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TÍTULO ORIGINAL
Cartilha do Bem
ABCd a r i delo bien
AUTOR
Psicografía:
Francisco Cándido Xavier Francisco Cándido Xavier
por el espíritu Meimei
por el espíritu Meimei
TRADUCCIÓN
Magalí Gómez
CORRECCIÓN
Miriam Correa de Báez
DISEÑO E ILUSTRACIONES
Enrique Olmedo
5
amar - educar - iluminar
orar - unir
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Mensaje:
Meimei
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Hijos míos:
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Esas fuerzas son las del bien Encontramos así, en el mundo,
y del mal, que se manifiestan manos iluminadas que esparcen
a través de nuestras manos. el amor y la paz, el trabajo y
la alegría...
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Y conocemos las manos llenas
de espinas que generan odio Existen manos que se dedican a la
y desesperación, pereza agricultura y trabajan en el jardín,
y sufrimiento. generando el pan y la felicidad...
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Existen manos que
honran la industria
Y vemos manos que se entregan y el progreso.
al vicio y a la miseria...
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Vemos brazos
Encontramos manos que arrancan que acarician...
lágrimas y multiplican el infortunio... de madrecitas
que bendicen,
de padres amigos...
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de obreros que
trabajan por la paz
y el progreso, de Y encontramos brazos que hieren
enfermeras abnegadas y corrompen, que se entregan al
y de individuos generosos crimen, que humillan a los más
que garantizan el servicio necesitados y a los pequeñitos...
de Iluminación, sobre que ejercen la crueldad.
la Tierra.
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Observamos manos preciosas
Que violentan la Naturaleza, destruyendo que utilizan la azada y la pluma,
las plantas y los animales útiles al auxiliando al granero y la
hombre. educación.
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Vemos manos que levantan
templos y hogares, escuelas
y hospitales.
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Jesús vino al mundo
Manos que destruyen, para enseñarnos a
dilaceran, engañan y utilizar nuestras manos
hacen daño... en el servicio sublime
del Bien, edificando de
esa forma nuestra propia
felicidad.
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Con Sus Manos, curó a los
enfermos, socorrió a los débiles, amparó
a los tristes, sanó a los leprosos, devolvió Levantó a los paralíticos, esperanzó
la vista a los ciegos... a los ancianos y a los desheredados
y bendijo a los niños...
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Hijos míos, no permitan que las
garras de la sombra les dominen
las manos en la vida...
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Observen el diamante lapidado y el
diamante en bruto. Ambos son hijos
de la tierra.
Uno de ellos, sin embargo, reluce,
divino, retratando la belleza del cielo,
mientras que el otro yace prisionero
en las tinieblas del escombro
contundente...
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Obedezcamos a nuestro Divino
Maestro Jesús, estudiando sus
Jesús es el lapidario del Cielo, a quien lecciones y ejemplificándolas, y
Dios, nuestro Padre confió nuestros el Cristo nos hará constructores
corazones. del Reino de Dios en el mundo,
conduciéndonos para la Gloria
Celestial.
Meimei.
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La Madre Cristiana
Meimei
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