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Alcantara Et Al 2006 PDF
Alcantara Et Al 2006 PDF
TRABAJOS DE PREHISTORIA
63, No 1, Enero-Junio 2006, pp. 37-45. ISSN 0082-5638
que un resto da lugar a otros. Sin embargo la signi- está en estado seco. El perfil que presentan los hue-
ficación de ambos es distinta. La fragmentación sos rotos en estado seco es longitudinal y transver-
según Brugal (1994) y Mateos (2000) es de origen sal frente al curvo, espiral y helicoidal apuntado en
natural y depende de factores hidrotérmicos y cli- forma de V que se produce cuando esta en estado
máticos, como la desecación y la deshidratación fresco. Cuando la fractura se produce en estado
entre otros. La fracturación por el contrario es fru- fresco muestra un borde de fractura suave frente al
to de una acción biológica o antrópica. En el caso irregular y rugoso que presentan los huesos rotos en
de la fracturación antrópica la finalidad de romper estado seco. En otros trabajos como los de Myers
el hueso es para acceder al contenido medular. et al. (1980), Johnson (1985), Lyman (1994) y
La diferenciación entre los patrones generados Outram (2001) se confirman muchas de estas ob-
por la fragmentación frente a la fracturación res- servaciones.
ponden al hecho de que los primeros se dan en con- Johnson (1985-tabla 5.2) propone que los hue-
diciones secas del hueso, mientras que los segun- sos fracturados en estado fresco presentan un con-
dos se producen en estado fresco. Diferentes junto de líneas longitudinales o helicoidales distri-
autores han tratado de distinguir ambos tipos, lle- buidos de forma radial a partir del punto en donde
gando en este caso a resultados muy positivos. se inicia la fractura. Estás líneas de fractura cesan
Blasco (1992) establece que al fracturar los huesos en las zonas de tejido esponjoso y trabecular de las
frescos la fuerza del impacto se distribuye entre el epífisis, tendiendo a ser netos y regulares los bor-
contenido orgánico del hueso absorbiendo el gol- des. Suelen tener una asociación múltiple, la super-
pe. Cuando la fuerza aplicada sobre el hueso au- ficie del ángulo de fractura es suave, de coloración
menta, y los límites de la resistencia del tejido óseo homogénea y los ángulos de fractura se muestran
ceden y deja el hueso de ser capaz de recobrar su curvilíneos. A veces aparece el punto de impacto y
estado original, comienza a romperse a partir de una nunca atraviesa la epífisis. Cuando el impacto se
microfractura, que se propaga a través de las ondas produce en hueso en estado seco, se generan paños
de fuerza, desde la zona de impacto hacia el exte- de fractura transversales y rectos a partir del pun-
rior siguiendo las líneas de debilidad del hueso has- to que provoca la rotura del hueso. Es de tipo per-
ta llegar a las epífisis. Cuando el hueso esta en es- pendicular y horizontal, con una superficie del án-
tado seco y carece de componente orgánico, la gulo de fractura rugosa, de coloración homogénea
fractura va siguiendo la estructura microestructu- y heterogénea, ángulos de fractura rectos y puntos
ral de sus componentes minerales formando grie- de impacto ausentes y pueden llegar atravesar las
tas perpendiculares al eje longitudinal de las fibras epífisis. Cuando producen paños longitudinales
de colágeno del tejido óseo ocasionando fragmen- tienden a ser irregulares y rugosos.
tos columnares, triangulares y rectangulares con Lyman (1994) dice que la fractura en fresco
bordes paralelos y diagonales. Los huesos secos no muestra una textura igual, de similar coloración y
tienen humedad y su capacidad de absorción del ángulo obtuso. Cuando el hueso esta seco sin mine-
golpe es nula, ya que son poco elásticos, rígidos y ralizar indica aspecto rugoso, áspero y escabroso,
poco flexibles y aunque son duros pierden su capa- rígido de textura angulosa y de ángulo obtuso. El
cidad de deformación plástica. A mayor sequedad hueso seco mineralizado indica cambio de colora-
mayor dureza y por tanto menor elasticidad y ción, textura rugosa y ángulo recto. Las fracturas
mayor fragilidad. Una exposición prolongada en helicoidales pueden producirse en los huesos secos
medios de alta temperaturas provoca una rápida y en los frescos, en los secos tiene una superfi-
pérdida de agua propiciando procesos de agrieta- cie rugosa y en el fresco la superficie de fractura
miento y exfoliación parecidos a los que produce el está pulida y bruñida, suave y alisado. La ruptura
Weathering (exposición subaérea) (Hill 1976). postdeposicional tiende a crear cortes tubulares
Villa y Mahieu (1991 Fig. 5-7) han distinguido (circunferencia completa) pero en los huesos fres-
algunas diferencias entre procesos de fractura ósea cos se tiende a formar circunferencias incompletas.
en función del ángulo, el perfil, la línea de fractu- Myers et al. (1980) y Outram (2001), como los
ra, la circunferencia de la caña y la anchura y lon- autores anteriores, proponen que la fragmentación
gitud de la fractura en los huesos apendiculares. De en seco produce fracturas estrechas, diagonales de
esta manera los huesos fracturados en estado fres- tipo longitudinal y transversal con textura rugosa y
co muestran unos ángulos oblicuos, obtusos y agu- ángulos rectos y perpendiculares. Cuando es en
dos frente al recto que se produce cuando el hueso estado fresco produce patrones helicoidales, obli-
cuos, y espirales, ángulos agudos u obtusos y de En otros trabajos como los de Bunn (1983) y
textura lisa y suave. Es decir, coinciden en la diag- Capaldo y Blumenschine (1994) sí se llegan a resul-
nosis del estado óseo en el momento de fractura con tados positivos en la diferenciación del agente res-
los autores anteriormente mencionados. ponsable de la fracturación ósea, dependiendo del
Tras señalar algunas de las diferencias produci- grado de sección de circunferencia de las diáfisis.
das en los patrones de fragmentación, en este En los patrones generados por carnívoros se dan los
trabajo nos vamos a referir principalmente a los llamados cilindros, en los que la circunferencia de
patrones de fracturación con la finalidad de diferen- la diáfisis puede estar completa o semi-completa
ciar los patrones generados por carnívoros frente a superando la mitad de la curvatura original. Por el
los antrópicos. Sobre esta problemática hay una contrario en los huesos fracturados de forma antró-
gran cantidad de trabajos que tratan de definir los pica la longitud del huesos suele ser inferior al 50
patrones generados por los diferentes procesos a % de la superficie original de dicha sección diafi-
través de la morfología de la fractura, los tipos, los saria y nunca completa el diámetro de la circunfe-
planos o la intensidad de la fragmentación etc. En rencia, algo que también han observado Vila y
relación con los tipos de fractura los trabajos son Mahieu (1991). Capaldo y Blumenschine (1994)
muy numerosos. Pero todos ellos se pueden resumir también han detectado otras diferencias atendien-
en la consideración de los siguientes tipos: irregu- do al ángulo de las muescas de fractura en los pa-
lar, oblicuo-espiral, longitudinal y trasversal (Sa- trones de los animales pequeños de tamaño 1-2. Así
dek-Koros 1972, 1975; Shipman et al. 1981; Patou las lascas óseas producidas durante la fracturación
Mathis 1984, 1985; Díez 1985; Johnson 1985; Todd tienen un ángulo mas obtuso y son mas anchas que
1987; Morales 1988; Marshall 1989; Gifford 1989; las producidas por los carnívoros que son mas trian-
Bridault 1994). A estos tipos, se les pueden añadir gulares y pueden llevar asociadas marcas de dien-
otros como el dentado o almenado más relacionados te (Figura 1 a-b vs c-d en Capaldo y Blumenschine
con patrones hechos por carnívoros (Sadek-Koros 1994).
1975; Shipman et al. 1981; Marshall1989). La fracturación producida por los carnívoros
Sin embargo, en función de la morfología, dife- presenta surcos próximos en las partes proximales
rentes autores han observado que los mismos patro- de la epífisis, bordes diafisarios almenados o esca-
nes están sujetos a equifinalidad ya que pueden lonados con muescas y hoyos cóncavos. Las produ-
producirse por gran cantidad de agentes diferentes, cidas por el hombre presentan bordes redondeados
como el weathering, el trampling (pisoteo), los car- y un punto de impacto oval o circular (Johnson
nívoros o el ser humano (Dart 1957; Zierhut 1967; 1985, Blumenschine y Selvaggio 1988, 1991; Ly-
Sadek-Koros 1972, 1975; Noe Nygaard 1977;Bon- man 1987; Capaldo y Blumenschine 1994). Para
nichsen 1979; Shipman 1979, 1981; Haynes 1980, animales pequeños como lagomorfos Pérez Ripo-
1983, 1988; Myers et al. 1980; Binford 1981; Jon- ll (1993) y Hockett (1993) también diferencia los
hson 1985; Badam et al. 1986; Gibert et al. 1992; patrones antrópicos respecto a los de carnívoros,
Lyman 1984, 1987; Johnson 1985, 1989 Charles por la asociación de marcas de diente en el caso de
1998, Gibert et al. 1992, 1993; Marean et al. 2000). los producidos por carnívoros y por que en los ca-
Otros autores, refiriéndose concretamentea los sos antrópicos se parten los huesos por flexión de
patrones de fracturación antrópica, han tratado de las matadiáfisis, dejando patrones trasversales y
sistematizar los patrones de fractura para crear unas epífisis aisladas. En el caso de estos animales la
bases que permitan establecer una diagnosis. De fragmentación producida por la presión del sedi-
este modo, Hill (1976), atendiendo a la morfología mento, el weathering o el trampling suele dejar
y a las características intrínsecas de cada hueso, ha patrones longitudinales.
intentado señalar una forma de ruptura ósea dife- En resumen, los diferentes estudios realizados
rencial en función de cada tipo de elemento. Tam- no presentan datos concluyentes sobre la fragmen-
bién Morales (1988), Patou Mathis (1993), Anco- tación producida por distintos agentes. Ofrecen al-
netani (1996), Anconetani et al. (1996) y Mateos gunas generalidades susceptibles de equifinalidad
(1999, 2000) han definido varios tipos, pero como como la asociación de los bordes diafisiarios a de-
en el caso de los tipos de fractura, tampoco mues- terminados tipos de marcas, o el porcentaje de frag-
tran patrones claros que permitan diferenciar la mentación, el índice de circunferencia de las diáfi-
acción de distintos agentes bióticos ya que solo se sis etc. Sin embargo, en muchas ocasiones estos
centran en la actividad humana. patrones no son diagnósticos para diferenciar entre
Tab. 1. Distribución de valores estadísticos (media, desviación estandar, coeficiente de confianza 95%, número de integrantes
de la muestra y rango) en cada categoría experimental.
maño de animales (pequeño o grande), se produce los otros dos tipos. Además, los paños transversa-
un solapamiento bastante alto en los resultados. les presentan una mayor dispersión de rango en los
Quizás, la única excepción la constituye el par pre- valores de sus ángulos.
sión/percusión referente a los ángulos obtusos en Por último, el gráfico correspondiente a los pa-
animales grandes, la cual volveremos a tratar pos- ños oblicuos (Fig. 3c) muestra cómo en éstos el
teriormente. solapamiento es mínimo, aunque más acusado en
Analizando el segundo gráfico (Fig. 3b), que las muestras procedentes de animales grandes con
alude a los paños de fractura transversales, pode- respecto a los pequeños. Este tipo de paño es siem-
mos ver cómo este solapamiento es especialmente pre el que se encuentra en mayor abundancia en las
acusado precisamente en el caso que citábamos fracturas producidas tanto por percusión como por
anteriormente con relación a los paños longitudina- presión, y no cabe duda de que es el más represen-
les, esto es, al proceder a la comparación entre pa- tativo en el análisis que nos ocupa, ya que la mues-
ños de presión/percusión con ángulos mayores de tra aparece siempre muy concentrada en lo que a
90º en animales grandes. Es preciso resaltar que la rango se refiere.
amplia dispersión que presentan los valores angu- Por otro lado, si analizamos conjuntamente las
lares mayores de 90º referentes a las fracturas por tres gráficas podremos observar que, en líneas ge-
percusión en estos paños, no se debe tanto a una nerales, si bien los procesos de percusión y presión
muestra más abundante sino principalmente a la no suelen dar paños con ángulos de 90º (2), los pro-
gran disparidad que presentan dichos valores. En ducidos por medio de este último procedimiento
general, los paños transversales resultan siempre presentan una mayor tendencia hacia este valor,
menos representativos en este tipo de análisis, de-
bido a que la cantidad de ellos que aparecen en una (2) Algo que sí ocurre en los casos en que la fractura se pro-
duce de forma natural, por medio de procesos diagenéticos una
muestra de fracturas producidas por percusión o vez que el hueso está seco. Además, en estos casos se da un pre-
presión es siempre bastante inferior con respecto a dominio de paños transversales sobre los otros dos tipos.
CONCLUSIONES
AGRADECIMIENTOS
BIBLIOGRAFÍA
estando en su gran mayoría localizados en un ran-
go entre los 85º y los 110º. Sin embargo, los valo- ALCALÁ, L. y MARTÍN, C. 1988: “Fracturación en los
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Para finalizar, haremos un inciso en una idea que brekeage”. En III International Congress of prehistoric
hemos venido apuntado a lo largo de este epígrafe, and protohistoric sciencies. 8-14 Septiembre. 2: 81-87.
y que se plasma en la aparente variabilidad de los Forli.
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datos extraídos de la muestra referente a animales
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grandes. Esto podría tener una explicación en el puerca and Isernia La Pineta (Italy) Lower Paleolithic
hecho de que para fracturar los enormes huesos de sites”. 445-453. En XIII International Congress of Pre-
éstos, es necesario proceder con golpes mucho más historic and protohistoric sciencies Forlì. Italia 8/14
contundentes y repetitivos, lo que produciría una Sept. 1996. Procedings.(ed. Facchini, F.; Palma di Ces-
acusada dispersión en el rango de las medidas an- nola, A.; Piperno, M. y Pereto, C).
gulares y, como consecuencia, un importante ses- BADAM, G. L.; GANJOO, R. K. y SALAHUDDIN, Y.
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