Está en la página 1de 3

¡UN CORAZÓN ENDURECIDO!

1 “El Señor dijo a Moisés: “Cuando hayas vuelto a Egipto, cuida de hacer ante Faraón todas las
maravillas que ha puesto en tu mano. Pero yo endureceré su corazón, de modo que no dejará
ir al pueblo.”

2 Cuando alguien nos habla de una persona que tiene un corazón endurecido ¿Qué es lo primero
que pensamos? ¿Cómo te imaginas entonces que era Faraón con un corazón endurecido?
Ahora lo peor del texto leído atrás anteriormente, es que nos dice que fue el mismo Dios que
endureció el corazón del Faraón.

Que Dios tan terrible el que se nos presenta en ese texto, un Dios que niega la Salvación a
alguien que puede arrepentirse, pero Él mismo Dios es quien decide endurecer, hacer terco y
necio al Faraón. ¿Qué Dios es este que estamos viendo en este texto?, ¿Sera qué es el mismo
Dios de amor que se describe en la Biblia? 1 Juan 4:8 S.Juan3:16
3 El versículo de Éxodo 4:21, muchas veces ha sido un dolor de cabeza para algunos Cristianos ya
que no comprenden que Dios es el que está hablando si es el mismos Dios que desea dar
salvación a todos o un Dios que excluye de la salvación a ciertas personas y, también uno de los
favoritos de aquellas personas que se encuentran en contra de la Palabra De Dios, ya que lo
ven como una arma para defenderse y decir que Dios mismo se encarga de tener preferidos y
que Él decide a quien quiere salvar.

4 Es preciso que para comprender lo que Dios nos está diciendo a través de la Biblia, nosotros
analicemos unos textos que preceden al de Éxodo 4:21, les invito a abrir la Palabra de Dios en
Éxodo 4:10-17.
10 Entonces dijo Moisés a Jehová: ¡Ay, Señor! nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni
desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua.
11 Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿o quién hizo al mudo y al sordo, al
que ve y al ciego? ¿No soy yo Jehová?
12 Ahora pues, ve, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar.
13 Y él dijo: ¡Ay, Señor! envía, te ruego, por medio del que debes enviar.

5 14 Entonces Jehová se enojó contra Moisés, y dijo: ¿No conozco yo a tu hermano Aarón, levita, y
que él habla bien? Y he aquí que él saldrá a recibirte, y al verte se alegrará en su corazón.
15 Tú hablarás a él, y pondrás en su boca las palabras, y yo estaré con tu boca y con la suya, y
os enseñaré lo que hayáis de hacer.
16 Y él hablará por ti al pueblo; él te será a ti en lugar de boca, y tú serás para él en lugar de
Dios.
17 Y tomarás en tu mano esta vara, con la cual harás las señales.
6 En los versículos leídos anteriormente nosotros podemos darnos cuenta, que por medio de
Moisés Dios era el que le estaba hablando al Faraón. Esto es muy importante que lo tomemos
en cuenta para que nosotros podamos descubrir porque El mismo Dios dice que Él iba a
endurecer el corazón de Faraón.
7 Si nosotros leemos en el libro de Éxodo 5:1-3 allí notamos la reacción de Faraón que tuvo ante
las palabras que Dios estaba hablando por medio de Moisés y Aarón. El contesto con orgullo
creyéndose superior a Dios, pero ustedes podrán decirme El Faraón reacciono de esa manera
porque Dios dijo que iba a endurecer su corazón.

8 Yo podría darte la razón porque según lo leído en éxodo 4:21 eso era lo que Dios iba a hacer
con Faraón endurecerle su corazón pero no olvidemos que Dios quiere que todos nosotros
tengamos vida eterna, entonces ¿Cómo es posible que Dios quisiera que El Faraón se perdiera?
No debemos de olvidar que al Faraón le fueron enviadas diez señales para que pudiera proceder
al arrepentimiento, “La expresión "todas las maravillas" no se refiere únicamente a las tres
señales mencionadas en los vers. 2-9, sino a todos los milagros que habría de realizar en la
presencia de Faraón” CBA T2.
las cuales fueron:

9 1. Plaga de Sangre.
2. Plaga de las ranas.
3. Plaga de los piojos.
4. Plaga de las moscas.
5. Plaga de la muerte del ganado.
6. Plaga de las ulceras.
7. Plaga del granizo.
8. Plaga de las langostas.
9. Plaga de las tinieblas.
10. Muerte de los primogénitos.
Todas estas plagas tenían una función hacer cambiar al Faraón de pensar.
10 S. MARCOS 4:3-9, 13-20
En la parábola de Cristo del sembrador y la semilla no había diferencia entre la semilla
esparcida en una clase de tierra y en las otras, ni tampoco en la forma como fue sembrada.
Todo dependía de la recepción dada a la semilla por cada tipo de tierra. De la misma manera, el
endurecimiento del corazón de Faraón en ninguna manera fue un acto de Dios, sino más bien
una elección deliberada de parte del rey (ver PP 272).
3 Oíd: He aquí, el sembrador salió a sembrar;
4 y al sembrar, aconteció que una parte cayó junto al camino, y vinieron las aves del cielo y la
comieron.
5 Otra parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía
profundidad de tierra.
6 Pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.
7 Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto.
8 Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto, pues brotó y creció, y produjo a treinta, a
sesenta, y a ciento por uno.
9 Entonces les dijo: El que tiene oídos para oír, oiga.

11 13 Y les dijo: ¿No sabéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas?
14 El sembrador es el que siembra la palabra.
15 Y éstos son los de junto al camino: en quienes se siembra la palabra, pero después que la
oyen, en seguida viene Satanás, y quita la palabra que se sembró en sus corazones.
16 Estos son asimismo los que fueron sembrados en pedregales: los que cuando han oído la
palabra, al momento la reciben con gozo;
17 pero no tienen raíz en sí, sino que son de corta duración, porque cuando viene la tribulación
o la persecución por causa de la palabra, luego tropiezan.
18 Estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra,
19 pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas,
entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa.
20 Y éstos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la palabra y la reciben, y
dan fruto a treinta, a sesenta, y a ciento por uno.
12 Mediante repetidas amonestaciones y despliegue del poder divino, Dios envió luz que tenía el
propósito de señalarle a Faraón los errores de su conducta, para suavizar y subyugar su corazón e
inducirlo a cooperar con la voluntad divina (DTG 289). Pero cada manifestación sucesiva del
poder divino lo dejó más determinado a hacer su propia voluntad. Al rehusar ser corregido,
despreció y rechazó la luz hasta que quedó insensible a ella, y la luz finalmente le fue retirada.
Fue pues su propia resistencia a la luz lo que endureció su corazón. Aun los paganos reconocieron
que fueron Faraón y los mismos egipcios quienes endurecieron su corazón, y no Dios (1 Sam. 6:
6). CBA T2 SOBRE EL VERSÍCULO DE EXODO 4:21
13 Los comentadores han diferido mucho en su comprensión del endurecimiento del corazón de
Faraón, aquí atribuido a Dios, Hay en conjunto diez declaraciones tales, En ocho de ellas (Exo. 4:
21; 9: 12; 10:20; 27; 11:10; 14: 4, 8, 17) se usa la palabra jazaq , que significa que Dios haría
"firme" el corazón de Faraón de modo que no se conmoviera y cambiaran sus sentimientos hacia
Israel. En el pasaje del cap. 7: 3 se usa otra palabra hebrea, qasháh , que implica que el Señor
haría "duro" o "insensible" el corazón de Faraón. En el pasaje del cap. 10: 1 se usa una tercera
palabra, kabed , la cual significa que Dios había hecho "pesado" el corazón de Faraón, o
insensible a la influencia divina, Que las diferentes palabras se usan más o menos indistintamente
resulta evidente por el estudio del contexto. ). CBA T2 SOBRE EL VERSÍCULO DE EXODO 4:21
14 Hay también diez declaraciones que indican que Faraón endureció su propio corazón. En cuatro
de ellas (caps. 7: 13, 22; 8: 19; 9: 35) se usa la palabra jazaq , "hacer firme", en cinco (caps. 7:
14; 8: 15, 32; 9: 7, 34) la palabra kabed , "hacer pesado", y en una (cap. 13: 15) la palabra
qasháh , "hacer duro". El endurecimiento del corazón de Faraón fue evidente, en primer lugar,
porque no prestó atención a la demanda del Señor de que dejara ir a Israel. Su negativa no sólo
se expresó durante las plagas que pudieron imitar los magos de Egipto, sino también durante
aquéllas que los magos mismos reconocieron que eran "dedo de Dios" (cap. 8: 19). Continuó
también después de que cayeron sobre los egipcios y no sobre el pueblo de Israel, la cuarta y la
quinta plagas, un hecho del que fue informado el rey (cap. 9: 7). El endurecimiento de su corazón
se demostró aún más claramente cuando quebrantó su promesa de dejar salir a Israel bajo la
condición de que Moisés y Aarón eliminarían la plaga, y cuando se vio forzado a confesar que
había pecado (cap. 9: 27). De modo que cuando se le dijo a Moisés, antes de llegar a Egipto, que
el Señor endurecería el corazón de Faraón (cap. 4: 21), Dios se refirió a la continua negativa del
rey de obedecerle y dejar salir a los israelitas.

15 Dios no se complace con el sufrimiento y muerte de los impíos, sino que desea que todos se
arrepientan y se salven (Eze. 33: 11; 1 Tim. 2: 4; 2 Ped. 3: 9) y hace que su sol brille sobre los
malos y los buenos (Mat. 5: 45). Pero así como el sol afecta los diversos materiales de una
manera diferente, de acuerdo con la naturaleza de ellos (derrite la cera y endurece la arcilla, por
ejemplo), así también la influencia del Espíritu de Dios sobre los corazones de los hombres
produce diferentes efectos de acuerdo con las condiciones del corazón. El pecador arrepentido
permite que el Espíritu de Dios lo conduzca a la conversión y a la salvación, pero el impenitente
endurece más y más su corazón. La mismísima manifestación de la misericordia de Dios, en el
caso de uno, conduce a la salvación y la vida, y en el caso del otro, al juicio y a la muerte; a cada
uno de acuerdo con su propia elección.

También podría gustarte