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LA SANTIDAD:

26. Lucas 1:75


con *santidad y justicia, viviendo en su presencia todos nuestros días.
27. Romanos 1:4
pero que según el Espíritu de *santidad fue designado con poder Hijo
de Dios por la resurrección. Él es Jesucristo nuestro Señor.
28. Romanos 6:19
Hablo en términos humanos, por las limitaciones de su *naturaleza
humana. Antes ofrecían ustedes los miembros de su cuerpo para servir
a la impureza, que lleva más y más a la maldad; ofrézcanlos ahora para
servir a la justicia que lleva a la *santidad.
29. Romanos 6:22
Pero ahora que han sido liberados del pecado y se han puesto al
servicio de Dios, cosechan la santidad que conduce a la vida eterna.
30. 2 Corintios 1:12
Pablo cambia de planes Para nosotros, el motivo de *satisfacción es el
testimonio de nuestra conciencia: Nos hemos comportado en el mundo,
y especialmente entre ustedes, con la *santidad y sinceridad que vienen
de Dios. Nuestra conducta no se ha ajustado a la sabiduría *humana
sino a la gracia de Dios.
31. Efesios 4:24
y ponerse el ropaje de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios, en
verdadera justicia y *santidad.
32. 1 Tesalonicenses 3:13
Que los fortalezca interiormente para que, cuando nuestro Señor Jesús
venga con todos sus *santos, la santidad de ustedes sea intachable
delante de nuestro Dios y Padre.
33. 1 Tesalonicenses 4:7
Dios no nos llamó a la impureza sino a la santidad;
34. 1 Timoteo 2:15
Pero la mujer se salvará siendo madre y permaneciendo con sensatez
en la fe, el amor y la *santidad.
35. Hebreos 12:10
En efecto, nuestros padres nos disciplinaban por un breve tiempo, como
mejor les parecía; pero Dios lo hace para nuestro bien, a fin de que
participemos de su *santidad.

1. Hebreos 12:14
Advertencia a los que rechazan a Dios Busquen la paz con todos, y la
*santidad, sin la cual nadie verá al Señor.

1 Corintios 6:11

Y eso eran algunos de ustedes. Pero ya han sido lavados, ya han sido
*santificados, ya han sido *justificados en el nombre del Señor
Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.

2. 1 Corintios 7:14

Porque el esposo no creyente ha sido *santificado por la unión con su


esposa, y la esposa no creyente ha sido santificada por la unión con su
esposo creyente. Si así no fuera, sus hijos serían impuros, mientras que,
de hecho, son santos.

3. 1 Tesalonicenses 4:3

La voluntad de Dios es que sean *santificados; que se aparten de la


inmoralidad sexual;

4. 2 Tesalonicenses 2:13

[ Exhortación a la perseverancia ] Nosotros, en cambio, siempre


debemos dar gracias a Dios por ustedes, hermanos amados por el
Señor, porque desde el principio Dios los escogió para ser salvos,
mediante la obra *santificadora del Espíritu y la fe que tienen en la
verdad.

5. 2 Timoteo 2:21

Si alguien se mantiene limpio, llegará a ser un vaso noble, *santificado,


útil para el Señor y preparado para toda obra buena.

6. Hebreos 2:11

Tanto el que *santifica como los que son santificados tienen un mismo
origen, por lo cual Jesús no se avergüenza de llamarlos hermanos,
7. Hebreos 3:1

[ Jesús, superior a Moisés ] Por lo tanto, hermanos, ustedes que han


sido *santificados y que tienen parte en el mismo llamamiento celestial,
consideren a Jesús, apóstol y sumo sacerdote de la fe que profesamos.

8. Hebreos 10:10

Y en virtud de esa voluntad somos *santificados mediante el sacrificio


del cuerpo de *Jesucristo, ofrecido una vez y para siempre.

9. Hebreos 10:29

¿Cuánto mayor castigo piensan ustedes que merece el que ha


pisoteado al Hijo de Dios, que ha profanado la sangre del pacto por la
cual había sido *santificado, y que ha insultado al Espíritu de la gracia?

10. 1 Pedro 1:2

según la previsión de Dios el Padre, mediante la obra *santificadora del


Espíritu, para obedecer a Jesucristo y ser redimidos por su sangre:Que
abunden en ustedes la gracia y la paz.

1. 1 Corintios 1:30

Pero gracias a él ustedes están unidos a Cristo Jesús, a quien Dios ha


hecho nuestra sabiduría —es decir, nuestra *justificación, *santificación
y redención—

2. 2 Corintios 7:1

Como tenemos estas promesas, queridos hermanos, purifiquémonos de


todo lo que contamina el cuerpo y el espíritu, para completar en el temor
de Dios la obra de nuestra *santificación.

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