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Rubino: la vida humana tiene aspectos en los cuales se proyecta más allá de sí

misma, el hombre se vincula con el cosmos por caminos desconocidos y el


centro de esta conexión es su psique.

Lo humano y lo cósmico son esencialmente Uno.

Vínculo con los hechos religiosos, íntima relación entre individuo y vivencias de
la realidad vital y cósmica era para Jung muy importante en formación y
desarrollo del ser humano.

Jung: contenidos más profundos del inconsciente no son solamente expresión


de procesos psíquicos sino también de procesos que actúan en el cosmos.

El inconsciente se extiende y alcanza más allá de lo humano contacto


significativo con el Principio Vital.

Las 4 funciones psíquicas son: Pensar, sentir, percibir e intuir.

El YO es el organizador de la mente consciente: consta de percepciones,


recuerdos, pensamientos.

En el ámbito más profundo y de mayor oscuridad se encuentra el Inconsciente


Personal (contenidos psíquicos reprimidos, vivencias impulsivas que no
penetraron en la consciencia).

El inconsciente personal se lo infiere a través de:

1 Síntoma: fenómeno de estancamiento del fluir de la libido. Anuncia que algo


en la actitud consciente no está en armonía.

2 Complejos: contenidos psíquicos desunidos de la consciencia y funcionan de


manera autónoma, en cualquier momento pueden inhibir o estimular
producciones conscientes. Es una potente fuerza psíquica que coarta la libertad
del YO.

Jung: toda la energía e interés que hombre actual pone hoy en ciencia y técnica,
hombre primitivo la ponía en el mundo de los símbolos (mitos, leyendas,
cuentos).

Al avanzar en el camino de individuación, dirección se centra en nosotros


mismos. Ese centro viviente, el Sí Mismo, es principio organizativo de la psiquis.
El sí mismo contiene la consciencia y el inconsciente en forma complementaria.

El sí mismo es algo críptico que se manifiesta en sueños y ensueños, en


visiones.

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