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Tema 2: Modelos terapéuticos y formulación de un tratamiento

Capítulo 2. Modelos terapéuticos generales y cambio personal


 CAMBIO TERAPÉUTICO
Proceso de crecimiento y mejora personal que puede ser resultado de la participación en un
tratamiento. Variaciones en el modo de pensar, actitudes, reacciones emocionales,
sentimientos hacia otras personas, comportamientos y hábitos. Resultado: que el sujeto acabe
resolviendo o mejorando los problemas que le llevaron a tratarse.
Kulper: diversos momentos o fases:
1. Respuesta al tratamiento  reducción del 50% de los déficits o dificultades.
2. Remisión  completa desaparición de los problemas. Vuelve a funcionamiento de vida
normal.
3. Recuperación  mantener los beneficios (o remitir los problemas previos) del
tratamiento durante al menos 6 meses.
4. Recaída  resurgimiento de los problemas iniciales durante alguna de las fases
precedentes.
5. Recurrencia  la sintomatología problemática reaparece tras lograr la recuperación
(tras esos 6 meses).
La mejora no es normalmente lineal, se avanza y retrocede de unos estadios a otros durante
tiempo prolongado.

o Factores comunes a los diversos modelos terapéuticos


Principios activos: factores impulsores del cambio personal, que pueden ser comunes a los
distintos modelos terapéuticos y pueden dar cuenta de su posible eficacia.
 Hipótesis de la desmoralización de Frank
Los sujetos que acuden a tratamiento están en un momento de sus vidas muy vulnerable, por
su desmoralización o desesperanza personal. Los tratamientos son eficaces si logran ayudar a
remediar esta desmoralización, independientemente de qué técnicas se usen.

 Teoría de la autoeficacia de Bandura


El mayor logro que se puede efectuar es aumentar la expectativa de autoeficacia de la
persona. Relación estrecha entre la capacidad de las diversas técnicas para mejorar las
expectativas de autoeficacia y sus potencialidades terapéuticas.

Principios activos comunes en diversos tratamientos:


A. Mejora de las expectativas sobre que la terapia puede ayudar a resolver mi problema.
B. La propia Interrelación terapéutica, en la medida en que cada terapia se considera
capaz de producir cambios positivos en el sujeto.
C. Todas favorecen una nueva perspectiva sobre mí misma y sobre el mundo, y
disminuye mis distorsiones cognitivas y valoraciones negativas.
D. Nuevas experiencias que podrían permitirme reconsiderar y mejorar las conductas,
emociones y cogniciones.
E. Facilitan contacto directo con la realidad, así puedo contrastar mis percepciones
anteriores negativas y puedo ensayar nuevas soluciones a mis problemas.
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Lambert y Bergin: elementos comunes a las diversas psicoterapias (en orden de aparición):
 Factores de apoyo: reducir tensión del individuo, establecer relaciones positivas y de
confianza y la alianza terapéutica.
 Factores de aprendizaje: transmisión de nuevas expectativas y elementos cognitivos y
emocionales, como mejorar la motivación.
 Factores de acción: elementos prácticos de regulación de la conducta de desarrollo de
nuevas habilidades y de puesta en práctica de las mismas.

Kleinke: acciones que todo terapeuta efectúa:


 Ofrecer consejo.
 Ayudar a ver el problema desde una nueva perspectiva y a ser consciente de lo
inapropiado de sus estrategias de solución.
 Ayudar a mejorar su comprensión del problema y a usar estrategias de
afrontamiento más eficaces.
 Ofrecer seguridad, empatía y aceptación para que parta de ahí y cambie.
 Favorecer experiencias positivas de mejora.
 Darle posibilidad de experimentar y expresar emociones.
 Influir socialmente.
 Promover, con las tareas de casa, que practique nuevos comportamientos eficientes.

o Modelo transteórico de Prochaska y DiClemente


Profundizan teórica y empíricamente en los procesos de cambio durante la psicoterapia y
durante cualquier mejora de comportamiento problemático. 3 dimensiones de análisis
interrelacionadas:
1. Los estadios de cambio
Momentos o fases temporales por donde se pasa. Inicialmente toman de análisis a adicción al
tabaco, y luego lo extrapolan a algo más general.
I. Precontemplación: antes de que vea que es un problema y quiera cambiarlo.
II. Contemplación: soy consciente de mis dificultades y empiezo a planteármelo.
III. Preparación para la acción: ya he decidido encararlo y he hecho algún intento.
IV. Acción: empiezo el cambio de mi comportamiento y empiezo a tener éxitos.
V. Mantenimiento: logro estabilización temporal (6 meses) y prevengo recaídas.
VI. Finalización: considero estables mis logros y concluyo la resolución definitiva.
No tiene por qué seguir una secuencia progresiva, generalmente hay avances y retrocesos. Se
pueden reducir a los 4 estadios más importantes: precontemplación, contemplación, acción y
mantenimiento.

Evaluar en qué estadio estás: Escala de estadios de cambio (SOCS) o URICA (University of
Rhode Island Change Assessment)  32 ítems, escala de Likert 1-5. Cada ítem puntúa en uno
de los 4 estadios. Hay versión castellana.
También la Violence Risk Scale (VRS)  26 ítems (6 de factores de riesgo estáticos y 20
dinámicos). Escala 0-3. Nos da cuentas de la magnitud de mejora global del tratamiento. Bajar
las puntuaciones se relaciona a veces con menor probabilidad de reincidencia.
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2. Los procesos de cambio (Prochaska)


Mecanismos productores de las mejoras terapéuticas, independientes de la técnica usada.
 Concienciación: mejora de la información sobre el propio problema y sobre mí.
 Alivio por dramatización: experimentar y expresar sentimientos sobre los problemas
que no tengo y sus posibles soluciones.
 Reevaluación ambiental: mejora del conocimiento sobre las interacciones de
influencia entre las dificultades que se experimentan y el entorno que me rodea.
 Autorreevaluación: reconsiderar mis sentimientos y pensamientos sobre el problema.
 Autoliberación: compromiso de actuar y creer en mi capacidad de mejora.
 Liberación social: generar nuevas alternativas no problemáticas.
 Manejo de contingencias: heterorreforzamiento y autorreforzamiento.
 Relaciones de ayuda: mejorar la apertura y confianza en otros sobre mis problemas.
 Contracondicionamiento: reemplazar la conducta problemática por otras alternativas
no problemáticas.
 Control de estímulos: identificar y prevenir los estímulos discriminativos que
promueven el comportamiento problemático.
Cierta correspondencia lineal entre algunos procesos de cambio y los estadios temporales.

3. Los niveles de cambio


5 niveles jerárquicos: situacional, cognitivo, interpersonal, cambio en el sistema familiar y
cambio en los conflictos interpersonales. Pocos tratamientos atienden a todos los niveles, pero
se considera necesario que la terapia actúe sobre diversos, todos los que se relacionen con el
comportamiento problemático individual.

Prochaska y DiClemente: intentan comprender y explicar los procesos de cambio personal.


Esto puede permitir explorar qué técnicas o intervenciones terapéuticas pueden promoverlos,
y en qué momentos.

Crítica al modelo (Littell y Girvin):


 La información empírica no avala la teoría de que hayan estadios comunes a distintas
situaciones, conductas y poblaciones.
 No hay estudios empíricos que prueben la progresión de los sujetos.
 El cambio exitoso puede variar según la naturaleza del problema, comorbilidad con
otros trastornos y factores estresores y de apoyo.
 Reduccionismo innecesario.
 Los estadios no son mutuamente excluyentes. Algunos puntúan similar en URICA
estando en diferentes estadios. Poco definido: estadio de preparación para el cambio.
 Es necesario distinguir entre disponerse a un tratamiento y disponerse al cambio.
 Consideran solo la valoración cognitiva, y no tanto las dimensiones emocionales.
 A veces pueden pasar de golpe, sin etapas.
 Se tendría que considerar la influencia de percepción del problema y sus causas,
habilidad de control de estrés, estilos y habilidades del terapeuta, posibles adicciones…
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Modelo alternativo:
1. Reconocimiento del problema: conciencia de que hay factores criminológicos que
favorecen mi comportamiento delictivo.
2. Beneficios del tratamiento: conocer las ventajas del tratamiento, a corto y largo plazo.
3. Interés del tratamiento: identificar valores internos y externos de participar, para dejar
de delinquir.
4. Angustia experimentada por la participación en el tratamiento: la angustia del propio
pasado pueden impulsar positivamente el cambio.
5. Objetivos del tratamiento: identificar finalidades y propósitos terapéuticos realistas y
viables (mejorar formación, habilidades, expectativas…).
6. Comportamientos y disposiciones favorables del sujeto en previos tratamientos: grado
en que ya he mostrado buena disposición al cambio indica disposición actual.
7. Consistencia motivacional: coherencia en la participación entre lo que digo y hago.
8. Apoyo para el tratamiento: valoración de posibles vínculos y apoyos sociales que
tendrá después del tratamiento.

o Motivación de los delincuentes para cambiar


Puede haber obstáculos importantes en el paciente o ambiente. Para un cambio permanente
se necesitan determinadas condiciones favorables internas y externas.
Disposición terapéutica: presencia de características, estados y aptitudes (del participante y
de la situación) susceptibles de facilitar la implicación en la terapia y hacer más probable el
cambio.
Disposición para el cambio (Mossière y Serin): grado en que el delincuente está motivado
para seguir un programa, encuentra el tratamiento relevante y con sentido y tiene la
capacidad para implicarse con éxito en su desarrollo.
Motivación para el cambio (Day): grado en que alguien desea participar en un tratamiento y
cambiar determinadas conductas.
Miller y Rollnick: preparado, dispuesto y capaz de cambiar.
Se ha debatido mucho sobre si es necesaria una motivación genuina para realizar el cambio.
Cuanto más sincera y firme es la motivación mejor funcionarán las cosas. Pero muchos
delincuentes que empiezan tratamiento no cuentan inicialmente con la motivación genuina.
Para favorecerla, en delincuentes sexuales se propuso un preprograma motivacional para
disminuir la resistencia inicial al reconocimiento del delito y al cambio.

En un centro de justicia juvenil pueden participar para ir con sus amigos, que ya están en el
programa, para mejorar sus condiciones de vida, por recomendación de su terapeuta, alguien
del personal o la familia.

La propia participación en el tratamiento puede favorecer la aparición de una motivación de


cambio cada vez más auténtica.
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Factores que interaccionan con la motivación:


- Edad y nivel de maduración. Los tratamientos pueden influir sobre la conciencia del
problema y la madurez.
- Las transiciones vitales y los vínculos sociales. Las transiciones son las variaciones de
etapa y de roles sociales en la vida (cambio de cole, trabajo, hecho traumático…). Las
transiciones vitales suelen ser momentos proclives para efectuar cambios de conducta
significativos, pueden ayudar a replantearte cosas importantes y favorecer vínculos
sociales.
- Narrativas subjetivas, actitudes y motivación. La probabilidad de desistimiento se suele
asociar a un incremento del interés y preocupación por otras personas y a mayor
consideración del propio futuro.

En la intervención terapéutica con delincuentes la motivación de cambio personal puede ser


considerada no una precondición indispensable, sino un objetivo inicial del propio
tratamiento. Principios (5 primeros son clave, el resto también pueden influenciar) que
pueden favorecer la motivación terapéutica:
1. Expresar empatía a los sujetos.
2. Desarrollar su percepción de sus inconsistencias vitales (entre su conducta y sus
aspiraciones).
3. Evitar la polémica y discusión con los sujetos.
4. Trabajar su resistencia a cambiar.
5. Apoyar su percepción de autoeficacia.
6. Fortalecer su conducta, reforzarles cuando hacen lo que se espera (y evitar castigo).
7. Habilidades de escucha.
8. Formularles preguntas abiertas que puedan descubrir posibilidades de mejora.
9. Resumir reflexivamente lo expresado por cada sujeto.
10. Apoyar las expresiones de cambio y de automotivación.

 RELACIÓN TERAPÉUTICA
Marco relacional de contactos e interacciones periódicas entre un terapeuta y un sujeto o
grupo de sujetos, en el que se llevan a cabo las actividades de un tratamiento. Al menos un
25% de la mejora depende de variables del proceso de aplicación de la terapia (relación, estilo
relacional, etc.). Las características del paciente y las habilidades del terapeuta (personales y
técnicas) son claves.

o Infractores participantes en un tratamiento


Aunque la situación de delincuente no sea de paciente enfermo, ni venga por su propio pie
para ser ayudado, el tratamiento comparte nomenclatura y conceptos.
Hay que separar entre el reproche social y penal que merecen los delitos cometidos y su
estatus como participantes en un tratamiento. Un tratamiento es por definición una
intervención educativa, de ayuda personal y de apoyo social: así que no debería contener
ningún elemento aversivo o de compensación o revancha por los delitos previamente
cometidos, a la vez que requiere confiar en sus posibilidades de cambio y mejora.
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o El terapeuta que trabaja con delincuentes


Tenemos que haber recibido la formación adecuada y entrenamiento, contar con autorización.
Pero la calidad técnica y efectividad dependen de capacidades propias. Se diferencia entre dos
grupos de habilidades del terapeuta (se pueden aprender y entrenar):
 Características personales
Condiciones del terapeuta que son útiles y facilitan establecer una buena relación: equilibrio
emocional, sentido común, ganas genuinas de ayudar y flexibilidad. Aceptación positiva de los
clientes (cordialidad y calidez), autenticidad y congruencia (dan clima de confianza y
seguridad), empatía.
También ser activa y directiva, asertiva, capacidad de manejo técnico de instrumentos de
evaluación, de motivar al sujeto, control emocional propio, capacidad de comunicación y
habilidad para elaborar los informes clínicos.

Factores entorpecedores de la relación  voyeurismo, deseo de poder sobre los individuos y


la búsqueda de autoterapia.
Errores graves: hacer cosas solo para obtener el aprecio del sujeto, intelectualizar la relación,
ironizar sobre sus problemas o divagar, preguntar demasiado y acelerar indebidamente el
proceso.
Factores inhibidores de la comunicación: que aparezcan objetivos contradictorios, estados
emocionales que perturben la relación, inconsistencia y vaguedad en los mensajes, ignorancia
de mensajes importantes, consejos prematuros o de respuesta para todo.

Importante tener actitud positiva hacia los delincuentes:


- No juzgarles, respetarles.
- Saber que son capaces también de hacer el bien.
- Aceptarles y ofrecerles posibilidad de olvido (imprescindible para el cambio).
- Ser auténtica y creíble: deseo genuino, sinceridad, que vean que lo voy a realizar todo
adecuadamente.

Claves los siguientes elementos:


 Facilitar la cohesión grupal y de la autoestima.
 Estilo terapéutico flexible.
 Calidad de relación favorecida por un trabajo de estilo colaborativo.
 Promover la expresión de emociones.
 Ofrecer apoyo.

 Competencias técnicas
Se requieren, principalmente:
- Habilidades metodológicas: preparación teoría y método
- Habilidades motoras o de acción: para entrevistar, devolver información o persuadirle,
negociar, asertividad…
- Habilidades de comunicación: tanto para la escucha como para la acción.
- Habilidades administrativas y científicas: para registrar e informes.
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La competencia profesional es el primer requisito. Hay que enfrentarse a dos cuestiones


fundamentales:
a. Formular hipótesis explicativas sobre el problema.
b. Adoptar acciones sucesivas contundentes a la solución o mejoría del problema.

o El proceso terapéutico
Dos acepciones distintas, pero relacionadas:
- Procedimental, concierne a la cadencia de acontecimientos (entrevistas, evaluación,
visitas, tareas, autorregistros y finalización) durante la intervención.
- Sustantiva y profunda, referida a las operaciones psicológicas y cambios de
comportamiento en el sujeto, resultado de las acciones terapéuticas. Aquí proceso y
cambio terapéutico son sinónimos.

En relación al procedimiento se tiene que preparar y desarrollar atendiendo a:


 Es una relación profesional y no de amistad o personal.
 Es una relación asimétrica que se centra en las necesidades de los sujetos.
 Requiere al inicio un encuadre terapéutico que defina aspectos operativos (honorarios,
duración, periodicidad, compromisos, obligaciones…).
 Comporta una alianza terapéutica con 3 elementos:
o Vínculo emocional y de colaboración
o Cierto acuerdo de objetivos
o Compromiso en relación a las tareas que serán necesarias

En relación a la sustantiva y profunda (cambio) hay que conocer la secuencia de evolución.


Suele ser no lineal, con dos periodos principales:
- De mejoría ascendente hasta la sesión 26
- Largo periodo estable con escaso incremento de mejoría hasta que pasa la sesión 100

Interacción constante entre diversos sistemas de respuesta del individuo (motor, emocional y
cognitivo), pero se desconocen los mecanismos de interacción. Aunque cada terapia incida en
un tipo, tiene consecuencias en los otros.

Capítulo 3. Teorías sobre la rehabilitación de los delincuentes


 Aprendizaje social y facetas del comportamiento delictivo (hábitos, emociones y
cogniciones)
Aprendizaje social: atiende a la interacción dinámica entre factores conductuales, emocionales
y cognitivos, constituye una explicación relevante y operativa para comprender el
mantenimiento de la conducta delictiva y para diseñar programas de tratamiento con
delincuentes. El comportamiento delictivo se aprende con 4 mecanismos relacionados:
- La asociación diferencial (prevalente) con personas de hábitos y actitudes delictivas.
- Contacto preferente con definiciones favorables al comportamiento antisocial e ilícito
(justificación, negación…) y adquisición de tales definiciones.
- Reforzamiento diferencial o prioritario de las conductas y definiciones delictivas a
partir de recompensas sociales y materiales, o a través de autorreforzamiento o
gratificaciones internas.
- Observación e imitación de modelos delictivos.
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Elementos esenciales en el aprendizaje delictivo:


- Imitación de modelos antisociales y reforzamiento de las propias conductas y hábitos
delictivos.
- Generación de estructuras cognitivas y emocionales que dan cobertura y coherencia a
los comportamientos antisociales.

Modelo de facetas del comportamiento delictivo: la adquisición y estabilización de la carrera


delictiva individual depende generalmente de la confluencia en idéntico sentido antisocial de
varias facetas en las que puede desglosarse la conducta:
 Hábitos antisociales: rutinas de hurto, robo, amenaza, abuso de alcohol, paro, etc.
 Pensamiento: amparar y justificar las rutinas antisociales.
 Desregulación emocional: detonante de agresión y otras conductas antisociales.
No se sabe cómo, pero se influyen entre ellas (así que se puede usar con finalidades
terapéuticas): si intervenimos directamente sobre una, podemos favorecer cambios de
comportamiento más amplios.

El riesgo global de comportamiento antisocial: aumenta bajo influencia de hábitos delictivos y


desregulación emocional. Es decir, el riesgo delictivo puede reducirse mediante la enseñanza
de habilidades prosociales (hábitos), desarrollo del pensamiento social (cognitiva) o
entrenamiento para mejor regulación de emociones (emocional).
La mejor opción es la intervención paralela y coordinada sobre todos los anteriores sistemas
del comportamiento, ya que el SN se organiza en estructuras neurales integradas, que hacen
que todo flujo de información (y activación del comportamiento) deba transcurrir por
circuiterías que combinan memoria emocional y análisis racional.

 Modelo de tratamiento Riesgo-Necesidades-Responsividad (RNR)


De Andrews y Bonta, basado en la teoría del aprendizaje social y en el condicionamiento
operante. Tres principios básicos, cuya consideración para diseñar y aplicar programas de
tratamiento ha demostrado contribuir a su mayor efectividad:
1) Principio de riesgo: tiene dos proposiciones centrales
a. Para administrar una intervención apropiada a las características del sujeto, es
necesario previamente evaluar y predecir su nivel de riesgo de reincidencia.
b. Los individuos con alto nivel de riesgo deben recibir intervenciones más
intensivas.
2) Principio de necesidad: para reducir la reincidencia de los delincuentes el tratamiento
debe enfocarse prioritariamente a las necesidades criminógenas (factores de riesgo
dinámicos que guardan relación directa con la conducta delictiva): actitudes
antisociales, amigos delincuentes, abuso de sustancias tóxicas, déficit en la capacidad
de resolución de problemas y alta hostilidad. Si mi problema es mantener un trabajo
tenemos que centrarnos en que aprenda a mantenerlo, no a encontrarlo.
3) Principio de responsividad: referido a los factores susceptibles de dificultar una
respuesta adecuada al tratamiento. Pueden ser internos (QI bajo) o externos
(terapeuta, programa). Según las dificultades concretas, el tratamiento ha de ofrecerse
de la forma más beneficiosa. Recomendación: acercamientos cognitivo-conductuales,
que son de alta responsividad en diversas tipologías y con delincuentes.
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Dos principios complementarios:


 Discrecionalidad profesional: como es un ámbito complejo, a veces hay que tomar
decisiones específicas fuera de los procedimientos (en un 10% de los casos).
 Integridad de la evaluación y del programa: para garantizar que sea eficaz hay que
seguirlo todo a rajatabla.

 Modelo de tratamiento de “Buenas vidas” o “Vidas satisfactorias”


Crítica al RNR: el manejo de los riesgos es una condición necesaria, pero no suficiente para a
rehabilitación.
El modelo considera que la conducta delictiva es resultado de dificultades personales en
distintas áreas del funcionamiento humano: problemas de regulación emocional, carencias
sociales, creencias justificadoras del delito y déficits en empatía y en capacidad de solución de
problemas. ¿Qué es lo que la persona busca al cometer un delito? La respuesta puede ayudar a
motivar al individuo hacia la terapia y el cambio.
Parten desde la psicología positiva: el mejor camino para reducir reincidencia es equipar a los
sujetos con las herramientas necesarias para vivir más satisfactoriamente, y no tanto
desarrollar un control de los riesgos. Principios generales del modelo:
1. Trabajar positivamente con los delincuentes. Todos tenemos las mismas necesidades,
solo que los delincuentes han optado por una solución errónea. 4 grandes dificultades:
a. Problemas en el medio usado para logra bienes
b. Falta de perspectiva para un plan de vida satisfactorio
c. Conflicto o incoherencia entre objetivos
d. Falta de capacidades para definir o adaptar modelo de vida satisfactorio a las
circunstancias cambiantes
El plan se ha de construir contando con: preferencias de los delincuentes,
potencialidades, satisfacciones… y especificando qué competencias y recursos se
requieren.

2. Relaciones entre riesgos y satisfacciones humanas. Las necesidades criminógenas


indican la existencia de problemas en los caminos de los delincuentes para buscar
satisfacciones primarias. Primero hay que detectar los riesgos y luego diseñar un plan
explícito de capacitación.
3. Identidades individuales múltiples. Las personas tienen identidades multifacéticas
(bio, social, psico, cultural). Es compleja, así que es imprescindible atender al análisis
de todas estas identidades, considerarlas al intervenir.
4. Disposición para rehabilitación. Para que sea eficaz es imprescindible que los
delincuentes tengan ciertas creencias, valores, competencias y motivación y que el
ambiente sea con recursos y apoyo.
5. Actitudes de los terapeutas hacia los delincuentes. Énfasis en la necesidad de lograr
establecer buena alianza terapéutica, priorizar la aceptación del delincuente, creer en
sus posibilidades.
6. Naturaleza de la intervención. El tratamiento ha de concebirse en términos de buenas
vidas, realzando las fortalezas, necesidades primarias y ambientes más relevantes, y
especificando las habilidades y recursos imprescindibles para satisfacerlas.
Tema 2: Modelos terapéuticos y formulación de un tratamiento

 Otras perspectivas sobre la rehabilitación


Todo modelo ha de incorporar propuestas en tres niveles:
 Sus asunciones generales y valores éticos sobre la rehabilitación, la naturaleza de los seres
humanos, el riesgo delictivo y los objetivos globales del tratamiento de los delincuentes.
 Sus consideraciones e hipótesis sobre la etiología y el mantenimiento del comportamiento
delictivo.
 Las implicaciones aplicadas de lo anterior.

- El modelo RNR pone énfasis en la eliminación o reducción de los factores de riesgo


empíricamente conectados a un delito (para decrecer el riesgo delictivo). Se basa en el
aprendizaje social. Múltiples investigaciones y eficacia de la cognitivo-conductual.
- El modelo de vidas satisfactorias considera que el anterior es muy mecanicista y
pesimista, y prioriza equipar a los individuos con las herramientas necesarias para vivir
vidas mejores y más satisfactorias. Se basa en perspectiva humanístico-existencial.
Formula principios positivos, pero aún necesita concreciones.

Capítulo 4. Necesidades terapéuticas y formulación del tratamiento


 Evaluación de necesidades terapéutica
A partir de instrumentos de evaluación se puede conseguir información relevante. Pero si
tomamos demasiada información puede ser difícil concretar las necesidades y los factores
relacionados. Mejor que la evaluación sea lo más breve y precisa posible, con instrumentos
validados para problemas específicos y evitando largos procesos evaluativos (amplios
antecedentes familiares, infancia, historia sexual…). El terapeuta debe activar en la fase
evaluativa 6 reglas de pensamiento:
1. Pensar en conducta y no en aspectos globales del sujeto 4. Pensar en pequeños pasos
2. Pensar en soluciones 5. Pensar de manera flexible
3. Pensar en positivo 6. Pensar en el futuro

Para especificar al máximo los problemas y necesidades y posibles factores son útiles el:
o Análisis topográfico de la conducta delictiva y las necesidades terapéuticas
Las conductas y reacciones se pueden desglosar en pequeñas unidades de análisis o respuestas
(RR). Respuestas: todo lo que el individuo hace, aquello que involuntariamente le sucede y lo
que dice o piensa. Diferentes parámetros: frecuencia, duración e intensidad.
La finalidad del análisis topográfico es recoger información sobre los comportamientos antes
mencionados y cuantificarlos, para determinar si son excesivos, con déficit o inadecuados
contextualmente. Primero se establece una línea base de los comportamientos problemáticos
(también se pueden ponderar síntomas en el DSM o CIE – puede ayudar a una primera
hipótesis de qué tratamiento usar).
Las conductas se pueden clasificar en:
- Hay que mantenerlas (ya son adecuadas y positivas)
- Hay que incrementarlas (comportamientos prosociales deficitarios)
- Hay que reducir o eliminar
Tema 2: Modelos terapéuticos y formulación de un tratamiento

o Análisis funcional de la conducta delictiva


Nos permite encontrar relaciones de contingencia entre factores de un determinado ambiente
estimular el comportamiento de los individuos sobre los que el ambiente influye, en doble
vertiente:
- Identificando aquellos estímulos que anteceden a la conducta y la propician
(estímulos discriminativos).
- Especificando los efectos que llegan al sujeto cuando la conducta es emitida
(consecuencias que tiene la conducta para él).
Se tendría que explorar:
1. Análisis de la capacidad de autocontrol del sujeto, conocer sus recursos y qué puede
facilitar la terapia.
2. Análisis de las relaciones sociales del individuo: determinar qué personas son relevantes
como posibles reforzadoras.
3. Análisis del entorno físico, social y cultural: determinar posibles relaciones de
contingencia en su comportamiento, para usarlo como elementos de cambio.

 Formulación del programa de tratamiento


A partir del análisis funcional se pueden formular hipótesis sobre la interrelación entre
conductas antisociales y factores precipitantes o mantenedores, cuyo cambio y mejora son el
objetivo principal. Hay que comunicarles las conclusiones y las estrategias de solución. La
adecuada comprensión por parte del sujeto del origen es favorable.
En el tratamiento de grupos hay variables que facilitan o dificultan la viabilidad y eficacia:
- Variables organizacionales: estructura del centro, normas, expectativas y
necesidades institucionales, personal disponible (y sus prioridades y demandas),
formación… especialmente a considerar los programas que se aplican en
instituciones cerradas  prisión o centro de menores: son especialmente sensibles y
homeostáticas, si se altera un factor puede interferir con la factibilidad de aplicar el
tratamiento.
- Principales características del programa: importante para la viabilidad. Materiales
que requiere, estructura, duración, intensidad, necesidades, espacios. Mayor interés
un programa de tratamiento modesto que se inserte con naturalidad que otro
sofisticado pero forzado.
- Mas importante (condiciona la aplicabilidad de programas): los profesionales.
Formación teórica, entrenamiento y motivación.

o Objetivos del tratamiento: necesidades criminógenas


Objetivos generales comunes a todos los tratamientos:
A. Superar la desmoralización que cualquier persona muestra al tener mucho tiempo un
problema sin saber resolver y darle esperanza sobre sus posibilidades reales.
B. Favorecer su competencia personal, su autoeficacia y autocontrol.
C. Ayudar a los participantes a cambiar sus frecuentes estilos evitativos de
afrontamiento de problemas.
D. Fomentar que adquieran mayor conciencia sobre la influencia recíproca de cómo
piensan, sienten y actúan (que contribuye a mantener sus problemas).
Tema 2: Modelos terapéuticos y formulación de un tratamiento

Además de objetivos generales, cada tratamiento tiene sus objetivos concretos. Lo mejor es
jerarquizar: primero modestos, fáciles, para dar confianza y motivación.

8 grandes factores de riesgo/necesidad asociados al comportamiento criminal (deben


priorizarse en los objetivos):
- Historia previa de comportamiento antisocial - Problemas educativos y de formación laboral
- Rasgos y factores de personalidad antisocial (inestabilidad de empleo)
- Cogniciones antisociales - Carencia de actividades de ocio positivo
- Vinculación a personas y grupos antisociales - Abuso de sustancias tóxicas
- Problemas familiares

Hoge categoriza los grandes factores en dos grupos:


a. Factores próximos
- Actitudes, valores y creencias antisociales - Bajo logro escolar y formativo-laboral
- Crianza paterna disfuncional - Vinculación con amigos antisociales
- Rasgos de personalidad y conducta - Abuso de sustancias
disfuncionales - Pobre utilización del tiempo libre

b. Factores lejanos
- Problemas delictivos o psiquiátricos en la familia de origen
- Problemas económicos en la familia
- Vivir en condiciones de marginalidad/falta de habitabilidad
- Vecindario problemático

o Manuales o guías de tratamiento


La elección de programa, depende primero de la naturaleza del problema, y las
características del individuo y del contexto de tratamiento. Imprescindible aplicar el
tratamiento en base a un manual, protocolo o guía con los pasos, así todos se pueden aplicar
uniformemente y replicarse con fidelidad.
Si las guías establecen una aplicación homogénea ¿no resultan contradictorias con el
principio de individualización? La estandarización de un tratamiento mediante un manual
tiene importantes ventajas operativas y metodológicas: facilita la aplicación (más fácil que
participen paraprofesionales); facilita uso más extensivo (llega a más gente); garantiza mayor
integridad de la aplicación; favorece la evaluación. Pero el seguimiento estricto de un manual
puede coartar la iniciativa y dificultar un acercamiento más individualizado.
En el tratamiento del comportamiento delictivo, el mejor consejo es usar al principio el
manual y a la vez revisarlo, adaptarlo y mejorarlo periódicamente según los casos concretos y
la experiencia.

Estructura general de las guías:


- Comienzan describiendo el trastorno psicológico (o conducta delictiva) a tratar,
características y sintomatología.
- Revisan información científica sobre etiología y mantenimiento del trastorno.
- Presentan programa de tratamiento recomendado con técnicas e ingredientes sesión
por sesión (ejercicios, tareas y evaluaciones).
Tema 2: Modelos terapéuticos y formulación de un tratamiento

Suele ser una guía para el terapeuta y otra para el paciente. Suelen ser breves
(menos de 20 sesiones) y susceptibles de aplicación individual o grupal. Algunas son
de autoayuda/autoaplicación.

 Aplicación del tratamiento con integridad: amenazas y soluciones


Quiere decir realizar todas las acciones previstas en la planificación del programa, a nivel
material/formal y sustantivo/del contenido.
Es imprescindible lograr la adherencia (deseo, motivación de asistir) de cada sujeto al
tratamiento. Puede que experimenten resistencia al cambio, carencia de motivación y
colaboración, rechazo a alterar sus ideas, etc. Si se le exigen cambios rápidos puede ser peor.

Evaluación formativa / evaluación de la implementación / supervisión: conjunto de


controles evaluativos para asegurar que todo se ha hecho perfecto. Pero con frecuencia falta
información para saber si se ha hecho bien.

Las amenazas más frecuentes para la integridad son:


 Deriva del programa: las finalidades u objetivos cambian de forma incoherente.
 Inversión del programa: cuando los objetivos genuinos se cuestionan u hostigan
desde planteamientos opuestos.
 Desacuerdo institucional: que se interrumpa o se modifique radicalmente en
relación con su concepción teórica y plan original.

Factores que pueden favorecer la integridad de los programas:


 Contar con un fundamento teórico sólido
 Que disponga de manual o guía
 Compromiso institucional: apoyo firme de la dirección.
 Instalaciones y material
 Personal especializado
 Aplicación multidisciplinar, con profesionales diversos (que se hayan formado juntos)
 Supervisión y control técnico: que garantice que todo se hace cuando toca y cómo toca
 Respaldo del conjunto del personal
 Plan de contingencias o imprevistos
 Programación de la evaluación del programa: fase inexcusable

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