Está en la página 1de 4

Para efectos del Derecho Probatorio Venezolano, a partir de la reforma de los

Códigos adjetivos iniciada con la reforma del Código de Procedimiento Civil de


1986 y seguida después por el Código Orgánico Procesal Penal de 1999 y
demás reformas, aplicable a todos los procesos habidos y por haber en nuestro
país (sean estos civiles, penales, contencioso-administrativos, tributarios,
mercantiles, marítimos, constitucionales, etc.) impera para efectos de la
valoración de los elementos probatorios que sustentan los distintos argumentos
realizados por las partes a lo largo del proceso el sistema de la Sana Crítica de
la Prueba, el cual puede ser perfectamente definido como el criterio aplicado
por el Juez a la hora de valorar los diversos elementos probatorios provistos en
el expediente correspondiente a un determinado proceso, de acuerdo con los
principios de la lógica y la buena fe.

Este sistema de valoración que más bien puede verse como uno de los
elementos que permite constatar el carácter acusatorio de nuestro sistema
procesal en materia penal, puede ser visto con especial atención en el Código
Orgánico Procesal Penal, cuando el artículo 182 de esta norma adjetiva penal
establece que la prueba debe “…ser útil para el descubrimiento de la verdad…”
es decir, que para que se pueda alcanzar la verdad, debe hablarse
necesariamente de que el Operador de Justicia debe ser capaz de discernir
sobre los diversos elementos probatorios presentados y así poder separar la
paja del trigo. Esta no resulta cualquier actividad sino que más bien, es el
desafío que a diario se presenta en todos los Tribunales a nivel mundial; raro
no resulta que hayan pruebas documentales, testimoniales o confesiones que
resulten ser contradictorias entre sí en un proceso de naturaleza penal, ante lo
cual la pregunta necesaria es ¿Cómo el Juez puede descubrir la verdad?

Ante esta pregunta tan trascendental en un área del Derecho tan vital y en
donde un error puede significar que una persona inocente pase años y años en
un recinto penitenciario privada de su libertad; la Criminalística como técnica
auxiliar para el Proceso Penal, mediante la cual se llega al discernimiento de la
verdad material a través de conocimientos técnicos sobre todas las cuestiones
científicas y técnicas asociadas al hecho punible, a la identificación de
personas, e incluso a la determinación de responsabilidades en hechos tan
distintos como accidentes de tránsito, homicidios o violaciones; cobra vital
importancia ya que se convierte en una herramienta crucial en el desarrollo de
la fase de investigación en el proceso penal, ya que las pruebas que puedan
aportar para esclarecer la responsabilidad de una determinada persona en un
hecho punible, o los elementos de convicción que demuestren la falta de
pericia en el desarrollo de recolección de pruebas que según sea el caso
podrían terminar con la invalidez del elemento probatorio que pudieran aportar
con sus investigaciones; deviniendo esto en la libertad de un culpable o peor
aún la encarcelación de un inocente. Asimismo, una investigación criminalística
seria, bien llevada, redunda en que los actos conclusivos solicitados por el
Ministerio Público, se asocian más con la imparcialidad y el principio rector de
búsqueda de la verdad contenido en el artículo 13 del COPP que en meras
corazonadas u órdenes superiores que pudiera tener el Fiscal en el ejercicio de
sus funciones, haciendo así de la actividad acusatoria, algo más exacto en la
medida en que sean valorados debidamente los resultados de una determinada
investigación por el Fiscal, al momento de recopilar todos los elementos
probatorios que sustenten bien sea un sobreseimiento fiscal, un archivo o una
acusación como actos conclusivos de la fase de investigación del proceso
penal.

La investigación criminal se realiza en forma metódica, técnica y científica,


trabajando de la mano con todas las disciplinas de la Criminalística quienes
prestan un importantísimo auxilio técnico y científico al Ministerio Público como
órgano encargado de la acusación Penal y al proceso penal en sí mismo por
medio de la invaluable contribución al objetivo de alcanzar la verdad material
por medio del proceso, mediante los dictámenes periciales, reconocimientos,
inspecciones judiciales, reconstrucciones de hechos, recolección de indicios,
que contribuyen a que se logre una correcta, sana y pronta administración de
justicia. Es tan importante durante la investigación de la averiguación previa,
que cuando se recibe una denuncia, acusación o querella, dependiendo de las
características del hecho; se inicia el procedimiento penal con la aplicación del
Derecho Procesal y al final recibiendo el apoyo de la Criminalística durante la
investigación técnico, policial y jurídica del delito. En ella intervienen todos los
elementos del acercamiento, de contacto, de descubrimiento de la personalidad
que responden a un sentido particular: El del arte de investigar ligado a la
ciencia, de aplicar el conocimiento, la experiencia y los métodos científicos
existentes para descubrir y demostrar fehacientemente una determinada
realidad, requiere trabajo técnico para la averiguación del delito y esclarecer
los hechos presuntamente delictuosos, con aportes de pruebas. La
Criminalística y los peritajes nacen para facilitar el trabajo, desarrollo y
conocimiento de una averiguación previa de personas, hechos u objetos que
presentan dificultades para ser comprendidos. El juez, con la ayuda de la
investigación previa, auxilio del peritaje, desentraña una parte del acto o hecho
punible que ha generado el proceso para después poder definir. La Ciencia
pericial es totalmente aplicativa, es una ciencia de mayor proyección, dándole
métodos concretos para alejar de ella, en lo más posible el verbalismo. Los
magistrados judiciales se encuentran con frecuencia ante problemas cuya
solución requiere conocimientos especiales, ajenos a su preparación jurídica y
en tales casos recurren a técnicos en la materia correspondiente, a los cuales
piden una opinión sobre el punto a aclarar. Esta colaboración de la
Criminalística incorporada a la averiguación previa y a los textos legales es lo
que se llama propiamente hablando, una experticia.

Es importante señalar que la Criminalística no determina responsabilidades ni


señala directamente penalidades, sino que realiza INVESTIGACIONES Y
ESTUDIOS CIENTÍFICOS para conocer los hechos y presentar pruebas
respecto a su ejecución, desarrollo y consumación. La investigación criminal es
una tarea eminentemente policial, que tiene que ser regulada, documentada, e
instrumentada por pasos y una vez que se cumpla con todas estas técnicas
debe ser incorporada a las pruebas de la averiguación previa para que el Juez
y las respectivas partes intervinientes en el Proceso Penal, tengan un punto de
vista más amplio sobre el delito cometido.
Por medio de la ciencia y la tecnología, con su imprevisible desarrollo, se han
aportado conocimientos antes desconocidos para enfrentar la investigación de
los delitos, trasformando la investigación criminalística en una disciplina
exigente. Hoy en día, a través del método científico, el conocimiento científico y
la aplicación rigurosa de la ciencia y la tecnología, es posible una nueva
perspectiva para observar el lugar donde se ha producido un hecho de interés
criminalístico, entregando evidencias objetivas, que permiten esclarecer el
delito investigado, sustentada en la obtención de pruebas o evidencias útiles y
válidas procesalmente, más allá de los testimonios de personas. Se trata
entonces, de demostrar, fuera de toda duda razonable, que lo que se afirma
está apoyado en pruebas científicamente respaldadas y válidas según las
exigencias procesales. Saber ver con los ojos y la razón y mirar a través de
instrumentos de última generación, será la clave fundamental para que los
procesos de aquí al mañana, sean más apegados a la verdad, y por ende, cada
vez más justos.

También podría gustarte