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El Movimiento de La Nueva Era
El Movimiento de La Nueva Era
Rudyard Kipling una vez escribió "El Este es el Este, y el Oeste es el Oeste, y nunca los dos
se juntarán." Pero eso ya no puede decirse ahora que una filosofía oriental panteísta se ha
extendido hasta este país [Estados Unidos]. El principal medio para esta transmisión de
ideas ha sido el Movimiento de la Nueva Era.
Definir con precisión a la Nueva Era es una tarea formidable por varias razones. Primero, el
Movimiento de la Nueva Era es ecléctico y heterogéneo. No es un movimiento cohesivo
sino que es extremadamente diverso en su composición e ideología. Los factores
unificadores son una ideología compartida más que una estructura organizacional
compartida.
Aun dada la diversidad y la naturaleza transitoria del Movimiento de la Nueva Era hay, sin
embargo, una cantidad de doctrinas principales que en general son sostenidas en forma
común por la mayoría de los grupos dentro de este movimiento.
Primero, está la creencia en el monismo. Los de la Nueva Era creen que "todo es uno."
Todo y todos están interrelacionados y son interdependientes. En última instancia, no hay
una diferencia real entre los humanos, los animales, las rocas, o aun Dios. Cualquier
diferencia entre estas entidades es sólo aparente, no real.
Segundo, está la creencia en el panteísmo. Dado que los de la Nueva Era ya creen que "todo
es uno," el presupuesto lógico siguiente sería que "todo es dios." Toda la creación participa
de la esencia divina. Toda la vida (y aun lo que no está vivo) tiene una chispa de divinidad
adentro.
La tercera doctrina principal de la Nueva Era sigue como conclusión lógica de las otras dos.
Si "todo es uno" y "todo es dios," entonces deberíamos llegar a la conclusión que "nosotros
somos dioses." Nosotros, de acuerdo con los de la Nueva Era, somos ignorantes de nuestra
divinidad. Somos "dioses disfrazados." La meta, por lo tanto, del Movimiento de la Nueva
Era, es descubrir nuestra propia divinidad.
Una quinta doctrina es la reencarnación. La mayoría de los de la Nueva Era creen en alguna
forma de reencarnación. En su forma clásica, los ciclos de nacimiento, muerte y
reencarnación son necesarios para sacarnos de encima nuestro "karma" malo y para
alcanzar la perfección. La doctrina del karma dice que la condición presente de uno está
determinada por las propias acciones en una vida anterior.
Una última doctrina clave es la del relativismo moral. Los de la Nueva Era piensan en
términos de grises, en vez de blanco y negro. Al negar la ley de la no-contradicción, los de
la Nueva Era a menudo creerán que dos afirmaciones contrapuestas pueden ser ambas
verdaderas. Por lo tanto, enseñarán que "todas las religiones son verdaderas" y que "hay
muchos caminos hacia Dios."
Cuando se examinan las doctrinas de la Nueva Era, en realidad no son nuevas para nada. La
Nueva Era es en realidad el antiguo ocultismo en un nuevo ropaje lingüístico. Muchos de
estos conceptos pueden ser hallados en una forma básica en Génesis 3. Note estas
afirmaciones hechas a Eva en el Jardín: "Seréis como Dios" (panteísmo), "No moriréis"
(reencarnación), "Serán abiertos vuestros ojos" (cambio de conciencia), y "¿Dijo Dios
realmente?" (relativismo moral).
Primero, una visión cristiana de la realidad rechaza el concepto del monismo. La Biblia
enseña que la creación de Dios no es una unidad indivisa sino una diversidad de cosas y
seres creados. La creación no está unificada en sí misma, sino sostenida por Cristo, en
quien "todas las cosas subsisten" (Colosenses 1:17).
Segundo, el cristianismo es teísta, no panteísta. Los de la Nueva Era enseñan que Dios es
una fuerza impersonal, en tanto que la Biblia enseña que Dios es un Dios inminente,
personal, trino y soberano. Dios está aparte de Su creación, en vez de ser simplemente una
parte de la creación, como enseña el panteísmo.
Tercero, nosotros estamos creados a la imagen de Dios (Génesis 1:26) y, por lo tanto,
tenemos dignidad y valor (Salmos 8). Los de la Nueva Era enseñan que somos dioses, y por
lo tanto tenemos divinidad dentro de nuestra humanidad.
Cuarto, los de la Nueva Era coquetean con el ocultismo en su intento de lograr un cambio
de conciencia. Si bien estas prácticas son descritas frecuentemente en términos benignos,
como la parapsicología, involucran el contacto directo con entidades espirituales. La Biblia
advierte en contra el peligro de estas prácticas y enumera a actividades tales como la
adivinación y la canalización de espíritus como prácticas abominables (Deuteronomio 18:9-
13) que deben ser evitadas.
Quinto, la Biblia enseña la resurrección del cuerpo (1 Corintios 15), no la reencarnación del
alma. Asimismo, la doctrina del karma es extraña al evangelio. La salvación proviene de la
gracia, no a través de las obras en esta vida (Efesios 2:8-9) o en cualquier supuesta vida
pasada. No seremos renacidos después de la muerte. Hebreos 9:27 enseña claramente que
"está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio."
Rudyard Kipling una vez escribió "El Este es el Este, y el Oeste es el Oeste, y nunca los dos
se juntarán." Pero eso ya no puede decirse ahora que una filosofía oriental panteísta se ha
extendido hasta este país [Estados Unidos]. El principal medio para esta transmisión de
ideas ha sido el Movimiento de la Nueva Era.
La evidencia de la llegada de la filosofía oriental puede verse ciertamente de muchas
formas. Las declaraciones de artistas de cine, el crecimiento de las sectas orientales y la
popularidad de películas como la trilogía de La Guerra de las Galaxias testifican a favor de
la influencia creciente de las ideas de la Nueva Era. En la película El Imperio Contraataca,
por ejemplo, Yoda transmite ideas panteístas a su discípulo Jedi, Luke Skywalker: "Debes
sentir la Fuerza alrededor de ti. Aquí, entre tú y yo. Entre la roca. . . en todas partes. Sí, aun
la tierra."
Definir con precisión a la Nueva Era es una tarea formidable por varias razones. Primero, el
Movimiento de la Nueva Era es ecléctico y heterogéneo. No es un movimiento cohesivo
sino que es extremadamente diverso en su composición e ideología. Los factores
unificadores son una ideología compartida más que una estructura organizacional
compartida.
Aun dada la diversidad y la naturaleza transitoria del Movimiento de la Nueva Era hay, sin
embargo, una cantidad de doctrinas principales que en general son sostenidas en forma
común por la mayoría de los grupos dentro de este movimiento.
Primero, está la creencia en el monismo. Los de la Nueva Era creen que "todo es uno."
Todo y todos están interrelacionados y son interdependientes. En última instancia, no hay
una diferencia real entre los humanos, los animales, las rocas, o aun Dios. Cualquier
diferencia entre estas entidades es sólo aparente, no real.
Segundo, está la creencia en el panteísmo. Dado que los de la Nueva Era ya creen que "todo
es uno," el presupuesto lógico siguiente sería que "todo es dios." Toda la creación participa
de la esencia divina. Toda la vida (y aun lo que no está vivo) tiene una chispa de divinidad
adentro.
La tercera doctrina principal de la Nueva Era sigue como conclusión lógica de las otras dos.
Si "todo es uno" y "todo es dios," entonces deberíamos llegar a la conclusión que "nosotros
somos dioses." Nosotros, de acuerdo con los de la Nueva Era, somos ignorantes de nuestra
divinidad. Somos "dioses disfrazados." La meta, por lo tanto, del Movimiento de la Nueva
Era, es descubrir nuestra propia divinidad.
Una quinta doctrina es la reencarnación. La mayoría de los de la Nueva Era creen en alguna
forma de reencarnación. En su forma clásica, los ciclos de nacimiento, muerte y
reencarnación son necesarios para sacarnos de encima nuestro "karma" malo y para
alcanzar la perfección. La doctrina del karma dice que la condición presente de uno está
determinada por las propias acciones en una vida anterior.
Una última doctrina clave es la del relativismo moral. Los de la Nueva Era piensan en
términos de grises, en vez de blanco y negro. Al negar la ley de la no-contradicción, los de
la Nueva Era a menudo creerán que dos afirmaciones contrapuestas pueden ser ambas
verdaderas. Por lo tanto, enseñarán que "todas las religiones son verdaderas" y que "hay
muchos caminos hacia Dios."
Cuando se examinan las doctrinas de la Nueva Era, en realidad no son nuevas para nada. La
Nueva Era es en realidad el antiguo ocultismo en un nuevo ropaje lingüístico. Muchos de
estos conceptos pueden ser hallados en una forma básica en Génesis 3. Note estas
afirmaciones hechas a Eva en el Jardín: "Seréis como Dios" (panteísmo), "No moriréis"
(reencarnación), "Serán abiertos vuestros ojos" (cambio de conciencia), y "¿Dijo Dios
realmente?" (relativismo moral).
Primero, una visión cristiana de la realidad rechaza el concepto del monismo. La Biblia
enseña que la creación de Dios no es una unidad indivisa sino una diversidad de cosas y
seres creados. La creación no está unificada en sí misma, sino sostenida por Cristo, en
quien "todas las cosas subsisten" (Colosenses 1:17).
Segundo, el cristianismo es teísta, no panteísta. Los de la Nueva Era enseñan que Dios es
una fuerza impersonal, en tanto que la Biblia enseña que Dios es un Dios inminente,
personal, trino y soberano. Dios está aparte de Su creación, en vez de ser simplemente una
parte de la creación, como enseña el panteísmo.
Tercero, nosotros estamos creados a la imagen de Dios (Génesis 1:26) y, por lo tanto,
tenemos dignidad y valor (Salmos 8). Los de la Nueva Era enseñan que somos dioses, y por
lo tanto tenemos divinidad dentro de nuestra humanidad.
Cuarto, los de la Nueva Era coquetean con el ocultismo en su intento de lograr un cambio
de conciencia. Si bien estas prácticas son descritas frecuentemente en términos benignos,
como la parapsicología, involucran el contacto directo con entidades espirituales. La Biblia
advierte en contra el peligro de estas prácticas y enumera a actividades tales como la
adivinación y la canalización de espíritus como prácticas abominables (Deuteronomio 18:9-
13) que deben ser evitadas.
Quinto, la Biblia enseña la resurrección del cuerpo (1 Corintios 15), no la reencarnación del
alma. Asimismo, la doctrina del karma es extraña al evangelio. La salvación proviene de la
gracia, no a través de las obras en esta vida (Efesios 2:8-9) o en cualquier supuesta vida
pasada. No seremos renacidos después de la muerte. Hebreos 9:27 enseña claramente que
"está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio."