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Violencia machista: un mal infradiagnosticado

Pilar González Moreno MADRID/EFE/PILAR GONZÁLEZ MORENO

Una de cada tres mujeres en el mundo ha sufrido violencia machista, física, sexual o psicológica
por parte de su pareja o de terceros. España tampoco se escapa de esta lacra. El problema
aumenta entre los más jóvenes. 25 de noviembre, Día Mundial contra la Violencia Machista

A pesar de que la violencia machista genera toda una serie de problemas crónicos en la salud de la
mujer, se trata de un “mal infradiagnosticado” en la puerta de entrada al sistema sanitario, la
Atención Primaria.

Con ocasión del Día Mundial contra la violencia machista, el 25 de noviembre, EFE salud ha
pulsado cómo afronta este problema el sistema de salud en España, donde actualmente se
registra un aumento preocupante del machismo entre los jóvenes.

Para ello ha entrevistado a Carlos San Martín Blanco, Doctor en Medicina por la Universidad de
Maryland (EEUU), especialista en Sexología Clínica y Terapia de Pareja por la Asociación Española
de Sexología Clínica y el Instituto de Sexología de París.

Como coordinador del grupo de Trabajo de Sexología de la Sociedad Española de Médicos de


Atención Primaria (SEMERGEN), San Martín no duda en afirmar que “sin duda alguna hay
infradiagnóstico”.

Las cifras son “muy contundentes” al respecto: la Atención Primaria solo detecta el 10 por ciento
de todos los casos de violencia de género que terminan siendo identificados en otros ámbitos
sociosanitarios.

“El hecho en sí mismo es objetivamente así, otra cuestión son las razones que nos podamos dar
para saber a qué se debe ese infradiagnóstico.”

San Martín considera que por un lado el tema de la formación es algo determinante, y que se
necesita que la formación continua mejore para dotar a los médicos de más herramientas a la
hora de hacer una detección activa y eficaz.

El factor formación y las dificultades del propio sistema en cuanto al tiempo que tienen para pasar
la consulta y entrevistar a los pacientes, son dos elementos básicos que justifican “en gran medida
ese infradiagnóstico”.

Pero explica que hay señales que pueden llevar al médico a sospechar: “por un lado es muy
frecuente que las mujeres víctimas suelan ser hiperfrecuentadoras de la atención primaria”.

Suelen utilizar aproximadamente un 20% más las consultas que las que no están expuestas a la
violencia machista.

El motivo de consulta suele ser “difícil de definir, suelen ser patologías de índole psicosomático,
recurrentes o resistentes al tratamiento en el ámbito psicopatológico”.
Son mujeres que refieren “problemas depresivos bastante inespecíficos, trastornos de ansiedad, o
que tienen patologías o síntomas que pueden ser enmarcables dentro del ámbito psicosomático”.

En definitiva son señales clínicas que “pueden alertar al médico” de que debajo de cada síntoma
puede haber una situación vital que puede ser la de violencia”.

Desde el punto de vista de la prevalencia en España, el 22 % de las mujeres reconocen haber


sufrido alguna situación de violencia de género, según datos de un estudio europeo realizado en
2012.

El médico, defiende San Martín, tiene que tener los ojos bien abiertos.

violencia de género

EFE/Mario Ruiz

Violencia machista: aumento entre los jóvenes

Los casos de violencia machista entre los jóvenes preocupa de forma “extraordinaria” a los
médicos “y estamos viendo situaciones que hace una década no veíamos”.

Son chicos y chicas jóvenes de entre 16 a 20 años “con modelos de relación claramente
disfuncionales que normalizan formas de control totalmente patológicas en una relación afectiva y
que ademas están llegando a nuestras consultas”.

En el ámbito estrictamente sanitario lo que nos podemos encontrar muchas veces “es la demanda
de las propias familias más que de la propia chica”.

Son familiares quienes acuden a Atención Primaria para explicar que su hija esta teniendo un
determinado comportamiento o una relación destructiva” de la que no es capaz de salir.

Y no saben muy bien como gestionarla porque muchas veces la propia menor está “muy
desbordada” por el tipo de relación en la que se ha ido metiendo.

En ese escenario es la famila la que acude al médico y es el facultativo el que en muchos casos
tiene que recoger esa demanda y derivarlo al ámbito concreto, por ejemplo en muchos centros de
salud ya se cuenta con servicios sociales, que informan de los pasos y estrategias a seguir.
violencia machista

EFE/Jose Manuel Vidal

Violencia machista: una estrategia brutal

Para San Martín “desgraciadamente el machismo es una estrategia absolutamente brutal” que
sigue imperante en España.

Solo hay que ver las letras de muchas canciones que escuchan hoy los chavales de 15 años, “con
una cosificación hacia la mujer absolutamente brutal”.

Ahora en los medios hay algún anuncio publicitario, que, a su juicio, tendría que estar prohibido.

“En este país hay una ley de igualdad que se incumple de forma sistemática, una ley que prohíbe
ese tipo de publicidad, prohíbe la cosificación de la mujer en distintos tipos de escenarios”.

“Pero da igual, el machismo sigue campando a sus anchas. Es una realidad objetiva, sólo hay que
observar los anuncios, las canciones, las actitudes de los chicos y las chicas hoy en día”.

Violencia machista: violación de derechos

Aboga este médico por reeducar a los adultos y a los jóvenes de una manera razonable,
simplemente “en un plano de cumplimiento de los derechos humanos que es lo que se incumple
cuando una mujer sufre.

“Cualquier forma de discriminación o de violencia es un incumplimiento flagrante de los derechos


humanos”.

violencia género

EFE/Juan Ferreras

“En una sociedad como la nuestra que presume de ser moderna e igualitaria y no lo es, hay que
aceptar la autocrítica con absoluta honestidad”.
San Martín afirma rotundo que somos una sociedad machista: ”ahora somos un poco más sibilinos
y la gente presume menos de serlo”.

“Y cuando uno se pone los ojos de ver lo ve alrededor constantemente, y no hablemos ya de


internet y las redes sociales. En ese tipo de escenarios anónimos, el machismo campa
absolutamente a sus anchas”.

Violencia machista: señalar a los maltratadores

San Martín considera que hay que cambiar el foco en las campañas y trasladarlo de la mujer al
hombre, que las campañas vayan dirigidas a los hombres en general y así lo ha propuesto a la
Administración cuando ha tenido ocasión.

“Creo que los hombres tenemos que visibilizarnos y por supuesto señalar a los maltratadores
porque los tenemos que señalar como lo que son, no enfermos, no pobrecitos, sino gente que
maltrata , agrede, violenta a gente, no respeta los derechos de sus parejas o de otras mujeres”.

Detenido como presunto autor de violencia machista

EFE/Pablo Otín

Violencia machista: acoso en el trabajo

Pero tampoco, señala, hay que cometer el error de que cuando hable de violencia machista se
haga solo en el ámbito de la pareja porque la violencia de género se produce también en el
espacio publico de la mujer.

“Por lo tanto, ahora que estamos desgraciadamente viendo situaciones de acoso, hay que saber
que se trata también de una forma brutal de violencia de genero”.

“Es por ejemplo la que sufre una mujer en su trabajo cada día y tiene que poner buena cara ante
una insinuación o un comentario fuera de lugar de sus jefes y compañeros”.

“Es una realidad que existe y no podemos poner paños calientes a esto”.

Violencia machista: también entre homosexuales


Explica el especialista que dentro de las parejas, en las relaciones homosexuales también existe la
violencia.

“Es donde más hay y concretamente en las relaciones entre mujeres, aquí las tasa de violencia es
casi el doble que la registrada en las parejas heterosexuales”.

“Lo que sucede en estos casos es que se ejerce un poco de otra manera”.

“Muchas veces nace de la búsqueda por parte de uno del poder o de la autoridad pero no por el
hecho del género, no porque seas hombre o mujer, sino porque existe un conflicto relacional”.

En estos casos se entiende la relación de una manera disfuncional en la que se intenta tener un
poder sobre el otro, “pero no por el hecho de que sea una mujer sino porque es su pareja”.

Eso -concluye- diferencia claramente una situación de violencia de pareja con una situación de
violencia machista, donde la mujer la sufre simplemente por el hecho de ser mujer.

Violencia machista: jóvenes que lo ven normal

Casi tres de cada 10 jóvenes de entre 15 y 29 años (27,4%) cree que la violencia de género es una
conducta normal en el seno de una pareja, según el Barómetro 2017 de ProyectoScopio elaborado
por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud.

Violencia machista

EFE/Sebastião Moreira

El barómetro apunta además que el el 31,5% cree que es un problema que aumenta
progresivamente por culpa de la población inmigrante.

El 21,2% considera que es un tema politizado que se exagera; y casi un 7% cree que es un
problema inevitable que, aunque esté mal, siempre ha existido.

En general el grado de mantenimiento de estas representaciones sociales sobre la violencia


machista es superior entre los varones, y en los niveles de estudios inferiores.
Solo existe un mayor acuerdo entre ellas cuando se afirma que “es un problema social muy grave”,
una afirmación en la que se muestran de acuerdo el 87% del total de la población joven
encuestada.

Violencia machista: los datos de la OMS

La violencia contra la mujer -especialmente la ejercida por su pareja y la violencia sexual-


constituye un grave problema de salud pública y una violación de los derechos humanos de las
mujeres.

Las estimaciones mundiales publicadas por la OMS indican que alrededor de una de cada tres
(35%) mujeres en el mundo han sufrido violencia física y/o sexual de pareja o violencia sexual por
terceros en algún momento de su vida.

La mayoría de estos casos son violencia infligida por la pareja. En todo el mundo, casi un tercio
(30%) de las mujeres que han tenido una relación de pareja refieren haber sufrido alguna forma de
violencia física y/o sexual por parte de su pareja en algún momento de su vida.

Un 38% de los asesinatos de mujeres que se producen en el mundo son cometidos por su pareja
masculina.

Estas formas de violencia pueden afectar negativamente a la salud física, mental, sexual y
reproductiva de las mujeres y aumentar la vulnerabilidad al VIH.

Entre los factores asociados a un mayor riesgo de cometer actos violentos cabe citar un bajo nivel
de instrucción, el maltrato infantil o haber estado expuesto a escenas de violencia en la familia, el
uso nocivo del alcohol, actitudes de aceptación de la violencia y las desigualdades de género.

Entre los factores asociados a un mayor riesgo de ser víctima de la pareja o de violencia sexual
figuran un bajo nivel de instrucción, el hecho de haber estado expuesto a escenas de violencia
entre los progenitores, el maltrato durante la infancia, actitudes de aceptación de la violencia y las
desigualdades de género.

En entornos de ingresos altos, hay datos que apuntan que los programas escolares de prevención
de la violencia de pareja (o violencia en el noviazgo) entre los jóvenes pueden ser eficaces.

En los entornos de ingresos bajos, las estrategias destinadas a aumentar la emancipación


económica y social de la mujer, como la microfinanciación unida a la formación en igualdad de
género y las iniciativas comunitarias dirigidas contra la desigualdad de género o tendentes a
mejorar las aptitudes para las relaciones interpersonales, han demostrado una cierta eficacia para
reducir la violencia de pareja.

Las situaciones de conflicto, postconflicto y desplazamiento pueden agravar la violencia, como la


violencia por parte de la pareja, y dar lugar a formas adicionales de violencia contra las mujeres.

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