Si os reúno hoy aquí, es como sin duda ya sabéis, para anunciaros
algo que llevo preparando desde hace unos 40 años…
En efecto, es con cierta emoción que tomo la palabra para
anunciaros mi próxima jubilación.
Las personas aquí presentes conocen mi don innato para los
discursos, es por lo que después de haber preparado cuidadosamente mi intervención, intentaré que no sea muy larga…
Estas palabras son importantes para mí para expresaros, en este
día tan especial, mi gratitud a cada uno de vosotros con quienes he compartido más que solamente el trabajo. Momentos de alegría y otros de dolor durante todos estos años.
No puedo negaros que me está invadiendo la emoción al veros
ahora a todos reunidos aquí ante mí con todos los recuerdos comunes que compartimos.
Pero sabéis, que a pesar de la tristeza que produce cada gran
cambio en la vida al hacernos tomar conciencia de que algo se termina y no volverá, llevo tiempo planeando esta dura vida llena de viajes, de ocio, etc. que me está esperando.
Ha llegado el momento para dedicarme a otras cosas y disfrutar
de todo el tiempo libre que se me da para mí y para mi familia. Pero quiero que sepáis que no os olvido (¡y os deseo mucho ánimo!) aunque ya no compartiremos el mismo despacho. Pienso en estas amistades que se han ido naciendo a lo largo de los años y que seguirán después de que me vaya. Podéis contar conmigo para que venga a visitaros de vez en cuando.
Por fin os doy las gracias por esta recepción organizada en mi
honor y dejo paso al bufet y a las bebidas que ya se están impacientando…
Acabaré con simplemente con estas palabras: ¡A vuestra salud! Y