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Hablar de la Revelación cristiana a lo largo de la historia, como expresa Rino Fisichella: “es

descubrir a Cristo como el centro de la historia, puesto que todo lo que le precedía, en algún
modo lo estaba prefigurando y lo que le prosigue es ilumindado y vivificado por su persona”

Hablar de la revelación cristiana largo de la historia, nos hace entrar el tema más específico
de la transmisión de la revelación y de la inspiración de los textos sagrados.

EL HECHO DE LA TRADICIÓN

Transmitir el contenido de la predicación de Cristo y la revelación constituida por la


totalidad de su persona, es lo que constotuye el ser mismo de la Iglesia. Ser iglesia equivale
a ser misioneros del Evangelio y anunciadores de la realización de la salvación efectuada
definitivamente por Cristo

Este fue el mandamiento final de Jesús de Nazaret, antes de subir al cielo y de ser elevado
a la derecha del Padre: “Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced
discípulos míos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo, enseñándoles a observar todo lo que yo les he transmitido. Y he aquí que yo
estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo”

Hay tres elementos fundamentales que constituyen este texto y lo determinan como fase
para la transmisión de la revelación.

1. La centralidad de Jesús de Nazaret en la historia de la salvación.


a. Él es definitivamente aquél en quien habita en plenitud la divinidad. Puesto
que ver a Cristo, es ver al Padre. Su centralidad determina la universalidad
del anuncio realizado por él.

2. La revelación de Cristo toca al hombre en su humanidad más profunda.


a. La revelación por tanto tocando al hombre en su dimensión antropológica
mente más significativa, se sitúa también en la esfera más íntima y en lo que
el hombre siente más universalmente como suyo. La enseñanza de Cristo es
una sola con su persona, por tanto, la trasmisión a los hombres tiene que
llevar consigo la integridad de la enseñanza y la coherencia con todo lo que
esto supone.

3. Atención constante a la dinamica que el Espíritu Santo crea en la trasmisión de la


Revelación
a. Seguir trasmitiendo la Revelación equivale a permitir que el Espíritu Santo
actúe en el mundo sin obstaculizar su función de hacer a todos los pueblos
discípulos de Cristo.
Transmitir la única y completa revelación de Cristo es por tanto un proyecto ya presente en
el Plan salvífico del Padre y sólo en este momento es visible para el creyente, la acción de
toda la Trinidad en el horizonte del Revelación.

UN DATO DE HECHO

La Tradición es un dato hecho. Antes de ser un fenómeno religioso, la transmisión es un


procedimiento humano. Es mediante la tradición que se forman las culturas y como toma
forma la historia, puesto que la tradición permite al hombre sentirse a sí mismo como
perteneciente a una civilización y, al mismo tiempo, como constructor y creador de nuevas
formas de vida en donde mostrar a las posteriores generaciones su actividad y su ingenio.

El recurso a la tradición no es sinónimo de conservadurismo o de reacción, es más bien


expresión de apertura a toda forma de vida. En efecto, la tradición pertenece a la sabiduría
y a la sensatez popular, que expresa sus cualidades más profundas y más ricas, como la
dinámica hacia el futúro y la capacidad real del discernimiento de lo que caracteriza
plenamente a la vida y a la historia de los hombres.

ANTIGUO TESTAMENTO

El Antiguo Testamento particularmente representa a la religión hebrea como la religión de


la tradición. Nace, se desarrolla y crece en torno a la tradición de los padres. La familia y las
expresiones culturales que se refieren a Yahvé son la fuente de dicha tradición.

EL NUEVO TESTAMENTO.

Los escritos del Nuevo testamento son fruto de una tradición que se desarrolla sobre un
triple plano:
1. En el origen está en el anuncio y la obra de Jesús de Nazaret, con su decisión de
constituir el grupo de los discípulos, los que continuarán con la misión de transmitir
su mensaje
2. La comunidad pospascual que, a la luz de la experiencia de la resurrección de Jesús
y de la comprensión del mismo como Cristo glorioso, trasmite sus palabras y gestos.
3. La comunidad apostólica que codifica la normatividad de la revelación de Cristo de
frente a las incipientes herejías.

Estas tres capas constituyen el desarrollo de la tradición neotestamentaria hasta la


codificación por escrito, pero no agotan la evolución de la tradición, que evidentemente
continuó, y no sólo de forma escrita. Una mirada a las carta de San Pablo, no puede menos
que confirmar este procedimiento.
Efectivamente San Pablo, revela que tiene plena conciencia de la existencia de la tradición
oral, tradición que edifica la iglesia porque permite mantener viva la palabra del Señor y su
aplicación en la vida interna de las diferentes comunidades; orientando la iglesia hacia una
comprensión más profunda decí mismos y de su propia identidad.
PARA UNA HISTORIA DEL CONCEPTO

a) EL PERIODO PATRÍSTICO

El periodo de los padres de la Iglesia muestra una evolución del concepto de tradición. El
tiempo de los padres apostólicos y de los apologistas caracterizado por la falta de un canon
para los escritos neotestamentarios, es importante porque muestra la idea que subyace al
concepto de tradición. La cual está constituido por tres elementos particulares.
1) La escritura, es decir, los textos veterotestamentarios
2) La enseñanza de los apóstoles.
3) Las acciones litúrgicas y disciplinares.

Siglo II y III

Marcan una etapa decisiva para la evolución del concepto de tradición; puesto que existe
una distinción creciente entre escritura y tradición, pesto que se pensaban como dos
momentos de la trasmision del Evangelio; la tradición, viene a significar solamente la
trasmisión oral de la enseñanza de los apóstoles.

Siglo IV y V

Determinan sustancialmnte el concepto de transmisión de la revelación divina. El término


tradición se va enriqueciendo, designando tambié el conjunto de las explicitaciones e
interpretaciones patrísticas.
Por lo tanto, la tradiciones es fundamentalmente la globalidad del misterio cristiano, que
viene transmitido a través del curso de los siglos. Incluye en primer lugar el antiguo
testamento y la interpretación cristiana del mismo, la novedad y singularidad de Jesús de
Nazaret como sujeto fontal y contenido específico, la interpretación del mensaje del
mensaje y del misterio de Cristo, interpretación que se lleva a cabo primero con los
apóstoles y posterormente con los padres y los concilios.

b) LA EDAD MEDIA

Lo que está la base de la reflexión de los escolásticos es la idea de la Escritura como fuente
de la vida de la Iglesia y la teología como forma autoritaria de interpretación, formando una
sola página. El silencio sobre la tradciicón en este periodo de tiempo, se debe a que los
escolásticos consideraban la tradición como la teología, cargada de autoridad que reflejaba
la de Dios mismo.

Lutero y el Concilio de Trento.

Presentación de la crisis.
La edad media tardía muestra una disociación cada vez mayor entre la Escritura y la iglesia.
La iglesia mira cada vez más a sí misma, se modela en una realidad estrucutrada, eficiente
y jurídicamente protegida, capaz de competir con otras estrucutras políticas y soiales. Otra
situación histórica, es la excesiva importancia dada por la teología y por la acción pastoral
a los temas del purgatorio y de las indulgencias, que no se encuentran en las escrituras si
no en la tradición.

La posición de Lutero.

El programa de Lutero se concibe esencialmente como una radical reforma de la Iglesia.


Esta reforma se realizaría mediante el derribo de tres murallas:
La división entre clero y laicos.
La autoridad infalible del papá y de la autoridad eclesiástica en la interpretación de
la Escritura.
La pretensión del del pontífice de convocar un concierto.

Principios doctrinales

Tres principios constituyen el esqueleto de la doctrina luterana:


 El sacerdocio común
 La sola Escritura
 La justificación.

Las consecuencias

Fundamentalmente el conflicto partía del concepto de tradición: la Iglesia la describía como


una forma de mediación de la revelación, pero en aquella época era identificada con las
prácticas y los preceptos eclesiásticos y las consuetudines Eclesiae. Ante todo esto, Lutero
se revela contra todo ellos hablando de tradición como de un abuso por ser obra del hombre
y, de esta manera está alejada de la salvación.

El Concilio de Trento

Con el Concilio de Trento, la Iglesia Católica toma posición en contra de los ataques de la
Reforma. Tres elementos destacan del texto del decreto tridentino:
1. La continuidad.
a. Se propone mostrar la profunda continuidad que hay entre la Escritura y la
Iglesia.
2. La mediación.
a. La verdad de la revelación cristiana es siempre mayor que cada formulación
que se puede hacer, porque es constituida por el misterio de la persona de
Cristo.
3. La normatividad.
a. La insistencia en el hecho de que los escritos son insuficientemente para el
conocimiento global de la verdad revelada lleva consigo la aceptación de la
tradición como dato esencial y normativo para la fe.

c) DESPUÉS DEL 1950

Después del Concilio, la Tradición se describe en su dimensión dinámica, abierta siempre a


nuevas adquisisicones, ligada indisolublemente al conocimiento de Cristo.

EL VATICANO II Y LA TRDICIÓN

R. Latourelle ha dicho: “Por primera vez un documento del magisterio extraordinario


propone un texto así elaborado sobre la Tradición: naturaleza, objeto, importancia.”

Cinco definiciones de Tradición en la Constitución dogmática Dei Verbum


1. Aquello cunato el Padre ha revelado
2. El Evangelio prometido con anterioridad por medio de los profetas y cumplido y
promulgado personalmente por Cristo, como la fuente de toda verdad saludable y
de toda regla moral.
3. Aquello que es realmente enseñado por los apóstoles.
4. La predicación apostólica expresada en modo especial los libros inspirados.
5. Todo lo que contribuye a la conducta santa del pueblo de Dios y el incremento de la
fe en la doctrina, en la vida en el culto.

Los Padres conciliares señalaron el punto central que constituye la superacion de toda
controversia, ese punto consiste en la unidad de la fuente de donde dervian la Escritura y
la Tradición, ambas proceden de la Palabra de Dios. Así, tienen unidad de origen, de
contenido y de finalidad.

Una ultima determinación para la exposicion completa del tema de la Tradición es la función
del Magisterio.
 El motivo de la intervención del Magisterio
 El papel que desempeña
 Las modalidades de actuación

EN BÚSQUEDA DE UNA CRITERIOLOGÍA

Es posible proponer algunos criterios para una doble visión que afecte tanto la integridad
del contenido como al discernimiento que hay que practicar para la distinción entre
tradición apostólica y eclesiástica.

1. Cristo glorioso revelador del padre.


a. Hablar de Cristo glorioso equivale a reconocer no solo su historicidad, sino
tambiñen la fe de la comunidad primitiva
2. La escritura.
a. El texto sacro, memoria normativa de los orígenes de la fe.
3. La iglesia.
a. Se piensa particularmente en dos elementos que la constituyen como tal: su
misma naturaleza y el sensus fidei.
4. El magisterio.
a. La tarea de magisterio será interpretar auténticamente la Palabra de Dios
escrita o trasmitida.
5. La profesión de fe.
a. Es la expresión de la síntesis de la fe
6. El carácter aarcaico.
a. Describe la continuidad y la universalidad para establecer un discernimiento
de las varias tradiciones.

Una criteriología para la tradición es limitativa, al contrario, permiten verificar


constantemente la vitalidad y la dinámica que constituyen las realidades eclesiales.

Asi, pues, la tradición se presenta nosotros como hecho necesario y dinámico, por tanto,
recuperar la tradición genuina de la iglesia equivale a cumplir entonces aquella memoria
histórica que nos permite insertarnos plenamente en la historia de siempre, pero como
hombres de nuestro tiempo, cristianos para hoy, por estar arraigados a la fuente misma del
cristianismo que, históricamente es de ayer, de hoy y de siempre.
Hablar de la Revelación cristiana a lo largo de la historia, es descubrir a Cristo como el centro
de la historia, puesto que todo lo que le precedía, en algún modo lo estaba prefigurando y
lo que le prosigue es ilumindado y vivificado por su persona.

EL HECHO DE LA TRADICIÓN

Transmitir el contenido de la predicación de Cristo y la revelación constituida por la


totalidad de su persona, es lo que constItuye el ser mismo de la Iglesia. Ser iglesia equivale
a ser misioneros del Evangelio y anunciadores de la realización de la salvación efectuada
definitivamente por Cristo

Este fue el mandamiento final de Jesús de Nazaret, antes de subir al cielo y de ser elevado
a la derecha del Padre: “Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced
discípulos míos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo, enseñándoles a observar todo lo que yo les he transmitido. Y he aquí que yo
estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo”

Transmitir la única y completa revelación de Cristo es por tanto un proyecto ya presente en


el Plan salvífico del Padre y sólo en este momento es visible para el creyente, la acción de
toda la Trinidad en el horizonte del Revelación.

UN DATO DE HECHO

La Tradición es un dato hecho. Antes de ser un fenómeno religioso, la transmisión es un


procedimiento humano. Es mediante la tradición que se forman las culturas y como toma
forma la historia, la tradición pertenece a la sabiduría y a la sensatez popular, que expresa
sus cualidades más profundas y más ricas, como la dinámica hacia el futúro y la capacidad
real del discernimiento de lo que caracteriza plenamente a la vida y a la historia de los
hombres.

ANTIGUO TESTAMENTO

El Antiguo Testamento particularmente representa a la religión hebrea como la religión de


la tradición. Nace, se desarrolla y crece en torno a la tradición de los padres. La familia y las
expresiones culturales que se refieren a Yahvé son la fuente de dicha tradición.

EL NUEVO TESTAMENTO.

Los escritos del Nuevo testamento son fruto de una tradición que se desarrolla sobre un
triple plano:
1. En el origen está en el anuncio y la obra de Jesús de Nazaret, con su decisión de
constituir el grupo de los discípulos, los que continuarán con la misión de transmitir
su mensaje
2. La comunidad pospascual que, a la luz de la experiencia de la resurrección de Jesús
y de la comprensión del mismo como Cristo glorioso, trasmite sus palabras y gestos.
3. La comunidad apostólica que codifica la normatividad de la revelación de Cristo de
frente a las incipientes herejías.

Estas tres capas constituyen el desarrollo de la tradición neotestamentaria hasta la


codificación por escrito, pero no agotan la evolución de la tradición, que evidentemente
continuó, y no sólo de forma escrita.

PARA UNA HISTORIA DEL CONCEPTO

a) EL PERIODO PATRÍSTICO

El periodo de los padres de la Iglesia muestra una evolución del concepto de tradición.
1) La escritura, es decir, los textos veterotestamentarios
2) La enseñanza de los apóstoles.
3) Las acciones litúrgicas y disciplinares.

b) LA EDAD MEDIA

Lo que está la base de la reflexión de los escolásticos es la idea de la Escritura como fuente
de la vida de la Iglesia y la teología como forma autoritaria de interpretación, considerando
la tradición como la teología, cargada de autoridad que reflejaba la de Dios mismo.

Lutero y el Concilio de Trento.

Presentación de la crisis.

La iglesia mira cada vez más a sí misma, se modela en una realidad estrucutrada, existe una
excesiva importancia dada por la teología y por la acción pastoral a los temas del purgatorio
y de las indulgencias, que no se encuentran en las escrituras si no en la tradición.

La posición de Lutero.

Tres principios constituyen el esqueleto de la doctrina luterana:


 El sacerdocio común
 La sola Escritura
 La justificación.

Las consecuencias

Fundamentalmente el conflicto partía del concepto de tradición: la Iglesia la describía como


una forma de mediación de la revelación, pero en aquella época era identificada con las
prácticas y los preceptos eclesiásticos y las consuetudines Eclesiae. Ante todo esto, Lutero
se revela contra todo ellos hablando de tradición como de un abuso por ser obra del hombre
y, de esta manera está alejada de la salvación.

El Concilio de Trento

Con el Concilio de Trento, la Iglesia Católica toma posición en contra de los ataques de la
Reforma. Tres elementos destacan del texto del decreto tridentino:
1. La continuidad entre la Escritura y la Iglesia.
2. La mediación por el misterio de la persona de Cristo.
3. La normatividad, es la aceptación de la tradición como dato esencial y normativo
para la fe.

c) DESPUÉS DEL 1950

Después del Concilio, la Tradición se describe en su dimensión dinámica, abierta siempre a


nuevas adquisisicones, ligada indisolublemente al conocimiento de Cristo.

EL VATICANO II Y LA TRDICIÓN

Cinco definiciones de Tradición en la Constitución dogmática Dei Verbum


1. Aquello cuanto el Padre ha revelado
2. El Evangelio prometido con anterioridad por medio de los profetas y cumplido y
promulgado personalmente por Cristo, como la fuente de toda verdad saludable y
de toda regla moral.
3. Aquello que es realmente enseñado por los apóstoles.
4. La predicación apostólica expresada en modo especial en los libros inspirados.
5. Todo lo que contribuye a la conducta santa del pueblo de Dios y el incremento de la
fe en la doctrina, en la vida en el culto.

Para Rino Fisichella, una novedad encontrada en su discurso, es la búsqueda de una


criteriología de la Tradicón, criterios para hacer la distinción entre tradición apostólica y
eclesiástica basada en los siguientes puntos: Cristo glorioso revelador del padre, la Escritura,
la Iglesia, el magisterio, la profesión de fe y el carácter arcaico.

Por tanto, afirma R. Fisichella: “Una criteriología para la tradición no es limitativa, al


contrario, permite verificar constantemente la vitalidad y la dinámica que constituyen las
realidades eclesiales.

Asi, pues, la tradición se presenta nosotros como hecho necesario y dinámico, recuperar la
tradición genuina de la iglesia equivale a cumplir entonces aquella memoria histórica que
nos permite insertarnos plenamente en la historia de siempre, pero como hombres de
nuestro tiempo, cristianos para hoy, por estar arraigados a la fuente misma del cristianismo
que, históricamente es de ayer, de hoy y de siempre.

Rino Fisichella es un arzobispo católico, teólogo que ha ejercercido como profesor de


Teología fundamental, fue consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe,
especialista de la teología del destacado Hans Urs von Balthasar, colaborador de la encíclica
Fides et Ratio, y actualmente presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la
Nueva Evangelización, cuya tarea es la de volver a despertar la fe en las zonas
tradicionalmente cristianas del mundo, especialmente Europa y América del Norte.

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