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PRINCIPALES TESIS DE LOS LIBROS VIII Y IX DE “LA REPÚBLICA” DE PLATÓN

Tesis Principal de los libros estudiados:

Las ideas maá s enfaá ticas en ambos libros, son las descripciones que hace Platoá n de las
cinco principales clases de gobiernos y ademaá s, de los ciudadanos que las componen.
Coá mo llegan a ser tales y coá mo se educan. Todo esto para culminar con la descripcioá n
del justo y el injusto, y ver con ello cuaá l es el maá s feliz.

Libro VIII:

a) Clases de Gobiernos y clases de ciudadanos(544c): Los gobiernos pueden ser


de muchas clases, pero las principales son cinco: Aristocracia, Timarquíáa,
Oligarquíáa, Democracia y Tiraníáa. No se trata de que, algunas veces es uno y
otras, otro azarosamente, sino que se dan en orden. El maá s perfecto de los
gobiernos es la Aristocracia, y luego degenera en el que sigue, que es la
timarquíáa, etc… seguá n el grado de perfeccioá n que tenga. Esto pasa gracias al
movimiento de cada una de las clases, porque, como cualquier cosa perfecta
siempre permanece inmutable, al moverse degenera necesariamente (545d).
Lo mismo ocurre con las clases de ciudadanos, siendo el aristoá crata quien es
bueno y justo, y el tiraá nico el peor, injusto e infeliz. La descripcioá n de cada uno
puede enfatizarse en los siguientes puntos:

 a.1) Aristocracia y aristoá crata: Se trata de la ciudad y el ciudadano justos y


buenos. Como habíáa recalcado Platoá n en el Libro IV (427e) ello queríáa decir
que consta de las 4 virtudes capitales, cuales son prudencia, valor, moderacioá n
y justicia.

 a.2) Timarquíáa o timocracia y timaá rquico: Esta es la primera degradacioá n de un


gobierno y de un ciudadano. ¿Coá mo se producen las primeras disensiones que
generan este cambio? Platoá n lo explica con un enigmaá tico pasaje, y que, a mi
modo de ver, plantea como “natural” la corrupcioá n de la ciudad y el ciudadano
buenos, por el soá lo hecho de existir. Este pasaje se encuentra en 546a y es una
explicacioá n que hace a nombre de las Musas, que es geomeá trico-aritmeá tica, que
habla acerca de las opciones en la vida y de los resultados de cada una.
Reconozco que no pude descifrar completamente su significado y su
terminologíáa, pero síá puedo decir que es “deslumbrante”. Asíá, la aristocracia
deviene timarquíáa, y los ciudadanos buenos, en timaá rquicos. Su caracteríástica
preponderante es la de “la ambición y el ansia de honores”(548c). Esa es la
fogosidad que se encuentra en la ciudad, ya que en los timaá rquicos, es su
caraá cter el de hacerse amigo de los gobernantes para aspirar a sus tronos;
despreciar a los esclavos de forma ruda y no como alguien bien educado
(549ª); ahorrar el dinero para síá mismos y no para los demaá s. Todos defectos
que son originados por no estar educados en base a la razoá n y la muá sica
(549b). Los padres, al estar preocupados maá s por la ambicioá n que por la
políática, no son fogosos en lo que la gimnasia respecta, y sus hijos se dejan
llevar por las influencias ajenas, lo que hace que se genere en ellos un nuevo
tipo de individuo: el oligarca.

 a.3) Oligarquíáa y oligarca: Aquíá mandan los maá s ricos seguá n el censo, y por eso
ocurren maá s gastos de dinero, y de diversas formas, todo esto devenido del
anterior estado de ambicioá n (timocracia) pero acrecentado (550d). En esta
ciudad decrece el amor a la virtud, dado que se incrementa el que lo es por la
riqueza. Es una ciudad dividida en dos: los pobres y los ricos, conspirando uno
con el otro continuamente (551d). En esta ciudad, los individuos que la habitan
son mayormente mendigos, puesto que gastan todo; y es, donde por primera
vez encontramos lo que hoy llamamos “delincuencia”, que son, seguá n Platoá n,
aquellos zaá nganos con aguijones (552e). Y su personalidad, seraá de quien deja
de lado su parte racional y su parte fogosa, y las hace esclavas de su amor
propio y por el dinero que tiene (553d). En resumen, la personalidad del
ciudadano oligarca estaá marcada por la “tacanñ eríáa”(554e).

 a.4) Democracia y demoá crata (555b): Al estar ya cada ciudadano dividido en


sus aspiraciones y quehaceres, no se ocupan de lo que naturalmente les
corresponde propiamente y, dejando de lado toda virtud, han caíádo en la
degeneracioá n de querer ser soá lo ricos. Eso ha dividido la ciudad en los que
tienen y los que no, creando un ambiente de rencor y de conspiracioá n (555d).
Los pobres se rebelan contra los ricos, les asesinan, y toman el gobierno en sus
manos (557a): nace la democracia. Y ahíá es donde estaá casi todo
completamente permitido, no hay apego a las leyes ni a los gobiernos, libertad
que puede hacer que parezca el maá s “bello” (557c) de los sistemas, pero que
por otro lado, lanza por la borda todo lo que ya habíáa planteado Platoá n como
bueno y justo; asíá, cualquiera puede adjudicarse un puesto en la políática
(558b). Por otro lado, dentro de este sistema, las personalidades de estos
ciudadanos se han transformado al reafirmar este tipo de desorden entre los
demaá s (559e) y se han rebelado contra síá mismos (560a).

 a.5) La Tiraníáa y el tirano: Con esta descripcioá n, Platoá n se explaya maá s que con
las anteriores. En principio ironiza tratando a la tiraníáa y el tirano como “los
maá s bellos” (562a), pero al final, ya en el Libro IX, describe este sistema y sus
hombres como los maá s degradados, esclavos de síá mismos (579e).
El paso de la democracia a la tiraníáa se da gracias a esta libertad sin líámites que
la hace parecer completamente bella, porque los ciudadanos comienzan a
conspirar en contra de los gobernantes por no ser lo suficientemente “blandos”,
y los gobernantes hacen el intento de dar en gusto a los ciudadanos con el
mismo objetivo. Todo el exceso de licencia, se vuelve esclavizante puesto que
las almas han sido transformadas y se han vuelto delicadas encontrando todo el
obrar del gobernante, despoá tico. La libertad en exceso, genera esclavitud en
exceso (564a). EÉ sta es la base de la tiraníáa. El gobernante, al ver que su riqueza
ya no es aceptada y que ya no le quieren, elige entre la muerte en sus manos, o
la vida, pero en la forma del tirano (566a). Es entonces, un esclavo de su propia
riqueza, al punto que, si la deja, muere. Es un mentiroso, que finge rivalidades
contra otros pueblos, niega ser tirano (566e) y hace de todo para que las
miradas no apunten hacia eá l. Para eso, censura, paga a gentes para que ocupen
cargos de confianza (567d), etc… El hijo (jefe) se rebela contra el padre
(ciudadanos), y los hace deá biles y viejos para no morir: se convierte en un
parricida (569c).
Libro IX:

a) El Tirano: Ya descrito grosso modo las caracteríásticas del tirano en el Libro VIII,
Platoá n entra ahora en un terreno maá s “metafíásico” del caraá cter tiraá nico:

 a.1) Deseos innecesarios: Los deseos innecesarios son los que no estaá n
dentro de la ley natural de lo justo. Todos los hombres podemos
tenerlos, y nuestro deber es reprimirlos con la razoá n (571b). Cuando no
hay mesura y el hombre se vuelve presa de la locura ante los deseos
innecesarios, muta en Tirano (573b). Esto se ve reflejado en su familia
siendo capaz de violentar a sus padres (574c), desleales, injustos,
perversos, y desgraciados (576a y b).

 a.2) Felicidad e injusticia: Platoá n hace ver que el ser esclavo que
corresponde al Tirano es injusto, y por lo tanto infeliz (576e). La ciudad
tirana, es esclava y su pueblo estaá lleno de miedo (578a), por lo que es el
maá s desdichado de todos (578b y c).

b) Divisioá n de las partes del Alma: El alma se divide en 3 partes con las cuales
comprende, se encoleriza, y ansíáa dinero (580e). De esta divisioá n se
desprenden 3 tipos de hombres: el filoá sofo, el deseoso y el avaro, cada uno con
su respectivo placer. El filoá sofo es el que le corresponde juzgar (582c) cuaá l es el
mejor tipo de vida entre los 3, siendo la vida filosoá fica, la mejor (583a), la maá s
justa, y la maá s grata. Esto hace que Platoá n ya haya dado 2 razones fundadas
para que la justicia sea la que conlleva la mayor felicidad. Luego de esto, la
uá ltima prueba en contra de sus interlocutores quienes afirmaban que la vida de
la justicia no era la maá s feliz.

c) Placer puro y dolor puro: La descripcioá n que tenemos del placer y el dolor
siempre es “en relacioá n” a otra cosa, maá s o menos placentera o dolorosa, lo que
hace que aparentemente nunca nos encontremos con el verdadero placer o el
verdadero dolor. Platoá n nos explica que esto es por ignorancia del placer puro y
del dolor puro (585a). Lo que se relaciona con el alma es mucho maá s verdadero
que lo que lo hace con el cuerpo: participa maá s de la verdad. Todo lo que llena
el alma con lo que le corresponde seguá n su ser verdadero, se acerca con mayor
razoá n al placer real y puro (585e). Cuando toda el alma sigue al elemento
filosoá fico, se hace justicia y se obtiene el verdadero placer (586e). Asíá, el
monarca es quien disfruta de placer puro, y el tirano no. La distancia entre la
dicha de uno y otro es 729 veces (587e).

Conclusión

Con esto queda argumentada tres veces la felicidad en tanto vida justa, y eá sta, a su vez
en tanto vida correspondiente con lo que le es propio a cada uno por naturaleza. Dicho
todo esto, hay que tener en cuenta que la repuá blica feliz, justa, monaá rquica, es una que
soá lo puede ser descrita en la imaginacioá n de los interlocutores (592b)

Saluda Atentamente,

Alberto Díaz Rivero

Magíster en Filosofía Política, USACH

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