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il LOS ASPECTOS HISTORICOS

Hechos que I levaron al hombre a establecerse en


.
la .l
reoron:
La región donde está ubicada la Ciudad de Panamá fue una re-
gicín que indujo al hombre desde su descubrimiento a establecerse
en ella. Al descubrirse el Mar del Sur, enseguida se dan órdenes
precisas para que en las costas de la nueva mar se funde una ciu-
dad, de buenas condiciones marltimas, para proseguir desde ella
el descubrimiento de nuevas tierras y seguir buscando el paso al
or i ente .

Se tantean las costas para fundar la ciudad, hay intentos


que fracasan. Llega el momento, Pedro Arias Dávila y Gaspar de
Espinoza buscan el lugar propicio, en la ensenada que guarda la
Punta de Judas, cerca del caserlo de lndios que llaman-Panamá.
Nace Panamá, para un fin determinado, preconcebido, aunque luego
no fuese alcanzado.
Se funda con el ceremonial del caso el 15 de agosto de 1519,
por Pedro Arias Dávila y se bautiza con el nombre indio de Pana-
má, el que ha suscitado discusiones y estudios en cuanto a su sig.
nificacidn etimológica, ya como área de ahundacia de peces, de ma-
r i posas , o de á rbo I es -g i gan tescos .

El surgimiento de esta ciudad, como centro de distribucidn de


riquezas y paso obl igado de las expediciones, motivó la creación
de Ia gran ruta que partiendo de E_spaña tocaba a Cartagena y por-
tobelo, cruzaba dos caminos translstmicos y desde el puerto de pa-
namá, continuaba hasta la costa peruana. La existencia de esta
gran ruta que se operó con tino y eficázmente hasta 1746, año en
que decayó, estimuló la función comercial de Ia Ciudad. La fun-
ción portuaria no pudo cumplirse por las desventajas que dsta po-
seía y obligó a que muchas exploraciones part¡eran desde la próxi-
ma lsla de Taboga.

El área que ocupaba la poblaci<ín era pequeña, pues las emana-


ciones de los pantaños impedlan que se extendiera hacia el norte.
A pesar de esto, la ciudad se desarrolló como centro comercial
y portuario y llegó a tener /00 casas, en su mayorfa de madera y
una población de I0,000 habitantes. Se convirtió en una ciudad
colonial con calles enlozadas, grandes conventos y bellas iglesias.
La prosperidad de la ciudad continuó creciendo y floreciendo hasta
que con la Ilegada del corsario ingles Enrique Morgan fue destrui-
da el 28 de enero de 1671, La vieja Panamá existid poco más de si-
gio y medio, justamente 1J2 años. Un juego de fuerzas y energlas
propicias la crearon pero otras hosti les, negativas, hicieron que
desapareciera. Los habitantes tuvieron que construi r chozas y en-
ramadas por los campos aledaños a la ciudad destrulda para defender-
se de Ias inclemencias del tiempo.

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2. Panamá la Nueva:

a. Epoca Española - (1673-1821):

Al ser destrufda la Ciudad de Panamá por el corsario in-


glés Enrique I'lorgan y sus secuaces de inmediato se pensó en
fundar una nueva ciudad que reuniera mejores condiciones en
su emplazamiento.
El portugués Gonzalo de Meneses Alancastre y Andrade, in-
) dicó las faldas del Cerro Ancón en virtud de sus condiciones
l de defensa.
Para 1672, el Presidente de la Audiencia de Panamá Don
Antonio Fernández de Córdova, delineó la nueva ciudad con la
cooperación de los ingenieros Juan de Betín y Bernardo Zeba-
llos. La ceremonia de Fundación se celebró el 2l de enero de
1673 y el planotttablero de ajedrezttfue trazado de acuerdo
con las indicaciones de la corona española.
Motivaron su emplazamiento topográfico la función portua-
ria, ya que la península elegida se encontraba cerca del fon-
deadero insular de Perico y Naos, la preocupación de defensa y
el aprovis ionamiento de agua.
En la plataforma de la punta peninsular (actuales bóve-
das) se ubic<i la Sala de Armas y los cuarteles de infanterfa
el almacen de pólvora y la Real Audiencia. Hacia el norte en
plena mural la se abría Ia puerta del mar, junto al puerto de
los barcos. Por el lado de tierra y frente al foso que cir-
cundaba esta parte amurallada se destacaban el Baluarte de Ia
Merced, de JesrÍs y San José. La obra de fortificación fue cos-
tosa pero a pesar del alto costo de la obra, las murallas fue-
ron tan mal construldas que en la actualidad sélo hay una pe-
queña muestra de ella.

La ciudad tradicionalmente se dividid en dos barrios, in-


tramuros y extramuros, llamados comunmente el barrio de adentro
y afuera. En los barrios de adentro sollan vivir los ciudada-
}
I nos adinerados; aguí tenlan s, asiento los conventos y el Cabil-
do. Los barrios de afuera estaban integrados por los barrios
de Santa Ana y Malambo, en donde vivlan los esclavos y gente hu-
milde. Estos eran conocidos con el nombre de arrabales.
Con el correr del tiempo, la ciudad de Panamá presentaba
aspecto de esplendor y agitacidn comercial, sobre todo a la lle-
gada de la flota española, y al momento de realizarse las ferias
de Portobelo que significaban movido intercambio de productos y
dinero. Ya a principio del siglo XVltl, Ia Ciudad de Panamá era

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una ciudad con un gran desarrollo urbano. Este desarrollo ur-
bano de la ciudad de Panamá fue truncado en este sigro debido
a los grandes incendios que sufri<í y sus nefastas consecuen-
"
cias. Fueron tres los incendios que asolaron la ciudad, que
ocurrieron todos intramuros. El de 1737 llamado por la mayo-
rla de los historiadores panameños el fuego grande y el de
I756 denominado el fuego chico. 0tro incendio no menos desas-
troso ocurrid en l78l del cual poco se sabe.
El incendio más desvastador fue el del 2 de febrero de
1737, La sección rodeada de murallas quedó reducida a cenizas
sólo se salvó en la parte oeste la lglesia y el Convento de' I
Nuestra Señora de Ia Merced y el de San Juan de Dios junto con
cinco casas contiguas a estos edificios. En la parte sur-este {
en la punta o bariio de Chiriquf, en lo que hoy es la Calle
Primera se salvaron doce casas y la Sala de Armas.
(véase plano #l).

El fuego se originó en el centro de la ciudad, en una bo-


dega, frente a la iglesia de San Felipe, precisamente, en el
barrio del comercio, donde se encontraban los edificios de ma-
yor,tamaño y de varios pisos. Por ser ésta el área comercial,
allí se encontraban los principales almacenes, bodegas y tien-
dás, donde existían grandes cantidades de material combustible
que fue la causa de que el fuego se propagara con mayor rapidez.
En cinco horas consumió 360 edificios, salvándose 18 casas y los
dos templos menc ionados anteriormente.
En el incendio perecieron 20 personas, péro en ras ínvesti-
gaciones que se hicieron se cree que fueron más ya que habla
muchos forasteros. que se encontraban de paso por Ia ciudad.
Para 1739 ie hablan construído mís de 100 ediiicios, pero la
mayor parte de la poblacioá no quería construir por los altos
impuestos que existían sobre los solares, conveniéndoles más
tener una casa en el arrabal por arrendamiento que edificarla,
pues de esta forma el arrendamiento era menor que los impues-
tos que cobraban por los solares, asi que la mayoría de Ia po-
blación preferla vivir. estrechamente en el arrabal.
La población en su gran mayorla abandoncí la ciudad por ta I
notoria decadencia de ella en todos los aspectos. Huchos ve-
cinos y mercederes solteros, con medios económicos, marchaban
a otros lugares, no así los que tenían familia numerosas y es- {
taban afincados en la ciudad. El gobierno, para evitar la to-
tal despoblación, dio el privilegio a todos los vecinos de no
pagar impuestos por 20 años.
El fuego chico de 1756, ocurricí el 3l de marzo y fue de
menores proporciones que el de 1737, pero no dejcí de ser un
gran desastre para la recién reconstruída ciudad. El inceir-
dio también se originó en el barrio del comercio, en una casa

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pequeña que colindaba con la Aduana o Taller donde hoy está
la Presidencia de Ia Reprfblica. Su duración fue de cuatro
horas y asoló más de 90 casas. Entre los principales edifi-
cios que se quemaron en el siniestro estaban la iglesia y el
Convento de San Frangisco, la iglesia y el Convento de Santo
Domingo, el oratorio de San Felipe que desempeñaba el papel
de Catedral y el Monasterio de las Monjas de la Concepción.
La parte incendiada era la más suntuosa y hermosa, com-
prendía, la parte noroeste de la ciudad. (Véase plano #2).
,
{ Antes del incendio de 1756 sólo la tercera parte de los
edif icios incendiados en 1737 se habían reconstruido, especí-
) ficamente 174 edificios; todavía quedaban en la ciudad 145 so-
lares cuyos dueños no hablan podido efificar. Con este nuevo
siniestro regresó la miseria a la ciudad. De las I74 casas
que ya se habian edificado quedaron 84 edificios y 232 solares
vacios. La ciudad intramuros estaba casi despoblada, disminu-
ia considerablemente de habitantes, unos se transportaban a
otros lugares en busca de nuevos modos de vida y muchos se
propusieron no construir nuevamente al I i, sino edificar en el
arrabal, causa ésta del gran crecimiento que tuvo en el siglo
xvlil.
Sobre el incendio ocurrido del 26 al 2l de abril de l78l
en la ciudad de Panamá, el autor tuvo la dificultad de documen-
tarse. Según un lndice de cartas del gobernador de panramá di-
rigidas al Rey, en el Legajo 2j6, Audiencia de panamá, en el
Archivo General de lndias, las cartas Nos. 32,34 y lg comuni-
caban la not icia del incendio gue padeció Panamá y remitía un
plano que daba completo conocimiento del siniestro, desgracia-
damente dichas cartas y el plano no se encuentran en el Archi-
vo General de lndias. En el Legajo 577 B correspondiente a la
Audiencia de Santa Fe, en una carta del Gobernador de Panamá
al Virrey de Santa Fe, comunicaba que en este incendio se que-
maron 56 edificios y tuvo su principio en el edificio de la
Administración y Fábrica de Tabacos y que la causa del fuego
no se había podido averiguar, que se crela había sido provoca-
do. Durante este'¡ncendio se tomaron todas las precauciones
para evitar el desastre de los incendios de 1737 y 1756. Se

l cerr6 la Puerta de Tierra pára impedir que la población ¡ntra-


muros abandonara la ciudad como ocurrió en los incendios ante-
riores en los cuales nadie prestó ayuda sino que abandonaron
la ciudad y dejaron gue el fuego la consumiera. Se trató tam-
bién de evitar su propagación derribando edificios enteros,
pero la particular estructura y trabazón de los edificios en
su mayoría de madera impidieron ¡a pronta demolición de ellos,
propagándose el fuego con gran rapidéz Entre los edificios
gue se quemaron en este incendio se encontr.aban Ia igiesia y
Convento de Santo Domingo, Colegio de Jesuítas y el Convento

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T
de las Monjas de la Concepción, por lo que se supone el autor
que los 56 edificios incendiados estaban. ubicados en el sec-
tor sureste de la ciudad. (Véase Plano # 3'), poco a poco la
ciudad se restableci6 de tan nefastos incendios.
b . Func ignes U rbanas :

Panamá la nueva, establecida por necesidades apremiantes


y favorecida por una excelente situación regional ha desempe-
ñado siempre, desde su Fundación, su función de centro regio-
nal gracias a su situación geográfica y las ventajas inheren-
tes a la gran via que dominó y controló.
Solamente la función comercial alcanzo un cierto grado de
importancia durante el perlodo colonial ya que en lo que se re-
fiere a la industria, a la agricultura y ganadería - podría ob-
servarse en aquellos tiempos la misma situacidn que se ha pre-
sentado siempre y aún en un grado más alto. Así, la actividad
comercial constituy<í una de las bases de la vida panameña duran-
te el período colonial.
Panamá, fue una ciudad con función eminentemente comercial
y desde el primer momento desempeñó primordial papel en su de-
sarrollo histdrico y en su sostenimiento. Esencialmente, el
papel comercial en la época colonial, de la Ciudad de Panamá,
era exclusivamente el de un punto de transito muy importante
para el tráfico entre España y sus colonias en la América del
Sur. No hubo casi ninguna relación con otras partes del mun-
do, tales como en Amdrica del Norte o Asia, excepto ocasional-
mente con barcos extranjeros contrabandistas o, despues del a
asiento concedido a los ingleses en 1713, con motivo de la lle-
gada de un barco inglés que trajo esclavos de Africa o, artfcu-
los a la Feria de Portobelo.
Siempre la Ciudad de Panamá estuvo subordinada a Ias
facil idades de desplazamientos de hombres y mercancías. En
todo este tiempo de la colonia la ciudad no adquirió importan-
cia como provedora de materias primas o alimentos extrafdos
o producidos en su región circundante, con excepción de algu-
hos metales preciosos y perlas durante una parte de la época
colonial.
Sus habitantes se sostenlan det comercio real izado dentro
del casco de la ciudad, de lo que importaban de España y de lo
que venía de las demás colonias, y muy poco, del comercio que
hacían de los frutos de las haciendas que poselan en los alre-
dedores de la ciudad. En ciertos tíempos, ni s iquiera Ios me-
dios elementales para la vida de la población de la ciudad,
podían conseguirse en su rnercado regional. Para la provicién
de las flotas y aún de los mismos habitantes, se importó toda
clase de al imentos de diferentes Iugares de Amárica y España.

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sin embargo, los acontecimientos históricos que promovie-
ron el desarrollo urbano de la ciudad de panamá, Jeterminan más
tarde una serie de act¡vidades de índole social, como son las
administrativas, la universitaria y otras.
c, Los Elementos Demoqráficos:

La población de la ciudad de Panamá durante la época colo-


nial española siempre fue escasa. Nunca alcanzó ras cifras de
otras ciudades americanas en igual tiempo. No obstante, su
co,mposición étnica es compleja, como resultado de las secuencias
que se sucedieron y convergieron en este puente de tránsito.

Los principales grupos humanos que habitaron la Ciudad de


Panamá en la época colonial fueron:
¡) El grupo humano fndigena gue, sin datos seguros sobre el
número de habitantes al tiempo del descubrimiento, se pre-
sume fue una gran cantidad de poblacidn en la región de si-
tuación y emplazamiento de la ciudad de panamá. Durante er
período colonial este grupo humano decrece.
2) El elemento español que domina la ciudad en los siglos XVt
a XlX. Es una mezcla de pueblos y culturas, su fusión bio-
lógica con el grupo humano indigena engendra el tipo mestí-
zo (blanco-indío). Persiste durante lá colonia el descen-
diente de blanco español s in mezcla, nacido en la ciudad
(criol lo). Esta población se mantiene prácticamente esta-
cionaria a lo largo del período colonial.
3) El negro africano, se importcí desde el siglo XVr como mano
de obra para el trabajo en regiones tropicales. l4estizado
con el blanco produce el mulato, con el indio, el zambo.
Aumentó considerablemente a partir del período colonial.

Analizando en general la población de la antigua ciudad


de Panamá en sus 152 años de existencia, revela quá casi siem-
pre fue una población estacionaria. Nunca superó los 5,000 ha-
bitantes, aungue por ser.una ciudad de tránsito su pobración
crecía mucho en ciertas dpocas. Esta población flotante no es
posible investigarse, pero se piensa era grande. La ciudad por
estar en un emplazamiento rnediocre, siempre fue una ciudad lle-
na de enfermedades y epidentias. En 1652 hubo una gran epidemia
en la que murieron 1,20o personas entre negros, mulatos, indios
y forasteros. Estas eran frecuentes causas del decrecimiento
de la poblacicín.
AI ser incendiada la ciudad en 16ll, se vio casi comple-
tamente despoblada. Murieron de epidemia tantas personas que
sumaban a cuatro mil. Otras emigraron a distintos pueblos del

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interior del lstmo, quedando en la ciudad chozas y bohios,
cerca de 3OO personas - en tal miseria - gue le fue preciso
al gobierno valerse de apremios para que ocupasen los pues-
tos de veinte y cuatro regidores.
Al fundarse la
nueva Panamá habfan !00 personas. La
mayorla, vecinos nuevos que fueron los que pidieron solares
para construir porque los antiguos habitantes, no querlan *u-
darse por el gasto y trabajo que significaba. Con la llegada
de los galeones y la reanudación comercial se animaron y ya
en 1675, había una población de 1,600 personas en la ciudad,
estando la mayor parte de la población, extramuros, en el arra-
bal. Se calcula que habían 1,000 personas fuera de las mura-
llas y 600 intramuros. Con la construcción de los edificíos y
murallas de la ciudad, vino mucha población de los pueblos cir-
cunvecinos. Algunos dias venián 300 esclavos, otros días 250.
Toda esta cantidad de gente pobre, mulatos, zambos y negros Ii-
bres en su mayori'a, se quedaron en la ciudad construyendo cho-
zas y bohios. EI arrabal creció, existiendo en 1674 un total
de 282 bohlos y sólo l13 casas intramuros. Además de los ne-
gros y gente pobre, se agregaron a él muchos españoles y per-
sonas forasteras.

En el siglo XVlll la poblacidn de la Ciudad de Panamá se


vio afectada por varios acontecimientos que hicieron que la po-
blación descendiera o emigrara. Factor importante y decisivo
en estas emigraciones fue la supresión en 1739 tanto de las flo-
tas de galeones que hacían el tráfico con España, como de la
Audiencia de Panamá. Necesariamente estos hechos tenlan que
producir la decadencia de la Ciudad de Panamá. Aguella activi-
dad comercial de otros tiempos desapareció, siendo sustituída
por una inacción y penuria fatales que obligaron a muchas fami-
I ias a emigrar en busca de trabajo y de'elementos de vida.
0tro factor que asoló la Ciudad de Panamá fue los grandes y
desvastadores incendios en 1737,1756 y 1781.
Antes de ocurrir estos sucesos, existla en la ciudad una
población de 20.000 personas" Fue en los primeros treinta a-
ños del siglo XVI I I cuando la ciudad de Panamá, alcanzó su
máximo desarrollo en Ia época de dominación españora. Fue en
ésta época que alcanzó la mayor población, el mayor esplendor
comercial y urbano, pues después de todos estos acontecimien-
tos, núnca la población alcanzó la suma de 20.000 personas,
sino al contrario fue descendiendo a tal extremo que a fines
de Ia época española la ciudad solo conservaba 7.244 habitan-
tes "
Por medio de un padrón o encuesta hecha en el año 1779,
del número de habitantes que habla en el lstmo, nos damos
cuenta que la Ciudad de Panama tenía 14,730 habitantes, exis-
tiendo 8,628 habitantes I ibres de trvarios colorest¡. Le siguen

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los esclavos de diferentes razas, 9ué sumaban a 2,055; luego


indígenas, 2,OOO. Los españoles o blancos, ascendían a 1,841
sienáo el cuerpo ecleslastico de 148. La población se comPo-
nla de 7,676 varones Y 7,054 mujeres. La población fue dis-
minuyendo, llegando a fines de la época española, como dije
anteriormente, a 7,244 habitantes.
La ciudad atravesó a lo largo del siglo xvlll un decai-
miento en todos los asPectos.

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