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9. EQUIDAD Y JUSTICIA SOCIALES.

Nos comprometemos conseguir comunidades integradoras y solidarias.

El compromiso de una mayor equidad y justicia sociales es indisociable del desarrollo


sostenible. Es cada vez más obvio que la cuestión de la calidad medioambiental está
inextricablemente asociada a la igualdad humana. Globalmente, los países con una
mejor distribución de la renta, mayores libertades civiles, más derechos políticos y
altos niveles de alfabetización tienden a tener mejor calidad medioambiental. El
desarrollo sostenible supone mejor calidad de vida para todos, ahora y en el futuro, de
manera justa y equitativa, mientras se vive dentro de los límites de carga de los
ecosistemas.

Por lo tanto, trabajaremos para:

1. Desarrollar e implementar programas para prevenir y aliviar la pobreza.

En la Cumbre de Lisboa celebrada el mes de marzo del 2000, edificando sobre un


viejo compromiso de cohesión económica y social en la UE, el Consejo de Europa
declaró que la cantidad de personas que vivían en Europa por debajo del nivel de
pobreza era inaceptable. El Consejo hizo un llamamiento para dar pasos decisivos
para erradicar la pobreza. Todavía hoy hay un amplio acuerdo en que un punto de
partida razonable es medir la pobreza en términos de la población que vive en hogares
en los cuales la renta disponible, ajustada al tamaño de los familias, es inferior al 60%
de la media en los Estados miembros. Esta es la definición que fue recomendada por
el Grupo de Trabajo sobre Estadísticas referentes a exclusión social y pobreza
(Eurostat, 1998).

Hay grandes diferencias regionales y nacionales. Por ejemplo, un hogar con el mismo
patrón de vida puede considerarse pobre en un país nórdico, pero relativamente rico
en Grecia, Portugal o algunos nuevos Estados miembros. Técnicamente, la medida
utilizada es estrictamente nacional. Un hogar que dispone de menos del 60% de la
renta media del país se considera pobre. Según estos criterios, alrededor de 72
millones de europeos viven en condiciones de pobreza, lo cual representa solamente
un 3% menos que en el año 1994. Para más información sobre acciones locales contra
la pobreza vea los indicadores de la Auditoria Urbana UE (EU Urban Audit):
http://ec.europa.eu/regional_policy/urban2/urban/audit/src/publics.html
También remítanse a ICLEI’s Projekt 21 initiative (german language only):
http://www.iclei-europe.org/index.php?id=1263 .

El envejecimiento de la población llevará a un delicado aumento de las desigualdades


en las rentas y de la pobreza en la mayoría de los países europeos. Las personas
mayores generalmente tienen una renta inferior a la de la gente que trabaja, y por esta
razón más personas van a caer por debajo de la línea de pobreza. Además, la
desigualdad de la renta va a crecer algo más debido a las rentas generalmente más
bajas de las personas jubiladas en comparación con la de las personas que trabajan.
Las políticas concebidas para combatir la pobreza proceden principalmente de los
gobiernos nacionales, con el apoyo de la Unión Europea. Sin embargo, en el ámbito
local, las municipalidades pueden garantizar que se cumplan las políticas nacionales y
que las circunstancias particulares locales no conspiren para exacerbar las
condiciones económicas que pueden engendrar pobreza. Por ejemplo, la dificultad de
acceso a los alimentos frescos en barrios necesitados puede crear “desiertos de
alimentos”, que obliguen a los ciudadanos a comprar alimentos más caros y menos
nutritivos. De un modo similar, la mala construcción y las viviendas aisladas pueden
crear “pobreza de combustible”, pues la gente se ve forzada a pagar una proporción
muy alta de sus ingresos para calentar sus casas. Políticas de planificación y de la
vivienda en el ámbito local pueden tener considerables consecuencias positivas sobre
estos factores que contribuyen a la pobreza.

2. Asegurar el acceso equitativo a los servicios públicos, la educación, el empleo,


las oportunidades, la formación, la información y las actividades culturales.

Los gobiernos locales tienen una influencia considerable sobre la manera en que los
servicios públicos locales son ofrecidos y sobre cómo se accede a ellos.
Generalmente, dichos servicios suelen ser utilizados más eficazmente por los
ciudadanos mejor educados y más opulentos. El reto es crear las condiciones que
permitirán usar enteramente los servicios públicos a estos ciudadanos que
tradicionalmente no lo han hecho así. Esto puede exigir mucha publicidad de los
servicios ya existentes, centrada principalmente en los grupos tradicionalmente
excluidos – por ejemplo, los ancianos, las minorías negra y étnicas, las mujeres – y en
los que viven en áreas consideradas desfavorecidas.

Igualmente importante es asegurar que todos los servicios son accesibles. En los casos
de servicios con una base geográfica fija, como las bibliotecas o ciertas actividades
culturales, esto puede significar que hay que garantizar la accesibilidad por medio del
transporte público o, en algunos casos, trabajando con el objeto de o bien acercar los
servicios al domicilio de la gente (por ejemplo, bibliotecas móviles) o, en el caso de
nuevas provisiones, considerando como dichos servicios pueden ser accesibles para
grupos que hasta este momento hacían de ellos un uso reducido. En este contexto
reviste una especial importancia el acceso a la formación y a la educación, puesto que
estos servicios tienen las mayores consecuencias sobre las circunstancias y las
oportunidades de la vida. Los gobiernos locales pueden acceder a datos relevantes de
los ministerios nacionales o de organizaciones como la WHO: : www.euro.who.int or
www.unesco.org sobre cuestiones tales como los índices de alfabetización, a fin de
fijar objetivos sobre ellas en sus localidades.

3. Fomentar la integración social y la igualdad de géneros.

La integración o la exclusión sociales no son sinónimas de pobreza, aunque dichos


conceptos están claramente relacionados. En tanto que pobreza se refiere
principalmente a cuestiones de diferencias de rentas, poder adquisitivo y procesos de
consumo, la inclusión social transmite un amplio sentido de marginación y exclusión
con respecto a las corrientes dominantes de la sociedad a través de factores como la
raza, la religión, la clase social, la edad, las discapacidades y el género, a menudo,
aunque no siempre, vinculados a la renta.

El Consejo Europeo de Lisboa de marzo del 2000 pidió a los Estados miembros y a la
Comisión Europea que emprendieran acciones decisivas para conseguir la
erradicación de la pobreza en el año 2010. Construir una Unión Europea socialmente
más integrada es un elemento esencial para lograr las metas estratégicas, a diez años
vista, de la Unión de un crecimiento económico sostenido, más y mejores empleos y
mayor cohesión social.(www.ec.europa.eu/growthandjobs/pdf/lisbon_eu.pdf ).

Los Estados miembros coordinan sus políticas para combatir la pobreza y la exclusión
social sobre la base de un proceso de intercambios políticos y mutuo aprendizaje
conocido como el Método Abierto de Coordinación ['Open Method of Coordination'
(OMC)] que consta de cinco elementos:

1.Acordar objetivos comunes para la Unión


2. Establecer indicadores comunes como medios de comparación de las mejores
prácticas y para medir los avances
3. Trasladar los objetivos de la UE a las políticas nacionales y regionales sobre la base
de Informes Nacionales sobre Estrategias para la Protección Social y la Integración
Social
4. Publicar informes que analicen y valoren los Informes Nacionales
5. Establecer un Programa de Acción Comunitaria para fomentar la política de
cooperación y el intercambio transnacional de conocimientos y de buenas prácticas.

Aunque el alza continua de la demanda de transporte sugiere que los ciudadanos


europeos presentan una movilidad creciente, una significativa minoría sigue estando
excluida de lo mejor que la sociedad tiene para ofrecer, siendo el limitado acceso a la
movilidad a menudo un factor clave.

Los gobiernos locales tiene un papel clave a desempeñar en este proceso. Por
ejemplo, las ciudades europeas han sido estructuradas en torno al coche, de modo que
acceder a servicios esenciales como las escuelas y los hospitales, los comercios, el
trabajo y la recreación está resultando difícil para aquellos que no poseen vehículo
propio.
En el año 2006, la Comisión adoptó una comunicación destacando el papel dirigente
que los pueblos y ciudades europeos deben tener en el crecimiento económico y la
creación de empleo, incluyendo la creciente accesibilidad y movilidad.
La Comunicación sobre Cohesión política y ciudades: la contribución urbana al
crecimiento y al empleo en las regiones declara que en las ciudades de Europa “ la
planificación del transporte ha de tener en cuenta a los que no poseen coche o a los
que no pueden conducir ( ancianos, jóvenes y aquellos que tienen impedimentos a la
movilidad). La meta es asegurar el acceso a los lugares de trabajo y a los servicios
(cuidados de la salud, comercios) y facilitar la autonomía personal sin depender del
coche privado. Con un envejecimiento creciente de la sociedad (casi un 22% de la
población tiene más de 60 años y este porcentaje se espera que se eleve al 36% en el
año 2050), la cuestión de mejorar la accesibilidad no puede ser desatendida por más
tiempo.

Los disturbios del año 2005 en las ciudades francesas ponen de manifiesto la
necesidad de que se propongan nuevas soluciones para enfrentar los problemas de la
marginación en las áreas urbanas.
La Carta de Leipzig sobre Ciudades Europeas Sostenibles, que los ministros de la UE
adoptaron en el mes de mayo del 2007, dedica una atención considerable a los
problemas de alto desempleo y exclusión social, haciendo hincapié en la necesidad de
una política de desarrollo urbano integrado, centrada en las mejoras del mercado de
trabajo, al educación y la formación para los jóvenes, el desarrollo de espacios
públicos de alta calidad y un transporte urbano asequible y eficiente.

4. Mejorar la prevención y la seguridad en la comunidad.

Asegurar la prevención y la seguridad de los ciudadanos es un elemento clave del


desarrollo sostenible. Los gobiernos locales pueden trabajar conjuntamente con sus
colegas policias para desarrollar estrategias de combate a los delitos contra las
personas y las propiedades, especialmente los delitos en la calle. Para informarse
sobre indicadores locales en relación a la prevención y a la seguridad de los
ciudadanos vea por ejemplo los indicadores locales de resultados del Reino Unido:
http://www.local-pi-library.gov.uk//SYSTEM/MODULE/PI/ITEM.ASP?ID=182

Ciertas comunidades pueden sentirse vulnerables o en riesgo como consecuencia de la


persecución racial o religiosa. Además, los gobiernos locales pueden trabajar con las
comunidades para combatir el racismo y la intolerancia religiosa.

Las mejoras ambientales en el alumbrado público de las calles, los itinerarios y zonas
peatonales, los carriles bici y otros cambios físicos similares pueden representar
importantes mejoras para la prevención y la seguridad personal, en especial para los
grupos más vulnerables, como los ancianos o los niños.

5. Conseguir unas condiciones de vida y de residencia de buena calidad y


socialmente integradas.

La tradición de la posguerra en muchos países de Europa de subsidiar la vivienda ha


garantizado condiciones de vida decentes para muchas familias que quizás hubieran
vivido en la indigencia en otros países con prestaciones sociales menos generosas.
Pero hay una creciente escasez de viviendas, y frente a la creciente migración hacia
Europa y el aumento de los precios de las casas en el sector de la vivienda de
propiedad – los precios de la vivienda en Europa han aumentado en un porcentaje
medio anual del 7% los últimos cinco años – la demanda de viviendas ha aumentado
dramáticamente. A esto hay que añadir que las existencias de viviendas en algunos de
los Estados miembros ex-comunistas y los viejas viviendas sociales en otros estados
sufren ahora una urgente necesidad de renovación.
Los gobiernos locales han tenido históricamente un papel muy importante en las
políticas de la vivienda, ya sea como proveedores de viviendas, ya sea como
reguladores del mercado de viviendas privadas. Aunque los poderes y los recursos
disponibles de los gobiernos locales en este campo varía ampliamente según el Estado
miembro de que se trate, los gobiernos locales tienen todos alguna influencia sobre la
provisión y la calidad de las viviendas en sus municipios.
La calidad de la vivienda es el factor más influyente en la salud y en la calidad de
vida. Además, el medio ambiente inmediato donde está situada la vivienda tiene la
misma importancia en la determinación de la calidad de vida.

Para consultar otras fuentes relacionadas con el Compromiso de Aalborg 9, pulse


aquí:
http://www.localresources21.org/theme_matrix.php?t=9

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