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Derechos fundamentales de la persona

1. Historia de los derechos Fundamentales

El concepto apareció en Francia hacia 1770, en el seno del movimiento político que condujo
a la Declaración De Los Derechos Del Hombre Y Del Ciudadano de 1789, y más tarde
alcanzó especial relieve en países como Alemania donde, bajo el manto de los
Grundrechte (en alemán: derechos fundamentales), se articuló el sistema de relaciones que
median entre el individuo y el Estado.

Ni los griegos, ni los romanos, concebían un área de autonomía del individuo frente al
Estado; para ambos no existía la libertad individual fuera de la libertad de la ciudad.
Particularmente en Grecia la libertad subjetiva se realizaba en unidad espontánea con el fin
universal. Sin embargo, esta afirmación general debe ser matizada, tanto por lo que se
refiere a Grecia como a Roma. En Grecia ya los estóicos y el pensamiento sofista entendía
la idea de igualdad como natural a los hombres, es en la tragedia «Antígona» donde Sófocles
nos habla de la necesidad de respetar leyes no escritas superiores a las del Estado. En Roma,
la aportación más importante, aunque mediata e indirecta, es el nivel técnico que alcanzaron
los romanos en la defensa del interés individual en el Derecho Privado, avance que sienta
las bases para un reconocimiento de los derechos en el área pública.

En la Edad Media aparecen las primeras declaraciones de derechos, aunque de forma


fragmentaria y con significación equívoca. Las Cartas Magnas, tanto desde el punto de
vista de su elaboración, como desde el de sus destinatarios, son documentos estamentales
que se limitan a recoger privilegios de un sector social determinado. Su mayor logro está
en que estas declaraciones son textos jurídico-positivos, es decir, hacen posible promover
con arreglo a ellos una acción ante el juez.

En el Absolutismo es cuando se dan los presupuestos ideológicos necesarios para la


aparición de los Derechos denominados fundamentales, debido, sobre todo, al nacimiento
del capitalismo y una nueva clase social, la burguesía.

Pero es en las Declaraciones de Derechos Americanas donde ya nos encontramos con


verdaderos textos jurídicos que contienen, no sólo facultades reconocidas a los
individuos, sino también la existencia de una conducta, negativa por lo general, del Estado
respecto a dichas facultades. Estos derechos son accionables ante el juez, que puede
declarar la constitucionalidad de las leyes que los vulneran, contrarían o menoscaban.
Mención especial merece la «Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano»
de 1 879, en la que se consagra definitivamente los derechos y libertades públicas. Se
trata de una proclamación de principios de carácter filosófico que descuida el problema
de sus garantías y efectiva realización. Se caracterizan estos derechos, por tratarse de
derechos naturales, irrenunciables y universales. Son derechos anteriores a la sociedad,
que sólo exigen del Estado una conducta negativa de abstención y respeto. Son derechos
absolutos que no admiten condicionamiento alguno. Son derechos individuales que no
contemplan la situación de la persona integrada en grupo. Son derechos abstractos,
descuidándose los aspectos procesales para exigirlos. Por último, señalar que la
Declaración de Derechos contiene, como Declaración que es de Derechos del Hombre y
el Ciudadano, derechos civiles, libertades de actuación que plantean la exigencia de la
abstención del Estado respecto de un área de autonomía del individuo, y derechos
políticos, es decir, de participación en las elaboración de las leyes o en la distribución de
las cargas.

1.1 Edad Antigua

En la Edad Antigua el concepto de personalidad y de los derechos que le son inherentes,


es desconocido.

La libertad, en su concepción primitiva, "mágica", era autoritaria: venía de los dioses y


se dirigía a los hombres a través de otros hombres; pero desconociendo siempre el
diálogo. El logos divino expresaba por si sólo la profundidad del ser del hombre.

Por otra parte toda la existencia del hombre era, esencialmente, política, es decir,
comunitaria. La comunidad -el grupo histórico- se imponía al individuo con una fuerte
presión social y con un control en el que los elementos prohibitivos y sancionadores no
estaban, como están hoy, suficientemente diferenciados

Sin embargo puede afirmarse que hay algunos datos que permiten afirmar el comienzo,
aún en grado muy incipiente, del reconocimiento de la dignidad de la persona humana:

 En el prefacio del Código de Hammurabi se dice:

Entonces [los dioses] ANU y BEL complacieron a la carne de los hombres


llamándome a mí, el dios temido Hammurabi, para establecer justicia en la tierra,
para destruir lo ilegítimo y los males y para contener al poderoso en su opresión
del débil.

 El filósofo chino contemporáneo Chun-Shu-lo señala que la idea de los derechos


humanos se desarrolló muy pronto en China, y desde muy temprano se estableció
el derecho del pueblo a rebelarse contra los emperadores tiránicos. El término
"revolución" no se consideraba peligroso, sino que a él se asociaban altos ideales,
y se le usó constantemente para referirse al justificable derecho que el pueblo
tiene de derrocar a los malos soberanos.

La expresión de "derechos humanos", es de origen reciente. Su fórmula, de inspiración


francesa, "derechos del hombre", se remonta a las últimas décadas del siglo XVIII. Pero
la idea de una ley o legislador que define y protege los derechos de los hombres es muy
antigua.

Para hablar sobre sus orígenes, corresponde hacer referencia a su origen iusfilosófico,
desde el pensamiento presocrático para llegar hasta nuestros días.

1.1.1 Los presocráticos

Los filósofos griegos se entregaron a intensas y profundas especulaciones sobre la ley, el


derecho, la justicia, el Estado, muchísimo antes de crearse las disciplinas jurídicas, la
filosofía jurídica o positivización de los derechos humanos. En efecto, fueron los griegos
antiguos los que por primera vez se enfrentaron a los problemas jurídicos, las instituciones
legales, la justicia o el Estado, con espíritu filosófico del cual necesariamente debe
partirse para obtener una clara comprensión de estos fenómenos tal como los registramos
en la actualidad.

La importancia de las ideas acerca del derecho, la justicia, el Estado entre los antiguos
griegos radica en que en su tiempo los veían en su conexión orgánica con la totalidad de
su cultura como unidades cohesionadoras del ser natural y social en el cual cabían todos
los entes. El ser omniabarcante se regía por una «justicia cósmica» inspirada en la ley
jurídica de la polis. Cualquier ente era justo cuando su existencia no interfería con el
orden al cual pertenecía.

1.1.2 Los sofistas


El pensamiento de los sofistas implicó un primer intento de establecer una distinción entre
la personalidad individual y aquellos atributos que eran propios y exclusivos de los
ciudadanos. La crítica al orden social vigente no implicaba un reconocimiento de la
existencia de derechos que correspondieran a todos los seres humanos

1.1.3 Platón

Platón afirma que la justicia es la virtud por excelencia tanto del alma humana como de
la polis, pero se trata de una justicia que no puede ser igualitaria.

El peso de los derechos humanos no es homogénea, se aplican de modo distinto, según


sea la clase social, no operan igual en los sectores productores, como en los militares o
gobernantes.

1.1.4 Aristóteles

La igualdad en Aristóteles, toma en cuenta, la división social de su tiempo, de ahí que


justifique la esclavitud, la dominación conyugal, el poder del soberano y demás elementos
discriminatorios en toda la sociedad.

Se consideraba desde el punto de vista de la naturaleza que el esclavo es al amo como lo


que el cuerpo es al alma.

1.1.5 Filosofía Helenística

Para los escépticos, la justicia y el derecho carecen de valor ecuménico porque dependen
de las costumbres locales de los pueblos. “Lo que es justo para unos, para otros es
injusto”.

La escuela de Epicuro, considera la justicia y el derecho como productos del contrato


social adaptable a las diferentes circunstancias humanas y, por ello, resulta variable según
los intereses del individuo y la comunidad.

1.1.6 Roma
Se guiaron por la filosofía helenística. Destacó Cicerón, quien definió a la justicia como
“virtud total”, “disposición del espíritu, que respetando la utilidad común, atribuye a cada
uno su valor”, calificándola como “única, señora y reina de todas las virtudes”.

Cicerón tiene una concepción grandiosa de la comunidad universal de estirpe estoica, que
admite el derecho de los extranjeros, el llamado derecho de gentes común para todos los
seres humanos, antecedente valioso en la formulación de los derechos humanos.

1.1.7 El cristianismo

El cristianismo se centró en el amor a Cristo, quien enseñó el amor al prójimo, y en ese


sentido ese amor cristiano es el antecedente histórico de los derechos humanos en cuanto
propugnó la igualdad del ser humano, sin importar el género, el rango social, la
nacionalidad, ni el color de la piel.

El año 1789, específicamente al 26 de Agosto de ese año donde la Asamblea


Constituyente Francesa votó por unanimidad un conjunto de principios considerados
esenciales en las sociedades humanas y en las que habían de
basarse la Constitución Francesa (1791), y después otras muchas constituciones
modernas. Tales principios, enunciados en 17 artículos, integran la llamada "Declaración
de los Derechos del hombre y del ciudadano".

En cuanto a su contenido político y social no representaban una aportación original, pues


su espíritu había sido ya aceptado en Inglaterra en 1689 por Guillermo III, y casi en
iguales términos los había sancionado con anterioridad en Estados Unidos el Congreso
de Philadelfia. No obstante, la gran repercusión de la Revolución Francesa los
universalizó y entraron a formar parte de la conciencia europea como expresión de las
aspiraciones democráticas.

1.2 Edad Media


En esta época, aunque de forma fragmentaria y con significación equívoca, aparecen
recogidos una serie de derechos que pueden ser considerados antecedentes de
los derechos fundamentales. Ese reconocimiento se realiza en los fueros, que son los que
regulan la adquisición y garantía de los derechos.

Como caracteres comunes a los textos jurídico-normativos medievales, contemplados


desde la perspectiva de la historia de los derechos humanos, se pueden señalar los
siguientes:

 Se producen como consecuencia del paso del régimen feudal al régimen


estamental.
 Constituyen una garantía y un límite frente al poder real de unos derechos
reconocidos.
 Se constituyen en el punto de partida para el reconocimiento posterior de nuevos
derechos y nuevas reivindicaciones extendidas a sectores cada vez más amplios
de la población.
 Constituyen un antecedente del moderno constitucionalismo y suponen el inicio
del principio de legalidad como garantía de los derechos reconocidos.
 Son derechos pactados entre el soberano y los barones y hombres libres. La masa
sometida de los súbditos queda privada de toda eficaz defensa jurídica contra los
gobernantes.
 Son concesiones que los nobles consiguen arrancar del poder real, como
consecuencia de la lucha mantenida entre el rey y la nobleza.
 Los siervos no tienen lo que hoy denominamos derechos civiles y políticos. Están
siempre sujetos a toda suerte de contratación que sobre ellos hagan los dueños,
como venta, donación, cambio, transacción., etc. Los siervos no pueden testar ni
casarse sin previo acuerdo de su señor. Están sometidos a la justicia de su amo sin
posibilidad de recurso alguno ante otro tribunal. Si la ley establece penas contra
los dueños que dan muerte o mutilan a sus esclavos, no es porque se reconozca la
personalidad jurídica de éstos, sino porque la finalidad de la ley está en evitar que
la sociedad quede privada de un instrumento productivo.
 Aunque se trata del reconocimiento formal y escrito de derechos preexistentes de
carácter consuetudinario, lo que se pretende es garantizarlos con vistas al futuro,
precisamente mediante su formulación y reconocimiento solemne por parte del
rey. Aquí podemos encontrar un precedente fundamental de la idea - claramente
reflejada posteriormente por el iluminismo francés- de la escrituralidad y
publicidad como garantía de los derechos individuales reconocidos en la ley,
frente al sistema absolutista, partidario de órdenes secretas e instituciones
reservadas.
 Se produce un incipiente reconocimiento de los derechos colectivos, en la medida
en que se empieza a reconocer la libertad de entidades sociales sobre las cuales el
príncipe reconocía no tener poder. Así en la Carta magna inglesa de 1215 se
proclama la libertad de la Iglesia de Inglaterra (cláusula 1ª), de la ciudad de
Londres y de otras ciudades y villas (cláusula 13).
 Se empiezan a reconocer una serie de garantías de los derechos, como
la prohibición de arrestos arbitrios (Cláusula 39 del la Carta magna), o
la jurisdicción que en materia constitucional ejercía el Justicia Mayor de Aragón,
a través de la posibilidad de ejercitar el contrafuero contra aquellas disposiciones
del poder público que violasen las franquicias del pueblo.

De la misma forma que en la antigüedad, en esta época primaron los derechos conferidos
a determinados grupos sociales o clases privilegiadas, es decir, derechos estamentales; se
disfrutaban en función del estamento o la corporación de los que se formaba parte. Lo
que nos permite enmarcar a los derechos humanos durante la Edad Media son una serie
de características que encontramos como denominador común en los textos jurídicos-
normativos medievales. Los derechos estamentales eran los que se garantizaban en la
mayoría de los territorios europeos y estos respondían a la estructura de regímenes
estamentales. Estos derechos buscaban hasta cierto punto, limitar el poder monárquico,
aunque tenían un carácter oligárquico, esto es que desde sus orígenes eran pactados entre
la nobleza y los hombres considerados libres. Es importante mencionar que durante este
periodo se dio un paso importante en la consecución de derechos colectivos; no obstante,
estos derechos no se entendían como inherentes a la condición humana sino como
garantías concedidas por el soberano. Los orígenes de los derechos humanos se pueden
rastrear en los distintos continentes, culturas y épocas. Estos orígenes también se
encuentran en las culturas precolombinas. Al fin de este periodo, durante la época del
renacimiento, en que florecieron las artes y el pensamiento, se dio el encuentro de las
culturas occidentales y americanas, con las cargas de explotación y dominio para estas
últimas.
1.3 Edad Moderna

Es en la Edad Moderna donde comienza la historia de los derechos humanos.

De acuerdo a tendencias historiográficas contemporáneas, los historiadores y filósofos


del derecho que trabajan sobre los derechos humanos, proponen la existencia de tres
modelos históricos de aparición de derechos humanos que tendrían lugar a partir del siglo
XVII:

 El modelo inglés.
 El modelo francés.
 El modelo de las colonias inglesas de América del Norte.

Para estos autores los tres modelos mencionados son el resultado de otros dos modelos
de aparición del Estado en Europa: el insular (inglés) y el continental (francés).

Los modelos históricos de aparición del Estado moderno son identificables porque
describen un proceso de aparición de un poder absoluto que hegemoniza la actividad
coactiva y represora, terminando con los estamentos medievales y el poder eclesial. Pero
ambos procesos se diferencian en que mientras el proceso en Inglaterra se caracteriza por
una evolución gradual y continuísta, el proceso en Francia implica
una revolución violenta y rupturista. Además, mientras en el inglés, el poder se centra en
el Parlamento y se expresa en el Common law, en el francés se propone una división de
poderes, una constitución escrita y una declaración solemne de derechos del hombre.

En las colonias inglesas de América del Norte, los indios y negros no estaban amparados
por las declaraciones de derechos naturales de los "nacidos ingleses" (sic). Por cuanto,
desde el comienzo, estas declaraciones sólo pudieron ponerse en práctica con una
constante apelación a la violencia o coacción armada contra quienes resultaban
desfavorecidos en tales circunstancias. Consideramos, en consecuencia, que el belicismo
es un tercer elemento común a los tres modelos propuestos.

No obstante la doctrina dominante, consideramos que se puede proponer un cuarto


modelo histórico de aparición de los derechos humanos, que corresponde a la legislación
indiana de los siglos XVI y XVII.
Tal legislación es el resultado de las críticas de la Escuela de Salamanca al poder imperial
y papal por el modo de colonizar y evangelizar América. Esta Escuela, con Francisco de
Vitoria a la cabeza, concibe una relación armónica de todo el orbe regido por el derecho a
la comunicación, clave para la relación entre hombre y pueblos en lo ético y económico.
A la vez delimitan las condiciones para una guerra justa, como último acto
de justicia punitiva, que sólo podía ser tal en tanto que defensiva, etc.

Este modelo tendría la ventaja de superar desde sus planteamientos teóricos el


individualismo posesivo y belicista de los tres señalados con anterioridad, pero tiene en
contra la escasa o nula concreción histórica que llegó a tener en su época, además de su
temprana desaparición.

Por consiguiente, es de gran interés para la historia de los derechos humanos la fuerte
corriente doctrinal que, en el siglo XVI, se produce a partir de la llegada de los españoles
a América, a propósito de la legitimidad de la conquista y del trato que aquellos deben
dar a los indígenas.

Dos autores son imprescindibles, uno es Francisco de Vitoria, fundador del moderno
Derecho internacional y el otro es el Padre Fray Bartolomé de Las Casas, defensor de los
derechos de los indios.

El padre Fray Bartolomé de Las Casas, en su obra De Regia Potestate tiene un


pensamiento cuyo valor programático y político es verdaderamente excepcional. Incluso
ha podido ser considerado, con razón precursor, no sólo de la teoría actual de los derechos
humanos centrada en los derechos de los pueblos, en cuanto que derechos de la tercera
generación sino también de la doctrina de la Teología de la Liberación.

Incluso algún autor, como Luciano Pereña, basándose en la gran riqueza de contenido de
los textos lascasianos y en la actualidad de su pensamiento, ha elaborado, a partir
fundamentalmente de los textos de la obra De Regia Potestate, una Carta de Derechos y
Deberes del ciudadano. En ella aparecen, junto con los hoy denominados derechos
civiles y políticos, derechos que aún hoy pugnan por tener un reconocimiento y garantía
plena en las legislaciones internas y en el orden internacional. En el pensamiento de Las
Casas estarían en consecuencia ya anunciados, de un lado, los derechos que hoy
denominamos de primera, segunda y tercera generación y de otro, las garantías de los
mismos.

A. En relación a los derechos de la primera generación:


o Nadie puede ser sometido a tratamientos inhumanos.
o Nadie puede ser coacciónado a aceptar una religión determinada.
o Por diferencias de religión o cultura nadie puede ser privado de su libertad personal ni
de la posesión de sus bienes.
B. En relación a los derechos de la segunda generación:
o Por derecho natural y de gentes, todos los bienes son comunes y pertenecen a la
comunidad. Originariamente, todas las cosas tienen una función social. La persona, sin
distinción de raza, religión o cultura, tiene derecho a apropiarse de las cosas conforme
a derecho.
C. En relación a los derechos de la Tercera generación:
o Todo hombre tiene derecho a la paz y convivencia pacífica entre los ciudadanos.
D. En relación a las garantías de los Derechos Humanos:
o El reconocimiento del principio "Favor libertatis": "En caso de duda se ha de
sentenciar en favor de la libertad".
o Nadie puede ser condenado, gravado o limitado en sus derechos a la vida, a
la libertad o a los bienes particulares sin haber sido citado, oído y defendido.
o Reconocimiento del principio de legalidad de los delitos y de las penas: "El ciudadano
únicamente puede ser juzgado y condenado de acuerdo con las leyes".

Como caracteres básicos de las declaraciones de derechos humanos de los otros tres
modelos, es decir, del modelo inglés, del modelo americano y del modelo francés en este
período, se pueden señalar las siguientes:

Los derechos individuales tienen como fundamento, de un lado la destrucción de las bases
que sustentaban el complejo de los derechos medievales, y de otra, el nacimiento de
nuevos supuestos de índole ideal y social.

Las primeras tablas de derechos en sentido moderno son los "bills" de las colonias
americanas al separarse de la metrópoli. Aunque evidentemente influidos por el sistema
del Common Law británico, y representando en muchos aspectos una decantación del
mismo, las declaraciones americanas significan, con todo, algo nuevo en la historia, pues
no se apela al derecho histórico ni a la tradición, sino a los derechos de la naturaleza
humana y de la razón; no aparecen como emanación de un orden concreto, sino como
supuesto de todo orden.

Las principales declaraciones de esta época se pueden clasificar en tres grandes bloques,
que se corresponden a las tres grandes modelos históricos de los derechos humanos y que
constituyen las tres grandes líneas de evolución de los derechos: las declaraciones
inglesas, las declaraciones angloamericanas y las declaraciones francesas

LAS DECLARACIONES ANGLO-AMERICANAS

 Las declaraciones angloamericanas presentan los siguientes caracteres:

En buena medida responden sus características a las propias de las declaraciones


inglesas, de las que derivan directamente.

Responden, sin embargo, a las circunstancias peculiares de las colonias americanas


respecto de la metrópoli. En este sentido aparecen, como especialmente significativos
algunos derechos, como es el caso, por ejemplo del derecho a la libertad religiosa.

 Los principales textos angloamericanos son los siguientes:

La Declaración más importante, por su influencia posterior es la Declaración de Derechos


del Buen Pueblo de Virginia, de 1776, que era la colonia más grande y la que fue la
dirigente en las innovaciones constitucionales. Fue redactada por el agricultor-abogado
George Mason y sirvió de modelo para la Declaración de Derechos de los otros estados,
de la posterior Declaración de Derechos Federal de 1791 y de la famosa Declaración
adoptada por la Francia revolucionaria en 1789: la Declaración de Derechos del Hombre
y del Ciudadano.

La Constitución Americana, escrita en Filadelfia en 1787, en sus siete concisos artículos,


establece una serie de garantías:

 Una garantía para la libertad personal apoyado por el Habeas Corpus.


 La seguridad de ser juzgado mediante un juicio con jurado.
 Se prohíben los mandamientos de confiscación y leyes "ex post facto".
El proceso de ratificación por parte de los estados puso de relieve la demanda de
una declaración de derechos más explícita. La Declaración de Derechos federal fue
formulada por James Madison y constituye la Declaración de Derechos aprobada en 1791,
que dispuso entre otras cosas .

 La prohibición al Congreso de establecer una religión particular.


 Reconocimiento de la libertad de cultos.
 Reconocimiento del derecho de reunión.
 Reconocimiento del derecho a la indemnización en caso de daños producidos por
el gobierno.
 Prohibición de acuartelamiento de soldados durante la paz con propietarios de casas que

no lo desearan.
 Garantía de juicios civiles con jurado.
 Repetición de los grandes derechos dentro del proceso criminal asegurados por la
Declaración de Derechos de Virginia, añadiendo además, el derecho a tener abogado
defensor y reconocimiento del principio "Non bis in idem".
 Prohibición de privación de bienes o de la vida sin el debido proceso penal.
 Prohibición de tomar la propiedad privada para uso público sin justa compensación.

LAS DECLARACIONES FRANCESAS

Las principales declaraciones francesas de la época son las siguientes:

 La Declaración de derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789.

Sus caracteres básicos son los siguientes:

Su origen histórico es muy discutido. Sin poder entrar en el fondo de la cuestión puede
afirmarse tres posturas básicas (20):

 La doctrina de Jellinek, para quien la Declaración francesa copió documentos


norteamericanos que a su vez surgieron ideológicamente de las concepciones puritanas
mayormente inspiradas por Lutero.
 La doctrina francesa, a partir de las tesis de Boutmy polemizando con Jellinek, que
desecha tanto la paternidad americana como germánica de su clásica declaración,
insistiendo en el dato de que derivó principalmente de la literatura europea, y
especialmente del pensamiento ilustrado francés del siglo XVIII.
 La doctrina ecléctica, consistente en afirmar que son compatibles tanto el criterio de
Jellinek como la tesis opuesta.
o Consta de 17 artículos en los que en formulas casi esquemáticas están condensados
los derechos individuales y una serie de garantías.
o Los derechos reconocidos son fundamentalmente los siguientes:
 El derecho a la propiedad, que figura en primer lugar. (Artículo 2).
 La libertad; es decir, lo que hoy denominamos derechos de libertad, (Artículo 2).
 La seguridad; es decir, lo que hoy denominamos derecho a la seguridad personal.
(Artículo 2).
 El hoy denominado derecho a la libertad de expresión. (Artículo 11).
 El derecho a la libertad de conciencia y religión. (Artículo 10).
o Entre las garantías de los derechos figuran las siguientes:
 El reconocimiento del hoy denominado principio de legalidad de los delitos y de las
penas. (Artículo 8).
 La resistencia la opresión, que el artículo 2 reconoce, considerándolo como un derecho.

En la edad moderna, comienza la verdadera historia de los derechos humanos. Los derechos
individuales tienen como fundamento, por un lado, la destrucción de las bases que
sustentaban el complejo de los derechos medievales y, por el otro, el nacimiento de nuevos
supuestos de índole ideal y social, principalmente frente o en contra de la consolidación
del poder del emperador y de la iglesia. Se llamaban entonces derechos del hombre, y se
empezarán a concretizar en algunas disposiciones que resultan de arreglos entre el poder
de los monarcas y sus súbditos que reclaman mayores libertades y cierto control sobre el
poder supremo de los primeros. Durante los siglos XVI, XVII y XVIII se construyen
algunos de los documentos que se consideran los principales antecedente de la visión
moderna de los derechos humanos: es decir derechos que le corresponden a todos los seres
humanos precisamente por formar parte del género humano, rompiendo con la visión
judeo- cristiana que asociaba esa dignidad al hecho de que el hombre había sido hecho a
imagen y semejanza de Dios. Ellos contienen los diversos modelos de evolución de los
derechos: el modelo inglés, el angloamericano, el francés y el iberoamericano; además de
un quinto modelo histórico de los derechos humanos, que corresponde a la legislación
indiana de los siglos XVI y XVII.
Las declaraciones americanas significan algo nuevo en la historia, pues no se apela al
derecho histórico ni a la tradición, sino a los derechos de la naturaleza humana y de la
razón. La Declaración de Independencia, redactada por Thomas Jefferson, proclamaba lo
siguiente: que todos los Hombres son creados iguales. Que su Creador los ha dotado de
ciertos Derechos inalienables, que entre ellos se encuentran la Vida, la Libertad y la
Búsqueda de la Felicidad. Que para asegurar estos Derechos se instituyen Gobiernos entre
los Hombres, los cuales derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los
Gobernados

1.4 Edad Contemporánea

Durante el siglo XIX se producen una serie de declaraciones de derechos cuyos caracteres
básicos son los siguientes:

Están vinculadas al movimiento constitucional, típico de la época. Son declaraciones


constitucionales de signo liberal.

Se sigue la línea marcada por la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano
de 1789, pero se distancian en cierto modo de ella en los siguientes elementos:

o Se empieza abandonar el tono filosófico abstracto. Se inicia una línea de especificación


de derechos. Es elproceso de positivación constitucional de los derechos.
o Los Derechos Humanos ya no son referidos a todos los hombres en general, sino a los
ciudadanos de un determinado país. Es el proceso de subjetivización.
o Se empiezan a especificar garantías de los derechos. Es el proceso de positivación de
las garantías.
o Se empiezan a ampliar los concretos derechos reconocidos. Es el proceso de expansión
de los derechos. Especialmente importante es el proceso de expansión referido, desde
la segunda mitad del siglo XIX, a los derechos económicos, sociales y culturales. Y
ello como consecuencia de la presión social ejercida por las reivindicaciones obreras y
por diversas ideologías de carácter social.
 Como principales declaraciones en el siglo XIX pueden citarse, entre muchas otras,
las siguientes:
o La Constitución francesa de 1848.
o La Constitución de Cádiz de 1812.
o La Constitución de la Monarquía Española de 18 de Junio de 1837.
o La Constitución española de 23 de mayo de 1845.
o La Constitución de la Monarquía Española de 1856.
o La Constitución de la Nación Española, de 1 de Junio de 1869.
o El Proyecto de Constitución Federal de la República Española, de 17 de julio de
1873.
o La Constitución de la Monarquía Española de 1876.

El siglo XIX es un siglo de avances y retrocesos. En conjunto, es un siglo de lenta


consolidación de los ideales proclamados por la Revolución Francesa motivada por el
imperio del rey y su abuso de poder. Los principales aspectos a resaltar son los siguientes:
• -La abolición de la esclavitud. • -El inicio de la reivindicación de los derechos sociales.
• -La extensión del sufragio. • -La influencia del liberalismo. • -El establecimiento de las
primeras normas de Derecho Internacional Humanitario. • -El inicio de la reivindicación
de los derechos de las mujeres. El siglo XIX es el siglo de la Revolución Industrial, de
las reivindicaciones proletarias y de la conquista del reconocimiento del derecho de
asociación. Aparecen nuevas teorías sociales: el socialismo utópico, el socialismo
científico (marxismo) y el anarquismo. Los movimientos obreros emprenden la defensa
de los derechos humanos desde una perspectiva colectiva, de manera más amplia y
organizada. El liberalismo y el romanticismo de este siglo tienen un peso específico en el
fortalecimiento de la libertad de las personas, y en que las constituciones nacionales que
se van creando la tengan en cuenta. También se ha dado el inicio del Derecho
Internacional Humanitario, es decir, las distintas normas, en su mayoría reflejadas en las
Convenciones de Ginebra, que tienen como objetivo evitar o limitar el sufrimiento
humano en tiempos de conflictos armados. Jean Henri Dunant promovió en 1863 la
creación del Comité Internacional de la Cruz Roja, con la misión exclusivamente
humanitaria de proteger la vida y la dignidad de las víctimas de la guerra, así como de
prestarles asistencia. Al año siguiente, en 1864, basándose en las ideas de Dunant, se
firmó la Primera Convención de Ginebra, destinada a regular la asistencia a los militares
heridos durante los conflictos bélicos. Posteriormente, en 1906, 1929 y 1949 se firmaron
sucesivamente la Segunda, Tercera y Cuarta Convenciones de Ginebra. En el siglo XX
se dará la consolidación de los derechos económicos y sociales. El derecho al trabajo, a
sus frutos, y a la seguridad social pasan a ser las nuevas exigencias y se reclama su
protección. Dentro de distintos entornos culturales y regímenes políticos, se irán
interiorizando estas demandas, que ven su consagración jurídica al ser recogidas en
algunas constituciones y documentos como la constitución de México de 1917.

1.4.1 Los derechos Humanos en la Edad Moderna

 Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer


 Convención sobre los derechos del niño

1.4.2 Fases Históricas de los Derechos Fundamentales

1.4.2.1 Primera fase

Un primer gran ciclo histórico de los derechos fundamentales se dio con las revoluciones
burguesas del ciclo XVIII, la revolución francesa y la americana, hasta la segunda guerra
mundial.

La Revolución Francesa, para los constituyentes franceses en aquellos momentos


históricos, confiar las libertades y los derechos a la historia habría significado consentir
que las prácticas sociales e institucionales del antiguo régimen continuasen ejerciendo su
influencia tras la revolución, y por ello, todo el proyecto revolucionario se construye a
través de la contraposición radical al pasado del antiguo régimen, en la lucha contra la
doble dimensión del privilegio y particularismo y, por lo tanto, a favor de los nuevos
valores constitucionales: fundamentalmente, los derechos naturales e individuales y la
soberanía de la nación”.

De ello podemos señalar que la Revolución Francesa, se encuentra bajo una fuerte
influencia de la combinación de la doctrina individualista, caracterizada por que el
individuo se centra en el ordenamiento jurídico como sujeto único de derechos, y el
estatalismo, donde el estado es la condición para la creación y tutela de los derechos y
libertades de los individuos, y anterior al estado no puede existir derechos, eliminando de
sus horizontes todo elemento historicista, hubiera significado, confiar los derechos y
libertades del antiguo régimen, es decir aceptar aquellas prácticas sociales y
constitucionales de la tradición monárquica, por ello la revolución se dirige a destruir el
pasado, siendo el enemigo para la revolución “los estamentos de los privilegiados”, lucha
que tiene una doble dimensión: “la eliminación de privilegios y el particularismo”, pues
tales privilegios impedían al pueblo la afirmación de sus derechos individuales, por lo
que la lucha daría paso a favor de los derechos naturales individuales y la soberanía de la
nación.

Pues la novedad de la revolución es aparecer de manera improvisa una sociedad civil


unificada en la perspectiva de la voluntad política constituyente como pueblo o nación,
es decir la nación ejercita el poder constituyente sobre todo cuando decide un nuevo orden
social- político que sustituye al viejo y el legislador elegido democráticamente representa
la voluntad general del pueblo (interprete legitimo del pueblo) como una garantía de que
nadie ejerza coacción a otros sino en nombre de la ley general abstracta. Y, contra los
privilegios se afirma la autoridad del legislador soberano, que con el instrumento de la
ley hace posible los derechos en sentido individual, y el legislador no puede lesionar los
derechos y libertades porque es necesariamente justo, y al mismo tiempo hace posible la
representación de la unidad del pueblo, lo que fue concretado tal como aparece en “La
Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789”.

La ley general y abstracta es la primera condición para la existencia de los derechos y


libertades en sentido individualista y en ausencia del legislador firme y autorizado se
caería en el detestable pasado de la sociedad de privilegios, pues cuanto más fuerte es el
legislador refleja la voluntad general y en consecuencia se encuentra más seguras las
libertades, por lo que en materia de derechos y libertades no vale la 3 voluntad de unos
contra otros, pues son abolidas las dominaciones de carácter personal porque solo la ley
puede disponer de los individuos. Por tanto la revolución significo derrocar el régimen
antiguo y dar paso a la soberanía del pueblo, entendida como poder del pueblo de decidir
sobre la constitución y sobre las reglas del juego, está desconfía de los poderes
constituidos y prohíbe cualquier control de constitucionalidad.

Mientras en la Revolución Americana, “(…) no tenía ningún antiguo régimen que


derribar. Ciertamente, también está revolución tenía que provocar su propia ruptura, que
en este caso consistía en la separación definitiva de la madre patria, en la proclamación
de la independencia, pero se trataba de algo bien distinto, que no implicaba en absoluto
la necesidad de definirse respecto al pasado, como sucedía en el caso de la revolución
francesa”.

La cultura americana de derechos y libertades del hombre, se encuentra bajo la influencia


de la doctrina individualista y el historicismo, excluyendo de sus horizontes al
estatalismo, pues la revolución no persigue destruir ningún antiguo régimen pero si tuvo
que separarse de su madre patria (Inglaterra), pues estaba orgulloso de su tradición
histórica constitucional que hizo aportaciones de primer orden a la causa de los derechos
y libertades del hombre, este hecho dio pasó a la valoración del pasado y la tradición del
com law, y es lo que diferencia de entrada con la revolución francesa.

Pues el problema central surgió por la tiranía del monarca inglés, lo cual duró doce años
(1765-1776), ante ello se reunieron los nueve representantes de las trece colonias en New
York, quienes impugnaron las decisiones fiscales adoptado por el monarca, es decir se
cuestionó la legitimidad de la imposición fiscal de la madre patria dada sin el
consentimiento de los colonos y de sus asambleas representativas ante el parlamento
inglés, protesta que no se dio solo en el plano financiero sino también constitucional sobre
los derechos y libertades de los colonos, pues los colonos vuelven contra la madre patria
de los derechos y libertades del hombre, que ella históricamente había creado,
dirigiéndose respetuosamente al monarca para recordarle que revoque sus tributos
recordándoles que ellos también son súbditos que como tales viven bajo la antigua
constitución británica, pues ninguno de los colonos quería la independencia y todos se
proclamaban fieles súbditos al rey.

En 1775 se pensó en crear una estructura política confederada con el monarca a la cabeza
para preservar la unidad y con tantas asambleas representativas tenga, sería después deber
del monarca y de cada una de las asambleas reproducir para cada una de las unidades
confederadas la tradición de la fórmula del gobierno moderado o equilibrado. De este
modo el monarca en el futuro si hubiese gravado a una de las colonias debería obtener
consentimiento de la asamblea representativa del pueblo y no del parlamento inglés como
había sucedido en 1765. En consecuencia la madre patria no admitía que las asambleas
parlamentarias representativas de los colonos de origen confuso fuesen incorporadas al
antiguo y noble parlamento inglés, siendo el modelo constitucional británico
caracterizado por una cámara alta fuertemente diferenciada de la cámara de extracción
popular, rápidamente los colonos se dieron cuenta de que su propuesta caería en el vació,
bajo esta perspectiva se dio “La Declaración de la Independencia de1776” 5 , decidiendo
separarse de la madre patria porque piensan que se está amenazando todo el patrimonio
histórico de los derechos y libertades, ahora en manos de un parlamento que se cree
soberano e omnipotente y por ello pretende gravar a su antoja a los súbditos prescindiendo
de su consentimiento, desconfía del legislador (no elegido por los colonos y en esencia
no lo conocen, pues sus intereses difieren a lo que estaban acostumbrados), así como del
4 elegido democrático, confía los derechos y libertades del hombre a la Constitución de
esa manera se controlara al legislador con una norma superior, pues el enemigo en la
revolución es el estatalismo y la omnipotencia del legislador. En la revolución americana
se pretende que no exista un poder supremo, solo insta que existe poderes autorizados por
la Constitución y un equilibrio de poderes entre ellos, dichos poderes se clasifica en
legislativo, ejecutivo y judicial, donde la Constitución otorgara una serie de atribuciones,
previniendo al mismo tiempo los modos de control de uno respecto del otro y se desarrolla
el control difuso de la constitucionalidad de los jueces, y la Declaración de la
Independencia de 1776, muestra la doctrina de los derechos naturales individuales y el
contrato social, está bien definido que en la revolución americana no existe en las
instituciones ni en la sociedad colonia, al tirano que derrotar, ni antiguo régimen que
destruir, no tiene que afirmar el dominio de la ley general abstracta, no tiene que codificar
un derecho privado fundado sobre el sujeto único de derecho común, sino más bien parte
de la necesidad de oponerse aún legislador que actúa fuera de su legítima jurisdicción,
para ellos tirano es un preciso y definido poder público que actúa de manera ilegítima y
no todo un sistema como en la revolución francesa, pues existe una gran desconfianza
frente a los legisladores en particular frente a la pretensión de encarnar la voluntad
general, al estilo de la revolución francesa. En consecuencia las revoluciones burguesas
del siglo XVIII (revolución francesa y norteamericana), representan “La etapa del
constitucionalismo moderno se caracteriza porque en ella se encuentra institucionalizada
la protección de los derechos fundamentales y la división de poderes. De esa forma se el
acta de la independencia de los Estados Unidos de Norteamérica de 1776, la declaración
de Virginia del mismo año, la Declaración francesa del hombre y del ciudadano, la
Constitución norteamericana de 1787 y la Constitución francesa de 1791. De esta forma
iniciamos el Constitucionalismo Moderno”.6

1.4.2.2 Segunda fase

A partir de la renovación democrática de los estados constitucionales durante la


postguerra se inició una segunda fase en la historia de los derechos fundamentales,
caracterizada por la cultura de la supremacía constitucional, es decir se dio como un
avance del Estado de derecho, que no solo recoge los avances normativos del Estado
social de derecho sino que se complementa con la jurisdicción constitucional, que se
caracteriza por el “principio de constitucionalidad” 7 , a esto se denomina el Estado
Constitucional de derecho, donde existe el sometimiento de la leyes, normas jurídicas,
actos de gobierno y aún de particulares a las normas constitucionales en un marco de
respeto a los derechos y libertades ciudadanas. Por ende la segunda fase histórica de los
derechos fundamentales, se da en un contexto de tránsito a la modernidad, y para ello
recurrimos a la teoría de los derechos fundamentales, concepción que tiene por finalidad
superar aquellas concepciones unilaterales como el iusnaturalismo y positivismo
voluntarista, que trataban de explicarla, las cuales se caracterizan por ser extremistas y
para superar tales perspectivas surge la Teoría de los derechos fundamentales, quien es
una “Concepción dualista que sostiene la autonomía de la realidad de los valores de los
derechos fundamentales deben por consiguiente ser estudiados en el primer nivel como
filosofía de los derechos fundamentales. Interesa sobre todo aquí el análisis de los factores
sociales que han influido en su génesis y las corrientes de pensamiento que han
contribuido a articular su actual sentido. Eso lleva a un análisis histórico, a 5 mi juicio a
este primer nivel desde dos perspectivas desde la perspectiva de la situación económica,
social, cultural y política de cada momento y desde la perspectiva del pensamiento
político y filosófico, que influido por ese marco socio económico, cultural y político, crea
la filosofía de los derechos fundamentales (…) El segundo nivel de estudio el paso de la
filosofía de los derechos fundamentales al Derecho de los derechos fundamentales, es
decir la inserción de esos valores en normas jurídicas, en el derecho positivo y la
configuración de los derechos fundamentales como derechos públicos subjetivos”.8 La
Teoría de los derechos fundamentales, se ha desarrollado en el tránsito a la modernidad
(la que se da mediante tres etapas: La primera por los cambios económicos, sociales donde
apareció el capitalismo sustituyendo las estructuras políticas medievales por el estado, la
segunda aparece la ideología liberal democrática, doctrina de los derechos humanos como
limitación al poder político y garantizador del ámbito de autonomía para el desarrollo de
la persona humana, y tercera la filosofía de los derechos del hombre, pues este se socializa
e intenta superar el individualismo que es egoísta, aislado y se vuelve más comunitario),
pero ello se da solo a partir del tránsito a la modernidad donde se piensa en servir a la
dignidad y desarrollo de la persona humana, y la manera de hacerlo es a través de la teoría
de los derechos fundamentales, la que se desarrolla en dos niveles: El primer nivel:
compuesto por la “filosofía de los derechos fundamentales”, en ese contexto se concibe
los valores de los derechos fundamentales, como estructuras extraídas de la realidad
histórica, pues están ordenadas-sistematizadas ya que tienen un fundamento propio, y se
encuentra dentro de la filosofía democrática que tiene dos raíces: “el liberalismo”
(comprende derechos de inspiración liberal como los civiles y políticos, siendo sus base
la “libertad”) y “el socialismo” (son fundamentalmente los derechos económicos, sociales
y culturales, siendo su base la “igualdad”); y El segundo nivel: corresponde la inserción
de esos valores en el derecho positivo, y con ello se configura como derechos subjetivos
de las personas, aunado a ello en este nivel se regula su ejercicio, fuentes y garantías. Por
lo que los valores superiores de la libertad e igualdad son por su origen-histórico distintos,
mientras la “libertad” explica el ámbito de autonomía del hombre en sociedad y limita los
poderes del estado, pues esta no cumple la función de generalización de dar a todos de
manera efectiva y real, y será necesario para el progreso de los derechos fundamentales
el componente “igualitario”, que completa y profundiza los derechos de libertad, que se
expresa mediante la igualdad ante la ley y la no discriminación por motivos de origen,
raza, sexo, color, idioma, etc., correspondiendo a los poderes políticos promover las
condiciones para que la libertad y la igualdad sean reales y para todos los individuos. Por
tanto los valores superiores como libertad y la igualdad, cuando se incorporan en el
ordenamiento jurídico es una concepción dualista, y la forma que esos valores se
incorporen en el ordenamiento jurídico son a través de los derechos y libertades
fundamentales.

1.5 Derechos Fundamentales en la actualidad

Los Derechos Humanos, es todos aquellos que tiene el ser humano por el hecho de serlo
y formar parte de la Sociedad o Estado en que vive. Son un conjunto de garantías
fundamentales establecidos, que son indivisibles, interdependientes e inherentes a toda
persona humana por su sola condición de serlo, sin distinción de edad,
raza, sexo, religión, nacionalidad, clase social o posición económica, y por ello, no
dependen del reconocimiento de un Estado; asimismo se puede decir es la justicia, la
solidaridad, la equidad, el respeto a la vida y la participación en la sociedad. De misma
forma otros dicen que son un conjunto de normas, pactos y declaraciones donde se
reconocen los derechos fundamentales para lograr satisfacer las necesidades de todo ser
humano.
En mismo sentido el profesor Pérez Luño, dice "Los derechos humanos son un conjunto
de facultades e instituciones que, en cada momento histórico, concretan las exigencias de
la dignidad, la libertad, y la igualdad humana, las cuales deben ser reconocidas
positivamente por los ordenamientos jurídicos a nivel nacional e internacional".
De misma forma según J. Delgado Pinto, Por derechos humanos se entenderán aquellas
exigencias de justicia, formulables como derechos de individuos y de grupos, que en cada
momento histórico se considera que deben quedar reconocidos en la Constitución de
una comunidad jurídica sustrayéndose el arbitrio del poder ordinario del gobierno".
A nuestro concepto derechos humanos son conjunto de derechos fundamentales
inherentes a la persona humana, como son las facultades, libertades, reivindicaciones y
dignidad que posee cada persona por el por el simple hecho de su condición humana.

2. Concepto de los derechos fundamentales


Se entiende por derechos fundamentales aquellos de los que es titular el hombre no por
graciosa concesión de las normas positivas, sino con anterioridad e independientemente
de ellas, y por el mero hecho de ser hombre, de participar de la naturaleza humana.
Consecuencia inmediata de lo anterior es que tales derechos son poseídos por toda
persona, cualquiera que sea su edad, raza, sexo o religión, estando, por tanto, más allá y
por encima de todo tipo de circunstancia discriminatoria. Algunos autores, al definir estos
derechos, añaden el dato de que el ejercicio de los mismos no puede ser cohibido por el
poder, que, al contrario, está obligado a reconocerlos y garantizarlos; así, por ejemplo,
TRUYOL Y SERRA dice que son " (aquellos derechos) que el hombre posee por el hecho
de ser hombre, por su propia naturaleza y dignidad; derechos que le son inherentes y que,
lejos de nacer de una concesión de la sociedad política, han de ser por ésta consagrados y
garantizados..." . Sin embargo, aunque ello sea ciertamente así, cree FERNANDEZ-
GALIANO, al que seguimos en esta idea, que la exigencia de respeto a los derechos
fundamentales por parte del poder es, más que una nota esencial de los mismos, una
inevitable consecuencia de su carácter fundamental. La denominación utilizada para
designar estos derechos es muy variada. Con frecuencia, se les llama derechos del
hombre, derechos humanos, derechos de la persona humana, designaciones que incurren
en redundancia, puesto que sólo el hombre puede ser titular de derechos, sean cuales
fueren, si bien tienen a su favor la práctica de su uso. Se habla también de derechos
naturales, término con el que se alude a su fundamento en la naturaleza humana; y de
derechos fundamentales, queriendo señalar que afectan a las dimensiones más entrañables
del ser humano. Nosotros vamos a utilizar esta última terminología porque goza de una
especie de marchamo oficial, en cuanto que es la fórmula utilizada frecuentemente por la
Carta de las Naciones Unidas de 1945, la Constitución Española de 1978, y otras normas
nacionales e internacionales.
3. La dignidad humana como fundamento de los derechos humanos

La DIGNIDAD como atributo de toda la colectividad exige de ésta y de cada uno de sus
componentes una actitud que la haga merecedora. Al hablar de derechos humanos se
requiere necesariamente poseer vida, existir realmente, entonces la dignidad se hace
patente.

Se empieza a enmarcar jurídicamente la DIGNIDAD como fundamento de los derechos


reconocidos a todos los seres humanos, cuyo conjunto se expresa en el Estado o la Nación.
Esta y no otra es la razón por la que el precepto constitucional referido primero hace
referencia a la DIGNIDAD y luego pasa a enumerar los derechos y garantías.

Con la globalización actual que abarca todo el quehacer humano, y hasta el pensar, ya
que todos piensan de modo liberal, el derecho nacional está siendo abarcado por el
derecho internacional. No nos detengamos, entonces, en los derechos individuales, sino
en el derecho colectivo, en la dignidad colectiva que irradia al individuo, aunque bien
puede ser del individuo a la colectividad.

En este sentido, la DIGNIDAD es un valor, que vale, por lo que la dignidad debe ser
objeto de valoración por los que valoran.

No es posible reclamar la vigencia y reconocimiento de los derechos si no se tiene


merecimiento para ellos. Se puede decir que es suficiente vivir para ser merecedor de los
demás derechos, acorde con la opinión del insigne Prof. Eugenio Raúl Zaffaroni, quien
sostiene que “es también más o menos obvio que el Derecho Humano a la vida es
prioritario en el marco de los derechos humanos o, al menos, lo señala de modo
preferencial un elemental dato óntico. Sin vida no hay posibilidad alguna de ejercer los
restantes derechos humanos”. Pero o olvidemos que la dignidad es el fundamento de los
derechos humanos.

La dignidad es una expresión del alma que aflora en el cuero y por ello vence todos los
peligros y adversidades, permitiendo la realización de los derechos que universalmente
se le ha reconocido a todo hombre por su sola condición humana; sin embargo, este
hombre con tantos derechos, ha “encontrado más peligro entre los hombres que entre los
animales”, como señalara Federico Nietzsche.
El que no posee virtudes no puede ni siquiera dormir bien y esto es lo que pasa con aquel
(hombre o pueblo) que carece de dignidad, por eso mínimamente se debe aspirar a una
buena reputación y a un pequeño tesoro.

Toda la imperfección existente y que nos rodea es lograda por el hombre y si queremos
que ella no exista, el hombre debe ser superado, por eso hay que amar as virtudes, la
dignidad: HAY QUE SER DIGNO.

Hay quienes hablan mucho de dignidad y virtud. Y no entienden nada de la dignidad


porque se arrodillan y extienden la mano en busca de la dádiva, del regalo. Pretendemos
ser misericordiosos y nos estamos acostumbrando a que nos tengan misericordia. Por la
vía de la misericordia se pretende lograr lo que no por la dignidad.

Ahora bien, en cuanto a los Derechos Humanos debemos señalar que ellos se asientan
sobre valores creados por el hombre porque responden a su propia naturaleza. Es decir,
los derechos humanos son inmanentes a la naturaleza humana, o dicho de otro modo, son
esenciales a su propia naturaleza.

El ser humano nace con ellos, están en él, nadie se los otorga ni reconoce ni siquiera el
Estado, porque derivan de la ley natural. Debemos convencernos definitivamente que no
es el Estado ni la ciudad ni la familia los que han hecho al hombre, sino, como dice Tristán
de Ataide, citado por Pablo A. Ramella en su libro “Los Derechos Humanos”, “el hombre
existe, como hombre, en la sociedad o fuera de ella. Ésta es apenas una necesidad
condicional, un medio para que aquél realice mejor su finalidad completa”.

Por eso es mejor que, siendo los derechos atributos inseparables de la persona humana,
deben ser respetados sin reparo ni distinción alguna. Así está reconocido en el código
social elaborado por la Unión Internacional de Estudios Sociales de Malinas, que dice:
“Teniendo el hombre un destino personal, la sociedad es para él el medio necesario que
le ayuda a alcanzar su propio fin. Sus derechos dimanan de su naturaleza”.

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