Está en la página 1de 16

CARTILLA No.

5
Diciembre 2005

VIOLENCIA INTRAFAMILIAR

Introducción

La violencia intrafamiliar es un problema camuflado entre nosotros hasta el punto de


acostumbrarnos a él. Una complicación que a pesar de darse en un ámbito “privado”
tiene sus repercusiones en toda la sociedad, como lo demuestran los perfiles de los
delincuentes, de los abusadores o de muchos padres, abuelos, tíos y hermanos quienes
reproducen en cadena la violencia recibida en sus hogares.

Sin lugar a dudas, la violencia intrafamiliar es un síntoma de una sociedad enferma,


con un desarrollo humano muy pobre, con unas necesidades básicas insatisfechas y
apabulladas por la injusticia social. Sin embargo, hacerle frente a estos aspectos no
sería suficiente sin cambiar las creencias culturales de que con la violencia se
resuelven los problemas, se infunde la autoridad, se educa a los hijos y se retiene a la
pareja.

Como en todos los temas, queremos invitar a las organizaciones sociales y a las
personas de las diferentes poblaciones de Antioquia para que, después de analizar este
folleto, realicen foros de discusión y envíen sus aportes por escrito a Antioquia se toma
la Palabra, al apartado aéreo, al correo electrónico o a la línea telefónica.

Recuerde que todos sus aportes sobre cada temática serán tenidos en cuenta. Con
éstos se realizará un debate cada mes en Medellín que será emitido en diferido por
Teleantioquia y otros canales locales de televisión. De igual manera, todos los temas
serán tratados por los distintos medios de comunicación (radio, prensa y televisión)
para que el mayor número de habitantes de Antioquia tengan acceso suficiente a la
información que les permita, cada vez más, tomarse la palabra por la equidad y la vida
en Antioquia.

1
Así pues, esperamos sus aportes.

El mejor campo para una operación de no violencia es la familia o la institución


considerada como familia. La no violencia entre los miembros de tales familias debería
ser fácil de practicar. Si eso no pasa, significa que no hemos desarrollado capacidad
para la no violencia pura.

Gandhi

Reflexiones sobre la no violencia.

ANTIOQUIA SE TOMA LA PALABRA


Tema 5 para el debate
Violencia Intrafamiliar

Tan común que se nos volvió costumbre

Según Darío*, un profesional residente en la comuna noroccidental de Medellín, la


violencia intrafamiliar es algo con lo que ha vivido siempre. “En mi casa, dice, somos
más de una docena de hijos, todos hombres, que crecimos viendo cómo mi papá
llegaba cada diez u once meses a pegarle a mi mamá y a dejarla embarazada, sin que
ella dijera nada. Siempre lo atendió bien por considerar que ese era su papel como
esposa. Quizá por eso, continúa diciendo, muchos de mis hermanos les pegan a sus
mujeres y en ocasiones son unas bestias con sus hijos. El 31 de diciembre pasado, por
ejemplo, al amanecer del primero mi hermano borracho casi mata a su mujer, le partió
un brazo y la dejó llena de hematomas. Los vecinos tuvieron que intervenir y entre
ellos y la policía lograron quitársela. Lo llevaron a pasar la rasca en el calabozo y lo
tuvieron detenido 24 horas. Con todo y esto, al día siguiente su mujer, llena de
moretones y con el brazo enyesado, andaba buscando quién le ayudara a partir un
pollo para llevarle algo de comer a mi hermano detenido”.

2
Qué es la violencia intrafamiliar?

¿Alguna vez ha sido golpeado o ha golpeado a algún miembro de su familia?


¿Expresiones como: “Usted no sirve para nada”, “aquí se hace lo que a mí me da la
gana”, “usted tiene que cumplir con sus deberes conyugales”, son pronunciadas en su
hogar? ¿En su familia se burlan de usted, lo humillan, lo ridiculizan delante de la gente
o usted hace esto con otros parientes? Todas estas circunstancias son violencia
intrafamiliar.

El conflicto y el poder forman parte de la interacción de los seres humanos. Los


conflictos son inevitables y pueden acarrear un efecto positivo o negativo de acuerdo
como se vivan. En cambio, la violencia es una relación que genera deterioro y
perjudica a las personas. Por otro lado, la familia es el grupo primario de la sociedad.
Está conformado por sujetos que están unidos por lazos de parentesco, ya sea por
afinidad o consanguinidad, y por vínculos afectivos. El conjunto familiar no está exento
del conflicto y el poder. Sin embargo, esto no significa que en la familia sea admisible
la violencia en ninguna de sus formas y bajo ninguna circunstancia. Por lo contrario, la
familia debe prevalecer como el medio socializador por excelencia y grupo base de la
sociedad.

Caracterización de la violencia intrafamiliar

La violencia intrafamiliar (VIF) comprende los diversos comportamientos de acción u


omisión que atentan contra la integridad de cualquier miembro de la familia y que
surgen en la interacción de los integrantes del grupo familiar. Principales tipos de
violencia familiar:

Maltrato físico: Todos los actos que atenten o agredan el cuerpo de la persona, tales
como empujones, bofetadas, golpes de puño, patadas, etc. Puede ser de intensidad
leve, moderada o severa y de ocurrencia antigua, reciente o recurrente. Es la forma de
maltrato más frecuente hacia los niños y las niñas.

Maltrato emocional o psicológico: Se refiere a todas aquellas actitudes que tienen


por objeto causar temor, intimidar y controlar las conductas, sentimientos y

3
pensamientos de la persona a quien se está agrediendo; en este tipo de conducta
están incluidos las descalificaciones, los insultos, las amenazas, las imposiciones, etc.
Es una agresión a la vida afectiva que genera múltiples conflictos, frustraciones o
traumas de orden emocional en forma temporal o permanente.
Es un tipo de maltrato frecuente y difícil de detectar.

Maltrato sexual: Es la imposición de actos de carácter sexual contra la voluntad de la


otra persona. Se puede dar a través de la manipulación, el engaño, la intimidación o el
chantaje. La legislación diferencia dos categorías: el abuso sexual cuando la víctima es
menor de 14 años y la violencia sexual cuando la víctima es mayor de esta edad; la
persona que incurre en el abuso sexual se expone a una sanción más severa.

Maltrato por negligencia y abandono: Es privar a algún miembro de la familia


dependiente de los elementos básicos necesarios para garantizar el desarrollo
armónico e integral. Es decir, lo relativo a la alimentación, la educación, la salud, el
cuidado, la seguridad y el afecto.

Maltrato sexual: Es la imposición de actos de carácter sexual contra la voluntad de la


otra persona. Se puede dar a través de la manipulación, el engaño, la intimidación o el
chantaje. La legislación diferencia dos categorías: el abuso sexual cuando la víctima es
menor de 14 años y la violencia sexual cuando la víctima es mayor de esta edad; la
persona que incurre en el abuso sexual se expone a una sanción más severa.

Maltrato por negligencia y abandono: Es privar a algún miembro de la familia


dependiente de los elementos básicos necesarios para garantizar el desarrollo
armónico e integral. Es decir, lo relativo a la alimentación, la educación, la salud, el
cuidado, la seguridad y el afecto.

¿Por qué es un problema de salud pública?

El Sistema de Información Médico Legal del Instituto Nacional de Medicina Legal y


Ciencias Forenses reportó durante el año 2004 un total de 59.770 dictámenes por

4
Violencia Intrafamiliar; de los cuales correspondieron 9.847 a Maltrato al Menor;
36.901 a Maltrato de Pareja y 13.022 a Lesiones ocasionadas por Maltrato entre
familiares. El Ministerio de la Protección Social considera la VIF un problema de salud
pública, dado que afecta a un grupo amplio de la comunidad en forma cotidiana.
Además, las muertes e incapacidades por actos violentos generan grandes costos, si se
tiene en cuenta que la mayoría de los muertos e incapacitados se encuentran en plena
edad productiva (15-44 años).

La violencia cotidiana cobra miles de años de vida productivos y se ha constituido en la


primera causa de mortalidad prematura. Estos datos, alarmantes de por sí, son, sin
embargo, aproximaciones muy distantes de la verdadera magnitud del fenómeno, ya
que según documentos de la Política nacional de construcción de paz y convivencia
familiar, llamada “Haz Paz”, los casos denunciados de violencia intrafamiliar
corresponden sólo a un 10%, aproximadamente, de los que en realidad ocurren. Esto
debido a que muchas personas mantienen el problema en secreto, otras lo consideran
parte de la vida cotidiana, otras tienen miedo de denunciar o les parece inútil y otras
consideran que lo que sucede en la familia corresponde al ámbito privado. En cualquier
caso son muchas las razones que ocultan la verdadera magnitud del fenómeno.

¿Y qué se está haciendo en nuestro Departamento?

Ya que la VIF es una problemática detectada y sentida en las subregiones del


departamento, la Gobernación de Antioquia, desde su Plan de Desarrollo 2002-2007
“Antioquia nueva, un hogar para la vida” y a través de la Dirección Seccional de Salud
(DSSA), ha diseñado e implementado tres líneas de acción principales para enfrentar el
fenómeno.

El Rincón de los Niños: Es una estrategia educativa que se empezó a implementar en


julio de 2004 (actualmente se desarrolla en 94 de los 125 municipios del
departamento), por medio de la cual se capacita al personal que se desempeña en el
sector de la educación, la salud y a funcionarios de las comisarías de familia para que
éstos promuevan la cultura de protección y cuidado psicosocial de niños y niñas, así
como la prevención del trato violento a la infancia por padres de familia, maestros y
cuidadores.

5
Vigilancia en Salud Pública de la VIF: A partir del 2002 el Sistema de Vigilancia en
Salud Pública de Antioquia incorporó la VIF dentro de los eventos a monitorear. Este
instrumento permite vigilar el comportamiento del fenómeno a fin de determinar sus
características y así orientar acertadamente las acciones de intervención. La vigilancia
es una herramienta de gran importancia teniendo en cuenta que la VIF presenta
particularidades de acuerdo con el contexto en el cual se registre. Según este sistema
de vigilancia desde el primero de enero hasta el 30 septiembre se han reportado 1155
casos de VIF en 74 municipios de Antioquia.

Mesa interinstitucional para la atención integral de la VIF en Antioquia: Es la más


ambiciosa estrategia a nivel departamental, ya que por medio de ésta se articulan y
coordinan desde sus acciones la DSSA, la Secretaria de Gobierno, la Secretaría de
Educación para la Cultura, el ICBF, la Secretaría de Equidad de Género, el Programa
Noviolencia, la Policía de Antioquia y la Mesa de niñez y Corporación Cariño. Este grupo
de trabajo interinstitucional se ha estado reuniendo a lo largo de un año con miras a
concertar un proyecto común departamental que atienda de manera integral la VIF.
Cuatro componentes básicos estructuran el proyecto: la vigilancia de la VIF, la atención
de la VIF, la gestión para la asignación de recursos a los municipios y la divulgación de
derechos y deberes en la familia.

Instrumentos de Protección contra la violencia intrafamiliar:

Normas Nacionales

Constitución Nacional (artículos 42 al 46, entre otros).


* Ley 294 de 1996 (Ley de Violencia Intrafamiliar) modificada por la Ley 575 de 2000.
* Decreto Ley 2737 de 1989. Código del Menor.
* Ley 599 de 2000 Código Penal “Delitos contra la familia”.
* Ley 600 de 2000 Código de Procedimiento Penal. “Delitos contra la familia”.
* Ley 882 de 2004 “Ley de ojos morados”.

6
De acuerdo con los datos de Medicina Legal, el 16% de los casos de VIF reportados
corresponde a maltrato infantil; el 63%, a violencia conyugal y el 21% restante a
lesiones ocasionadas entre otros familiares. Por esta razón dedicaremos las siguientes
páginas de la cartilla a tratar el tema de las personas más vulneradas: los niños y las
mujeres. Vale la pena que tengamos en cuenta las cuestiones culturales que generan
situaciones de VIF, para establecer acuerdos, compromisos y proyectos que le pongan
freno al maltrato en la familia.

Me cansé de tantos golpes

Wilson* es un muchacho de 16 años que trabaja como jornalero en los campos de


Amalfi. A veces vive en las fincas donde trabaja, otras veces ahorra los $13.000 diarios
y consigue una pieza en alguna casa de la vereda, también hay días en que sus amigos
le dan posada. Hace dos años se fue de su hogar en el pueblo porque no se aguantaba
más los golpes y los castigos de su padrastro. Esa época fue muy dura. Según sus
recuerdos, había días en los que tenía que quedarse varias horas frente a una pared,
arrodillado, con los brazos levantados y cargando una piedra en cada mano. La razón:
haberse demorado una hora más en la calle, jugando nintendo con sus compañeros de
la escuela. También recibía correazos que le hacían sangrar las piernas, aún teniendo
los pantalones puestos, por el hecho de contestar tarde algún llamado que la mamá
hiciera desde la cocina. A Jairo*, su hermano menor, no le iba tan mal cuando
desobedecía o cuando no se quería tomar la sopa. Éste conoció a su padrastro siendo
más niño y por eso se adaptó con mayor facilidad a la nueva familia. Además, Luis, el
padrastro, sintió afecto por él y lo trató como si fuera un hijo propio. Con Wilson las
cosas eran de sangre y de lágrimas.

Fuera de los golpes, Wilson comenzó a tener peleas con su mamá, porque ella nunca lo
defendía de los castigos. Además, le empezó a ir mal en la escuela. También decidió
hacer cosas que lo hicieran enfrentarse a su padrastro, como salir a fiestas por las
noches, llevar amigos a la casa, gritarle a su mamá, descuidar los oficios... Y ahí sí,
con las reprimendas que se ganaba dejó de sentir el dolor físico. Sólo sentía mucha
rabia. No entendía cómo alguien que apenas lo conocía podía ordenarle, pegarle
cachetadas, darle puños o dejarlo encerrado en la pieza durante un día entero. Y una

7
mañana cualquiera recogió sus cosas y se fue. Dejó la escuela, cuando apenas iba en
sexto, y se fue al campo, cerca de donde vivió cuando era muy niño.

A su verdadero papá no lo ha buscado, porque lo recuerda como un borracho que


llegaba en las madrugadas a pegarle a su mamá. Ahora vive solo y tiene los brazos
fuertes de tanto cargar el azadón. Visita a su mamá y a su hermano los domingos o
cuando sabe que el padrastro no está. Tiene una novia y quiere tener hijos con ella.
Sabe que todavía no puede, porque no le alcanzan ni la plata ni la edad para sostener
a una familia. Lo que sí sabe es que a sus hijos, por desobedientes que sean, nunca les
pegará ni los obligará a sentarse toda una tarde en un piso hirviendo de sol.

Violencia intrafamiliar contra los niños y niñas

En los últimos meses las noticias han presentado casos de niños y niñas desaparecidos
que fueron violados, torturados y asesinados con crueldad. Sin embargo, la violencia
hacia los menores también se da de modos menos explícitos pero igual de traumáticos
para el niño, la familia y la comunidad. Se les maltrata el cuerpo con golpes y
quemaduras. Se les maltrata el alma con gritos, sin estímulos, y se les obliga a crecer
demasiado rápido cuando son abusados sexualmente o explotados para llevar algo más
que el sustento a sus hogares.

Estas formas de maltrato infantil, según sus características, pueden ser evidentes o
sutiles, dependiendo de las marcas que dejen en el niño o niña maltratado. Y si esas
marcas se han borrado del cuerpo, no hay entonces, la mayoría de las veces, manera
de comprobar el maltrato ni modo de asegurar que el menor no vuelva a ser ultrajado.
También hay otro tipo de violencia en que el niño ni siquiera interviene directamente.
Sucede cuando es testigo del maltrato entre otros miembros de su familia, en especial,
entre su papá y su mamá. Y es que el niño y la niña aprenden estímulos agresivos con
conductas violentas y a responder con violencia o frustraciones.

A pesar de que los niños abusados no necesariamente crecen y repiten el tipo de


abuso experimentado, y los adultos violentos no necesariamente han tenido una niñez
en la que han sido víctimas de abuso, los estudios muestran una relación significativa

8
entre la víctima durante la niñez (tanto los niños que son abusados como los que son
testigo del abuso crónico de otros familiares) y el victimario durante la adultez. A este
respecto, surgen preguntas como ¿en realidad los derechos de los niños sí son
respetados? ¿A quién le corresponde cuidar a la infancia? ¿Por qué en una sociedad
que se llama a sí misma civilizada los que pagan los errores de los adultos son los
niños?

¿Quién responde por los niños y niñas?

Un gran problema para afrontar el maltrato infantil tiene que ver con que el niño y la
niña son invisibles ante la sociedad y por esta razón ni es protegido para que no se le
maltrate ni puede denunciar cuando es maltratado. La legislación existente en
Colombia sobre protección hacia los niños no es ni integral ni efectiva, lo cual es una
representación clara de violencia social. Existe el artículo 19 de la Convención de los
Derechos del Niño, que ordena a los gobiernos tomar medidas para proteger al niño de
toda forma de violencia. Sin embargo, la aplicación práctica de esta norma es mínima.
La evidencia es que en el Código del Menor apenas se sanciona el maltrato infantil con
el pago de multas. Sin embargo, ese delito no existe como tal, porque en el ámbito
social se considera o se supone que la familia es intocable y tan privada como para
golpear o abusar de los hijos a puerta cerrada. En la actualidad está en trámite la
reforma al Código del Menor, pero surge la pregunta sobre su efectividad: ¿Será una
norma más en el papel? Y más allá de los esfuerzos oficiales, lo que hagan las
organizaciones no gubernamentales y la academia para proteger al menor resulta un
acto pedagógico que puede ser muy válido, en la medida en que reflexiona y reeduca
sobre las creencias de una sociedad, pero también muy pobre cuando un niño
maltratado no tiene la oportunidad de acogerse a los programas diseñados para
cuidarlo.

Las cifras:

En todo el país, de los 59.770 casos reportados en 2004 a Medicina Legal, el 9.847
corresponden a maltrato infantil. Y en Antioquia, se conocieron 950 casos de maltrato
físico hacia niños y niñas. La historia de Wilson, tan común en todos los rincones del
departamento, no se incluye entre los casos denunciados. Pero, si son tan evidentes,

9
¿por qué no hay denuncia? Porque muchas veces son los vecinos los que pueden ir con
las autoridades a referir estas situaciones. Y cuando esto sucede, los resultados no son
tan positivos para las víctimas: si a una mamá la llevan a la inspección de Policía y por
algún motivo regresa a la casa como inocente, el niño corre el riesgo de ser golpeado
nuevamente por haber contado las situaciones “íntimas” de su familia. O si a un papá
lo meten unos días a la cárcel por lesiones personales, no hay entonces quién lleve a la
casa el sustento diario. Así el niño queda maniatado y la única esperanza que tiene es
crecer para irse de la casa, aun dejando a sus otros familiares con el victimario.

Un problema con muchos problemas

La Red Antioqueña de Niñez, conformada por entes oficiales y privados, considera que
existen ocho grandes dificultades para enfrentar el maltrato infantil, que tienen que ver
con el tipo de violencia social: La inexistencia de una política pública coherente,
integral, permanente y participativa, que actualmente presenta descoordinación de los
sectores. A deficiente participación e invisibilidad de la niñez en su proceso de
desarrollo. El débil acompañamiento a la familia. La carencia de una cultura de la niñez
en la perspectiva de derechos y equidad, con nociva, ilegal y abusiva incorporación de
los niños y las niñas al mercado laboral, explotación sexual, delincuencia organizada y
callejera, narcotráfico, farmacodependencia y grupos armados. Asignación
presupuestal insuficiente e inequidad en la priorización de los recursos para proyectos
sociales. La deficiente calidad del sistema educativo. La inadecuada atención en salud.
Los municipios no disponen de una estructura que integre los recursos para la atención
adecuada de los niños.

Aparte de estos grandes obstáculos hay otros que tienen que ver con la formación de
la familia y que no permiten que el niño desarrolle aspectos tan importantes como la
autoestima, la solidaridad, la creatividad y el gozo por lo que se es. No se puede dejar
de lado que el maltrato infantil se relaciona mucho con las prácticas culturales de la
sociedad y de modo más específico, con sus prácticas de crianza, aquellas utilizadas
por un grupo humano para enseñarle a los infantes a desenvolverse como miembros
activos de una sociedad.

10
Hogar, no tan dulce hogar

Lucía* se niega a acostumbrarse a los gritos. Ya lleva nueve años escuchándolos.


Primero se sentía agredida, después pensó que ya no la herían, hasta que vio los
gritos reflejados en las uñas mordisqueadas de su hija y en el tono agresivo de las
primeras palabras de su niño. “Yo no tengo que ser la persona más alegre del mundo,
pero sí necesito que mis hijos vivan en un ambiente tranquilo”, dice. La gota que
derramó el vaso llegó un día en que su compañero ofuscado trató de tomarle la cara,
para centrarle la atención, mientras ella tenía al niño de dos años cargado, ella lo
esquivó y en el forcejeo él le arañó la cara. Lucía lo denunció ante la Comisaría de
Familia, donde citaron a su compañero y le dieron a ella una orden de protección para
que llamara a la Policía en caso de que la volviera a agredir. “Sólo le entregué la
citación un día antes. A mí me daba miedo porque él tiene un cargo muy importante
donde trabaja y le daría mucha pena que la gente supiera que lo demandaron por eso.
Fuimos y yo me senté lejos de él. Él dijo que sí asumía que a veces era muy ofuscado,
muy gritón, pero que no me quería dañar la cara, que él quería ver crecer a sus hijos y
se puso hasta a llorar. Ante eso, él se comprometió a asistir donde un psicólogo y el
caso se archivó. Hasta el punto, que al día siguiente fueron los testigos y los
devolvieron que porque eso ya se había resuelto”.

El compañero sentimental de Lucía jamás asistió a una terapia y no lo quiere hacer.


Según Lucía, su problema puede obedecer a que él fue maltratado en la infancia. En la
casa de Lucía pasó el tiempo y los gritos volvieron, se calman un poco cuando Lucía
amenaza con volver a la Comisaría de Familia, pero reaparecen. Sin embargo, ella no
está nada conforme con la gestión de esta entidad. “Me hubiera gustado que en el
momento en que yo presenté la primera demanda hubieran sido más contundentes,
después de que uno tiene el valor de denunciar. Me debieron mostrar las opciones que
yo tenía si no quería conciliar. Pero no, archivaron el proceso y recomendaron el
psicólogo y ya, ni siquiera verificaron que se cumplieran los compromisos”. La única
salida que ve Lucía a sus días de maltrato es dejar a su compañero, con el que hace
casi tres años ni siquiera comparte el cuarto, pero no lo hace por varios motivos. “Yo
no quiero dejar mi casa, las cosas que conseguí y alejar a mis hijos de su espacio,
además él aporta el 50% de los gastos. También temo ser injusta con él y con los
niños, aunque sé que no estoy siendo justa conmigo porque no soy feliz. Pero también

11
siento que puedo vivir así porque él quiere a los niños y me gusta que ellos crezcan
viendo la figura paterna, pero también me enredo, porque veo que les está dando mal
ejemplo. No sé qué me falta para tomar esa decisión”.

Violencia intrafamiliar contra las mujeres

De los casos de maltrato de pareja registrados por Medicina Legal en Antioquia en


2004, 36.901 fueron contra mujeres, lo que las señala como las principales víctimas de
violencia intrafamiliar. Del mismo modo, de los casos reportados de violencia sexual
85.76% fueron en contra de las mujeres. Las cifras son contundentes, pero más grave
que ellas son la indiferencia y permisividad con que la situación es atendida. No sólo
por parte de las autoridades, sino también de nosotros como sociedad y nuestras
creencias culturales.

La investigadora Argelia Londoño, en su artículo “La violencia contra la mujer”, atribuye


a la lógica patriarcal algunas causas de la violencia intrafamiliar, ya que dentro de ésta
se exalta la violencia, la ostentación de la potencia sexual, las capacidades de ingerir
alcohol y de responder violentamente al otro como características de virilidad. Esto ha
llevado a que en muchos municipios de nuestro departamento todavía se crea que es
natural en el sexo masculino la actividad, la razón, la agresividad, mientras que en lo
femenino la esencia es la pasividad, el sentimiento, la ternura.

Esta mirada es considerada equivocada por el feminismo, ya que confunde el término


género con sexo, que se distingue ubicando al sexo en el lugar de la biología y al
género en el lugar de la cultura. Desde ese punto de vista, nuestra cultura valida la
violencia como instrumento para perpetuar la posición de dominio del hombre o la
premia como símbolo, por ejemplo, de “tener carácter”. Además se justifica la violencia
contra la mujer, a veces hasta por las mismas mujeres, con expresiones como “por
algo sería”.

Cultura de violencia

12
De la misma manera, encontramos otros mitos culturales que favorecen la violencia
contra la mujer como la concepción de amor-pasión. Ésta es reforzada por las
telenovelas y algunos géneros musicales, que legitiman desde los celos hasta los
crímenes pasionales, entendiéndolos como hazañas novelescas y difícilmente como la
negación de la individualidad del otro. También se asocia el amor con el sufrimiento y
se habilita con dichos como “porque te quiero te aporrio” o “quien no te cela no te
ama” o como decía la telenovela Leonela: “No te olvides que quien te hace sufrir es
quien te ama”.

Otro aspecto, que tal vez es el que más favorece la proliferación de la violencia
intrafamiliar, es el manejo que se le da de competencia exclusiva del mundo privado e
íntimo como “cosas de marido y mujer”. Esto, acompañado del miedo al escándalo,
influye de manera importante para que se calle el maltrato. De igual forma incide la
consideración de la violencia como un hecho aislado atribuido a desmanes esporádicos
como la furia o el efecto del alcohol.

Ante esta circunstancia la Secretaría de Equidad de Género para las Mujeres del
departamento cuenta con proyectos como “Escuela itinerante de Liderazgo Femenino
por la Paz, democracia y el Desarrollo Local y Subregional” que promueve los derechos
de las mujeres. También se han hecho foros de sensibilización frente a la violencia
intrafamiliar con servidores públicos, y se desarrolla la campaña: “Una vida sin
violencia, un derecho nuestro” que educa y orienta a las mujeres frente a la violencia
sexual y sus procedimientos de denuncia. Aunque aún no se conocen los resultados de
estas iniciativas de solución queda la duda sobre su incidencia en el problema,
máxime cuando las circunstancias nos demuestran que urge un cambio cultural que
penetre en cada hogar y en los racionamientos de cada individuo.

¿Es sólo un problema de género?

Según el feminismo, la VIF es una práctica aprendida, producto de una organización


social estructurada sobre la base de la desigualdad. En ese sentido, es resultado de
relaciones desiguales de poder y es ejercida por los que se sienten con más derecho a
intimidar y controlar. Sin embargo, desde otros sectores se han empezado a considerar

13
otras hipótesis. Como lo plantea la investigación “Cambio familiar y maltrato conyugal
a la mujer”, publicada en 2004, del académico español Gerardo Meil Landwerlin. Él
encontró que la incorporación de la mujer al mercado del trabajo y la mejora de sus
niveles educativos no han significado un menor riesgo de maltrato conyugal. Es decir,
que es igualmente maltratada una mujer que labora que una ama de casa. Frente a
eso, se ha explicado que puede deberse a que la mujer no ha asumido su liberación en
todos los aspectos, y al contrario, en lugar de liberarse de su carga en el hogar asumió
también la del trabajo y otras, sin que esto genere una mejor calidad de vida. Es decir,
que tal vez en muchas sociedades la liberación femenina llegó sin estar preparadas
para ella. Por otro lado, la Noviolencia, por ejemplo, atribuye la VIF a que hemos sido
educados en violencia por la familia, los medios de comunicación, el entorno, etc.

Entonces utilizamos la violencia porque no sabemos qué más hacer, para sacar
nuestras frustraciones, porque no sabemos responder de otra forma. Seguramente,
usted tendrá otra teoría para aportar ¿A qué factores atribuye usted la VIF? ¿Cómo
podría solucionarse? Antioquia lo necesita. Tómese la Palabra.

Bibliografía

ALDANA, Aura Violeta. A propósito de la violencia intrafamiliar. Cuando la discreción


invisibiliza a la mujer. En: Perspectiva social. N° 48 (2002) p113.

Amnistía Internacional, Cuerpos rotos, mentes destrozadas, Torturas y malos tratos a


mujeres. Madrid: Editorial Amnistía Internacional, 2001, 75p.

CARDONA, Isabel Cristina. ¿Por qué se denuncia públicamente el maltrato infantil en el


área metropolitana del Valle de Aburrá? Tesis de Grado. Trabajo Social. Sin editar.
Universidad de Antioquia, 2004.

Dirección Seccional de Salud en Antioquia, Dirección de Salud Pública, Programa Salud


Mental. Proyecto Atención Integral a la Violencia Intrafamiliar en Antioquia, Medellín
2005.

14
Dirección Seccional de Salud en Antioquia, Dirección de Salud Pública. Protocolo de
vigilancia en salud pública de la violencia intrafamiliar. Medellín, 2005.

GIRALDO, Carlos Alberto y otros, Rasgando velos, ensayos sobre la violencia en


Medellín. Medellín: Editorial Universidad de Antioquia, 190p.

JIMÉNEZ, Blanca Inés y otros. Balance de las investigaciones sobre violencia en la


familia en Antioquia y su área metropolitana. En: Balance de los estudios sobre
violencia en Antioquia. Programa de convivencia ciudadana, convenio BID. Grupo de
investigación sobre la violencia. Editorial Universidad de Antioquia, 2001.

LONDOÑO, Argelia, La violencia contra la mujer. En: Rasgando velos, ensayos sobre la
violencia en Medellín. Medellín: Editorial Universidad de Antioquia, p135.

MEIL LANDWERLIN, Gerardo. Cambio familiar y maltrato conyugal a la mujer. En:


Revista Internacional de Sociología.

Profamilia. Encuesta Nacional sobre Demografía y Salud de 2000.

RED NACIONAL DE MUJERES. Violencias cruzadas, informe de Derechos de las Mujeres


Colombia 2005, Corporación Humanizar, 148p.

Sistema de Información Médico Legal del Instituto Nacional de Medicina Legal y


Ciencias Forenses. Informe 2004 del Centro Nacional de Referencia sobre VIF.
REDANI. El ABC de la Ley de Infancia, 2005

Fuentes Primarias
Álvaro Posada Díaz, pediatra puericultor. Grupo de Puericultura de la Facultad de
Medicina, de la Universidad de Antioquia.

Clara Olga Espinosa Correa, Dedsy Yhajaira Berbesí Fernández, Rodrigo Lopera
funcionarios de la Seccional de Salud de Antioquia programa de Salud Mental.

15
Dioselina Correa, Astrid Torres, funcionarias Secretaría de Equidad de Género para las
Mujeres.

Gloria Cecilia Zapata González, jefe del Grupo de Apoyo a la Justicia, Comisarías de
Familia.

Liliana Zuliani, directora REDANI, Despacho de la Primera Dama del Departamento.

Luis Javier Botero, asesor de Noviolencia de la Gobernación de Antioquia

Luis Julián Salas, director ejecutivo, y Samuel Tobón, investigador. Fundación para el
Bienestar Humano.

María Adelaida García, psicóloga Fundación: “Centro de Apoyo para la felicidad (CAFÉ)

16

También podría gustarte