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El teatro romántico

Profesora: Mar Rebollo Calzada


Prerrománticos y románticos

 El término romántico no se utiliza en España hasta 1818, en que aparece en el periódico


madrileño Crónica científica y literaria.
 Con anterioridad a esta fecha se empleaba el término romancesco, palabra con una equivalencia
actual a exótico o extravagante.
 A lo largo del reinado de Fernando VII (1813-1833), los románticos no tendrían demasiada
buena prensa. El propio Larra, quizá la personalidad romántica por antonomasia de nuestra
cultura, no acabó de autocalificarse como tal. Tampoco su obra llegó a los extremos de su
vida.
 El romanticismo español no pasa de ser un movimiento arrebatado, con apenas quince años
de presencia en el teatro; justamente desde el estreno de Don Álvaro o la fuerza del sino, en
1835, al de Traidor, inconfeso y mártir, en 1849, de José Zorrilla.
 Martínez de la Rosa, uno de los padres de la Constitución de 1812, miembro del ala
ultraliberal de esas Cortes, luchador en Cádiz por la modernización de nuestro país, era un
autor eminentemente neoclásico. Tras sufrir cárcel, exilio y destierro (1823-1831), llega a
conocer nuevas ideas vedadas en la península, y escribe en París una obra como La conjuración
de Venecia, impregnada de espíritu romántico.
 Su estreno en Madrid, en 1834, se considera un precedente imprescindible para establecer la
historia del teatro romántico en España. En ese año, Martínez de la Rosa contaba ya con
cuarenta y seis años, y era presidente del Consejo de Ministros en un gobierno altamente
conservador.
 Ángel Saavedra, duque de Rivas, fue apasionado combatiente en la Guerra de la
Independencia, en la que cayó herido en la batalla de Ocaña. Fue diputado durante el trienio
liberal y condenado a muerte por sus actividades, aunque consiguió escapar a Gibraltar y
Londres. En su exilio (1823-1834) conoció el Romanticismo, sobre todo en su estancia en
Malta. Regresó con una primera redacción en prosa de Don Álvaro o la fuerza del sino, que
estrenó en Madrid en su forma definitiva en 1835, estreno que los historiadores equiparan al
de Hernani, de Víctor Hugo, por la agresividad con que fue «acogido». El drama entusiasmó.
 El romanticismo práctico de Larra se redujo al estreno del Macías (1834), ya que sus ideas
estéticas, mezclaban lo neoclásico con lo romántico, en un curioso y singular ejercicio de estilo.
Fuera de ello, un par de revistas literarias, y algún que otro gesto en favor del Romancero, son
los detalles precursores del movimiento.
TEATRO ROMÁNTICO ESPAÑOL
Características:
 Un notorio afán de transgresión que explica las mezclas tan evitadas por los
neoclásicos: de lo trágico con lo cómico, de la prosa con el verso, de las burlas con
las veras...
 Abandono de las tres unidades. La acción es tan dinámica y variada que requiere
un constante cambio del espacio, siendo necesario el devenir del tiempo.
 La complicación de la acción ha de ser explicada en largas acotaciones que cuentan
con precisión sus múltiples peripecias y sorpresas. Dicha acción se puede mostrar en
cinco jornadas, frente a las tres habituales.
 El nivel temático se sitúa en torno al amor, un amor imposible y perfectísimo,
cuyo telón de fondo viene conformado por la historia o la leyenda -con frecuencia
medieval-, con claras referencias a motivos del poder injusto.
 Los héroes románticos, de origen misterioso, están cercanos al mito. Su destino es
incierto, pues suelen sucumbir ante las citadas injusticias políticas. En este sentido,
los protagonistas, que, como los héroes, son apasionados, no tienen otra misión que
la de servir al hombre con su única arma: el amor.
 Los autores utilizan fórmulas dramatúrgicas clásicas, pese a que la
forma sea renovadora. Por ejemplo, la anagnórisis, con que finalizan
no pocos dramas, que suelen reunir un cúmulo de casualidades que,
sólo al final, coinciden desgraciadamente en el escenario.
 En el terreno de la técnica aparecen modernas funciones
dramatúrgicas en la escenografía. Los espectadores gozan de nuevos
efectos escénicos, gracias a las maquinarias que se instalan
definitivamente en escenarios que reúnen condiciones para ello:
fondos, laterales y, sobre todo, telares, para poder hacer mutaciones
con cierta rapidez. Es el final del corral de comedias y el principio
de los teatros a la italiana.
El Drama romántico
 Aparece inserto en la tradición del drama histórico, lo
que le resta novedad y hasta ruptura.
 Cinco dramas románticos fundamentales:
 1834 La conjuración de Venecia de Martínez de la Rosa
 1834 Macías de Larra
 1835 Don Álvaro o la fuerza del sino del Duque de Rivas
 1836 El trovador, de Antonio García Gutiérrez
 1837, Los amantes de Teruel, de Hartzenbusch
Temas del teatro romántico

 El tiempo
 El espacio
 La fatalidad
 El misterio
 Los sonidos
 Las perspectivas existenciales y sus símbolos
 El amor violento y pecaminoso

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