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Cadenas en movimiento

“Quién no se mueve no siente las cadenas” Rosa Luxemburgo

Las noticias se repiten una y otra vez en el telediario: “Han encontrado


muerta a una mujer en un camino cercano a...”,“una chica joven es
encontrada en el portal de una vivienda con signos de...”, “ una mujer es
asaltada camino a casa...”. También se pueden oír comentarios acerca de la
dificultad de las mujeres para encontrar unos trabajos para los que estando
totalmente cualificadas, los hombres son más fácilmente admitidos. O
aquellas entrevistas en las que hablan de la presión social que hay sobre
ellas. Un día y otro y otro...

Y se oye preguntar: “¿Qué pasa últimamente? Parece que todo está


ocurriendo de golpe.” Y puede parecerlo, sí, pero esto no es más que el
resultado de poner, por fin, en el foco de atención la situación que enfrentan
las mujeres desde que recibieron este nombre. Ahora miles de voces se
unen, miles de manos se levantan para señalar los hechos de los que la
sociedad debería avergonzarse.

Nos encontramos actualmente en una época en la que individuos de todos


los países están luchando por la igualdad entre mujeres y hombres, y es algo
de lo que realmente sentirse orgulloso. También hay que destacar con una
sonrisa en el rostro que este tipo de movimiento no es nuevo: la lucha por la
obtención de los derechos de la mujer ya tiene sus años, así como
numerosas y numerosos portavoces como Clara Campoamor o Auguste
Bebel. Uno de estos casos de reivindicación de la figura femenina en la
sociedad viene de la mano de Rosa Luxemburgo, quien luchó por el derecho
al voto de la mujer proletaria (una figura infravalorada a pesar del gran apoyo
que representaba en millones de familias), en pleno siglo XX, más
concretamente durante una época previa a la primera Guerra Mundial. La
sociedad trataría de ignorar su causa pero ella una y otra vez se encargaría
de difundir sus ideas entre las mujeres para que ellas, por fin, tomaran
conciencia de su importancia dentro de la sociedad de la que ellas también
formaban parte, con unos derechos y una voz, no como sirvientas
encubiertas.

Rosa Luxemburgo fue una mujer muy participativa en los asuntos tanto
políticos como sociales de su época. Este hecho conllevó que el 15 de
enero de 1919, hace cien años, fuera asesinada. No es la primera ni la última
de la mujeres con los pies en el suelo y la voz en el cielo, asesinadas por
tratar de transmitir al resto de sus iguales la urgencia de la lucha, la
necesidad de abrir los ojos y empezar a movilizarnos porque, como bien se
alza en las pancartas de la manifestaciones “la revolución será feminista o
no será”.

Ya van mucho años en los que se intenta reprimir y esconder, pero cada vez
son más las personas que se unen a la voluntad del cambio, la toma de
conciencia es cada vez mayor y el resultado no puede ser otro más que el
esperado.

Rosa Luxemburgo decía “Quién no se mueve, no siente las cadenas”.


¿Acaso no las sentís? ¿Acaso no las oís? El sonido del metal arrastrándose
puede llegar a ser sutil si no se le presta atención... Cada vez más nos
damos cuenta de esas cadenas que rodean nuestros tobillos haciéndonos
tropezar. Por eso debemos recordar: es gracias a que nos movilizamos. Y
además no pensamos parar. Tened por seguro que moveremos esas
cadenas hasta haceros ensordecer.

Vera Acuña Torreño 1º Bachillerato B

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