuentran dentro del negocio, y
sugiriendo esta duplicidad real/onírica.
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La relación de Bianca con Maciste, como adelantábamos, funciona en
este mismo sentido, toda la vida junto a él se torna extraña: "Así supe su
nombre real, aunque el término real sólo designa otra irrealidad, una irrealidad
menos accidental, más armada" (UNL, 103). Extrañeza que se traduce en la
película en la corporalidad de ambos; el tono de voz, los gestos impostados
(Img. 21) y, probablemente, como manifestó Scherson, la selección del casting;
diferencia de edad, de nacionalidad, de contextos cinematográficos que
acentúan más que en la novela, si cabe, una sensación de estar entre-mundos
que Bolaño describe: "Y en el sueño yo pensaba: es sólo una película: él no
duerme de verdad, está fingiendo que lo hace, pero en realidad está despierto,
y solo entonces me daba cuenta de que Maciste, mientras filmaba la película,
estaba en el presente y que yo, que veía la película o que soñaba que veía la
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película, estaba en el futuro, en el futuro de Maciste, es decir en la nada" (UNL,
114-5)
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aprehender la realidad y de entenderla, de ordenarla; mecanismo este que
parece estar experimentando Bianca a partir de su propia sensibilidad.
Podemos concluir que, por una parte, Bolaño inscribe la visualidad en su
novela a través de una construcción espacial que desafía las nociones de
interior y exterior, de realidad e irrealidad, tiempo presente y tiempo futuro y,
por último, de luz y oscuridad; lo hará, como explica Valeria de los Ríos
mediante "una descripción detallada de los sueños de la protagonista como
imágenes virtuales o formas de pensar mundos posibles" (2015: 101).
Scherson, por una parte, introduce en Il Futuro la reflexión literaria a través de
la narración en off de la protagonista, y por otra, hará referencia constante a la
forma artística concreta que domina, la filmada, con elementos
metacinematográficos como las películas de Maciste, que Bianca visiona una y
otra vez, los sueños en torno a esas películas y los paseos de Bianca frente a
un cine (Img. 24) o frente a grandes sets de cartón piedra listos para rodar.
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(Cine y Filosofía, 2014: 12' 20''). Ambas textualidades se nos presentan como
tejidos sin bordes, sin inicio y sin final, acosadas por intertextualidades que
esperan a su lector, que retroalimentan el universo literario y el de la diversidad
de las artes (Espinosa, 377); pero su vez, cada cual guarda algo intransferible.
En este sentido, podemos concluir que Il Futuro se trata de una adaptación fiel,
aunque no en el sentido clásico de «fidelidad», sino más bien como una
analogía de la hibridación existente entre la narrativa con la poesía y del cine
con la poesía.
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