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Un reciente informe de Unicef arroja un dato lacerante: casi la mitad de los chicos
argentinos son pobres. Y casi la mitad de ese total sufre privaciones graves. Basta con
tener en cuenta estas cifras para comprender la urgencia de estudiar cómo paliar o
remediar el impacto de las deficiencias nutricionales, afectivas y educativas en el
cerebro infantil.
"Hasta este momento solo había dos trabajos internacionales que habían medido el
impacto de entrenamientos cognitivos en el nivel neural en contextos de pobreza infantil
-cuenta Sebastián Lipina, director de la Unidad de Neurobiología Aplicada (Cemic-
Conicet) y último autor del trabajo-. Todavía estamos aprendiendo".
Para no trasladar a los chicos al laboratorio, los científicos aprovecharon una vincha de
14 electrodos disponible comercialmente (y cuya precisión corroboraron en un estudio
previo, publicado en PlosONE, comparándola con un dispositivo de laboratorio de 64
electrodos).
Luego, dividieron aleatoriamente a los chicos en dos grupos. A unos (el grupo de
intervención) les presentaron una serie de tres juegos orientados a estimular funciones
de atención, control inhibitorio, memoria de trabajo y planificación. A los otros (el
grupo control) los hacían jugar con uno común y corriente de internet.
"Este trabajo muestra por primera vez que el entrenamiento en la escuela mediante
videojuegos de control cognitivo produce cambios cerebrales específicos asociados con
procesos de control inhibitorio -subraya-. Si bien este trabajo podría considerarse
preliminar (teniendo en cuenta ciertos aspectos metodológicos como el tamaño de la
muestra, distribución del género, tipo de desempeño conductual encontrado), resulta
muy alentador, dado que medir la actividad cerebral fuera del laboratorio es una tarea
muy ardua y tremendamente demandante desde el punto de vista metodológico".
Para el investigador, este trabajo abre una nueva línea de potenciales aplicaciones de
hallazgos neurocientíficos en la escuela, para promover el potenciamiento cognitivo en
chicos con condiciones de inequidad. "Esta línea -destaca- deberá ser reevaluada con
muestras mayores y más representativas, investigando el posible efecto a largo plazo y
su asociación con medidas de rendimiento escolar. Personalmente, me parece un buen
ejemplo de cómo hacer de las neurociencias y la tecnología herramientas de cambio
para los más necesitados".