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La identidad en el discurso

Reflexiones teóricas
sobre investigaciones empíricas
Por Mariana Patricia Busso, Irene Lis Gindín y María Laura Schaufler
mar_busso@hotmail.com / Universidad Nacional de Rosario. Argentina
iregindin@hotmail.com / Universidad Nacional de Rosario, Argentina
mlaura31@gmail.com / Universidad Nacional de Rosario, Argentina

Sumario: Summary:
En el presente artículo buscaremos abordar la categoría de In this article we aim to deal with the category of identity, ac-
identidad, a partir de diferentes corrientes teóricas dentro cording to different theoretical lines of speech analysis, and
del análisis del discurso y en relación a trabajos de investi- in relation to our current research projects. We will try to take
gación actualmente en curso. Intentaremos dar cuenta del into consideration the problematic axis of identity, conside-
eje problemático de la identidad pensando a la misma des- ring its discursive construction, which shows diverse types of
de su construcción discursiva, que pone en juego diversos textual organizations and social practices; and admitting that
tipos de organizaciones textuales y de prácticas sociales; we will find in their intertwining, a space of significance that
reconociendo que, en el cruce de ambas, se dará lugar a un will allow the construction of subjectivities.
espacio de significación que permitirá la construcción de We consider identity a contingency, produced in a specific
subjetividades. historical context, where the symbolic differentiation against
Consideramos la identidad como contingente y producida others is crucial. The diverse identity constructions will be
dentro de un contexto histórico específico, y donde es central carried out through the connection between language, sen-
la diferenciación simbólica respecto de otros. Las diferentes se and social ties; focusing on the specific significance of 345
construcciones identitarias, por su parte, se realizarán a tra- the relation between these areas. The aim of this paper is to
vés de la relación entre lenguaje, sentido y vínculo social; carry out a theoretical review that let us to report the discur-
construyéndose su significación específica en el entrecru- sive practices that are involved in the identity construction,
zamiento de estos tres ámbitos. El objetivo de este trabajo particularly migrant, political and genre identities.
será el de realizar, a partir de estas conceptualizaciones, un
recorrido teórico que nos permita dar cuenta de las prácticas
discursivas que coadyuvan a la construcción de identidades,
entre las que nos interesan particularmente la identidad mi-
grante, la identidad política y la de género.

Descriptores: Describers:
Identidad, Discurso, Migrantes, Identidad política, Género Identity, Discourse, Migrant, Political identity, Genre

La identidad en el discurso. Reflexiones teóricas sobre investigaciones empíricas


Identity in discourse. Theoretical reflections on empirical researches
Páginas 345 a 358 en La Trama de la Comunicación, Volumen 17, enero a diciembre de 2013.
ISSN 1668-5628 - ISSN digital 2314-2634
I. Introducción II. A modo de punto de partida: cómo
La problemática de la identidad es una temática recu- pensar la identidad desde el discurso
rrente en diversos ámbitos académicos y desde distin- Coincidimos con Leonor Arfuch (2005) en la apre-
tas posturas teóricas, contando ya con un rico acervo ciación de que el debate académico actual sobre la
de estudios que intentan abordarla. Nos interesa aquí identidad (o las identidades) ha adquirido un carácter
principalmente recuperar ciertos desarrollos que, es- prioritario bajo el contexto del debate modernidad/
pecíficamente desde el análisis del discurso, se han posmodernidad y el consecuente replanteo teóri-
preocupado por esta cuestión, ya sea preguntándose co acerca de los grandes colectivos, así como del
por el proceso de conformación de identidades, ya llamado giro lingüístico y su “atención autorreflexiva
sea a través del análisis de éstas, intentando ponerlos sobre el lenguaje, el discurso y la narración” (Arfuch,
en común en relación a preocupaciones específicas op.cit.: 22). Así, este abordaje sobre la identidad ha
de investigación. criticado la noción de una identidad originaria, integral
El artículo que presentamos apuntará, entonces, a y unificada, pensándola más bien como estratégica y
realizar un pasaje por diversas teorías que abordan posicional. Identidades fragmentadas, “construidas
los problemas del discurso y de la identidad, focalizán- de múltiples maneras a través de discursos, prác-
donos en los desarrollos relativos a la conformación ticas y posiciones diferentes, a menudo cruzados y
de tres identidades colectivas particulares: la identi- antagónicos” (Hall, 2003: 17); suponen un proceso de
dad migrante, la identidad política y la de género. Para construcción inacabada y contingente, en la que es
ello, intentaremos, en primer lugar dar cuenta del eje central la diferencia, la “otredad”, en relación a otras
problemático de la identidad pensándola desde su identidades.
construcción discursiva. Entendemos que ésta pone Es harto conocida la preocupación en este debate
en juego organizaciones textuales y prácticas so- por remarcar que las identidades son relacionales: es
ciales; dando lugar a un espacio de significación que decir, existe el nosotros porque también existe el ellos,
permite la construcción de subjetividades. Para conti- ese otro que nos permite afirmarnos como colectivo.
nuar, proponemos pensar la identidad desde el Análi- Asimismo, las identidades se reconocen como múl-
sis Crítico del Discurso (ACD) y principalmente a partir tiples: nos estamos refiriendo a sujetos nacionaliza-
de los trabajos de Teun Van Dijk, tomando como eje la dos, sexuados, generizados, generacionales, étnicos
construcción de la identidad migrante. Exploraremos (Restrepo, 2007); y todo ello simultáneamente; es por 347
luego los desarrollos de la Teoría de los Discursos So- esto que se hace necesaria la utilización del término
ciales de corte veroniana junto a las conceptualizacio- en plural. Por otro lado, es posible pensar a las identi-
nes post-estructuralistas de Ernesto Laclau y Chantal dades en términos performativos: las mismas interpe-
Mouffe, reflexionando sobre la conformación de las lan a los sujetos y los constituyen; resultaría imposible
identidades políticas. Continuando con esta perspec- ubicar a un sujeto como una entidad anterior.
tiva, nos centraremos en el enfoque de lo que Yannis Desde este punto de vista, analizar las identidades
Stavrakakis ha denominado la izquierda lacaniana es analizar una construcción inacabada, afectada por
recuperando, entre otros, los aportes del psicoanáli- las temporalidades, la contingencia y las diversas po-
sis para abordar luego el problema de la identidad de siciones relacionales. La identidad, entonces, sería el
género desde la óptica de Judith Butler. resultado de procesos tanto simbólicos como histó-
ricos contingentes, en los que intervienen tanto las

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significaciones como las experiencias sedimentadas para poder dar cuenta tanto de la posición del sujeto
en torno a aquéllos1. (individual o colectivo) como de su lugar en la inter-
Siguiendo a Ernesto Restrepo, podemos pensar a discursividad social. Analizar la identidad constituida
las identidades como constituidas discursivamente desde el discurso, entonces, significa también relevar
(aunque no solo) por el discurso, en el sentido de que los ámbitos específicos en los que se producen, así
“en tanto realidad social e histórica, (…) son produ- como las estrategias discursivas puestas en juego.
cidas, disputadas y transformadas en formaciones Como sostiene Hall, debemos considerar las identida-
discursivas concretas” (Restrepo, ibídem: 27). Consi- des en tanto “producidas en ámbitos históricos e ins-
deramos a la dimensión discursiva, por lo tanto, como titucionales específicos en el interior de formaciones
constituyente de las identidades; esta dimensión será y prácticas discursivas específicas, mediante estrate-
fundamental a la hora de establecer las condiciones gias enunciativas específicas” (Hall, ibídem: 18).
de posibilidad mismas de las experiencias, las prácti- Creemos que el discurso es central para abordar y
cas y las relaciones que se establezcan desde esas estudiar las identidades, aunque no es la única dimen-
identidades. sión posible. Dicho de otro modo, proponemos aquí
Asimismo, creemos importante señalar que las iden- que la potencia de esta noción de identidad radica en
tidades pueden constituirse también como espacios que nos posibilita pensarla como configuradora del
de resistencia, donde “las acciones colectivas que sentido de diversas prácticas y experiencias sedi-
problematizan las relaciones de poder institucionali- mentadas, discursos que interpelan a distintos sujetos
zadas (de explotación, dominación y sujeción) a me- sociales que adhieren a tales posiciones subjetivas.
nudo son aglutinadas por identidades que perfilan su
sujeto político” (Restrepo, ibídem: 28). Entonces, las III. Análisis crítico del discurso e identidad:
identidades no preexisten o están por sobre estos qué se esconde detrás del otro
conflictos, sino que son producto y se transforman en A fin de abordar la relación entre análisis crítico del
las acciones colectivas; profundizaremos esta cues- discurso (ACD) e identidad, partiremos por ubicarnos
tión en nuestro abordaje de las identidades políticas. en la perspectiva abierta por Teun Van Dijk, quien des-
En palabras de Stuart Hall, podemos pensar las taca como propio de esta corriente el gesto militante
identidades como puntos de sutura entre “por un lado, del investigador, en lo que respecta a su compromiso
348 los discursos y prácticas que intentan ‘interpelarnos’, de develar y desmontar los mecanismos discursivos
hablarnos o ponernos en nuestro lugar como sujetos de sometimiento y discriminación, y solidarizándose
sociales de discursos particulares y, por otro, los pro- consecuentemente con los grupos sociales margina-
cesos que producen subjetividades, que nos constru- lizados. Justamente, para Van Dijk, a través del ACD
yen como sujetos susceptibles de ‘decirse’” (Hall, op. es posible comprender “cómo se legitima, cómo se
cit: 20). Desde esta perspectiva, las identidades pue- expresa, se condona o contribuye a la reproducción
den entenderse como una articulación de las posicio- de la desigualdad” en el discurso (Van Dijk, 2006: 47).
nes subjetivas en el seno de un discurso; adhesión que En efecto, el ACD se ha preocupado particularmen-
no deja de ser temporaria y contingente, y propuestas te por las problemáticas del racismo, de género o de
por el discurso mismo. discriminación de minorías, como es el caso de los
Así, adoptar el concepto de identidad propuesto im- migrantes.
plica necesariamente preguntarnos sobre el discurso, El discurso, desde esta perspectiva, es considerado

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en función de sus condiciones sociales de producción, sa de las sociedades receptoras ha sido constante, en
que son fundamentalmente institucionales, ideológi- el marco de una reorientación de los flujos globales de
cas, culturales e histórico-coyunturales. Fairclough y migrantes que se ha venido produciendo a lo largo de
Wodak coinciden con este abordaje al sostener que las últimas décadas, donde cobran peso sociedades
para el ACD el discurso es una forma de “práctica so- de destino que hasta la segunda posguerra presen-
cial”, lo que implica que “lo social moldea el discurso taban altos índices de emigración (Retis, 2005). Para
pero que éste, a su vez, constituye lo social” (Fairclo- el ACD, en esta representación mediática acerca del
ugh y Wodak en Arnoux, 2009: 14). Por su parte, Van fenómeno inmigratorio, sin embargo, se producen emi-
Dijk se preocupará por mostrar que el discurso posee nentemente discursos etnocéntricos y excluyentes en
un papel central en la “expresión y la (re)producción de relación a las identidades representadas, proponien-
las cogniciones sociales” (Van Dijk, 2002: 19) entre las do además una fuerte caracterización bipolar entre un
que se ubican las ideologías, las normas y los valores nosotros y un ellos.
compartidos por los miembros de los distintos grupos. Así, es posible analizar esas representaciones en
El discurso, así, conforma a las diferentes dimensio- la prensa desde la forma en que este tema se pre-
nes de la sociedad, y al mismo tiempo es constitui- senta y en los aspectos que han sido seleccionados u
do por ésta. La identidad y sus relaciones con otras omitidos para hacerlo. Siguiendo a Van Dijk, este autor
identidades y grupos, de este modo, nos vuelven a sostiene que la mayor parte de nuestro conocimiento
aparecer en tanto construidas por el discurso. El ACD social y político, junto con nuestras creencias sobre el
se preocupará específicamente por develar el modo mundo, provienen de las informaciones proporciona-
en el que esta “dialéctica” puede reproducir o trans- das por los medios masivos (Van Dijk, 2006). Retoman-
formar el status quo social. do lo que planteáramos más arriba, estos discursos
Un lugar paradigmático para pensar la imbricación de la prensa no poseen por ende un significado por
discurso – identidad desde el ACD es el de la confor- sí mismos sino que lo adquieren a través de las estra-
mación de la identidad de los migrantes a través de tegias de los propios periodistas en la producción de
los medios de prensa. Desde esta aproximación, en la noticias, y de las representaciones cognitivas colecti-
presentación del tema que efectúa la prensa es posi- vas que subyacen a tales formaciones.
ble reconocer tanto la influencia de los diversos ámbi- Según Retis, la inmigración puede considerarse en-
tos o “estructuras” (Van Dijk, ibídem: 19) en la produc- tonces como un fenómeno social que se construye 349
ción, construcción y comprensión de ese discurso, así colectivamente y al que se lo dota de características
como la acción de este último en la definición y consti- que no le son propias. En esta construcción simbólica
tución de los distintos espacios sociales. Entonces, el de la realidad “el discurso de los medios es el motor
modo en el que la prensa escribirá sobre los migrantes del engranaje sociocognitivo de los pensares y deci-
estará en estrecha relación tanto con la organización res sociales, y de entre todos la prensa es el corpus
misma del periódico en tanto empresa, con las rutinas más coherente” (Retis, op cit: 6) por ser congruente
y las identidades periodísticas, como también con la internamente y por poseer una visión de la realidad
expresión, construcción y confirmación de prejuicios formalmente estructurada, presentándose como un
sobre ese grupo minoritario. espacio mediador entre diferentes visiones sobre
En efecto, podemos dar cuenta de que la presencia esos mundos. Visión esta última no exenta de ambi-
de la problemática inmigratoria en los medios de pren- valencias: recordemos que esta corriente de análisis

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discursivo se preocupa por denunciar esa pretensión aspectos de dicho fenómeno ligados principalmente
de los medios de constituirse como espejo objetivo de al conflicto, a la delincuencia, a la precariedad, que
la realidad, siendo en realidad lugares estratégicos de representan para los medios un “valor noticioso”.
poder en lo que respecta a la construcción de discur- El ACD, en este sentido, se ha preocupado por
sos sociales. denunciar las operaciones a través de las cuales se
La prensa, de este modo, se convierte en un “marca- conforman estas “alteridades simbólicas”, por ejem-
dor de identidad”. Consideramos, recuperando otros plo a través de la definición del inmigrante como un
desarrollos teóricos afines, que toda acción informati- “otro” que no pertenece a una comunidad de referen-
va de los medios estará cargada de “efectos posibles” cia y que por ende puede ser concebido o bien como
que corresponden parcialmente a las intenciones de un enemigo o amenaza2, o bien desde su carga más
éstos, mientras que otra parte será reconstruida en dramática, haciendo hincapié en la pobreza y las difi-
el contexto de recepción (Charaudeau, 2003). Con- cultades de ese grupo. Como analiza Retis,
secuentemente, podemos afirmar que las represen-
taciones puestas en juego por los medios tienen que “(…) se tiende a presentar el lado negativo de la in-
ver con los discursos que circulan tanto en las condi- migración: se ignora sistemáticamente la información
ciones de producción mediáticas como en el contexto referida a las culturas y países de origen, las causas
sociocultural de la instancia de interpretación. Así, sociohistóricas que provocan las migraciones, las
para analizar el sentido de los discursos sobre la inmi- relaciones de dependencia entre emisores y recep-
gración puestos en acto por los medios, es necesario tores; la dimensión global de la migración se supedita
considerar que esos dos tipos de discursos de repre- a la información sobre las cuestiones personales e
sentación “alimentan y hacen posible el funcionamien- inmediatas del inmigrante, su modo fraudulento de
to de la máquina mediática” (Charaudeau, op. cit.: 27) llegada, sus dificultades para insertarse en la socie-
a través de la constitución de identidades colectivas dad” (Retis, op cit: 6).
que terminan de elaborarse justamente en la instancia
de organización y exhibición de conocimientos y valo- Desde la perspectiva del ACD, el discurso mediáti-
res que realizan los medios. co sobre los migrantes, representados como grupo o
La inmigración, en este sentido, puede ser conside- como fenómeno social, tendrá entonces funciones en
350 rada como un fenómeno social elaborado colectiva la reproducción social de la dominación a través de la
y discursivamente, con características “que resultan operación de polarización entre un nosotros y un ellos
de una construcción simbólica que constituye al ‘inmi- discursivo. La constante representación de los inmi-
grante imaginado’ (…) en un proceso de constitución grantes como “figura de la carencia y de la diferencia
de una determinada figura social que tiene un alcance cultural” (Santamaría Lorenzo, 2005: 128) promoverá
sociopolítico y cognitivo” (Retis, op. cit.: 6). De este su caracterización en tanto encarnación de una cierta
modo, es la identidad colectiva misma de los migran- alteridad radical que, por ello mismo, resulta exótica y
tes la que termina de elaborarse en la instancia me- potencialmente peligrosa; ajena y distante en relación
diática: como ha sido analizado profusamente por el a la sociedad en la que se instalan, y en relación a
propio Van Dijk (2003). En ese marco el inmigrante es una unidad social que se toma como referencia y que
representado como un actor simbólico, en un espacio corre peligro de ser desestabilizada por ese otro.
fuertemente convencional y donde cobran relevancia

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IV. La identidad política en el marco de líder político, definir el nosotros excluyendo al adver-
los estudios sobre discurso político sario3. Los componentes referidos por Verón no serán
Como hemos propuesto en la primera parte de este trabajados aquí, pero creemos necesario advertir
trabajo, exploraremos a continuación el concepto de que a través del análisis es posible vislumbrar cómo
identidad política que está en la base de dos de las un contenido semántico es modalizado por el enun-
teorías del discurso con las que trabajaremos aquí. ciador, creando un vínculo específico y determinado
En primer lugar, la sociosemiótica de Eliseo Verón; en con sus destinatarios; vínculo que, para el caso del
segundo lugar, los desarrollos post-estructuralistas discurso político, permitirá fundar una identidad políti-
de Ernesto Laclau y Chantal Mouffe. Revisaremos ca entre el líder y sus seguidores.
las categorías que nos permiten pensar la identidad El autor plantea tres maneras de abordaje de los
política en el marco de los estudios sobre discurso po- discursos sociales: las gramáticas de producción, de
lítico. No será este el lugar de reflexión acerca de las circulación y de reconocimiento (1998)4. Al tiempo que
diferencias entre el ACD –explicitado anteriormente- y la mayoría de los estudios se centran hoy en un análi-
la teoría de los discursos sociales de corte veroniana, sis de las gramáticas de producción de determinados
sino más bien un breve racconto que nos permita ras- discursos, consideramos que, a los fines de desen-
trear el concepto de identidad desde las perspectivas trañar la construcción de las identidades políticas,
comunes referidas. el análisis en reconocimiento se convierte en funda-
Como hemos dicho ya a lo largo de este trabajo, la mental. Entendiendo que existe una distancia entre
posibilidad de una identidad será siempre a través de la producción y el reconocimiento, creemos que es
la afirmación de una diferencia. El lugar del otro, de la posible comprender la emergencia de las identidades
alteridad, es complementado en el discurso a partir políticas en tanto hagamos foco no sólo en lo relativo
de la emergencia de un nosotros. La identidad política a las condiciones de generación de un discurso deter-
resulta, por lo tanto, de una operación discursiva que minado sino, fundamentalmente, en el análisis de las
plantea una diferenciación tajante entre un nosotros lecturas a las que es sometido ese discurso, ya que
y un ellos. Entonces, consideramos que estudiar la esto último nos servirá para reconocer las cuestiones
identidad, y más aún desde el análisis del discurso, relativas a la creencia, la legitimidad, y los imaginarios
se constituye como un terreno ambiguo, pero no por (tanto políticos como sociales).
ello menos rico, donde la interpelación y el juego de Al tiempo que Verón se preocupa por proporcionar 351
exclusiones e inclusiones se tornarán el aspecto fun- elementos que nos ayuden a comprender el funciona-
damental. miento de la semiosis social, Laclau y Mouffe centra-
La presencia de un adversario, en los términos de rán sus reflexiones en comprender los movimientos
Verón, será la condición fundamental de existencia hegemónicos que posibilitan la emergencia de las
de los distintos colectivos de identificación, que po- identidades populares. Gerardo Aboy Carlés, en el
sibilitarán la definición de la propia legitimidad. Los marco de la teoría populista laclauciana, afirma que:
colectivos se entienden como entidades semióticas “estudiar identidades políticas es re-crear espacios
que implican la identificación y categorización de una solidarios que suponen una cierta comunidad de senti-
pluralidad de actores. Del mismo modo, la manera de do, de significados compartidos que se traslucen en la
modalizar el discurso, a través de la utilización de cier- conformación de asociaciones y disociaciones, pero
tos operadores discursivos, permitirá, en este caso al cuya débil evidencia empírica apenas estará dada por

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la recurrencia de ciertas orientaciones gregarias de la plementario que sea capaz de abordar la totalidad. Es
acción en la esfera pública” (Aboy Carlés, 2011: 9). aquí donde podemos reconocer la constante tensión,
Por lo tanto indagar sobre las identidades políticas que referíamos hace un instante, entre la particulari-
es cuestionarse sobre el lazo político, es enfrentar- dad de una demanda y su posibilidad de inscribirse en
se a una recurrente tensión entre lo particular y lo una cadena mayor que represente a otras: se recono-
universal. En este sentido, la manera de entender la ce aquí el paso de una demanda democrática a una
construcción de la identidad política y, particularmen- demanda propiamente popular. Como afirma Laclau:
te, de la identidad popular, nos lleva a remitirnos a la
distinción fundante de estos interrogantes: aquélla “A una demanda que, satisfecha o no, permanece
que piensa las diferencias entre lo político y la polí- aislada, la denominaremos demanda democrática. A
tica. En el primer caso, estaríamos ante la dimensión la pluralidad de demandas que, a través de su arti-
de antagonismos constitutivos de las sociedades culación equivalencial, constituyen una subjetividad
humanas; mientras que, en el segundo, se trataría de social más amplia, las denominaremos demandas
aquellas prácticas que pretenden domesticar lo políti- populares: comienzan así, en un nivel muy incipiente,
co, “organizar la coexistencia humana en condiciones a constituir al ´pueblo´ como actor histórico poten-
que son siempre conflictivas, pues están atravesadas cial” (Laclau, op.cit.: 99).
por ´lo político´” (Mouffe, 1999: 4). Para Mouffe (ibi-
dem) la tarea, entonces, de la política democrática El autor dirá, entonces, que toda identidad popular
sería crear instituciones que permitan transformar el emerge de la confluencia de dos lógicas: la lógica de
antagonismo en agonismo, es decir, poder establecer la diferencia y la lógica de la equivalencia:
una discriminación tal entre el nosotros/ellos que sea
compatible con el pluralismo. “Esto significa que, en “Por un lado, tenemos que toda identidad social (es
el interior del ´nosotros´ que constituye la comunidad decir, discursiva) es constituida en el punto de en-
política, no se verá en el oponente un enemigo a aba- cuentro de la diferencia y la equivalencia, del mismo
tir, sino un adversario de legítima existencia y al que modo que las identidades lingüísticas constituyen la
se debe tolerar.” (Mouffe, op.cit: 6) sede de relaciones sintagmáticas de combinación
Para poder comprender la permanencia del antago- y de relaciones paradigmáticas de sustitución. Sin
352 nismo, Mouffe recurrirá al concepto de exterior cons- embargo, por otro lado, existe un desnivel esencial
titutivo, partiendo, como hemos dicho más arriba, de en lo social ya que, como hemos visto, la totaliza-
la aseveración de que toda identidad es la afirmación ción requiere que un elemento diferencial asuma la
de una diferencia. Siempre existe la posibilidad, de representación de una totalidad imposible. Así, una
acuerdo a la autora, de que la relación nosotros/ellos, determinada identidad procedente del campo total
se trasforme en una relación amigo/enemigo. de las diferencias encarna esta función totalizadora.”
Para Laclau y Mouffe, el éxito de un proyecto hege- (Laclau, 2009: 107)
mónico radica en lo efectivo que sea para articular -en
una cadena equivalencial- el conjunto de demandas Dentro de la corriente teórica a la que estamos re-
diferentes, es decir, la posibilidad de articular una serie firiendo, encontramos otras dos categorías que nos
de luchas particulares que, al tiempo que representan resultan útiles para pensar la conformación de las
su propio particularismo, defienden un significado su- identidades políticas: el significante vacío y la repre-

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sentación. En el primer caso, el concepto describe identidad; es decir, un “otro” que se instaura como
una operación hegemónica que unifica una multipli- “exterioridad”. Atendiendo a la dimensión política de
cidad de demandas heterogéneas; las demandas se esta relación, nos interesa hacer hincapié aquí en un
solidarizan a partir de un valor negativo que es el de punto que, de diferentes maneras, comparten Mouffe
su insatisfacción. Es, entonces, esta negatividad la y Laclau con otros representantes de la que Yannis
que permite la unión de las demandas y posibilita la Stavrakakis llama “izquierda lacaniana”, como Slavoj
representación por parte del líder populista. Laclau se Žižek, Alain Badiou, Cornelius Castoriadis, Judith Bu-
pregunta, teorizando acerca de la representación, si tler, entre otros.
las razones por las cuales tiene validez una determi- Estos autores se han valido de los aportes del psi-
nada representación son anteriores o se constituyen coanálisis en relación a la teoría política. Se trata de
mediante la misma; es decir, si el seguimiento al líder una mirada teórica que incorpora al concepto de iden-
se produce porque él representa la voluntad de sus tidad, más allá de los procesos de reconocimiento a
seguidores o viceversa. “Así, la representación cons- los cuales ya hemos hecho referencia, por un lado,
tituye un proceso en dos sentidos: un movimiento la idea de un desconocimiento constitutivo propio del
desde el representado hacia el representante, y un sujeto (lo inconsciente), y por el otro, la dimensión de
movimiento correlativo del representante hacia el la falta y del goce. Esto significa que los procesos de
representado. El representado depende del repre- identificación sobre los cuales se erige el carácter
sentante para la constitución de su propia identidad” relacional de la dimensión política suponen no sólo
(Laclau, op.cit.: 200). una cierta coherencia discursiva sino también el in-
Las categorías que hemos trabajado en este apar- vestimento afectivo, la jouissance, el apego a ciertas
tado, ya sea desde la Teoría de los Discursos Sociales identificaciones. ¿De qué se trata este apego? Pues
como desde la Teoría Populista de Ernesto Laclau, nos bien, supone tener en cuenta el terreno del deseo, las
son útiles para analizar las identidades políticas en el fantasías, las imágenes de sí mismo y el mundo, esto
seno del discurso político. En efecto, ambas corrien- es, lo imaginario, como un factor insoslayable para
tes teóricas pueden combinarse aportando elementos pensar las identidades. Esto, claro está, evitando caer
que nos permitirán comprender de una manera más en una dicotomía estricta entre el afecto y la razón,
acabada la relación entre la instancia de producción y entre el plano afectivo y el plano simbólico, o en cual-
la de reconocimiento. Si bien hemos tomado al discur- quier forma del esencialismo de las emociones. 353
so político como aquel tipo de discurso pronunciado La dimensión libidinal puede pensarse a través del
por un líder político; es necesario recalcar que no res- concepto de energía psíquica en Freud o el concep-
tringimos el concepto de lo político a tales tipos de dis- to de goce (jouissance) en Lacan, que reformula los
curso (Mouffe, op.cit.). A continuación trataremos esta postulados freudianos pensando este goce incapaz
dimensión de lo político en relación a otros discursos. de representación. En palabras de Mouffe: “lo que
permite la persistencia de las formas sociopolíticas
V. Los límites del discurso: la dimensión de identificación es el hecho de que proporcionan al
afectiva en los procesos identificatorios actor social una forma de jouissance” (Mouffe, 2009:
Pensando en el carácter relacional que adquiere 33). Valiéndonos de esta dimensión es posible reco-
todo proceso identificatorio, consideramos que la nocer cierto afianzamiento o fijación identitaria. A di-
diferencia es la precondición de la existencia de la ferencia de las concepciones que sostienen la fluidez,

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liquidez, o tránsito de las identidades (Bauman, 2003), persiste sino que también interactúa con el campo
pensar en términos de investimento afectivo permite sociosimbólico; persiste en el continuo resurgimiento
comprender cómo algunas formas de identificación de la negatividad, en la dislocación de las identida-
tienden a la fijación de largo plazo y despiertan la leal- des subjetivas y sociales”. (Stavrakakis, 2010: 75-76)
tad de numerosos sujetos sociales. Las nuevas identi-
ficaciones no surgen automáticamente, no dependen Se trata, aquí, de los límites del discurso. Al respec-
de una permutación instantánea de relaciones entre to, Laclau y Mouffe sostienen que afirmar que todos
significantes, sino que suponen cambios lentos en el los objetos se constituyen como objetos de discurso
estrato libidinal/afectivo. no tiene nada que ver con la cuestión de determinar
También la noción de falta ocupa un lugar central en si hay un mundo exterior al pensamiento. Lo que se
las identificaciones políticas: es preciso identificarse niega aquí no es la existencia -externa al pensamien-
con algo, porque hay, justamente, una ausencia de to- de dichos objetos, sino la afirmación de que ellos
identidad originaria. Esta idea supone el reconoci- puedan constituirse como objetos, al margen de toda
miento de que el sujeto siempre intenta compensar condición discursiva de emergencia. Los límites de
su falta constitutiva en el nivel de la representación, toda estructura discursiva, los límites que dividen lo
mediante continuos actos de identificación. Más allá discursivo de lo extradiscursivo, sólo pueden manifes-
de todos los intentos por eliminarla, ella nunca cesa de tarse en relación con esa misma estructura discursiva
resurgir. Es decir, los actos de identificación no pue- mediante la subversión de su significado.
den producir una identidad plena que elimine la falta. Esta cuestión de los límites discursivos es trabajada
Entonces, desde este enfoque teórico, en la po- por Butler (2010), desde un enfoque psicoanalítico -
lítica los antagonismos no se generan únicamente entre otros5-, para pensar el problema de la identidad
como efectos de frontera semióticos-discursivos sino en relación al género. Específicamente, su preocupa-
que aquí también interviene el juego entre el goce y ción tiene que ver con los límites discursivos del sexo.
la falta. El adversario es quien no permite el goce o Entendiendo que el sujeto y la identidad son cons-
quien lo ha robado: “la jouissance de la que estamos truidos discursivamente, Butler sostiene una teoría
privados se concentra en el Otro que nos la robó… performativa del discurso. Pero aquí lo performativo
[Esto] juega un papel decisivo en la perpetuación del está despojado de su asociación con la elección y la
354 deseo humano y la reproducción de la centralidad intencionalidad. Se trata, en cambio, siguiendo la lí-
de las identificaciones”. (Stavrakakis, 2010: 225). La nea trazada por Foucault (1980), del poder reiterativo
falta es lo que hace posible la (parcial) recreación de del discurso para producir el fenómeno que regula y
la identidad (individual o colectiva) mediante nuevos restringe: “(…) la performatividad no es un acto único,
actos de identificación: sino una repetición y un ritual que consigue su efecto a
través de su naturalización en el contexto de un cuer-
“Desde el punto de vista lacaniano, el hecho de po, entendido, hasta cierto punto, como una duración
que la imposición de lo simbólico nunca es completa temporal sostenida culturalmente.” (Butler, 2010: 17)
sólo puede significar que lo real, dado que en última La cuestión de la identificación es pensada aquí en
instancia es inconmensurable con lo simbólico, se el proceso de ‘asumir’ un determinado sexo y se rela-
resiste a la simbolización y persiste junto a nuestras ciona con los medios discursivos a través de los cua-
significaciones sociosimbólicas. De hecho, no sólo les el imperativo heterosexual permite ciertas identi-

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ficaciones sexuadas, y excluye y/o desaprueba otras es un hombre?; cuestionando así la adecuación a una
identificaciones. Las identidades para Butler, operan política representacional cuya base es la supuesta
a través de la exclusión, es decir, de la construcción universalidad y unidad de su sujeto –una categoría sin
discursiva de un afuera constitutivo. No obstante esta fisuras de mujer y de varón.
simbolización o representación en términos amplios, El fracaso de la norma genérica supone la lucha por
esta pretendida completud discursiva o semiótica, es la significación de la identidad; en este caso, por la
siempre complicada y desestabilizada en sus límites, y significación del género. Este conflicto, esta “disputa”,
fracasa justamente por ese mismo afuera. en términos de Butler, vislumbra la politicidad de estas
¿De qué se trata este fracaso de la completud dis- categorías de género, es decir, el cuestionamiento de
cursiva? Pues bien, por un lado, en relación al pro- las identidades sexuales como naturales u origina-
blema del género, lo instituido en tanto norma sexual rias.
demarca y regula, y esto sucede discursivamente, de
manera performativa. Butler utiliza el concepto de lo Reflexiones finales
normativo para describir la violencia mundana que El objetivo general de este trabajo fue la exploración
ejercen ciertos tipos de ideales de género, como la teórica del concepto de identidad, específicamente en
complementariedad heterosexual de los cuerpos y relación a ciertas teorías que trabajan desde el aná-
los comportamientos adecuados e inadecuados de la lisis del discurso. Esta reflexión es parte de la inda-
masculinidad y la feminidad. Por otro lado, tales ver- gación preliminar correspondiente a tres proyectos de
siones socialmente normativizadas de la sexualidad investigación6 que se encuentran en una etapa inicial.
son figuras de género coherente y de sexualidad bien Por un lado, la construcción de la identidad migrante
regulada, estructuradas por fantasías dominantes o argentina en los medios de prensa. En segundo lu-
imaginarios que, sin embargo, incitan aquellas for- gar, la conformación de las identidades políticas en
mas de deseo que aparentan controlar. La inflexión el marco de los estudios sobre discurso político. En
psicoanalítica de la autora acerca de esta teoría de la tercer lugar, las representaciones de la sexualidad y
regulación muestra no sólo cómo funcionan las leyes las identidades de género en medios masivos.
regulatorias sino, asimismo, cómo fracasan, ya que Creemos que lo que nos permite emparentar estas
el deseo no logra ser completamente organizado por investigaciones es considerar a la identidad como un
esa normativa (Butler, 2011). proceso construido discursivamente. Por supuesto, 355
El deseo, por tanto, no sólo escapa a las leyes re- no desconocemos que cada uno de estos abordajes
gulatorias, sino que, además, participa activamente tiene sus propias aristas; sin embargo, creemos que
en los procesos de identificación. Continuando con aquello que los une es, justamente, el reconocimiento
el planteo de Butler, la repetida puesta en acto de de la diferencia como condición ineludible para la afir-
normas genéricas interpela y performa a los sujetos; mación de una identidad.
no obstante da lugar a que, bajo ciertas condiciones, Desde el Análisis Crítico del Discurso, la preocupa-
hallen maneras de resistir o resignificar esas normas. ción fundamental en relación a la identidad ha sido
Aquí se hace visible la dimensión política de la norma. develar sus significados subyacentes, principalmente
De esta manera, las prácticas sexuales no normati- en lo que respecta a la reproducción o modificación de
vas cuestionan la estabilidad del género, por ejemplo un determinado statu quo. En ese marco, la prensa, a
exigiendo la pregunta por: ¿qué es una mujer?, ¿qué través de sus mecanismos específicos de producción

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de noticias, ofrece una visión del mundo en la que, a pensar la dimensión del deseo, la falta y el goce que
pesar de su pretendida referencialidad, se define un sostiene las identificaciones. Además, reflexionar
lugar estratégico de constitución del discurso social y acerca de los límites del discurso nos lleva a compren-
de las creencias en relación a aquél. der que las fronteras discursivas que demarcan las
Del recorrido que hemos realizado, entonces, resul- diferencias entre una identidad y otra (por ejemplo, las
ta que la representación de una determinada identidad identidades de género heterosexuales: varón y mujer)
-en nuestro caso, la identidad de los migrantes- resul- son excedidas y resignificadas.
ta de un proceso de construcción simbólica no ajeno a Recapitulando, la reflexión que hemos realizado
esos mecanismos. Así, hemos relevado como una de acerca de la construcción discursiva de las identi-
sus características centrales la conformación de una dades nos ha permitido reconocer la complejidad de
polarización entre un nosotros y un ellos discursivo. la relación entre discurso e identidad, a partir de di-
En esa configuración se adjudican al inmigrante va- versas matrices teóricas. Además de la importancia
lores negativos, relacionados principalmente con un que ello reviste en tanto establecimiento de un marco
pequeño número de temas estereotípicos ligados a la conceptual para las investigaciones referidas, cree-
criminalidad y a los problemas de integración cultural; mos que puede representar un punto de partida para
por ende, se enfatiza a través de esta representación una posible articulación de tales perspectivas, lo que
la diferencia y amenaza representada por este otro. nos permitirá enriquecer indagaciones futuras sobre
En el caso de la identidad política que surge del el tema.
análisis del discurso político, el otro, entendido éste
en términos negativos (el contradestinatario, en las
conceptualizaciones veronianas) adquiere singular
importancia ya que se transforma en la contracara
necesaria para la conformación del nosotros. El uso
de los apelativos y de otras marcas discursivas que
funcionan interpelando a los destinatarios, cobran
singular importancia a la hora de poder desentrañar la
emergencia de las identidades políticas. Por lo tanto,
356 tanto un estudio en producción como uno en recono-
cimiento serán útiles al analista con el fin de poder
comprender los dos polos de las producciones signifi-
cantes; aportando elementos que no sólo den cuenta
de las condiciones de generación de un determinado
discurso sino, del mismo modo, del campo de efectos
posibles que se despliegan de ese discurso.
Por último, atendiendo a la dimensión política de la
construcción discursiva de las identidades, es posible
pensar estas operaciones de identificación en sus
límites simbólicos; límites que son siempre traspasa-
dos. Los aportes del psicoanálisis aquí nos permiten

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Notas web”, Mariana Busso; “La construcción de la identidad políti-
1. Realizamos esta aclaración a fines de no caer en lo que ca de Cristina Fernández de Kirchner, en su discurso y en el
Dardo Scavino denomina “una suerte de constructivismo ra- discurso de la prensa (2007-2009), Irene Gindin; “Institución
dical” (Scavino, 2010, p.13) en el cual nada existe por fuera mediática del erotismo femenino. Las revistas para la mujer
de los lenguajes humanos. Uno de los autores que con más en los años ´60 en Argentina”, María Laura Schaufler.
énfasis ha denunciado los límites del pensar a la identidad
meramente como el resultado de un proceso simbólico com-
plejo es Alejandro Grimson, quien pone el énfasis en la expe- Bibliografía
riencia compartida de los grupos y sostiene que la identidad • Aboy Carlés, G y Canelo, P. (2011) “Dossier: Identidades,
es el “resultado de un proceso histórico, contingente como tradiciones y élites políticas”, en Papeles de Trabajo, Año
tal”, aunque no se refiere sólo a “procesos simbólicos resulta- 5, N°8, pp. 8-12.
do de fuerzas simbólicas, sino de lo vivido históricamente en • Arfuch, L. (2005). “Problemáticas de la identidad”, en
el ‘proceso social total’” (Grimson, 2004: 181), sino que son el Arfuch, L. (comp), Identidades, sujetos y subjetividades.
resultado de la sedimentación y elaboración de experiencias Buenos Aires: Prometeo.
históricas. • Arnoux, E. (2009). Análisis del discurso. Modos de abordar
2. En su análisis acerca de la expresión de las ideologías materiales de archivo. Buenos Aires: Santiago Arcos.
en la prensa, Van Dijk (1996) ha analizado la diferenciación • Bauman, Z. (2003). “De peregrino a turista, o una breve
discursiva entre un “nosotros” y un “otros” a través de la con- historia de la identidad”, en Hall, S. Cuestiones de Identidad.
formación de una “estructura valorativa abstracta” (ibídem, Buenos Aires: Amorrortu.
p.14) consistente en intensificar la representación positiva • Butler, J. (2010). El género en disputa. Barcelona: Paidós.
del “nosotros” y mitigar la información negativa al respecto, • Butler, J. (2011). “Prólogo”, en Sabsay, L. Fronteras
realizando a la vez la operación contraria sobre el “otros”. sexuales: espacio urbano, cuerpos y ciudadanía. Buenos
3. El caso paradigmático que fue objeto de estudio por Verón Aires: Paidós.
y Sigal en el ya clásico “Perón o muerte. Los fundamentos • Charaudeau, P. (2003). El discurso de la información. La
discursivos del fenómeno peronista” (2008), nos da ejemplos construcción del espejo social. Barcelona: Gedisa.
claves que permiten comprender la manera en que Perón • Foucault, M. (1980). Historia de la sexualidad I. La voluntad
construyó al otro como el anti-Patria, quitándole entidad de saber. Madrid: Siglo XXI.
como sujeto político. • Grimson, A. (2011) Los límites de la cultura. Crítica de las
4. Verón entiende a la producción y el reconocimiento como teorías de la identidad. Buenos Aires: Siglo XXI.
los dos polos del sistema productivo: “el analista del discurso • Grimson, A. (2004). “La experiencia argentina y sus
puede interesarse ya sea por las condiciones de generación fantasmas”, en Grimson, A. (comp.) La cultura en las crisis 357
de un discurso o un tipo de discurso, ya sea por las lecturas latinoamericanas. Buenos Aires: CLACSO.
de que ha sido objeto el discurso, es decir por sus efectos. • Hall, S. (2003) “¿Quién necesita ‘identidad’?”, en Hall, S.
Decimos entonces que se interesa en el primer caso por la y du Gay, P. (comps.), Cuestiones de identidad cultural.
gramática de producción y en el segundo por una (o varias) Buenos Aires: Amorrortu.
gramáticas de reconocimiento. Por supuesto, puede intere- • Laclau, E. (2009) La razón populista. Buenos Aires: Fondo
sarse por ambas, es decir, interesarse en realidad por un de Cultura Económica.
proceso de circulación” (Verón, 2004, pp.40-41). • Mouffe, C. (1999) El retorno de lo político. Buenos Aires:
5. La teoría de Butler se nutre de improntas diversas como la Fondo de Cultura Económica.
foucaultiana, la althusseriana, derrideana y lacaniana. • Mouffe, C. (2009) En torno a lo político. Buenos Aires:
6. Las investigaciones a las cuales nos referimos son las Fondo de Cultura Económica.
siguientes: “La construcción discursiva de la identidad emi- • Restrepo, E. (2007) “Identidades: planteamientos teóricos
gratoria argentina en el período 2001-2003: un análisis com- y sugerencias metodológicas para su estudio”, en Revista
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La identidad en el discurso - Mariana Patricia Busso, Irene Lis Gindín y María Laura Schaufler

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