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Tras los malos resultados en las pruebas Aprender

Nueva secundaria: habrá menos materias tradicionales y más


contenidos aplicados.

RICARDO BRAGINSKI

La idea es que cada escuela tenga un proyecto específico. Y que los alumnos cumplan
objetivos por materia y no por año. La reforma empezaría a implementarse el año que
viene.

En caída libre y sumando fracasos, la escuela secundaria argentina muestra indicadores

que hablan de una crisis terminal. Casi cinco de cada diez alumnos que la empiezan ,

no logran terminarla en tiempo y forma; unos 390.000 pibes -el 10%- en algún

momento del año deciden cambiar el aula por la calle. Por la alta repitencia, casi

cuatro de cada diez alumnos hoy tienen “sobreedad”. Y para los que sí terminan,

tampoco hay buenas noticias: en las pruebas Aprender, el 40% no alcanzó el nivel

básico de Matemática y también tuvieron bajo desempeño en Lengua. Se estima que

en los próximos años, más de la mitad de los trabajos actuales desaparecerán y se

crearán nuevos, que exigirán nuevas combinaciones de saberes y capacidades. ¿Se los

brinda la secundaria a la mitad de chicos que hoy la completan? ¿Por qué son tantos los

chicos que “se escapan” de la escuela media?

Todos estos asuntos están siendo analizados por los 24 ministerios de educación del país

que vienen cocinando, a fuego bastante lento, una reforma drástica de la secundaria,

que empezaría a implementarse el año que viene en algunas escuelas. Los lineamientos

fueron presentados al presidente Macri el miércoles pasado y posiblemente sean

tratados esta semana en la reunión del Consejo Federal de Educación que se hará en

Córdoba.

De avanzar con esta reforma, en 2019 todas las provincias ya deberán tener su plan de

implementación. Los cambios obligarán a los equipos docentes de cada colegio a

presentar un proyecto educativo que le dé sentido a la escuela y, de este modo, motive

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a sus estudiantes. Cada escuela, además, deberá planificar el año especificando cuáles

son los indicadores de mejora que se plantea, de acuerdo a los datos y el informe que

entrega la prueba Aprender. No habrá más “profesores taxi” que trabajan pocas horas

en muchas escuelas y tienen poco contacto con sus alumnos. En su lugar, los profesores

serán designados con cargo y jornada completa para una misma escuela, y así se espera

que tengan más contacto con los alumnos. Y cambiaría la forma de acreditar los

conocimientos: se piensa en flexibilizar la clásica repitencia, un sistema que demostró

no tener éxito y provoca que muchos alumnos, especialmente de los sectores más

vulnerables terminen abandonado el colegio.

“Hay un alto consenso de que el nivel medio necesita urgentemente un cambio.

Los alumnos no están entusiasmados, se aburren. En diez años hubo un 70% más de

inversión en la secundaria: se pasó del 1.1 % del PBI en 2005 al 1.8 % en 2015. Pero no

se logró revertir el abandono y la baja formación de los egresados”, dicen en el

Ministerio de Educación.

Clarín accedió al documento con el que trabajaron equipos de los 24 ministerios en una

reunión que se hizo en Bariloche hace un mes. Allí están expresados los puntos más

importantes de esta reforma, reunidos en ocho capítulos principales: organización de los

tiempos escolares; evaluación, acreditación y promoción; trabajo por proyectos de

aprendizaje interdisciplinario; planificación institucional del aprendizaje; desarrollo

profesional docente; saberes emergentes; capacidades; y aprendizaje

comunitario/servicio.

Los cambios implican una reformulación del contenido curricular de la escuela

media. Se piensa en menos materias, que garanticen los saberes prioritarios y las

capacidades fundamentales que “preparen a los jóvenes para el desarrollo personal,

social, cultural, laboral y productivo”.

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“Es interesante bajar la cantidad de materias, mantener las básicas y ver cómo ser arma

un proyecto. El problema con estos planteos es que cuando se los baja a los equipos de

curriculum no se logra instalar la idea y las reformas no avanzan”, dijo

a Clarín Gustavo Iaies, director del CEPP. Y agregó: “El actual ministerio de

Educación primero fue por los 3.000 jardines y no avanzó, después por la doble

escolaridad y se apagó, ahora la secundaria. Yo diría que se decidan por un tema y

avancen. No se entiende a dónde van”.

Axel Rivas, codirector del programa de Educación de CIPPEC, coincide en remarcar los

desafíos que implica una reforma como esta. “La propuesta curricular nueva es un gran

paso adelante, pero necesita muchas traducciones prácticas, que es lo más difícil en

todo proceso de renovación curricular. Es clave potenciar las áreas de desarrollo

curricular para crear traducciones viables en la escala masiva de las prácticas de

enseñanza”, dice.

La reforma que se está pensando incluye una fuerte apuesta a la formación de los

docentes y directores “en las herramientas necesarias para mejorar los aprendizajes”. En

este sentido, Claudia Romero, directora del área de Educación de la Universidad

Torcuato Di Tella, cree que “la formación es una medida de mediano plazo pero hay

que encararla urgente. Hoy los profesores son formados por asignatura y tienen

dificultades para trabajar por áreas. Hay que encarar una formación docente también

más integrada”, afirma.

El Ministerio tiene ahora como objetivo aprobar en noviembre de 2017 una resolución

del Consejo Federal, en la que todas las provincias se comprometan a ir avanzando con

estas reformas. Los lineamientos ya se vienen trabajando en reuniones mensuales entre

equipos de todas las provincias. Además, el plan contempla avanzar en una “escuela de

gobierno de política educativa” para funcionarios;en el desarrollo de materiales para

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directivos y docentes; y en capacitaciones docentes por parte del Instituto de Formación

Docente (INFoD).

La apuesta, dicen en el Ministerio, es lograr “cambios profundos”, tanto como la crisis

de la escuela secundaria en la Argentina.

Río Negro ya empezó, y ahora todos la miran con atención

El proyecto de reforma de la secundaria que analizan los ministros de educación del país

comenzaría a funcionar el año que viene, en algunas escuelas. El cambio es tan

complejo e involucra a tantas personas y nuevas inversiones que la idea es ir avanzando

de a poco, y a medida que cada jurisdicción presente su propio plan de implementación.

Pero hay un distrito –Río Negro-, que ya viene aplicando su propia reforma de la

secundaria, con lineamientos muy similares a los que ahora se discuten a nivel nacional.

Esta experiencia es observada atentamente por el resto de los ministros

provinciales. Clarín habló con Mónica Silva, la ministra de educación de Río Negro,

que cuenta en qué consiste.

“Empezamos a trabajar en la reforma en 2012 para reducir la deserción y hacer efectiva

la obligación de la secundaria que fija la ley de educación nacional”, dice. Y explica los

aspectos más importantes de la reforma:

- Nuevo formato. En lugar de las materias tradicionales, hay siete “área curriculares”:

Matemática, Lengua, Ciencias Sociales, Ciencia y Tecnología, Segunda Lengua,

Educación Artística y Educación Física. Para el resto de las materias, cada escuela

puede elegir su formato, de acuerdo a su proyecto institucional.

- Nueva organización de los docentes. Pasan a ser nombrados por cargos, dentro de

una escuela, y ya no por horas cátedra en distintas instituciones. “Los docentes que van

de escuela por escuela no pueden responsabilizarse adecuadamente por las tareas en

cada colegio”, dice Silva.

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- Nuevos criterios de acreditación de los saberes. Los alumnos aprueban por

cuatrimestre, con nota siete o superior. Quien no alcanzó la aprobación, no puede seguir

la correlatividad en esa área curricular. Pero sí puede seguir en otras. Para los que deben

alguna materia, cada escuela debe implementar un modo en que los alumnos pueden

recuperar esos contenidos al tiempo que avanzan con los nuevos. Algunos lo hacen con

cursos a contraturno y otros trabajando con esos alumnos en forma personalizada en el

salón de clase, explica la ministra.

- Comité académico. Cada escuela tiene un “comité académico”, integrado por cada

área curriculares, un representante del ministerio, padres y alumnos. “Los alumnos

tienen una visión de lo que les pasa a sus compañeros”, dice Silva.

En Río Negro hay 750.000 habitantes y 294 escuelas secundarias. La reforma empezó a

implementase este año en 93 bachilleres orientados de gestión pública. El plan es seguir

con los bachilleres privados. Luego vendrían las escuelas técnicas y las de jóvenes y

adultos, aunque en estas dos modalidades quizás no se avance, debido a que no tienen

mayores problemas de deserción ni curriculares.

A la hora de evaluar los resultados, Silva dice que “ahora hay entusiasmo por ir a la

escuela, tanto de los estudiantes como los profesores”.

- ¿Se puede hacer algo así en el resto del país?

- Sí, pero atendiendo a las características históricas y demográficas de cada lugar. Hay

que considerar que aquí implicó una inversión de entre 30 y 35% más en cargos

docentes.

La implementación tuvo algunas resistencias de los gremios docentes, aunque para la

ministra se trató de “un reclamo salarial en medio de la paritaria. Aquí nadie se quedó

sin trabajo. Es más, se abrieron nuevas posibilidades laborales”, dice.

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