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El estudio de las fases del sueño se realiza mediante varios instrumentos tales como el
electroencefalograma (EEG), el electromiograma (EMG) y el electrooculograma (EOG) que
registran parámetros electrofisiológicos. Asimismo, se recogen parámetros tales como la
frecuencia cardiaca, el ritmo respiratorio y la conductancia eléctrica de la piel. El sueño está
formado por ciclos de sueño de ondas largas, ondas cortas (ambas conforman el denominado
sueño No-REM) y sueño paradójico o sueño si-REM. Los ciclos de ondas cortas y sueño
paradójico o si-REM se alternan entre sí y duran unos 90 minutos. En una noche pueden
darse entre 4 y 6 de estos ciclos.
Etapas[editar]
Durante el período en que descansamos el sueño pasa por diferentes fases: Sueño no REM :
1-4
Etapa 4 (Sueño Delta): Fase de sueño lento, las ondas cerebrales en esta fase
son amplias y lentas así como el ritmo respiratorio. Cuesta mucho despertarnos
estando en esta fase, que dura unos 20 minutos aproximadamente. No suelen
producirse sueños. Ocupa el 20 % del tiempo total del sueño. Se considera que
ésta es la fase que determina una buena o mala calidad del sueño en términos de
su eficiencia, esto es, la experiencia subjetiva de que el sueño ha sido o no
reparador.
Fase REM: fase en la que el cerebro está muy activo, el tronco cerebral
bloquea las neuronas motrices de manera leve que no nos podemos mover.
REM proviene de la frase en inglés Rapid Eye Movement (Movimiento Rápido
del Ojo), debido al característico movimiento de los globos oculares bajo los
párpados. Ésta es la fase donde soñamos y captamos gran cantidad de
información de nuestro entorno debido a la alta actividad cerebral que
tenemos. En esta fase se muestra una actividad cerebral semejante a la de la
vigilia.
A lo largo de la noche, el sueño lento (NREM) se alterna con sueño
paradójico (REM). El total del sueño paradójico es el 25 % del sueño.
Los trastornos del sueño se clasifican en disomnias, parasomnias, alteraciones
del sueño relacionadas con causas médicas o psiquiátricas y otros trastornos del
sueño, que afectan de un modo más o menos acentuado a las diferentes fases
del sueño. Así mismo, algunos fármacos utilizados para el tratamiento de los
trastornos del sueño pueden modificar la arquitectura del sueño, por lo que deben
ser administrados bajo estricto control médico, siendo el médico el que debe
valorar la relación coste/beneficio de su administración de forma personalizada, y
nunca el paciente.
Los trastornos del sueño o desórdenes del sueño (también conocidos con el nombre de
enfermedades del sueño o incluso trastornos del dormir, según el país hispanohablante de que se
trate) son un amplio grupo de padecimientos que afectan el desarrollo habitual del ciclo sueño-
vigilia. Algunos trastornos del sueño pueden ser muy graves e interferir con el funcionamiento
físico, mental y emocional del individuo.
Apnea del sueño: Donde la persona hace una o más pausas en la respiración o tiene
respiraciones superficiales durante el sueño.
Enuresis: Es cuando la persona se orina en la cama durante el sueño; generalmente le
pasa a los niños.
Insomnio: Es un sueño insuficiente, intranquilo, de mala calidad, o no restaurador.
Síndrome de piernas inquietas: Este es un trastorno en el cual se desea o necesita
mover las piernas para interrumpir sensaciones molestas.
Parálisis del sueño: Este es un trastorno en el cual se despierta en medio de la fase
REM cuando tu cerebro está activo pero tu cuerpo no, este trastorno te impide mover tu
cuerpo a excepción de los ojos, en este se pueden presentar alucinaciones causadas por
el miedo.
Terrores nocturnos: Este trastorno se caracteriza por el despertar abrupto y aterrorizado
de la persona.
Sonambulismo: Las personas caminan o realizan otra actividad estando aún dormidas.
Narcolepsia: Es cuando la persona sufre un gran sueño durante todo el día aunque haya
dormido sus horas completas la noche anterior. De repente, uno se duerme sin querer a
cualquier hora del día.1
Somnolencia durante el día
Es la forma más habitual de hipersomnia. Este trastorno se caracteriza por una somnolencia
más o menos permanente, en el cual, el paciente se queja de no estar nunca verdaderamente
despierto o de estarlo en muy pocas ocasiones. Duerme largos períodos durante el día, y,
cuando se despierta, se encuentra en un estado de somnolencia aún más evidente, en
algunos casos, que antes de dormirse; experimenta este sueño como no reparador. Por la
noche, duerme largo tiempo y se despierta tarde y con dificultad. El paciente tiene la impresión
de funcionar «con radar»; piensa y habla lentamente. A veces, su conducta resulta
inadecuada. También puede sufrir dolor de cabeza o accesos de calor.
Desafortunadamente, es una enfermedad que si no es detectada a tiempo puede causar un
grave daño en su aspecto social y familiar, ya que su convivencia disminuye, así como su
desarrollo escolar y laboral, pues no capta de la misma manera la información.