Está en la página 1de 2

Autógrafo de un triolet inédito

Author(s): Manuel González Prada


Source: Revista Hispánica Moderna, Año 4, No. 1 (Oct., 1937), p. 9
Published by: University of Pennsylvania Press
Stable URL: http://www.jstor.org/stable/30201017
Accessed: 27-12-2015 01:04 UTC

Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of the Terms & Conditions of Use, available at http://www.jstor.org/page/
info/about/policies/terms.jsp

JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars, researchers, and students discover, use, and build upon a wide range of content
in a trusted digital archive. We use information technology and tools to increase productivity and facilitate new forms of scholarship.
For more information about JSTOR, please contact support@jstor.org.

University of Pennsylvania Press is collaborating with JSTOR to digitize, preserve and extend access to Revista Hispánica
Moderna.

http://www.jstor.org

This content downloaded from 212.219.139.72 on Sun, 27 Dec 2015 01:04:07 UTC
All use subject to JSTOR Terms and Conditions
SECCION ESCOLAR 9

IIa,

I4 I

/1

GONZALEZ PRADA: AUTOGRAFO DE UN TRIOLET INMDITO

ANtCDOTA S
LAS BOTAS DEL MAESTRO RAMOS dieciocho pesos son muchas propinas jun-
tas... Pero si me fueras pagando poco a poco,
En la calle de la Merced, junto a la casa yo te iria haciendo las botas.
en que vivian los Gonzilez de Prada, habia Qued6 cerrado el trato. El maestro Ramos
una zapateria del maestro Ramos, en cuya tom6 las medidas y desde aquel dia no hubo
vidriera alucinaban a Manuel unas botas de moneda que de las manos de Manuel no
montar, de caiia cefiida, lustrosas, deslum- fuera al bolsillo del zapatero. Todas las
brantes. El muchacho se detenia siempre a tardes, antes de entrar a su casa, Manuel se
contemplarlas, aivido. Y el maestro Ramos, detenia un momento.
adivinando los deseos del muchacho, solia -iC6mo van las botas, maestro?
preguntarle siempre con malicia: -Ahi van, don Manuelito, ahi van...
-Y, don Manuelito Ecuindo le hacemos Al cabo de algunas semanas:
ese par de botas?
--iY las botas, maestro?
Manuel se disculpaba, balbuceando excu- -Ya vendrin, don Manuelito, ya ven-
sas, pero le traicionaba el brillo de sus ojos. drin...
El maestro Ramos insistia, ladinamente, te- Real por real, Manuel habia completado
jiendo su tela, en derredor del codicioso: los dieciocho pesos del precio:
-Se que no tienes plata en tu alcancia: -Maestro iy mis botas?

This content downloaded from 212.219.139.72 on Sun, 27 Dec 2015 01:04:07 UTC
All use subject to JSTOR Terms and Conditions

También podría gustarte