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CRIMINOLÓGICAS
1. INTRODUCCIÓN
2. JUSTIFICACIÓN
3. DEFINICIÓN DE PSICOPATÍA
7. CONCLUSIONES
8. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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1. INTRODUCCIÓN
2. JUSTIFICACIÓN
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3. DEFINICIÓN DE PSICOPATÍA
El trastorno disocial
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El trastorno antisocial de la personalidad (TAP)
Los criterios actuales para el TAP se ubican en el eje II del DSM-IV-TR. Aunque
con algunas variaciones menores, están presentes en dicho sistema de
clasificación desde su tercera edición. Para diagnosticar un TAP son
necesarios una edad mínima de 18 años, la existencia de un trastorno disocial
(conduct disorder) antes de los 15 y un patrón general de desprecio y
violación de los derechos de los demás que se presenta desde la edad de 15
años, indicado por tres (o más) de los siguientes:
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y en la eliminación de 2 de ellos. Los criterios fueron publicados en la Hare
Psychopathy Checklist-Revised (PCL-R) (ver tabla abajo) y se han mantenido
sin alteraciones hasta ahora.
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Psicopatía frente a trastorno antisocial de la personalidad
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mentira y la simulación. Pero veamos algo más detenidamente las
características que componen el perfil del psicópata:
- Falta de empatía
• Corazón frío.
• No se preocupan en absoluto, por naturaleza, de lo que le
ocurre a la otra persona.
- Mentiroso y manipulador
• Emplea estilo frío y desvergonzado.
• Si se demuestra su engaño, no siente apuro alguno y cambia
su historia hasta que encaje.
• Buena capacidad para determinar cuáles son los puntos
débiles de aquellos con los que se relaciona.
• En ocasiones, estando en prisión, son capaces de convencer a
los profesionales de que están rehabilitados.
• Cuando al psicópata se le confronta con la verdad, señalando
por ejemplo las inconsistencias en las que incurre, puede
emplear para contraatacar el ciclo de la manipulación, que
consiste en un intento nuevo de engañar y la devaluación de la
persona que se le enfrenta, seguido del sentimiento del
“deleite del desprecio”, si ve logrado su propósito.
– Emociones superficiales
• Exhibiciones de falta de emotividad.
• No identifican, ni describen las diferencias sutiles de los
distintos estados afectivos, aunque sí que los conocen.
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• Se ha demostrado en investigaciones en laboratorio que el
psicópata no muestra las respuestas psicofisiológicas asociadas
al miedo o la ansiedad.
– Impulsividad
• No es capaz de pensar en los pros y contras de una decisión,
ni en las posibles consecuencias, simplemente actúa.
• Su único deseo es alcanzar la satisfacción inmediata.
• Escasa tolerancia a la frustración.
– Falta de responsabilidad
• No le importa las consecuencias negativas de sus actos en los
demás, poniendo de manifiesto una total falta de
responsabilidad.
• Manifiesta un locus de control fundamentalmente externo.
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4. PSICOPATÍA Y CRIMEN
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La mayoría llevan ropa de marca y ocupan suntuosos despachos, en la política
y las finanzas, un ambiente ideal para ellos donde se mueven como pez en el
agua. Tienen carisma y son líderes, eso si, carisma sin conciencia.
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5. TEORÍAS CRIMINOLÓGICAS y PSICOPATÍA
¿Qué hace de una persona un psicópata? O mejor dicho, ¿qué hace que estas
personas comentan actos delictivos, algunos de los cuales son de una violencia
tan llamativa? En este apartado trataremos de dar respuesta a estos
interrogantes, ayudándonos de algunas de las teorías criminológicas más
clásicas y de otros enfoques más novedosos.
a. TEORÍAS BIOLÓGICAS
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FERRI, se ve obligado a completar las tesis de LOMBROSO respecto a la
delincuencia, ya que los asesinos natos sólo representan un porcentaje de la
tasa total de delincuentes, por lo que desarrolla una teoría plurifactorial de
la delincuencia. Así, postula que en todo delincuente existe una persona
biológicamente anormal, pero, mientras que la anormalidad del delincuente
nato predomina como aspecto más relevante para entender su criminalidad,
en otros delincuentes esta anormalidad es sólo una predisposición que sólo se
manifiesta cuando concurren factores de carácter ambiental. Con esta
modificación, la teoría multifactorial se convertirá en seña de identidad de la
Escuela Positiva, afirmando que el delito es resultado de tres órdenes de
factores:
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psicópata funciona bien, dado que es allí donde se planifica una acción (...)
los problemas deben de estar en (...) la corteza ventromedial, en esa zona de
la corteza prefrontal que dota de sentimiento a la acción ordenada por la
corteza orbitofrontal. Eso explicaría el hecho de que el psicópata, como es el
caso, sabe siempre lo que hace, aunque no lo siente y, por ello, es incapaz de
empatizar con su víctima” (Sanmartín, 2002).
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integra la información de ambos hemisferios) y las regiones
subcorticales (la amígdala, el hipocampo y el tálamo), implicados en el
procesamiento de información socialmente relevante, lo que se puede
traducir en anomalías en el procesamiento de información emocional
Este grupo de teorías se enmarcan dentro de las teorías del aprendizaje, que
postulan que la delincuencia es una función de socialización individuales, es
decir, cómo los individuos han sido influenciados por sus experiencias con las
relaciones familiares, los compañeros, los maestros, figuras de autoridad, la
iglesia, y otros agentes de socialización (medios de comunicación de masas
por ejemplo).
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SUTHERLAND (1883-1950), sociólogo norteamericano, pretendía rebatir las
explicaciones acerca de la delincuencia, que la concebían fundamentalmente
como expresión de una constitución física distinta o de personalidades
defectuosas. Así, propuso su Teoría de la asociación diferencial, en base a
sus estudios con delincuentes “de cuello blanco”, los cuales le llevaron a
cuestionar las explicaciones biológicas sobre la delincuencia. Según este autor
el comportamiento delictivo es un comportamiento aprendido por medio de la
asociación diferencial, y así lo sistematizó en nueve proposiciones:
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4. La imitación de modelos pro-delictivos.
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c. TEORÍA DE LA FRUSTRACIÓN
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En esta misma línea, señala la siguiente secuencia explicativa de la relación
entre estrés y delito (Agnew, 2006; Garrido, Stangeland y Redondo, 2006):
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superar tal emoción, el psicópata comenzaría por fantasear cómo resolver
estas emociones negativas y probablemente lo haría de un modo “aberrante”.
Su sentimiento de venganza podría materializarse y no dudaría en utilizar
medios poco “ortodoxos”, que por otro lado no generarían ningún tipo de
remordimiento o culpabilidad.
Las teorías del control surgen a finales de la década de los sesenta en los
Estados Unidos. A pesar de numerosos precedentes, el nombre con el que
suelen asociarse este tipo de teorías es el de TRAVIS HIRSCHI.
Siendo my sintéticos, diremos que este autor rebate las teorías en boga de la
época (especialmente la de la anomía), y se centra no en responder a la
pregunta de por qué delinquimos, sino más bien en por qué respetamos la ley
o lo que es lo mismo, qué nos impide delinquir: las teorías del control
asumen que los actos delictivos se producen cuando los vínculos de la
persona con la sociedad se debilitan o se rompen.
Según este autor, el motivo de este bajo autocontrol reside en una educación
familiar defectuosa, puesto que esta capacidad se adquiere en los primeros
años y permanece estable. Añade además que esta tendencia sólo se
manifestará cuando se presenta la oportunidad de realizar el delito y no bajo
cualquier circunstancia.
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e. PERSPECTIVAS INTEGRADORAS
Como hemos visto, son muchas las teorías criminológicas que pueden
relacionar psicopatía y crimen, pero hasta el momento, ninguna de las
mencionadas lo hace de manera exhaustiva y completa.
• A nivel biológico, cada vez más estudios apuntan hacia la posibilidad de que
al cerebro de un psicópata presenta diferencias respecto de un cerebro
“normal” (anatómicas, estructurales y funcionales). Muchos autores han
postulado que el psicópata se caracteriza por un bajo arousal, es decir, tienen
un bajo nivel de excitación cortical, medida sobre todo por la actividad del
electroencefalograma (EEG). Dándose así:
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- Extraversión, que sería resultado de una activación disminuida del
sistema reticular y se manifestaría psicológicamente en los rasgos
“búsqueda de sensaciones”, “impulsividad” e “irritabilidad”.
- Neuroticismo, sustentada en el cerebro emocional y que se muestra en
una “baja afectividad negativa” ante estados de estrés, ansiedad,
depresión u hostilidad.
- Psicoticismo, que se considera el resultado de los procesos
neuroquímicos de la dopamina y la serotonina, y se manifestaría en
características personales como la mayor o menor “insensibilidad
social”, “crueldad” hacia otros y “agresividad”.
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como sucede en muchas situaciones de marginación) mayor es la
posibilidad de implicación de un sujeto en actividades delictivas.
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- Evitar efectos negativos: Las discusiones sobre el tratamiento de los
psicópatas suele centrarse en los efectos positivos, pese a que algunos
estudios indiquen que la terapia puede empeorar aún más a los
psicópatas. Por lo que hace falta efectuar más evaluaciones con el fin
de conocer con mayor exactitud, no sólo que tratamientos funcionan,
sino también cómo evitar reacciones inapropiadas que puedan tener un
efecto perjudicial.
Los programas de tratamiento que se han llevado a cabo hasta la fecha son los
siguientes:
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– Hacer hincapié en la asunción de responsabilidades. Según Ross, los
programas eficaces se distinguen de los ineficaces porque incluyen
técnicas cognitivas para el desarrollo de habilidades de pensamiento y
razonamiento, habilidades para la resolución de problemas
interpersonales, control emocional, actitudes y perspectivas sociales y
valores.
Puesto que hoy en día las intervenciones con delincuentes psicópatas están
aún en vías de estudio y carecemos de datos definitivos en este sentido, hay
una cuestión que no debemos obviar y en la cual las intervenciones sí son
eficaces y tienen un marcado carácter preventivo: la intervención a edad
temprana. Hay cada vez más indicios de que hay precursores en la infancia y
adolescencia de la psicopatía y la conducta violenta y delictiva. Los estudios
sobre el comportamiento antisocial precoz y persistente, revelan la existencia
de una serie de factores biopsicosociales que constituyen un riesgo
acumulativo, una especie de “efecto de bola de nieve”. Conociendo esto,
parece prometedor intervenir tempranamente, antes de que se hayan
acumulado demasiados riesgos. Estos programas para que sean eficaces con
niños en situaciones de riesgo, deben incluir elementos que mejoren las
habilidades cognitivas y sociales, y reduzcan la impulsividad y los déficits de
atención. Deben ir acompañados de elementos que mejoren también el
comportamiento de los padres.
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la distorsiones cognitivas que favorecen el comportamiento criminal y
fomentar los inhibidores del mismo; enseñarles a controlar sus impulsos
y resolver los problemas de manera prosocial; reducir su dependencia
del alcohol y las drogas; enseñarles a imitar modelos atractivos
prosociales, y reforzar el seguimiento y supervisión en la familia y en el
entorno cotidiano”
7. CONCLUSIONES
Llegados a este punto del trabajo, pocas son las cuestiones a añadir. Resaltar
las aportaciones que distintas teorías criminológicas han ofrecido al estudio
de la psicopatía, desde las teorías de corte más biologicista a las más sociales
para dar paso a perspectivas más integradoras en el estudio de estos
individuos y su vinculación a actos delictivos.
Por último, mencionar que ni todos los psicópatas son delincuentes, ni todos
los delincuentes son psicópatas, aunque ambos coinciden en mayor proporción
de lo que nos gustaría. En cualquier caso esta cuestión no nos debe hacer
olvidar que estas personalidades no se encuentran aisladas en cárceles, o
suburbios, o guetos marginales, sino que se encuentran en todos los estratos
de nuestra sociedad y en todas las áreas en las que se pueda obtener algo:
desde recursos naturales (agua, petróleo…), tierras, o posesiones, hasta las
áreas donde haya poder y/o prestigio. Donde se pueda obtener dinero, allí
estará un psicópata: negocios, política, finanzas… y si es inteligente, se
moverá como pez en el agua. No son fáciles de reconocer, pero ahí están.
Sólo cuando nos convertimos en sus “victimas” sus características se hace más
patentes… pero quizás sea ya demasiado tarde…
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8. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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