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Rolando Espino
Rolando Espino
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2. Panamá la Nueva:
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una ciudad con un gran desarrollo urbano. Este desarrollo ur-
bano de la ciudad de Panamá fue truncado en este sigro debido
a los grandes incendios que sufri<í y sus nefastas consecuen-
"
cias. Fueron tres los incendios que asolaron la ciudad, que
ocurrieron todos intramuros. El de 1737 llamado por la mayo-
rla de los historiadores panameños el fuego grande y el de
I756 denominado el fuego chico. 0tro incendio no menos desas-
troso ocurrid en l78l del cual poco se sabe.
El incendio más desvastador fue el del 2 de febrero de
1737, La sección rodeada de murallas quedó reducida a cenizas
sólo se salvó en la parte oeste la lglesia y el Convento de' I
Nuestra Señora de Ia Merced y el de San Juan de Dios junto con
cinco casas contiguas a estos edificios. En la parte sur-este {
en la punta o bariio de Chiriquf, en lo que hoy es la Calle
Primera se salvaron doce casas y la Sala de Armas.
(véase plano #l).
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pequeña que colindaba con la Aduana o Taller donde hoy está
la Presidencia de Ia Reprfblica. Su duración fue de cuatro
horas y asoló más de 90 casas. Entre los principales edifi-
cios que se quemaron en el siniestro estaban la iglesia y el
Convento de San Frangisco, la iglesia y el Convento de Santo
Domingo, el oratorio de San Felipe que desempeñaba el papel
de Catedral y el Monasterio de las Monjas de la Concepción.
La parte incendiada era la más suntuosa y hermosa, com-
prendía, la parte noroeste de la ciudad. (Véase plano #2).
,
{ Antes del incendio de 1756 sólo la tercera parte de los
edif icios incendiados en 1737 se habían reconstruido, especí-
) ficamente 174 edificios; todavía quedaban en la ciudad 145 so-
lares cuyos dueños no hablan podido efificar. Con este nuevo
siniestro regresó la miseria a la ciudad. De las I74 casas
que ya se habian edificado quedaron 84 edificios y 232 solares
vacios. La ciudad intramuros estaba casi despoblada, disminu-
ia considerablemente de habitantes, unos se transportaban a
otros lugares en busca de nuevos modos de vida y muchos se
propusieron no construir nuevamente al I i, sino edificar en el
arrabal, causa ésta del gran crecimiento que tuvo en el siglo
xvlil.
Sobre el incendio ocurrido del 26 al 2l de abril de l78l
en la ciudad de Panamá, el autor tuvo la dificultad de documen-
tarse. Según un lndice de cartas del gobernador de panramá di-
rigidas al Rey, en el Legajo 2j6, Audiencia de panamá, en el
Archivo General de lndias, las cartas Nos. 32,34 y lg comuni-
caban la not icia del incendio gue padeció Panamá y remitía un
plano que daba completo conocimiento del siniestro, desgracia-
damente dichas cartas y el plano no se encuentran en el Archi-
vo General de lndias. En el Legajo 577 B correspondiente a la
Audiencia de Santa Fe, en una carta del Gobernador de Panamá
al Virrey de Santa Fe, comunicaba que en este incendio se que-
maron 56 edificios y tuvo su principio en el edificio de la
Administración y Fábrica de Tabacos y que la causa del fuego
no se había podido averiguar, que se crela había sido provoca-
do. Durante este'¡ncendio se tomaron todas las precauciones
para evitar el desastre de los incendios de 1737 y 1756. Se
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de las Monjas de la Concepción, por lo que se supone el autor
que los 56 edificios incendiados estaban. ubicados en el sec-
tor sureste de la ciudad. (Véase Plano # 3'), poco a poco la
ciudad se restableci6 de tan nefastos incendios.
b . Func ignes U rbanas :
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sin embargo, los acontecimientos históricos que promovie-
ron el desarrollo urbano de la ciudad de panamá, Jeterminan más
tarde una serie de act¡vidades de índole social, como son las
administrativas, la universitaria y otras.
c, Los Elementos Demoqráficos:
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interior del lstmo, quedando en la ciudad chozas y bohios,
cerca de 3OO personas - en tal miseria - gue le fue preciso
al gobierno valerse de apremios para que ocupasen los pues-
tos de veinte y cuatro regidores.
Al fundarse la
nueva Panamá habfan !00 personas. La
mayorla, vecinos nuevos que fueron los que pidieron solares
para construir porque los antiguos habitantes, no querlan *u-
darse por el gasto y trabajo que significaba. Con la llegada
de los galeones y la reanudación comercial se animaron y ya
en 1675, había una población de 1,600 personas en la ciudad,
estando la mayor parte de la población, extramuros, en el arra-
bal. Se calcula que habían 1,000 personas fuera de las mura-
llas y 600 intramuros. Con la construcción de los edificíos y
murallas de la ciudad, vino mucha población de los pueblos cir-
cunvecinos. Algunos dias venián 300 esclavos, otros días 250.
Toda esta cantidad de gente pobre, mulatos, zambos y negros Ii-
bres en su mayori'a, se quedaron en la ciudad construyendo cho-
zas y bohios. EI arrabal creció, existiendo en 1674 un total
de 282 bohlos y sólo l13 casas intramuros. Además de los ne-
gros y gente pobre, se agregaron a él muchos españoles y per-
sonas forasteras.
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