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Introducción:

Se considera que el caso Galileo no es un prototipo de las relaciones


ciencia-fe, ya que en ningún caso representa la realidad histórica, científica
y teológica de las auténticas relaciones entre ciencia-fe que se enmarcan en
las más amplias razón-fe, que están explicadas en la encíclica Fides et
Ratio de SS. Juan Pablo II.

Definido esto hay que pasar a descubrir que realmente el caso Galileo, en
la visión popular e incluso de algunos científicos es un mito creado por
intereses más o menos oscuros que intentan deslucir la realidad de la fe
católica como una idea coherente del mundo en la que ciencia y fe se
coadyudan en el discurrir de la vida y el hacer del cristiano y de la teología.

1. El caso galileo como prototipo

El caso galileo no es un prototipo de las relaciones ciencia-fe por:

 Un prototipo es aquel modelo a partir del cual se muestra la realidad


que se va generalizar como primera aproximación a un proyecto de
ulteriores desarrollos. Por ello el prototipo debe ser un primer estudio
ya modelizado del futuro. Por esto el caso Galileo debería ser
paradigmático y primer caso serio de estudio y análisis de las
relaciones posteriores entre la ciencia y la fe, y a la vez ser un
modelo fiable, que representase con verdad y semejanza las citadas
formas de relación, generalizable, por tanto, y que esté en la mayoría
de casos siguientes según el patrón en él ocurrido.

Pero el caso Galileo no es ni el primer caso de supuesto desencuentro


entre la labor científica y la fe que se esgrime para argumentar la
imposible relación, la autoritaria actitud fundamentalista, fanática y
fideista de la Iglesia católica, y tampoco representa la realidad
posterior de estas relaciones.

 Si el caso galileo hubiera sido un prototipo real del pasado, presente


y futuro de las relaciones entre la fe y la ciencia, en realidad no
hubiera tenido importancia histórica ni sería objeto de este estudio.
Ya que es un caso singular: se estudia, ya que no es paradigmático:
se estudia, ya que no es el marco que la Iglesia católica quiere y/o
acepta se estudia. En todo caso sería el prototipo de lo que los
denigradores de la Iglesia católica quisieran fuesen las relaciones fe-
razón, y por eso si que se estudia.

 La realidad del caso Galileo es un desencuentro, y como todo


desencuentro: duro y de difícil digestión para un católico, en el que
por las circunstancias del momento histórico en relación a la
sensibilidad sobre la lectura e interpretación de las S.E. (reforma
protestante), del inicio de una nueva forma de hacer ciencias
naturales, en las cuales el método no estaba todavía depurado, por lo
que no tenían la fiabilidad que obtendrían después (y la concepción
actual de su omnímodo poder no tenía ni siquiera visos de realidad,
siendo además esta concepción actual falsa), el cambio
importantísimo en la metafísica aristotélica que suponía el
heliocentrismo y el movimiento de los5 elementos (heliocentrismo,
manchas solares, movimientos astrales no geocéntricos) y el
desencuentro de personalidades que se dejaron guiar más por el
temple, que por la razón (teológica o científica, según el caso y la
responsabilidad).

Por todo esto el caso galileo no puede ser un prototipo.

2. El caso Galileo como mito:

Que el caso Galieo es un caso concoido por todos losm que se acercan
al conocimiento de la ciencia, y a su relación con la Iglesia católica, e
sun hecho incuestionable. El desplante que sufrió por parte de algunos
grupos de cientifios el Papa benedicto XVI en la universidad de
Ratisbona no hace más que unos pocos años nos recuerda la dificultad
de muchos científicos de asimilar las correctas relaciones fe.ciencia; La
rehabilitación de Galileo por Juan Pablo II nos habla de lo mismo, y así
se ve que el caso Galileo es un hecho histórico que presenta una larga
sombra sobre el presente. Las causas de esta corriente de pensamiento, y
su pervivencia en el tiempo son más difíciles de rastrear para mi ahora,
aunque se intuyen.
Pero analizándolo racionalmente y con rigor histórico, como se ha
hecho en este curso, podemos deslindar el carácter de verdad de lo
realmente ocurrido, desmitificando, con el uso de la razón, lo que se
intenta absolutizar con sinrazones: Que Galileo fue una victima
cruelmente tratada por la intransigencia de una Iglesia dogmatica y
fundamentalista opuesta a la ciencia y a todo uso libre de la razón.

Sobre la vida, circunstancias, trato recibido, y muerte de Galileo me


remito al exquisito trato recibido, su muerte en la cama de causas
naturales a avanzada edad, y el desarrollo de gran parte de sus mejores
trabajos tras su condena en 1633.

Para mí si es de gran importancia el que la condena se realizase por el


tribunal eclesiástico, ya que prescindiendo de las discusiones científicas,
metafísicas y sólo posteriormente teológicas y disciplinarias, si que fue
condenado por un tribunal eclesiástico, y con alguna causa teológica, lo
que es de advertir y aceptar. Si la condena no hubiese llevado la
abjuración del heliocentrismo, la causa hubiese sido sólo disciplinaria
por no haber cumplido la orden del cardenal Belarmino en 1616, y el
caso no sería tan mítico.

Pero lo anterior, siendo real, y por ello importante de por sí, no debe
oscurecer que si bien la Iglesia en sus hombres (No en su doctrina, ya
que en el concilio tridentino ya encontramos las bases doctrinales sobre
la lectura de la Biblia en “fe y costumbres”) se equivocaron, las causas
de este error son imputables también a Galileo, a su método científico, a
su falta de pruebas ciertas, ya que esgrimió en su defensa argumentos
(Mareas) cuando no erróneos, a veces no fundamentados en la ciencia
de la época (paralaje) Y aún se ha de ver que su explicación no era la
única (Tycho-Brahe), ni la mejor en aquel momento histórico y con los
medios científicos del momento, y aún más era una teoría (no un hecho
probado por tanto) que tenía fuerte oposición a niveles de universidad al
margen de la teología (científicos, metafísicos,...).

Tampoco se puede atacar al conjunto de la Iglesia no sólo porque no se


dio una definición magisterial o dogmática equivocada, sino porque
hubo muchos teólogos, hombres y mujeres de Iglesia que apoyaron
humanamente, científicamente, y teológicamente las explicaciones de
Galileo.
En todo caso el affaire galileo ha sido extrapolado y desdibujado en un
intento de atacar uno de los fundamentos de la fe católica: su
racionalidad.

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