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Conciliarismo

Conciliarismo o teoría conciliar es la doctrina que considera al Concilio Ecuménico o


Universal como la suprema autoridad de la Iglesia, elevándolo (condicionalmente o por
principio) por encima del papado.
Esta doctrina argumenta que un concilio ecuménico representa a toda la Iglesia y obtiene
su potestad directamente de Cristo; a esa potestad están sometidos y tienen que obedecer
todos los fieles, también los miembros de la jerarquía, incluso el mismo Papa.

Índice
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 1Historia
o 1.1Tras el Concilio Vaticano I
o 1.2Referencias
 2Enlaces externos

Historia[editar]
La teoría conciliarista tiene sus premisas en aquellos múltiples factores de índole histórica,
política, canonística y sobre todo eclesiológica que, presentes en la época medieval,
confluirían finalmente en la gran crisis que afectó la vida de la Iglesia en los siglos XIV-XV
y que toma el nombre de Cisma de Occidente (1378-1417).
La vía conciliar pareció ser la única posible para obtener la vuelta a la unidad. El Concilio
de Constanza (1414-1418) se convocó precisamente con esta finalidad. Donde en pleno
Cisma con tres papas de por medio se declaró:
"Y [la asamblea] declara, en primer lugar, que congregada legítimamente en el Espíritu Santo,
formando concilio general y representando a la Iglesia católica, recibe la potestad inmediatamente
de Cristo. Todos, de cualquier estado o dignidad que sean, incluso papal, están obligados a
obedecerla en aquellas cosas que pertenecen a la fe y a la extirpación de dicho cisma y a la reforma
de dicha Iglesia, tanto en la cabeza como en los miembros.
Declara, además, que todo aquel, de cualquier condición, estado o dignidad que sea, incluso la
papal, que tercamente rehusara obedecer a los mandatos, determinaciones, ordenaciones o
preceptos de este santo sínodo o de cualquier otro concilio general congregado legítimamente, en
relación con lo que se ha hecho o debe hacerse en el futuro, si no entra en razón: se le someta a
una penitencia conveniente y se le castigue con la pena debida; y se recurra (si fuera necesario) a
otros medios que presta el derecho."1
Concilio de Constanza, 6 de abril de 1415.

El mismo Papa electo por el Concilio de Constanza, Martín V rechazó, al terminar el


concilio, estos cánones, manteniendo así intacta la perpetua fe católica sobre el primado
de Pedro y sus sucesores. Fue un momento muy excepcional de la historia de la Iglesia
cuando se aprueban estos ya que el papado era disputado por tres candidatos.
Sin embargo, las formas más radicales del conciliarismo se manifestaron a lo largo
del Concilio de Basilea, cuando se declaró que era una «verdad de fe católica» la
superioridad del concilio sobre el papa (sesión XXXIII, 1439). Para rectificar la decisión del
anterior concilio, el papa Julio II convoca un Concilio Ecuménico en Letrán donde se define
que la teoría conciliarista no se ajusta a la ortodoxia católica:
Ni debe tampoco movernos el hecho de que la sanción [pragmática] misma y lo en ella contenido fue
promulgado en el Concilio de Basilea, como quiera que todo ello fue hecho, después de la traslación
del mismo Concilio de Basilea, por obra del conciliábulo del mismo nombre y, por ende, ninguna
fuerza pueden tener; pues consta también manifiestamente no sólo por el testimonio de la Sagrada
Escritura, por los dichos de los santos Padres y hasta de otros Romanos Pontífices predecesores
nuestros y por decretos de los sagrados cánones; sino también por propia confesión de los mismos
Concilios, que aquel solo que a la sazón sea el Romano Pontífice, como tiene autoridad sobre todos
los Concilios, posee pleno derecho y potestad de convocarlos, trasladarlos y disolverlos.2
De la Bula Pastor Aeternus (SESION XI), de 19 de diciembre de 1516 Concilio de Letrán V

Tesis análogas a las conciliaristas sobrevivieron luego en el episcopalismo, en


el galicanismo y en el febronianismo. Dentro del catolicismo, parece que quedó superado
con la definición del Vaticano I sobre la naturaleza y el valor del primado del romano
pontífice (1870).
Tras el Concilio Vaticano I[editar]
Una nueva iniciativa conciliarista surge tras la condena del Sínodo de Pistoya en 1794, por
medio de la bula Auctorem Fidei de papa Pío VI.3 Ahora el origen no son las antiguas
doctrinas condenadas sino la revitalización de estas a través de la introducción de ideas
liberales e ilustradas en las enseñanzas de la Iglesia católica. A pesar que muchos Papas
combatieron esta doctrina, como el Beato Pío IX con el Concilio Vaticano I,4 el peso que
ganó las tesis de los católicos liberales, fue creciendo entre parte de la jerarquía católica.
Tal y como relata Ralph Wiltgen S.D.V5 la influencia de ciertos teólogos de mucho prestigio
influyó para que el concilio aprobase una declaración que fue denunciada por ambigua6 y
que fue acondicionada, por orden de Pablo VI, gracias a Fray Santiago Ramírez O.P. para
intentar hacerla coherente con el magisterio anterior.
Referencias[editar]

1. Volver arriba↑ Justo Collantes, La Fe de la Iglesia Católica. Las ideas y los hombres en los
documentos doctrinales del Magisterio, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1986, 3ª
edición, pp. 459-460
2. Volver arriba↑ DS1445; Denz.740
3. Volver arriba↑ [ DS2601-2700 ] ó [ Denz. 1501-1599 ]
4. Volver arriba↑ Constitución dogmática I sobre la Iglesia de Cristo Pastor Aeternus SESION
IV (18 de julio de 1870) [ DS3050-3075 ] [ Denz.1821-1840 ].
5. Volver arriba↑ El Rin desemboca en el Tíber. Historia del Concilio Vaticano II ISBN 978-84-
923838-9-4
6. Volver arriba↑ Entre ellos por Marcel Lefebvre.

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