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Los plásticos convencionales, son la tercera aplicación del petróleo más usada en el mundo,
y al año se consumen 300 millones de toneladas y como consecuencia se lanzan a la
atmósfera toneladas de dióxido de carbón., Estudios recientes han documentado que al
menos desde la década de los 50’s, se han producido más de 9,1 billones de toneladas de
plástico, lo cual está generando un problema creciente que amenaza no sólo la tierra, sino
también el agua y el aire; pues de estas, al menos 7 billones ya no son utilizadas, es decir,
se han convertido en basura
Estudios recientes han documentado que al menos desde la década de los 50’s, se han
producido más de 9,1 billones de toneladas de plástico, lo cual está generando un
problema creciente que amenaza no sólo la tierra, sino también el agua y el aire; pues de
estas, al menos 7 billones ya no son utilizadas, es decir, se han convertido en basura
Algunos de los problemas que originan los plásticos son la enorme contaminación
ambiental por no ser degradables por no considerar cuánto tardarán en degradarse estos
desechos plásticos. Por ejemplo las bolsas de plástico tarda alrededor de 100 años en
degradarse y una botella puede llegar a tardar hasta mil años, permaneciendo como
contaminantes durante largos períodos de tiempo en el ambiente. Por lo que decimos que
la forma de contaminación del plástico más común que podemos percibir, es la
contaminación terrestre.
Las consecuencias del plástico en el mar no sólo están plenamente documentado, sino
que cada vez se conoce a mayor detalle; por ejemplo 8 millones de toneladas de basura al año
llegan a los mares y océanos aunque también cada vez existe mayor testimonio audiovisual;
recientemente dieron la vuelta alrededor del mundo el caso de un grupo de buzos que
lograron captar como luce una de estas concentraciones masivas de basura en aguas de
Bali.
Y es que no sólo el extenso sistema fabricación de plásticos libera una enorme variedad de
toxinas en el ambiente, sino que también una importante proporción del plástico a nivel
mundial (+-12%) termina siendo quemado o incinerado, generando así una enorme
contaminación del aire, pues de esta forma se liberan también algunos de los componentes
más tóxicos conocidos por la ciencia.
¿Qué se puede hacer ante esta situación?
Actualmente existe ya toda una tendencia corporativa a adoptar medidas que contribuyan
con estos objetivos, aunque de igual forma es algo que puedes realizar a un nivel personal,
y que tendrá aún mayor impacto si logras influir a un nivel local, o al menos familiar.
Aunque ya tienen bastante tiempo de que empezaron a ser promovidos, los principios
básicos de campañas como las 3R (Reducir, Reutilizar, Reciclar) o el sistema Basura
Cero, siguen siendo la esencia de muchas acciones de responsabilidad social que se están
llevando a cabo en todo el mundo
Desde luego que la Reducción viene siendo la primera acción que debemos promover A
nivel empresarial, muchas compañías están cambiando recibos y demás documentación en
papel por sistemas digitales, apostando por la utilización de materiales biodegradables, o
utilizando baterías recargables, como algunas de las medidas para llevar a cabo un
desarrollo más responsable con el medio ambiente.
Aunque pueda sonar trillado, el reciclaje también ayuda, considera que sólo el 9% del
plástico producido en el último medio siglo ha logrado ser reciclado, lo cual es menos que
la cantidad que ha terminado siendo incinerada, por lo que aún falta mucho camino por
recorrer para poder reaprovechar estos materiales, sin que esto pueda tampoco llegar a ser
una solución definitiva.
Pues bien gracias a la bioingeniería se han creado “bioplásticos o plásticos verdes” que son
100% degradables. Su tiempo de degradación no tarda más de un año, están hechas a partir
de resinas vegetales, contaminan 85% menos que el plástico convencional y por
consiguiente estos nuevos productos parecen ser la mejor alternativa para dejar de
contaminar tanto al planeta.
El bioplástico, fabricado a partir de almidón de plátano comparte las características con los
elaborados a través de derivados de petróleo. La mayor diferencia entre el plástico que
actualmente se fabrica y el producido con base en almidón, es que el segundo es
completamente biodegradable y no tóxico, una vez degradado puede usarse incluso como
material de compostaje (abono). Esta ventaja proviene, precisamente, en el origen vegetal
de la materia prima, lo que reduce nuestra dependencia del petróleo, que desde décadas
domina nuestra sociedad.