Está en la página 1de 8

UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN

FACULTAD DE FILOSOFÍA HUMANIDADES Y

ARTES.

CARRERA: PROFESORADO DE HISTORIA

CÁTEDRA: HISTORIA AMERICANA I

TRABAJO PRÁCTICO N°4

ALUMNOS: Peralta, Mariel.

Tello, Jorge.

Tropea, Kevin

Vargas, Matías

Año 2017
JAMES LOCKHART. “Organización y cambio social en la América española colonial”.
1) ¿Cuál es el problema que plantea el autor?
Hace algo menos de dos décadas empezó a explorarse el tema que actualmente se suele denominar
«historia social» de los inicios de la América española, el estudio de su estructura social u organización social.
La mayoría de ellos extraídos de informes de contemporáneos en leyes, manifiestos políticos o informes
oficiales. Desde entonces toda una corriente académica dentro del campo de la historia hispanoamericana
temprana ha concentrado sus estudios precisamente hacia el lado opuesto de estos fenómenos sociales. Tales
trabajos han sido muy específicos, vinculados a cierto tiempo y lugar, dando cuenta detallada de las vidas
individuales.
Después del tiempo transcurrido se hace necesaria una síntesis provisional que ponga énfasis en los
procesos y principios, a pesar de que las historias y situaciones individuales hayan proporcionado, en última
instancia, las fuentes básicas. Puede argumentarse, con razón, que se ha perdido algo del sabor humano, que
la variedad regional ha sido atenuada o que los aspectos concernientes a la cronología han sido olvidados.
Por esto es que el autor escribe sobre la organización social en América a la llegada de los españoles,
como fue modificándose con el correr del tiempo, las principales características y como el contexto fue
influyendo para que estas comenzaran a cambiar.

2) ¿Quiénes integraban el mundo español y cuáles eran los roles que desempeñaban en la sociedad?

El mundo español fue sostenido por múltiples lazos de refuerzos mutuos, este sector integró a no
españoles, no sólo extranjeros europeos, sino también africanos y siervos indígenas. El mundo español
incluyó a todos aquellos que hablaban bien el castellano, se vestían y comportaban, más o menos, de acuerdo
al estilo europeo, y normalmente departían con los españoles. En grupo tendió a autodesignarse con el
término de «gente de razón», o aquellos que llevaban una vida racional y ordenada, tal y como era entendida
por los europeos.
La sociedad fue urbana en América, por cuestiones obvias, los hispanos e hispanizados ocuparon los
grandes centros urbanos y los indígenas las zonas periféricas. Al igual que el comercio se ubicó en el seno de
ésta misma, a la vez que todas las actividades institucionales, económicas y sociales.
Las familias dominantes formaron y crearon a través de los matrimonios entre sí extensos grupos de
parentesco a nivel provincial o, algunas veces, grupos rivales, el fin era integrar alguno de sus miembros en
las más altas jerarquías para facilitar el manejo de la empresa que tenían a su cargo. La organización familiar
fue inclusiva. La importancia del matrimonio era lo que le daba validez, era la forma de solidificar la unión
entre las familias, pero en realidad les importaba eran las propiedades y sobre todo, lo que aportaba la mujer
como dote.
Los hombres una vez casados mantenían un segundo hogar, esto hacía que tuvieran parentescos
ilegítimos. Las mujeres (españolas) se preparaban para tener un buen matrimonio y aunque no se le permitía
el manejo capital de la casa, de manera informal era capaz de llevar adelante una empresa y así el capital de la
casa, siempre bajo el consentimiento del marido y en caso de quedar viuda, lo podía hacer con total libertad.
Los círculos más altos eran sumamente exclusivistas y estaban restringidos a los niveles más altos
del pequeño número de familias prominentes, ya de antiguo establecidas; solamente se podía lograr acceder a
ellos a través de un gran aumento efectivo de riqueza u ocupando las posiciones oficiales más altas. En la base
del mundo español estaba, obviamente, la «gente baja»: taberneros, arrieros, marineros. Hubo personas
modestas que vivían holgadamente y eran respetadas, tales como artesanos, capataces, detallistas y otros
similares.
Una serie de distinciones, más tangibles sobre la sociedad o un individuo que la dicotomía noble
plebeyo, consistió en las variadas categorías funcionales u ocupacionales existentes. La más alta de tales
funciones, más bien amorfa, la podemos denominar “titular de propiedades”, aunque, por supuesto, hubo
propiedades de muchos tipos, no todas ellas eran grandes o gozaban de prestigio. En segundo lugar, las
profesiones letradas, como derecho, carrera eclesiástica y (en menor medida) medicina, gozaban de un doble
aspecto a su favor. En primer lugar, las familias más grandes y más nobles no vacilaban en mandar a sus hijos
a ejercer en estos campos, donde podían esperar un rápido avance hacia altas posiciones.
De todas las ocupaciones, la de comerciante era a la que resultaba más difícil de otorgar una
valoración social más o menos fija, dentro del mundo español. Siempre distinto del verdadero comerciante era
el pequeño negociante local, conocido, entre otros términos, como «tratante». Humilde, a menudo ubicado en
el último escalón de la jerarquía española y probablemente analfabeto, el tratante comerciaba principalmente
con aquellos bienes que circulaban dentro de la economía regional. Los artesanos estaban integrados por
gente humilde, luego otros oficios como el barbero, carretero, administrador de almacén estaban relacionados
a los plebeyos. Los trabajadores de las propiedades se ubicaban en el escalón más bajo, esta actividad estaba
relacionada directamente con los trabajadores temporeros, ocupados por corto tiempo, migrantes, que
realizaban las tareas que requerían una menor destreza, especialmente durante los períodos álgidos del trabajo
estacional.
3) ¿Dónde incluye y porque a la población afro-esclava?
En la mayor parte de la América española no hubo un mundo africano en el sentido que hablamos de
la existencia de un europeo y otro indígena, con excepción quizá de algunas partes del Caribe. Más que existir
como un sector separado, los negros eran normalmente distribuidos entre las familias hispánicas y sus
propiedades. Fue un sector cerrado por el hecho de que se casaban entre ellos mismos, muy pocas veces se
relacionaban con españoles o aborígenes. Tenían un campo restringido, no podían aspirar a mucho ya que
generalmente se los mantenía excluidos, incluso cuando eran libres o racialmente mestizos, y el elevado coste
de importación de esclavos africanos redundaba en que se les ubicara en buena parte en tareas remunerativas,
de habilidad y responsabilidad. Las posiciones arquetípicas para los negros fueron las de artesano y las de
supervisor de escaso nivel (los sirvientes personales de confianza constituían un sub-grupo del último).
En segundo lugar, la cuestión de la libertad o esclavitud marcó pocas distinciones en el papel social
de los negros. No sólo por el hecho de que los negros y mulatos continuaron siendo artesanos, capataces y
sirvientes de confianza, sino que hay que tener en cuenta la otra cara de la moneda, ya que algunas veces los
negros, mientras continuaban siendo esclavos, llegaban a alcanzar funciones tan altas como las de supervisor
general. Dentro del conjunto de la sociedad hispanoamericana, el esclavo, al margen de algunas obvias
desventajas, disfrutaba de un nivel más bien medio.
4) ¿Cómo caracteriza al mundo indígena?
La posición de los indígenas era ambigua, podían considerárselos por debajo de los plebeyos comunes,
pero a veces podían ser poderosos y recompensados de un noble. Algunas veces pertenecían a un grupo étnico
minoritario o recién conquistado o buscaban refugio al superpoblarse su espacio vital.
La organización social derivaba del principio básico de la subdivisión igualitaria. La típica unidad
provincial estaba estructurada por una distribución algo simétrica de las sub-unidades. A diferencia de los
españoles, la poligamia era aceptada, al igual que varias reglas sexuales, lo que trajo consigo problemas de
herencia.
5) ¿Qué diferencias marca en relación a sociedades sedentarias, semi-sedentarias y nómades?
Cuando los españoles llegaron a ocupar las zonas sedentarias continuaron con el funcionamiento de
la sociedad provincial indígena como base del proyecto global, reconociendo una “república de indios”
separada, los españoles en cada sub-región dividieron la comunidad indígena en muchos municipios distintos.
Se pretendió que vivieran separados de los españoles.
Las zonas sedentarias disfrutaban de una unidad provincial bien definida, en general más autónoma e
independiente que el equivalente español, con una cabeza dinástica autorizada para exigir trabajo y tributo
(podía darse un asentamiento urbano central fuerte y dominante, o una carencia casi absoluta del mismo). La
distinción noble-plebeyo también existió aquí, estando en cualquier caso más profundamente arraigada e
insistente que entre los españoles. El impacto en la sociedad indígena corporativa fue sólo un lado de la
cuestión; el otro, la absorción de los indígenas individuales dentro de los mundos españoles como
servidumbre permanente, trabajadores y dependientes de varios tipos —un movimiento facilitado por el papel
previamente existente el naboría o yanacona— fue a largo plazo igualmente significativo.
Un segundo grupo incluye lo que podríamos llamar sociedades semi-sedentarias, a menudo
localizadas en áreas boscosas, allí hubo poblados y se practicó la agricultura, pero, en cambio no hubo
mayores puntos de coincidencia con la organización española. El cultivo cambiaba de lugar rápidamente, y
con el tiempo ocurría lo mismo con los poblados. Nada de lo que había era permanente, ni contaba con una
unidad provincial bien definida que sirviera de espacio y medio ambiente; incluso en los poblados
individuales, aunque pudieran disponer de jefes guerreros, no disponían de jefes dinásticos que exigieran
tributo, que dieran estabilidad a la unidad y unificaran la dirección. No había ninguna distinción entre gente
noble y plebeya, como tampoco había otros grupos especializados. La unidad más sólida de la sociedad
radicaba en el grupo extenso del mismo linaje, que a veces vivía bajo el mismo techo en una casa grande y
normalmente bajo el liderazgo del varón más viejo. Un aspecto sorprendente de la división sexual del trabajo
fue que, mientras en las sociedades sedentarias el hombre ejercía las tareas más duras del trabajo agrícola, en
las semi-sedentarias era la mujer la que asumía esta función, ayudada por el hombre en tareas tales como la
limpieza, puesto que el hombre, más que agricultor, era cazador, pescador y guerrero.
La población no sedentaria no pudo constituir un entorno ambiental que circundara la ciudad
española, ni ser llevada allí para trabajar. Cuando los españoles estaban presentes entre grupos de población
nómades, el orden imperante era normalmente el constante y duradero hostigamiento y conflicto mutuo, al
tiempo que casi todos los mecanismos sociales mediante los cuales los españoles intentaban dominarlos o
explotarlos, tomaban la forma de eliminación brutal y total de su propio contexto, sumado a esto los españoles
regularmente recurrían a la esclavitud para someter a este tipo de población. Aunque algunas veces a este
sistema se lo encubría bajo el término de servidumbre como castigo a la resistencia, sin embargo, ello fue una
verdadera esclavitud, mantenida con ventas y reventas. Al esclavo casi siempre lo mandaban a las lejanas
áreas centrales, donde no le quedaban otras alternativas que la de adoptar la lengua española y la vida
sedentaria.
La otra institución, más corporativa, para convertir a los grupos nómades en población sedentaria, fue la
creación de un asentamiento totalmente nuevo, llevada a cabo bajo los auspicios oficiales (en general
eclesiásticos), el establecimiento “misión” estuvo inspirado en las formas indígenas de estilo hispánico de las
áreas centrales y disfrutó exteriormente del mismo tipo de gobierno y oficiales indígenas. Lo que se intentó
fue una revolución social total sin una gran fuerza de ocupación, un movimiento destinado desde el inicio al
fracaso o como máximo a tener un éxito muy limitado. En la mayoría de los casos en que los asentamientos
florecieron durante largos períodos, los indígenas eran más semi-sedentarios que no sedentarios. En cualquier
caso, las misiones generaron cierto número de indígenas preparados para vivir y realizar tareas al estilo
hispánico.
6) Caracterice la dinámica de interacción entre mundo español y aborigen.

Los términos para designar a los tres núcleos que habitaban el continente fue confuso en un primer
momento, estos núcleos que fueron: el español, el africano y el amerindio, entre medio de ellas nos
encontramos con el mestizo (indio y español) y el mulato (negro y español), aparte de ser una mezcla física
también se dio en el aspecto cultural. Durante un período estas mezclas eran consideradas aberraciones, como
algo impuro, pero con el tiempo gran parte de las primeras generaciones de mestizos fue aceptada, incluso se
llegó a hacer pasar por español el mestizo que adquiría cierta riqueza de alguna relación directa con parientes
españoles.
Si comparamos la escala étnica con la funcional, nos encontramos con que cada categoría étnica
combinaba con diversas funciones, si bien las personas llamadas “españolas” tendieron a monopolizar las
funciones altas (en raras ocasiones, junto a indios hispanizados pertenecientes a la alta nobleza), también es
cierto que éstas aparecieron ocupando rangos medios y bastante más bajos. A la hora de contraer
matrimonios, en los archivos de la época figura que regularmente buscaban contraer matrimonio dentro del
mismo grupo étnico, en caso de no poder concretarse, tendían a buscar en los grupos más cercanos, también
se puede decir que a pesar de que buscaban dentro del mismo grupo, encontramos que tuvieron hijos
ilegítimos entre distintos grupos étnicos. Esos grupos llegaron a organizarse en cofradías, y a su vez se
subdividían por etnias y por trabajo.
Un tipo importante de interrelación entre los mundos español e indígena, estuvo en manos del grupo
de gente que funcionó en el sector español, pero que no provenía originariamente del sector indígena (naboría,
yanacona). Allí donde hubo una densa población indígena sedentaria, los españoles tuvieron una necesidad
casi ilimitada de gente especializada en tareas propiamente hispánicas. En el caso de los espacios
relativamente vacíos, los españoles necesitaron el mismo tipo de gente para construir todo de forma
apresurada, la mano de obra que utilizaron fue la propia del lugar, ya para espacios vitales y de construcción
rápida, no tenían que ser españoles y tampoco de la escena local, es por esto que el indicado era el africano,
pero su tráfico estaba totalmente limitado. Como solución a ello, utilizaron como otra alternativa a los
naboría-yanaconas quienes no fueron esclavos y trabajaron a cambio de un salario.
En cuestión de matrimonio, como señalamos anteriormente, el español antes de contraer matrimonio,
generalmente mantenía relaciones con mujeres no españolas. El hijo producto de esa relación era reconocido
legítimamente y hasta con derechos a heredar, pero una vez casado el español con una española, cuando
tenían hijos, éstos se ponían por encima de los hijos extramatrimoniales. Con el transcurso del tiempo,
muchas de las personas de las categorías mixtas nacieron de matrimonios legítimos, cuyos padres
pertenecieron a categorías mezcladas.
Socolow, Susan Midgen “Ciudades y Sociedad en Latinoamérica Colonial”

1) Caracterice la sociedad colonial, teniendo en cuenta las distinciones que la autora plantea sobre la
categoría de raza y clase.
El sistema colonial de estratificación social era jerárquico. La gran desigualdad de riqueza y estatus
se daba por sentada y era considerada, al menos por las élites, como socialmente útil y de origen divino. Los
grupos situados en los extremos del eje social- los hacendados y fazendeiros (propietarios de grandes fincas
rurales) por un lado, y la clase baja (no tenían propiedades en absoluto) por el otro- delineaban los extremos
que estaban representados en la sociedad colonial. La élite terrateniente se vestía con las más finas sedas y
terciopelos importados de Europa y el Lejano Oeste, pero la clase baja compraba o alquilaba ropas de segunda
mano o en los casos extremos, se vestía con harapos recogidos de la basura. Esta división entre la élite y la
clase baja constituía el hecho más significativo de la sociedad colonial.
Las divisiones sociales se apoyaban en una serie de factores: riqueza, ocupación, residencia, raza,
título y cargo público. La importancia relativa de la raza en la determinación de posición social en la América
Latina colonial ha generado una profunda controversia, en la América Latina colonial la raza ha sido definida
como una combinación de apariencia (y presunta herencia biológica) ocupación, familia/relaciones y estatus.
En la época de la Conquista la raza determinaba, en la gran mayoría de los casos, si una persona habría de
estar entre los dominantes o entre los dominados, los blancos formaban el primer grupo, los indios y los
negros el segundo.
La controversia surge con respecto a los años posteriores a la Conquista. Una vez que los españoles y
los portugueses se instalaron en América, la raza se convirtió en un factor determinante del estatus menos
importante que otros, como por ejemplo la ocupación. A fines del siglo XVIII, las bases para la estratificación
social cambiaron bajo el impacto de la comercialización de la agricultura y la ganadería, el auge de la minería,
la mayor libertad de comercio y las reformas políticas de los Borbones.
La sociedad colonial tardía se dividía en las cinco categorías ocupacionales de la élite, los
profesionales (incluidos los tenderos), los artesanos de alto nivel, los artesanos de bajo nivel y los
sirvientes/peones. La élite estaba aún dominada por personas clasificadas como blancas, esto es, por
peninsulares nacidos en España y por criollos nacidos en América. No obstante los criollos, se encontraban
también en las categorías de artesanos y sirvientes/peones.

2) ¿Qué eran las cédulas de gracias al sacar?


Las cédulas de gracias al sacar eran licencias reales que cambiaban el estatus racial o civil de una
persona. A fines del siglo XVIII podían comprarse, le permitían a una persona de color volverse legalmente
blanca. Esta “vía de escape” simplemente reforzaba la importancia del color de la piel como requisito para
ingresar a la élite.

3) ¿Que roles y funciones tenían las mujeres?


La diferencia entre los sexos también dividía a la sociedad colonial. Las mujeres de la élite eran
consideradas como insignificantes devotas, como filántropas con escasas funciones económicas o sociales, o
como un pequeño número de monjas excepcionales. Se daba por sentado que las mujeres pobres hacían tareas
manuales, pero se prestaba poca atención a la especialización en actividades. Aquí se puede apreciar que las
mujeres eran fundamentales para consolidar y trasmitir las empresas económicas y mantener las redes de
relaciones sociales. Como esposas, parientes políticas o madrinas, poseían propiedades y contactos que hacían
la vinculación con ellas fuera fuente de bienestar y movilidad.
Mientras más abajo en la escala social estaba situada una mujer, más trabajaba. Para los artesanos, las
mujeres y niños presentaban una importantísima ayuda en la producción y venta de productos. A veces las
viudas dirigían los negocios de sus maridos fallecidos, hasta que se volvían a casar o sus hijos crecían. Hubo
incluso gremios fundados y administrados por mujeres. En Minas, la mayoría de las dueñas de puestos de
feria eran las libertas negras y esclavas.
Otra especialidad de las mujeres indígenas y africanas era la recolección de hierbas y especias fuera
de las ciudades. En la Nueva España de fines de la colonia, las mujeres eran un sector importante de la mano
de obra, tanto de formas de producción, como los obrajes, como en nuevas formas, como la fábrica de tabaco.

4) ¿Cuál era la importancia en la sociedad colonial de los vínculos familiares y el padrinazgo?


Los vínculos familiares y de padrinazgo se mezclaban con los vínculos corporativos (organizaciones
que representaban a los individuos dedicados a cierta forma de actividad: eclesiástica, mercantil o artesanal) si
bien la estructura familiar variaba considerablemente entre los grupos sociales, el ideal consistía en una
unidad nuclear rodeada por parientes de sangre, parientes políticos y compadres o comadres, es decir,
relaciones establecidas por el hecho de ser padrino o madrina de bautismo. La familia era una institución
vertical y a través del matrimonio o el padrinazgo podía unificar diferentes clases sociales.
Los hacendados eran a veces padrinos de bautismo, de niños indios y benefactores de sus parientes
lejanos, muchas veces sin tierras o necesitados.

5) “La estructura social urbana moldeaba y reflejaba el aspecto físico de la ciudad”, fundamente esta
hipótesis expresada por la autora.
Había una relación entre la distribución del estatus y la riqueza entre las personas, y la asignación y
utilización del espacio urbano. La localización, el diseño y las condiciones de las viviendas, tiendas, iglesias,
parques, mercados y edificios públicos eran la expresión física de la sociedad a la que servían.
Una distinción fundamental con respecto a la apropiación del espacio urbano era la división entre áreas
públicas y privadas. La plaza a la entrada de la iglesia parroquial o de un edificio público era el lugar donde se
reunía la gente, mientras más público era el espacio, más lo usaba la gente de los estratos sociales inferiores.
Los comerciantes se sentaban en sus tiendas y casas, mientras que los africanos y los indígenas vendían
mercaderías en la calle pero cuando los grupos empobrecidos tenían que dormir en los umbrales o levantar
viviendas precarias contra los muros de los conventos. La vía pública se convertía en un espacio “privado”.

Sánchez Albornoz, Nicolás “La población de la América colonial española”

a) El autor plantea los problemas demográficos vividos en la colonización americana, sus razones y el
ingreso de poblaciones extranjeras en el siglo XVI y XVII y luego da cuenta de la recuperación y expansión
de la población descendiente de inmigrantes (ampliar)

b) Si bien los europeos habían tenido contacto con poblaciones de otros continentes como África y
Asia, lo sucedido en América no tiene parangón en cuanto a la caída tan abrupta de la demografía local. Esto
se debe a la cantidad de hechos llevados a cabo contra los habitantes, desde la intervención bélica, mano de
obra forzada y esclava, violaciones, sometimiento, tributo, destierro y traslados, etc.
La guerra solo provoco estragos momentáneos, limitados en cantidad y duración y no pudo
desencadenar por si sola una contracción tan profunda como la observada en el continente, las guerras
suscitadas contra los indios rebeldes reacios al dominio extranjero llevo al reclutamiento de poblaciones
indígenas aliadas o controladas por los españoles, para la guerra o para la construcción de flotas como es el
caso de Nicaragua, esto provoco una baja de la mano de obra lo que se vio reflejado muy claramente en la
economía.
En cuanto a la mano de obra, además de las minas, se utilizó la población local para construir
edificaciones, como las basílicas e iglesias pedidas por la iglesia católica, la mina es si duda el lugar donde
mayor cantidad de indios murieron, por ejemplo en la mina de Muzo (actual Colombia) fue despoblada. Estas
cifras alarmantes no tardaron en llegar a oídos de la corona que trato de poner un freo y mediante leyes que
protegieran al nativo se mitigo un poco, pero los abusos que estaban sometidos y el trabajo constante no cesó.
La introducción de especies animales y vegetales ocasiono un grave problema en el ecosistema y la
dieta de los nativos de América y en el sistema de producción. Trigo, aceite, vino, carne ovina y bobina,
dulces, la caña y el ganado lograron adaptarse a las condiciones climáticas del continente. La ocupación de las
tierras de los indios por el ganado provoco el abandono de estas por la destrucción de su cosecha, cada vez
más las comunidades debían recluirse ante el avance del ganado que cada vez más se volvía incontrolable.
El trigo obligado a ser cultivado por el español para el tributo produjo perdidas en las ganancias, la falta de
experiencia y la resistencia a producirlo ocasiono un retroceso en la producción. En consecuencia optaron por
repartirse las tierras de labranza con detrimento, naturalmente en detrimento de la propiedad aborigen.
El aborto y el infanticidio eran prácticas frecuentes, el desánimo no solo se limitó a la descendencia.
En casos extremos llevo a atentar contra la propia vida, el suicidio por malos tratos o el huir del tributo fue
relativamente común. La muerte auto infligidas o la reducción de la fecundidad fueron actos condicionados
por el contorno social. Las epidemias jugaron un papel fundamental, la viruela, el sarampión, la malaria, el
tifus y la gripe. Los estragos fueron enormes y fulminantes, tras el paso de la epidemia uno de cada 10
sobrevivía, pero estas epidemias se dieron con mayor intensidad en las zonas más húmedas y cálidas de
América, la zona de México, Caribe y las zonas bajas de los andes.
De los 25 millones de habitantes en México en 1919 tan solo quedaban 17 millones 4 años después,
para finales del siglo XVI 2 millones y para mediados del siglo XVII solo unos 750 mil habitantes, la región
del Caribe sobre todo la española sufrió la pérdida total de su población, lo que provoco el ingreso de esclavos
provenientes de África.
En el Perú la caída demográfica no fue tan drástica como en las otras regiones, tal vez porque no
sufrieron tanto los estragos de las epidemias, se estima que 9 millones de habitantes vivían en el actual Perú y
según la región vario en cuanto a disminución de la población, en las zonas altas más frías el derrumbe fue del
50 por ciento y en las zonas costeras descendió de 250.000 a 85.000 en 50 años

c) Las fuentes que utiliza el autor son: el archivo de indias, catalogo de pasajeros a indias,
investigación de Boyd-Bowman y Mömer, “Geografía y descripción universal de las Indias” de J. López de
Velasco, “Compendio y descripción de las Indias Occidentales” de Vázquez de Espinosa.
Entre los rasgos del proceso migratorio se pueden mencionar la regulación de viajantes a indias,
prohibiendo a judíos, moros, gitanos y condenados por la inquisición y en principio a extranjeros y propios de
Aragón reservando la emigración a los castellanos; aunque se da a un número cercano a 15mil nombres en el
catalogo, cabe aclarar que además de la falta de partes de este, la deserción de marineros y viajar sin papeles
era algo común. Boyd-Bowman procedió a intentar completa la lista y alcanza esta unos 45mil, alejados de
los 200mil que él dice emigraron en el siglo XVI, cifra similar al trabajo de Mömer, de 243mil en el mismo
siglo, y 195mil durante la primera parte del siguiente. Las licencias de embarque fueron en proporción, menos
dadas a las mujeres que a hombres, en distintas etapas, se le concedieron al 10%, luego aumentando para
llegar a superar el 25% en los años sesenta, siendo fomentada por la corona la emigración de estas, junto a
familias enteras. Los funcionarios reales estimulados a casarse con españolas o a viajar con sus familias a
Indias. Sin embargo, siguieron llegando hombres jóvenes y estos juntándose con aborígenes, evitando el
desarrollo de una población española más estable. De los inmigrantes, Andalucía, Extremadura, castilla y león
y el país vasco, aportaron casi la totalidad de los extranjeros que llegaron a América, abundantes en hidalgos
y gente urbana. Debido a los trabajos de López de Velasco y de Vázquez de Espinosa se tiene una idea de los
españoles en estas tierras, 150mil habitantes en 1574 y el triple, unos 450mil, en 1628 solo 50 años después.

d) Los europeos no fueron los únicos pobladores nuevos del continente, el africano integro las huestes
expedicionarias. Su traslado al nuevo mundo fue, no obstante, involuntario y obedecía a finalidades ante todo
económicas. La caída demográfica en las zonas cálidas del centro del continente, alentadas por los sacerdotes,
entre ellos, De las Casas, quién se importó negros del áfrica para el trabajo que poco a poco fueron ocupando
el lugar del aborigen, menos en la mina donde la mano de obra aborigen siguió siendo fuerte.
El esclavo africano fue introducido en todo el continente, incluso en las haciendas ganaderas, el
servicio doméstico (esto realzaba así el estatus social del amo), el esclavo africano constituyó un bien capital
y su introducción se rigió por las leyes de comercio.
Apremiada por gruesos compromisos financiera, la corona de Castilla, instauro a fines del siglo XVI
obtuvo beneficios por medio del monopolio del comercio con esclavos, los lusitanos súbditos del monarca
disponían de gruesos caudales que disponían de su experiencia en Cabo Verde y Santo Tome. La escalada
forzosa que el cautivo hacía, impedía su identificación étnica o territorial, estos venían del Congo,
Senegambia, Guinea y ya en el siglo XVII Angola aprovisiono de esclavos al Brasil que por su cercanía al rio
de la plata y al Perú pasaron a manos españolas.
De acuerdo con las licencias y asientos estudiados por Pirre y Huguette Chaunu, la corona castellana
autorizo la extracción de 170.000 piezas de 1551 a 1640, de las cuales, 100.000 fueron transportados en los
cuatro decenios del siglo XVII mientras que Philip Curtin, supone, por su parte, que América española recibió
unos 75.000 esclavos durante el siglo XVI y unos 125.000 de 1600 a 1650, en suma unos 250.000 en un siglo
y medio.

e) En Zacatelco se pueden mencionar: 2 epidemias de sarampión (1692,1727) 3 de tifus (1737,


1761, 1779) viruela (1797) y gripe (1813) como causantes de las crisis de mortalidad. El hambre también un
factor importante cercano a las epidemias; la primera los debilitaba, dejándolos a merced de la segunda, que
eliminaba agricultores y hacia mas difícil el abastecimiento de comida. Los desastres naturales como
terremotos, en el pacifico especialmente, fueron una causa grave de la disminución demográfica, por ejemplo
en Riobamba (9%) y Ambato (14%), en la audiencia de quito.
La introducción de la vacuna a finales del siglo XVIII fue de lo más importante, seguida de una campaña
de vacunación por el continente comenzando en 1803 al zarpar de La Coruña el médico, F.Javier de Balmis
junto con sus niños inoculados como fuentes de la vacuna, los puertos y grandes ciudades del continente
fueron los beneficiados; comenzando por las canarias, siguió en Puerto Rico y Barranquilla, llegando hasta
Buenos Aires al pasar por Panamá, Lima, Bogotá y Quito entre otras, como Chile y el interior del Perú; y
hacia el norte Cuba y Yucatán, Guatemala y Nueva España; Habiendo inoculado a 100mil en México.
Terminadas las crisis que asolaban en América, las poblaciones volvían a levantarse, llegando
nacimientos que les hacían sobreponerse de los decesos ocurridos, las mujeres se casaban luego de los 15
años por lo que comenzaban a procrear antes, cada vez menos cantidad permanecía soltera, las familias
contaban con mas descendencia (en mas cantidad europeos, seguido de indígenas y africanos).

f) América constituyo un gran mosaico étnico, esto se debe al choque de culturas que desde la
conquista de América se dio en el continente. Los aborígenes siguieron siendo la gran mayoría, muy por
debajo los blancos que no solo eran españoles de castilla, a la nueva España llegaban habitantes de todas las
regiones de España, también de Francia, Portugal. Holanda y cualquier comerciante o cazadores de fortunas
que atraídos por las riquezas del lugar fueron llegando.
Los mestizos pronto fueron la segunda minoría, los romances extra matrimoniales fueron muy
comunes entre los blancos y los nativos, a esto se le suma los mulatos y zambos, producto de la introducción
de esclavos de áfrica que desde el siglo XVI fueron distribuidos en todos los rincones de la América española.

También podría gustarte