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Uso Eficiente Energia PDF
Uso Eficiente Energia PDF
En el mundo en desarrollo confluyen ahora varias fuerzas para que éste sea un
momento muy oportuno para formular una estrategia destinada a abordar mejor las cuestiones
relativas a la eficiencia energética y el uso económico de la energía. Muchos países empiezan a
tener una actitud más abierta respecto de la reforma del modo en que la energía se produce y
se consume, a medida que experimentan:
A pesar de que al menos durante dos décadas se ha debatido sobre la necesidad de dar
a la eficiencia energética y a las energías renovables un lugar más prominente en las políticas
energéticas de los países de América Latina, poco se ha logrado hasta ahora. El no haber podido
integrarlas de esta forma es , de alguna manera, un fracaso en la formulación de las políticas
públicas, e incluso en la cooperación internacional , para incorporar patrones de desarrollo
sustentables.
Entre los elementos que explican este fenómeno está el comportamiento social en su
conjunto, el cual a su vez tiene múltiples ejes: i) las conductas individuales frente a las
colectivas; ii) la falta de voluntad política de los gobiernos, que muchas veces, se confunde con
el desconocimiento, la ideología, la percepción o la falta de respaldo en la sociedad, y la
predominancia de la doctrina económica liberal que entorpece el desarrollo sustentable del
sector energético ; iii) el poder o dominio ejercido sobre el mercado por parte de las empresas
de electricidad, gas y petróleo; iv) las modificaciones en la organización productiva de las
cadenas energéticas conjuntamente con el establecimiento de las políticas de precios y
políticas fiscales, tanto para la energía eléctrica como para los combustibles que impactan de
distintas formas a la eficiencia energética y la penetración de las fuentes renovables.
El consumo energético
Entender entonces “ como y por qué “ la demanda por los servicios crece, es esencial
para entender los cambios socio- tecnológicos y la evolución de infraestructuras,
equipamientos, rutinas y hábitos, que permitan así planificar de manera más sólida los
instrumentos orientados a promover la eficiencia en el uso de la energía. Y si esta “perspectiva
social” en relación con la demanda ofrece una visión conceptual más precisa del uso de la
energía, entonces el análisis de las políticas estará en condición de explorar un mayor número
de razones y causales y permitir la identificación de un abanico más amplio de posibles
intervenciones: diseño, instrumentos y acciones de políticas.
Las leyes pueden ser catalogadas buenas o malas según el efecto y los resultados que
logran. Una ley mal concebida, sin una adecuada fundamentación en la política energética del
país y que carece de una institucionalidad funcional a sus propósitos y de un ámbito de
instrumentos, programas y fondos adecuados corre el riesgo de fracasar.