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PROTECCIÓN EN EL USO DE AGUAS RESIDUALES Y LODOS DE

PLANTAS DE TRATAMIENTO

1. Antecedentes

En el aprovechamiento de aguas residuales y lodos, las medidas para proteger la salud se pueden
agrupar en cuatro grandes categorías:

- tratamiento de los residuos (aguas residuales y lodos);


- restricción de cultivos;
- métodos de aplicación de los residuos; y
- control de la exposición humana.

La protección de la salud ha recibido mayor atención en las áreas relacionadas con el tratamiento
de aguas residuales y la restricción de cultivos. En el futuro, con un método de planificación mejor
integrado, se espera que las medidas de protección de la salud puedan generalizarse y aplicarse
sistemáticamente de acuerdo con las condiciones socioculturales, institucionales y económicas de cada
lugar.

Como medida preventiva, en los métodos convencionales de tratamiento de aguas residuales se da


énfasis a la reducción de la demanda bioquímica de oxígeno y de los sólidos en suspensión. Por otro
lado, en el tratamiento para uso agropecuario se exige la eliminación de agentes patógenos, como los
helmintos, operación para la cual no son muy eficaces los métodos convencionales. El ingeniero que
pretenda diseñar una planta de tratamiento de aguas residuales cuyos efluentes serán aprovechados en
la agricultura o piscicultura, debe saber hasta qué punto hay que eliminar los agentes patógenos. Cada
sistema de aprovechamiento exige un objetivo diferente en lo que respecta a la máxima concentración
permisible de determinados microorganismos en las aguas residuales tratadas. Al diseñar un proyecto de
tratamiento de aguas residuales, se deberá seleccionar la tecnología y las estrategias administrativas de
aprovechamiento que ofrezcan el grado de protección sanitaria que se requiera.

Es necesario producir efluentes que satisfagan la calidad exigida mediante procesos que no demanden
vigilancia continua. Por tanto, se debe hacer hincapié en la selección y en el diseño de las plantas de
tratamiento, antes que en el cuidado extremo del manejo. Esto reviste particular importancia para los
países en desarrollo en donde la infraestructura es deficiente y la experiencia en el manejo de plantas de
tratamiento de aguas residuales es limitada. En estos países la tecnología simple y barata tiene mayores
posibilidades de éxito.

Es conveniente aplicar una combinación de medidas de protección. Por ejemplo, la restricción de


cultivos puede ser suficiente para proteger a los consumidores, pero debe ir acompañada de medidas
para proteger a los agricultores. En algunas ocasiones un tratamiento parcial menos exigente puede ser
suficiente, siempre que se combine con otras medidas. La viabilidad y eficacia de cualquier combinación
de medidas de protección de la salud depende de diversos factores que deben examinarse
cuidadosamente antes de poner en práctica determinada opción. Estos factores son:
- disponibilidad de recursos (económicos, humanos y de terreno);
- hábitos sociales y prácticas agrícolas;
- enfermedades relacionadas con las excretas.

Si no se dispone de fondos económicos ni de terreno para tratar las aguas residuales de acuerdo con
las directrices de calidad para riego, es necesario recurrir a otra medida de protección de la salud. En
algunos casos, una adecuada restricción de cultivos puede hacer innecesario adoptar otra medida para
proteger al público. Sin embargo, si la escasez de personal calificado y los hábitos establecidos impiden
ejecutar las restricciones de cultivo de manera eficaz, hay que recurrir a otros métodos.

A continuación se examinan los factores técnicos que afectan las diversas opciones de protección de
la salud.

1.1 Tratamiento de aguas residuales y lodos

El tratamiento de aguas residuales para uso agrícola y acuícola tiene por objetivo suprimir los
agentes patógenos con el fin de evitar la transmisión de enfermedades. Sin embargo, los sistemas
ordinarios de tratamiento de aguas residuales en Estados Unidos de América y Europa no tienen este
objetivo. Su primer interés es suprimir la materia orgánica expresada como DBO y los sólidos
suspendidos. Durante los últimos años, debido a la creciente preocupación por la contaminación
ambiental, se han incorporado métodos complejos de tratamiento avanzado a los sistemas habituales para
mejorar la remoción de patógenos. Frente a esta situación, las lagunas de estabilización constituyen un
método más sencillo de reducir agentes patógenos.

En lo que respecta a la remoción de patógenos de las aguas residuales, el número de los que
sobreviven es más importante que el número de los que mueren. Cifras como 99% o 99,9% de remoción
de agentes patógenos pueden parecer impresionantes, pero representan el 1% y el 0,1% de
sobrevivientes, respectivamente. Dadas las altas concentraciones de patógenos que se pueden
encontrar en las aguas residuales, estas proporciones pueden ser importantes. Las aguas residuales sin
tratar pueden tener más de 105 bacterias patógenas por litro, por lo que un 99% de reducción dejaría
más de 103 bacterias patógenas por litro.

Por tal motivo, el grado de eliminación de microorganismos de las aguas residuales a través de un
tratamiento determinado se expresa mejor en función de unidades logarítmicas10. Al tratar las aguas
residuales municipales para su uso en riego sin restricción, se necesita reducir la concentración bacteriana
al menos en 4 unidades logarítmicas10 y la concentración de huevos de helmintos en 3 unidades
logarítmicas10. Se puede reducir el grado de tratamiento si se adoptan otras medidas de protección de
la salud o si la calidad de las aguas residuales puede mejorarse después del tratamiento mediante su
dilución en aguas naturales, el almacenamiento prolongado o el transporte a lo largo de grandes distancias
en un río o canal. El grado de reducción de agentes patógenos es fácil de calcular, pero la cifra pertinente
para determinar su uso es la dilución mínima y ésta se produce en la estación seca, cuando el caudal es
mínimo. La reducción de patógenos en depósitos, ríos o canales está en función del tiempo y de la
temperatura, y no necesariamente de la distancia aguas abajo. Los agentes
patógenos de una corriente natural de flujo rápido pueden recorrer 50 km en 12 horas, tiempo
insuficiente para que se produzca una reducción importante de patógenos.

La concentración promedio de coliformes fecales de aguas residuales municipales es alrededor de


107 a 108 CF/100 ml. Si éstas son descargadas a un río libre de contaminación con una capacidad de
dilución mínima de 1001, la concentración en el río luego de la descarga será de 106 CF/100 ml, valor
superior al nivel máximo permisible para agua de riego sin restricciones en Europa y los Estados Unidos
que es de 1.000 CF/100 ml. En este ejemplo, la reducción de coliformes fecales necesaria para cumplir
con el objetivo de calidad en el río sería como mínimo de 3 unidades logarítmicas10.

Los lodos son un subproducto de los sistemas de tratamiento de aguas residuales y su uso es valioso
como fuente de nutrientes y acondicionador de suelos. Sin embargo, no resultan inocuos porque
provienen de sistemas de sedimentación y tienen altas concentraciones de microorganismos; por ello,
los lodos deben ser tratados.

Las excretas y lodos de plantas de tratamiento no requieren de ningún tratamiento cuando se aplican
al terreno mediante inyección subterránea o cuando se depositan en zanjas antes del período de siembra.
Otros métodos de aplicación requieren un almacenamiento previo para cumplir con la directriz de calidad
helmíntica (< 1 huevo viable de nematodo intestinal por 100 g) las excretas sin tratar deben almacenarse
durante un período mínimo de un año a la temperatura ambiente. Este período incluye el lapso
comprendido entre la excreción y la aplicación del terreno, así como cualquier tiempo transcurrido en
una letrina, tanque séptico o en un proceso de tratamiento como la digestión anaerobia y deshidratación
mediante lechos de secado, por ejemplo. Este tiempo mínimo de almacenamiento puede reducirse
mediante tratamiento a temperaturas superiores. Por ejemplo, en la elaboración aerobia de abono y la
digestión termofílica, la inactivación de patógenos se da a temperaturas superiores a los 50
C en un tiempo de retención adecuado.

Al igual que el tratamiento de las aguas residuales, el tratamiento de los lodos se puede combinar o
reemplazar con otras medidas para evitar que su aprovechamiento sea un factor de riesgo en la
transmisión de enfermedades infecciosas.

Otro aspecto importante que debe considerarse en el aprovechamiento de aguas residuales y lodos
provenientes de plantas de tratamiento, es el control de los vertimientos industriales sin tratamiento previo
a las redes municipales de alcantarillado. Tales descargas pueden inhibir los procesos de tratamiento
biológico y ciertas sustancias químicas (metales pesados) en concentraciones altas pueden resultar tóxicas
a las plantas o bioacumularse a través de la cadena alimenticia, lo que podría afectar a los consumidores
de los productos generados por el aprovechamiento de aguas residuales y lodos.

Aun cuando se pretende aprovechar aguas residuales municipales de naturaleza estrictamente


doméstica, normalmente no se pueden evitar descargas clandestinas de pequeñas industrias como
1
La dilución mínima puede expresarse como una relación entre el caudal de estiaje del río, receptor de las de
las descargas, y el caudal promedio de aguas residuales. Factor de dilución = (Caudal del río)/(Caudal de
aguas residuales)
curtiembres, tratamiento de metales (galvanoplastia), recarga de baterías, entre otras, por lo que se
debe mantener un monitoreo constante.

1.2 Restricciones en la producción agropecuaria

El uso de aguas residuales en cultivos sin restricción debe cumplir con las exigencias de calidad
adoptadas en cada país. Como referencia se pueden utilizar las directrices sanitarias de la OMS. Sin
embargo, es necesario tomar algunas medidas adicionales para resguardar a los trabajadores del campo
y a quienes manejan las cosechas.

Los cultivos pueden agruparse en tres categorías de acuerdo con el grado de medidas que protegen
a la salud.

Categoría A: En este grupo de cultivo, son los trabajadores de campo quienes están sujetos a riesgo.
Por ello, las medidas de protección están orientadas a ellos. Incluye los siguientes
cultivos:

- Cultivos no aptos para el consumo humano.


- Cultivos que suelen tratarse por calor antes del consumo humano.
- Verduras y frutas cultivadas exclusivamente para enlatado u otros tratamientos que
eliminan agentes patógenos.
- Cultivos forrajeros secados al sol y recolectados antes de ser consumidos por los
animales.
- Riego de campos cercados sin acceso para el público.

Categoría B: En este grupo de cultivo, los trabajadores de campo son también el primer grupo de
riesgo, pero pueden existir riesgos indirectos para el consumidor. Incluye:

- Cultivos de pastos y forrajes verdes.


- Cultivo para consumo humano que no entran en contacto directo con aguas residuales.
- Cultivos que se ingieren cocidos.
- Cultivos para consumo cuya cáscara no se come.
- Cualquier cultivo que se riegue por aspersión.

Categoría C: En este grupo de cultivo, las medidas de protección están orientadas a resguardar la
salud tanto del trabajador del campo como del consumidor. El tratamiento de aguas
residuales debe estar destinado a cumplir las directrices de la OMS para uso irrestricto
como medida fundamental. Esta categoría incluye a:

- Todo producto que suela ingerirse crudo y se cultive en contacto con efluentes de
plantas de tratamiento de aguas residuales.
- Riego de campos con acceso para el público.
La categoría A recibe el nombre de riego restringido. Corresponde a una estrategia de protección
al consumidor, especialmente al de menor resistencia a las infecciones. Sin embargo, no protege a los
agricultores. Por lo tanto, la restricción no es una medida adecuada por sí sola, sino que forma parte de
un sistema integrado de control.

El cumplimiento exclusivo de la remoción de helmintos sería un grado de tratamiento parcial


suficiente para proteger a los trabajadores del campo en la mayoría de los casos y sería menos
costoso.

La restricción de cultivos es factible y más fácil en las siguientes situaciones:

- En una sociedad donde las leyes se cumplen cabalmente.


- Donde existe un organismo público que controla la distribución de las aguas residuales y lodos,
y tiene autoridad legal para exigir la restricción de cultivos.
- Donde existe un organismo público que controla la calidad de los efluentes de las plantas de
tratamiento de aguas residuales y lodos.
- Donde los proyectos de riego obedecen a una firme gestión central.
- Donde hay una demanda adecuada de los cultivos autorizados por la restricción y éstos se
venden a un precio razonable.
- Donde existe una escasa presión del mercado en favor de los cultivos excluidos.

Donde no prevalezcan estas circunstancias, será difícil imponer programas de restricción de cultivos.

Reducir los riesgos sanitarios mediante la restricción de cultivos no es tan sencillo en el caso del uso
de excretas y aguas residuales con fines acuícolas como sucede en la agricultura. La mayoría de las
macrofitas acuáticas cultivadas y algunos peces se ingieren crudos, especialmente en Asia. Por ello,
prescindir de excretas y aguas residuales para cultivos que se consumen crudos, en la práctica supondría
la desaparición de procedimientos acuícolas tradicionales. Una solución podría ser introducir en estas
zonas peces que no se comen crudos (por ejemplo, tilapia), pero aun así probablemente sería difícil
evitar por completo procedimientos habituales que se aplican en la acuicultura de subsistencia.
Afortunadamente, en América Latina no se tiene referencia de uso de excretas o aguas residuales sin
tratar en las prácticas acuícolas.

1.3 Técnicas de uso de aguas residuales y lodos

1.3.1 Las aguas residuales en la agricultura

El agua de riego puede aplicarse al terreno por inundación, mediante surcos, por aspersión, por
riego del subsuelo, o por riego localizado o goteo. Las ventajas y los inconvenientes de la aplicación de
cada método cuando se emplean aguas residuales se muestran en el cuadro 1.

Si el agua residual tratada se ajusta a la calidad recomendada por las directrices de la OMS, se
puede usar cualquiera de los cinco métodos; la elección de uno u otro estará basada en el respectivo
análisis técnico-económico.

Si el agua no cumple con los requisitos de calidad y se desea regar cultivos de la categoría B, no
debe utilizarse riego por aspersión (excepto para cultivos de pastos o forrajes) ni riego por inundación.
El riego del subsuelo y el localizado pueden ofrecer el máximo grado de protección para la salud y
aumentar la productividad de los cultivos. Sin embargo, este sistema resulta más costoso y aún no se ha
empleado en gran escala con aguas residuales.

Cuadro
1
Factores que afectan la elección del método de riego y
medidas necesarias cuando se emplean aguas residuales

Método de Factores que afectan Medidas especiales


riego la elección para aguas residuales
Riego por inundación Costo mínimo, no se requiere Protección completa para los
nivelación del terreno trabajadores del campo, para los
que manipulan las cosechas y para
los consumidores.
Riego mediante surcos Costo reducido, puede ser Protección para los trabajadores
necesaria la nivelación del terreno del campo y tal vez para los
manipuladores de las cosechas y
los consumidores.
Riego por aspersores Aprovechamiento medio del agua; No deben cultivarse algunos
no se requiere nivelar el terreno productos de la categoría B, sobre
todo árboles frutales. Distancia
mínima de 50 a 100 m respecto a
viviendas y caminos. No deben
emplearse residuos anaerobios
debido a los malos olores.

Riego subterráneo y Costo elevado, gran Filtración para evitar la


localizado aprovechamiento de agua, obstrucción de los emisores.
cosechas más productivas

Fuente: Mara, D.; Cairncross, S. 1990.


1.3.2 Los lodos en la agricultura

Los residuos orgánicos cuyo tratamiento se ajuste a las directrices de la OMS para calidad
helmíntica pueden contener altas concentraciones de agentes bacterianos y víricos y presentar mayor
riesgo para los trabajadores del campo que el riego limitado con aguas residuales; solo podrá reducirse
mediante el control de la exposición.

En acuicultura es posible eliminar o reducir el olor residual desagradable y también el grado de


contaminación por microorganismos fecales cuando los peces se mantienen en agua limpia antes de
proceder a la venta, siempre que los niveles de calidad del agua en los estanques se encuentren dentro
de las directrices sanitarias de la OMS. Este proceso de depuración se ha aplicado exitosamente en la
Unidad de Acuicultura San Juan, en Lima, Perú. Antes de la venta las tilapias, cultivadas con efluentes
de lagunas de estabilización que cumplen con las directrices de la OMS, se mantienen por un período
de 12 a 24 horas en estanques con agua limpia.

1.4 Control de la exposición humana

El uso de aguas residuales y excretas en agricultura puede constituir un riesgo para los siguientes
grupos de personas:

- agricultores y sus familias;


- personas que manejan los productos cultivados;
- consumidores (de productos cultivados, carne y leche); y
- personas que viven cerca de los campos de cultivo.

Para controlar la exposición se emplean diversos métodos, cuya finalidad es evitar el contacto directo
con los agentes patógenos o impedir la aparición de enfermedades una vez realizado el contacto.

Los agricultores y personas que manejan los cultivos deben adoptar las siguientes medidas
preventivas: usar ropa protectora, cumplir estrictas prácticas de higiene, vacunarse contra determinadas
infecciones y adoptar la quimioterapia como medida paliativa provisional para evitar la infección.

Otras medidas de protección de la salud incluyen la provisión de establecimientos médicos para


tratar las enfermedades diarreicas, la quimioterapia regular para tratar las infecciones infantiles por
nematodos y el control de la anemia.

En los programas de aprovechamiento de aguas residuales en agricultura y acuicultura, los riesgos


para los consumidores se reducen mediante la cocción de los alimentos, la observación estricta de normas
de higiene con relación a la limpieza de los alimentos y el control de las condiciones de manipulación de
los productos, desde el momento de su cosecha y transporte hasta el expendio en los mercados. La
población debe estar bien informada sobre la ubicación de los campos que emplean aguas residuales sin
tratar, a fin de evitar el consumo directo de los productos que generan.

Se debe tener especial cuidado para que los trabajadores, residentes y visitantes no utilicen aguas
residuales para beber. Por tanto, el suministro de agua potable es una medida indispensable de control
de la exposición. Todos los canales, tubos y salidas de aguas residuales deben marcarse como tales.

En el caso de la acuicultura existen cuatro grupos de población que pueden correr riesgo por el uso
de aguas residuales:

- los trabajadores de los estanques acuícolas;


- los manipuladores de peces y macrofitas;
- los consumidores de peces y macrofitas; y
- los que viven cerca de los estanques acuícolas fertilizados con aguas residuales.

Muchas personas pertenecerán a más de uno de estos grupos y por ello corren doble riesgo. Los
trabajadores de los estanques acuícolas corren un alto riesgo de adquirir infecciones parasitarias.

En los sistemas de acuicultura, la mejor forma de controlar la esquistosomiasis es mediante el


tratamiento de las aguas residuales y el control de los caracoles. Es necesario informar a la población
local cuáles son los estanques que se han fertilizado con desechos. Sin embargo, es probable que los
residentes de zonas sin abastecimiento de agua o saneamiento adecuados empleen los estanques
acuícolas para el baño y otros fines. Por ello, los servicios de abastecimiento de agua y saneamiento
también son importantes para el control de la exposición humana.

Los manipuladores de productos agrícolas corren menor riesgo y pueden combatir su exposición
utilizando guantes y adoptando adecuadas prácticas de higiene personal.

Los intentos de modificar preferencias tradicionales de consumo de productos acuícolas crudos, no


necesariamente tendrán éxito. La mejor protección para los consumidores será el tratamiento adecuado
de las aguas residuales antes de su aplicación.

Un aspecto muy importante es la percepción pública respecto al uso de aguas residuales. En


Mendoza, Argentina, en el área de riego con aguas residuales no se registraron enfermedades infecciosas
relacionadas con esta práctica entre los agricultores y población aledaña. La razón de este hecho se debía
al alto grado de conocimiento de los riesgos asociados al uso de las aguas residuales y al abastecimiento
de agua potable en el nivel domiciliario.
2. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

- Mara, D.; Cairncross, S.; 1990. Directrices para el uso sin riesgos de aguas residuales y
excretas en agricultura y acuicultura. Ginebra: Organización Mundial de la Salud.

- Organización Mundial de la Salud. 1989. Directrices sanitarias sobre el uso de aguas residuales
en agricultura y acuicultura. Ginebra: Organización Mundial de la Salud. (Serie de informes
técnicos 778).

- Pescod, M.B. 1992. Wastewater and use in agriculture. Roma: FAO (FAO Irrigation and
drainage paper 47).
- Sáenz Forero, R. 1987. Predicción de la calidad del efluente de lagunas de estabilización.
Lima: CEPIS. (Hojas de divulgación técnica 38).

- Sáenz Forero, R. 1994. Riego y salud; modernización y avances en el uso de aguas negras
para la irrigación, intercambio de aguas, uso urbano y riego. Washington, DC: OPS.

- Moscoso, J.; León Suemastu, G. 1992. Reuso en acuicultura de las aguas residuales tratadas
en las lagunas de estabilización de San Juan. Sección II: Tratamiento de aguas residuales y
aspectos sanitarios. Lima: CEPIS.

- León Suemastu, G.; Sanhueza, J.C. 1995. Medidas de protección sanitaria en el


aprovechamiento de aguas residuales y lodos de las plantas de tratamiento. Presentado en el
Curso Regional El Tratamiento y Reutilización de Aguas, CIDIAT, del 13 de marzo al 7 de abril de
1995, Mérida, Venezuela. Lima: CEPIS.

- Bertranau, A.V.; Fasciolo de Bagini, G. 1986. Impacto en el crecimiento urbano industrial en el


ambiente hídrico en zonas áridas con oasis regados - el caso de Mendoza. Presentado en el
Coloquio Internacional El Agua, la Ciudad y el Desarrollo, Marsella, Francia

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