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VALOR DE LA AMISTAD

La amistad es un vínculo que nos proporciona la posibilidad de compartir


experiencias, conocimientos e incluso medios económicos. Los lazos de amistad se
potencia recíprocamente y no puede existir por separado. Implica la existencia de
al menos dos personas. La amistad necesita a un interlocutor para compartir, crecer
mutuamente y descubrir en él sus valores y también sus deficiencias.

El buen amigo no anula al otro sino que lo potencia, es su compañero y un facilitador


de sus muchas posibilidades. Sufre cuando tú sufres y se alegra cuando tú te
alegras. No es envidioso, ni prepotente ni se aprovecha de ti.

REFLEXION
Dice una linda leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto y en un
determinado punto del viaje discutieron. El otro, ofendido, sin nada que decir,
escribió en la arena:

Hoy, mi mejor amigo me pego una bofetada en el rostro.

Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse.


El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por
el amigo.
Al recuperarse tomó un estilete y escribió en una piedra:

Hoy, mi mejor amigo me salvo la vida.

Intrigado, el amigo preguntó:


¿Por qué después que te lastimé, escribiste en la arena y ahora escribes en una
piedra?

Sonriendo, el otro amigo respondió:


Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena donde el viento
del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo; por otro lado cuando
nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del
corazón donde viento ninguno en todo el mundo podrá borrarlo.
Había una vez un muchacho quien tenía un mal temperamento.
Un día su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que
perdiera su temperamento, él debería clavar uno en la parte de atrás de
la cerca.
El primer día el muchacho había puesto 37 clavos en la cerca.

En las siguientes semanas, así como iba aprendiendo a controlar su ira el


número de clavos iba disminuyendo gradualmente.
Descubrió que era más fácil controlar su temperamento que poner
aquellos clavos en la cerca y finalmente llegó el día en que el muchacho
no perdió su temperamento para nada.
Le dijo a su padre acerca de esto y él le sugirió que ahora fuera quitando
un clavo por cada día en el que era capaz de controlarse.

Los días pasaron y el muchacho finalmente fue capaz de decirle a su Padre


que había quitado todos los clavos.
El padre tomó a su hijo de la mano y lo condujo a la cerca. Le dijo:
"Lo has hecho bien, hijo, pero observa los huecos en la cerca. La cerca
nunca volverá a ser la misma.

Cuando dijiste cosas enojado, ellas dejaron una cicatriz como ésta.
Tú puedes ponerle un cuchillo a un hombre y cortarlo No importa cuántas
veces digas lo siento, la herida seguirá ahí".
Una herida verbal es tan mala como una física.

Efectivamente, los amigos son joyas muy raras.


Ellos te hacen reír y te alientan para que tengas éxito.
Te prestan atención, comparten palabras de elogio y siempre quieren
abrir su corazón a nosotros.

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