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ENTRENUBES
TOMO I
COMPONENTE BIOFISICO
VEGETACIÓN
CORPORACION SUNA HISCA
DEPARTAMENTO TECNICO ADMINISTRATIVO DEL MEDIO AMBIENTE CORPORACION SUNA HISCA-
VEGETACIÓN
9. VEGETACIÓN
PARQUE ECOLOGICO DISTRITAL DE MONTAÑA ENTRENUBES
El marco general de este proyecto constituye la elaboración el Plan de Manejo Ambiental para el
Parque Entrenubes. En esa medida, este trabajo establece una descripción e interpretación de la
vegetación del Parque, a partir de la relación que existe entre la vegetación y cada una de las
escalas del paisaje. Es decir, nosotros integramos todos los elementos que hacen parte de un
sistema, que están organizados jerárquicamente y que se relacionan entre si, en alguna medida.
Para esto seguimos las propuestas de Botero (1977), Villota (1980) y Etter (1990, 1992) para
Colombia; y establecimos el sistema estructurante o componente biofísico como base para el
análisis de los sistemas de alteridad (Bachaqueros 1998).
El Parque Entrenubes es un área de reserva que se encuentra ubicada junto a los cerros
surorientales de Bogotá, D.C., en las localidades de San Cristóbal, Usme y Rafael Uribe.
Comprende los cerros Guacamayas, Juan Rey y Gavilán, con un área de 627 ha, distribuidas desde
los 2600 m hasta los 3100 m de altitud. El parque presenta una temperatura media anual de 12.3°
C y precipitaciones de 800 mm al noroccidente y de 1200 mm al suroriente. Esta diferencia en la
precipitación es debida a la orografía y a la influencia de los vientos, lo cual genera un clima frío-
húmedo al suroriente y frío-semihúmedo al noroccidente del Parque (Alcaldía Mayor de Bogotá &
DAMA 2001, IGAC 2003).
• Superpáramo
Franja situada por encima de 4000 m de altitud hasta el límite de las nieves perpetuas. Se
caracteriza por la discontinuidad de la vegetación y la apreciable superficie de suelo desnudo.
Predomina la vegetación de tipo prado con especies de Draba y matorrales bajos con
especies de Loricaria.
Por otro lado, la variabilidad ecológica de los páramos que se relaciona con la precipitación
principalmente, ha permitido diferenciar tres tipos de páramo: los Páramos secos con montos de
precipitación anual de 800 mm aprox.; los Páramos semihúmedos con 1500 mm y los Páramos
húmedos con más de 2000 mm. Se ha encontrado para Colombia que los páramos secos presentan
una riqueza florística menor que los páramos húmedos. Otra de sus características es una tendencia
al hábito leñoso, lo cual incrementa el peligro de perder este ecosistema por causa del fuego, ya que
sus poblaciones son muy sensibles a los efectos de éste (Tabla 1). Entre el grupo de especies
frecuentes que lo caracterizan están Diplostephium phyllicoides (romero de páramo), Bucquetia
glutinosa (quebrollo), Gaultheria erecta (Uvo) y Gaylusaccia buxifolia. En el caso de los páramos
húmedos se encuentra Chusquea tesellata Calamagrostis bogotensis, Calamagrostis efussa,
Rynchospora macrochaeta, Espeletia grandiflora, Blechnum loxense, Pernettya prostrata y
Paepalanthus karstenii¸ entre otros (Rangel 2001 a).
34 familias 63 familias
804.7 mm (Berlín
84 géneros 2120. 69 mm 175 géneros
y Vetas) 77 familias
142 especies 1500.1 mm 409 especies
251 géneros
47 familias (Sumapaz) 76 familias
999.2 mm 619 especies
127 Géneros 2394. 3 mm 247 géneros
(Nariño)
227 Especies 534 especies
Tabla 1. Comparación de la precipitación y la riqueza en los páramos secos, semihúmedo y húmedos.
Con base en los datos expuestos en Rangel (2001a).
• Páramo
La zona de páramo en los cerros orientales se encuentra aproximadamente entre 3.400 y 4.000
m de altitud, con temperaturas medias anuales entre 9°C y 4°C, y de dos a cuatro meses
relativamente secos (alrededor de enero y febrero). Los suelos son negros, ricos en humus y
contienen material de alteración de cenizas volcánicas. Su espesor puede variar desde 50 cm
hasta 1 metro o más, o faltar por completo donde afloran rocas (cuchillas o partes más
inclinadas) (CAR, 1998 en DAMA 2003). El tipo distintivo de esta formación vegetal, para los
páramos de Monserrate y Cruz Verde son Pajonales, Matorrales, Frailejonales y Pajonal
frailejonal, en donde se encuentran especies de pajonal como Calamagrostis effusa, C.
planifolia, Jamesonia bogotensis, Spiranthes vaginata y Alteinstenia fimbriata (Lozano &
Schnetter 1976, Vargas & Zuluaga 1980, Sánchez & Rangel 1990, en Cortés 2003).
• Subpáramo
En la zona baja del páramo o Subpáramo (3.000 – 3.400 m.s.n.m.), sobresale el cinturón de
Ericáceas y los Bosques enanos (Vaccinium). También se le encuentra a alturas inferiores al
límite superior del bosque (hasta 2.800 m. de altitud) en laderas fuertemente erosionadas
cubiertas por páramo y subpáramo secundario. Se caracteriza por presentar arbustos y arbolitos
a veces muy altos, como uva de monte o camarona (Macleania rupestris), uva de anís
(Cavendishia bracteata), pegamosco (Befaria resinosa), uvito de páramo (Gaultheria
• Bosque Altoandino
De acuerdo con FEBB (2000, en DAMA 2003), se encuentran por encima de los 2.750 ó 2.800
m de altura, están caracterizados por presentar Encenillo (Weinmannia tomentosa), junto con
gaque (Clusia multiflora), cucharo (Myrsine guianensis), chusque y trompillo como principales
subdominantes.
Se encuentra bosque de laderas altas con encenillo y canelo (Drymis granadensis) entre los
3.200 y 3.400 m de altitud, está localizado típicamente en Monserrate, San Francisco y Santa
Fe. También se han definido bosque de laderas medias entre 3.000 y 3.200, con encenillo,
gaque y cucharo; bosque de laderas pesadas entre 2.800 y 3.100 con encenillal con chuwacá
(Prunus buxifolia); bosque de Lauráceas en laderas medias y bajas y entre 2.700 y 2.850
bosque de colina y pie de cerro con cedro (Cedrela montana). Los bosques de encenillo y mano
de oso (Oreopanax floribundum), se encuentran típicamente en Torca. En el Verjón Bajo,
localidad de Chapinero y las riberas del Teusacá, se presentan bosques de Alisos (Alnus
acuminata), bosques altos de dosel abierto o cerrado, a más de 12 m de altura. Otro bosque alto
que se presenta en los cerros orientales es el bosque de aguacatillo gigante (Ocotea
heterophylla), del cual se encuentra un relicto en la quebrada Contador en la localidad de
Usaquén.
Esta parte de la Sabana presenta un clima relativamente seco (600-700 mm aprox), debido al efecto
de la sombra de lluvia producido en el extremo occidental de los cerros que bordean la sabana de
Bogotá (Van der Hammen & González 1965). Siguiendo e interpretando a Cardozo (1965), esta
región se extiende de 2650 a 2820 m de altitud y ocupa desde el bajo valle del río Tunjuelito,
limitando hacia el nororiente con el municipio de Soacha y la localidad de Bosa, hasta Techo y La
Picota; y continúa por las montañas al sur y al occidente de la laguna de “La Herrera”, hasta las
cercanías con Bojacá.
Es importante mencionar que este mismo autor, basado en cinco estaciones climáticas de la sabana
de Bogotá (Madrid, Mosquera, Bosa, Techo y la Picota), encontró que de acuerdo con el sistema de
Holdridge (1947), esta región corresponde al bosque seco montano bajo (bs- MB), debido al déficit
estacional de agua durante el invierno y el verano. Bajo otras clasificaciones identificó la estación
de la Picota (663.62 mm de precipitación anual), como de clima semiárido según el sistema de
Lang y como la transición de estepario o semidesértico a subhúmedo, según el índice de aridez de
Martonne.
Debido al estrés hídrico causado por la baja precipitación, el tipo de vegetación encontrado es
xerofítico (Van der Hammen & González 1965). Cardozo (1965) describió cuatro formaciones
vegetales con base en su fisionomía y composición florística: Matorral Montano micronanófilo con
Salvia bogotensis, Dodonaea viscosa y Chromolaena leivensis; Matorral Montano crasicaule
similar al anterior pero con dominancia del cactus Opuntia spp.; Matorral Rosetófilo con fiques
como Furcraea spp. y Agave spp.; y Pastizales cortos con Cardionema multicaule, Bouteloa
simplex, Coniza uliginosa y Panicum laxum, entre otros.
Otras especies que guardan relación con el Parque Entrenubes, son las asteráceas Coniza uliginosa,
Baccharis latifolia, Chromolaena bullata, Galinsoga hispida, Hieracium avilae, Lourteigia
stoechedifolia y Stevia lucida; las solanáceas Physalis peruviana, Lycianthes lycioides, Solanum
crinitipes; las poáceas Dactylis glomerata, Piptochaetium panicoides y Stipa ichu. Y especies de
otras familias como Tillandsia incarnata (Bromeliácea), Evolvulus bogotensis (Convolvuláceae),
Rumex acetosella, Muelhenbeckia tamnifolia y Polygala paniculata (Polygonáceas), Galium
hypocarpium (Rubiácea), Elleanthus cf. columnaris (Orchidácea), Trifolium pratense (Fabácea),
Juncus bufonius, Echeveria bicolor, Lantana boyacana, Tripogandra multiflora y el helecho
Pellaea ternifolia.
Por otro lado, Van der Hammen & González (1965) concluyen a partir de la recostrucción de los
últimos 5000 años para la Laguna de la Herrera, que la influencia humana junto con un período
menor de sequía, favoreció el incremento de elementos de vegetación xerofítica como Dodonaea y
Opuntia (Cactaceae). Posteriormente Van Geel & Van der Hammen (1973), describen los cambios
de la vegetación en la laguna de Fúquene y su relación con los matorrales de Dodonaea viscosa y
Baccharis rupicola. Estos autores encontraron que durante la última máxima glaciación (26.000-
12.500 años Antes del Presente) el páramo allí existente era muy seco y los suelos formados en una
época anterior habían desaparecido, cuando mejoró el clima las poblaciones de Dodonaea viscosa
se extendieron considerablemente y desaparecieron hace 10.000 años, cuando el clima comenzó a
ser lo que es hoy día. Posteriormente, las poblaciones de Dodonaea viscosa fueron reemplazadas
por bosques de Roble que tuvieron su máxima representación hace 7.000 años.Y desde hace unos
500 años las poblaciones de Dodonaea volvieron a aparecer como consecuencia de la tala de los
bosques, la agricultura, la ganadería etc.
Después del levantamiento de la cordillera de los Andes que terminó hace unos 3 millones de años,
se formó la gran laguna de la Sabana de Bogotá. Posteriormentente comenzó el cuaternario (2.5
millones de años), período en el cual ocurrieron grandes y frecuentes cambios climáticos que hoy
día se denominan glaciales (épocas muy frías lluviosas o secas) e interglaciales (épocas muy
parecidas al clima actual). La última de las glaciaciones comenzó hace 75.000 años y terminó hace
10.000 años, cuando empezó el Holoceno o período interglacial que actualmente estamos
viviendo.
Durante el último glacial la vegetación que rodeaba la laguna de la Sabana de Bogotá era de
páramo, subpáramo y bosque altoandino. Cuando comenzó el interglacial actual la temperatura
aumentó y el límite del bosque subió hasta su posición actual original (3.300-3.500 m de altitud) y
el altiplano y los cerros que rodeaban la sabana se cubrieron de Bosque Andino, excepto en las
áreas de muy bajas precipitaciones como el occidente y sur de la sabana en donde se extendió una
vegetación de tipo xerofítico, como se citó anteriormente (Hooghiemstra 1984, Hooghiemtra 1995,
Van der Hammen 1998).
Con relación al área en la cual se ubica el Parque Entrenubes, encontramos que de acuerdo con Van
der Hammen (1998), de no presentarse procesos de alteración antrópica tan avanzados como los
actuales, el Parque estaría cubierto por (Tabla 2):
• Bosque Andino Alto entre 2750-2800 y 3.100-3300 m de altitud con temperaturas medias
anuales entre 12°C y 9°C aproximadamente y precipitaciones entre 900 y 1500 mm anuales,
correspondiente al bosque húmedo montano y bosque muy húmedo montano, según el
sistema de Holdridge. Serían bosques con encenillo (Weinmannia tomentosa), Pegamoscos
(Bejaria reasinosa), Clethra fimbriata, Gaque (Clusia spp.), canelo (Drymis granadensis)y
espino (Duranta mutisii), entre otras.
• Bosque Andino Bajo ubicado en laderas bajas entre 2550-2600 y 2750-2800 m de altitud
con temperaturas aproximadas entre 14°C y 12°C y precipitaciones entre 600 y 900 mm
anuales, correspondiente según Holdridge al bosque seco montano bajo.
Los bosques a esta altitud pueden estar compuestos por corono (Xylosma spiculifera), espino y
raque, con otras especies como arrayán (Myrcianthes leucoxyla), cineraria espinosa
(Barnadesia espinosa), gomo- salvio (Cordia lanata), palo blanco (Ilex kunthiana) y Blechnum
occidentale, entre otros. O pueden ser un poco más húmedos y estar compuestos por muchas de
las especies ya mencionadas y por mano de oso (Oreopanax floribundum), gomo-salvio,
chusque (Chusquea) y mortiño (Hesperomeles goudotiana). En la parte plana debió existir un
bosque de palo blanco, raque y arrayán y en los piedemontes una transición entre éstos estos
bosques de la planicie y la parte baja de los cerros.
Tabla 2. Vegetación potencial de la sabana de Bogotá relacionada con el Parque Entrenubes, de acuerdo con lo
citado por Van der Hammen (1998).
9.1.2.5. Disturbio
Mora (1999) y Vargas (2000) realizan una recopilación acerca de la teoría del disturbio desde los
años setenta. Algunas de las definiciones citadas en estos estudios son:
Los disturbios son cualquier evento relativamente discreto que desorganiza la estructura de un
ecosistema, comunidad o población y produce cambios en los recursos disponibilidad de sutrato o
en el medio ambiente físico, incluyendo fluctuaciones medioambientales o eventos destructivos
(Pickett & White 1985).
En general, las definiciones acerca del disturbio provienen de observaciones a distintas escalas
espacio-temporales. Por esto es importante análizar jerárquicamente los disturbios y los patrones
sucesionales de la vegetación. Delcourt & Delcourt (1988) y Walker & Walker (1991) definieron
las escalas espacio temporales de los disturbios y Vargas (2002) retomó estos modelos para
aplicarlos en los páramos colombianos (ver Vargas 2002).
En conclusión, los paisajes son modelados por los disturbios naturales o antrópicos y por la
sucesión, ya que una vez producido un tipo de disturbio, en respuesta habrá un tipo de sucesión que
estará determinada por los rasgos de historias de vida de las especies como forma de crecimiento,
tasa de crecimiento y tolerancia.
Caracterizar la vegetación del Parque Entrenubes, como herramienta para la generación del plan de
manejo del Parque.
• Describir florística y estructuralmente los tipos de vegetación de los cerros Juan Rey,
Guacamayas y Gavilán.
• Comparar las unidades de vegetación encontradas con los ecosistemas cercanos de cerros
orientales y la región xerofítica de la sabana de Bogotá.
• Establecer los estados y las tendencias sucesionales, a nivel florístico y estructural, que
presentan las diferentes unidades de vegetación del Parque.
9.3 MÉTODOS
Los métodos se dividen en tres partes: coberturas y tipos fisionómicos; fisionomía, estructura y
composición de los tipos fisionómicos; e inventario florístico. Estos tres temas interpretados en
conjunto caracterizan la vegetación del parque Entrenubes (Gráfico 1). A continuación se
presentan los métodos utilizados en cada uno de ellos:
Para levantar la información en campo, se utilizó como base el mapa de cobertura y uso actual de la
tierra a escala 1: 5000 (IGAC, 2003). Se hizo una revisión preliminar de la cobertura de la
vegetación según Suna Hisca (2002), FEBB (1998), IGAC (2003), Cortés (com pers.) y las
observaciones realizadas en campo a finales de Enero de 2003. Siguiendo el formato para
levantamientos propuesto por Rudas y Prieto (inédito), se diseñó un formato que contempló
localización, diferentes categorías fisionómicas, topografía, etc. (Anexo 1).
En cada uno de los cerros del Parque (Guacamayas, Juan Rey y Gavilán) se realizaron recorridos
de campo en los meses de Febrero y Marzo de 2003 durante 15 días (Tabla 3). En estos recorridos
se ubicaron espacialmente en el mapa base (IGAC, 2003) los polígonos de coberturas y se
obtuvieron datos para cada uno de ellos, a partir del formato establecido.
Los datos obtenidos en campo con el formato, fueron incluidos en una base de datos en Excel. Esta
base de datos, las observaciones hechas en campo y la homologación con las leyendas de cobertura
realizadas por FEBB (1998) y Cortés & Remolina (2003), en los Cerros Orientales de Bogotá, D.
C. permitieron definir que tipos o categorías de cobertura se presentan actualmente en el parque.
Para esto, se tuvieron en cuenta los siguientes criterios:
Los tipos fisionómicos propuestos inicialmente y su homologación con los estudios realizados en
Cerros, por lo cual algunas de estas categorías desaparecieron o quedaron incluídas unas dentro de
otras. Las categorías definidas inicialmente fueron: (Bp) Bosque poco intervenido (>7 m), (Bi)
Bosque intervenido (>7 m,) (Bm) Bosque muy intervenido (>7 m, (Ma) Matorral alto (5m), (Mm)
Matorral medio (3-5m), (Mb) Matorral bajo (1-3 m), (Mr) Matorral de Retamo, (Ch) Chuscal, (Rv)
Rastrojo varias spp. (<1m), (Rh) Rastrojo con helecho (<1m), (Ap) Area paramizada, (Pr)
Paramillo, (E) Plantación de Eucalipto, (A) Plantación de Acacia, (P) Plantación de Pino, (Vh)
Vegetación de humedal (Vc) Vegetación de cantera, (Ps) Pastizal, (Cu) Cultivos y (Zu) Zona
urbana.
Un polígono se definió según el porcentaje de cada uno de los tipos fisionómicos que lo
caracterizaban, así:
Si un tipo fisionómico dominaba con el 70 -100% dentro del polígono, ese tipo definía el
polígono (por ejemplo, Matorral bajo, Matorral alto, Helechal, Chuscal, Vegetación de subpáramo,
etc.). Si los porcentajes de todos los tipos fisionómicos se distribuían equitativamente, se definía
como misceláneo y se tenía en cuenta quien cubría el mayor porcentaje dentro del área, siendo el
dominante del mosaico (por ejemplo, misceláneo de bosque, misceláneo de helechal, misceláneo de
matorral alto o bajo, etc.).
Se tomó como base la cartografía en formato digital elaborada por el IGAC (2003) Posteriormente,
con base en la información recolectada en campo se eligieron las categorías para realizar la
restitución cartográfica, se hicieron las modificaciones espaciales con el software ArcView
teniendo un error estimado en la digitalización de 2 mm, en la escala del papel, y de 10 metros en la
escala real. Luego de la rectificación espacial y de haber exportado la base de datos desde Excel
(.xls ) a Arc View (.dbf IV) y corregido la sintaxis de la tabla anexa, se procedió a realizar un
“disolve” con el campo o columna Num_Fracment de la tabla original. Al mapa obtenido se
aplicaron las normas de representación cartográfica y se elaboró la salida del mapa.
Fuentes de información original: Interpretación de fotografías aéreas No. 522 a 525 y 426 a 429,
vuelo C2673; IGAC, 2002. Control de campo; IGAC, 2003.
Una vez definidos los tipos de vegetación que se presentaron en el parque, se eligieron los sitios en
los cuales se realizaron los levantamientos de vegetación (Tabla 4). Con el número y el tamaño de
las parcelas se buscó cubrir la mayor variación posible desde el punto de vista topográfico y
espacial (por cerro). El área y el número de muestras fueron definidos siguiendo los estándares
utilizados en estudios similares en los Cerros occidentales de Bogotá (Cortés, 1999).
34 1580
Tabla 4. Número de levantamientos realizados para cada tipo fisionómico en cada uno
de los cerros, las cuencas y la topografía (cima=C, ladera=L, valle=V).
En cada una de las parcelas realizadas se hizo inventario de todos los árboles, arbustos, epífitos y
trepadoras con un diámetro a la altura del pecho (DAP) mayor o igual a 2.5 cm y se registraron los
parámetros de altura, diámetro, cobertura y estrato, de acuerdo con las propuestas de Matteucci &
Colma (1982) y Rangel & Velázquez (1997). Siguiendo la metododología de Cortés (1999) con
algunas modificaciones, en los bosques se hicieron parcelas de 200 m2 y en los matorrales bajos, y
altos de 100 m2. Para muestrear el estrato de arbustos, hierbas y rasante en cada una de las parcelas
anteriores, se trazaron de manera aleatoria, 2 subparcelas de 16 m2 c/u para los bosques y 2-4
subparcelas de 4 m2 para los matorrales. Se calculó el número de individuos (cuando era posible),
los porcentajes de cobertura, el estrato y el promedio de altura para todas las especies que entraban
en la subparcela. En los pastizales con matorral, helechales y en las áreas abiertas con vegetación
de subpáramo se hicieron parcelas de 40 m2 y se contemplaron los mismos atributos que en las
subparcelas. En el caso de los bosques bajos se utilizaron los datos de parcelas tomados por Suna
Hisca (2002). El número de parcelas para cada unidad se puede observar en la Tabla 4. En los casos
en que fue necesario, se obtuvieron muestras botánicas de los especímenes que fueron tratadas
como se cita más adelante (4.3 Inventario florístico).
Toda la información fue incluida en una base de datos para ser implementada posteriormente en el
SIG. Con los datos obtenidos se analizó la composición, riqueza y estructura de los diferentes tipos
de vegetación, así:
• Análisis de similitud.
Para llevar acabo este análisis, se utilizaron los índices de similitud de Jaccard y Sorensen
(Smith & Killeen 1998). Estos índices están diseñados para ser igual a uno (1) en casos de
similaridad completa, es decir, que el set de especies de las muestras sean idénticas; y a cero
(0) si no hay especies en común. Dentro de la ecuaciones usadas en estos índices se contempla
la presencia y ausencia de especies, sin considerar la abundancia de éstas; por esta razón se
escogieron estos índices dentro del grupo de modelos ecológicos utilizados en este tipo de
estudios, debido a la utilización de áreas pequeñas de muestreo, en donde la probabilidad de
errores muestreales en cuanto a la abundancia de las especies puede ser mayor.
Indice de Sorensen (Smith y Killeen 1998): se basa en datos de presencia vs. ausencia. S =
2c/a + b
c= número de especies en común entre dos tipos fisionómicos
a y b= total de especies encontradas en cada uno de ellos.
Durante la fase de campo del análisis de coberturas y tipos fisionómicos y la fase de estructura y
fisionomía, se realizaron caminatas a través de toda el área del Parque y se coleccionaron todas las
plantas fértiles. Las muestras se tomaron utilizando tijeras podadoras y/o cortaramas y fueron de
tamaño suficiente para obtener tres duplicados que fueron guardados en bolsas plásticas. Luego
fueron registrados con una determinación taxonómica previa, de familia, género o especie, bajo el
número del colector principal (MCG, Catalina Giraldo). Para cada registro se obtuvo una
descripción con los siguientes aspectos:
• Hábito
• Altura
• DAP (diámetro a la altura del pecho, 1.3 m del piso) cuando es un árbol o arbusto
• Olores y exudados cuando se presenten
• Descripción de caracteres que se puedan perder en el secado como colores, texturas, etc.
• Hábitat en el cual se encuentre (chuscal, matorral alto o bajo, bosque, ocal, pinera, acacial,
etc.)
• Otros datos como nombres comunes o usos.
Cada muestra fue prensada en papel periódico y marcada con el número de colección del colector
principal. Finalmente las muestras fueron preservadas en alcohol al 35 % para ser transportadas al
laboratorio.
Para la determinación del material se emplearon las claves y descripciones que se encuentran en
monografías, floras, floras locales, flórulas, listas comentadas de referencia, las colecciones de
referencia depositadas en el Herbario Nacional Colombiano (COL) y la colaboración de algunos
especialistas Jose Luis Fernández, (Scrophulariaceae, Labiatae y otras), José Murillo (Helechos),
Fabio González (Hypericaceae), y Diego Giraldo (Poaceae) del Instituto de Ciencias Naturales y
Nestor García (Bromeliaceae).
Una vez el material fue completamente procesado y determinado, se seleccionó un ejemplar para
depositarlo en COL y los demás duplicados serán repartidos a otros herbarios.
La información obtenida en campo y en el herbario, se incluyó en una base de datos. Esta base fue
complementada, en los casos en donde fue posible, con información secundaria de:
• Nombre común
• Usos
• Tipos de Uso
• Rango altitudinal y distribución mundial.
• Rango altitudinal y distribución en Colombia
• Origen
• Distribución en Vp-Subpáramo (2900-3100); Aa-Bosque andino alto (2800-3200); Ab-
Bosque Andino bajo (2600-2800); Es-Enclave semiárido o árido.
a) Un listado de las especies que crecen en el Parque Entrenubes por orden alfabético de
familia, género y especie. Este listado incluye, especie, autor, hábito, hábitat, colección de
referencia, nombre común y usos en aquellas en las cuales se presenten.
b) Un análisis de la composición y riqueza florística por familia, género y especie para todo el
parque y para cada uno de los cerros. Entendiendo la riqueza como el número total de
especies por unidad de área.
c) Una categorización de los aspectos relacionados con especies invasoras. Las categorías
expuestas a continuación y utilizadas en este análisis, corresponden a las desarrolladas por
Cronk & Fuller (1995):
• 0: No maleza ni invasora.
• 1: Maleza de poca importancia de tierras cultivadas o alteradas.
• 1.5: Categoría 1 importante o muy extendida.
• 2: Maleza de pastos manejados para ganaderia y plantaciones forestales.
• 2.5: Categoría 2 importante o muy extendida.
• 3: Invasora de hábitats naturales o seminaturales con cierto interés ecológico.
• 3.5: Categoría 3 importante o muy extendida.
• 4: Invasoras de hábitats naturales o seminaturales importantes es decir,
vegetación rica en especies, reservas naturales, zonas con especies
endémicas.
• 4.5: Categoría 4 importante o muy extendida.
• 5: Invasora que amenaza de extinción otras especies.
El categorizar las especies permite entender el proceso de sucesión actual, así como predecir
las amenazas para la regeneración de los ecosistemas naturales. La identificación de aquellas
especies invasoras especialmente las que no son nativas, es clave para la formulación de
proyectos dentro del Plan de Manejo Ambiental para el Parque Entrenubes.
CARACTERIZACIÓN DE LA VEGETACIÓN
Lista comentada
Leyenda
Estrategias de ocupación
Otros Relación entre la estructura y la composición
análisis Similitud florística florística, el clima y el disturbio.
Categorías de invasión
9.4. RESULTADOS
La memoria explicativa amplía la información del mapa, puesto que allí se presenta la distribución
y descripción de los tipos de coberturas encontrados en cada uno de los tres cerros. Es decir, una
descripción general de todos los tipos de vegetación y una descripción particular de los tipos de
vegetación más importantes en el Parque. Esta descripción contiene los atributos de riqueza,
composición florística, fisionomía y estructura, para los bosques nativos altos y bajos (árboles > 5 -
12 m de altura con epífitas), los matorrales altos y bajos (0-5 m de altura), los helechales
(Pteridium aquilinum), la vegetación de subpáramo (frailejonales-rosetales, pastizales-pajonales y
matorrales, de acuerdo con Rangel 2000) y los pastizales con matorral. Para complementar la
descripción de la vegetación se presenta un análisis de similaridad entre todos los tipos
fisionómicos del Parque y entre los tipos fisionómicos de acuerdo con su distribución topográfica
en laderas y valles.
Por último, se presenta un listado de las 327 especies registradas en el parque, dividido en
Gimnospermas (plantas sin flor), Angiospermas (plantas con flor) y Helechos y afines, y en cada
uno de estos grupos se registran las especies por orden alfabético de familia, género y especie.
Cada especie contiene autor, nombre común, usos (cuando se encontró), hábito, hábitat dentro del
Parque (tipos fisionómicos) y el registro de la colección que se encuentra depositado en el
Herbario Nacional Colombiano (COL), exceptuando algunas especies que fueron identificadas
directamente en campo (Anexo 2). En la Gráfica 2 se muestra un diagrama de flujo de los
resultados.
El Parque Entrenubes presenta una amplia variedad de tipos de vegetación, los cuales son el reflejo
del manejo que se le ha dado a la tierra por parte de la población humana, probablemente desde
mucho antes de la conquista y con mayor énfasis desde la fundación de Bogotá en 1538, es decir
que desde hace unos 400 años toda la sabana de Bogotá estuvo sometida a una alta tasa de
deforestación de la vegetación nativa, efecto que se ve reflejado en la pérdida de los ecosistemas
naturales y en la transformación del paisaje (Cardozo 1965, Díaz 1993, Van der Hammen 1998,
Cortés 1999).
Esta vegetación, denominada como potencial por Van der Hammen (1998), fue eliminada y
reemplazada como consecuencia de disturbios recurrentes. A lo largo de los últimos años diferentes
tipos de vegetación con una estructura y composición florística que los caracteriza y diferencia
entre sí, fueron sustituyendo la vegetación potencial. Actualmente, en el Parque se encuentran
bosques secundarios intervenidos y muy intervenidos de Encenillo y de Aliso (Rastrojo, de acuerdo
con Bachaqueros 1997), matorrales bajos de composición mixta, de retamo espinoso (Ulex
europaeus) y de Hayuelo (Dodonaea viscosa); matorrales altos de composición mixta y de Aliso,
vegetación de subpáramo (áreas paramizadas y paramillos), chuscales de Chusquea scandens,
helechales de helecho marranero (Pteridium aquilinum), pastizales, cultivos, plantaciones forestales
de especies introducidas como Eucalipto, Pino, Acacia y Ciprés; canteras y construcciones de
asentamiento humano, los cuales serán ampliamente explicados más adelante.
Con base en los datos de todas las coberturas presentes en el Parque, se hizo una clasificación que
quedó dividida en 3 clases (vegetal, erial y cultural), 7 subclases (rastrojo, matorral, herbazal,
cultivo, plantación tierras degradadas y zona urbana) y 18 tipos (Anexo 3). Los criterios utilizados
para definir cada una de estas categorías se basaron en:
• Grado de disturbio. Aquellos que corresponden a misceláneos dominados por algún tipo
(bosque, helechal, chuscal, cultivo, matorral alto y bajo) son mosaicos de vegetación en los
que se mezclan distintos tipos fisionómicos en un área muy pequeña, pero uno de ellos es
quien domina (designados con los símbolos que empiezan con Z). Es decir, que cada una
de esta áreas reflejan diferentes intensidades de disturbio y distintas secuencias
sucesionales de reemplazamiento de especies. En el anexo 4 se presenta la leyenda del
mapa y las posibles combinaciones que se encuentran en cada una de las coberturas
determinadas (Ver Figuras 2-15).
De esta manera, se estima que se reconoció el 80 % del parque con base en el estudio directo de
160 fragmentos (polígonos) observados, de los cuales 121 pertenecen al Cerro Juan Rey, 32 a
Gavilán y 5 a Guacamayas. La mayoría de los fragmentos (116) presentaron composición mixta
(2-4 tipos fisionómicos), un porcentaje menor (37 fragmentos) presentó un solo tipo fisionómico, y
solo 6 fragmentos presentaron una composición muy mixta (>de 5 tipos fisionómicos). Es decir, se
encontró que la mayoría de los fragmentos observados presentaban más de un tipo fisionómico, lo
cual se relaciona con el disturbio en el cual se encuentra la vegetación.
El Amoladero
La Chiguaza
La Nutria
Yomasa
Bolonia
Santa Marta
Hoya del
Librada
Cerezos
Q. Seca
Ramo
Santa
Cuenca de
drenaje
Total
Matorral bajo 12 9 12 3 18 1 1 3 12 5 4 80
Helechal 6 3 16 4 7 2 3 4 11 2 58
Pastizal 8 3 7 3 8 2 4 3 8 2 3 51
Matorral alto 3 1 10 2 3 1 20
Vegetación de
3 1 4 2 3 1 2 3 19
subpármo
Plantaciones
1 1 3 2 4 3 1 15
de Eucalipto
Chuscal 6 2 2 2 1 13
Cultivos 1 2 1 4 2 2 1 13
Vegetación de
2 2 2 1 7
Pantano
Bosque bajo 1 1 1 1 4
Matorral de
1 2 1 4
Retamo
Plantación de
2 1 1 4
Acacia
Plantación de
1 1 1 1 4
Ciprés
Bosque alto 1 2 3
Plantaciones
3 3
de Pino
Zona urbana 1 1 1 3
Área quemada 1 1 2
Cantera
1 1 2
abandonada
Extracción de
1 1
suelos
Total 38 22 69 18 55 5 13 17 47 13 9
Tabla 6. N° de veces en las que se encontró un tipo fisionómico dentro de un fragmento en cada uno de los cerros,
las microcuencas y los principales drenajes.
De los fragmentos observados, sin tener en cuenta el área total de ocupación, los tipos fisionómicos
más comunes para todo el parque, en orden de importancia fueron: matorrales bajos, helechales,
pastizales, matorrales altos, vegetación de subpáramo, plantaciones de eucalipto, chuscales y
cultivos (Gráfica 3). Sin embargo, es de anotar que las plantaciones de Eucalipto junto con los
pastizales limpios y arbolados son los que mayor área de ocupación presentan en el Parque, si lo
comparamos con cada uno de los demás tipos fisionómicos. En el mapa se puede observar la alta
proporción de bosques plantados (de Eucalipto principalmente), pastizales con y sin matorral o
árboles dispersos, que corresponden dentro del Parque a 104, 125 y 105 hectáreas respectivamente.
Es decir ocupan un poco más de la mitad del área total del Parque (627 ha), quedando las restantes
291 ha para bosques o rastrojos, matorrales altos y bajos, chuscales, helechales, vegetación de
supáramo, eriales (canteras, deslizamientos), cultivos y asentamientos humanos.
100
50
0
Tipos fisionómicos
Ahora bien, de acuerdo con las observaciones y los datos recogidos en campo, en el parque se
encuentran eriales (canteras y deslizamientos) en proceso de sucesión primaria y áreas en las
cuales está ocurriendo un proceso de regeneración natural o sucesión secundaria. En estas últimas
áreas se encuentran los bosques secundarios entresacados, los matorrales bajos y altos, los
helechales, chuscales y pastizales con o sin matorral. El tipo de sucesión-regeneración que está
ocurriendo está definido primero, por las características originales del sitio como la altitud, el
clima, el origen de los suelos y el tipo de bosque original; segundo, por la historia de uso de suelo,
como quemas, tumba, pastoreo, agricultura y la intensidad, frecuencia y tiempo de abandono de
cada uno de estas actividades; y tercero por los bancos y la lluvia de semillas que se encuentran o
llegan a cada uno de los sitios en regeneración. De esta manera, los patrones de regeneración que se
observan en el Parque, desde el punto de vista fisionómico y florístico, son consecuencia de las
diferentes vías, que resultan de la combinación de los factores mencionados anteriormente. En la
figura 1 se hace un resúmen de éstos factores siguiendo a Guariguata & Ostertag (2002).
Son entonces los matorrales bajos, los helechales y los pastizales con matorral, los tipos
fisionómicos o los estados sucesionales secundarios que tienen mayor representación en el Parque,
por lo tanto son áreas no solo interesantes para hacer seguimientos de regeneración del Bosque alto
andino sino también áreas importantes de conservación y restauración dentro del Parque.
Figura 1. Principales factores que afectan en la composición florística y fisiocómica de la sucesión secundaria
(Con base en Guariguato & Ostertag 2002).
Con respecto la riqueza y composición florística general o al número total de grupos de plantas en
el Parque, encontramos un total de 84 familias, 226 géneros y 327 especies de gimnospermas,
angiospermas y helechos y afines (Anexo 2). Las familias más importantes, según la riqueza de
géneros y especies fueron, Asteráceas con 45 géneros y 65 especies, Poáceas con 19 géneros y 26
especies, Orquídeas con 9 géneros y 26 especies, Cyperáceas con 6 géneros y 13 especies,
Bromeliáceas con 5 géneros y 13 especies y Rosáceas con 5 géneros y 12 especies. Mientras los
géneros con mayor número de especies fueron Pleurothallis (Orchidaceae), seguido de Tillandsia
(Bromeliaceae), Carex (Cyperaceae), Epidendrum (Orchidaceae) y Juncus (Juncaceae). (Gráficas
4 y 5).
70
Género
60 Especie
50
40
30
20
10
N° de Especies
6
5
4
3
2
1
0
Carex
Juncus
Epidendrum
Polypodium
Ageratina
Achyrocline
Pentacalia
Tillandsia
Solanum
Pleurothallis
Miconia
Géneros
En relación con cada uno de los cerros la mayor riqueza la presenta el Cerro Juan Rey, seguido por
Gavilán y Guacamayas, en donde se presenta el menor número de familias géneros y especies de
todo el Parque (Tabla 7). Este resultado se relaciona nuevamente con el área de cada uno de los
cerros, el disturbio y el número de especies que es posible albergar de acuerdo con los tipos
fisionómicos que se encuentran en cada uno de ellos.
En cuanto a las familias más importantes según el número de especies y géneros en cada uno de los
tres cerros, encontramos que las Asteráceas y las Poáceas son igual de importantes en los tres. Sin
embargo, otras familias importantes en menor proporción, empezaron a variar en cada uno de los
cerros. Es de notar que las Bromeliáceas o quiches (plantas epífitas o que viven sobre otras
plantas), son más importantes en Gavilán mientras que en Guacamayas y en Juan Rey no lo son. Lo
mismo ocurre en Guacamayas donde son importantes otras familias de hábitos herbáceos y
arbustivos como son Labiadas, Solanáceas, Cyperáceas y Euforbiáceas (Tabla 8).
Esta distribución de las especies dentro del Parque tiene que ver por un lado, con el estado de
conservación de cada uno de los cerros, siendo mayor en Gavilán y menor en Guacamayas; y por
otro lado, con las dos unidades climáticas que se encuentran en el Parque y que están relacionadas
con la diferencia altitudinal (2600-3100 m) y la precipitación anual (800 – 1200 mm).
Se definieron los tipos de coberturas para toda el área del parque Entrenubes. Estas coberturas
resultan de la combinación de 11 tipos de fisionomía vegetal, uno erial y uno cultural. Aquí
presentamos una descripción general de la estructura, fisionomía y composición florística para
todos los tipos fisionómicos y una descripción particular o más detallada de los tipos de vegetación
a los cuales se les hicieron levantamientos:
9.4.2.2.1 Rastrojos
Este tipo de cobertura está definido por los bosques nativos altos y bajos, aquí hacemos una
descripción de cada uno de ellos:
En el parque se pueden encontrar dos tipos de bosque alto según su composición florística, con
Encenillo, Garrocho (Viburnum tryphyllum), Raque y con Aliso que se distribuyen de acuerdo
con la pendiente y la inundación. Son bosques entresacados a muy entresacados con árboles
entre 7 y 12 m de altura; pueden encontrarse con estrato arbustivo (1.5-3 m), herbáceo y
rasante o con estos estratos reemplazados por matorrales de Chusquea scandens (Chusque). En
el estrato arbóreo se puede encontrar Weinmania tomentosa (Encenillo) o Alnus acuminata
(Aliso), Hesperomeles goudotiana, Ilex kunthiana (Palo blanco), Gaiadendron punctatum
(Tagua), Viburnum triphyllum y Vallea stipularis; arbustos de Axinea macrophylla, Miconia
biappendiculata, Miconia squamulosa (Tuno esmeraldo), Baccharis sp., Cavendishia
bracteata, Macleania rupestris (Uva camarona), Diplostephium rosmarinifolium y
Macrocarpea glabra; hierbas y trepadoras como Cinanchum tenellum, Carex pichinchensis,
Disocorea coriacea, Smilax tomentosa, Muelenbeckia tamnifolia, Peperomia microphylla P.
rotundata, Parietaria debilis, Piper bogotense, P. nubigenum; y epífitas (Quiches) como
Tillandsia fendleri, T. pastensis, T. turneri, T. biflora, T. complanata, T. denudata, y Vriesia
sp. nov (Figura 2).
Según los levantamientos, el Bosque alto está caracterizado por la dominancia de árboles y
arbolitos, principalmente de las especies Weinmannia tomentosa, Vallea stipularis y
Myrcianthes leucoxyla, entre otros. Además del componente arbóreo, este tipo fisionómico
presenta un porcentaje bastante significativo de plantas arbustivas como Solanum sp.1,
Ageratina asclepiadea y Macleania rupestris; y herbáceas como Peperomia rotundata,
Borreria bogotensis, Ageratina asclepiadea y Blechnum schomburgki. También se encuentran
individuos juveniles de las especies arbóreas ya mencionadas. En la tabla 9 y en la gráfica 6, se
presenta el porcentaje de cobertura y el número de especies en cada estrato o forma de vida.
80.0
% de co bertura
% de
# de especies 70.0 # de especies
cobertura
60.0
A 12.2 20
50.0
Ar 18.9 23
a 21.6 55 40.0
h 12.3 56 30.0
r 22.2 64 20.0
T 2.82 8 10.0
0.0
A Ar a h r t
Estratos
Tabla 9, Gráfica 6. Porcentaje de cobertura y número de especies en cada estrato y forma de vida en bosques
altos. Árboles (A), arbolitos (Ar), arbustos (a), hierbas (h) (incluyendo helechos y pastos), trepadoras (T) y epifitos (E).
frecuencia con que las especies fueron registradas en los levantamientos de vegetación.
100
90
N° de individuos
80
70
60
50
40
30
20
10
0
1-3 3- 5 5-7 7-9 9-11 >11
Rango de altura (m )
50
45
de individuos 40
35
30
N°
25
20
15
10
5
0
Composición Florística
En cuanto a cobertura el estrato arbóreo y arbolito son los más representativos (50 y 40%)
respectivamente, sin embargo el componente herbáceo aporta un 22% de cobertura. La especie
mas importante en Bosque Alto es Weinmania tomentosa con un valor de IVI de 16.9 % del
total registrado para las 25 especies registradas con un DAP > 2.5 cm. El segundo y tercer lugar
lo ocupan Diplostephium rosmariniflolium y Vallea stipularis con 15.4 y 12.4%
respectivamente.
En la tabla 10 se presenta el Índice de Valor de Importancia de las especies (IVIE), que tiene en
cuenta la dominancia, densidad y frecuencia relativa para las especies de Bosque Alto. El
mayor valor lo obtuvo la familia Cunoniaceae con una sola especie (Encenillo), seguido por
Caprifoliaceae y Eleaeocarpaceae, también con una sola especie, Viburnum tryphyllum y
Vallea stipularis, respectivamente. En la tabla 11 se presentan los IVIF (Indice de valor de
importancia de las familias) para las familias encontradas en Bosque Alto por encima de 2.5
cm de DAP.
Tabla 11. Índice de Valor de Importancia para familias (IVIF) en Bosque Alto. Parcelas de 200 m²
Distribución: Estos pequeños fragmentos de bosque están distribuidos en el Parque en las
laderas medias y bajas de la cuenca de la quebrada Yomasa del Cerro el Gavilán, y en el Cerro
Juan Rey, se encuentran en la parte alta del valle de Santa Marta, en la parte media de
Quebrada seca y en la parte alta del valle del Sueño, que hace parte de la cuenca de la Hoya del
Ramo.
Estos bosques son áreas donde la cobertura arbórea es dominante, presentan alturas
aproximadas de 5 a 7 m a diferencia de los matorrales altos que varían de 3 a 5 m
aproximadamente.
El número de individuos en el estrato arbóreo es bajo en comparación con las demás categorías
de crecimiento, debido al tamaño muestreal de área (100m²) utilizado para los levantamientos
de los estratos herbáceo, rasante y epifitos. En la tabla 12 y en la gráfica 9 se presenta el
número de individuos y el correspondiente porcentaje de cobertura para cada estrato del
Bosque Bajo.
El estrato arbolitos, presenta un total de 23 individuos, mientras que el arbóreo registra cerca de
la mitad de individuos (12), lo que estructuralmente nos define este bosque como bajo. En estos
levantamientos se encontró un alto número de epifitas, así como claros más grandes en los
sitios muestreados.
250
% de co bertura
Estrato # de % de # de individuo s
individuos cobertura 200
# de individuos
A 12 9
Ar 23 5.33 150
a 14 16.23
100
h 202 37.39
r 145 8.16 50
E 164 14.35
T 29 1.31 0
A Ar a h r e t
Estrato
Tabla 12, Gráfica 9. Porcentaje de cobertura y número de individuos en cada estrato y forma de vida en bosques
bajos. Árboles (A), arbolitos (Ar), arbustos (a), hierbas (h) (incluyendo helechos y pastos), trepadoras (T) y epifitos (E).
40
35
N° de individuos
30
25
20
15
10
5
0
2-4 4-6 6-8 >8
Altura (m)
20
15
10
5
0
2.5-5
5.1-7
7.1-9
9.1-11
11.1-13
13.1-15
15.1-17
17.1-20
20.1-22
Composición Florística
Se encontró un total de 14 familias, 16 géneros y 18 especies. En los levantamientos realizados
en Bosque Bajo (Bb) Weinmania tomentosa fue la única especie con registro arbóreo. Cestrum
buxifolium, Gaiadendron punctatum, Viburnum triphyllum y Myrsine sp., se registraron
exclusivamente en estrato Arbolito. En el estrato arbustivo, Axinaea macrophylla, Bucquetia
glutinosa y Oreopanax floribundum son las especies que se encontraron solamente en este
estrato, pero también se registraron individuos de otras especies encontradas en estratos
superiores (árboles y arbolitos), como Palicourea lineariflora, Vallea stipularis, Miconia
squamulosa y Cavendishia bracteata. La única especie que se registró en estos tres estratos fue
Weinmania tomentosa.
Al igual que para Bosque Alto la especie Weinmannia tomentosa es la más importante en este
tipo fisionómico con un IVIE de 33.64 del total encontrado para los individuos con un DAP >
2.5 cm. La especie Miconia squamulosa y Clethra fimbriata ocupan el segundo y tercer lugar
A nivel de familia, Cunoniaceae presentó el más alto Valor de Importancia con un 30.95% del
total, con una sola especie (Weinmannia tomentosa). La familia con la diversidad relativa más
alta fue Melastomataceae con 3 especies (Miconia squamulosa, Bucquetia glutinosa y Axinaea
macrophylla). Las familas Myrsinaceae y Araliaceae presentaron 2 especies cada una; las
demás familias están representadas por una única especie (Tabla 14).
70.0
%de cobertura
Estrato % de # de 60.0 # de individuos
cobertura individuos
50.0
A 1.0 1
Ar 11.6 7 40.0
a 57.2 17 30.0
h 10.6 45
20.0
r 16.6 19
E 2 9 10.0
T 1 4 0.0
A Ar a h r e t
Estratos
Tabla 15, Gráfica 12. Porcentaje de cobertura y número de individuos en cada estrato y forma de vida de
matorrales altos. Árboles (A), arbolitos (Ar), arbustos (a), hierbas (h) (incluyendo helechos y pastos),
trepadoras (T) y epifitos (E).
La distribución de clases diamétricas presenta un alto número de individuos entre los 3-7 cm de
DAP. La mayoría de los individuos pertenecen a la especie Alnus acuminata, en el caso de los
alisales y de Viburnum tryphyllum, Myrcianthes leucoxyla y Miconia squamulosa, en los mixtos.
También se encuentran en un alto porcentaje de individuos en estas clases diamétricas (Gráfica 14).
60
N° de individuos
50
40
30
20
10
0
1-3 3-5 >5
Rango de altura (m )
60
50
N° de individuos
40
30
20
10
Composición Florística
Los índices de valor de importancia sitúan a la especie Alnus acuminata como la más
importante con un 37% aproximadamente del total obtenido para este tipo fisionómico, sin
embrago esto se relaciona con los levantamientos realizados en alisales de valle. Le siguen
Viburnum triphyllum y Cavendishia bracteata (10 y 8 % aprox), especies que se encuentran en
los matorrales mixtos. La especie Alnus acuminata presentó además una alta densidad de
individuos, así como una alta dominancia de individuos altos y con mayor área basal (Tabla
16).
Los matorrales bajos son áreas con cobertura dominada por hierbas y arbustos con alturas entre
0 y 3 m. En el Cerro Juan Rey éstos representan estados sucesionales tempranos, producto de
disturbios como las quemas recurrentes que se observan en los Cerros. Se pueden distinguir
tres tipos de matorral distintos, debido a su composición florística, estos son matorrales
mixtos, matorrales dominados por Dodonaea viscosa y matorrales de retamo espinoso (Ulex
europaeus).
Con base en los levantamientos, este tipo fisionómico se caracteriza por tener un alto
porcentaje de estrato arbustivo y herbáceo. Es importante anotar que para este tipo de
levantamiento no se tienen medidas de DAP, porque en la mayoría de los casos los individuos
no sobrepasan los 2.5 cm, limite propuesto en este estudio. En la tabla 18 y grafica 13 se
presentan los porcentajes correspondientes al número de individuos encontrados en los
muestreos para este tipo fisionómico. Las especies Dodonea viscosa y Cordia lanata son
componentes importantes de los matorrales bajos. También son frecuentes de encontrar
especies de la familia Poaceae (Calamagrostis spp. y Anthoxanthum odoratum), dentro del
estrato herbáceo.
60
% de co bertura
Estrato % de # de individuos # de individuo s
50
cobertura
# de individuos
A 0 0 40
Ar 0 0 30
a 50 16
20
h 30 59
r 17 31 10
E 0 0 0
T 2 2 A Ar a h r e t
Estratos
Tabla 18, Gráfica 15. Porcentaje de cobertura y número de individuos en cada estrato y forma de vida en
matorrales bajos. Árboles(A), arbolitos(Ar), arbustos(a), hierbas(h) (incluyendo helechos y pastos), trepadoras(T) y epifitos(E).
Figura 4. Misceláneo
de Matorral Bajo (Zmb)
Composición Florística
El total de especies para este tipo fisionómico fueron 63 especies, con 56 géneros y 31 familias.
De los estratos encontrados en los matorrales bajos (arbustivo, herbáceo, rasante y trepadoras)
solo se registraron 3 especies en el estrato arbustivo Ageratina asclepiadea, Monnina aestuans
y Baccharis prunifolia. Mientras que el 42% de las especies se registran exclusivamente en el
estrato herbáceo, en donde son importantes Rubus floribundum, Ageratina gracilis, Morella
parvifolia, y algunos pastos como Holcus lanatus, Calamagrostis sp. y Panicum parvifolium.
El estrato rasante representa el 22% del total de especies, en donde son importante Polygala
paniculata, Borreria bogotensis, Senecio madagascarensis y Pennisetum clandestinum, por su
porcentaje en cobertura.
Los análisis de Índice de Importancia para especies y familia no se realizaron para este tipo
fisionómico, al igual que para Helechales, Áreas Paramizadas y Pastizal con Matorral, debido a
que no se puede tener un conteo de individuos, ni un área basal cuantitativa. Se comenta que
especies y familias presentan una importancia notoria en estos tipos de vegetación ya sea por
porcentaje de cobertura o por número de especies (en el caso de las familias).
Para Matorral Bajo la familia más importante fue Poaceae con un total de 7 especies dentro de
las que se puede resaltar la importancia de Calamagrostis spp., Anthoxanthum odoratum y
Pennisetum clandestinum. Las orquídeas fueron un elemento de baja representatividad con una
sola especie del género Epidendrum.
Se encuentran además matorrales bajos donde se puede observar una clara asociación entre las
especies Dodonea viscosa y Cordia lanata de las familias Sapindaceae y Boraginaceae
respectivamente, lo que posiciona a estas dos familias dentro de las mas importantes en este
tipo fisionómico.
• Chuscal (Ch):
Áreas dominadas por matorrales de Chusquea scandens, y creciendo entre los matorrales,
bosques altos y muy intervenidos (Figura 6).
Distribución: Se encuentra dentro del misceláneo de bosque en la cuenca de Yomasa del Cerro
Gavilán; en el Cerro Juan Rey entre una serie de bosques bajos y altos de Encenillo muy
entresacados, que se ubican en la parte alta y media del valle del sueño de la Hoya del Ramo.
Figura.6 Chuscal
• Helechal (H):
Los helechales son áreas dominadas por helecho marranero (Pteridium aquilinum), donde
crecen especies de matorral bajo y vegetación de subpáramo como Cavendishia bracteata,
Eccremis coarctata, Puya lineata, Achyrocline satureioides y Rubus floribundum (Figura 7).
Estrato % de cobertura 70
A 0 60
% de cobertura
Ar 0 50
a 5.8
40
h 66
r 28.3 30
E 0 20
T 0 10
0
A Ar a h r e t
Estrato
Tabla 19, Gráfica 16. Porcentaje de cobertura en cada estrato y forma de vida en los Helechales. Árboles (A),
arbolitos (Ar), arbustos (a), hierbas (h) (incluyendo helechos y pastos), trepadoras (T) y epifitos (E).
Este tipo fisionómico, presenta un aumento en el estrato rasante con respecto a los pastizales
con matorral y una disminución en el estrato arbustivo. La altura promedio de la vegetación es
de 0.5-0.6 m. En la tabla 19 se muestra el porcentaje de cobertura de los estratos arbustivo,
herbáceo y rasante. De nuevo no están presentes las epifitas y trepadoras, aunque se encuentra
un alto número de individuos de Rubus floribundum que aún no tienen estrato de trepadora.
Composición Florística
Familia # de especies
Poaceae 6
Asteraceae 7
Melastomataceae 5
Myrsinaceae 2
Tabla 20. Número de especies de las familias más importantes que crecen en los Helechales.
El tipo de vegetación de subpáramo se reconoce por tener una cobertura herbácea dominante,
con alturas inferiores a 1m y con predominio de especies de páramo (Figura 8).
En el Parque este tipo de vegetación tiene dos variantes: por un lado están los paramillos, en
los que se presentan básicamente componentes de vegetación paramuna, laxamente dispuestos
y con una poca cobertura de pastos de páramo como el carrizo (Calamagrostis effusa). Y en un
segundo lugar se encuentran las zonas paramizadas, las cuales presentan una matriz densa de
Carrizo y poseen, además de elementos paramunos, algunos juveniles de arbustos y arbolitos
que se encuentran también en los matorrales bajos. Los suelos son atípicos a los sistemas tipo
páramo, en donde la lenta descomposición (debida principalmente a bajas temperaturas) y el
poco lavado de nutrientes, permite la acumulación de materia orgánica y la formación de un
horizonte “O” bien desarrollado (Reyes P et al.1995). Sin embargo, los límites entre uno y otro
no se presentan con claridad, por esta razón se agrupan en uno solo.
Composición florística
Las especies que lo caracterizan son Calamagrostis effusa, predominio de especies de páramo
y algunos juveniles de arbustos y arbolitos que se encuentran también en los matorrales bajos
como Arcythophyllum nitidum, Befaria resinosa, Cavendishia bracteata, Chaetolepis
microphylla, Cyperaceae spp., Diplostephium rosmarinifolium, Epidendrum spp., Espeletiopsis
corymbosa, Gaiadendron punctatum, Gaultheria rigida, Gaultheria sp., Hypericum
mexicanum, Hypochaeris radicata, Miconia squamulosa, Muelenbeckia tamnifolia,
Paepalanthus spp., Pentacalia pulchella, Poaceae spp., Pteridium aquilinum, Puya lineata,
Puya nitida y Syphocampilus .
El 20% de las especies se registraron exclusivamente en el estrato herbáceo, dentro de las que
se pueden resaltar, Pteridium aquilinum, Cavendishia bracteata, Stipa ichu, Macleania
rupestris y Hypericum juniperinum. El 14% del total de especies se encontraron en estrato
rasante, en donde sobresalen Paepalanthus andicola, Eryngium humboldtii, Rhyncospora
paramorum y Lycopodium tyoides. La especie Espeletiopsis corymbosa¸ se registró en los
estratos herbáceo y rasante siendo un elemento importante dentro de este tipo fisionómico.
Distribución: Se encuentran formando largos cordones sobre las cimas o cuchillas de los
cerros, en condiciones de alta pendiente, donde aflora la roca, y prácticamente no hay suelo.
Las zonas paramizadas se encuentran formando parches principalmente en las parte altas del
Cerro Juan Rey y Gavilán, en áreas donde se presentan suelos superficiales a medianamente
profundos y con pendientes de medias a bajas, como se presenta en Guacamayas. Tanto los
paramillos como las zonas paramizadas se ubican donde la exposición al viento es grande.
• Pastizal (Pl):
Los pastizales son áreas de vegetación rasante dominada por especies de la familia Poaceae,
principalmente por Pennisetum clandestinum (kikuyo o cocuy), Holcus lanatus (falsa poa) y
Anthoxanthum odoratum (pasto de olor) y con representación mínima de otras especies
herbáceas como Achyrocline satureioides, Carex pichinchensis, Hypochaeris radicata, Cuphea
ciliata, Digitalis purpurea, Galium hypocarpium, Borreria bogotensis, Orthosanthus
monadelphus y Eccremis coarcatata, entre otros (Figura 9).
Presentan pastoreo actual por ganado vacuno, aunque con intensidad reducida. En los
pastizales el pisoteo del ganado ha seleccionado la presencia de pastos, y aún luego de ser los
animales retirados, el proceso de sucesión permanece detenido como consecuencia de la fuerte
competencia que ejerce la matriz de pasto, la cual impide la germinación de semillas y el
desarrollo de plántulas. Además se ha reportado que la llegada de semillas a los pastizales es
insuficiente, puesto que se limita a las áreas más cercanas a fragmentos de bosque (Guariguato
& Ostertag, 2002).
Son áreas de pastizales con árboles de especies introducidas (Eucalipto, Ciprés, Acacia) y
arbustos dispersos de matorral bajo y alto. Se pueden encontrar árboles de Acacia decurrens,
Cupressus lusitanica, Eucaliptus globulus y Pinus patula; y arbustos de Alnus acuminata,
Sambucus peruviana, Ageratina sp., Ageratina tinifolia, Baccharis sp., Cordia lanata,
Dodonea viscosa, Gaiadendron punctatum, Hesperomeles sp., Miconia squamulosa,
Monochaetum myrtoideum y Xylosma spiculifera, entre otras (Figura 10).
Los levantamientos realizados en pastizales con matorral de vegetación nativa, mostraron que
la estructura de los pastizales se mezcla con individuos arbustivos que alcanzan un porcentaje
de cobertura del 15%. En la tabla 21 se presentan los porcentajes de cobertura para este tipo
fisionómico. Al igual que para matorral bajo; el componente herbáceo es de gran importancia,
teniendo en cuenta que las especies de pastos y cyperáceas están incluídas en su mayoría, en
este estrato. Debido a la ausencia de arbustos de tamaño considerable o arbolitos, no se
encuentran individuos de estrato epífito o trepador.
60
Estrato % de cobertura
50
A 0
# de individuos
Ar 0 40
a 15
30
h 57
r 28 20
E 0
10
T 0
0
A Ar a h r e t
Estratos
Tabla 21, Gráfica 16. Porcentaje de cobertura en cada estrato y forma de vida en pastizal con matorral. Árboles (A),
arbolitos (Ar), arbustos (a), hierbas (h) (incluyendo helechos y pastos), trepadoras (T) y epifitos (E).
Las alturas mayores no sobrepasan los 2.5 m y correponden a individuos juveniles de especies
como Miconia squamulosa, Palicourea lineariflora y Viburnum triphyllum.
Composición Florística
Florísticamente los pastizales con matorral son dominados por las familias Poaceae y
Asteraceae. Se encontró un total de 12 especies para cada una de estas familias (Tabla 22). La
familia Asteraceae esta representada por hierbas como (Hypochaeris radicata, Noticastrum
marginatum y Achyrocline satureioides, entre otras). La familia Poaceae presenta especies
encontradas también en Matorral Bajo como es el caso de Calamagrostis sp., y Anthoxanthum
odoratum. De nuevo existe un porcentaje grande de cobertura de la especie invasora
Pennisetum clandestinum.
Familia # de especies
Asteraceae 12
Poaceae 12
Melastomataceae 3
Cyperaceae 3
Tabla 22. Familias con mayor número de especies en pastizales con matorral
Estudios previos (Hofstede, 1998) demuestran la escasa diversidad de especies que pueden
albergar estos bosques, debido principalmente a procesos de alelopatía y a la generación de
condiciones microclimáticas no favorables para el desarrollo de especies de sotobosque. En el
parque logran crecer bajo estos rodales, especies escasas y dispersas a poco dispersas de
matorral bajo. Se pueden encontrar en el sotobosque especies de amargoso (Ageratina sp).,
Bidens rubifolia, romero blanco o Diplostephium rosmarinifolium, hayuelo (Dodonaea
viscosa), tuno esmeraldo (Miconia squamulosa), arrayán (Myrcianthes leucoxyla), Myrsine
coriaceae, Oreopanax bogotense, Palicourea lineariflora, helecho marranero (Pteridium
aquilinum), Hierbamora (Rubus floribundum), Smilax tomentosa, raque (Vallea stipularis),
corono (Xylosma spiculifera), salvio-gomo (Cordia lanata), mortiño Hesperomeles godoutiana,
, uvo de monte (Macleania rupestres) y algunas orquídeas, así como especies de páramo y
subpáramo como pegamosco (Bejaria resinosa) y Cavendishia bracteata y especies pioneras
como Echeveria bicolor, vira-vira (Achyrocline satureoides), y Solanum americanum.
Por otro lado, estos rodales generan problemas como el desecamiento y endurecimiento del
suelo, lo cual es especialmente importante dentro del parque debido a su presencia en los
bordes de quebradas y nacimientos de agua. Además, mientras que en los bosques nativos se
desarrollan cinco estratos (árboles, arbolitos, arbustos, hierbas y rasante), dentro de los bosques
de eucaliptos, pinos, acacias y ciprés solo se desarrolla bien el estrato arbóreo, con lo cual el
suelo se encuentra desprotegido y la erosión puede ser mayor.
Distribución: Se distribuyen en todo el parque en parches que van desde muy pequeños a muy
grandes (58 ha). Las áreas con mayores plantaciones son: en primer lugar la cuenca de la
quebrada Yomasa en el Cerro del Gavilán, seguido por el Cerro Juan Rey donde se distribuyen
en algunos sectores de la cuenca de Santa Librada, a lo largo de los valles de la Quebrada la
Fiscala, en la parte media y baja de Quebrada Seca, y en la parte media del sector de la
quebrada Hoya del Ramo.
• Cultivos (Ct):
Son áreas de extracción de material (arcillolitas y areniscas), sin suelos pero con algunas
especies que también crecen en los matorrales y vegetación de subpáramo. No todas las
canteras presentan desarrollo de vegetación, pues algunas están en uso actual o han sido
recientemente abandonadas. La ausencia de suelo en las canteras podría llevar a pensar que son
prácticamente irrecuperables. Sin embargo, los recorridos realizados en el Parque han mostrado
una amplia gama de especies que colonizan estas áreas y que llegan a formar rastrojos bajos, lo
cual permite tener expectativas positivas acerca de su recuperación (Figuras 14 y 15).
En las canteras abandonadas presentes en las áreas más altas del Cerro Juan Rey y que están
sometidas a una alta exposición al viento llega a desarrollarse vegetación de subpáramo con
especies como Hypericum mexicanum, Arcytophylum nitidum, Espeletiopsis corymbosa,
Syphocampylos columnae, Orthrosanthus chimboracensis, Paepalanthus andicola, Macleania
rupestris, Cavendishia bracteata y Puya lineada. En las canteras ubicadas en áreas más bajas o
con menor exposición al viento llegan a desarrollarse matorrales bajos donde dominan
principalmente Baccharis latifolia y B. bogotensis, Dodonea viscosa, Muehlenbeckia
tamnifolia y Rubus spp., presentándose también numerosas especies de pastos (Pennisetum
clandestinum, Anthoxanthum odoratum) y asteráceas herbáceas (Hypochaeris radicata).
También se presentan individuos achaparrados con especies de los bosques y matorrales altos y
bajos como Gaiadendron punctatum, Bucquetia glutinosa, Myrcianthes leucoxyla, Cordia
lanata, Miconia squamulosa, Hesperomeles godoutiana, Weinmannia tomentosa y Alnus
acuminata.
Distribución: Se encuentran en el Cerro Juan Rey y Gavilán. En Juan Rey están en las
cuchillas y en el valle de la Hoya del Ramo, en el sector de Cerezos (Q. La Fiscala) y en Santa
Librada, principalmente. En los bordes de Juan Rey son un tipo de cobertura muy común,
especialmente en el oriente hacia el Barrio Juan Rey y al occidente en las partes bajas de Santa
Marta, Cerezos y la Hoya del Ramo. En el cerro Gavilán se encuentran en varios sectores de
Yomasa.
Áreas pequeñas localizadas en los límites del parque, construidas o loteadas, que han sido
invadidas por familias generalmente desplazadas (Figura 16).
Distribución: En los bordes sur- orientales del Cerro Juan Rey junto al Barrio Juan Rey,
dentro del parque en el Barrio San Germán y en el extremo nororiental en Nueva Esperanza.
En resúmen, los tipos fisionómicos reducen el número de estratos presentes desde los bosques
altos y bajos hasta las área paramizadas, por ende se evidencia una disminución en la
complejidad de los tipos fisionómicos. Sin embargo esto no indica una disminución en el
número de especies que es posible encontrar. En donde se registro el menor número de
especies fue el bosque bajo, pero esto puede estar relacionado con la dominancia de unas pocas
especies y diferencias en la toma de datos, pues éstos fueron realizados durante el 2002. En
otrostipos fisionómicos como los pastizales con matorral donde se registro el mayor número de
especies parece estar funcionando un mosaico donde especies típicas de bosque se empiezan a
establecer en medio de pastizales donde es factible que en el pasado existieran áreas de cultivo
o pastizales utilizados para ganadería.
• Tipos fisionómicos
El más alto valor lo presentan el bosque alto y el matorral alto con un 31% de similaridad y los
matorrales bajos y pastizales con matorral con el mismo porcentaje (tabla 21).
Tabla 23. Índice de Jaccard para tipos fisionómicos (más alto y * más bajo valor)
Los porcentajes observados en este análisis sugieren un bajo coeficiente de similitud (17% en
promedio), y en donde es difícil determinar la existencia de patrones florísticos sucesionales
estrictos. La única especie que presenta un patrón sucesional claro es tuno esmeraldo (Miconia
squamulosa). Esta especie se encuentra en todos los tipos fisionómicos, a excepción de los Vp,
lo cual permite distinguirla como especie pionera que logra permanecer en etapas tardías de la
sucesión. Además se han podido observar individuos creciendo en el sotobosque de
plantaciones de Eucalipto, lo cual indica que dentro de los parámetros a establecer para las
unidades de manejo esta especie es clave en términos de conservación y regeneración de la
vegetación natural del Parque.
√ Laderas
El análisis anteriormente expuesto, se realizó también entre los tipos fisionómicos con diferente
ubicación topográfica. Los porcentajes de las especies compartidas encontrados en el análisis
de tipos fisionómicos de ladera son en promedio más bajos que para el análisis general (15%).
Tipos fisionómicos Índice de Jaccard
Ba- Ma 0.26
Mb- H 0.25
Ba- Vp* 0.03
Tabla 24. Indice de Jaccard para tipos fisionómicos ubicados en ladera (más alto y * más bajo valor)
√ Valles
Los coeficientes de similitud para los levantamientos ubicados en valle, tampoco sobrepasan el
promedio del análisis general (14%). Es en este análisis es donde se encuentra el mayor grado
de similitud (37%), el cual se da entre pastizal con matorral y helechal. Estos dos tipos de
vegetación constituyen los primeros estados sucesionales en los valles, luego de la intervención
antrópica.
Tipos fisionómicos Índice de Jaccard
Pm- H 0.37
Bb- H* 0
Ba- H* 0.03
Tabla 25. Índice de Jaccard para tipos fisionómicos ubicados en valle (más alto y * más bajo valor)
Solo cinco especies se comportan como ubicuistas: tuno esmeraldo (Miconia squamulosa), laurel
(Morella parvifolia), tagua (Gaiadendron punctatum), Coralito (Palicourea lineariflora) y
encenillo (Weinmannia tomentosa), encontrándose en tres o más tipos fisionómicos y favoreciendo
el establecimiento de otras especies con la formación de estratos herbáceos.
Las especies exclusivas o especialistas se observan en la tabla 26. Algunas de estas especies
pertenecen a este grupo por limitaciones de determinados factores como es el caso de las especies
de Tillandsia (Quiches), las cuales dependen de la presencia del estrato arbóreo para establecerse; u
otras especies como kikuyo (Pennisetum clandestinum) y pasto de olor (Anthoxanthum odoratum),
que por lo general, están asociados con un proceso de tala y posterior uso del suelo para ganadería.
Se encontraron en total 18 especies con esta estrategia, de las cuales seis pertenecen
exclusivamente al cerro Gavilán y por lo general están asociadas a los tipos fisionómicos de
Bosque Alto y Matorral Alto. Cinco especies fueron encontradas únicamente en el cerro Juan Rey,
sin embargo no se encontraron en un tipo fisionómico determinado. Solo la especie Noticastrum
marginatum se encontró en los tres cerros y en un solo tipo fisionómico (Pa).
Las especialistas se encuentran asociadas a microhábitats que resultan de las condiciones
topográficas (valle, ladera y cima), formación de claros e intervención antrópica. Estas especies,
son claves para determinar a nivel local la vulnerabilidad del ecosistema y de cada especie en
particular, dentro de las unidades de paisaje.
Las “especies intermedias”, parecen estar asociadas a estados sucesionales contínuos, es decir, que
uno de éstos tipos fisionómicos es el estado anterior del otro, por lo tanto pueden compartir las
mismas especies, tal como se observa en la tabla anterior.
El aliso (Alnus acuminata), es una de estas especies intermedias, solo se le encuentra en Bosques y
Matorral alto, lo cual la coloca como una especie de etapas sucesionales avanzadas, presente
solamente en lugares con un grado de regeneración y/o conservación importante. El aliso, además
fue encontrado en los levantamientos realizados en valles y asociados a zonas con un deficiente
drenaje (pantanosas o cercanas a los bordes de quebrada). Los fragmentos donde se registró
presentan abundancias y porcentaje de cobertura significativos, siendo entonces una especie
dominante de los estratos arbóreos (no se registraron individuos de altura inferior a 2 m), en los
Bosques altos (Ba) y en los Matorrales altos (Ma) de valles. Esta especie tiene una alta capacidad
fotosintética, así como altas tasas de crecimiento en biomasa y altura, siendo considerada como una
especie heliófita lo que podría explicar su alto requerimiento de agua (Moreno 2002).
Por otra parte, la especie Weinmania tomentosa (encenillo), se encontró con una distribución de sus
individuos más homogénea. Aunque es dominante del estrato arbóreo en los Bosques altos
(principalmente de ladera) y Bosques bajos, también se observó en los estratos arbustivo, herbáceo
y rasante, lo que indica que es una especie secundaria y característica de una sucesión temprana,
pues estos individuos juveniles se registran en Helechales, así como en Matorrales bajo y alto.
9.4.2.5 Categorías de Invasión
Al realizar este análisis, se pudo distinguir el proceso de colonización de especies dentro del
mosaico de vegetación para el Parque. Es importante resaltar, que la mayoría de las especies para
las cuales se obtuvo información sobre el origen y distribución tanto mundial como en Colombia,
están incluidas en la categoría 0 (no maleza, ni invasora). Y las especies que se ubicaron dentro de
las diferentes categorías de invasión son pocas. En la tabla 26 se resumen los resultados de este
análisis.
PORCENTAJE DE
CATEGORÍA DE NÚMERO DE
ESPECIES POR
INVASIÓN ESPECIES
CATEGORIA
0 146 81.56
1 12 6.7
1.5 8 4.47
2.5 2 1.12
3 3 1.67
3.5 1 0.55
4 5 2.79
4.5 2 1.12
Tabla 28. Número de especies y porcentaje por categorías de invasión, siguiendo a Cronk & Fuller (1995).
0: No maleza ni invasora; 1: Maleza de poca importancia de tierras cultivadas o alteradas; 1.5: Categoría 1 importante o muy extendida; 2: Maleza de
pastos manejados para ganaderia y plantaciones forestales ; 2.5: Categoría 2 importante o muy extendida; 3: Invasora de hábitats naturales o seminaturales
con cierto interés ecológico; 3.5:Categoría 3 importante o muy extendida; 4: Invasoras de hábitats naturales o seminaturales importantes es decir, vegetación
rica en especies, reservas naturales, zonas con especies endémicas; 4.5: Categoría 4 importante o muy extendida; 5: Invasora que amenaza de extinción otras
especies.
Las especies Hypochaeris radicata y la mora silvestre (Rubus floribundum), son las únicas especies
ubicadas en la categoría 2.5, como especies con alta abundancia en pastizales con matorral o pastos
manejados y plantaciones.
Solo tres especies se establecieron en la categoría 3 como especies invasoras de hábitats naturales
con algún grado de interés ecológico. Dentro de este grupo de especies cabe destacar el cartucho
(Zantedeschia aetiopica), el cual se encontró en una zona de borde de quebrada, en relativo buen
estado de conservación. Sin embargo, solo se registró un ejemplar.
Las especies ubicadas en las categorías 3.5, 4 y 4.5 corresponden a plantaciones de especies
introducidas. En la categoría 3.5 se encuentra Acacia melanoxylon, la cual se encuentra en
pequeños parches aislados y en baja abundancia. Dentro de la categoría 4, se encuentran las
especies Acacia decurrens, Pinus patula, Pinus radiata y Cupressus lusitanica. Las especies
Eucaliptus globulus y Eucaliptus grandis, ubicadas dentro de la categoría 4.5 fueron incluídas en
ésta por presentar abundancias altas y parches significativos en cuanto al área total del Parque, lo
que no sucede con las especies ubicadas en la anterior categoría. El pasto kikuyo, también se ubicó
dentro de la categoría 4.5, esta especie es la que presenta mayor distribución en el Parque.
La vegetación actual del Parque Entrenubes responde a una serie de eventos tanto naturales como
antrópicos, y se convierte en una huella palpable de la historia en una escala espacio-temporal.
Desde hace miles de millones de años la tierra se ha estado transformando a causa de los choques
entre placas tectónicas, los cuales generaron levantamientos montañosos como la Cordillera de los
Andes durante el Terciario (65 millones de años antes del presente) (Hooghiemstra, Van der
Hammen & Cleef, 2002). Otras causas fueron los cambios climáticos (glaciales-clima frío, e
interglaciales-clima cálido), que fueron épocas con un clima muy diferente al actual y que
produjeron que el límite superior del bosque andino fluctuara entre 2800 y 3600 m de altitud
dependiendo de la temperatura y la precipitación (Hooghiemstra 1995). Y desde hace unos pocos
cientos de años se ha estado transformando aceleradamente a causa de la dinámica humana, efecto
que se ve reflejado en la vegetación actual de todo el planeta, de la sabana de Bogotá (Cardozo
1965, Díaz 1993, Van Der Hammen 1998), y específicamente del Parque Entrenubes que hace
parte del borde sur oriental de la ciudad de Bogotá.
Los cambios en el clima, la manera como se ha transformado la corteza terrestre con separaciones y
levantamientos (geología) y las formas montañosas o de llanura que se han producido a lo largo de
cientos o millones de años (geomorfología), producen diversos factores ambientales que de acuerdo
con su interacción determinan cambios en la vegetación (Mateucci & Colma 1982). Estos cambios
son distinguibles a partir de las características de composición florística, fisionomía y estructura de
la vegetación (Tuomisto, 1993).
Por otro lado, la vegetación del Parque también es un reflejo de la dinámica humana, resultado del
uso al cual ha estado sometido el suelo a lo largo de su historia: agricultura, ganadería extensiva,
asentamientos humanos rurales, alta tasa de crecimiento urbano, plantaciones de maderables
foráneas, extracción de materiales, etc. Por esto el manejo inadecuado que se la ha dado a la tierra
en la sabana de Bogotá especialmente después de la conquista (1538) y con mayor fuerza desde
hace unos 200 años, ha traído como consecuencia la pérdida parcial o total de los ecosistemas
nativos, es decir la pérdida de todos los procesos que se dan a partir de la relaciones entre el clima,
la geología, la geomorfología, la vegetación y la fauna (aves, insectos, mamíferos, anfibios,
reptiles etc.). Esto ha provocado cambios en el clima local, pérdida de la diversidad del suelo, de
las especies vegetales y animales, y por lo tanto la pérdida de los ecosistemas que en los casos más
extremos equivale a la desertificación de las tierras.
El Parque Entrenubes es un maravilloso ejemplo de efecto de borde, ya que muestra las diferentes
escalas del paisaje (espacio-temporales). En el caso específico de la vegetación, nosotros
encontramos que la situación geográfica lo enmarca en un espacio donde ocurren varias
transiciones, o ecotonos, o bordes, o el límite entre dos elementos característicos y diferenciables.
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De esta manera, a nivel climático ocurre que la precipitación pasa de una transición entre menos
de 800 mm en el occidente, hasta 1200 mm al suroriente, generando dos patrones de vegetación
distintos:
• Uno más seco con matorrales dominados por hayuelo (Dodonaea viscosa) y Cordia lanata y
con la presencia de Evolvulus bogotensis, Solanum lycioides y Stevia lucida, entre otras.
• Y otro más húmedo con bosques secundarios de Encenillo (Weinmannia tomentosa) y
Romero blanco (Displostephium rosmarinifolium) o de Aliso (Alnus acuminata).
A nivel altitudinal, el Parque se encuentra entre 2600 y 3100 m de altitud, el cual hace parte del
límite del bosque altoandino y el subpáramo, si tomamos el subpáramo o páramo arbustivo a partir
de los 3000 a 3650 m. Por esta razón encontramos un mosaico de vegetación de subpáramo (Vp) y
matorrales bajos de composición mixta (mb), en las laderas altas y las cuchillas de los pequeños
cerros que conforman el paisaje interno de los tres cerros, especialmente por encima de los 2900 m
de altitud.
Al nivel de interacción entre el clima, la altitud y la cobertura de vegetación de los bordes del
parque, se encontró que la composición florística de los matorrales bajos que se encuentran hacia
la planicie del Valle del río Tunjuelito, es decir la parte occidental de los tres cerros es
marcadamente diferente de la que se encuentra en los bordes orientales, principalmente del Cerro
Juan Rey, hacia los cerros orientales de Bogotá. De esta manera la vegetación de borde está
representada por matorrales bajos de Hayuelo en el occidente y de retamo espinoso en el oriente
del Cerro Juan Rey.
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Gráfica 17. Los tres cerros del Parque Entrenubes en relación a la ciudad de Bogotá. Obsérvese el área de cada uno
de los cerros y la cantidad de fragmentos de cobertura que hacen parte de cada uno de ellos. 1. Guacamayas, 2. Juan
Rey y 3. Gavilán.
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El cerro Guacamayas se encuentra en el sector norte del Parque dentro de la localidad Rafael Uribe,
es una ladera que va de los 2600 a 2800 m de altitud y conforma la micro cuenca de la Chiguaza,
con un área de 40 ha. Es el cerro que menor área, menor diversidad fisonómica y menor riqueza de
especies presenta, está dominado en su gran mayoría por vegetación de tipo abierto con pastizales,
seguida por vegetación de subpáramo (área paramizada), bosques plantados de Eucalipto y algunos
fragmentos muy pequeños de matorrales bajos de Cordia lanata (salvio), Dodonea viscosa
(hayuelo) y Xylosma spiculifera (corono), los cuales se distribuyen en los lugares de escorrentía de
ésta ladera que hace parte del Parque. Fueron importantes especies de las familias asterácea,
poácea, labiada, solanácea y euphorbiácea, todas en general con hábitos de herbáceos y arbustivos.
Una característica importante es la aparición de especies de plantas que crecen en ambientes
xerofíticos de la sabana de Bogotá como Evolvulus bogotensis (Convolvulaceae), el helecho
Pellaea ternifolia (Pteridaceae) y Lantana boyacana (Verbenaceae), entre otras. Este característica
se comparte con el borde occidental del Cerro Juan Rey.
Vegetación Potencial: Bosque andino alto con Corono (Xylosma spiculifera), Espino (Duranta
mutisii), Gomo o Salvio (Cordia lanata), Raque (Vallea stipularis) y Oreopanax
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El cerro Juan rey se encuentra en la parte central del Parque, principalmente en la localidad de
Usme y una pequeña parte en el nororiente a la localidad de San Cristóbal. Es un complejo de
valles con altas pendientes que van desde los 2750 a los 3100 m de altitud y que conforman las
micro cuencas de la Hoya del Ramo (cuencas de Hoya del ramo, La Fiscala y Q. Seca
principalmente), Santa Librada (Santa librada y Santa Marta), Nueva Esperanza y La Nutria, con
un área total de 400.873 ha. Es el más complejo en cuanto a cobertura vegetal, pues están
representados todos los tipos fisionómicos considerados, que conforman fragmentos de tamaño
muy variable, además presenta el mayor número de familias, géneros y especies en comparación
con los otros cerros (235 de 327), efecto relacionado con la alta diversidad de tipos fisionómicos y
el tamaño del cerro (Figura 19).
El valle de la Hoya del Ramo, se encuentra en estado de recuperación, pues la matriz de pastos ha
ido cambiando con la formación, en algunos sectores, de matorrales bajos y medios de Aliso (Alnus
acuminata) y pantanos de Juncus efussus y Carex pichinchensis.
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La micro cuenca de Santa Librada presenta plantaciones de Eucalipto y Pino, canteras zonas de
cultivo, matorrales altos y bajos y pastizales con regeneración de Aliso, al igual que en el valle de
la Hoya del Ramo. La parte alta del valle de Santa Marta se encuentra en buen estado de
conservación, con una pequeña extensión de bosques bajos y matorrales altos en las laderas (Figura
23).
En el costado occidental del cerro, es decir en partes bajas de la Hoya del Ramo, Cerezos y Santa
Marta, en limites con los barrios Fiscala y Alaska y las canteras y ladrilleras que aún funcionan allí
cerca, se encuentran matorrales bajos dominados por el Hayuelo (Dodonaea viscosa), estos
matorrales son similares a los que se encuentran en el Cerro Guacamayas.
Por otro lado, y a diferencia del borde occidental, en el borde oriental se encuentran
principalmente pastizales y matorrales de retamo espinoso (Ulex europeaeus), especie europea que
se comporta como una invasora, y que implica una fuerte amenaza para la regeneración natural de
la vegetación del Parque.
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Las áreas que presentan mayor deterioro son: Cerezos y las partes bajas de Juan Rey y Quebrada
Seca. Las áreas que presentan mejor estado de conservación (con mayor porcentaje de parches de
vegetación) son la micro cuenca de la Hoya del Ramo, la parte alta de Quebrada seca, Santa Marta
y algunos sectores de Santa Librada.
El deterioro o la conservación de la vegetación y el gran número de tipos fisonómicos y
fragmentación de éstos, se relaciona directamente con la cercanía de los asentamientos humanos y
sus actividades, es decir, urbanizaciones que bordean el cerro y están entrando en él, canteras en
funcionamiento, pastoreo, cultivos y extracción selectiva de los matorrales principalmente. Es el
área del parque que presenta un estado intermedio de alteración.
Vegetación potencial: En las partes bajas, entre 2600 y 2800 m, bosque andino bajo con Corono,
Espino, Raque, Oreopanax y Gomo. En las partes altas entre 2800 y 3200-3300 Bosque de
Encenillo y en las cuchillas entre 2900 – 3100 m, subpáramo bajo o páramo arbustivo. En los valles
o zonas con mal drenaje, entre los 2750-3100 correspondería a bosques de Aliso.
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El Cerro Gavilán se encuentra en el sur oriente del Parque, en la localidad de Usme. Se distribuye
entre los 2800 y 3000 m de altitud y está conformado por las micro cuencas de la Yomasa
principalmente, el Amoladero y la Bolonia, conformando un área total de 184.29 ha. (Figura 24).
En comparación con los otros dos cerros, en la parte sur del Cerro el Gavilán se presenta una menor
fragmentación de los tipos fisionómicos, pues se encuentran dos grandes fragmentos, un
misceláneo de bosques y vegetación de subpáramo, y otro de Eucalipto.
En la parte norte del cerro Gavilán, hacia La Bolonia, se observa mayor fragmentación de la
vegetación, por esto este lado del cerro es similar a lo encontrado en el Cerro Juan Rey. Con
relación a su riqueza y composición florística, se destaca la importancia de la familia de las
bromelias, hierbas epífitas que dependen de una estructura de vegetación de gran porte como son
los bosques andinos.
El tipo fisionómico que presenta mayor área es el Bosque plantado de Eucalipto con especies
nativas creciendo dentro, de Miconia squamulosa (Tuno esmeraldo), Viburnum triphyllum
(Garrocho) y Myrcianthes leucoxyla (Arrayán). Seguido por una unidad continua y mixta,
conformada por bosque alto intervenido y matorrales altos y bajos. En la parte alta del valle y
hacia las laderas son bosques de Weinmania tomentosa, Diplostephium rosmarinifolium,
Gaiadendron punctatum y Ilex kunthiana y Viburnum tryphyllum, entre otros. En la parte alta-
media del valle chuscal y bosque de Aliso (Alnus acuminata) y en el borde de la Quebrada Yomasa
son abundantes las bromelias Tillandsia turneri, T. biflora, T. complanata, T. fendleri, T. pastensis,
T. denudata y Vriesia sp.nov.
Y finalmente, en el norte del cerro, se encuentran otros parches de helechales, chuscales, canteras
en regeneración, matorrales bajos, áreas paramizadas, pastizales, cultivos y asentamientos
humanos, aquí se refleja la alteración generada por la cercanía de las zonas urbanas, mientras que
el área que limita con el Agroparque los Soches, se encuentra en mejor estado de conservación.
Este es el sector del Parque en mejor estado de conservación
Vegetación potencial: Es la transición entre el bosque andino bajo con Corono, Espino, Raque,
Oreopanax y Gomo y el bosque andino alto con Bosque de Encenillo. En las cuchillas entre 2900 –
3100 m, subpáramo bajo o páramo arbustivo. En los valles o zonas con mal drenaje, entre los 2750-
3100 correspondería a bosques de Aliso.
En el Parque Entrenubes, los cerros Juan Rey, Gavilán y Guacamayas presentan una serie de
fragmentos, conformados por varios tipos fisionómicos que se diferencian por la altura, el porte, la
cobertura y la composición florística.
En general, la vegetación actual de los cerros Juan Rey, Gavilán y Guacamayas se distribuye de
acuerdo con la topografía, los suelos y el comportamiento de la dinámica humana, siendo la
topografía de cima, ladera y valle un patrón constante en casi toda el área del Parque,
principalmente en el Cerro Juan Rey y parte del cerro Gavilán, mientras que en Guacamayas solo
encontramos una ladera. Este patrón topográfico está relacionado con los tipos fisionómicos de la
vegetación del Parque, así (Gráfica18, Figura 25):
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Cimas:Las cimas o cuchillas de los cerros Gavilán y Juan Rey se encuentran cubiertas
principalmente por vegetación abierta con elementos de páramo (vegetación de subpáramo) y/o
mezclada con matorrales bajos y helechales. También se encuentran grandes extensiones de
canteras.
Cima
Ladera
Valle
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Vegetación de
subpáramo Bosque bajo
Matorral bajo
Matorral bajo Matorral alto
Helechal Matorral de retamo
Canteras Vegetación de
subpáramo
(Paramillo-
CIMA Paramizado)
Chuscal
Helechal
Pastizal Bosque alto
Bosques Plantados Bosque bajo
Cultivos
LADERA Bosque Plantado
Canteras Chuscal
Helechal
Bosque Matorral bajo
alto Matorral alto
Bosques Pastizal
Plantados Pastizal con matorral
Cultivos Humedal
Canteras Cultivos
LADERA -
VALLE
VALLE
Gráfica 18. Distribución de la vegetación con respecto a la Topografía del Parque
Los cerros que componen el Parque, han sufrido una fuerte presión antrópica, en la misma
dirección del crecimiento de la ciudad; es decir, que el cerro Guacamayas ubicado en la parte más
proximal a Bogotá, presenta el mayor nivel de disturbio de los ecosistemas naturales o potenciales,
y de la misma manera el cerro Gavilán (el más alejado de la ciudad), presenta el menor grado de
deterioro. Como una consecuencia de esto, los procesos de sucesión posibles de observar están
estrechamente relacionados con el tipo de uso que se la hado a estas tierras, al menos desde los
últimos 50 años.
Quizá uno de los casos más evidentes de sucesión es el del Pastizal con matorral y Helechal. Estos
dos tipos de vegetación constituyen los primeros estados sucesionales, en los valles, en donde el
uso fue probablemente por tala, quema, agricultura y ganadería, lo cual podría explicar el alto valor
de similitud obtenido, por esto se encuentra un grupo determinado de especies que puede
establecerse en estas zonas. Además, estos tipos de vegetación están asociados a condiciones
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extremas de estrés como la alta incidencia lumínica y las temperaturas fluctuantes por ausencia de
cobertura boscosa (Begon et al. 1996, Whitmore 1991).
Así mismo, las diferencias que son posibles de encontrar están determinadas por el tipo de
disturbio al que estuvo sometida la vegetación primaria. Los pastizales con matorral, en particular
son zonas de antiguo uso ganadero, y la vegetación que se establece allí, comparte el área con
especies de pastos usados para alimento del ganado como kikuyo. Los helechales dominados por la
especie Pteridium aquilinum (helecho marranero), presentan una historia ligada con un proceso de
quema (en muchos casos recurrente), ya sea por causas naturales o por acción directa del hombre.
Este tipo fisionómico pudo ser un pastizal utilizado para ganadería en el pasado, o bien un
fragmento de bosque, y tanto los pastizales como los pequeños fragmentos, son susceptibles a la
desecación, y más vulnerables a las sequías y fuegos que los bosques continuos (Nepstad et al 1998
en Kattan 2002). Luego del fuego esta especie de helecho, se establece rápidamente, y una vez
domina, algunas especies capaces de soportar sombra, comienzan a aparecer.
La especie Pteridium aquilinum, actúa como especie colonizadora y pionera dentro de la sucesión
primaria, cuando el total de la cobertura vegetal del suelo se pierde, debido a la quema continua, y
es posible que también lo haga en la sucesión secundaria la cual tendría su inicio en los pastizales.
Luego del establecimiento, la especie será competidora y no colonizadora, lo que permitirá el
arribo y desarrollo de otras especies. Es decir, que las semejanzas encontradas en los Helechales
con Pastizales con matorral (Pa) y con la vegetación de subpáramo (Vp), se debe a la permanencia
del “helecho marranero” en la sucesión temprana y a la entrada de las especies que se ven
beneficiadas con la presencia de este.
Según Mora (1999), las plantas en la colonización de los primeros ambientes se comportan como
ruderales tolerantes a restricciones y hacia el final del período sucesional como competidoras
tolerantes a restricciones. Sin embargo, esta especie no culmina el período sucesional, y su
extinción se da desde los Matorrales bajos en donde ya no se observan individuos. Dentro de la
categorización esta especie es una invasora muy extendida, sin embargo no es una amenaza para
ecosistemas naturales de importancia, al contrario puede favorecer la entrada de especies nativas de
bosque altoandino, como ya se mencionó. Esta especie, además esta utilizando la alta
concentración de nutrientes que permanecen en el suelo luego de la quema, es decir, que es una
excelente competidora. Es importante resaltar que esta especie presenta una distribución
cosmopólita por encima de los 2100 m de altitud, lo cual es una evidencia de su éxito como especie
pionera y colonizadora.
Aunque esta especie es quizá la más sobresaliente en cuanto a pioneras se refiere, no es la única
colonizadora. Especies como Rumex acetosella, Achyrocline satureioides, Anthoxanthum
odoratum, y Espeletiopsis corymbosa, entre otras, presentan el mismo comportamiento de
establecimiento en las primeras etápas sucesionales y una desaparición posterior en Matorral bajo
(Mb). Rumex acetosella y el pasto de olor (Anthoxanthum odoratum) son invasoras introducidas de
pastizales, la primera no tan extendida como la segunda.; Espeletiopsis corymbosa es nativa de
vegetación de páramo y Achyrocline satureioides nativa de bosque altoandino. Estas especies
permiten establecer que la estrategia de ocupación puede ser llevada a cabo por especies tanto
introducidas como nativas y con nivel de invasión diferentes.
Así mismo, la forma de arribo y establecimiento en la regeneración, puede ser variable; por
ejemplo Espeletiopsis corymbosa presenta rebrotes, inmediatamente después de la quema,
especialmente en aquellas zonas ubicadas en cimas con suelos rocosos, mientras que el pasto de
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olor y la especie Achyrocline satureioides, arriban por medio de lluvia de semillas, gracias a su
mecanismo de dispersión (anemocoria). Valencia et al. (1999), sugiere que las primeras fases de
revegetalización por parte de las especies consideradas como pioneras, son el producto de la
reproducción vegetativa por rebrote, por emergencia de semillas o por la llegada de éstas
(dispersión anemocórica u ornitocórica, principalmente), lo cual coincide con lo encontrado en este
análisis. Valencia, determinó que las Pteridofitas, las Gramíneas, las Cyperáceas y las Asteráceas,
constituyen los principales grupos de especies pioneras en este tipo de ecosistema, y dentro de este
grupo de familias.
La mora silvestre (Rubus floribundum), también hace parte de estas especies colonizadoras de las
primeras etapas de sucesión, pero a diferencia de lo que se observa con las especies antes
mencionadas, permanece a lo largo del periodo sucesional, o al menos hasta el estado de
regeneración que es posible observar en el mosaico de vegetación para el Parque Entrenubes. A
excepción de la vegetación de supáramo (Vp), donde probablemente las condiciones no favorecen
su establecimiento, esta especie se registró en todos los tipos fisionómicos muestreados, actuando
así como especie ubicuista. Esta especie es originaria de América del Norte, lo que la posiciona
como una invasora introducida y ampliamente distribuida en el área del Parque.
Especies ubicuistas, como la anteriormente mencionada, presentan una alta plasticidad y podrían
estar actuando como una barrera, disminuyendo la incidencia lumínica y permitiendo
establecimiento de especies poco tolerantes a la luz, en sus primeras etapas de desarrollo. Estas
especies entonces, son claves para establecer los parámetros de manejo de recursos naturales en
sitios perturbados, por su papel como precursoras de la regeneración natural del bosque altoandino.
Especies como Paepalanthus andicola, Stipa ichu y Rhyncospora paramorum, únicas de subpármo
(Vp), responden a las características de especies especialistas, además no son ni invasoras ni
introducidas. Estas especies crecen en donde las condiciones microclimáticas son difíciles y se
requiere de adaptaciones morfológicas (ej. crecimiento arrosetado) y fisiológicas especiales (ej.
resistencia a bajas temperaturas y vientos fuertes). La mayoría de las áreas de subpáramo están
ubicadas en las cuchillas y las partes más altas de las laderas, en zonas con muy poca profundidad
de suelo o con ausencia de este (áreas rocosas), lo que dificulta el establecimiento de muchas de las
especies que encontramos en otros tipos fisionómicos. Algunas de las especies que allí
encontramos, son registradas en otros tipos fisionómicos, como Espeletiopsis corymbosa, pero su
porcentaje de cobertura es muy bajo; su presencia puede deberse mas a la conexión entre los tipos
fisionómicos, como áreas de subpáramo, Helechales, y algunos Matorrales bajos, ya que la
vegetación del Parque es un mosaico complejo y continuo de fragmentos con diferente grado de
disturbio, tanto en el tiempo como en el espacio.
Esto convierte tanto a las especies intermedias como a las especialistas, en grupos vulnerables a la
extinción local por disturbio en cualquiera de los tipos involucrados, así como por los cambios
ambientales que estos mismos conllevan; además es factible que la plasticidad genotípica y
fenotípica de estas plantas sea baja (Begon et al. 1996), lo cual no permitiría el establecimiento de
éstas en otros fragmentos de carácter diferente.
Por otra parte las especies ubicuistas, tienen un papel distinto al anteriormente expuesto y su riesgo
de extinción se reduce gracias a su plasticidad y resistencia a los cambios ambientales y a la
presión antrópica. Weinmania tomentosa, por ejemplo es clave para la regeneración de la
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vegetación nativa pues se ubica en todos los estratos, y en valles y laderas de los cerros Gávilan y
Juan Rey, en donde la regeneración está mas avanzada que en Guacamayas; es decir que además de
ser una especie demandante de luz, es pionera, colonizadora y con una alta plasticidad fenotípica
(Begon et al. 1996, Whitmore 1991). Cortés (2003) encontró esta especie en bosques relictuales en
los cerros orientales de Bogotá, así como en los levantamientos realizados en matorral y rastrojos,
lo que reafirma su plasticidad y papel como especie de sucesión temprana.
Otra especie que resulta interesante es Salvio (Cordia lanata), la cual se encuentra ubicada en
Pastizales con Matorral (Pa) y Matorrales Bajos (Mb), en asociación con Dodonaea viscosa (la cual
solo se registró en los Matorrales Bajos). Sin embargo, esta asociación se encuentra solamente en el
borde occidental del Parque (principalmente Guacamayas y Juan Rey), en donde la intervención
antrópica ha sido mayor y en donde ha ocurrido una fuerte influencia de la vegetación de los
enclaves secos del sur y suroccidente de la Sabana de Bogotá (Cardozo 1965, Van der Hammen &
González 1965, Díaz 1993, Van der Hammen 1998)
De esta manera los patrones de sucesión vegetal como lo son el arribo, establecimiento,
facilitación, tolerancia, inhibición, extinción y máximo dominio (Mora et al. 1999) establecidos a
través de la dinámica de colonización y establecimiento de las especies vegetales dependen de
cambios a través del tiempo en la disponibilidad de recursos así como de los sustratos expuestos a
la colonización vegetal. En donde es justamente el balance entre inhibición y facilitación lo que
determinará la trayectoria sucesional de la comunidad (Guariguata & Ostertag 2002).
Con el fin de establecer las variables que permitan definir las unidades de manejo para el Parque
Entrenubes, es indispensable identificar las especies que se han adaptado a las condiciones
ambientales presentes en los bordes de los fragmentos, pues podrían servir como amortiguadoras
de las condiciones reinantes en la periferia y facilitar el establecimiento de especies presentes en el
interior de los fragmentos, especialmente de los bosques relictuales o en regeneración
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• Todos los bordes del parque deben ser controlados concertadamente, en lo posible, como
símbolo de la Unidad del Parque Entrenubes. Esto puede detener, en alguna medida la fuerte
intervención generada por los barrios que lo rodean, como ocurre en un sector del Cerro
Gavilán.
• En el cerro Juan Rey, los valles de las microcuencas principales como Hoya del Ramo,
Quebrada Seca, Santa Marta y Santa Librada deben ser restaurados para la recuperación de
caudales. Estos valles presentan un estado de conservación y recuperación natural que puede
ser aprovechado dentro de un programa de restauración y conservación.
• Estas son apenas algunas de las recomendaciones que serán mejor desarrolladas en el Plan de
Manejo ambiental del Parque, en donde se trendrán en cuenta no solo las caracteristicas de la
vegetación, sino las caraterísticas fisicas que se relacionan con ésta. A partir de dicha
interacción se propondrán los programas y proyectos relacionados con la preservación y
restauración de los ecosistemas andinos que alguna ocuparon el área del Parque.
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