1) Una profunda tristeza empaña muchas de sus composiciones (poética) ya desde el

arranque de la obra, que se inicia con el poema que da título al libro, "Los heraldos
negros"(referencial). El alejamiento del Modernismo en ésta y en otras composiciones
es patente (referencial). Frente a la belleza y perfección formal y la sensualidad y
colorido de la imaginería modernista, se adopta un discurso casi coloquial, todo él
emoción y desgarrada incertidumbre:(referencial) "Hay golpes en la vida, tan fuertes...
¡Yo no sé!"(emotiva). En lo que casi parece desnuda prosa se engarzan unas pocas
imágenes de ascendencia religiosa(referencial): las duras experiencias por las que todo
ser humano acaba pasando alguna vez son "Golpes como del odio de Dios"; tales
golpes son como "los heraldos negros que nos manda la Muerte"(poética), y dejan
marcado al hombre, "¡Pobre... pobre!", que al final "vuelve los ojos, y todo lo vivido / se
empoza, como charco de culpa, en la mirada."(poética-referencial).
2)
a. Emisor: SANDRA
b. Receptor: ANTHONY
c. Canal: EL AIRE
d. Mensaje: ALGO REFERENTE A LOS CUARTOS DE FINAL
e. Código: SI HABLARON EN INGLÉS SERÍA LA LENGUA INGLESA
f. Referente: EL CUARTO DE FINAL AL QUE LLEGÓ PERÚ.
g. Contexto: UNIVERSIDAD ALAS PERUANAS
3) Clara, piensa empezar su negocio de venta de miel de abejas junto con agricultores de
la región para saber quién es el que le conviene trabajar. María, su hija, preocupada por
ayudar a su padre, el día de hoy, organizó una lista de personas que ofrecían el mismo
producto a un costo similar ya sea ligeramente mayor o menor. Los clientes, siempre
descuento por lo cual es recomendable comprar a quienes más producían. Esto será
una gran hazaña. Ya que María confía en sus padres, cree que la ayuda de la grúa de
Paola, no caería mal. Las abejas estarán amigables. Tenemos que pensar así, pedir a
los agricultores que confíen en nosotros, y hay que recordarles que siempre han tenido
nuestra ayuda para hacer sus labores ya sea de fumigación así la temporada no haya
sido la mejor.

4) Lo intenté. Lo juro. Me senté frente al decreto seriamente, dispuesto a fajarme con cada
línea, con cada enunciado. Es cierto que tenía algunos prejuicios, una desconfianza
natural ante un presidente que, después de gozar de súper poderes habilitantes, no ha
logrado ni siquiera administrar bien su propio fracaso. Aun así, decidí que esta vez yo
mismo, con todas mis fragilidades matemáticas, iba a tratar de entender el decreto de
emergencia económica que propuso el gobierno.