Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
CAMPESINOS EN BOLIVIA
Carlos Eduardo Brañez C
“Las consideraciones históricas anotadas nos muestran que la idea de participación política,
sea mediante ideas autonomistas y/o de participación política de los pueblos… no es
ninguna novedad que los movimientos indígenas contemporáneos la vuelvan a plantear.
Por tanto, el gran reto de la democracia boliviana es resolver en el país (ahora o mañana)
el reconocimiento real a los pueblos indígenas, sea mediante formas de autonomía o
mediante una nueva forma de pacto social en la vida política del país. Un verdadero
reconocimiento a los pueblos indígenas, significa partir de un diálogo intercultural, que
podría reencauzar la crisis del país por una vía pacífica. Este es el reto de la democracia
boliviana de hoy... Sólo una profunda "democratización" que tenga el sentido de
refundación del país podría conducirnos a una real convivencia intercultural en el país.”
(TICONA ALEJO, Esteban. Pueblos Indígenas y Estado boliviano. La larga historia
de conflictos. Universidad de la Cordillera de La Paz. Gaceta de Antropología. Nº 19.
2003. Artículo 10. ISNN D214-7564. Pp. 10. El subrayado es mío)
1. Contextualización
Esta exposición es un informe histórico ensayístico, basado en la emergente legislación
constitutiva del Estado Plurinacional de Bolivia, que aborda nuestra Democracia
Intercultural en cuanto dispositivo catalizador de convivencia y multiplicidad de formas y
relaciones de poder, entendidas así como la simultaneidad jurídica posible y necesaria de
gobiernos y de formas de poder alternativo: participativo, representativo y comunitario.
También, aborda algunos antecedentes genealógicos de la democracia intercultural en
cuanto dispositivo histórico de interpelación a la democracia unívoca del Estado Nación
que culmina con el Estado Plurinacional que constituye al órgano electoral como gestor y
fortalecedor supremo que garantiza atribuciones en relación al ejercicio de la democracia
comunitaria, de naciones y pueblos indígenas originarios campesinos en condiciones de
complementariedad, pluralismo e interculturalidad, incorporando el territorio en cuanto
espacialidad energética dual (circunscripción especial, distrito, municipio, tierra
comunitaria, región) para reconstituir y alimentar el poder más allá del Estado
republicano.
2. Referencias ancestrales
No se cuentan hoy con referencias y fuentes de documentación directa del mundo
ancestral andino y amazónico, respecto a relaciones de poder, administración y/o a los
sistemas de autoridad del mundo preexistente al mundo occidental europeo. Solamente
contamos con registros y crónicas en la conquista temprana, diferencias notorias que el
referente civilizatorio europeo logra capitalizar o excluir en torno a la conveniencia de
dominación específica; sin embargo contamos con rasgos rituales, simbólicos y míticos de
memoria colectiva relacionada a la territorialidad ancestral y a su composición
administrativa de poder, a su vigencia histórica y especialmente a su visibilización y
pugna pública creciente.
Por supuesto, una característica importante del resabio de poder ancestral en Abya Yala,
radica en la diversidad étnica constitutiva y en la relativa como múltiple autonomía del
poder, con distintos grados de correspondencia al mandato centralizado único, sacralizado
y/o fratriárquico. La elegibilidad, si bien tiene en el consenso al recinto mayor para el
ejercicio de poder, variaba desde la concentración divina semi-imperial extendida y
cohesionada, esto es delegada ritualmente por la colectividad como en el caso del Estado
Inca, pasando también por compartimentaciones y redes de dominio itinerante en función
al control bioregional y biocultural o por pisos ecológicos, en Los Andes (Murra, 1975),
hasta la insubordinación y desvinculación extrema a la autoridad política por otro poder
mítico y excedentario de la guerra en la Amazonía, Oriente y Chaco (Clastres, 1974).
1
(TICONA ALEJO, Esteban. Pueblos Indígenas y Estado boliviano. La larga historia de conflictos. Universidad de
la Cordillera de La Paz. Gazeta de Antropología. Nº 19. 2003. Artículo 10. ISNN D214-7564. Pp. 10. “... aunque existen
muy pocas investigaciones específicas, la formación del primer gobierno indígena en Peñas (Oruro), alrededor de 1900,
encabezado por Juan Lero y sus ministros, no fue una casualidad del momento, sino una consecuencia de una etapa de
fuerte convicción indígena de buscar su autogobierno.” (p. 2)
b. República colonial y refundación estatal
Por lo tanto éstas no solamente son referencias históricas sino conexiones genealógicas
de un hilo conductor que tiene al territorio como eje de conflicto y de participación
política. Santiago de Machaca por ejemplo, nos ofrece preámbulos de autonomía indígena
originaria en la gestación del primer gobierno comunal indígena originario, aglutinando a
12 ayllus aimaras y hundiendo raíces en ese mismo hecho o que anuncia la rebelión
respecto al territorio y la primera victoria de los Caciques Apoderados. Así aconteció con
los ayllus y comunidades originarias que, en base a un Título General de Tierras
Comunitarias (reconocida por la entonces Prefectura del departamento de La Paz),
constituyen al gobierno comunal de Jesús de Machaca el año 19202.
La articulación del movimiento indígena originario en tierras bajas, se inicia en base a la
lucha de Eduardo Nina Quispe, cuyo ayllu (Taracu) fue convertido en hacienda (Ticona,
Op. Cit, 5) y desde entonces concentra su lucha en aglutinar a todas las autoridades
originarias, a través de una instancia llamada “Centro Educativo Collasuyo”. En 1934, su
estrategia se generaliza como solicitud del deslinde general de territorios con los pueblos
indígenas guaraní, mojeño y chiquitano, de los departamentos de Santa Cruz, Tarija y
Beni; de esta manera líderes legendarios del Oriente, Chaco y Amazonía, se adscriben al
deslinde de territorios comunitarios3.
Este eje de lucha territorial, que adquiere diversas facetas y actores pero un mismo hilo
genealógico que recae en la restitución comunitaria del territorio, tanto en tierras altas y
bajas de Bolivia, muestra ejemplos explícitos de participación política como el caso de
Manuel Chachawayna, quien fue el primer candidato aymara a diputado en la historia
política de Bolivia. Quienes proponen como candidato a Manuel Chachawaya son del
Partido de la Unión Nacional, desprendido del Partido Republicano que lleva al poder a
Hernando Siles (1925-1930). Como se sabe, los indígenas no votaban por ser iletrados
bajo la Ley Electoral de entonces y aunque inventaron artificios legales, el entonces
candidato aimara no logró llegar a su objetivo, pero sí dejó un registro genealógico de su
estrategia política: "No sólo podemos ser electores, sino elegidos, bien por nosotros,
empecemos por la diputación para después llegar a la Presidencia de la República, puesto
que somos mayoría" (La Razón, 1927, en Ticona, Op.Cit., 4). De tal manera que en el
contexto de pugna entre élites republicanas, que llegan por ejemplo a su clímax a
2
Los Caciques apoderados intentaron con muchas dificultades irradiar la experiencia de reconocimiento de los títulos
coloniales en los departamentos de La Paz, Cochabamba, Chuquisaca, Oruro y Potosí: “… había agilizado una rápida
reproducción de esta ideología anticolonial, cuyo rasgo más sobresaliente constituía la autonomía: gobierno de las markas
aimaras.” (Id. P. 3)
3
“… Casiano Barrientos, capitán grande del Izozog, Saipurú y Parapetí de la provincia Cordillera de Santa Cruz,
Guardino Candeyo, Tiburcio Zapadengo y Manuel Taco de Tarija, y José Felipe Nava, Sixto Salazar de Rocha del Beni.
Lo más interesante en el pensamiento de Eduardo Nina Quispe, es el reencuentro de los pueblos andinos y los amazónicos.
Aquí queda pendiente de investigar cuáles fueron las bases de esa alianza.” (Id. P. 6)
comienzo de siglo XX con la denominada Guerra Federal, es el mismo movimiento
indígena originario de los “Apoderados Generales” quienes finalmente encuentran su
derrota y traición (Pablo Zárate Willka, Juan Lero y otros -1900).
Resulta clave comprender que la territorialidad comunitaria -segunda década del siglo XX
(1912)- encuentra continuidad de lucha y este mismo movimiento indígena originario,
esta vez liderado por “Caciques Apoderados” de ayllus y comunidades de La Paz, Oruro,
Potosí, Cochabamba y Chuquisaca (Santos Marka T'ula, Faustino Llanqui, Francisco
Tangara, Mateo Alfaro, Dionisio Phaxsi Pati, Feliciano Condori y muchos otros), reciben la
posta en una dura lucha legal que se prolonga hasta 1952. La demanda es la misma y
esta vez la rebelión alcanza mayores dimensiones en busca no sólo de una restitución de
tierras comunales, usurpadas por las haciendas sino de igualdad política. Lo que nos
interesa aquí es que, esta vez, la lucha de este movimiento indígena originario,
complementa la reivindicación de "soberanía comunal" (THOA, 1984) con Reforma Agraria
pero incorporando la reivindicación de "ciudadanía", esto es con Voto Universal,
sacrificando temporalmente el factor étnico -indígena originario- en favor del campesino.
Así como cientos de años antes, hoy, el eje de los conflictos entre la sociedad indígena y
la sociedad criolla dominante, continúa signado por el territorio y la participación política:
no meramente como medio igualitarista de poder, producción y de recursos, sino como
territorialidad comunitaria que a partir de 1952 “alterna” la democracia universal y la
comunitaria. En cuanto espacialidad energética, la territorialidad del ayllu, espacio
sagrado, productivo, político y social, se entrelaza con el Estado a la vez que lo excede.
Esa es la razón para que, a pesar y en la medida en que se fortalecen los gobiernos
liberales contra las tierras comunales, el movimiento indígena originario campesino diseña
siempre sus estrategias, aun sea su lucha una lucha desigual, su convicción de ser
propietarios comunitarios y primigenios del territorio desde los antepasados, no cede al
tiempo.
Instaurado el nacionalismo revolucionario en base al pacto político basado en territorio y
ciudadanía, pronto el movimiento indígena originario campesino continúa su lucha y se
moviliza contra los regímenes militares engendrados por el fracaso del MNR, en especial,
contra el Pacto Militar Campesino. Irrumpe así el katarismo como primer movimiento
masivo después e la Reforma Agraria de 1953 y uno de los primeros a nivel continental
(Xavier Albó).
En términos estructurales generales, los pueblos orientales continuaron bajo relaciones
de opresión y dependencia con profundo raigambre colonial, con comunidades donde aun
sobreviven regímenes de semi-esclavitud. Si bien en tierras altas el movimiento indígena
originario experimenta, producto del pacto estatal de 1952 un silencio étnico,
invisibilizando sus dimensiones territoriales y políticas ancestrales a favor del sindicalismo
agrario campesino; en las tierras bajas, el movimiento indígena si bien no constituye
mayorías demográficas, irrumpe en la política boliviana reivindicando el territorio
comunitario rearticulando su identidad étnica diversa y reactualizando así el factor
genealógico de territorialidad indígena también para tierras altas.
Este proceso de articulación del movimiento indígena originario campesino debe
entenderse como un proceso matizado por relieves dignos de análisis simultáneos
respecto a experiencias históricas diferenciadas, pero que finalmente permiten la base
genealógica –histórica, social y política- necesaria para los grandes cambios
constitucionales de la primera década del siglo XXI. Lo importante es anotar que, a fines
del siglo XX, a pesar de abrirse significativos espacios de convocatoria política y electoral,
nunca llegaron a jugar roles preponderantes de conducción y sólo llegaron a acceder
ocasionalmente a puestos electivos en los poderes públicos, como en los casos
acontecidos como producto de la aprobación de la Ley de Participación Popular (Alem
Rojo, 2006).
Esta limitación a la participación política, a pesar de las reformas estructurales de
primera y segunda generación consolidadas en la década de los 90 del siglo XX, contrasta
con la búsqueda de reivindicación territorial, que luego se fortalece con la emergencia de
derechos integrales por los cuales lucha el movimiento indígena originario campesino, que
por su parte, ya a principios de la década de los ’90, concentra e irradia esta vez, una
lucha democrática para cambiar el propio Estado Nación cambiando la Constitución
Política del Estado vigente hasta entonces4 a través de una Asamblea Constituyente.
Es así que organizaciones indígenas y campesinas grandes como CIDOB (Confederación
Indígena del Oriente, Chaco y Amazonía de Bolivia), CONAMAQ (Consejo de Ayllus y
Markas del Kollasuyo) y la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de
Bolivia (CSUTCB) desde hace años manifiestan su lucha por cambios constitucionales -Ley
de Necesidad de una Reforma Constitucional- para transformar el Estado boliviano.
De tal forma, el movimiento indígena originario campesino marcha, el año 2000, hacia
un sistema legal con fuertes rasgos multiculturales y derechos autonómicos (García
Linera, 2003).
Para concretar tales cambios, la última reforma parcial de la ex CPE, el año 2004,
institucionaliza figuras jurídicas de la Asamblea Constituyente, que por primera vez en la
4
“El pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus representantes y de las autoridades creadas por ley (…). La
representación popular se ejerce por medio de los partidos políticos o de los frentes o coaliciones formadas por éstos. Las
agrupaciones cívicas representativas de las fuerzas vivas del país, con personería reconocida, podrán formar parte de dichos
frentes o coaliciones de partidos y presentar sus candidatos a Presidente y Vicepresidente de la República, Senadores,
Diputados y Concejales. (ex CPE. Art. 223)
historia republicana de Bolivia, adviene con potestad de modificar integralmente la Carta
Magna esto es a la misma república, a través del Referéndum y la Iniciativa Legislativa
Ciudadana, buscando especialmente romper el monopolio de la representación política en
manos de partidos políticos, reconociendo así a “Agrupaciones Ciudadanas” y a “Pueblos
Indígenas” como sujetos político-electorales en igualdad de condiciones que los partidos
políticos (Díez Astete, 2010; ARNOLD, 2004)5.
5
ARNOLD, Denise. VILLARROEL, Victor. Pueblos indígenas y originarios de Bolivia. HACIA SU SOBERANÍA Y
LEGITIMIDAD ELECTORAL. CNE. 2004. Pp. 148. “Visto en cifras, las agrupaciones ciudadanas lograron obtener el
28,75% del total de la votación nacional y 316 concejales. En tanto que los pueblos indígenas obtuvieron el 1,87% de la
votación nacional y 104 de los 1.808 concejales electos.” (p. 7)
6
CNE. PNUD. IDEA. ASDI. ATLAS ELECTORAL DE BOLIVIA. Elecciones Generales 1979 – 2009. Asamblea
Constituyente 2006.
• Participó el Movimiento Indio Tupac Katari (MITKA) con Luciano Tapia Quisbert como
candidato a la Presidencia y Eufronio Velez Magne como candidato a la
Vicepresidencia
• Resultados MITKA: 19.624
o 16.557 votos en La Paz
o 2.707 votos en Oruro
v. Elecciones de 1993
Estas elecciones se llevaron a cabo luego de una reforma política importante. Se
conformaron Cortes Electorales imparciales y se emitieron leyes como modificaciones a la
CPE, especialmente para resguardar la voluntad del voto y evitar pactos a espaldas de los
electores. Se institucionaliza una Corte Nacional Electoral Autónoma con vocales elegidos
mediante mecanismos institucionales claros y firmes.
Las reformas institucionales inauguran un nuevo proceso a favor de la privatización,
descentralización, la reforma educativa y el reconocimiento formal de la heterogeneidad
cultural en Bolivia.
Se emite una Ley Electoral Nº 1246 del 05 de julio de 1991 que permite la elección de
cuatro vocales mediante dos tercios de la votación en el Congreso y el quinto por el
Presidente de la República. Desde entonces, el conteo de mesas es definitivo, sin reconteo
de votos ni revisiones de actas; sin embargo el mandato de conformar un padrón único
recién se inicia el año 2004.
Podemos considerar que las alianzas electorales de los candidatos, muestran ya una
aproximación lejana de interculturalidad en por lo menos en el frente ganador (MNR-
MRTKL) y en la coalición formal de CODEPA cuyo candidato a vicepresidente (croata)
acompaña a su candidato a la presidencia con base aimara.
La fórmula de dos-tercios se formaliza por lo que suman la alianza de MNR-MRTKL el
MBL y la UCS, juntando a 69 de los 130 diputados y a 18 de 27 senadores.
Las características eleccionarias más importantes fueron:
• Gana el MNR con 35,7%, seguido por AP con 21,1%, por CONDEPA con 14,4% y por
UCS con 13,8%.
• En la distribución parlamentaria el MNR-MRTKL alcanzan un 43%, el Acuerdo
Patriótico MIR-ADN tiene un 27%, UCS llega a un 13%, CONDEPA 8% y MBL 4%..
• Participó el Movimiento Katarista Nacional con Fernando Untoja Choque como
candidato a la Presidencia y Tomas Ticuazu Herítaruqui como candidato a la
Vicepresidencia
x. Elecciones de 2009
Luego de conflictos propios a un proceso de transición general del estado, el referéndum
para la aprobación de la nueva CPE, emergente de la Asamblea Constituyente, se llevó a
cabo el 25 de enero de 2009. Con el 61,4% de los votos válidos, la población dijo SI a la
nueva CPE la cual fue promulgada el 07 de febrero de 2009. La primera disposición fue
dar al Congreso el plazo de 60 días para emitir una nueva legislación electoral y llamar
primero a Elecciones Generales para el 06 de diciembre de 2009 y a Elecciones
Departamentales y Locales para el mes de abril del año 2010.
Las características eleccionarias más importantes fueron:
• Se conforma un Padrón Biométrico
• Se crean Circunscripciones Especiales Indígenas Originarios Campesinas para elegir
algunos miembros a la Cámara de Diputados de la Asamblea legislativa Plurinacional.
• Se elige a los representantes indígenas según usos y costumbres
• La oposición argumenta la fórmula de “un ciudadano, un voto” y solamente se
establece a 7 Circunscripciones especiales uninominales departamentalizados y no así
a 14 o 37, que era la reivindicación del movimiento indígena originario campesino
• Hubo posibilidad de reelección de presidente y vicepresidente.
• Se dispone la posibilidad de Segunda Vuelta y se valida el voto de residentes
bolivianos en el exterior
• MAS logra 108 parlamentarios, PPB-CN 44, UN 3 y AS 2
• Evo Morales con el MAS logra el 64,0% de los votos válidos.
Bibliografía
MURRA, John. Formaciones Económicas y Políticas del Mundo Andino. Instituto de Estudios
Peruanos, Lima. 1975.
CLASTRES, Pierre. La Société contre l'État. Les Edicions de Minuit, Paris, 1974
MARTÍNEZ GONZÁLEZ, Adriana Paola. Elecciones en Bolivia: Más allá de los número.
Observatoire des Amériques. La Chronique des Amériques Juillet 2010 N°04. Pp. 7.
DÍEZ ASTETE, Álvaro. Estudio sobre Democracia Comunitaria y Elección por Usos y
Costumbres en las Tierras Bajas de Bolivia, Elecciones Departamentales y Municipales
2010. CORTE NACIONAL ELECTORAL – IDEA INTERNACIONAL. Informe Final. La Paz. Bolivia.
2010. Pp. 193.
CNE. PNUD. IDEA. ASDI. ATLAS ELECTORAL DE BOLIVIA. Elecciones Generales 1979 – 2009.
Asamblea Constituyente 2006.