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La Biblioteca #6 PDF
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N° 6 | Primavera 2007
ÍNDICE
3 Editorial
Conversaciones
10 • Roger Chartier: “Hay una tendencia a transformar todos los textos en bancos de
datos”. Por Horacio González, Diego Tatián, María Pia López y Sebastián Scolnik
30 • Ricardo Piglia: “Las bibliotecas no sólo acumulan libros, modifican el modo de
leer”. Por Horacio González y Sebastián Scolnik
48 • Daniel Link: “El libro sigue siendo más poderoso y más inclusivo”. Por María
Pia López y Sebastián Scolnik
Intermezzo
102 • El rostro de la medusa. Exuberancia y copiosidad del cuerpo pornográfico. Por
Christian Ferrer
Lecturas argentinas
184 • Un políglota ciego en la habitación del monstruo. Conjeturas sobre Borges y la
política. Por Diego Tatián
202 • José María Ramos Mejía, el historiador y sus lecturas. Por Fernando J. Devoto
210 • Pedro de Angelis. Por Hebe Clementi
222 • Encrucijadas de los modos de lectura y rumbos de las escrituras críticas. Por
Adrián Cangi
230 • La literatura santafecina y el río. Por Roberto Retamoso
240 • Nota a “Los penúltimos días”. Por Diego Poggiese
Dialéctica y semiología
252 • El cuerpo, el lenguaje, la escritura y el hipertexto. Por Juan Samaja
Groussaquianas
272 • Paul Groussac, crítico cultural (y literario) en La Biblioteca. Por Eduardo Romano
284 • Groussac: “Calandria” y otros anticipos. Por Marta Elena Groussac
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LA BIBLIOTECA
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304 • La colección de carteles de la Biblioteca Nacional de Cuba. Por Elíades Acosta Matos
310 • Política digital en bibliotecas nacionales: el caso chileno. Por Ximena Cruzat
Amunátegui
318 • El nuevo concepto de Biblioteca Nacional. Por Alfonso Quintero
328 • La Comisión Nacional Protectora de Bibliotecas Populares en Argentina. Por
María del Carmen Bianchi
336 • La prensa periódica y la formación de la sociedad argentina en la primera mitad
del siglo XIX. Por Daniel Campione
350 • Los catálogos en línea de acceso público en entorno web: la situación en el
Mercosur. Por Elsa Barber
362 • La perspectiva Groussac. Por Horacio González
Labor bibliotecológica
374 • Bibliotecas perdidas. Por Andrés Rivera y David Viñas
386 • Un documento fundante: sentencia confiscatoria de Moreno y Saavedra. Por José
María Gutiérrez
392 • Las colecciones del Tesoro. Por María Etchepareborda
400 • Archivo de Manuscritos. Por Vera de la Fuente y Ana Guerra
408 • Puiggrós, cuando fue Rodolfo del Plata. Por Mario Tesler
418 • Por la fuerza del trabajo. Fototeca Benito Panunzi - Biblioteca Nacional
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LA BIBLIOTECA
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Editorial
Los que pasaban y la “señorita B. Fernández”
Cuando había que ir a la calle México, la Biblioteca Nacional estaba cerca. O parecía estar
cerca. Ofrecida a los que pasaban. Cierta vez, Carlos Pellegrini entró en la Biblioteca para discutir
con Groussac un discurso que debía dar por la noche. Se trataba de pulir los últimos detalles para
un banquete con sus amigos políticos. ¿Era el año 1901, 1902? Para ingresar, había que atravesar
aquellos ficheros del vestíbulo, esos elegantes armarios de largos cajones empotrados, con cartones
de esbelta caligrafía, que actualmente se hallan en la sección referencias del edificio de la calle
Agüero. Son los que consultará César Tiempo en 1935 cuando entre tantas serias cuestiones, le
reproche también a Martínez Zuviría ciertas ausencias en el catálogo, como la del cuentista ruso
Andreiev, autor que puede consultarse ahora.
En 1931, el escritor nacionalista Ernesto Palacio escribe su sugestivo Catilina, libro que dice
ver surgir de una “revelación” y que es una crítica despechada a los golpistas del año anterior. En su
prólogo a la segunda edición, leemos: “Yo estaba condenado a la inacción y a la conspiración. Encerrado
en una biblioteca, cuando todo mi ser me pedía guerra, la tarea de rehacer el episodio catilinario fue para
mí una forma de liberarme, una válvula de escape, una compensación psicológica. Varios meses de trabajo
febril, en la Biblioteca Nacional...” La Biblioteca Nacional aparece aquí como un lugar palpitante, una
encrucijada entre la agitación política y el retiro del escritor a su gabinete inspirado.
En 1940 Ezequiel Martínez Estrada escribe La cabeza de Goliat, y en uno de sus comentarios
observa el busto de mármol de Moreno, que presidía la antigua sala llamada Mariano Moreno del
edificio de la calle México –al busto se lo puede ver ahora en la sala del mismo nombre, en el 5° piso
del nuevo edificio. ¿Cuál era el comentario? Que si era cierto que ese busto concentraba cierta energía
nacional reparadora, sería muy posible que en esos tiempos que corrían, entonces se lo pudiese ver
como si estuviera puesto de cabeza. Hoy, la sala de lectura de la antigua localización de la Biblioteca,
rodeada de altas estanterías vacías –rebautizada Alberto Williams–, permanece muda. No se pueden
retirar las estanterías desnudas ni llenarlas de otra cosa que no sean libros. Acaso es buena idea que
la Biblioteca Nacional considere ese local como su reconstruida sección en el centro de la ciudad,
retornando a él, invocando el recuerdo de Borges y Groussac, recreando aquella sala de lectura y
consulta, frontera y destacamento avanzado de la biblioteca hacia otras envolturas de tiempo. Envío
de actualidad hacia su historia lejana. Ese vacío que podría ser reconstruido es imperativo cultural
que nada cuesta emprender ahora. Otras bibliotecas nacionales del mundo así lo hicieron cuando se
mudaron, dejando detrás un activo resto suyo.
En 1955 Borges es nombrado director de la Biblioteca Nacional. En el maledicente y per-
verso libro titulado Borges, de Bioy Casares –pero que también es un libro extraordinario–, se lee
una nota correspondiente al 17 de enero de aquel año. Escribe un irónico Bioy: “Borges me cuenta
que Manucho Mujica Láinez, apareció en su coche oficial, con secretario, llevando una caja con una
etiqueta en letras doradas que declaraban: Biblioteca Nacional, Manuscritos de Escritores Argentinos,
seleccionados y donados por Manuel Mujica Láinez, Buenos Aires, 1956. Contiene la caja manuscritos
de todos nosotros y de otros talentos como Girri y Murena. Por carta y verbalmente, Manucho
insistió en que convenía que los diarios comentaran la donación, para que otros lo imiten y haya más
donaciones. Borges: qué le importarán las otras donaciones, lo que quiere es que se hable de él”. Esta
anotación revela un ejercicio agresivo de banalización y sospecha degradatoria sobre las intenciones
edificantes. Pero señala los movimientos culturales de ese tiempo movedizo, en el que el mundo
cultural rodeaba la confirmación de Borges en la dirección de la Biblioteca. Esos manuscritos –ha
pasado más de medio siglo–, se hallan hoy en la Sala del Tesoro, en el 3° piso del edificio construido
por Testa y Bullrich sobre la ex residencia presidencial.
A propósito de aquella vieja residencia, su último ocupante escribirá en 1956, en Del poder al
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exilio: “Buenos Aires estaba todavía adormecida y despoblada. Las casas se veían apenas en la luz
incierta del amanecer. Llovía siempre; era una noche ventosa; el agua que caía sacudía los árboles del
parque con la violencia de la tempestad”. Un desacostumbrado Perón escribe estos párrafos sobre los
árboles del parque que él vería por última vez. Una extraña melancolía retiene esa prosa, que pasa
muy rápido por una inesperada zona de incipientes metáforas. Borges, menos lírico, había escrito
“las épicas lluvias de septiembre”. Eran las mismas lluvias. La relación de la Biblioteca Nacional con
la ex residencia presidencial sigue viva aunque quedan apenas algunos cimientos de la vieja mansión
y una parte no demolida por la calle Austria. La última manifestación de estos lazos en el tiempo es
la historieta El atajo: la batalla de la Biblioteca Nacional, con guión de Juan Sasturain y dibujos de
Solano López, que le agrega un gran un episodio apócrifo a El Eternauta.
En 1985 el historiador Tulio Halperín Donghi escribe en el prólogo de José Hernández y sus
mundos que “en 1984 la intercesión del profesor Gregorio Weinberg, director en ese momento de la
Biblioteca Nacional, anticipada por los buenos oficios de la señorita B. Fernández, me abrió acceso a
volúmenes de la colección de La Tribuna retirados de la consulta al público (a la espera de una res-
tauración cuyo costo la Biblioteca no puede afrontar) debido al deterioro que han sufrido ya”. Hoy,
una de las salas le lectura lleva el nombre de Weinberg y los ejemplares de La Tribuna –no fue poco
el tiempo que pasó– están en restauración.
Este es apenas uno de los recorridos de la historia de la escritura y la lectura en la Biblioteca
Nacional. Una historia que está escrita en libros, memorias y documentos dispersos. La Biblioteca es
también un personaje de la literatura nacional. Si en todo país hay una historia de su memoria lectora,
esta historia suele coincidir con la de su establecimiento mayor bibliotecario. Lo que él guarda no
son sólo libros, diarios, fotos. Guarda una memoria de lo que como espacio arquitectónico significa
en el interior del corazón literario del país. Por una extraña pasión intelectual, quedan las huellas de
la Biblioteca como ente físico, como inmueble y como escena de un breviario profano, en el cuerpo
de una parte importante de lo escrito en el país. Ricardo Piglia suele decir que no concurría a la
Biblioteca, pero saber que ella existía en algo podía resguardar o sostener toda la literatura argentina
efectivamente escrita. En la república del silencio, decía Sartre, saber que había un lejano puñado de
partisanos mal armados y sin posibilidades a la vista, a todos los hacía más libres.
Es así que la historia nacional, en una parte no fácil de explicar, es la historia de todos los
actos patrimoniales y escriturales que la Biblioteca ha amparado. Actos que luego aparecen como
testimonio del estado de sus materiales, de la respiración de sus salas, del nombre de sus antiguos
empleados. ¿Qué sería de esa señorita B. Fernández que menciona Halperín? No conocemos su des-
tino. Ella puede ser un arquetipo, la sucinta evocación de simpatía hacia un augur desvanecido en la
memoria bibliotecaria. Algo obliga al investigador a declarar un débito hacia esos que parecen pasillos
apáticos y mudos mostradores que sin embargo no se hallan escasos de profesionalidad y filantropía.
Con ella se pone algo de sosiego a la comprensible desesperación de los lectores por encontrar los
ansiados documentos dormidos.
Muchas veces suele pensarse que una Biblioteca Nacional es un centro de documentación
o una oficina de servicios a otras instituciones públicas o a los medios de comunicación. Todo eso
debe serlo, pero si no fuera más que eso, tampoco daría adecuadamente esos servicios. Si no se con-
sidera que cada texto dejó recuerdos de lectura –sí, una obvia historia de su consulta, que se puede
comprobar por cualquier vía interna estadística–, y que todo lo que se atesora en silencio, aunque sea
una vez podrá ser aquilatado, se parecerá a esos personajes nativos que se encuentran en los relatos
de los más importantes antropólogos del siglo veinte. Un investigador hace su pregunta clave, y los
hombres autóctonos les repiten una lección sobre su tribu que previamente fue aprendida de otros
imaginativos antropólogos. Así, una Biblioteca Nacional convertida en un museo preservacionista
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o en un mero servicio documentalista, corre el riesgo de hablar con lo que previamente un hábito
petrificado de investigación ya habría puesto en ella.
La preservación, la documentación, los sostenes automatizados y los procedimientos de agregación
o expurgo de materiales, sólo pueden rendir su cometido exhaustivamente, si encuentran en su camino
el nombre verdadero que justifique su necesario dispositivo técnico, el que hunda su raíz en las más
remotas historias bibliotecarias y en los métodos de catalogación que sin duda fueron contemporáneos
de los iniciáticos rasgos del pensamiento abstracto, de la operatividad laboral sobre la naturaleza y del
pensamiento sobre el espacio y el tiempo, que son evidentes ficciones colectivas del origen del pensar.
Ese nombre es el del libro completo cuyo encuentro, lectura y consideración crítica debería
llevar a otro libro de esa misma índole, sosteniendo tanto la cadena de lecturas pedagógicas como de
lecturas de descubrimiento. Las dos se retroalimentan hasta dar con lo aún inexistente, la pieza que
obtenga en el interior de la Biblioteca la interpretación nueva. Así, la Biblioteca es de algún modo
una Fábrica –fábrica inmaterial que agrega conceptos de ordenamiento y circulación a lo ya fabrica-
do– pero en la que conviven los símbolos con un trabajo serial sin taylorismo, es decir, una serialidad
mecánica pero no en la consideración del acto laboral en sí mismo, que es trabajo colectivo libre,
emancipado. La puntuación cultural constituye la característica que enhebra la cadena laboral, de
modo que clasifica y libera. Es decir, cada pieza está en una serie y a la vez es única.
Se dirá que para todo esto no es necesario contar la historia de “los que pasaban” –de Pellegrini
a la consulta de La Tribuna– ni sería adecuado suponer que es importante la historia que va de la
calle México a la calle Agüero. Pero quien así dijera se sumaría a una interpretación meramente
panóptica de la requisitoria de documentación, un mercado de objetos que yacen laboriosamente
pero que ya están interpretados de antemano.
Ciertos conceptos de búsqueda llevan a encontrar en las cosas lo que previamente pone-
mos en ellas. Así, ideas como las que a veces se invocan mentando una supuesta “sociedad del
conocimiento”, conducen a la ilusión pedagógica de un mundo plano sobre el cual decimos que
interrogamos pero ya lo sabemos todo. Es que conceptos como ése, parten del error fundamental
de borrar de un plumazo los procesos históricos que hacen del conocimiento un conflicto nece-
sario y no una sociedad que diluye las diferencias entre información y cultura, con una indolente
metafísica de la transparencia. Los modelos de investigación entonces se resumirán en estudios
de recepción o en excavaciones genealógicas gobernadas por un archivismo de iluminación uni-
forme, mero fetichismo sin profundidades ni vacíos.
Sin una historia de la lectura, pues, no puede haber políticas bibliotecarias nacionales y públicas.
Y una historia de la lectura es la presencia del lector arcaico en el lector contemporáneo. Todo lector
funda su actualidad en los lectores cancelados que alberga su conciencia. De esto, la “sociedad del
conocimiento”, ente raso y monótono, mera superficie lunar de signos estáticos, nada sabe. Esta afir-
mación supone un debate largo. Es un debate que se verifica de modo excepcional en las bibliotecas
nacionales. Para ellas, es una discusión radical, decisiva. Es que están en peligro.
El concepto de “nacional” en ellas está en discusión bajo la presión de las redes telemáticas y la
formación de núcleos de oferta cultural concentrados en informaciones globalizadas tratadas como neo-
mercancías de un mercado de intercambios abstractos, precisamente la “sociedad de la información” y
otros sofismas parecidos, que toman la forma de un entramado mercantil de simbologías. Todo ello se
complementa con la construcción del lector remoto –necesario personaje a ser repensado desde el lector
real y no a la inversa– que descuidadamente elaborado como concepto, puede tornar inanes las gran-
des fortificaciones bibliotecarias, que serían mausoleos cuidados por sacerdotes togados, interdicciones
reglamentarias en mano. Mausoleos sin gente, sin murmullo en los pasillos, sin avizoramiento de libros
o imágenes, todo sometido a un preservacionismo talmúdico. Nada de “señorita B. Fernández”.
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Por eso mismo, también el concepto de “biblioteca” puede desaparecer así como el de “bibliote-
cario”, sustituido por el de “oficial documentalista” o “trabajador de la información”.
Los peligros son así conocidos. Conocemos cómo sería la adecuada herencia de la decisiva revo-
lución digital, que debe ser recibida en términos de una vigorosa recreación de la experiencia real,
tanto existencial como lectural y de lenguaje. No hay creación civilizatoria sin que se articulen en un
punto esencial –a ser descubierto–, los planos de la práctica experiencial real –entre ellas, la lectura–,
con sus planos metafóricos y de reemplazo por niveles técnicos que amplían la imaginación pública.
Se habla de TIC’s. ¿Qué concepto es ése? Es como si en los tiempos de la nueva historia francesa –la
que se denominó de la “historia de las mentalidades”– se hubiera hablado de hisment, menthist o algo
parecido. Una mutación técnica que se establezca en su grado de verdad adecuado en un momento
de la historia humana, no precisa cristalizaciones o momificaciones del lenguaje, pues esa es precisa-
mente la forma de poder e incautación holgazanamente asociada a todo descubrimiento, lo que hace
del logos de la técnica una forma de dominio y de descuido del lenguaje colectivo, cuando su destino
es otro. Es el destino de una teckné que preserve los lenguajes heredados, fortaleciéndose en ellos.
Una tecnología a la escala del proyecto humano, no es una hipótesis de secuestro, dominación y
de sustitución de legados ya probados. Ciertamente, trae palabras nuevas, necesarias y creadoras, pero
en diálogo con el acervo disponible. Ni los preserva monásticamente para convertirlos en lingotes
retirados del uso público, ni propone la superioridad de una lengua cosificada sobre la experiencia
real conversativa. Esta última es la experiencia que debe sostener realmente los cambios en dirección
a una cultura social crecientemente eximida de los poderes inertes y de las prácticas de burocracias
curialescas. Tales poderes inmediatamente se consideran depositarios de las novedades cuyo destino
es otro: no el de disecar el lenguaje sino el de recrear las potencias del conocimiento humano. No una
“sociedad del conocimiento” que a cambio de una extensión hacia la supuesta infinitud del saber, lo
cauciona en las reglas de un nuevo disciplinamiento.
Ahora, la Biblioteca Nacional no está en el centro histórico de la ciudad, pero es continuidad
de aquella anterior figura urbanística y arquitectónica. No es que haya perdido cercanía. Pero debe
crear una proximidad nueva, que es el vínculo con lo que en ella se haya producido en materia
de símbolos culturales del acervo universal. Nuevas menciones a las “señoritas B. Fernández” –la
historia del buen servicio de la Biblioteca Nacional– que deberán sobrevenir, al amparo de la
recreación del lenguaje bibliotecario a la altura de la época y de su propia historia conceptual. Las
Bibliotecas Nacionales pueden desaparecer, parafraseando a Charly García. Pero los amigos del barrio
podemos colaborar para reintegrarlas dignamente a la vita activa si su milenaria historia como
lengua profesional y creación de las naciones modernas, se mide en condiciones de igualdad con
los lenguajes de las lenguas artificiales, como Google y otros.
¿No es toda la obra de Borges un intento de enlazar las lenguas arcaicas con las lenguas artificia-
les? Es más “bibliotecológica” la lengua borgeana –incluso en el sentido efectivamente tecnológico–
que muchos intentos de crear una nueva lengua LTI, una nueva “lengua del tercer imperio”1, lengua
que pierde sus raíces cognoscitivas en nombre de conceptos meramente de dominio. Las bibliotecas
nacionales del mundo son el ágora de este interesante debate: o bien recreación de técnicas de cono-
cimiento con base en filologías del gran legado o bien súper artificialismo de esas lenguas que con sus
maravillosas realizaciones no evitan muchas veces poner en peligro el legado.
NOTA
1. Víctor Klemperer, LTI, carnets d’ un philologue, [Leipzig, 1975]; citado por Barbara Cassin, Google-moi, la deuxième mission de
l’Amerique. Albin Michel, 2006.
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A pesar de que las virtudes creadoras de las lenguas artificiales son muchas, no escasean las opor-
tunidades por las que en vez de triunfar el altruismo científico –del que potencialmente son portado-
ras– se prefiere cobrar el subido precio de unificar con desnutridos axiomas pedagógicos el lenguaje
de la humanidad. Es posible evitar ese destino. La atenta señorita “B. Fernández”, personaje de la
historia de la lectura en la Biblioteca Nacional, interlocutora de los que pasaban, lo va a agradecer.
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Conversaciones
Entrevista
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truir la movilidad del texto y de sus cia, lo primero que debemos pensar
sentidos. Cómo van cambiando la lite- es que no hay una nueva técnica
ralidad de la obra, las formas materiales que se pueda apropiar con antiguos
de su publicación y de inscripción, los gestos. Hasta ahora, los diagnósticos
horizontes de expectativas, las cate- sobre la lectura sobre la superficie
gorías estéticas e intelectuales de las iluminada de la computadora, se diri-
diversas comunidades de lectores. Así gen en dos direcciones. Por un lado,
podemos construir una aproximación se trata de una lectura discontinua
más densa, más rica de la cultura escri- y segmentada, que por las mismas
ta, tanto para las obras más canónicas características de la tecnología puede
como para los textos más humildes. pasar de fragmento en fragmento,
incluso proveniente de distintas fuen-
LB: Me quedé pensando en las prác- tes sobre un mismo soporte, como
ticas que trae consigo el libro im- es el caso de la website, una revista
preso, los gestos, hojear un texto, electrónica o el correo electrónico, lo
pasar las páginas y buscar en el ín- que constituye una novedad radical.
dice ¿Cómo pensar las prácticas que Antiguamente, la cultura escrita se
vienen de la mano de la lectura en definía por la separación de objetos
pantalla? ¿Qué tipo de lector y qué diferentes pertenecientes a géneros
prácticas de lectura significa esa re- distintos. Aquí, estos ajustes frente
volución digital? a la mirada del lector, tienen fuen-
tes múltiples que se componen, en
RC: Esta imagen de hojear un libro tanto extractos yuxtapuestos, frente
me parece muy ilustrativa de lo que a la mirada del lector. Esto no quiere
estoy tratando de decir. Para hojear decir que la lectura del libro impreso
un libro se supone que hay hojas. Es no sea fragmentada: nadie está obli-
decir, no se puede hojear un rollo gado a leer un texto desde la primera
de la antigüedad, pues había un página hasta la última y nuestras
despliegue continuo de la obra, lo prácticas más habituales se apoderan
que hacía imposible la práctica de del texto hojeándolo o extrayendo
escribir leyendo pues las dos manos de él pasajes particulares. No es aquí
son movilizadas por el objeto y la donde existe la ruptura. Ella existe
aparición del texto en columnas, que en relación con la materialidad del
hace aparecer fragmentos frente a la objeto, dado que en un texto impre-
mirada, no permite el acto de hojear. so, la forma material impone a la
No se hojea, para utilizar el viejo vez la identidad textual que abarca;
vocabulario, un texto electrónico por hay una inmediata percepción de la
una simple razón: no tiene páginas, coherencia de la obra a partir de su
sino ajustes textuales siempre móviles, forma material. Esta percepción de la
singulares y efímeros compuestos por totalidad no aparece cuando se selec-
el lector (salvo si el texto está total- ciona un extracto en el formato digi-
mente cerrado). Pero si es abierto, lo tal. Esta es una primera diferencia.
que aparece en la pantalla no tiene En el caso de una revista o un diario
nada que ver con una página de libro impreso, puede producirse la lectu-
impreso, sino que su naturaleza es de ra de un fragmento particular, sin
ajuste textual móvil. En consecuen- embargo se da una contextualización
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LB: Hay dos formas anecdóticas pero que el tipo de lectura implícita en un
muy sugestivas de la lectura, que tam- género, se traslada en el mundo digital
bién quiero llevarlas a un artículo que para favorecer cierto tipo de edición y
leí en su libro (Escribir las prácticas, dificultar otros. Los lectores son plas-
2006) respecto a su amigo Marin y la mados por una historia de muy larga
idea de abuso que hay en relación a duración en sus expectativas y hábitos
la expresión “la lectura” para signifi- de lectura que no están modificados
car todo tipo de interpretación. Una inmediatamente por el hecho de que
de esas anécdotas es la referencia de una nueva técnica es inventada.
Althusser, en su libro de memorias, Respecto al otro ejemplo, espero que
sobre la lectura con “sacacorchos”. El Althusser haya leído a Marx de un
libro permitía poner figuradamente modo diferente al procedimiento
un sacacorchos y leer sólo lo que se para abrir botellas (risas). Para leer El
extraía con él. Y la otra anécdota re- Capital estaba fundado en un tipo de
fiere a un fragmento de Borges, sobre lectura que no se ajusta a la descrip-
un libro que sólo se abre en la página ción. Siempre se debe pensar que la
20 por defectos de fabricación, lo que gente que habla de sus lecturas dice
obliga al lector a obedecer esa anoma- cosas muy diferentes de sus prácticas,
lía, a no ser que quiera rebelarse y co- porque hablar de ellas es también
menzar por otra página (risas). una postura, una representación de sí
mismo para los otros o para sí mismo.
RC: Se dice que Borges nunca leyó En los últimos años se han acumulado
un libro enteramente, salvo, quizá, la géneros biográficos y autobiográficos
Enciclopedia Británica, que sería la donde se habla de las propias lecturas.
figura al revés del lector que no tiene Eso es muy interesante, pero no como
el genio del bibliotecario ciego de la indicación de las prácticas reales. No
calle México. En general se lee de una quiere decir que la gente mienta, aun-
manera fragmentaria las enciclopedias. que algunas veces sí (risas). En general
La novela fue un género que se creó esto se produce porque el recuerdo,
suponiendo la lectura continua, desde la memoria o, inconscientemente, la
la primera página hasta la última. La voluntad de construir una imagen
consecuencia de esto se ve en la discu- de sí mismo se aleja de las prácticas
sión sobre el mundo contemporáneo. más cotidianas, o de su aspecto gris.
Este tipo de lectura que intenté descri- No me acuerdo a qué texto se refería
bir como segmentada y contextualiza- Althusser en esta percepción...
da de una manera lógica y no topográ-
fica, conviene perfectamente para las LB: Me parece que se refiere a El
enciclopedias que pueden ser leídas capital...
de manera discontinua y que, del lado
del editor, pueden ser actualizadas y RC: Entonces esto puede deberse a la
recompuestas permanentemente. Por doble dimensión de su lectura. Una
el contrario, por lo menos en Francia, dimensión en la cual hay una compren-
las editoras que intentaron abrir un sión de la obra en su totalidad, que es
espacio para la novela o el ensayo la única manera de lograr mostrar sus
filosófico en forma electrónica, han articulaciones lógicas y la construcción
fracasado o desaparecieron. Es decir, de una demostración; y, al mismo
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segunda ansiedad, del exceso, del des- tanto, las víctimas de aquel evento.
orden del discurso condujo a diversas Evidentemente en contra de esta forma
operaciones: desde los catálogos hasta las de desaparición forzada, con formas
antologías de extractos o lugares comu- extremas en las dictaduras de América
nes. Todos estos dispositivos llevaron, Latina del siglo XX, o a mitad del siglo
en el siglo XVI y XVII, a la invención XVII cuando Luis XIV pidió la destruc-
del soporte en el que la escritura era ción de todos los archivos del Parlement
posible borrarla y no sólo acumular. de París que se referían a episodios en
Esto era más difícil con la tinta y el per- que había vacilado el poder monárqui-
gamino, o la tinta y el papel. El librillo co. Esta idea de destruir los archivos
de memoria que Cardenio abandonó para destruir los rastros del pasado
en la Sierra Morena, es exactamente tiene una constante, en algunos casos
este tipo de objeto. Un cuadernillo con de una forma extrema. Paralelamente
hojas que tenían una película hecha de a la destrucción de los documentos,
goma y barniz que se practicó también la destrucción de
Pese a sus dificultades, resisten permitía borrar y los libros, de sus autores, editores y
las librerías –tanto de libros escribir de nuevo. lectores desde la Inquisición hasta las
antiguos como contemporá- Todo esto nos dictaduras militares. En estos casos, se
neos– donde siempre persiste conduce al trata de reconstruir ese pasado a través
la posibilidad de este tipo de mundo contem- de la recuperación de los documentos
emoción que es el descubri- poráneo, porque o de los testimonios de los testigos.
miento de un libro desconoci- quizá estas dos Pero estas situaciones dramáticas no
do y que representa algo fun- ansiedades han deben ocultar la posibilidad de pensar
damental para su comprador, adquirido una configuraciones menos extremas de la
ahora transformado en lector. forma paroxística: relación entre el temor de la pérdida y
la ansiedad de la el temor del exceso, la ansiedad frente
pérdida explica por qué siempre busca- a la pérdida y la inquietud frente al
mos una prótesis para nuestra memoria exceso. Cuando utilicé la palabra selva,
–lo que define a una computadora es es porque en el siglo XVI muchas de
su cantidad de memoria. Pero, frente esas recopilaciones o antologías que
a ello, también está el diagnóstico del deberían ayudar al lector, utilizaban
exceso de textos, de la imposibilidad de las palabras de la botánica, selva en el
entrar en una selva textual, que puede caso del desorden, o jardín como una
ser exuberante y sin orden descifrable. metáfora de la armonía. En el mundo
Padecemos la ausencia de la organiza- digital, pienso que las dos ansiedades
ción de esta proliferación textual. Si el han adquirido una forma particular-
olvido era la condición de la memoria, mente aguda.
el borrar era la condición de la escri-
tura. Esta tensión es esencial, recorre LB: ¿El mundo digital, amenaza el
los momentos históricos y encarna en entusiasmo del hallazgo? Recuerdo
diversos tipos de instituciones o de que Pancho Aricó decía que ya no
prácticas. Tal contradicción no se liga había más libros que encontrar. Él
exclusivamente a los momentos en los iba por las ciudades buscando libros
que borrar es una forma de ejercicio y decía: “Hemos arribado a un mun-
de un poder tiránico que borra las do en que no hay libros que buscar
huellas de los acontecimientos, y por ni libros que encontrar”. Esa idea de
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ria. Cuando Sancho dice que no tiene práctica extensiva, está desmentida por
memoria y que no se acuerda ni siquiera estos ejemplos en donde se lee la novela
de su propio nombre, pero al mismo como se leía en la tradición protestante
tiempo se convierte en una especie de la Biblia. La novela era leída, conocida
“Sancho el memorioso”, porque siempre y citada. Aquí es posible contribuir con
habla a partir de refranes, cuentos, con- un matiz muy fuerte a esa tesis sosteni-
sejas que ha memorizado: una memoria da por muchos historiadores. Al mismo
sin libros entonces. También existe una tiempo, se trata de un modo de entrar
memoria que es totalmente libresca, en la literatura misma, porque este
porque los recuerdos de Quijote no son lector que construye Richardson, y al
suyos, sino de los caballeros andantes cual responde Diderot, es un lector que
que convoca para interpretar lo que le moviliza toda la afectividad, algo con-
sucede. Entre estas dos formas está el denado por la estética clásica: la identi-
librillo de memoria que es a la vez la ficación entre el texto y el lector, fuente
metáfora material de la necesidad de de olvido del mundo exterior, era con-
la transcripción y de la obligación del siderada como una forma de alienación.
borrar. Es el objeto que encarna más Con la novela del siglo XVIII cambian
claramente lo que hemos dicho de con- los criterios principales de evaluación
servar y destruir, fijar y borrar. Se con- de una obra. Ella adquiere –según esta
frontan así una memoria sin escritura, la perspectiva– toda su fuerza cuando
literatura como memoria y la memoria produce en el lector la pérdida de toda
efímera del librillo. Esto puede dar otra frontera entre su mundo y el del texto
clave de interpretación de estos capítulos y, por tanto, cuando produce un efecto
del Quijote, para encontrar otra “magia corporal: llantos, gritos, sollozos. La
parcial”. Cervantes tematiza a través de definición de la fuerza estética se liga
la narración este problema fundamental con la construcción del lector implícito,
de su tiempo, la relación entre los dos que es un lector identificado con los
temores del olvido y del exceso. personajes de la ficción y que ha incor-
No solamente es el lector el que está porado su mundo, lo que le permite
presente en el texto, sino la materiali- reconocer a “los buenos” y “los malos”
dad de las prácticas de la cultura escrita. de acuerdo con su propia experiencia
En referencia a la presencia del lector personal, mientras está movilizado los
en la obra –a lo Piglia–, había dedi- recuerdos de su lectura en lo más pro-
cado uno de los ensayos al texto que fundo de su ser.
Diderot publicó después de la muerte Yo comparto la perspectiva de
de Richardson. Es un texto muy inte- Macedonio Fernández y de Piglia. Hay
resante por lo que hemos discutido: una movilización dentro de un relato
¿están las prácticas de lectura en la de ficción de la cultura escrita de su
escritura misma? Esto empezó con la tiempo y, por otro lado, una relación
revolución de la novela, con Pamela o la reflexiva sobre lo que es escribir lite-
virtud recompensada y Clarisa, la histo- ratura, las condiciones materiales e
ria de una joven dama de Richardson. A intelectuales de producción del efecto
través de la construcción de este lector estético. Se abre un campo en el que
ideal dentro del texto de Diderot, es la distinción entre crítica literaria e
posible discutir un tema historiográfi- historia cultural desaparece, en el cual
co. La revolución de la lectura, en tanto el estudio morfológico de los textos y
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Puig. Es decir, no hay estilo personal, LB: En tu libro hay una escena muy
o en todo caso el estilo se construye a interesante, el episodio de la apari-
partir de los lenguajes sociales, de lo ción de la máquina de escribir en
que sucede en la calle, en la web, en Kafka como una alteración de la
la circulación social. Uno puede leer a forma de escritura. Un instrumento
Cucurto y ver de qué modo los inmi- de escritura mecánica que aparece
grantes sudamericanos y coreanos separando la escritura del propio
están presentes en la cultura argen- cuerpo y de la “respiración” de los
tina actual y como se transforman
los registros del lenguaje. También
algunos autores están trabajando con
cierta grafía que viene de los medios
técnicos, la rapidez de la escritura
ha generado una especie de nueva
taquigrafía, una forma condensada
de reproducir por escrito el lenguaje.
La última novela de Alejandro López
trabaja por ahí. Se tiende al ideogra-
ma casi. Se abrevian las palabras para
que los mensajes estén a la altura de la
velocidad y la inmediatez del medio.
Una suerte de telegrama cifrado. Una
sintaxis tipo Tarzán, a menudo sin
puntuación, sin mayúsculas. Y tam-
bién cierto anglicismo técnico, ligado
al uso de un inglés básico, que no es
el inglés que se habla sino el del soft-
ware. Y a la vez está todo ese campo
interesante de los errores, los lapsus,
los acentos y las eñes que faltan, los
signos que se traban. Son intentos de
convertir esos usos alterados del len-
guaje en estilo literario. Suena como
una especie de Puig psicótico.
RP: (risas) Supongo que no... Con órganos, convirtiendo en escritura Ricardo Piglia, por
esto lo que quiero decir es que sin burocrática lo que hasta entonces Mariano Lamota
duda las nuevas tecnologías están pre- era una escritura personal, manus-
sentes allí donde siempre han estado crita, como prolongación del pro-
presentes en la literatura, que es en los pio cuerpo. Y con ello, el pasaje del
efectos que tienen en los lenguajes, en escritor al autor como figura públi-
el uso social del lenguaje. ca. Es una imagen muy linda sobre
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LB: Las personas que se inscriben en vuelta de tuerca sobre esa pérdida
esos sistemas de referencia pertene- primera? ¿Hay una mayor separación
cen más a un campo de defensa, me de la escritura de la propia experien-
parece, donde cada vez hay menos cia corporal? ¿Se están produciendo,
expectativas creativas –en el sentido a partir de la virtualización, nuevas
clásico– y, al mismo tiempo, mayor modalidades de ser inéditas?
protección de la propiedad de las
citas, del tipo de excavación que RP: Sí, de acuerdo. La noción de expe-
hay que hacer en ciertos textos, de riencia está de nuevo en discusión. Por
la protección que tiene que haber supuesto no hay que confundirla con
en las computadoras para que no la información. La experiencia es la
te roben la información... Desde el forma en la que un sujeto le da senti-
punto de vista de la propiedad, cada do a lo que le sucede. La información
vez más la situación se parece a un no implica la experiencia, más bien
tipo de capitalismo primitivo... es su opuesto, y da el sentido por
hecho. John Berger en Modos de ver
RP: Acumulación primitiva por un ha planteado muy bien la cuestión:
lado y anarquismo por el otro. Yo “cuanto menos ha aprendido uno por
tengo la sensación, por momentos, de experiencia, más crédulo es”, decía
que el universo de la web no funciona Berger. La creencia es lo que está en
igual que la sociedad: la circulación es juego. El hacer creer. Se sustituye la
más libre, las intervenciones persona- inexperiencia con la información. Y se
les son más abiertas, la posibilidad de vive bajo la amenaza de no estar infor-
entrar con información propia, con mado, no estar al tanto, no estar al día.
datos propios, está más socializada, Pero ¿qué quiere decir estar desinfor-
y también el acceso a la informacion mado? Todos estamos desinformados
y al saber, que antes estaba limita- y la web amplía pero también resuelve
do; pero no se termina de ver cómo imaginariamente esa sensación con la
todo eso está ligado a la propiedad. acumulación explosiva de informacion
Todo parece gratis. No parecen regir dispersa y disponible. Por eso la clave,
ahí criterios que sí rigen en otros para mí, es la narración. El narrador
ámbitos, por ejemplo, la censura casi trata de convertir lo que ha sucedido
no existe. Algunos piensan que esa en experiencia. Hay una tensión entre
ilusión de libertad y de circulación narración e información, que la web
abierta esconde un régimen de con- hace todavía mas compleja.
trol y vigilancia, que en verdad lo que
hacen es acumular archivos persona- LB: Sí, hoy parece estar planteándo-
les, el perfil de los consumidores, sus se una reducción de la narración a
opciones políticas... información...
LB: Pero volviendo un poco al epi- RP: Claro, pero la narración siempre
sodio Kafka y el tipo de separación ha tratado de construir la experien-
que opera esa transformación de la cia, es decir, construir un campo
máquina respecto al propio cuerpo de sentido que esté ligado al sujeto
escribiente, la conectividad digital mismo. La tensión entre información
en ciernes, ¿produce nuevamente una y narración es básica en las discusión
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ción. Debray está haciendo una espe- camente. Porque es evidente que las
cie de reconstrucción de la influencia grandes tradiciones del marxismo, del
de los medios en la historia, una socialismo, han estado siempre ligadas
periodización a partir de los cambios al mundo de la letra escrita, al libro, a
técnicos, los medios definen el cambio los periódicos, a la lectura. Y la actua-
de época. Y en un artículo que publicó lidad de los problemas que estamos
hace poco en la New Left Review dice, discutiendo, me parece que está ligada
entre otras cosas, que el socialismo está también a la presencia y a la posibi-
ligado a la cultura del libro. Parece una lidad del socialismo, si asociamos un
hipótesis interesante, al menos históri- concepto a otro...
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Entrevista
La Biblioteca: El tema que anima Yo creo que, por un lado, hay una
este número de la revista expresa una potencia de la lectura. Esto lo he sos-
preocupación creciente: la compleja tenido en mis libros: me parece que
relación entre lectura y tecnología. la cultura electrónica, en contra de
Este problema ha sido bastante dis- lo que parecería a primera vista, no
cutido en los últimos tiempos –donde es tan audiovisual como los medios
se han formado campos de adheren- masivos sino que es más letrada; las
tes y detractores– pero, independien- claves, los comandos, los nombres
temente de ello, para las bibliotecas de usuario, hay
reaparece una y otra vez como pre- toda una serie de Yo creo que, por un lado, hay
gunta inquieta. Nos interesa mucho dispositivos que, una potencia de la lectura. Esto
tu percepción por varias razones. me parece, tienen lo he sostenido en mis libros: me
Por un lado, por tu experiencia en más que ver con parece que la cultura electróni-
los suplementos culturales que de la letra escrita, lo ca, en contra de lo que parece-
algún modo registran –para bien o que genera una ría a primera vista, no es tan
para mal– los modos de lectura de recuperación de audiovisual como los medios
cada época; y por otro, porque en tus un campo que en masivos sino que es más letra-
novelas das cuenta del tipo de modi- algún momento da; las claves, los comandos,
ficaciones que sufre la sociabilidad se imaginó como los nombres de usuario, hay
ante la presencia de innovaciones crítico. De todos toda una serie de dispositivos
técnicas que alteran las rutinas... modos, obvia- que, me parece, tienen más que
mente, esto suce- ver con la letra escrita, lo que
Daniel Link: A ver, por dónde empezar. de para los lec- genera una recuperación de un
tores que están campo que en algún momento
LB: En la reciente discusión surgi- entrenados en la se imaginó como crítico.
da a partir de la novela de Sergio Di lectura digital.
Nucci –Bolivia construcciones– apa- A mí no me gusta usar mucho las
reció el problema del autor, pero yo categorías como “hipertexto”, porque
empezaría por otro lugar antes de me parece que son palabras un poco
llegar allí: la condición del lector. huecas y que en algún punto dicen lo
¿Vos pensás que hay un nuevo lector, mismo que se podía decir antes con
con el desarrollo de nuevas tecnolo- palabras menos sofisticadas. Pero en
gías comunicacionales? ¿Qué lector todo caso, la gente entrenada en los
imaginás cuando estás escribiendo? nuevos textos, que están organizados
de acuerdo con rupturas y saltos, van
DL: Básicamente lo que puedo expo- necesariamente a desarrollar compe-
ner son suposiciones, porque es difícil tencias distintas a las de los lectores
hablar de algo que está sucediendo lineales, como por ejemplo los lecto-
de manera magmática y amorfa, que res de la novela En busca del tiempo
puede tener esta dirección o puede perdido. Me parece que muchas veces
tener otra. Pero en términos de supo- lo que pasa es que esa lectura frag-
siciones, pienso que las modificacio- mentaria es al mismo tiempo una
nes técnicas producen modificaciones lectura –por la misma condición de
en otros órdenes y registros, en lo polí- las nuevas tecnologías, de Internet,
tico, en lo social, y esto afecta tanto al de la comunicación on line–, que le
autor como al lector. permite al lector una intervención
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no estaba ligado a la cultura del libro? podés zafar. Basta que tenga acceso a
Me parece que hay que cuestionar un Internet, puedo acceder a cualquier
poco el carácter democratizador de la programa, cualquier libro, etc. Enton-
cultura libresca. Es cierto que la esco- ces, con que una sociedad tenga asegu-
larización en países como el nuestro rada la conectividad del conjunto –y
ha significado mucho para varias ge- de las escuelas, como se planteó veinte
neraciones de personas, gente –uno años atrás pero que nunca se pudo ha-
mismo– que carece de respaldo que no cer porque los radicales se robaron la
sea lo que pudo leer en la escuela o ver plata. Si eso se hubiese cumplido, el
en la televisión. Porque la televisión te carácter democrático de la tecnología
puede no enseñar nada pero también estaría satisfecho y no sería patrimonio
te puede partir la cabeza. Y si te parte solamente de las personas que pueden
bien la cabeza, en el momento exacto y tener banda ancha en su casa.
en la dirección exacta, no es poco. Eso
en cuanto a la cultura letrada. LB: El problema surge con los cri-
Luego, que la gente lea menos porque terios de legitimación de las obras;
tiene Internet es también un lugar co- porque uno está acostumbrado, al
mún que no está nada demostrado. De menos en nuestra generación, a que
hecho, en general, la competencia se el libro pase por sistemas valorativos
establece antes entre el tiempo de co- determinados, por campos interpre-
nexión a Internet versus tiempo frente tativos... En esto que decís, que en
al televisor: la gente que pasa mucho Internet aparece cualquier cosa, tan-
tiempo en Internet no es que dejó de to democrática como antidemocrá-
leer para eso, sino que dejó de estar tica, se están instaurando criterios
frente a la televisión. Y en ese punto yo de legitimación que todavía no sa-
aplaudo. O que mira televisión de otra bemos en qué consisten.
manera: gente que navega por Internet
y que en lugar de ver a Tinelli entero, DL: Sí, lo que importa es efectiva-
va viendo los pedacitos que suben a mente alfabetizar no tanto en térmi-
YouTube, y entonces en quince minu- nos de uso de las tecnologías, porque
tos liquida la pesadilla que es “Bailando eso no requiere gran criterio, sino en
por un sueño”. Eso es una ganancia. términos precisamente de la discrimi-
Y en tercer término, siempre se trata de nación: que la persona sepa navegar,
contenidos, me parece, porque la gen- sepa leer, sepa comprender que lo que
te puede haber leído mucho y siempre está leyendo merece mayor o menor
basura. Basura en el sentido político e respeto, ahí es donde me parece que
ideológico. Hay teorías expresadas en se debe intervenir institucionalmente
los libros que no son para nada demo- para generar una cierta desconfianza
cratizantes. Con lo cual, volvemos a lo crítica. Una relación acrítica con los
de antes. Me importa a lo que la gente contenidos que uno puede encontrar
puede acceder, y es cierto que en In- en la red es una relación boba.
ternet podés acceder a cualquier cosa. De todos modos no quisiera que se
Esta es la ventaja que yo le encuentro sospechara que desprecio al libro
con respecto a los medios masivos de como objeto, porque publico libros
comunicación, que tienen una oferta y porque me parece que el libro sigue
extremadamente dirigida de la cual no siendo más dúctil como herramienta
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DL: Quizás soy demasiado viejo para cierto tipo de lecturas. Es como si
comprender las cosas de otro modo. la voracidad mercantil, alimentada
Para mí el periodismo ha muerto des- por la velocidad, también hubiese
de que existe Internet. No tiene ningún acaparado la tradición de la lectura,
sentido ejercer crítica periodística en un generando modas y estereotipos, in-
medio, salvo para ganarse un sueldo, si cluso respecto a las lecturas críticas.
podés hacerlo desde Internet. Eso es
claro, pero no es así con la literatura. El DL: Respecto a los suplementos cultu-
libro sigue siendo más poderoso y más rales y el periodismo cultural, me pa-
inclusivo. Ahí el libro no es competen- rece que este es un momento bastante
cia. Salvo, sí, en tiempos de lectura, de bajo en Argentina... De todos modos,
alfabetización, que son términos estric- ahí también debemos separar las aguas.
tamente pedagógicos. Porque una cosa es un libro, un proceso
En el momento en que tuve un contes- estético, una manera de pensar la lite-
tador me interesó reflexionar sobre la ratura y el arte, asociado con intereses
forma contestador –esos aparatos ne- políticos y corporativos de los medios,
gros cuadrados y grandes que hoy los y otra cosa es cuando eso viene asociado
jóvenes no conocen, y que grababan con el interés que pueda llegar a tener
los mensajes en cintas. El libro puede en una comunidad imaginada de lecto-
contener eso... no se me ocurre otro res de blog, por ejemplo.
formato, tal vez el cine, pero el cine En mi caso particular, Monserrat fue el
me parece una porquería, el cine mu- libro que menos críticas tuvo en los me-
rió. Si comparamos cine y literatura, la dios de comunicación... quedó restrin-
literatura, pobrecita, ha sido abofetea- gido en un universo, el del blog. A mí
da mil veces y, sin embargo, sigue ahí. no me molesta porque el libro encuen-
Deleuze decía: el cine muere por su tra ahí su horizonte, su modo de ser leí-
mediocridad cuantitativa. Puede ha- do. Como texto de contratapa le puse la
ber una película interesante, pero hay frase de un chico que me había escrito
tres millones que son basura, basura una vez al blog criticando una cosa que
peligrosa, fascista, cínica e indigna. yo decía y que me pareció interesante.
Yo soy bastante tolerante, convivo con Es decir, todo esto no tiene la misma
personas que no son letradas, por lo agenda que la de los medios, que es una
tanto estoy acostumbrado a consumir agenda horripilante, sobre todo por lo
chatarra y no me molesta, pero hay aburrida; no tiene debate alguno.
puntos en donde me pongo riguro- El tema con Di Nucci es distinto, apa-
samente como comisario y digo: “no, reció en Internet y mucho después se
acá Tinelli no se ve, no quiero que mis le ocurrió a Radar hacer unas notas, y
gatas escuchen a Tinelli”; y con el cine después a otra revista, pero mucho des-
me pasa también eso. pués... Si tenés un suplemento de cul-
tura, hacelo en el momento. Más que
LB: Parece que los libros hubieran autores y procesos de escritura, lo que
sido también confiscados por una se promueven son las agendas editoria-
forma de circulación, de creación de les y sus catálogos. Ni siquiera se pro-
mercados culturales, en la cual los mueve el catálogo de Eloísa Cartonera.
suplementos culturales juegan un Están sujetados a las normas imperiales
rol decisivo a la hora de promover de la lectura. Eso lo conozco bastan-
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te. Esto uno lo puede recorrer con un política de salón hace que uno no pue-
poco de ironía, de malhumor o puede da hablar de nada, porque si digo que
hacerse el tarado, pero me parece que el libro de tal no me gustó, no me van a
es un problema que nadie quiere resol- invitar más a la fiesta. Yo por lo general
ver, sobre todo si se trata de un diario trato de hacer críticas puntuales. Leo tal
tan respetable como La Nación, que libro, y si es de un amigo mío le digo
terminó en ADN. ¡¿ADN?! ¿Qué es qué me gustó y qué no, y luego hago
eso del código genético? ¡Un siglo de público eso mismo. Me parece muy es-
discusión de teoría antropológica sobre téril la idea de que está todo bien y de
las relaciones entre naturaleza y cultu- que nadie se pelea con nadie.
ra se resuelve en una reunión de cinco ¿Y por qué no se puede sostener una
minutos en la que una señora propone discusión pública? Si todo el mundo
semejante dislate! Optaron por una es- piensa en contra mía, el que va a que-
pecie de síntesis absurda. Es muy raro y dar mal soy yo, que no tengo un parti-
difícil de entender. Porque uno puede do o un ejército que defienda mis po-
tener una posición anticapitalista, pero siciones. Me parece que en los debates
los medios no pueden tenerla. Pero sí intelectuales ocurre que uno sale solo
deploro a la literatura que responde a y lo que dice, cuando tiene el valor de
las agendas de los suplementos o de los hacerlo, lo dice riesgosamente.
grandes grupos, como también deploro
las agendas del snobismo, la respuesta LB: Las corrientes que plantean la
impuesta por alguna norma que viene existencia de la red global como un
desde afuera de lo que puede llegar a instrumento democratizador y libe-
ser la propia experiencia. En ese punto, rador, cuestionan mucho la idea de
no es exactamente igual cómo funcio- autor. Como si Internet viniera a
na un medio masivo que los nuevos socavar los fundamentos mismos de
medios electrónicos. la forma en la que el autor estuvo li-
gado a la propiedad intelectual. Los
LB: Es como si los medios llegaran debates que se dieron en el último
más tarde que el resto a tematizar tiempo, daría la sensación, estarían
algo, como si fueran hacia cosas que atravesados por esa discusión: la de-
ya están afirmando los prestigios ya fensa de la propiedad intelectual y
adquiridos. Por un lado, puede ser del autor, por un lado, o por el cues-
por la presión de las lógicas corpo- tionamiento a esa idea.
rativas, pero por otro, me parece,
también por desconocimiento o DL: No sé hasta qué punto vamos a
falta de preguntas. poder salir del empastamiento de esa
discusión. El otro día estaba buscan-
DL: Insisto, no podría hablar de los do un texto de Borges porque necesi-
medios en el mundo o de América La- taba una cita, siempre que uno quiere
tina, pero, yendo a los medios de la ciu- parecer serio comienza una ponencia
dad, para mí hay una cosa en Buenos con una cita de Borges (risas), y me
Aires que es muy irritante: la ilusión de puse a ver en Internet: no hay nada
que Buenos Aires puede generar aristo- de Borges, nada... Y vi que una señora
cracia. Ahora bien, generar aristocracia escribió en una página que había pedi-
significa generar políticas de salón. La do autorización a Kodama y a Emecé
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para poder publicar una, “Las alarmas con la música que hago, lo entende-
del Dr. Américo Castro” de Borges, y ría un poco más. Pero la verdad que si
se la habían negado, incluso la había me pierdo de vender cinco libros... y
llamado el abogado de Kodama para bueno, circuló más, la gente se enteró.
decirle que de ninguna manera se le La idea de copyleft está bien... Las edi-
ocurriera ¿Cómo se le puede ocurrir a toriales patentan el diseño, patentan
alguien pedir autorización para subir cosas absurdas, la tipografía... En este
algo a Internet? ámbito se expresan delirios de propie-
Lo del autor puede ser una moda dad que en otras áreas sí son cuestio-
foucaultiana, post estructuralista, ha- nes más graves, importantes, como el
bría que analizarlo; una idea, en todo área de las patentes medicinales.
caso, estética. Pero la cuestión jurídica,
asociada a la figura del autor como due-
ño de las palabras, de las frases, es insos-
tenible, es una idea muy miserable...
El problema es que la propiedad de
las letras está asociada con la pro-
piedad de la información, las pa-
tentes medicinales, a los programas
tecnológicos y, en última instancia,
ahí es donde te das cuenta de que la
cuestión es grave... La idea de que la
soja y los cereales pueden estar pa-
tentados, y que la persona a la cual
le cae una semilla de soja transgénica
de Cargill tiene que quemar su co-
secha porque le pertenece a Cargill
es espantosa... Esas cosas, equivalen
a cobrar por la felicidad.
Pero volviendo al aspecto literario del
asunto, está la idea de que uno cree
que puede adueñarse de palabras. Y
en cuanto a las palabras, en algunos
casos, yo sí puedo reconocer “esto lo
dije yo y me lo afanaron”, pero yo, ¿a
quién se lo robé? Porque seguro se lo
robé a alguien, quizá no estoy segu-
ro, pero tampoco puedo garantizar no
haberlo robado. Hay que ser cuidado-
sos, con las ideas, con los conceptos,
hay que poner notas al pie en la me-
dida en que uno puede. Pero a veces Los límites de la circulación han des- Daniel Link, por
Sebastián Freire
uno no se da cuenta, o uno se olvida. aparecido por completo, como lo de-
Pero me parece irritante la obsesión muestran las fotos de las torturas en
por la propiedad. Si me puedo volver Irak. Hay un componente libertario
millonario con lo que escribo, pinto, que forma parte de la lógica de Inter-
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net. Tal vez se acabe ese componente, DL: Bueno, eso existe también en mu-
pero ahí es donde hay que intervenir chas bibliotecas norteamericanas, y en
para defender eso y que no se bloqueen revistas también. Es una especie de pa-
esas posibilidades. ranoia, un deseo de poder. Porque na-
die dice cuál es el problema: dicen que
LB: El caso de Google es bastante pa- si la gente no paga por lo que se baja,
radójico, porque sería un ejemplo en las compañías quiebran. Pero si les va
el que la tecnología libre, digamos, mal, ¡que se dediquen a otra cosa! Si
tiene una declinación comercial: po- yo tengo una carnicería y me va mal,
ner al servicio de la corporación el me pongo otro negocio. Siempre pon-
software libre disponible... go como ejemplo a los traficantes de
esclavos. ¡Me imagino a los negreros,
DL: Creo que la discusión pasa por en su momento, defendiendo la escla-
eso, por el deseo de las corporaciones vitud porque si no sus compañías iban
de eliminar lo que es el software libre, a quebrar! Es lo mismo.
o los programas de código abierto, en La idea de autor tiene un costado
función de que, precisamente, eso su- desagradable, como una cosa faran-
pone el libre uso y la libre disponibili- dulera. En fin. Como decía el maes-
dad de los programas, del software, en tro Foucault, para poner un poco de
fin, de todo aquello que forma parte teoría a esta entrevista que está muy
del abc de la cultura digital. chata (risas): donde hay poder hay
Lo que en todo caso hace a la grande- resistencia y, por tanto, donde hay
za de Google y todos los programas resistencia hay poder. Y lo interesan-
que funcionan con Google –que ya te es eso, ahí donde hay una resisten-
son como ciento cuarenta– tiene que cia es porque ahí se está ejerciendo
ver con la facilidad de manejo, por- alguna forma de poder; si a la gente
que el problema siempre será la difi- se le ocurre resistir es por algo. Hay
cultad de los sistemas operativos... En por un lado, un deseo fascista, para-
ese punto soy un ignorante, pero creo noico: el de las corporaciones; y por
que es ahí donde hay que luchar en otro lado, está el deseo democratiza-
contra de Windows, en el caso de las dor y libertario de la gente.
PC, y optar por Linux que es un siste- Odio la pornografía, la detesto en
ma operativo de fuente abierta com- términos de la configuración ideo-
pletamente libre, en el sentido de que lógica que de eso se puede deducir,
uno puede rediseñarlo en función de aunque no creo que porque alguien
sus propias necesidades, hacerlo an- se abstenga de consumirla esté libre
dar como uno quiere... Aspiro, por de esas configuraciones. No creo que
lo general, a que las nuevas genera- una persona que vea imágenes porno-
ciones, que suelen tener una agilidad gráficas se convierta necesariamente
neurológica, o algo así que nosotros en una peor persona que alguien que
no tenemos, puedan hacerlo. no las ve. Cuando alguien quiere em-
pezar por ese lado es porque en reali-
LB: En las bibliotecas de Unión Eu- dad lo que le importa es controlar el
ropea parece que empieza a regir flujo de la información: el acceso a las
una legislación en donde se cobra bibliotecas, el acceso a las revistas y
un euro por cada consulta... cosas por el estilo.
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LB: Recién nombrabas el deseo de las es que cuando se discuten estas cosas
corporaciones y el deseo libertario siempre se llaman a expertos de área:
de los “usuarios” o “consumidores”, si se discute la ciudad se llama a los
¿en qué lugar pensás las políticas pú- arquitectos... pero ideas sobre la ciu-
blicas en esta nueva configuración? dad las puede tener cualquiera. En ese
punto me parece que una política es-
DL: Es complicado. Porque nosotros tatal, una política de cultura, debería
tenemos una imagen, diría althusse- tener algunas variables decididas de
riana, del Estado que finalmente es antemano. Como la Argentina es un
clasista. Pero, esa imagen, significa país que sale de una crisis para mar-
que también podemos ocupar ese char hacia otra, ahora estamos con-
aparato y coparlo... El Estado debe tentos de que la gente no muera de
garantizar la democratización y hacer hambre. Pero resta plantear, más allá
una lista sobre qué es lo que garan- de las discusiones de salón, verdade-
tiza la democratización. Lo que pasa ros ejes de debate.
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La pregunta por
la lectura y
el lenguaje Las paralelas historias de la
lectura, el lenguaje y las tec-
nologías permiten escribir la
historia de un largo ciclo cul-
tural. En ella, es tan impor-
tante el momento en que, en remotos monasterios, se pasó de la
lectura en voz alta a la lectura silenciosa, como el momento en
que el conocimiento se vio ligado a las mismas fórmulas de acu-
mulación, registro y valorización que caracterizan la existencia
del capitalismo. Es sabido que desde hace mucho tiempo diversas
corrientes de pensamiento sugieren que en el terreno de los sím-
bolos y de la imaginación se producen actos que redundan en las
lógicas de diferenciación y dominio propias de las economías pro-
ductivas, que realizaron la revolución moderna. El camino para
juzgar este enorme acontecimiento afectó e invitó a la reflexión
filosófica, literaria y ensayística a pensarlo bajo el desafío de tra-
tar aquello que se ponía en peligro del acervo humano, y aquello
que había que hacer para salvarlo. De ahí surge el dilema en
torno al humanismo, sea para afirmarlo en la situación clásica
de la preservación de una continuidad del hombre “como medi-
da de todas las cosas” o de un desmantelamiento del sujeto –o del
autor, o del lector– que siente las bases de una nueva crítica. En
una conocida versión, ésta lo sería en la procura de un ámbito
profundo de encuentro con las prácticas sumergidas del ser, no
sin el sacrificio de las capas de historicidad progresista sucum-
bidas en nombre de una autenticidad finalmente develada del
pensamiento. La inevitable ambigüedad de esta situación está
ligada durante toda la segunda mitad del siglo XX al nombre de
Martin Heidegger y la discusión que introduce su obra en todos
los ambientes culturales, discusión que aún no cesa. El lector de
La Biblioteca tiene aquí una evidencia de los distintos puntos
de vista en los que puede considerarse el tema del automatismo
técnico y los distintos mundos de conciencia del sujeto clásico.
Para José Pablo Feinmann es necesario advertir sobre el camino
emprendido por un antihumanismo radical que funda un criti-
cismo sin sujeto; para Noé Jitrik el acervo de la innovación téc-
nica debe estar alerta frente a la creación de poderes corporativos
expropiatorios de la subjetividad cabal; para Mempo Giardinelli
las prácticas de lectura mantienen un poder restituyente en el
seno mismo de las vastas modernizaciones tecnológicas y la vuel-
can a un destino democratizador; para Alejandro Kaufman es
posible señalar la realidad de las bibliotecas nacionales como sede
inesperada pero inevitable de esta misma discusión que reelabo-
raría la idea misma de cultura del libro, y para María De Pauli
es necesario adentrarse en el debate sobre las consecuencias que
trae el “capitalismo cognitivo” en los usos del lenguaje y en toda
práctica que lo incluya, que aún con perspectivas renovadoras,
pueda verse conculcada por los manuales de procedimientos
que, sin intervención de una herencia crítica, desglosarían la
acción humana para adecuarla a una gestión del trabajo que lo
desnutra de su raíz creadora, al mismo tiempo que destituya el
lenguaje de sus legados activos.
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Cuando los seres humanos (¿cuál muy pronto debieron advertir que los
habrá sido el primero? pero si hubo sucederes de los días se organizaban
un primero de inmediato debe haber un poco –había ayer, había hoy, había
habido seguidores) lograron pararse mañana– lo que les permitió advertir,
sobre sus pies, lo que se llama la con gran perspicacia, que los días no
posición erecta, desafiando las leyes eran todos iguales; a veces había que
de la gravedad y de la animalidad, abrigarse, a veces desnudarse, de pron-
descubrieron casi simultáneamente to les salían hojas a los árboles y luego
tres cosas muy útiles para ellos: los se caían: a alguien se le debe haber
“otros”, el “lenguaje” y el “tiempo”. ocurrido medir esas variantes o alti-
Los “otros” permitían la asociación y, bajos como para prever algún aconte-
por lo tanto, la protección respecto de cimiento, favorable o nefasto; nació,
otros “otros”, también asociados, que así, la idea del reloj, no de golpe por
podían ser amenazantes, quitarles el supuesto, deben haber transcurrido
fuego, el agua, las mujeres, el alimen- milenios antes de que se abriera paso
to, etcétera, en otras palabras hicieron esa brillante idea. Ese día, junto con
germinar la semilla de la cultura: se el reloj, nació, es una osadía decirlo,
diría, entonces, que la cultura comien- la percepción aunque el reloj fuera un
za ligada a la necesidad de protección simple gotear de la arena o un trazado
y así sigue hasta hoy, la cultura prote- en una piedra que permitía discernir
ge. El “lenguaje” les dio la posibilidad unidades de tiempo, eso que llamamos
de comunicarse, por cierto, pero tam- desde hace milenios las horas.
bién de pedir, de narrar y, por fin, de Un día, difícil es determinar cuál,
entenderse o entender en qué mundo alguien pensó que enrollando una
estaban parados, en otras palabras cinta de metal
pudieron concebir formas para la cul- que se desen- La percepción del “tiempo”
tura porque empezaron a entender, rollara limita- les concedió la facultad de
igualmente, el lenguaje de mucho de da por cierto diferenciar entre la noche y
lo que los rodeaba, la selva, el desierto, engranaje se el día, de ver el desgaste de
la montaña, el mar, los animales, los podría medir las cosas y las personas y, en
crujidos de la noche y el canto de los el tiempo con definitiva, de advertir que la
pájaros al amanecer. La percepción más exacti- muerte estaba al final de todo
del “tiempo” les concedió la facultad tud: nació la lo que los otros y el lenguaje
de diferenciar entre la noche y el día, t e c n o l o g í a , les otorgaban; comprendieron
de ver el desgaste de las cosas y las aunque sin que no había eternidad y, al
personas y, en definitiva, de advertir ese nombre mismo tiempo, que la desea-
que la muerte estaba al final de todo y, con ella, el ban, en vano por supuesto.
lo que los otros y el lenguaje les otor- reloj moder-
gaban; comprendieron que no había no cuyas formas se fueron perfeccio-
eternidad y, al mismo tiempo, que la nando hasta los mágicos que mane-
deseaban, en vano por supuesto. jamos ahora. La tecnología, por vía
Observaron, probablemente, ya en de la mecánica, se había puesto en
este orden de la temporalidad, que el escena y su producto cambió costum-
sol salía y se ponía y que, además, no bres, incorporó un objeto nuevo, en
cesaba en esa tarea, si hay algo que es suma transformó la cultura. ¿Generó
regular es la salida del sol y su ocaso; también un poder?
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Poco a poco, los seres humanos crearon Sobre esta red y estas posibilidades los
la representación: con barro hicieron comportamientos adquieren su sen-
figuras semejantes a las de ellos mis- tido y generan normas y tradiciones
mos y, por consecuencia, les nació la que van ordenando y singularizando
similitud pero, como también existía a las sociedades. La cultura sería, por
el movimiento, relacionaron los dos lo tanto, la suma de comportamientos
principios y se propusieron construir posibles en todos los órdenes de la vida
objetos parecidos a ellos pero no iner- social, un ancho campo que se modifi-
tes; la mecánica, ca permanentemente y recibe los más
Sobre la ganada capacidad de cuyos alcances ya variados estímulos. Sobre la ganada
simbolizar empiezan el arte, habían compren- capacidad de simbolizar empiezan el
que es representación, alte- dido y aceptado arte, que es representación, alteridad,
ridad, lenguaje y suspensión cuando concibie- lenguaje y suspensión del tiempo, y la
del tiempo, y la religión, que ron y aceptaron la religión, que reúne alteridad, lenguaje
reúne alteridad, lenguaje y rueda, les ayudó, y tiempo, porque considera lo otro, se
tiempo, porque considera lo y también los expresa y genera la esperanza de vencer
otro, se expresa y genera la niños que que- al tiempo mediante un improbable, y
esperanza de vencer al tiempo rían tener jugue- nada tecnológico, más allá.
mediante un improbable, y tes comprensibles Pero hay que hacer una aclaración: la
nada tecnológico, más allá. pero movedizos. mano, que servía inicialmente sólo para
La tecnología, de agarrar o para defenderse instintivamen-
este modo, fue altruística en su naci- te, despertó de su rudeza, descubrió sus
miento, ayudó a dar un poco de alegría posibilidades y, por consecuencia, se
a los seres humanos, al mismo tiempo hizo hábil pero para lo inmediato, para
que podían entender lo que podían satisfacer la necesidad, para manejar la
esperar al cabo de cada unidad de tiem- materia que, poco a poco, fue siendo
po, medible y cuantificable; se entrete- múltiples materias; la mano abrió el
nían, mejoraban su existencia mediante camino a la artesanía de una vez para
objetos que salían de sus manos y siempre; el ser humano logró, entonces,
que ayudaban en diversos órdenes de un hacer cada vez más rico y en esa
la vida, comer mejor, tener mejores instancia, sin darse cuenta, descubrió
techos, ropa más abrigada, transporte el imaginario como fuente que proveía
por fin, más adecuado para huir o ata- de las preguntas que empezaron a pre-
car, por no mencionar los instrumentos sentarse a raudales; capaz de responder
de defensa y de labranza. mediante acciones, halló ese magnífico
La conclusión es obvia: la cultura, en complemento de la comunicación, y
términos antropológicos, se fue conso- de la lucha contra el tiempo, que fue
lidando hasta el punto que, al poseer la escritura: sin la mano la escritura no
todos esos medios básicos para la vida, habría sido posible, ni que decirlo.
los seres humanos pudieron catego- El imaginario no se quedó tranquilo y
rizar, conceptualizar, simbolizar, en bastante más tarde se le despertó una
suma acercarse a dimensiones que inquietud: así como había sido con el
trascendían lo rudamente inmediato. reloj y la rueda y la rueca, ¿no sería
Lo cual quizás no les alegró pero, sea posible crear mecanismos para realizar
como fuere, eso no les impidió seguir- funciones o tareas que la mano por sí
las buscando infatigablemente. sola no podía ejecutar?
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los que empeñosos tecnólogos están bajo con menos pérdida de tiempo
actuando un saber cuyos resultados y, en consecuencia, con mayor ren-
nos educan o nos dominan. tabilidad para sostener la máquina
Hay experiencias reveladoras, además y lo que podía producir. Cada uno
de las observaciones sociológicas, de de esos episodios tuvo consecuencias
la incidencia tecnológica en la cultura para la cultura letrada y, por conse-
en general y en determinados campos cuencia, para el imaginario humano
en particular. Si, por ejemplo, se en general: escribir de otra manera,
puede componer música mediante por más espontáneamente que se
programas de computación o ejecutar llegue a hacerlo, determina las lectu-
diseños que previamente dependían ras de las cuales sale la materia que
del exclusivo talento del artista, en alimenta el saber de una sociedad así
literatura se puede ver que algo seme- como el inconsciente de los que la
jante ocurre. Cuando la computación integran. Pero también, en recono-
apenas comenzaba, las procesadoras cimiento al poder de tal imaginario,
de textos recién llegadas imponían hay que seña-
normas que los escritores debían res- lar que dichos (...) la tecnología se extralimita,
petar en la presentación de sus origi- avances siempre se estira, ningún sueño per-
nales, lo cual incidía indudablemente fueron admiti- manece para ella en su cápsu-
en la escritura entendida como proce- dos, al princi- la; es como si sus practicantes,
so complejo que tiene manifestación pio quizás a la sensibles a los descubrimientos
física; de ahí en adelante había que fuerza, y pronto de la ciencia, hubieran llega-
escribir ya no mirando el papel en transformados do a la misma conclusión que
blanco y la mano que intenta arran- en beneficio de Nietzsche pero sin la connota-
carle su secreto –que eso es la escri- los poderes crea- ción religiosa o antirreligiosa
tura consciente de sí misma– sino dores del ser que, en su desesperación, le
un teclado y una pantalla cuyo vacío humano, hasta dio: “Dios ha muerto, todo es
parpadeante exige del ojo otro orden el punto que posible”, pudo ser reformulada
de introspección. Para dar una idea esas tecnologías del siguiente modo: “la tecno-
de lo que estas nuevas condiciones de fueron naturali- logía existe, todo es posible”.
escritura podían acarrear es suficiente zadas y nadie ya
señalar que las frases largas comen- piensa que la imprenta es limitativa,
zaban a estar bajo sospecha y que que la máquina de escribir condicio-
los capítulos de un texto no podían na, que la computadora empobrece.
exceder determinados límites porque, Así, pues, la tecnología se extralimita,
de lo contrario, la máquina podría se estira, ningún sueño permanece para
enloquecer y devorar todo lo escrito. ella en su cápsula; es como si sus prac-
¿Quién no se ha visto constreñido ticantes, sensibles a los descubrimien-
por semejante amenaza? tos de la ciencia, hubieran llegado a la
Pero algo semejante había ocurrido misma conclusión que Nietzsche pero
con la máquina de escribir y, sin sin la connotación religiosa o antirreli-
duda, cuando nació la imprenta para giosa que, en su desesperación, le dio:
la cual, al menos, como condicionan- “Dios ha muerto, todo es posible”,
te, había que trazar previamente sig- pudo ser reformulada del siguiente
nos en el papel de manera clara, para modo: “la tecnología existe, todo es
que el tipógrafo pudiera hacer su tra- posible”. Un pensamiento como ése
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cruza fronteras y, dotado de ese poder, cina y su cada vez mayor especializa-
deja de ser el Golem primitivo para ción: la parte convoca a y desarrolla
procesarse a sí mismo en torno a la un saber que necesita verificarse en los
pregunta “por qué no”. aparatos cada vez más sofisticados que
No es ninguna novedad reconocer son los que proporcionan, si logran
que la tecnología está férreamente hacerlo –o aproximándose cada vez
instalada en la cultura contemporá- más a la meta–, la verdad de esa parte.
nea; es más, ninguna sociedad que Sin la tecnología la especialización no
pretenda estar al margen de ella sería posible y el diagnóstico impen-
podría afrontar la brutal compe- sable; con ella, el especialista se aleja
tencia que caracteriza la economía, de la especialización vecina y, natu-
la política y las guerras del mundo ralmente, del cuerpo entero, del ser
moderno. Está apoyada desde luego humano en su totalidad.
en la ciencia y en principio está Si bien los extraordinarios avances
ligada a la necesidad pero va mucho tecnológicos podrían ayudar a ciertas
más allá: se ha convertido en modo sociedades a salir del primitivismo y
de vida y, por lo tanto, en ideología, del riesgo de la extinción por falta de
hasta tal punto que quien se nie- defensas y a mejorar sus condiciones
gue a ella corre el riesgo de quedar de vida, traman una malla inexpug-
aplastado o devorado por una his- nable que determina valores, ordena
toria que camina a paso de gigante, comportamientos, remodela volun-
cada día con nuevas creaciones, tan tades, crea los equívocos más angus-
imprescindibles como, a veces, inne- tiosos respecto no sólo de la relación
cesarias pero que están en la base de entre humanidad y naturaleza sino la
una estructura económica imbatible, desesperante verificación de un futu-
pero no porque no tenga fallas y no ro determinado por secretos poseedo-
sea reemplazable sino porque está res de los recursos para generar ins-
instalada en el inconsciente aun de trumentos que ausentan cada vez más
quienes la combaten. ¿Quién puede lo que de humano tiene el planeta. Y
vivir ahora sin la informática, quién como esto al mismo tiempo acumula
puede prescindir de los extraordi- capital dando origen al gran hecho
narios avances de la cirugía, quién histórico de nuestra época, las enor-
piensa en términos de formas cultu- mes, anónimas y misteriosas empre-
rales fuera de lo que proporcionan sas transnacionales, que lo ordenan
los centros de poder, en los que la todo y poseen la tecnología que ade-
tecnología es más fuerte que la cien- más producen, desde nuestros gustos
cia y, ni que decir, del arte? hasta nuestros sueños, la reflexión no
Lo que llamamos modernidad, o pos- puede ser de ningún modo simplista,
modernidad si se quiere, se aprovechó lleva a una perplejidad que a unos
de la proliferación tecnológica que fue desarma y a otros rebela.
cubriendo todos los campos del que-
hacer social y humano, hasta generar
una especie de filosofía que rechaza las
unidades y proclama, para sustituirlas,
el concepto de “cuerpo fragmentado”,
cuya realidad es evidente en la medi-
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Heidegger y la técnica(*)
Por José Pablo Feinmann
Durante la segunda mitad de la década una apertura del ser que se produce
del 30, Heidegger habrá de dictar una desde el hombre) a Heidegger lo llena
serie de seminarios sobre Nietzsche. de espanto, suspende la obra y empieza
Estos textos fueron editados por la a buscar por otro lado. Ese “otro lado”
Editorial Destino y son dos tomos de lo llama “viraje” y tiene una “víctima”.
no sorprendente riqueza. Para expli- O, al menos, un ente definitivamente
citar el “viraje” (kehre) de Heidegger lateralizado del pensar sobre el ser: el
habremos de partir de uno de sus pará- hombre. ¿Cómo, entonces, no habría
grafos. Es el que Heidegger titula El de volverse Heidegger contra el primero
dominio del sujeto en la época moder- que centralizó al hombre en la modali-
na. Puedo anticipar –para saber hacia dad de lo subjetivo, Descartes?
dónde vamos– el carácter fundamental Ese trabajo se traza de un modo impecable
que tendrá el Viraje heideggeriano. en el parágrafo que indicábamos del texto
Hay una salida de lo que me animaré a sobre Nietzsche.
llamar el humanismo de Ser y tiempo. También lo hace En suma, Heidegger no habría
El “hombre” ya no es el que “abre” la Heidegger en superado las filosofías tras-
problemática del ser preguntándose por Caminos de bos- cendentales del sujeto. No
él. Recordemos que, en Ser y tiempo, que (en La época habría superado a la concien-
era de la naturaleza del Dasein de donde de la imagen del cia fenomenológica husserlia-
se partía para encontrar la naturaleza mundo) y en los na cuya característica central
del ser. Heidegger deja incompleta su pasajes finales del es la de una conciencia que,
obra de 1927. En la Carta sobre el texto La frase de al ser conciencia de mundo,
humanismo, de veinte años después, dirá Nietzsche “Dios establece una relación consti-
que hizo tal cosa por “insuficiencia de ha muerto”. Y tuyente entre esa conciencia y
lenguaje”. En verdad, creo que se trata luego en cualquier el mundo. Heidegger habría
de una sorpresa que se llevó el Maestro otra parte donde permanecido en las redes del
de Alemania: había hecho un texto sea necesario, ya neokantismo husserliano.
humanista, había colocado al hombre que Heidegger no
en la centralidad, había mantenido el se molestaba por repetirse. Nos concen-
dualismo típico de las filosofías de la tramos, pues, en el trabajo sobre Descartes
modernidad (sujeto-objeto) en el dua- y la subjetividad moderna. Veamos cómo
lismo Dasein/entes distintos del Dasein. el hombre olvida al ser y se transforma
(Tal le reprocha la española Cristina en amo del ente. Aquí, en este domino
Lafont, líder del “giro lingüístico”.) En que el Dasein ejerce sobre los entes, surge
suma, Heidegger no habría superado las el tema de la técnica.
filosofías trascendentales del sujeto. No “Nos preguntamos (se pregunta
habría superado a la conciencia fenome- Heidegger): ¿cómo se llega a una posi-
nológica husserliana cuya característica ción acentuada del ‘sujeto’? ¿De dónde
central es la de una conciencia que, al surge este dominio de lo subjetivo que
ser conciencia de mundo, establece una guía toda colectividad humana y toda
relación constituyente entre esa con- comprensión del mundo en la época
ciencia y el mundo. Heidegger habría moderna?” (Heidegger, Nietzsche,
permanecido en las redes del neokantis- Editorial Destino, Barcelona, 2000,
mo husserliano. Voy a decirlo: todo eso p. 118). Apareció esa palabra mal-
que tanto me gusta a mí de Ser y tiempo dita por toda la filosofía crecida a la
(que sea una antropología existenciaria, sombra de Heidegger y en el aborre-
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ahora, habrá de validarse en tanto “lo ente”se deduce del cogito, “lo ente”
se refiera al cogito. (cogito: pensar. es una re-presentación del cogito.
cogitatio: pensamiento, reflexión, Y el cogito, al manipular al ente, se
meditación.) Ahora, sigue Heidegger, lo re-presenta a sí mismo. El cogito
hay una nueva forma “de la deter- pone al ente ante sí mismo. Este es el
minación de la esencia de la verdad” concepto de re-presentación: llevar lo
(Ibid., p. 124). Con Descartes, la re-presentado hacia el que re-presenta.
verdad se transforma en certeza. Es El ente ante el cogito. El cogito, así, se
verdadero aquello que es cierto para asegura lo ente, lo pone sobre seguro,
el hombre. “En el concepto de cogi- se lo apropia. Al ser el mundo imagen
tatio (sigue H.) el acento está puesto del hombre, al ser una representación
siempre en que el re-presentar lleva lo del cogito, una, digamos, proyección
re-presentado hacia el que representa; de la subjetividad, que, en tanto sub-
que de este modo éste, en cuanto jetividad, lo fundamenta, el mundo
representa, ‘emplaza’ (stellt) en cada se le re-presenta al cogito (al hombre)
caso a lo re-presentado, lo hace rendir como algo que éste es. “Todo re-pre-
cuenta, es decir, lo detiene y lo fija sentar humano (escribe, notablemen-
para sí, lo toma en posesión, lo pone te, Heidegger) es un representar-‘se’”
en seguro. ¿Para qué? Para el ulterior (Ibid., p. 128). Para dominarlo, el
re-presentar, que es querido en todas hombre tiene que hacer del mundo
partes como un poner en seguro y su imagen. Sigue Heidegger: “Puesto
busca fijar el ente como algo asegura- que en todo representar es al hombre
do” (Ibid., p. 128). Esto, Heidegger, re-presentante a quien se remite lo
como ya veremos, lo desarrolla más re-presentado de ese re-presentar, el
explícitamente en un trabajo al que hombre representante se ha copre-
llama La época de la imagen del sentado en todo representar no con
mundo. Pero aquí tiene que ser claro, posterioridad sino de antemano, en la
y lo es, en lo que dice. medida en que él, el re-presentante,
Los entes son en la modalidad de la lleva en cada caso ante sí a lo re-
presencia. Son lo “a los ojos”. Esta presentado” (Ibid., p. 129. Destacado
presencia del ente tiene que com- de Heidegger). Estamos, con el sujeto
parecer, ahora, ante el fundamento de la modernidad, en un mundo com-
(nuevo) que se ha instalado desde el pletamente humano. La conciencia
concepto de cogitatio. La “presen- humana es autoconciencia. De esta
cia” de “lo ente” es –ahora– “a los autoconciencia se deduce todo el uni-
ojos” del cogito. (No a “los ojos” verso de lo óntico. Hay, aquí también
del Dasein. El Dasein se definía por (aunque no lo dice en estos pasajes
su ec-sistencialidad, por su estado-de- Heidegger), una diferencia ontoló-
yecto, nunca por su subjetividad. gica. Si, en Ser y tiempo, la diferen-
Es muy importante tener esto claro cia ontológica era la de ser y ente,
para advertir el enorme cambio que aquí, con el sujeto de la modernidad,
se ha producido. El hombre, para la diferencia ontológica sería la
Heidegger, será, a partir de aquí, el de cogito y ente. Perteneciendo, al
hombre de la subjetividad, que es, en cogito, la tarea de fundar el mundo
el mismo surgimiento, el hombre del de lo ente en tanto representación e
humanismo.) En este sentido, como imagen suya. “El sí mismo del hom-
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bre (escribe H.) es esencialmente lo como vimos, con Descartes que Dios
que subyace como fundamento. El sí muere. Porque, aquí, con él, con el
mismo es sub-iectum” (Ibid., p. 129). sujeto de la modernidad, el hom-
Este sub-iectum es el sujeto. El suje- bre rechaza ser un “ens creatum” y se
to es el que establece, ahora, la esencia pone a sí mismo como fundamento.
de la verdad. La ¿Desde dónde? Desde el cogito. Desde
Esto, que Heidegger llamará verdad es certi- el sujeto. Desde la verdad como cer-
tecnocapitalismo, no había tudo. La verdad tidumbre, como certeza (certitu-
escapado al análisis del fetiche es aquello que el do). La certitudo reemplaza a la ver-
de la mercancía en Marx. El sujeto establece dad revelada del Dios cristiano. “Esto
mundo es un mundo “encan- como verdade- quiere decir (escribe H.): todo ente
tado”. Ese “encantamiento” lo ro. Y desde que no humano se convierte en obje-
produce el vértigo de las mer- el sujeto pone al to para este sujeto” (Ibid., p. 140.
cancías. Las mercancías son ente ante sí, re- Destacado mío). El hombre, ahora, en
objetos, cosas, entes. Las mer- presentándo(se) tanto sujeto, se consagra a dominar al
cancías se independizan de los lo, la verdad ente. La verdad, insistamos, es adae-
hombres y los cosifican. surgirá de la ade- quatio: adaequatio intellectus et
cuación entre rei. El hombre se asegura para sí la
lo que el sujeto piensa del ente y lo totalidad de lo ente (de lo que “es”).
que el ente es. pero el ente “es” Todo ente es remitido al sujeto y es re-
lo que el sujeto dispone de él. presentado al sujeto. (La “presencia”
¿Qué será entonces la verdad? Escribe se “re-presenta” para el sujeto.)
Heidegger: “La re-presentación se El ‘método’ adquiere ahora un peso
pone aquí ella misma en su propio metafísico que está por así decirlo
espacio esencial y pone a éste como en la esencia de la subjetividad. (...)
medida de la esencia del ser y de ‘Método’ es ahora el pro-ceder ase-
la esencia de la verdad. Puesto que gurador y conquistador frente al ente
verdad quiere decir ahora el estar segu- para ponerlo en seguro como objeto
ro de la remisión, es decir, certeza, para el sujeto (...). La relación con el
y puesto que ser significa representa- ente es el avasallante pro-ceder hacia
tividad en el sentido de esta certeza, la conquista y dominio del mundo.
el hombre, con su papel en el repre- El hombre le da al ente la medida
sentar que pone así el fundamento, se en cuanto determina desde sí y en
convierte en el sujeto eminente. En referencia a sí lo que es lícito que
el ámbito del dominio de este subiec- valga como ente. Dar la medida es
tum, el ens ya no es ens creatum, arrogarse la medida por medio de la
es ens creatum: indubitatum: vere cual el hombre, en cuanto subiectum,
cogitatum: ‘cogitatio’” (Ibid., p. queda fundado como centro del ente
138). Veamos esto: “verdad” significa en su totalidad” (Ibid., pp. 141/142).
ahora la “certeza” de la “remisión” del Importa el análisis del método. No
ente al cogito (hombre). “Ser” signi- olvidar, aquí, que el primer paso de
fica que, en el sentido de la certeza la filosofía de Descartes es presentarse
entendida como verdad del hombre, como método. ¿Qué sería el méto-
lo ente se re-presenta adecuadamente. do? El método son las instrucciones
El “ens” (ser, objeto, cosa) ya no es técnicas para apoderarse y dominar
“ens creatum”. Dios ha muerto. Es, los entes. ¿Qué es esta subjetividad
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hasta hacía unos momentos eran escu- contemporánea que identifica a estas dos
chados con aparente expectativa. nociones en una. No arribamos a una
Es necesaria la elaboración de estos relatos indiferenciación entre ellas sino a una di-
dominantes para establecer el marco y el námica que oscila entre la contrariedad y
contexto en el que se desenvuelve la discu- la síntesis, sin que se pierdan las tensio-
sión actual sobre la relación entre tecnolo- nes originarias entre ambas, pero sin que
gía y cultura. Nuestros lazos colectivos, en una se pueda oponer a la otra como si
estas últimas décadas, transitan una crisis estuvieran separadas.
de profundidad y gravedad inauditas, Segundo. Modernidad y contramoderni-
escasamente asimilables y comprensibles dad no se dirimen como supuestamente
para otros colectivos sociales. Los recursos lo hacían en épocas pretéritas. La ubicui-
adecuados para describir y enfrentar esta dad de lo moderno es irreductible. Las ac-
crisis han sido devastados por el propio ciones contramodernas no operan tanto
devenir de la crisis. El temporal hundió el por contrariedad, como sobrepasando lo
barco, se perdieron los botes de salvamen- moderno. El emblema actual de la con-
to, pero también la memoria de lo que era tramodernidad reside en el uso de avio-
navegar en condiciones seguras. nes de pasajeros de línea desviados contra
blancos de bombardeo por secuestrado-
res-pilotos-suicidas, que fungen como ce-
2 rebros misilísticos de artefactos aptos para
producir una inmensa destrucción. Todo
No nos concierne aquí discutir en for- ello –además– con un costo muy bajo,
ma necesariamente propositiva los pro- desproporcionado en relación con la in-
yectos o métodos adecuados para “pro- versión y el riesgo –con lo cual se acen-
gresar”. Lo que nos interesa es abordar túa la provocación hasta el paroxismo–.
nuestros lenguajes y relatos compar- Este emblema opera en la relación entre
tidos para señalar la índole de lo que tecnología y cultura como un paradigma
caracterizamos como problemas. Insis- de las modalidades con que el conflicto se
tencias y omisiones, empantanamiento desenvuelve en la intersección inescindi-
en devenires frustrantes y destructivos, ble entre esas dos nociones.
complacencia con modalidades colecti- Tercero. Consideremos el libro en la
vas degradantes y disgregatorias, extra- época de su reproductibilidad técnica.
vío y marcha en círculos sin destino. No hay tal cosa como una divergencia
Primero. Tecnología y cultura no se con- entre la lectura y la contemplación de
traponen ni se complementan porque no imágenes, o entre el papel y la pantalla.
son dos cosas separadas. Quienes afirman Una dicotomía semejante no solamen-
de modo voluntarista la complementa- te es estéril, es del todo falaz. El libro es
riedad entre estas dos nociones no hacen digital y no hay libro que no sea digital
más que confirmar su desencuentro con- desde que se ha generalizado la informa-
ceptual. Tecnología y cultura conforman tización de la composición tipográfica.
una sola matriz, en la que se imbrican dos En la época de la imprenta mecánica,
instancias cuyas genealogías son efectiva- la condición material de la existencia de
mente diversas en algunos aspectos. No un libro radicaba en la relación existente
obstante, los historiadores de la cultura entre los tipos metálicos y la impresión
y la tecnología hace rato que proyectan en el papel. El libro no tenía existencia
hacia el pasado histórico la intelección de otro modo que sobre ese sustento
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material. Era redactado por el mismo ya no depende más del papel, sino de los
procedimiento, mediante la máquina registros digitales. El dominio del papel
de escribir –que sucedió a la manuscrip- como condición de existencia sólo sigue
ción–, y la imprenta se limitaba a copiar vigente para los libros de la era tipográ-
el texto originariamente asentado en el fica que aún no han sido digitalizados.
papel, con la adición de un formato es- Una vez integrados a las redes digitales
pecial llamado libro. Desde hace varios su valor sólo es de museo. La biblioclas-
años, el libro llega a su existencia en tia ya no necesita recurrir al fuego, ni la
forma digital, en el disco rígido de una memoria encarnada es llamada a comba-
computadora. El procedimiento de re- tirla. El campo de batalla se ha traslada-
producción es primordialmente digital. do a otro escenario.2
Cuando el texto se destina a la impre- Si en el debate entre tecnología y cultura
sión en papel se realiza una acción que se pone en cuestión el libro editado en
mucho nos complace, la edición de li- papel como si fuera el mismo libro que
bros. Pero los libros en tanto que textos el que existía en la era predigital, la discu-
reproducidos y difundidos no deben su sión deviene entre inocua y absurda. La
existencia textual a su producción y cir- digitalización está presente en el proceso
culación en papel, sino a su inscripción de producción del libro, desde su escri-
digital. Desde que existe la condición di- tura y concepción hasta su reproducción
gital de los libros, éstos ya no pueden ser y edición. El libro en papel es una forma
destruidos mediante el fuego. La quema alternativa, por feliz y maravillosa que
de libros no resulta eficaz para eliminar nos parezca, pero no exclusiva ni deter-
un texto de la existencia material: habría minante para la existencia del texto.
que garantizar el borrado de cualquier Cuando se debate sobre la “digitaliza-
registro digital de ese texto. Si alguien ción” de los libros, se hace referencia a
guardaba o escondía una copia en papel los libros del pasado, a los efectos de que
de un texto, por ejemplo bajo tierra, a la puedan ser tan accesibles como poten-
eficacia del gesto de resistencia se le opo- cialmente lo son
nía la destrucción física del número de los libros actuales. El dominio del papel como
ejemplares editados de ese texto. Ahora, ¿Hay que repe- condición de existencia sólo
si se quisiera ocultar un texto, no se lo tirlo? Los libros sigue vigente para los libros de
enterraría, sino que se lo mantendría en actuales nacen la era tipográfica que aún no
las redes informáticas codificado o en- digitales. Si sus han sido digitalizados. Una vez
criptado, o se lo haría circular en forma versiones virtuales integrados a las redes digitales
viral. La eventual destrucción de un tex- no son accesibles su valor sólo es de museo. La
to se rige en la actualidad por los códigos es por razones biblioclastia ya no necesita re-
de la reproducción viral y la defensa an- ajenas a sus con- currir al fuego, ni la memoria
tiviral, y por las reglas de la criptografía. diciones de exis- encarnada es llamada a com-
No acontece más en el mundo “analó- tencia –aunque batirla. El campo de batalla se
gico”. Los libros en papel son recursos no por ello menos ha trasladado a otro escenario.
útiles para la circulación de los textos y determinantes de
objetos maravillosos cuya tradición está sus condiciones de producción– (por
plenamente vigente en relación al acto ejemplo, los derechos de autor y las pre-
de la lectura, pero no son determinantes rrogativas de las casas editoriales). Más
para la existencia de los textos. Hay que temprano que tarde, estas circunstancias
insistir en ello: la existencia de los textos habrán de cambiar de un modo u otro.
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En ese sentido, una biblioteca como la na- nial, en el sentido de la preservación de los
cional cumple funciones diferentes según textos, está escindida de la que concierne
se trate de libros actuales o del pasado. La a la edición en papel como acontecimien-
ampliación del patrimonio tiene un sen- to estético e industrial. Podríamos imagi-
tido muy diferente si se trata de adquirir nar una biblioteca museo, que albergara
libros de la era predigital que si se trata de libros de la era predigital, diferenciada o
considerar los libros de la era digital. La complementada –no por ello menos in-
noción misma de patrimonio adopta un tegrada– por una biblioteca postidigital,
nuevo significado para este segundo gru- cuyas determinaciones difieren de mane-
po (que crece en forma exponencial y que ra inconmensurable de la primera.3
cuantitativamente ya es mucho mayor Las grandes bibliotecas nacionales des-
que todo lo publicado en la era predigi- empeñan en el mundo actual una mi-
tal). En la actualidad la función patrimo- sión cuyos términos se han ampliado.
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deseos, pero nos los aleja en cuanto al discrepancia podría residir la débil resis-
devenir concreto de su desempeño. tencia de la que somos capaces contra la
El misterio en que se sumen los objetos emergencia de creencias mágico-mítico-
de la vida cotidiana no es metafísico sino religiosas de nuevo tipo que sustituyen a
estético. Consiste en el velo que se tiende una intelección ilustrada sobre nuestras
sobre cómo ocurren los acontecimientos acciones y su relación con el entorno.
en su intimidad. Es necesario el desco- Si entre nosotros proliferan vindicaciones
nocimiento de los mecanismos efectivos y ordalías, en otras partes también apa-
imbricados en los dispositivos modernos recen, aunque con otras vinculaciones
para que los podamos usar. Aunque co- genealógicas con las tradiciones. En otras
nozcamos intelectualmente cómo funcio- partes releen con crueldad y violencia sus
nan, ese conocimiento opera como una libros sagrados, nosotros recurrimos a la
religión, como una creencia sobre la ex- débil memoria residual de las antiguas
plicación de porqué ocurren tantos pro- culturas agrarias que dejamos atrás hace
digios. En las prácticas que ejercemos con generaciones, no sin la mediación de si-
y sobre los objetos, lo que sepamos sobre glos de contrarreforma.
su funcionamiento es necesariamente ol- Tal proliferación de prácticas y creencias
vidado en el transcurso de nuestras ope- contrailustradas no resulta un problema
raciones con y sobre ellos. De esta ma- fácilmente confrontable a golpes de ilu-
nera, acontece un misterio práctico, una minismo extraído de los viejos manua-
elusión que no termina de ser asimilable les. Ingenuamente creído –aquel– en la
para la cosmovisión del sujeto. angélica potencia del lenguaje, cuando
Nos vemos impelidos a ignorar los me- todavía se albergaban semejantes es-
canismos de los dispositivos que guían peranzas. Hoy, cuando no podemos
nuestros días de un modo diferente en menos que ser escépticos acerca de las
esencia a la ignorancia que tenían los an- capacidades de un lenguaje del conoci-
tiguos sobre el mundo físico –en relación miento que oriente la acción colectiva,
con el conocimiento que ahora tenemos es cuando también sólo vislumbramos la
sobre la gravedad o sobre el clima–, pero política como horizonte posible de una
similar en cuanto a la desconexión en- resistencia que recurra antes a la sensatez
tre las acciones humanas y los aconteci- que a la fantasía, en un mundo incierto
mientos del mundo circundante. En esta y siempre sorprendente.
NOTAS
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Políticas de la escritura y
memoria de las palabras
Por María De Pauli (*)
Las últimas décadas del siglo XX fue- res, que en equipos de trabajo coope-
ron escenario de la expansión mundial rativo, se hacen cargo del control de
–especialmente en el núcleo central calidad de sus productos.
de los países capitalistas avanzados, La implementación de esta relación
liderados por EE.UU., Alemania y más estrecha entre la esfera subjetiva
Japón– de nuevas formas de organiza- y la esfera objetiva del trabajo, lejos
ción del trabajo tendientes a sustituir de recuperar su
la producción en escala, típica de la carácter creativo La implementación de esta
industria “fordista” y “taylorista” que y liberador, como relación más estrecha entre
prevaleció en la gran industria a lo pronosticaban sus la esfera subjetiva y la esfera
largo del siglo, por nuevas formas de émulos2, permitió objetiva del trabajo, lejos de
organización de los procesos produc- al capital apro- recuperar su carácter creativo y
tivos, que recogiendo y readaptando la piarse del saber y liberador, como pronosticaban
experiencia que después de la Segunda del hacer del tra- sus émulos, permitió al capi-
Guerra Mundial pusiera en marcha bajo con mayor tal apropiarse del saber y del
la empresa Toyota en Japón, dieron intensidad, por hacer del trabajo con mayor
lugar a un nuevo modelo de pro- lo que trajo apa- intensidad, por lo que trajo
ducción denominado “especialización rejada, junto al aparejada, junto al crecimien-
flexible”que confiere mayor dinamis- crecimiento sig- to significativo del desempleo
mo al proceso productivo. nificativo del des- estructural y de la precariedad
Facilitado por el gran salto tecno- empleo estructu- laboral a escala global, una
lógico en el campo de la robótica ral y de la pre- mayor exigencia de calificación
y la microelectrónica, este proceso cariedad laboral a del trabajo con una mayor des-
fue impulsado por la necesidad de escala global, una calificación del trabajador.
aumentar la productividad y compe- mayor exigencia
titividad de las empresas. de calificación del trabajo con una
La “especialización flexible” articula el mayor descalificación del trabajador3.
enorme desarrollo tecnológico infor- Al mismo tiempo, las necesidades
macional, con una desconcentración reproductivas y expansionistas, inhe-
productiva basada en la existencia de rentes a la lógica del capital, facilitadas
empresas pequeñas y medianas que, ahora por una mayor interpenetración
estrechamente vinculadas a la deman- de la ciencia y la técnica en los procesos
da y a las exigencias individualizadas productivos, aceleraron la depreciación
del consumidor, priorizan lo que es del valor de uso de las mercancías,
central en su especialidad, se “focali- reduciendo enormemente el ciclo de
zan”, y transfieren a “terceros” gran vida útil de los productos y también de
parte de lo que antes se producía en los conocimientos inscriptos en ellos.
el mismo espacio. A su vez, la intro- La “innovación permanente” agudizó
ducción de nuevas técnicas de gestión, así, más que nunca, su dialéctica oscura,
apoyadas en la toma de decisiones en una “destrucción permanente” del
en función del procesamiento de la valor de uso de lo producido que rápi-
información y la comunicación, pro- damente se vuelve obsoleto y descar-
mueven una estructura más horizontal table, por lo que, más que satisfacer el
en el proceso productivo, que requiere deseo individualizado del consumidor,
del saber hacer, de la iniciativa y del provoca en él un desmesurado apetito
compromiso de los propios trabajado- por la novedad, siempre insatisfecho,
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NOTAS
1. Este artículo desarrolla, en lo esencial, las ideas contenidas en la ponencia “Cognición como mercancía y
nuevo fetichismo” presentada en el II Congreso Internacional Extraordinario de Filosofía , desarrollado en San
Juan, del 9 al 12 de julio de 2007.
2. Sabel y Piore (1984) citado por Antunes, Ricardo en ¿Adiós al trabajo?, Colección Herramientas, Buenos Aires (1999).
3. Esta conclusión está fundamentada, a través del análisis de una amplia documentación, por Ricardo Antu-
nes, en Los sentidos del trabajo, Colección Herramientas, Buenos Aires (2005).
4. El término “capitalismo cognitivo” lo propone Francisco Sierra Caballero, también “Nueva Sociedad Glo-
bal de la Información” y “Economía Política de la Comunicación”, en Políticas de Comunicación y Educación.
Crítica y desarrollo de la Sociedad del Conocimiento, Gedisa, Barcelona (2006).
5. Tedesco, Juan Carlos, El nuevo pacto educativo. Educación, Competitividad y Ciudadanía en la Sociedad Moderna,
Anaya, Madrid (1995), y Educar en la sociedad del conocimiento, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires (2005).
6. Ong, Walter J. Oralidad y Escritura .Tecnologías de la palabra, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, (1993).
7. Nietzsche, F. , La Filosofía en la Época Trágica de los Griegos , edición Los libros de Orfeo. A propósito de la
filosofía de Parménides, dice Nietzsche : “... nadie hace impunemente abstracciones tan terribles, como ‘lo que
es’ y ‘lo que no es’; la sangre se hiela cuando se las toca” (p. 38).
8. Marx, Karl El Capital, Tomo I, Libro primero, Sección primera, Capítulo I, “La Mercancía”, B-4 “El carác-
ter fetichista de la mercancía y su secreto”, Siglo XXI editores, México, 1991.
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La pregunta más frecuente que enfrenta vez más común en nuestra sociedad–
cualquier promotor de la lectura es: ¿qué por una peligrosa permisividad derivada
hacer con los chicos que pasan cada vez de cierta especie de comodísimo estado
más tiempo ante la computadora, todo el de resignación. El cual, dicho sea con
día chateando o jugando en red? ¿Cómo toda franqueza, hay que denunciar.
ponerles límites y hacer que lean? De manera que vayamos por partes
Esta pregunta, en boca de padres y y empecemos por descartar la idea
docentes de todo el país, muestra lo simplificadora de que los chicos de
desconcertados, alarmados o venci- hoy han dejado de leer porque ven
dos que se sienten frente a las llama- televisión, como
das nuevas tecnologías. se decía hace una De manera que vayamos por
Se aprecia en ellos una impotencia década, o porque partes y empecemos por des-
generalizada frente a las infinitas posi- están cautivos cartar la idea simplificadora
bilidades de Internet y de la computa- de Internet y de de que los chicos de hoy han
ción en general. La facilidad y natura- los videojuegos, dejado de leer porque ven
lidad con que los chicos de hoy usan como se preco- televisión, como se decía hace
el chat, los videojuegos, los mensajes niza ahora. Eso una década, o porque están
de texto y todo ese mundo de avances no es verdad. No cautivos de Internet y de los
cibernéticos suele resultar por comple- toda la verdad, videojuegos, como se preconi-
to atemorizante para los mayores. por lo menos. za ahora. Eso no es verdad. No
Y es comprensible que así sea. Aunque Sin dudas la pési- toda la verdad, por lo menos.
algunos podemos recordar que es ma televisión que
aproximadamente la misma pregun- somete a nuestra sociedad, y la tecno-
ta que se nos hacía hace un par de logía fascinante de los juegos virtuales,
décadas, cuando los chicos se pasaban ejercen una muy fuerte influencia en
“todo el tiempo ante el televisor”, el los chicos, claro que sí, pero ya sabe-
fenómeno actual es mucho más fuerte mos que si ellos no leen –no dejaré de
e imprevisible, mucho menos conoci- repetirlo– es en primer lugar porque
do en sus intersticios y posibilidades sus padres y sus maestros tampoco. Y
(cuya infinitud atemoriza de por sí), después sí: es indudable la responsabi-
y por ende menos manejable. De ahí lidad no de las tecnologías pero sí de los
que estas llamadas “nuevas tecnolo- responsables, que en la Argentina son el
gías” producen mayor impotencia en poder político y comunicacional, cuya
los adultos que la observada hace unos miopía cultural y capacidad de vulgari-
años cuando la preocupación se reducía zación son tan grandes como groseras.
(escojo el verbo con toda intención) a Pero condenar todo lo anterior no es
los efectos negativos de la teleadicción. suficiente, no alcanza ni corrige nada,
Esa impotencia asusta, desde luego, ni mucho menos mitiga la angustia
porque “los chicos están todo el día de padres y madres cuando ven que
metidos en eso” que no controlamos. sus hijos están como dominados por
Y como todo lo que se ignora suele máquinas y tecnologías cuyas conse-
producir temor, sucede que muchos cuencias ignoran y temen.
padres y maestros se dejan llevar por Por lo tanto, en primer lugar me gustaría
fobias inconducentes, prohibiciones señalar una actitud no del todo acertada
neuróticas y otras actitudes negativas, o por parte de la sociedad, que en esta
bien –como me parece está siendo cada materia ha sido víctima, cierto, pero
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¿Quién puede negar que esto es una Por eso los argentinos ven tele un
maravilla? promedio de 3,4 horas diarias, lo “que
Aunque es claro que es, sin dudas, una quiere decir que la TV sigue siendo
maravilla conflictiva –como sucede el principal consumo cultural de los
con toda nueva tecnología– porque argentinos”, concluye el informe ofi-
plantea un montón de problemas: cial de consumos culturales.
políticos, técnicos, económicos, cul- Por su parte, una encuesta del dia-
turales, morales, jurídicos y muchos rio La Razón4 realizada entre 10.714
más. El libro de Gutenberg también lo votantes, mostró que el 58,1 % de las
hizo en su momento, y aquí estamos. personas (presumiblemente todas de
Las llamadas nuevas tecnologías representan la Ciudad de Buenos Aires) mira tele-
la más grande oportunidad y posibilidad visión entre dos y cuatro horas diarias,
multiplicadora del saber, capaz de facilitar y el 9,5% mira más de cinco horas. En
hasta el infinito la conexión, los vínculos, contrario, sólo el 8,5% dice no mirar
la asociación de las ideas y la divulgación televisión, mientras que el 23,9% mira
democrática del conocimiento. De ahí que una hora o menos cada día.
el cuestionamiento a ellas (incluyendo a Por supuesto, decir lo anterior tampoco
la telefonía celular, la televisión de alta significa acusar a los inventores de la
definición y una cantidad de soportes televisión, ni a una tecnología, ni mucho
que a cada rato son descritos para nuestro menos a quienes la disfrutan. No se trata
asombro en los medios) debe hacer- de acusaciones, sino de reconocer que las
se con conocimiento y sin prejuicios. causas de la mala calidad son de gestión
Especialmente porque se trata de lo que y son políticas, económicas, publicitarias,
leen y miran nuestros hijos. sociales y culturales. El desenfreno comer-
Pero nuestros hijos también nos vieron cial, el mal gusto, la incapacidad estatal
leer y no leer, actuar y paralizarnos, de controlar, junto con la idiota apología
hablar y hacer silencio, y se criaron de lo ordinario y lo vulgar, se combinan
–poco más o menos– viendo el mundo a diario para deslucir el lenguaje de
a través de lo que mostraban los llama- nuestro pueblo, proponer el ocio impro-
dos medios masivos de comunicación ductivo, desviar la atención de proble-
(radio, prensa escrita y especialmente la mas importantes5, resaltar nimiedades y,
televisión, esta última sobrada de con- entre muchísimos otros resultados nega-
tenidos y discursos deleznables). tivos, hacer que el entretenimiento sea
Es evidente que en casi todos nuestros un modo de parálisis social a la par del
países la tele –salvo excepciones– es retró- extravío de las tradiciones lectoras.
grada, ultraconservadora, autoritaria, De manera que no tiene sentido sata-
sexista y discriminatoria. Y la sociedad no nizar a “la televisión”, pues los medios
parece tan preocupada por ello, ni por la masivos de comunicación no son ni
“cautividad” de sus hijos frente a ella. De buenos ni malos. Son las falsificaciones,
hecho hay televisores en el 96,6% de los el consumismo exacerbado y neurótico
hogares argentinos (y la mitad del 3,4% y el falso democratismo lo que está des-
de los que no tienen TV en su casa dice palabrando a la sociedad argentina. El
que es por falta de recursos).2 Y no se crea problema es humano, no tecnológico.
que hay un aparato o dos, no, el equipa- Y con Internet y las nuevas tecnologías
miento casero promedio en la Argentina sucede exactamente igual.
es de 2,4 televisores por hogar.3 Hace veinte años, en la revista Puro
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apasiona a millones de chicos y chicas problemas. Pero una vez más eso no será
como los que vemos en los cybers. culpa de las nuevas tecnologías sino de los
No digo que los cybers no sean noci- usos atrofiantes de ellas. Y a eso debemos
vos, en el sentido de que inutilizan resistirnos, incluso dentro de Internet.
el tiempo libre de los chicos y les He ahí otra de sus maravillas: esta tecno-
quitan tiempo para otras actividades. logía nos permite discutir sus virtudes y
Tampoco digo que para un espíritu defectos mientras la usamos. Podemos
juvenil sea inocuo el estar practican- reflexionar, cuestionar y advertir lo que
do formas de muerte durante horas sucede a medida que sucede. Y además,
cada día. Sí digo, en cambio, que el nos podemos valer de esa red en paralelo
problema principal no está en los al teléfono celular, el automóvil, la gra-
cyber ni en los badora, el ordenador, el disco compacto
De todos modos es cierto que juegos, sino en y el DVD. Que son, todas, tecnologías
en la sociedad contemporá- la comodidad de modernas y utilísimas, a nuestro entero
nea –la sociedad informática, los padres, en el servicio. Si es que podemos pagarlo,
como se la llama– se da la abandono de la desde luego. Porque sería idiota una
paradoja de que se conversa responsabilidad idealización de este medio sin advertir
menos, se discute poco y no se de enseñar. que, todavía, está fuera del alcance de la
alienta el debate enriquecedor. Pero esas personas gran mayoría de la población.
Y si encima se impone un dis- no parecen darse La citada encuesta del Sistema Nacional
curso único, sí que podemos cuenta de que las de Consumos Culturales dice que sólo
estar en problemas. Pero una causas no están en uno de cada tres argentinos posee com-
vez más eso no será culpa de lo que demonizan, putadora en el hogar (el 66,2% del total
las nuevas tecnologías sino de sino en lo que no de encuestados dijo que no tiene), por-
los usos atrofiantes de ellas. hicieron. Ninguna centaje que está obviamente asociado al
Y a eso debemos resistirnos, persona nació nivel socioeconómico de los entrevista-
incluso dentro de Internet. sabiendo atarse los
cordones de los dos. Así, el 90% de las personas de nivel
zapatos. Es tarea de los papás enseñarles socioeconómico alto tiene computadora
pacientemente la necesidad, la utilidad y en la casa. Pero en los niveles medios baja
los modos de atárselos. Igual sucede con al 67,5% y en las clases bajas desciende
la lectura, y por supuesto con los valores y a sólo el 13,5%. En todos los casos, la
principios. No se los trae de nacimiento. mitad de los que tienen ordenador en
Los aprendemos. Pero para aprender hace casa acceden a internet “todos los días
falta que alguien nos los enseñe. Se trata de o casi todos los días”, mientras los que
transmitir valores desde el hogar, y un no lo tienen, se conectan de 1 a 3 veces
valor principal es aprender a distinguir por semana desde lugares públicos. Los
entre realidad y ficción. Y entre juego y jóvenes y los residentes en el interior del
trabajo, o entre verdad y mentira.
país son los que se conectan con más
De todos modos es cierto que en la
frecuencia. Y la mayoría de usuarios se
sociedad contemporánea –la sociedad
informática, como se la llama– se da la da, como es fácil comprobar, entre los
paradoja de que se conversa menos, se jóvenes de 12 a 17 años, y luego los que
discute poco y no se alienta el debate tienen entre 35 y 49 años.12
enriquecedor. Y si encima se impone un Pero más allá de eso –que de todos modos
discurso único, sí que podemos estar en se democratiza velozmente por el auge
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NOTAS
1. El Pequeño Larousse Ilustrado, Ediciones Larousse, Buenos Aires, 2005, p. 941. Todas las definiciones que
siguen son tomadas de este mismo Diccionario, con indicación de página entre paréntesis.
2. Sistema Nacional de Consumos Culturales (SNCC), Secretaría de Medios de Comunicación de la Jefatura de
Gabinete. Presidencia de la Nación. Datos de Agosto de 2005: http://www.consumosculturales.gov.ar/sncc.htm
3. Según datos de 1999, en los Estados Unidos el 58% de los hogares tienen televisores incluso en la cocina. Jim
Trelease no vacila en calificar de “torpes” a los padres de familia que los ponen. Aunque no he podido encontrar
datos equivalentes de nuestro país, no me extrañaría que en la Argentina esa torpeza sea igual o mayor.
4. Realizada por la consultora D’Alessio-Irol. La Razón del 10 de noviembre de 2005.
5. La influencia de este medio es formidable: la encuesta de la SNCC dice que el 84.9% de los argentinos se
informa a través de los noticieros de televisión.
6. Pablo Mancini, “Día Internacional de Internet”, en Cultura Digital, portal de Educ.ar: http://weblog.educ.
ar/sociedad-informacion/archives/cat_cultura_digital.php.
7. Jim Trelease, La lectura en voz alta, Celarg, Bogotá, 2005, p. 270.
8. Basados en informes de la Agencia Reuters, diversos medios encontrables en Internet destacan esta informa-
ción, que significa prácticamente doblar la cantidad registrada en 2002, cuando se enviaron 31.000 millones. En:
Interlink Headline News Nº 2818, del 18 de Octubre de 2002: http://www.ilhn.com/ediciones/2818.html
9. “Esta felicidad ‘extravagante’ de la que habla Borges no es prometida por las bibliotecas sin muros, e incluso
carentes de lugar, que serán sin duda las del futuro”. Roger Chartier en: “Del códice a la pantalla: trayectorias
de lo escrito”. En revista Quimera N° 150, septiembre de 1996.
10. “Leer es una forma de saber que no estamos muertos”. Entrevista por Oscar Raúl Cardoso. Diario Clarín.
1° de agosto de 1999.
11. En la 9° publicación del Programa de Promoción de la Lectura Volver a Leer, Córdoba, 2004.
12. Sistema Nacional de Consumos Culturales (SNCC).
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Intermezzo
El rostro de la medusa
Exuberancia y copiosidad del
cuerpo pornográfico
Por Christian Ferrer
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Ilustrado por
Juan Rearte
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Intermezzo N° 6 | Primavera 2007
XIII
XI
La ingesta de pornografía suscita la
La meca del cine promueve el “divis- evocación de escenarios personales pre-
mo”, en tanto la industria pornográ- vios y significativos, fenómeno que
fica lo hace con la categoría simétri- concierne menos al psicólogo que al
ca de “pornostar”, y asimismo con la oráculo. El teatro de sombras de la
más prolífica de “actriz pornográfica”, memoria arrastra consigo el eco de lo
a secas, que es similar a la “figuración” dicho y lo escuchado, haya sido gorjeo
en el reparto actoral y afín a los nú- o rugido, por cuanto el oído fue, en
meros vivos de los bares de desnudis- aquellas circunstancias, testigo y archi-
tas, hasta desembocar en un caudal vo a la vez. Si la sonoridad fuera esen-
innumerable de maniquíes animados cial a la rememoración, entonces todo
en poses diversas que se corresponden ruido, por más leve o breve, habría
con los elencos de extras de un filme sido pertinente: el tintineo de copas,
o, llegado el caso, con las performan- la risa, el frufrú de la ropa, la batahola
ces conyugales atesoradas en formato de músculos y encastres, el festejo. De
de video. Pero son tantos, y tan va- igual manera, en el género pornográfi-
riados, los cuerpos expuestos que casi co, incluso el murmullo y la vibración
toda mujer podría encontrar a su “do- y los decibeles de los gemidos canoros
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adquieren personalidad y cuerpo por ya no por mujeres “de la calle” sino por
sí mismos. Pero si se prescinde de la las novias posibles de todo hombre que
onda acústica, entonces lo importante proyecte fundar un hogar modelo.
es el ritmo. En un mundo silente, se
privilegia la alternancia tanto como
los intervalos, y también los pulsos, XV
compases y acentuaciones de los movi-
mientos corporales. Es la plenitud de Cien años atrás, muy pocos, fuera del
la pantomima. Y si el paso del tiempo esposo, tenían acceso legítimo al más
logra que en la reminiscencia se intensi- angosto de todos los abismos. Sólo
fique la silueta de la llama antes que su médicos, parteras y clientes de burdel.
calor ya disipado, en el ahora del acto Pero la restricción de la vista se acompa-
pornográfico la cinética de movimiento ñaba de la inevitable compulsión a ver.
perpetuo se impone por sobre la vocin- Así también Orfeo quiso contemplar el
glería al tiempo que los espectadores rostro amado de Eurídice antes de ser
son transformados en estatuas de sal. ella reenviada al otro mundo. Courbet
se adelantó en mucho a su tiempo
cuando pintó El origen del mundo, la
XIV imagen detallada del secreto femenino
en primer plano, y quizás con ello dio
Los ya anacrónicos desnudos en blan- fin a una de las búsquedas de la pintura.
co y negro eran las figuritas difíciles En el siglo XIX, su exposición pública
de la educación sexual de los varones hubiera hecho evidente el punto de
de otros tiempos, previa a su desflora- apoyo de los traumas burgueses. Pero
miento. Bastaba hoy las volutas del pubis son accesibles:
La cuestión del pudor, en un la visión de una el cine pornográfico las volvió su sello
caso y en el otro, nunca dejó sola fotografía de calidad pero ya antes habían sido
de estar en la mira de los y un castillo de mostradas, y para todo público, en
espectadores, y en la de los naipes de consis- ocasión de la primera transmisión tele-
censores, y por lo tanto la his- tencia opiácea se visiva en vivo de un “alumbramiento”,
toria del cinematógrafo resul- desplegaba en la allá por la década de 1970, y también
ta ser un registro documental imaginación del se ha recurrido a ellas –aunque parezca
y en tiempo real de la progre- adolescente, y imposible– en carteles publicitarios.
siva desnudez femenina. en la del adulto Del mismo modo, el hábito ya habi-
también. Eran el tual de documentar el nacimiento de
ábrete sésamo, la postal del paraíso al un hijo en la sala de partos del hospital
fin límpida y correctamente enfocada. encuentra su inmediata genealogía en
La subsiguiente lección de anatomía el plano-detalle con que comienzan, y
quedaba a cargo de prostitutas: eran acaban, las películas pornográficas.
santas profanas. Pero la dirección ins-
tructiva de la pornografía actual se
orienta menos hacia la imagen demo- XVI
níaca de la temporada en el infierno
que hacia el catálogo ordenado de pla- La costumbre de muchas parejas de
ceres, al menos los de interés masculi- filmarse a sí mismas en posiciones
no. La exposición de la piel es asumida comprometidas no supone solamente
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XIX XXI
La boca sonriente es omnipresente Muchos son los tonos con que puede
en la pornografía, como si fuera el ser dicho un nombre de mujer y tam-
pozo sin fondo de una mujer fatal bién muchas las acentuaciones que
o bien la invitación a un mundo pueden acompañarlo y asimismo
idílico en el cual la felicidad es una numerosos los arrastres y dejos de la
obligación compartida. Los labios dicción que enfatizan o trastocan los
eluden el bostezo tanto como sobre- sentidos de un nombrar, e incluso no
pasan la sonrisa, que de por sí ya es escasean apócopes y sobrenombres que
un índice de aceptación. Una vez no dejan impoluto al capricho del len-
tragado el pudor, el grado de abertu- guaje que desde siempre es el portavoz
ra bucal desplaza a los demás rasgos de sí mismo. Además, la aceleración y
faciales y se transforma en centro de desaceleración en el decir sus nombres
gravedad, se diría en “ombligo del necesariamente modifican la actitud
cuerpo”. El lenguaje, ladeado hacia el y el resuello, y al fin hasta las tonadas
secreteo, el ronroneo o el balbuceo, regionales cuentan. Pero así como los
da rienda suelta a las zonas tórridas nombres nos hacen evocar a personas,
del diccionario. Un babel de lenguas también lo hacen con las circunstancias
que progresan al sensoriales que nos engarzaron a ellas.
La repugnancia queda con- ritmo del embate La pornografía, que habla en todas las
cernida, pero también el o al de la liba- lenguas, permite la exploración acústica
incesante anhelo de placer, ción, por cuanto de voces que se resisten a ser proferidas
que siempre parece introdu- el habla íntima del todo. En otras épocas eso era tarea
cirse en la quietud corporal a no tiene porqué de la glosomancia.
la manera de los intrusos. corresponderse
con un lenguaje
cívico. La incitación riente ha sido XXII
entrenada por la falsa sonrisa de la
publicidad, de la animación televisi- Presentadas en sociedad, las actrices
va, de la “atención al público” y de pornográficas carecen, sin embargo, de
la “comedia de la seducción”; y todas nombre. También anónimas son las
imitan la mueca de la muñeca infla- mujeres desconocidas que nos resultan
ble. De allí que la actriz pornográfica inmediatamente adorables o deseables,
entone una vez más la vieja canción sin que sepamos cómo llamarlas. Dada
de las sirenas que antecede a todo la opción a un nombre de fantasía,
naufragio: en la garganta del diablo la “X”, simétrica como un mandala y
se eclipsan todos los hombres. llamativa como un cartel que advirtiera
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la cercanía de un tabú, es la letra del demonio, o más bien del ruedo donde
alfabeto que mejor se adecua al género. la bestia y su matador ponen nueva-
Equis de xenón, un elemento que exis- mente en acción a la vieja teoría de la
te en el aire en muy escasa proporción. “lucha de los sexos”, esta vez en versión
Las mujeres-espía disponen de doble y simpática y con final empatado.
hasta de triple documento de identifi-
cación; las “mujeres de la calle” optan
por un alias que disfraza el santo y seña XXIV
de origen; al fin, en la pornografía, se
eligen sobrenombres que se vuelven, a La repugnancia queda concernida,
veces, marcas registradas aún cuando pero también el incesante anhelo de
por lo general sean el chador de la iden- placer, que siempre parece introducir-
tidad. En verdad, muchos de los apo- se en la quietud corporal a la manera
dos a que recurren las mujeres develan de los intrusos. Algunos confirman
un doble fondo –un bajo fondo– y no su rechazo hacia los poderes del sexo
son pocas las que resguardan un seudó- y otros dejan crecer la curiosidad por
nimo cuidadosamente ocultado a los la parte de “animalidad” del cuerpo
vínculos cercanos. Muy probablemente humano. En ambos casos, se teme o
un nombre de guerra, puesto que la se ansía la revelación del doblez repri-
carne masculina es, en las películas por- mido de cada época. Es por eso que su
nográficas, un objeto a destruir. proliferación actual no es consecuencia
única de los avances en la libertad de
expresión sino también de la voluntad
XXIII general de echar un vistazo al harén de
Lucifer. Quizás los eclesiásticos que la
Es la joven inocente o la mujer de acusan de promover el libertinaje y los
mundo o la cautiva o la ninfómana, bienintencionados que le atribuyen el
son los ogros de los cuentos de infan- rol de clase de anatomía para adoles-
cia, es la esclava del amor de las leyen- centes estén más cerca de la verdad. Y
das orientales, son los adoradores de la por cierto, el cuarteamiento del cuer-
diosa de la fertilidad, es la sirena aislada po en órganos removibles e injertables
en medio de la tripulación, son cefaló- como resultado de los adelantos en la
podos desplazándose en desorden, es la técnica del transplante de órganos o
soldadera de todas las guerras, son pira- de la cirugía estética se corresponde
tas de un solo ojo, es la novia mancilla- con la fragmentación cinematográfica
da por sus pretendientes, son suicidas de la piel en zonas significativas. Ya
en potencia, es una guillotina de hojas en los procesos laborales modernos el
labiales, son un tropel, es una estatua cuerpo había sido descompuesto en
móvil, son juguetes de madera que unidades útiles.
mienten por su genital, es la chica de
sus sueños descompuesta en esquirlas
afrodisíacas que les incendian el ánimo XXV
y la sangre, son monarcas derrocados
luego de agitarse como entre pesadillas. Las películas pornográficas son siempre
Los seres de este mundo parecen haber segundas partes. Y son, a fin de cuen-
escapado de una saturnal o de un pan- tas, estáticas en su incesante ajetreo. Se
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La técnica como
dilema filosófico
La técnica y el tiempo
Progreso, aceleración, intensificación
Por Flavia Costa
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el presente, sino sobre todo las dificul- conexión instantánea de las redes infor-
tades del presente y del futuro para vér- máticas, que es la condición tecnológica
selas con un pasado que ha dejado de de posibilidad de los mercados financie-
constituirse como legado a considerar2 ros y de las transformaciones del proceso
y en cambio se nos revela como destino de producción en la etapa posfordista:
ya ordenado que simplemente “aplica- just-in-time, tercerización, “stock cero”)
mos”; como decía Bergson, “se siente llevaron a diversos autores a considerar
que se elige y se quiere, pero se elige que la experiencia contemporánea del
algo impuesto y se quiere algo inevita- tiempo es la de un “continuum”, un
ble”. No se trata aquí, no obstante, del “presente permanente”, un “tiempo sin
anacronismo forzoso y sistemático de la relación con el tiempo histórico” que
memoria (que captura lo real presente aplana las dimensiones del pasado y
como un pasado, en la medida en que el futuro. Este presente continuo está
cuando algo se hace real, se refleja en plagado de historias y noticias, profecías
la memoria hacia atrás como potencial, y pronósticos, pletórico de aconteci-
como habiendo sido desde siempre posi- mientos anunciados o referidos, pero la
ble, y por lo tanto hace que el hecho experiencia del tiempo es la de un “ago-
actual pertenezca “al pasado en cuanto tamiento por aceleración”: un falso-día
a la forma y al presente en cuanto a la inacabable que, al anular las trayectorias
materia”),3 ni tampoco necesariamente gracias a la transmisión de información
de “falso recono- a la velocidad de la luz, pone en suspen-
Esta primacía del “tiempo cimiento” (el ana- so el tiempo eliminando distancias, vol-
real” por sobre el “espacio cronismo contra- viendo instantáneos los desplazamientos
real” divide el mundo entre rio, que bloquea y provocando fuertes descontextualiza-
una zona ultraveloz, donde la dimensión de ciones. Esta primacía del “tiempo real”
todo “llega” sin espera, donde lo virtual o poten- por sobre el “espacio real” divide el
la inmediatez y lo simultáneo cial, en lugar de mundo entre una zona ultraveloz, donde
parecen diluir las distancias, potenciarla, en todo “llega” sin espera, donde la inme-
y otra zona lenta, pobre, en la medida en diatez y lo simultáneo parecen diluir las
la que se vive en un tiempo que la desplaza distancias, y otra zona lenta, pobre, en
diferido, entre promesas y pos- y la superpone la que se vive en un tiempo diferido,
tergaciones que no responden a lo real como entre promesas y postergaciones que no
a vínculos causales, a cade- ya habiendo sido responden a vínculos causales, a cadenas
nas de causas y efectos, sino actual, como en de causas y efectos, sino que la esperanza
que la esperanza reside en la el caso del déjà reside en la “conexión”, el “enganche”,
“conexión”, el “enganche”, la vu).4 Se trataría, la posibilidad de “pegar una”.
posibilidad de “pegar una”. más bien, de un Proyección hacia un futuro in-finito
“programa de e in-finalizable; tiranía del pasa-
falso reconocimiento”, que se propone do concebido y percibido como pro-
técnicamente hacer del presente y del grama; experiencia de un presente
futuro el cumplimiento de un (plan) continuo y permanente. La idea es
pasado inescapable. plantear aquí algunas observaciones
Por último, las tecnologías que han posi- acerca de estas tres interpretaciones
bilitado la transmisión de información sobre el modo de concebir y habi-
en “tiempo real” (la toma directa de los tar la dimensión del tiempo en la
medios audiovisuales, pero también la modernidad tecnológica.
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Juant Rearte
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NOTAS
1. Cabe pensar en las tecnologías informáticas –pero no sólo en ellas: también en las diversas máquinas
burocráticas– y la dependencia que supone la inmersión de “usuarios” en entornos o programas prediseñados
que desconocen o, por lo menos, no dominan, como paradigma de todas aquellas relaciones cotidianas que
adquieren paulatinamente la forma de una interacción con “cajas negras”.
2. Ya no se trata, sin embargo, de ese legado que se presenta como destino ordenado por la tradición (aunque
el malestar frente a las limitaciones que impone la programación técnica contemporánea tiene semejanzas con
el que experimentaron los modernos frente a las limitaciones del marco mítico y ritual tradicional), sino más
bien de una significativa conversión de la “tarea” –emancipatoria, expansiva– del hombre moderno, tal como
la concibieron la filosofía y la ciencia de la época, en el cumplimiento de un programa que busca neutralizar
la contingencia: esa indefinición que precisamente era el vacío o “blanco” que debía salvaguardarse para dar
lugar al desafío de un proceso de complejización y libertad.
3. Henri Bergson (1908), “Le souvenir du présent et la fausse reconnaissance”, en L’Énergie Spirituelle, Paris,
P.U.F. 1919 (trad. cast.: “El recuerdo del presente y el falso reconocimiento”, en La energía espiritual, Madrid,
Espasa Calpe, 1982), citado en Paolo Virno (1999), El recuerdo del presente, Buenos Aires, Paidós, 2003, p. 25.
4. Para un análisis detallado –aunque con un horizonte diferente del que esbozamos aquí– de este problema,
ver Virno, El recuerdo del presente, op. cit.
5. Bernard Stiegler (1994, 1996, 2001), El tiempo y la técnica, 3 volúmenes, Hondarribia, Hiru, 2002, 2004.
6. Si la técnica moderna es la de la revolución industrial, el desarrollo de los transportes, la electrificación
y urbanización del planeta, tenemos en mente aquí cuando decimos “posmoderna” a tres acontecimientos
técnicos decisivos de nuestra época: las bio-tecnologías, la telemática (informática en un sentido amplio y tele-
comunicaciones) y la “inteligencia artificial” (desarrollo de las ciencias de la computación hacia la generación
de máquinas capaces de aprender de sus propios errores y la así llamada computación cuántica).
7. Para una crítica de esta perspectiva en la disciplina histórica, ver Marcelo Campagno e Ignacio Lewcowicz
(1998), La historia sin objeto y derivas posteriores, Buenos Aires, Tinta Limón, 2007.
8. Max Weber (1917), El político y el científico, Buenos Aires, Prometeo, 2003, p. 19.
9. Reinhart Koselleck (1979), Futuro pasado, Barcelona, Paidós, 1993.
10. Koselleck, Futuro pasado, obra citada, p. 37.
11. Stiegler, El tiempo y la técnica, obra citada, volumen 2, p. 10.
12. Stiegler, El tiempo y la técnica, obra citada, volumen 2, p. 21. Esta tensión provoca un aumento, en general,
de la movilidad, “donde las estrategias locales bien pueden consistir en disminuciones de velocidad, incluso
en cuasi inmovilidades”.
13. Con la consiguiente desorientación que implica no saber exactamente qué es lo que merecería ser registra-
do; qué es lo que amerita la memoria o el olvido.
14. La necesidad de acelerar el tiempo en el que se obtienen los beneficios es uno de los efectos aparentemente
paradojales de la tendencia del sistema técnico-industrial, ya que el incremento en la velocidad en que se rea-
lizan los procesos técnicos (en muchos casos, por fuera de la capacidad de control de agentes humanos) trae
aparejados sistemas más abiertos pero más inestables y por ende un incremento en los riesgos de accidente. La
necesidad de anticiparse a esos riesgos difíciles de calcular, la sensación de urgencia, llevar a acelerar aún más
el proceso y esto provoca a su vez nuevos riesgos, nuevos “incalculables”.
15. Jean-Francois Lyotard (1988), “El tiempo, hoy”, en Lo inhumano. Charlas sobre el tiempo, Buenos Aires,
Manantial, 1998. p. 71.
16. Ver en especial de Paul Virilio El arte del motor (1993), Buenos Aires, Manantial, 1996, La velocidad de
liberación (1995), Buenos Aires, Manantial, 1997, y La bomba informática (1998), Madrid, Cátedra, 1999.
17. Hannah Arendt (1958), La condición humana, Barcelona, Paidós, 1974, p. 282.
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Los hombres imprimen, a través de sus una cosmovisión –la griega: el objeto es
objetos, señales en el mundo: afinidades traído a la presencia–, y la pérdida de un
en la materia y reciprocidades en las for- mundo, el natural, dejado como muestra
mas evocan personajes y modos de vivir. de un pasado bucólico en el que el hom-
Se borda en la imaginación una subje- bre habitaba la tierra en concordancia
tividad abierta en el afuera del mismo con otras tantas variaciones en el orden
modo que en el acto se apuntalan las pre- de lo sagrado manifestadas en ese mundo
moniciones. Los objetos producto de las natural. Las diferentes genealogías del
técnicas desbordan el mundo cotidiano mundo técnico
y conciben otros mundos donde se des- construidas por la El mundo de los objetos téc-
pliegan el rol y el instrumento, la acción historia de la cul- nicos que gravita en torno de
y el atributo. Aunque no se trata de un tura lo mostraban cada uno es mediación, símbo-
acto absolutamente personal; la imagina- como un comple- lo y proyección legible como
ción técnica no es concebible allende la mento funcional línea de fuga en la cultura,
imaginación política, así como tampoco que daba vueltas en términos generales, y como
el hombre, en su imaginación, se concibe de tuerca en fun- elección que convoca diferen-
fuera de esos otros hombres, a los que ción de su mayor tes temporalidades, en térmi-
convierte en testigo de su acción e inter- complejidad. Lo nos individuales, porque los
pretador de sus potencias. El mundo de que se dejaba de objetos que rodean a cada uno
los objetos técnicos que gravita en torno lado, entretanto, remiten a distintos tiempos, y
de cada uno es mediación, símbolo y era un problema porque en su uso se detecta un
proyección legible como línea de fuga más amplio: el del cierto vínculo con la época.
en la cultura, en términos generales, y juego entre la per-
como elección que convoca diferentes manencia y la variación de diferentes
temporalidades, en términos individua- formas técnicas a lo largo de la historia,
les, porque los objetos que rodean a y la idea de hombre expresada en el
cada uno remiten a distintos tiempos, conjunto técnico correspondiente a cada
y porque en su uso se detecta un cierto época. De este desfasaje entre el orden
vínculo con la época. Hace aproximada- del pensamiento y el orden de la realidad
mente medio siglo, Gilbert Simondon provenía la mayor de las alienaciones: la
reclamaba una toma de conciencia del del hombre por el hombre.
sentido de los objetos técnicos que fuera
correlativa de una toma de posición
de la cultura occidental respecto de sus Abrir el mundo
técnicas1. La necesidad era doble, ya que
provenía, por un lado, de la creciente La consideración de la tekné que ope-
sensación (humana) de ajenidad frente a raba dentro del mundo griego presenta
los productos de la técnica; por el otro, varias vertientes ricas en consecuencias
obedecía a la presión de una construc- para una reflexión filosófica en torno
ción apocalíptica que hacía del hombre de los objetos técnicos. Hasta el período
un sometido por su modo técnico de clásico es permanente la presencia del
ser. Si para pensar el objeto técnico se fondo mítico que hacía de Prometeo
trabajaba sobre la noción aristotélica de un héroe de doble valencia, eolio-jónica
tekné, o sus torsiones contemporáneas, por un lado y beocio-locria por el otro,
se contemplaba una cáscara conceptual y por lo tanto, que construía a la técnica
sobre la que se lamentaba la clausura de como concepto asociado a la figura del
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dios del fuego (hogar de todas las teknai) lo tanto se abría al legado de un mundo
y a la del titán rebelado contra Zeus2. semántico encarnado en el objeto como
El advenimiento del logos socrático es “cristalización de la cultura”. Es en este
contemporáneo a la aparición del para- sentido que Hannah Arendt observa
digma semántico ligado a la mimesis que una cultura forja tradición a partir
(siglo V a. C.) Los teknités son entonces de los objetos que son producto del tra-
imitadores condenados por el Sócrates bajo, como huella individualizada de un
platónico al destierro de la República proceso colectivo pasado por las manos
ideal. Aristóteles, en el mismo momento (literales) del teknités. El objeto técnico
en que se refina el se convierte en un producto complejo
El objeto técnico se convierte vocabulario liga- que reúne en su forma un modo cultural
en un producto complejo que do a la represen- de ver el mundo y una proyección (tam-
reúne en su forma un modo tación, concibe a bién humana) respecto de una modi-
cultural de ver el mundo y una la técnica no sólo ficación de ese mismo mundo a través
proyección (también huma- como un escalón del propio objeto. Esta modificación
na) respecto de una modifi- en la jerarquía otorga, en algunas culturas, el carácter
cación de ese mismo mundo a del conocimiento de intermediador a su conjunto técnico
través del propio objeto. (aquel que distin- –medium de las fuerzas divinas en su
gue a lo humano acción sobre el mundo–, así como al
de lo animal porque involucra la “razón mismo hombre singular se le asigna
verdadera”) sino también como acto el carácter de medium, por propiedad
(propiamente humano) que hace adve- transitiva, en un proceso de apertura
nir al mundo algo que no tiene que del mundo a los hombres. Si la técnica
estar en él “ni por naturaleza, ni por podía mediar, era porque el mundo, o
necesidad”. En el siglo XX Heidegger la naturaleza, estaban investidos de un
opone tekné poiética a técnica provo- carácter sagrado, en última instancia
cante invocando las cuatro causas que ligado a lo verdadero, que requería un
eran, para Aristóteles, co-responsables complejo proceso de ritos como pauta
de dicho advenimiento del objeto al del descenso de lo sagrado a lo profano.
mundo: la material, la formal, la eficien- Ni se contempla la verdad a los ojos, ni
te, y la final. Al ser la formal una síntesis se aborda la naturaleza desvalido de un
entre la forma concreta del objeto reali- conjunto de ritos que son otras tantas
zado y el eidos al modo platónico (por circunstancias técnicas: así son los ritos
la doble valencia del término en lengua y mitologías de los mineros recuperados
griega, forma pero también idea), se por Mircea Eliade, y presentados en
hacía del proceso técnico tanto una Herreros y alquimistas.
“plasmación” en lo sensible como una Si se trata de la elaboración de una nueva
proyección mental propia del proce- genealogía del objeto técnico que se
so inventivo humano. De este modo pregunte por lo que hay de humano en
se configura la noción heideggeriana la técnica, son necesarias dos preguntas:
de técnica provocante: se mantiene el en sentido filosófico, cuál es la metamor-
aspecto material y proyectivo, pero se fosis radical de las técnicas entre aquel
licúa la causa eficiente y predomina la mundo antiguo y el moderno que supere
causa final. La causa eficiente, el teknités, la idea de una mera complejización; en
dejaba en el mundo antiguo una huella sentido histórico, cuáles son aquellos
subjetiva en el objeto producido, y por rasgos del objeto técnico que se han
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NOTAS
1. Introducción, en Du mode d’existence des objets techniques (1958). Edición consultada: París, Aubier, 1989.
2. Es el desarrollo que realiza Jean-Pierre Vernant, partiendo de los trabajos de Ulrich von Wilamowitz y
de Louis Séchan. Véase “El trabajo y el pensamiento técnico”, en Mito y pensamiento en la Grecia antigua.
Barcelona, Ariel, 1993. pp. 242-301.
3. En Gilbert Simondon, op. cit., p. 9.
4. Ibidem.
5. Véase Murray Bookchin, “Dos imágenes de la tecnología” y “La matriz social de la tecnología”, en Ecología
de la libertad. Madrid, Nossa y Jara, 1999.
6. Gilbert Simondon, op. cit., p. 11.
7. Ibidem.
8. Hans Jonas, “¿Por qué la técnica moderna es objeto de la filosofía?” y “Por qué la técnica moderna es objeto de
la ética?”, en Técnica, ética y medicina. Sobre la práctica del principio de responsabilidad. Barcelona, Paidós, 1997.
9. Jean-Luc Nancy, El intruso. Buenos Aires, Amorrortu, 2006.
10. Peter Sloterdijk, Essai d’intoxication volontaire, suivi de L’heure du crime et le temps de l’œuvre d’art.
París, Hachette, 2001.
11. Gilbert Simondon, op. cit., p. 57.
12. Lewis Mumford, Técnica y civilización. Madrid, Alianza, 1982.
13. Gilbert Simondon, op. cit., p. 68.
14. Umberto Galimberti, “Psiché y Techné”. Revista Artefacto. Pensamientos sobre la técnica, N° 4. Buenos
Aires, edición independiente, 2001.
15. Gilbert Simondon, op. cit., p. 60.
16. Peter Sloterdijk, “El hombre operable. Notas sobre el estado ético de la tecnología génica”. Revista Arte-
facto. Pensamientos sobre la técnica, N° 4. Buenos Aires, edición independiente, 2001.
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De técnicas y humanismos
Por Pablo Esteban Rodríguez
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rir sobre el límite del hombre consigo cular que pone en relieve el problema
mismo y respecto de sus invenciones. de la técnica. Este saber, procedente de
Todo pensamiento sobre la técnica supo- la cibernética y la teoría de los sistemas,
ne un tipo de humanismo que debe su postula que existe una identidad entre
existencia a la coincidencia temporal de el animal, el hombre y la máquina; que
una construcción conceptual “hombre”, muchas de las cuestiones que considera-
unos saberes cada vez más específicos y mos íntimamente humanas pueden ser
unas técnicas cada vez más desarrolladas. reproducidas artificialmente; que existe
Cuánto más “progresan” saberes y hace- un principio material en el universo que
res, más acuciante hasta ahora no ha sido explorado, que es
Todo lo que no es humano fue se vuelve la pre- la información; que es posible edificar
achacado a la técnica, que se gunta por el hom- un “megasaber”, una gran ciencia del
desligó del hombre de quien bre que los hace todo universal, en la cual la distinción
depende, y las tonalidades de evolucionar, y es entre hombre y máquina y entre natura-
las reflexiones dependieron de así como el pro- leza y artificio, se desvanece. La cuestión
optimismos y pesimismos res- blema del huma- es que, a diferencia de la reflexión sobre
pecto de este salto. Desde los nismo volvió en el la técnica, y más allá de las tensiones
cambios en la organización siglo XX a estar internas derivadas de semejantes axio-
del trabajo hasta la informa- en juego como en mas, este saber se extiende capilarmente
tización de la sociedad, desde la Antigüedad gre- en todo el mundo en la forma de lo
los campos de concentración corromana y cris- cotidiano: una computadora es la mate-
hasta la globalización, pasan- tiana o como en rialización de la metáfora del cerebro
do por las biotecnologías y el Renacimiento. artificial; un estudio genético es la reali-
los medios masivos de comu- En términos muy zación de la idea de información en bio-
nicación, todo fue colocado generales, este logía; la pérdida de puestos de trabajo
sobre el tamiz de la técnica. pensamiento par- en las fábricas de las llamadas “industrias
tió del supuesto de pesadas” se origina en la robotización
que el hombre había llegado demasiado de las cadenas de producción, al ser
lejos con la avalancha tecnológica que el robot aquel cerebro artificial nuevo
hemos mencionado y que es necesario unido a viejos sistemas mecánicos. El
hacer una evaluación del proceso com- suelo del problema de la técnica en el
pleto que lo trajo hasta aquí. Todo lo siglo XX está construido sobre estos dos
que no es humano fue achacado a la cimientos: la preocupación intelectual
técnica, que se desligó del hombre de y la nueva oleada cibernético-sistémica.
quien depende, y las tonalidades de las Vamos entonces a recorrer tres episodios
reflexiones dependieron de optimismos donde se ponen en juego el punto de
y pesimismos respecto de este salto. cruce entre ambos para abrir el paso a
Desde los cambios en la organización otra noción de técnica y de hombre.
del trabajo hasta la informatización de la
sociedad, desde los campos de concen-
tración hasta la globalización, pasando II
por las biotecnologías y los medios masi-
vos de comunicación, todo fue colocado El primer episodio es el pensamiento de
sobre el tamiz de la técnica. Martin Heidegger1. El siglo XX asiste
En segundo término, el siglo XX ha con él al primer intento agudo de que-
visto la emergencia de un saber parti- brar la alianza entre filosofía de la técnica
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mismo haya creado ensambles materia- legaron. Esto quiere decir que esa razón,
les que son, ellos mismos, “portadores antes íntimamente humana, puede estar
de herramientas”. Y mucho menos le distribuida en las invenciones tecnológi-
puede parecer normal que haya sistemas cas de los hombres, y de hecho es ese el
técnicos que se relacionen entre sí sin caso de los experimentos cibernéticos y
mediación humana pues, según él, sólo sistémicos por crear “máquinas lógicas”
el propio cuerpo del hombre podría –algo que data de los tiempos de Leibniz
conectar estos sistemas. Si Simondon y Descartes–, que desembocan en las
fue un agudo intérprete de la cibernéti- computadoras y los procesadores infor-
ca, si le otorgó un estatus filosófico sin máticos. Sin la mediación de la razón, el
igual, fue porque encontró allí la enun- hombre de todos modos no será un sim-
ciación explícita del fin de la mayoría de ple animal, ya que el propio animal, y en
los humanismos que conocemos. general la vida entera, pasa a ser inter-
La identidad que establece la cibernética pretada en términos de información.
entre animal, hombre y máquina echa ¿Qué puede significar para la imagen del
por tierra la figura del animal racional hombre el hecho de ser genéticamente
que griegos, romanos y renacentistas nos muy parecido a una bacteria, a la mosca
Simondon-Rodríguez,
por Juan Rearte
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NOTAS
1. Vamos a referirnos a los siguientes textos de su autoría: “Carta sobre el humanismo” (en Heidegger y Sartre,
Jean-Paul, Sobre el humanismo, Buenos Aires, Sur, 1960), “La pregunta por la técnica” (en Ciencia y técnica,
Santiago de Chile, Editorial Universitaria, 1983), Serenidad (Barcelona, Ediciones del Serbal, 2002) y “Len-
guaje de tradición y lenguaje técnico” (en revista Artefacto. Pensamientos sobre la técnica, N° 1, Buenos Aires,
CBC-UBA, diciembre de 1996).
2. Simondon (1924-1989) ha escrito una obra fundamental para comprender la filosofía de la técnica contem-
poránea, a la cual vamos a referirnos aquí: Du mode d’existence des objets techniques (Paris, Aubier, 1989),que
será publicada próximamente por la editorial Prometeo. El pensamiento de Gilbert Simondon es uno de los
más fecundos y todavía no demasiado explorados de la actualidad. Para un análisis de las líneas posibles que se
pueden trazar entre Simondon y Heidegger, ver Jean-Yves Chateau, “Technophobie et optimisme technologi-
que modernes et contemporains”, seguido de “La question de l’évaluation de la technique”, en VV.AA., Gilbert
Simondon. Une pensée de l’individuation et de la technique, Paris, Albin Michel, 1994.
3. Jacques Monod, El azar y la necesidad. Ensayo sobre la filosofía natural de la biología moderna, Barcelona,
Tusquets, 1993.
4. Simondon, op.cit., p. 104.
5. La obra de Lewis Mumford, uno de los epicentros del pensamiento sobre la técnica del siglo XX, hacía
una clasificación parecida cuando hablaba del paso de la herramienta, dependiente en la actividad técnica
del cuerpo humano, a la máquina-herramienta, menos dependiente, y de allí a la máquina, que organiza una
clausura sobre sí misma respecto de ese cuerpo a través de la automatización de la actividad. Ver “Preparación
cultural”, en Técnica y civilización, Madrid, Alianza, 1982.
6. “Lejos de ser el vigilante de una tropa de esclavos, el hombre es el organizador permanente de una
sociedad de objetos técnicos que tienen necesidad de él como los músicos tienen necesidad del director
de orquesta. El director de orquesta solamente puede dirigir a los músicos por el hecho de que toca como
ellos, tan intensamente como todos ellos, el fragmento ejecutado; los modera o los apura, pero se ve igual
de moderado o apurado que ellos; de hecho, a través de él, el grupo de músicos modera y apura a cada inte-
grante, y el director es para cada uno de ellos la forma en movimiento y actual del grupo mientras existe; es
el intérprete mutuo de todos en relación con todos. Del mismo modo, el hombre tiene como función ser el
coordinador e inventor permanente de las máquinas que están alrededor de él. Está entre las máquinas que
operan con él” (Simondon, op.cit., pp. 11-12).
7. Michel Foucault, Las palabras y las cosas. Una arqueología de las ciencias humanas, Siglo XXI, México, 1997, p. 375.
8. Foucault, Buenos Aires, Paidós, 2005, p. 169.
9. Se trata de una radicalización del hecho nietzscheano de la muerte de Dios que arrastra consigo la del
hombre. “Y el sujeto de este nuevo discurso, aunque ya no hay sujeto, no es el hombre o Dios, todavía menos
el hombre en el lugar de Dios. Es esta singularidad libre, anónima y nómada que recorre tanto los hombres
como las plantas y los animales independientemente de las materias de su individuación y de las formas de su
personalidad; superhombre no quiere decir otra cosa, el tipo superior de todo lo que existe. Extraño discurso que
renovaría a filosofía, y que finalmente trata el sentido no como predicado, como propiedad, sino como aconte-
cimiento” (Deleuze, “De las singularidades”, en Lógica del sentido, Buenos Aires, Paidós, 2005, p. 123).
10. Aquí es necesario aclarar que son precisamente características del lenguaje tal como fuera entronizado du-
rante el siglo XX –por el estructuralismo, por el “giro lingüístico”, por la hermenéutica– las que operan como
denominador común en el continente cibernético-epistémico: información está ligada a código, transmisión,
expresión, ya sea en la biología molecular o en las telecomunicaciones, en la proxémica o en la informática, en
la terapia sistémica o en las neurociencias. Es obvio que estas nociones no agotan el problema del lenguaje, pero
es de este modo como opera respecto de la cuestión de la técnica que queremos tratar.
11. Lo inhumano. Charlas sobre el tiempo, Buenos Aires, Manantial, 1998, p. 10.
12. Peter Sloterdijk, “Reglas para el parque humano”, en Pensamiento de los Confines N° 8. Buenos Aires, Dio-
tima, 2000. Esta conferencia generó una gran polémica con Jürgen Habermas en torno de las consecuencias de
la ingeniería genética en el destino de la humanidad. Sloterdijk, como Deleuze, retomaba ciertos tópicos nietzs-
cheanos, como el del superhombre o los procesos de domesticación y cría de seres humanos, algo intolerable a
los oídos de humanistas clásicos. En cierta forma, Habermas y Sloterdijk cristalizaron los episodios que hemos
recorrido aquí en una escena de carácter dramático entre viejos y nuevos humanismos. El filósofo español Félix
Duque ha realizado un análisis detallado de esta escena en “Sloterdijk o la libertad por la tecnología” (En torno
al humanismo. Heidegger, Gadamer, Sloterdijk, Madrid, Tecnos, 2002).
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Tecnologías y técnicas de la
globalización en Zygmunt Bauman
Por Rubén H. Ríos
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viejo Nomos de la tierra –al que Carl según la ONU, los ingresos de los pri-
Schmitt consideraba isomorfo a la meros 358 multimillonarios globales
soberanía del Estado moderno– ha (Bill Gates, entre otros) equivalen a los
dejado paso a multitudes de parias de aquellas 2.300 millones de personas
urbanos y excluidos. más pobres que configuran el 45% de
La vigilancia panóptica descripta por la humanidad. En otras palabras, las
Foucault ha caducado, según Bauman, causas de la pobreza local son globales.
reemplazada por otro dispositivo: el En consecuencia, es en los problemas
Sinóptico, en el de seguridad internos (y fronterizos)
La apatía política y el con- cual ya no unos generados por los desechos humanos
formismo respecto del estado pocos observan a y excluidos de la burbuja extraterri-
de cosas, que la economía de muchos sino a la torial de la globalización donde ésta
mercado aprovecha para arti- inversa. El sinop- –o mejor: los portavoces y gurúes
cular a la red social en torno a tismo correspon- locales– requiere y promueve el poder
la mercancía y el afán de lucro de a las relaciones de policía del estado-nación e, incluso,
y consumo como proyecto de de poder globa- la criminalización de la pobreza. En el
vida [...], se vincula con el fra- les expresadas en confinamiento local, esta doctrina de
caso y la corrupción de las uto- los medios de la Ley y el Orden tiene mucho éxito
pías modernas y los “metarre- c o m u n i c a c i ó n ya que el miedo y la incertidumbre
latos” y, también, con el retiro de masas, en reinan en los sombríos basureros de la
del estado-nación desbordado especial teleópti- globalización. La cárcel, como se sabe,
por las fuerzas globales y la cos; a diferencia forma parte de los mecanismos de pro-
pasividad interesada del libe- del Panóptico, ducción social de crimen.
ralismo político que considera el Sinóptico no La atmósfera enrarecida y aterrorizante
a la globalización un determi- obliga u oprime de la dimensión local del poder global,
nismo cuasiteológico. sino seduce a según el Bauman de En busca de la
“vigilar” a unos política (1999), se sintetiza con exacti-
pocos rigurosamente seleccionados, tud en la palabra alemana Unsicherheit:
tanto local como globalmente, pero “inseguridad”, “incertidumbre”, “des-
siempre prima la relación del local protección”. Lo cual hace, desde luego,
que observa al global en el éxtasis de que los individuos “individualizados” y
la sociedad de consumo. En última autoreferenciales, los ciudadanos deve-
instancia, la globalización neutraliza nidos consumidores en alza o defec-
en su espiral de extraterritorialización tuosos, sean incapaces de concebir una
(total en el capital financiero, casi total solución colectiva para lo que expe-
en el comercial y muy desarrollado en rimentan como una amenaza para la
la industria) no sólo las identidades propia integridad física y la propiedad
nacionales forjadas por el legislador privada. La sociedad contemporánea de
moderno, sino también otro de los individuos de la modernidad social, que
grandes inventos de la modernidad: el de acuerdo a Hobbes surge del miedo
estado-nación. Bauman afirma que, en generalizado de los unos por los otros,
rigor, éste ha sido expropiado por la responde al Unsicherheit con el reclamo
“piratería” del capitalismo trasnacional masivo de más y mejor seguridad. El
en camino a una nueva estratificación aumento de ésta, como ha ocurrido en
de distribución de la riqueza que hiela casi todas las grandes urbes occidentales
la sangre –un sólo dato sobre esto: durante el auge del neoliberalismo bajo
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ta y liviana que las anteriores instala- estilo de Orwell o Huxley– que alerta-
ciones y técnicas panópticas circuns- ban sobre los peligros totalitarios de la
criptas al territorio, revela a Bauman modernidad “sólida” y la homogenei-
que llega a su final el compromiso zación de los individuos despojados
“fordista” entre trabajo y capital, entre de su autonomía y de su capacidad de
empleadores y empleados, entre indus- autoafirmarse como diferencia. Todo
triales y obreros. No se trataría ya de eso, en el análisis de Bauman, pertene-
conquistar nuevos territorios sino de ce al pasado; los dilemas y denuncias
derrumbar todas las barreras que blo- de Marcuse o de Adorno han perdido
quean el flujo mundial de los poderes vigencia y, aún peor, ya no inquieta
globales –si bien la ocupación militar a ninguno de los individuos “libres”
de Irak por parte de EEUU desmiente que han soltado amarras de cualquier
o relativiza esta tesis de Bauman, salvo nexo con las presiones burocráticas y
que represente el último coletazo de panópticas del sistema de poder del
la modernidad “sólida” por medio capitalismo territorial. En la sociedad
de un pesado estado-nación todavía de consumo compuesta de indivi-
imperial o una drástica y cruenta rete- duos “individualizados”, lo público,
rritorialización del capitalismo extra- que encarnaba el monstruoso estado-
territorial en busca de botines locales nación en su época de hierro, ya no
de valor global. Hasta cierto punto, subyuga lo privado, sino a la inversa.
la visión del mundo contemporáneo Pero, a pesar de que sólo se permite
de Bauman se asemeja a la de Negri y que florezcan todos los lenguajes y
a la de Deleuze y Guattari, haciendo prácticas que tienen como finalidad
una superposición entre “imperio” y elevar los objetivos privados y los
“máquina abstracta”, ya que como en cuerpos individuales a rango superior
ellos –en el esquema global/local– el (en clave hedo-
poder se hace invisible y ubicuo; una nista, para el Bell La desintegración del tejido
elite global móvil que gobierna como de Las contradic- social resultaría de esa huida y
“amos ausentes” fluyendo virtual o ciones culturales descompromiso con el destino
realmente en todo el planeta. La des- del capitalismo), local y territorial de los globa-
integración del tejido social resultaría Bauman distin- les celestes que para fluir en
de esa huida y descompromiso con gue una enorme su orbitación mundial deben
el destino local y territorial de los distancia entre ser eliminar todo control y traba,
globales celestes que para fluir en su individuo de jure toda frontera o estado-nación
orbitación mundial deben eliminar y serlo de facto; la en rebeldía, toda trama social
todo control y traba, toda frontera o misma que exis- demasiado densa.
estado-nación en rebeldía, toda trama te, en una pala-
social demasiado densa. bra, entre “tener” y “ser”. Esta brecha
La modernidad “líquida” es, para excede la autogestión individual de la
decirlo de una vez, un montón de biografía propia y sólo se podría zanjar
fragmentos a la deriva. El incremento en el campo político, en el ágora, el
de la libertad individual ha traído apa- espacio público-privado en el cual se
rejado la impotencia y la obsolescencia alcanzan soluciones públicas para los
(como cualquier otra mercancía pos- problemas privados. En el pasaje de
moderna efímera) de la “teoría crítica” consumidor a ciudadano el individuo
y de las distopías tecnocráticas –al de jure preludia su condición de facto,
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entiende que en los tiempos pospa- El espacio nómada de los negocios glo-
nópticos no hay forma de control bales se encuentra así casi completamen-
social más eficiente que la incertidum- te fuera de coordenadas ético-legales,
bre y la inseguridad que azota a las y del alcance institucional del estado-
sociedades de la modernidad “líquida”; nación y sus principios democráticos.
pero, además, no se han extinguido La abolición de impuestos y vallas al
los medios “sólidos” de mantener a libre comercio de la iniciativa econó-
los excluidos y parias aislados a cierta mica del capital global, que afecta a
distancia. Lo transitorio y frágil de los zonas enteras del planeta, bastarían para
vínculos sociales y humanos (las rela- imponer el dominio que en otras épocas
ciones amorosas, por ejemplo) parece sólo se lograba comprando empresas
ser la mejor opción en un mundo nacionales o por acciones militares de
fluido e inestable a velocidad creciente ocupación territorial. La precariedad de
que exige a los individuos “individua- los circuitos económicos locales no sólo
lizados” un máximo de flexibilidad y sería el factor decisivo para disuadir de
de adaptación. Con todo, mientras cualquier resistencia al poder global,
éstos cada vez más amplifican sus como indica Bordieu, sino la cláusu-
“libertades”, más impotente se vuelve la de garantía para que los inversores
la sociedad como “bien común” o reterritorialicen el capital orbital con
espacio público en ausencia de un expectativas absolutas de ganancia. La
ágora que reúna los intereses privados globalización sólo existe, a juicio de
con los colectivos, con el resultado de Bauman, a condición del quiebre y el
la pérdida de autonomía tanto de los vaciamiento de la soberanía del estado-
individuos como de la sociedad, por nación; en realidad, por poco que se
igual incapaces de cambiar nada del piense, no podría ser de otra manera en
estado de las cosas. Más bien sucede a que el capital globalizado fluye irrestric-
la inversa. El impacto mundial de pro- tamente imponiéndose como sistema de
gramas televisivos como Big Brother incertidumbre mundial. Con todo, para
o The Weakest Link (“El eslabón más Bauman, el ataque terrorista sobre el
débil”, una competencia de equipos Word Trade Center muestra a las claras
por dinero donde se eliminan uno a que ya nadie, ni la potencia tecnológi-
uno a todos los compañeros) se debería ca y militar más poderosa y rica de la
a que simplemente en ellos se celebra, tierra, está en posición de desvincularse
por medio de un rito de laboratorio del resto del mundo. A la extraterrito-
massmediático, la desechabilidad de rialidad del capitalismo global, por lo
los seres humanos tal y como ocurre tanto, lo acompaña como su sombra la
en lo real; estos juegos de exclusión inseguridad como problema extraterri-
premian al que sobrevive a costa de torial que difícilmente se resuelva (como
dejar de lado cualquier otro valor que proclama la administración Bush) por
no sea ganar. El mensaje es claro: no medios territoriales. Los atentados terro-
hay opción para los individuos que no ristas del fundamentalismo islámico le
sea triunfar en la competencia de todos deberían mucho a la inseguridad pro-
contra todos –en el fondo, una parodia vocada por el mismo flujo del capital
de retorno al “estado de naturaleza” global, cuya ley “líquida” requiere de
hobbesiano (si alguna vez no fue otra espacios virtuales y reales desregulados y
cosa) en términos sólo económicos. exentos de intervención política o legal.
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todo caso, quizá sin la indiferencia del mundo sin valores que pretende durar
“público”, muchas de las atrocidades eternamente. La disfunción máxima,
contemporáneas se hubieran evita- según esto, de la economía capitalista
do o no habrían llegado demasiado globalizada a través de la domina-
lejos. Bauman piensa, en efecto, que ción política, militar y tecnológica de
sobre el espectador pesa la culpa por Occidente a nivel mundial, se con-
omisión, de la cual ningún veredicto centra en la producción planetaria de
legal lo exime, y la infracción a la desechos humanos –ya no en la explo-
incondicionalidad de la responsabili- tación que denunciara Marx en el siglo
dad humana ante el Otro que apren- XIX a través del “plusvalor”, sino en la
dió de Levinas. La “teleciudad” tiene exclusión progresiva de amplias masas
como consecuencia el aflojamiento de de indigentes y miserables a los que se
la capacidad de discriminación y, al les niega cualquier identidad. Ellos son
fin, el adormecimiento. la “clase inferior” de la globalización.
De modo similar a los comienzos de la
modernidad, el capitalismo global (es
decir, una red supranacional de capital, 5. Biopoder y enajenación
saber y capital de saber) ha impuesto
sobre los hombres el “nexo del dinero” Bauman observa que estos parias pla-
como prácticamente el único de modo netarios, que emergen hasta en las
de enlace social, más allá del radio de grandes metrópolis globalizadas, for-
acción y la legalidad del estado-nación man el ejército de los que han sido
y de toda mesura ética. La elite global despojados de su bios y degradados en
móvil no responde más que a las reglas zoé, en conformidad con las categorías
de la economía de mercado mundiali- que toma del Agamben de El poder
zada, desatando fuerzas económicas que soberano y la nuda
pueblan la tierra de hambre y desechos vida. No obs- El “umbral de modernidad
humanos. Los estallidos de antiglobali- tante, Bauman biológica”, que marca el naci-
zación, que se suceden periódicamente no desarrolla lo miento del biopoder, se pro-
en todas partes del planeta y sobre todo suficiente el con- duce cuando la especie y el
en los enclaves locales de la extraterri- cepto de biopo- individuo como simple cuerpo
torialidad de los poderes globales, pare- der que extrae de viviente, como zoé, se sitúa bajo
cen la única alternativa posible ante la Agamben más el objetivo de las estrategias
pasividad y el silencio de la sociedad de que de Foucault, y técnicas políticas del poder
los individuos. A diferencia de los cons- lo cual hubie- soberano del estado-nación.
tructores de la modernidad “sólida”, la ra completado
elite global “líquida” no tiene ninguna su diagnóstico no sólo acerca de los
misión histórica ni cultural que cum- residuos humanos generados por el
plir, ni le interesa convencer a las masas vuelo rasante de los poderes globales,
ni a sus ejecutores técnicos de nada, ni sino en especial la comprensión del
menos aún administrar o gobernar el estado-nación y sus dificultades para
nuevo “orden” mundial. Se trataría de torcer la violencia y la impunidad de
una utopía sin topos, sin territorio, que las reterritorializaciones de aquellos.
ha agotado el mundo, sellado cualquier Para Agamben, las palabras griegas
acceso a un “afuera”; o, como afir- bios y zoé designan dos modos de vida:
ma Bauman en Identidad (2005), un el último, el simple hecho de vivir
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del poder soberano deciden acerca del puro instrumento exterior, ajeno al
“estado de excepción”, lo que parece trabajador, para satisfacer necesidades
bastante difícil de aceptar. En tanto (artificiales o no) fuera del trabajo. Si
no existe un superestado universal de la actividad productiva misma con-
la elite global, el estado-nación como siste en la enajenación de la actividad
biopoder necesariamente sigue fun- vital humana, los instrumentos de la
cionando como productor concreto producción –la técnica, la tecnología–
de nuda vida y el único agente capaz entonces también se han enajenado.
de la “fuerza de ley” necesaria para Por consiguiente, el trabajo como
hacer respetar las banderas sombrías medio para fines de satisfacción de
del “estado de excepción”, como lo la vida individual hace de la natura-
demuestra sin ir más lejos la adminis- leza algo exterior al hombre (cuando
tración Bush en su asalto planetario. para Marx aquella supone el “cuerpo
La complicidad del estado-nación con inorgánico” de éste), hace extraño al
el saqueo global posibilita el sosteni- hombre su propio cuerpo. De todo
miento de las técnicas de la moderni- ello, la propiedad privada resulta la
dad biológica, y ya no para sustentar consecuencia inexorable, la realización
su poder soberano, sino para atarlo del trabajo enajenado, de la relación
al carro del vencedor globalizado del externa del trabajador con el trabajo,
viejo Nomos de la tierra. con la naturaleza y consigo mismo y,
No obstante, recurriendo al Marx a la vez, también, el medio por el cual
de los Manuscritos, aquel a quien el trabajo se enajena, por el cual se
Heidegger quizá ha intentado refutar actualiza la enajenación.
y Bauman no presta atención, en el El trabajo enajenado, para Marx, dela-
concepto de trabajo enajenado se ofre- ta la vida enajenada de la vida, la
cería la clave del carácter instrumental vida que se toma a sí misma como
de la técnica y la destrucción de la medio de vida. El trabajo enajenado,
tierra; esto en tanto lo que define al en cuanto medio exterior al hombre,
trabajo enajenado es que convierte organizaría el mundo de la instrumen-
al trabajo como actividad vital del talidad técnica con el fin de dominar
hombre con la cual se construye a sí la naturaleza a favor del régimen de
mismo (y de este modo al mundo) en propiedad privada. Del mismo modo
un medio de sobrevivencia. El trabajo que el trabajador se relaciona con el
como producción histórica de la vida producto del trabajo como un objeto
propia del hombre, la vida productiva ajeno que lo domina, el hombre lo
misma, aquello que distingue al hom- hace con la técnica como un sistema
bre del animal, al transformarse en tecnológico –tecnicista– que lo domi-
un medio de subsistencia por efecto na, hasta el punto de ponerlo como
del incremento de apropiación de la objeto. El carácter de medio para fines
naturaleza (ésta deja de ofrecer víve- de la técnica no nacería (al menos
res inmediatos), se vuelve externa al directamente) de la interpretación
trabajador; la vida productiva misma antropológica del mundo, como quie-
aparece sólo como medio de vida –lo re Heidegger, sino de la enajenación
animal se convierte en lo humano y lo del trabajo como la actividad misma
humano en animal. El trabajo enaje- de la vida del hombre. Simplemente el
nado se revela sólo como un medio, mundo se ha deshumanizado.
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Mediamutación
Cultura de los medios y crisis de
los valores humanistas(*)
Por Franco Berardi (Bifo)
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Los apologistas sólo ven una parte del ción videoelectrónica, una generación
panorama. No ven el sufrimiento físi- que ha aprendido más de la máquina
co, la miseria económica y la violencia televisiva que de su padre y de su
militar que acompañan la difusión de madre. Una parte decisiva de su con-
las tecnologías digitales. Pero la resis- figuración emotiva y cognitiva deriva
tencia de la que habla Virilio es una más de su exposición a la semiosis de
mera declaración la máquina, de la televisión o de la
El lenguaje visual es, por tanto, ética, porque se telemática que de la relación con sus
la lingua franca de la prime- limita a oponer padres o con otros seres humanos. El
ra generación videoelectrónica, los valores del activismo mediático tiene que hablar
una generación que ha aprendi- pasado a la evo- a esta generación. Por ello, su tarea no
do más de la máquina televisiva lución en curso. es oponerse a la mutación en curso ni
que de su padre y de su madre. “La salvación nos gobernarla. Su tarea es mantener acti-
Una parte decisiva de su con- vendrá de la escri- vas en el curso de la mutación las com-
figuración emotiva y cognitiva tura y del lengua- petencias cognitivas, éticas y estéticas
deriva más de su exposición a je. Si refundamos cuya continuidad está amenazada.
la semiosis de la máquina, de la la lengua podre-
televisión o de la telemática que mos resistir. Si no,
de la relación con sus padres o corremos el riesgo La primera generación
con otros seres humanos. de perder la len- videoelectrónica
gua y la escritura”
escribe Virilio.7 Pero se trata de una La globalización del imaginario se ace-
mera petición de principios, pues ante lo leró vertiginosamente entre finales de
que nos encontramos es, precisamente, los años setenta y principios de los
la disolución del universo alfabético. ochenta gracias a la difusión universal
“La cultura occidental ha considerado de la televisión y a superproduccio-
la palabra hablada como la forma más nes hollywoodianas high–tech como La
elevada de actividad intelectual y ha guerra de las galaxias o Rambo en el cine
reducido las representaciones visuales y Michael Jackson o Madonna en el
a ilustraciones de segundo nivel de las terreno musical. La globalización afec-
ideas” escribe Nicholas Mirzoeff en tó al imaginario planetario y alcanzó a
su libro Visual Culture.8 Sin embargo, la mayoría de los jóvenes de todos los
el imaginario global se expresa por continentes, como lo cuenta Pico Iyer,
medio de la cultura visual. La globa- escritor nacido en Gran Bretaña de
lización cultural ha podido realizarse padres indios y que ha vivido mucho
mucho más fácilmente por medio de tiempo en California, en su libro Video
los medios visuales que de la pala- Night in Kathmandu.9 En ese libro rela-
bra hablada o escrita. Las imágenes ta un viaje por las metrópolis del Lejano
funcionan como activadoras de cade- Oriente, de Katmandú a Beijing y de
nas cognitivas, de comportamiento y Manila a Tokio a mediados de los años
mitopoiéticas que se pueden desarro- ochenta. El libro describe con divertida
llar más allá de los límites del lenguaje sorpresa el efecto que los productos
verbal y de las interpretaciones cultu- culturales de masas procedentes de
rales, nacionales y religiosas. Occidente estaban produciendo sobre
El lenguaje visual es, por tanto, la las nuevas generaciones de chinos,
lingua franca de la primera genera- indios, japoneses o nepalíes.
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mujeres se han visto forzadas a asumir Las palabras sin emoción alimentan
situaciones de doble trabajo, de estrés una sociabilidad cada vez más pobre,
psicofísico, de ansiedad y de empobre- reducida a la lógica del dar y el tener.
cimiento afectivo. La presencia de la La tarea del activismo mediático es
madre ha sido sustituida por la presencia al mismo tiempo política y terapéu-
de máquinas que se han entrometido en tica. En el horizonte de la genera-
el proceso de transmisión del lenguaje. ción videoelectrónica aparece una
La primera generación videoelectró- necesidad de terapia. ¿Cómo cons-
nica ¿debe ser considerada mutante? truir posibilidades de intercambio
Es la generación que en la historia que reactiven la ternura, el recono-
de la evolución humana menos ha cimiento y la circulación afectiva y
gozado de las caricias de la madre, discursiva? ¿Cómo construir espacios
del contacto corporal y afectivo que de trabajo creativo en los pliegues de
singulariza el lenguaje. la vida precarizada?
La emoción y la palabra tienden a
escindirse es esa situación. El deseo
crece en una esfera cada vez más sepa- (*) Este artículo es parte del libro
rada de la verbalización y de la elabo- Generación post-alfa. Patologías e ima-
ración consciente y comunicable. ginarios en el semiocapitalismo, Ed.
Las emociones sin palabra alimentan la Tinta Limón, 2007
psicopatía y la violencia. No se comuni-
ca, no se dice, no se pone bajo una mira- Traducción del italiano: Manuel Aguilar
da compartida. Se agrede, se estalla. Hendrickson
NOTAS
1. Jean Baudrillard, “Réquiem por los media”, en Crítica de la economía política del signo, México, Siglo XX 1974.
2. Paul Virilio y Philippe Petit, La politique du pire, Paris, Textuel, 1996, p. 19 (Traducción castellana en El
cibermundo, la política de lo peor, Madrid, Cátedra 1997).
3. Paul Virilio y Philippe Petit, op. cit., pp. 42-46.
4. Paul Virilio y Philippe Petit, op. cit., p. 79.
5. Paul Virilio, Vitesse et politique, París, Galilée, 1977.
6. Paul Virilio, Esthétique de la disaparition, Paris, Galilée 1989, p. 28 (Traducción castellana en Paul Virilio,
Estética de la desaparición, Anagrama, Madrid, 1988).
7. Paul Virilio y Philippe Petit, La politique du pire, op. cit., p. 85.
8. Mirzoeff, Nicholas, Una introducción a la cultura visual, Barcelona-Buenos Aires, Paidós 2003.
9. Iyer, Pico, Video Night in Kathmandu and other Reports from the Not-So-Far-East, Nueva York,
Alfred Knopf, 1988.
10. Greenfield, Patricia Marks, Mind and Media. The Effects of Television, Video Games and Computers,
Cambridge (Mass.), Harvard University Press, 1984.
11. Goldsen, Rose K., The Show and Tell Machine, Nueva York, Delta, 1975.
12. Madeleine Bunting, “Today’s youth: anxious, depressed, antisocial” en The Guardian, 13 de septiembre de
2004, (http://society.guardian.co.uk/mentalhealth/story/0,8150,1303345,00.html).
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Lecturas
argentinas Poner la lectura en estado de
interrogación: abrir el haz
de sus modos divergentes, de
sus tradiciones, y de sus pre-
cisiones disciplinarias. Hay
lecturas filosóficas que interrogan los núcleos de pensamien-
to que relumbran en los textos. Las hay documentales, que
se arrojan a lo que de testimonio datado portan los escritos.
También están las literarias, las que se demoran en el gozo
de una iluminación estética. Y no son menores, por supuesto,
aquellas que portan un corazón político. Lecturas: todas testi-
gos del acontecimiento profundo del leer, del levantar la vista
con asombro, miedo o alegría frente a lo que se lee, de registrar
ese momento en una nueva escritura.
La condición del lector y con ella, la situación de la lectura, no
dejaron de ser asediadas por el fantasma de su agotamiento. Los
medios masivos de comunicación y entretenimiento, y las invencio-
nes tecnológicas, en cada una de sus apariciones, parecieron agitar
esas amenazas. Pero hay lectores y lecturas: situaciones antiguas y
otras que arriban con su novedad al pensamiento.
Lecturas argentinas aúna en su título no una definición de identi-
dad sino dos términos que acarrean problemas e irresoluciones: la
cuestión de qué es leer y la de qué define un pensamiento o una obra
como argentinos, más allá de la obvia datación del origen territo-
rial. Los ensayos de esta sección no eluden esos surcos problemáticos,
aun cuando a veces parezcan soslayarlos, lo desplazado murmura.
Diego Tatián interroga la literatura borgiana en la clave de la
tensión entre ética y política, sobre el fondo de la pregunta más
general acerca de las condiciones de existencia de la polis. Filosofía,
literatura y política rodean a un Borges que no cesa de inquietar.
Fernando Devoto despliega la relación entre atención sobre la
singularidad vivida y cultura libresca en la obra de José María
Ramos Mejía. Si en Las multitudes argentinas el ensayo alcanza
sus tonos más coloridos, en Murena encontraría una reposada ela-
boración crítica no exenta de religiosidad.
Hebe Clementi, recupera la obra de Pedro de Angelis como hito
de una lectura que requiere la constitución de acervos docu-
mentales y archivísticos.
La crítica, tal como prefiere Adrián Cangi, se resuelve como afirma-
tiva, capaz de velar por la existencia y sus derechos. La filosofía, otra
vez, retorna para pensar las potencias de la lectura y de la escritura
Roberto Retamoso piensa las literaturas del río: más exac-
tamente, aquella forjada en las orillas del Paraná. Desde el
realismo novelístico hasta la poesía de la iluminación: mean-
dros en los que el ensayista se detiene para hacerles alumbrar
su núcleo aún vital.
Diego Poggiese analiza los breves escritos de “Los penúltimos días”, en los
que percibe los temas y énfasis de la escritura mureniana en general.
Lecturas argentinas. Lecturas de textos del pasado nacional y de
las conmociones teóricas y políticas de nuestra época. Llamados
a nuestra condición de lectores de un país que siempre está en
ciernes de merecer su nombre.
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Un políglota ciego
en la habitación del monstruo
Conjeturas sobre Borges y la política
Por Diego Tatián
“Borges y la política” establece una con- vivir. Política refiere a una acción y
junción que no va de suyo y cuyos térmi- un tipo de sabiduría que tiene por
nos requieren ser explicitados. También objeto la diversidad fáctica de los seres
será necesario demorarse en el nexo. humanos en el mundo. Por ahora sólo
Borges es, en primer lugar, un nombre esto, deliberadamente vago.
propio. El de alguien que vivió entre Respecto al conjuntivo y, en este caso,
1899 y 1986, el de alguien que nació querría significar eso, que con-junta,
en Buenos Aires y murió en Ginebra, pone uno al lado del otro, com-pone
el de alguien que escribió narraciones, –pues no hay, propiamente, un pensa-
poemas, ensayos, y nunca una novela. miento político de Borges, sino en todo
Un nombre propio muy controvertido caso una importancia de su literatura
y muy significativo para este país. Pero para la reflexión sobre la política.
además, un nombre que connota una Se sabe que, a lo largo de su vida, Borges
ambigüedad: por una parte “Borges” hizo muchas declaraciones políticas, por
designa alguien que pensó, escribió, lo general desafortunadas. Sin embar-
dijo e hizo ciertas cosas –un autor, un go, lo que la composición (Borges-y-
sujeto, una biografía–; por otra parte, la política) se propone indagar sobre
con el vocablo Borges podemos aludir todo es una dimensión política presente
a un universo de textos autonomiza- en algunos textos de Borges; o, según
dos de su autor, que emiten significa- la especificación anterior, en la obra-
dos por sí mismos, textos pensantes –no Borges. Interrogar esos textos como si
meras expresiones de los pensamientos fueran máquinas pensantes que afectan
de alguien que los haya escrito–; más a la política, o, más bien, al pensamiento
aún, textos cuyo pensamiento a veces que hace de ella su objeto.
contradice lo pensado por su autor. Me será permitido comenzar con una
Como dirá Kipling y citará su discí- rareza borgeana, que no concierne
pulo argentino, los autores escriben la directamente a la política pero tal vez
fábula pero ignoran la moraleja. nos conduzca a ella.
Estas dos acepciones de la palabra
Borges –una subjetiva y otra objetiva–
van a entremezclarse en la indagación. I
Quizás, para diferenciar un sentido y
otro podamos hablar, en un caso, de En 1981 Borges publicó La cifra, su
la “obra de Borges” –donde el genitivo anteúltimo libro de poemas, en el
establece una propiedad–; y, en el otro que encontramos una composición
caso, de la “obra-Borges”. Sin embargo, muy extraña y enigmática llamada
hecha esta aclaración, poner en práctica “La prueba”. Los versos dicen así: “Del
esta distinción gramatológica dificulta- otro lado de la puerta un hombre / deja
ría inconvenientemente la exposición. caer su corrupción. En vano / elevará
El otro término es política. Antigua esta noche una plegaria / a su curioso
palabra griega que remite a la pregunta dios que es tres, dos, uno, / y se dirá
por la relación con los otros; al hecho que es inmortal. Ahora / oye la profecía
de que el mundo está lleno de gente, de su muerte / y sabe que es un animal
por lo general muy diferente entre sí; sentado. / Eres, hermano, ese hombre.
al hecho de que en el mundo hay otros Agradezcamos / los vermes y el olvido”1.
con los que es necesario aprender a Dejaremos para después la palabra del
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este caso dos episodios separados por das”. Una vez instalado el nuevo propie-
mil trescientos años– para encontrar tario, las ventanas no se abrieron ya más
allí una iluminación de lo común, y nadie volvió a ver a Preetorius.
una cifra o un símbolo de la existen- Una noche de verano, el joven filósofo,
cia humana. Borges hace ver que la amparado por la oscuridad y la tormen-
radical contingencia de las vidas no ta, entró en La Colorada. “El comedor
es contradictoria con la revelación del y la biblioteca de mis recuerdos eran
destino que, según tantos relatos suyos, ahora... una sola gran pieza desmante-
se revela a los hombres, a veces, en lada con uno y otro mueble. No trataré
el momento de morir. En todo caso, de describirlos porque no estoy seguro
“Cualquier destino, por largo y compli- de haberlos visto, pese a la despiadada
cado que sea, consta en realidad de un luz blanca. Me explicaré. Para ver una
solo momento: el momento en el que el cosa hay que comprenderla... Ninguna
hombre sabe para siempre quién es”.15 de las formas insensatas que esa noche
Ese destino que nos está deparado, no me deparó correspondía a la figura
establece una identidad; muchas veces humana o a un uso concebible. Sentí
su efecto es producir una diferencia. repulsión y terror... Recupero ahora
Nadie está exento de ser otro. una suerte de larga mesa operatoria,
muy alta, en forma de U, con hoyos
circulares en los extremos. Pensé que
IV podía ser el lecho del habitante cuya
monstruosa anatomía se revelaba así,
Nadie es imposible. O también: There oblicuamente, como la de un animal
are more things. El sobrino de Edwin o un dios, por su sombra”. En efecto,
Arnett, estudiante de filosofía en la “¿Cómo sería el habitante? ¿Qué podía
Universidad de Texas, vuelve a la buscar en este planeta, no menos atroz
Argentina en 1921, tras la muerte de para él que él para nosotros? ¿Desde
su tío. La casa La Colorada, donde qué secretas regiones de la astrono-
éste le había revelado el vértigo más mía... había alcanzado este arrabal sud-
íntimo de la filosofía al explicarle el americano y esta precisa noche? Me
idealismo de Berkeley con una naranja sentí un intruso en el caos”.16
y las paradojas eleáticas con un tablero Lo inhabitable reaparece aquí con
de ajedrez, había sido adquirida por singular intensidad y explicitación.
un extranjero, Max Preetorius, cuya ¿Quién podrá ser el habitante de lo
primera medida fue arrojar a un vacia- inhabitable? Un elemento preciso
dero los muebles que había en ella. en el relato permite conjeturar la
Después de haber sido rechazada con referencia autobiográfica. Como el
indignación su demencial propuesta de joven estudiante de Texas, Borges
reforma por el arquitecto Alexander volvía a Argentina en 1921, luego de
Muir (le había sido encomendado “per- siete largos años en Europa. Desde
geñar una forma monstruosa”, confesa- hacía cinco, tras intensas luchas con
ría después), y la confección de nuevos el régimen conservador, por primera
muebles por el carpintero, finalmente, vez contaban políticamente las clases
un carpintero de un pueblo lejano y una populares argentinas con el ascenso
empresa de la capital aceptaron realizar al poder de Hipólito Yrigoyen (por
los trabajos, “de noche, a puertas cerra- quien, al parecer, al igual que Mace-
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de vino. Después llegaron los manjares tica”; sin embargo, no podría repro-
(repito las palabras del huésped). Era la chársele oportunismo o deshonestidad,
cena de Nochebuena. Habían sido tortu- y debemos tomar en serio, con la
rados y no ignoraban que los torturarían literalidad más estricta, su crítica de la
al día siguiente. Apareció el Señor de ese dictadura, que comienza bastante antes
Infierno y les deseó Feliz Navidad. No de 1983. En 1980, el diario La Prensa
era una burla, no era una manifestación publica unas declaraciones suyas en las
de cinismo, no era un remordimiento. que condena la represión política en la
Era... una suerte de inocencia del mal”. Argentina y el 12 de agosto del mismo
Se advertirá la semejanza de esta expre- año, en las páginas de Clarín aparecería
sión con la que, más de veinte años una “Solicitada sobre los desapareci-
antes, había empleado Hannah Arendt dos” que lleva su firma –junto a las de
(a quien sin duda Borges jamás ha Sábato, Bioy Casares y Olga Orozco
leído) en el subtítulo de su libro sobre entre otras. El texto decía: “Ante la
Eichmann en Jerusalén: “banalidad del angustiosa incertidumbre por la que
mal”. Invocando a Grocio, Arendt atraviesan los familiares de personas
justificaba allí el castigo como una desaparecidas por motivos políticos o
realidad negativa: no restaura la justicia gremiales, nos solidarizamos –por razo-
pero su ausencia nos sumiría en una nes de ética y justicia– con el reclamo
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que formulan padres, hijos, cónyuges, ron que un general había comentado
hermanos y allegados ante las autori- que si entre cien personas secuestradas
dades nacionales para que se publiquen cinco eran culpables, estaba justifica-
las listas de los desaparecidos y se infor- da la matanza de las noventa y cinco
me sobre el paradero de los mismos”. restantes. ¡Debió ofrecerse él para ser
Un cierto desvarío político ha coexisti- secuestrado, torturado y muerto para
do siempre en Borges con una extraor- dar validez a su argumento!”.
dinaria sensibilidad para la ética, para En 1985, casi al mismo tiempo que el
las “razones de ética”, y de esta con- escrito breve sobre el juicio a las Juntas,
junción resulta uno de los aspectos aparecía su último libro, Los conjurados.
más perturbadores de su personalidad El poema final, la última palabra del viejo
pública. Algunos años después de su escritor, nada tiene de literario y sí una
mencionado almuerzo con Pinochet, dimensión política de suma importancia.
en un libro de diálogos con María Tal vez, finalmente, la última página de
Esther Vázquez de 1984, y ante una la obra de Borges prescinde con rara luci-
pregunta sobre aquel encuentro, dice dez de la literatura, o la subordina. Esa
Borges: “...confieso que me equivoqué; página está aún por ser pensada, así como
no me di cuenta de que no se trataba de también la política de la conjura que allí
una razón política sino que se trataba se sugiere. Los conjurados incluye también
de una razón ética. Ahora, por ejemplo, un relato que comienza como sigue:
he recibido una invitación de Paraguay, “Nunca sabré de qué manera pudieron
que no acepté, porque si no apoyo a los entrar en mi casa la noche del 14 de abril
militares de aquí, por qué voy a apoyar de 1977... Sin alzar la voz me ordenó que
a los de allá”. ¿La ética salva a Borges me levantara y vistiera inmediatamente.
de la política? La ética –es decir la aten- Se había decidido mi muerte y el sitio
ción por lo singular, por la solicitud destinado a la ejecución quedaba un poco
de un rostro, de alguien que tiene una lejos. Mudo de asombro, obedecí...”.
voz, un nombre, un cuerpo– es acaso Sabemos que las fechas no son casuales
la pasión borgeana que logra sustraerse en Borges. Sabemos que en abril de 1977
y sustraer al mismo Borges de una este- el secuestro y la muerte cundían por las
tización omnímoda de la realidad; el calles de un país que, al igual que Borges,
brazo largo de la literatura que se posa había “descreído de la democracia”.
sobre todo, incluso, lamentablemente, Paradójicamente, tal vez como en
sobre la política. La ética salva a Borges ninguna otra parte puedan hallarse en
de la política porque es su punto de la obra de Borges los grandes motivos
ruptura con la estética, el punto ciego políticos por venir: la conjura, la ética,
de la literatura. “Una tarde –recuer- el don, la hospitalidad, la resistencia,
da en el diálogo con María Esther la amistad, y tal vez, también, las
Vázquez– vinieron a casa las Madres y claves para una existencia colectiva
las Abuelas de Plaza de Mayo a contar- menos violenta, para que el país del
me lo que pasaba..., sentí que venían secuestro, la tortura, la desaparición y
llorando sinceramente, porque uno la muerte no retorne nunca más.
siente la veracidad. ¡Pobres mujeres, Encuentro que la tumba desterrada de
tan desdichadas!... Cuando me enteré Borges plantea interrogantes que no
de todo ese asunto de los desaparecidos son menores y nos deja un significado
me sentí terriblemente mal. Me dije- político afirmativo que no tiene que ver
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–como suele creerse– con un presunto último poema de Borges, ese manifiesto
resentimiento del escritor hacia un país sin literatura –ese testamento político,
que no supo comprenderlo ni leerlo. incluso– llamado Los conjurados, no
¿Cuál es el real significado que reviste busca restituir en igual sentido un sen-
la decisión de morir en otra parte? Para timiento de multiplicada amistad, de
aprehenderlo en toda su politicidad, fraternidad secreta y sin fronteras.
quizás debiéramos contrastar ese gesto “En el centro de Europa están conspi-
con la idea –formulada por un teóri- rando.
co de la derecha nacionalista francesa El hecho data de 1291.
como Barrès– de que toda comunidad Se trata de hombres de diversas estirpes,
se funda en su cementerio. Al contrario, que profesan diversas religiones y que
la idea de un cementerio cosmopolita y hablan en diversos idiomas.
mixturado, que según mi conjetura es Han tomado la extraña resolución de ser
el signo que emite la tumba de Borges, razonables.
corroe el nacionalismo aún más radical- Han resuelto olvidar sus diferencias y
mente que el anhelo de una “ciudadanía acentuar sus afinidades (...)
del mundo”. La voluntad de una tumba En el centro de Europa, en las tierras
despatriada, no hace sino concluir la altas de Europa, crece una torre de
idea de que sólo hay individuos y las teo- razón y de firme fe.
rías, las escuelas literarias, los Partidos, Los cantones ahora son veintidós. El
las naciones y los Estados son abstraccio- de Ginebra, el último, es una de mis
nes fantasmales destinadas a dominar lo patrias.
único real, los seres humanos. Mañana serán todo el planeta.
Durante el siglo pasado, ser comunis- Acaso lo que digo no sea verdadero; ojalá
ta era sentir que había una infinidad sea profético”.
de desconocidos amigos dispersos por No es casual que el lugar elegido para
el mundo, trabajando milagrosamente morir, Ginebra, sea aquí el símbolo de
por las mismas cosas, inscriptos en una una antigua conjura secreta que busca
voluntad común. Era el sentimiento de reconciliar a los seres humanos con el
que en todos los lugares de la Tierra, por hecho de su propia multiplicidad. Este
recónditos que fuesen, había amigos, símbolo ilumina esa elección y la carga
había comunistas. Me pregunto si el de sentido. Ojalá sea profético.
NOTAS
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7. “Definición del germanófilo” (1940), en Textos cautivos, Tusquets, Buenos Aires, 1986, pp. 335-338.
8. “Ensayo de imparcialidad” (1939), en Borges en Sur 1931-1980, op. cit., 1999, pp. 29-30.
9. Aristóteles, Política, 1253a.
10. “El inmortal”, op. cit., p. 541.
11. Piglia, Ricardo, “Ideología y ficción en Borges”, en Punto de vista, N° 5, Buenos Aires, 1980.
12. “El encuentro”, en Obras completas, op. cit., p. 1043.
13. “Anotación al 23 de agosto de 1944”, op. cit., p. 728.
14. “El informe de Brodie”, en Obras completas, op. cit., pp. 1073-1078.
15. “Biografía de Tadeo Isidoro Cruz (1829-1874)”, en Ibid., cit., p. 562.
16. “There Are More Things”, en El libro de arena, Alianza, Madrid, 1977, pp. 44-45.
17. Cfr. Abós, Álvaro, Macedonio Fernández. La biografía imposible, Plaza y Janés, Buenos Aires, 2002, p. 84.
18. “Un curioso método”, en Textos recobrados (1956-1986), Emecé, Buenos Aires, 2001, p. 252. También:
“Fuera de algunos individuos de la Real Academia Española –cuyo sentido del idioma era deficiente nadie
creyó en el ‘justicialismo’, monstruo neológico que con su eco inexplicable sigue dando horror a una página del
abultado diccionario” (Ibid., pp. 291-292) –yo subrayo.
19. “Una efusión de Ezequiel Martínez Estrada” (1956), en Borges en Sur (1931-1980), op. cit., p. 174.
20. “El simulacro”, en Obras completas, op. cit., p. 789.
21. “La censura” (1983), en Textos recobrados (1956-1986), op. cit., pp. 305-306.
22. Fernández, Macedonio, Teorías, Corregidor, Buenos Aires, 1974.
23. Thonis, Luis, “Macedonio Fernández: mínimo de Estado, máximo de individuo”, en Tokonoma, N° 8,
Buenos Aires, 2003, pp. 46-53.
24. Citado por Abós, Álvaro, Macedonio Fernández. La biografía imposible, op. cit., p. 43.
25. Ibid., p. 86.
26. “Nuestro pobre individualismo”, en Obras completas, op. cit., p. 658.
27. “Palabras pronunciadas por J.L. Borges en la comida que le ofrecieron los escritores (1946)”, en Jorge Luis
Borges A/Z, Siruela, Madrid, 1988, pp. 72-73. Resulta interesante confrontar lo anterior con una declaración
formulada exactamente treinta años después: “Una dictadura no me parece censurable. A simple vista, parece
que cortar la libertad está mal, pero la libertad se presta para tantos abusos: hay libertades que constituyen una
forma de impertinencia” (Revista Ahora, 1976) (Ibid, p. 73).
28. Avelino Arredondo (recreación borgeana de un hecho real, el asesinato en Montevideo del presidente colo-
rado Juan Bautista Idiarte Borda, en 1897) es un relato en el que el individuo actúa (comete el magnicidio)
siguiendo solamente el dictado de su conciencia. Es un elogio del individuo solitario y heroico que cumple
con lo que considera su deber (“Unos muchachos nacionalistas me preguntaron: ¿pero cómo; entonces cuando
él [Avelino Arredondo] tomó esa decisión, a quién representaba? A nadie –respondí yo–, sólo representaba
a su conciencia... No, pero está mal, me dijeron. Quiere decir que ya no se entiende un acto individual. Si
hubiera sido enviado por un Partido, sí se entendería. Parece que la violencia está bien si se decide en el comi-
té... Se rechaza que uno tome decisiones ante su propia conciencia y luego asuma toda la responsabilidad.
Precisamente lo heroico es eso”).
29. “Nuestro pobre individualismo”, op. cit., p. 659. Esta misma idea se repite en “El hombre en el umbral”
(Ibid., p. 614) y en el poema “Los justos” (La cifra, cit.).
30. “La moneda de hierro” (1976), en Obras completas (1975-1985), Emecé, Buenos Aires, 1989, p. 121.
Ocho años más tarde, en una nota aparecida en Clarín el 22 de diciembre de 1983, volverá sobre este
prólogo:“Escribí alguna vez que la democracia es un abuso de la estadística; yo he recordado muchas veces
aquel dictamen de Carlyle, que la definió como un caos provisto de urnas electorales. El 30 de octubre de
1983, la democracia argentina me ha refutado espléndidamente... Mi Utopía sigue siendo el país, o todo el
planeta, sin Estado, o con un mínimo de Estado... Cuando cada hombre sea justo, podremos prescindir de
la justicia, de los códigos y de los gobiernos... Nadie ignora las formas que asumió esa pesadilla obstinada.
El horror público de las bombas, el horror clandestino de los secuestros, de las torturas y de las muertes, la
ruina ética y económica, la corrupción, el hábito de la deshonra, las bravatas, la más misteriosa, ya que no la
más larga, de las guerras que registra la historia. Sé, harto bien, que este catálogo es incompleto” (“El último
domingo de octubre”, en Textos recobrados (1955-1986), op. cit., p. 307.
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Hacia 1832 aparece La Novia del Pla- propio interés conserven la paz, como
ta de Esteban Echeverría, mientras De vemos sucede en el Paraguay con los Pa-
Angelis traduce parcialmente La scienza yaguás y los guanás y en Buenos Aires
nuova de G.B. Vico, recibe a Bonpland con los pampas, resultando que unos y
en su propia casa; deja que lo retrate a otros aumentan considerables ventajas
lápiz, durante tres horas, a Pellegrini. al comercio, y que algunos cansados o
Hacia 1837 Alberdi da a conocer su enfermos se establecen entre nosotros,
“Fragmento Preliminar” y ya circula haciéndose católicos.
la fuente nutricia del aglutinamiento Escribe sobre fondos en “ramos de gue-
de pensadores que concurren al Salón rra” que se emplean en parte en regalos
Literario que aporta la pléyade de jóve- oportunos a los caciques... y comenta
nes argentinos que a la manera de “La que “en otros lugares se sabe que hay esa
Joven Europa” forjan núcleos de pensa- disponibilidad y que se invierten sin que
miento político renovador. nadie sepa en qué”... también sugiere
En ese ámbito intelectual, hacia 1840 se pudiera intentar que algunos hijos
Pedro de Angelis comienza a editar los de dichos indios, “para que, sirviendo
cuatro primeros volúmenes de su serie de rehenes fueran a verlos con frecuencia
documental: Obras y documentos rela- los padres y palpasen que se los vestía y
tivos a la historia antigua y moderna de trataba bien”. (Félix de Azara, 19 de
las Provincias del Río de la Plata. febrero de 1799 al Sr. Olaguer Feliú).
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Con prólogo de De Angelis “De un ca- Resumen del diario del Padre Jose Gardiel
mino en el valle de Ceuta”, tomado de en viaje que hizo desde Buenos Aires al vol-
la colección del Sr. Dr. Segurola. cán y de éste siguiendo la costa de Patago-
Este camino de Tarija facilita el ca- nia hasta el Arroyo de la Ascensión.
mino de la sal a Santa Cruz, frutos de Parte de Buenos Aires a mediados de
Moxos y Chiquitos, no distando Ceu- marzo de 1748
ta más que cien leguas, según buen “Salimos... aguas buenas, leña de alga-
fundado cálculo. rrobo, pastos muy buenos y fuertes para
el ganado.Dos semanas en Puerto San
Nuevo plan de fronteras de la Provincia Julián. Peces, pescados, zorros, guanacos,
de Buenos Aires, proyectado en 1816 patos de varias lagunas, muchísimos pa-
Con un informe de la necesidad de jaritos chicos”.
establecer una guardia en Los Manan- Cerca de las lagunas hallaron a 1.400
tiales de Casco o Laguna de Palante- indios e indias con sus hijos de gran
len, por el Coronel Don Pedro Andres estatura... los reciben con paz y cari-
García (Plan de Fronteras). ño. Los indios cazan todo el tiempo:
guanacos, avestruces, quirquinchos.
Basilio Villarino – Piloto de la Real Ar- No tienen otras armas que bolas y ar-
mada cos de hierros de barriles y pipas que
Diario de Navegación emprendida en quedaron aficionados a abalorios –
1781 para reconocimiento de la Bahía muchos y buenos pastos.
de Todos los Santos, las Islas del Buen Tehuelches: relación que hace el indio
Suceso, y el desagüe del Río Colorado. paraguayo Hilario Tapary, que se quedó
en el puerto de San Julián desde donde
Bibliografía del Chaco, con diccionario se vino por tierra a Buenos Aires.
de abipones, tobas, lules, tonocotés,
guaraní, quichua, araucano, aimará. Extractos de varias obras referidas a la
Diario de Gavino Arias. Isla Pepys
Con prólogo de Pedro de Angelis, con
Relación histórica de los sucesos de la cierta sorna por un lado pero por el otro,
rebelión de José Gabriel Tupac Amarú, va abriendo puertas a la conjetura lógi-
cacique de la Provincia de Tinta, en ca frente a un mundo desconocido, una
la Provincia del Perú el año de 1780, posibilidad de una isla escondida hasta
año 1780. que finalmente aprecia “que podrían muy
Discurso preliminar de Pedro de An- bien ser la misma tierra porque crían gran
gelis (cuidadoso relato y recatada refu- número de espadañas que a la distancia
tación de la crueldad con que se ejecu- pueden dar el aspecto de bosque”.
tó a Tupac). Sigue un extracto de varios viajes alu-
diendo al tema: viaje de Cowley en
Expedición a los campos del sur de Bue- 1683; viaje de Ansbn, 1740-44; viaje
nos Aires y a las costas de Patagonia del Comodoro Byron en 1764; primer
Discurso preliminar: “todos estos do- viaje de Cook (enero de 1769); segun-
cumentos han sido franqueados por el do viaje de Cook; discurso preliminar
Canónigo Dr. Don Saturnino Segurola de Mr. Bougainville a su jefe del viaje
a cuya generosidad debemos también la de La Perouse en 1785; viaje de Van-
descripción de las Misiones de Tarija”. couvert en 1790-95.
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NOTAS
1. Hemos optado por ordenar los títulos de los diversos trabajos omitiendo mención de los varios editores
porque preferimos atenernos a los contenidos temáticos.
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bulencias erráticas de las circulaciones duce. Cada atributo expresa una esencia
culturales proclives a las mezclas entre determinada, se concibe por sí y en sí.
filosofía y literatura, entre ciencias socia- Expresa, entonces, cualidades y, porque
les y artes, practican intersecciones más es expresivo implica un entendimiento
cercanas a las paradojas que a las utilida- de lo que es percibido. La cosa literaria
des. Recuerdo como una impronta las es como efecto de las afecciones un ser
palabras que Nicolás Rosa me repetía en en otra cosa. Es decir, un ser como escri-
nuestros encuentros: “uno escribe lo que tura. Resulta inevitable que al preguntar
lee, uno lee lo que irrumpe”. La escritura por los modos y al precisar de qué modo
es, antes que nada, un efecto de lectura. se ejerce una escritura crítica como
Por ello insistía “la escritura crítica es efecto de lectura, recalemos en Spinoza,
la literatura en una de sus versiones: la aquel que sostuvo more geométrico el
ficción crítica”. A las tecnologías cla- principado de la
sificatorias, esta afirmación les devuel- filosofía y defen- La cosa literaria es un efecto
ve un desajuste, sólo se lee por una dió los modos de la afección, es decir, un ser
violencia sufrida, por una discordancia existentes como real que posee una esencia y
de las facultades, por un encuentro poderes de afec- una existencia propias, pero
con la exterioridad, por una experi- ción. La cosa lite- que no existe fuera del atri-
mentación que desborda a cualquier raria así concebi- buto en que se produce. Cada
saber. Mientras la normalización no da es una afección atributo expresa una esencia
cesa de progresar, repetía Rosa, siempre del cuerpo por la determinada, se concibe por
habrá más pensamiento en Macedonio, cual la potencia sí y en sí. Expresa, entonces,
Borges, Arlt, Lamborghini o Perlongher de acción de este cualidades y, porque es expre-
que en cualquier seminario de metafí- mismo cuerpo es sivo implica un entendimien-
sica. También, decía, irrumpe de esas aumentada o dis- to de lo que es percibido.
páginas un resto intratable. minuida. Por ello
escribir es un capítulo de la física y de la
psicología y constituye un problema filo-
Modos sófico. Un ser como escritura se reduce a
un modo que es una simple ficción o un
La escritura es un modo singular de ser el ser de razón. Se escribe para aumentar la
mundo. Al mismo tiempo que confirma potencia de acción del cuerpo y sólo se
el saber de este mundo conserva una lo hace provocado por un ritmo o una
distancia que lo interroga. El valor de la resistencia. El acto de creación como
escritura no radica en lo que pueda repre- escritura es singular y problemático. Se
sentar o comunicar sino en lo que ella escribe entre lo involuntario y lo volun-
misma puede producir en la expresión. tario, entre la resistencia y la preferencia.
Para la expresión el estilo lo es todo, es Encontrar un modo propio de escribir
comienzo de escritura y objeto de saber. es el único fin de la escritura.
Cuando se intenta precisar qué es un En la literatura el sujeto expresa el
modo se descubren los efectos mate- mundo desde un cierto punto de vista
rializados de las afecciones. La cosa que es el de la diferencia interna, aunque
literaria es un efecto de la afección, es el mundo expresado no se confunda con
decir, un ser real que posee una esencia el sujeto. Se distingue de él, e incluso de
y una existencia propias, pero que no su propia existencia. No existe fuera del
existe fuera del atributo en que se pro- sujeto que lo expresa, pero está expre-
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convienen”, si nos aportan fuerzas o nos bre de valores superiores, Kafka presenta
reducen en nuestra capacidad de obrar. una lucha continua frente a una justicia
El problema planteado por Spinoza en legitimada por el encierro y Artaud tras-
la Ética pasa por el amor o el odio y no toca al juicio por el sistema de los afectos
por el juicio, pasa por las afecciones pri- y la crueldad. Para los cuatro se trata
meras que incrementan o no nuestras de liberar la vida desde el cuerpo y los
potencias de obrar y no por un tribu- compuestos de potencia expresivos que
nal del juicio que clausura existentes y emergen de éste. El amor y el odio serán
declara la guerra a los actos de creación. los únicos centros de las afecciones: todo
Tratamos, en cualquier acto de crea- pasará a ser un problema de composi-
ción, con unos “compuestos de poten- ción y de afección y no de juicio.
cia”, siendo la potencia una idiosincra-
sia de fuerzas como centro de mutación.
El problema de la potencia no pasa por Tensión
lo justo o lo injusto sino por lo que
resiste creando y se transforma. Esto En la literatura y en las escrituras crí-
obliga más que a una crítica subjetiva de ticas que me interpelan y provocan
los “productos del arte bello” como en modos de leer, hay un procedimiento
Kant, a una descripción singular de un común, una tensión entre filosofía y
proceso mediante el cual una fuerza se literatura, y un interés por la creación
enriquece sumándose a un compuesto poética. Existen, en éstas, búsquedas de
de potencia como en Spinoza. La crítica las fronteras inciertas entre saberes y del
de Spinoza se distingue de la de Kant, intervalo como cesura en la lengua.
porque se trata de liberar un compuesto En nuestra contemporaneidad, algunos
de potencia oprimido que volvería todo rumbos singulares de las escrituras crí-
acto de creación una experimentación ticas celebran la tensión entre filosofía
que, ante todo, resiste a la muerte, y literatura, recuperando su pertenencia
material o simbólica. a una tradición que emerge como ofi-
¿En qué se sostiene la crítica en la tra- cio en el S. XVIII y que opone, como
dición de los seguidores de Spinoza? hemos visto, a Spinoza y a Kant. Si bien
Nietzsche supo ver en el juicio y su se dice que la literatura tiene el poder
doctrina una deuda con la divinidad, de crear figuras y la filosofía conceptos,
deuda infinita e impagable. Lawrence el problema de nuestro tiempo en las
describe el cristianismo como el único escrituras críticas pasa por la creación
destino del poder de juzgar. Kafka se de figuras conceptuales. Y es la tensión
plantea los efectos de la deuda infinita en entre la autonomía abstracta del con-
la absolución aparente y el aplazamiento cepto y el poder aurático de la figura
ilimitado de la pena. Artaud declara la sensible aquello que se resuelve para-
guerra al juicio de Dios. Deleuze dirá dójicamente en éstas. Por ello, diremos
que “para los cuatro, la lógica del juicio que las escrituras críticas que pensamos
se confunde con la psicología del sacer- como ejemplo tienen una cara abierta al
dote, como inventor de la más tenebrosa concepto que establece las condiciones
organización: quiero juzgar, tengo que que posibilitan los juicios de gusto,
juzgar...” Nietzsche cree en una justicia como juicios estéticos condicionados
que libere al cuerpo, Lawrence denuncia por estados del sujeto. Y otra cara abierta
la pretensión de juzgar la vida en el nom- al poder aurático de la figura sensible,
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poética que la liga fuertemente con el puede leerse por ejemplo en “Del río
cosmos fluvial, al punto que su segun- de Heráclito”, que le brinda su nom-
do libro, de 1952, lleva por título Cerca bre al libro homónimo: Estoy aquí /
pasa el río. Pero al mismo tiempo, y a dijo el agua / pero era / un hilo / de sol /
medida que su obra va desarrollándo- donde / flotaba el camalote.6
se, su poética va adoptando formas Cuando la lectura se adentra en estos
cada vez más nítidas e idiosincrásicas: textos de Aldana o de Vallejos, se
sus poemas sueles ser pequeñas piezas, tiene la sensación de que la poesía
compuestas sobre una serie limitada de santafesina, al hablar del río, no sólo
versos no demasiado extensos, que se se acerca a una poética orientalista,
construyen con un rigor verbal inaudi- sino que además adopta sus for-
to. Esos poemas generalmente hablan mas características. Esa sensación es
del mundo natural, al que parecen corroborada si además se lee un libro
cantar de manera reverencial, como como Isla adentro, de César Bisso,
si se tratase en cada caso de una expe- nacido en Santa Fe en 1952 aunque
riencia extática singular. Incluso los radicado desde hace años en Buenos
títulos de muchos de sus libros revelan Aires.7 Auténtico heredero de la poé-
con su propio nombre el sentido de tica orientalista de Vallejos y Aldana,
esa poética: Pequeñas azucenas en el Bisso insiste en hablar del río con
patio de marzo, Lectura en el bambú, un lenguaje tan despojado como
Donde termina el bosque, Del cielo riguroso. Por
humano o Detrás del cerco de flores. Y ello sus poemas Cuando la lectura se adentra
si bien la poesía de Beatriz Vallejos hacen un culto en estos textos de Aldana o de
no se reduce de modo excluyente a de los enuncia- Vallejos, se tiene la sensación
semejante campo temático –puesto dos nominales, de que la poesía santafesina, al
que también escribe sobre asuntos o muchas veces hablar del río, no sólo se acer-
cuestiones propias de la vida urbana– desgajados de ca a una poética orientalista,
su vocación por lo cósmico la lleva a las estructuras sino que además adopta sus
adoptar un conjunto de formas y tonos sintácticas que formas características.
que evocan de manera indubitable a los contendrían
la poesía oriental. Así, ciertos poemas en un discurso convencional, para
pertenecientes a Del cielo humano pue- hacer del nombre el modo de un
den decir: ¿es él? / ¿es él? / Toca ah / en decir deíctico que no sólo designa
suspenso / el colibrí (“Virazón azul”), o sino que además, y de modo notorio,
triscar del agua / en la laguna (“Gris”).5 señala. Así, frente a un poema como
Es verdad que la escritura poética “Fugaz” que dice: Rojo / gestación
de Beatriz Vallejos no se circunscribe de la noche // Ocre / horizonte sin
exclusivamente a las formas breves, borde // Azul / descenso del silencio //
puesto que en un mismo libro pueden Verde / culminación del goce, la lec-
convivir poemas extensos con poemas tura reconoce no sólo un gesto que
pequeños, sintéticos, que se leen como designa lugares y momentos sino que
el hálito fugaz propio de una ilumina- además, y esencialmente, los indica.
ción mística. Pero son estos poemas, Pero es en la sección del libro deno-
justamente, los que brindan sus rasgos minada “Haikus azules” donde el
distintivos a una poesía que instituye al orientalismo de Isla adentro se con-
río como su objeto privilegiado, como suma plenamente, puesto que en este
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hombre que rema puntúa tanto la los remos, sin ansiedad, sin euforia,
trama de la historia como la forma diviso, por sobre la cabeza del hombre
rítmica de su particular sintaxis. Ese que se inclina hacia adelante, se yergue
pasaje antológico, donde la percep- un momento y se inclina después hacia
ción problemática del mundo se basa atrás, creciendo, aproximándose, único
en una sintaxis discontinua y que- punto seco del pueblo a pesar de estar
brada –acaso tanto como las formas construida a la orilla del arroyo, sobre
de lo real– es el que refiere la llegada la barranca, nítida, compacta, con las
de Pichón hasta la casa de Rincón ventanas abiertas, con alientos huma-
donde supone que está El Gato, nos que salen de ella aunque nadie sea
diciendo: Y después de doblar dos o todavía visible, separada del agua por
tres veces, en completo silencio, en el muchos metros de tierra seca, en declive,
cancel del crepúsculo, hacia las afueras un poco extraña para mí por el cambio
del pueblo, adormecido más por el agua salvaje del paisaje en el centro del cual
y por el atardecer que por el ritmo de se eleva, blanca, enorme, la casa.
NOTAS
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tación de los fenómenos y en la actitud llevado más allá de sus límites lógicos.
con que los interpela, en la frecuencia Desde la forma, cada ciclo presen-
de publicación, en los temas que plantea ta desplazamientos entre las mismas
o en las formas estéticas que despliega, novelas, y ni siquiera se ajustan a las
Murena alterna la intensidad y la inte- formas novelísticas contemporáneas.
rrupción, la persistencia y el abandono Murena se aparta de las garantías de un
en diferentes grados. De alguna manera círculo tanto como se aparta de las con-
crea un efecto de falta de completud que diciones de legibilidad que su propia
desafía, y hasta obra podría haberse construido.10
Arriesgamos una afirmación irrita, la paciencia El segundo ejemplo es su producción
seguramente polémica. Murena de cualquier lec- ensayística. Murena publica ensayos
no escribe: anota. Escribe notas, tor que busque a lo largo de toda su producción en
largas o breves, con las que deja una afirmación revistas, pero sus libros de ensayos for-
huella de un pensamiento anti- que lo tranquili- man ciclos heterogéneos. Entre 1955
dogmático. Reflota esas notas y ce respecto de la y 1962 publica tres: El pecado origi-
las hace significar de otro modo magnitud y com- nal de América Latina (seguramente
una década después. Multiplica plejidad de un el volumen que tiene mayor repercu-
los enigmas y las preguntas mundo que des- sión), Ensayos sobre subversión y Homo
sobre el mundo, sobre la litera- conoce y lo des- Atomicus. Hay algunas constantes entre
tura y sobre sí mismo. borda. Américo los tres, aunque el desplazamiento de
Cristófalo señala: las preocupaciones por el ser americano
“[su ensayo] Su obra poética y los dos a la pregunta por la condición del hom-
ciclos de novelas dejan suficiente testi- bre en la era moderna y, de ahí, a las
monio de que el pensar literario, que funciones del intelectual en el mundo
toma a su cargo un no saber, una igno- moderno es notorio. Entre 1962 y
rancia, transfiere a la esfera política 1973 no publica más que dos reedicio-
un modo de acción que, como Sartre nes de sus ensayos anteriores, al reeditar
le imputa a Baudelaire, se traduce en en 1965 El pecado original de América11
culpabilidad de escribir.”7 y presentar dos colecciones de ensayos
Señalamos, entonces, algunos rasgos previamente publicados, tanto en El
de una obra pensada en preocupa- nombre secreto (1969) como en La
ciones persistentes y realizaciones dis- cárcel de la mente12 (1971). Recién en
continuas. Presentamos dos ejemplos, 1973 vuelve a publicar un libro de
siguiendo, arbitrariamente, una pers- ensayos completo: La metáfora y lo
pectiva genérica. Sus dos ciclos de sagrado13. En esta última colección la
novelas, “Historia de un día”8 y “El preocupación mayor es de orden meta-
sueño de la razón”9 se construyen en físico, e involucra la metáfora como
torno de preocupaciones radicalmente forma de conocimiento del mundo14.
diferentes. La primera presenta el acce- Arriesgamos una afirmación seguramen-
so del peronismo al poder desde una te polémica. Murena no escribe: anota.
singular construcción de la burguesía Escribe notas, largas o breves, con las
que se sentía amenazada. La segunda que deja huella de un pensamiento
despliega la idea de una creciente pér- antidogmático. Reflota esas notas y las
dida de la condición de humanidad del hace significar de otro modo una déca-
hombre moderno, que se cierra en una da después. Multiplica los enigmas y
novela en la que el mismo lenguaje es las preguntas sobre el mundo, sobre la
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del diario define los parámetros de este go queda convertida en nada, lo que
proyecto complejo y ambicioso: lleva a reconciliarse con El Cuervo, que
“ABRIL 4. Todo verdadero diario se encuentra entonces mucho más audaz
escribe con decisión de criminal y con y valiente. Unos días después abre la
íntima voluntad de santo. Es una repeti- contraposición posible entre las antítesis
ción de los propios asesinatos no exenta anteriores, sin que la resolución se dé,
de soberbia, pero disparada –misteriosa- de todos modos, en forma de síntesis:
mente– hacia la humildad y la perfección. concluye que “De cualquier manera, voy
Escribirlos es la valentía de afrontarlos y demasiado al cine. El cine es una especie de
aceptarlos como culpa; interpretarlos sig- cocaína para los pobres y para los viciosos
nifica esforzarse por hacer desaparecer la indecisos”. El estado de ánimo parece
fuente de la culpa. Intento una experien- marcar ese recorrido en el que pone en
cia que puede resultar provechosa: aplicar juego diferentes concepciones del cine
este espíritu a la consideración de los como arte, y hasta se desliza hacia la idea
acontecimientos públicos más que a los de “industria cultural” que en ensayos
privados con la convicción de que todos posteriores desplegaría más ampliamen-
somos igualmente responsables por todo te. Es un razonamiento contradictorio,
lo que ocurre. La duda: respecto al grado es una experiencia mediada por teorías
en que ello podrá resultar tolerable para estéticas. Es una serie de notas compleja,
los partidistas de cualquier orden, para en la que parece que el enunciador se
los que creen que la verdad está sólo en pierde respecto de sí mismo. A veces, ni
alguna de las facciones de la vida.” escribe, cita, pero cifra la cita de manera
Durante más de un año y medio Murena que cualquier cosa que se le agregue
lleva este diario público en el que somete sobra. A veces va más lejos y comenta un
a evaluaciones distintas en diferentes comentario ajeno sobre un determinado
días los mismos fenómenos. A veces un fenómeno cultural. A veces parece que
mismo objeto aparece en anotaciones ni siquiera quiere escribir.
de días sucesivos, formando una serie Decimos una especie de diario y arries-
que no necesariamente cierra una idea. gamos otra hipótesis: podría pensarse la
Como ejemplo podemos seguir las vin- serie, vista en conjunto, como un ensayo
culadas con la película El Cuervo. El singular, fragmentario y episódico, de
primer día propone una lectura desde apariencia contradictoria y difractada.
una moral redentora del hombre, por lo Toma el formato de un diario íntimo
que lamenta que haya una película que pero vuelca la indagación desde su sub-
se sostenga sobre la idea de un proyecto jetividad hacia el espacio cultural en tér-
de hombre abyecto y un arte que se sos- minos de anecdotario crítico. Cada nota
tenga estrictamente en lo formal. Unos abre una perspectiva, un punto de vista,
días después (en la cronología del diario) que a veces tiene su continuación temá-
El Cuervo es un objeto en el que se con- tica en otra, pero otras veces se enlazan
traponen nazis y franceses como fuer- notas que parecen no seguir una secuen-
zas que encarnan distintas formas del cia. Las recurrencias son discontinuas,
mal contra el ser humano. Finalmente, terminan de aparecer donde ya no tiene
cuatro días después de esta anotación, nada que decir, aunque el lector intuya
comenta otra película, Les jeux sont faits, que falta. Toda obra es una búsqueda
que dice estaba “llena de valientes y pro- que se construye retrospectivamente, y en
fundas intenciones éticas”, y sin embar- estos tempranos textos de Murena parece
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NOTAS
1. Warley, Jorge, Mangone, Carlos, “Prólogo”, en Contorno (selección), CEAL, Buenos Aires, 1993.
“Ya en 1948, Héctor Álvarez Murena publicaba una serie de notas bajo el nombre de “Los penúltimos
días” en la revista Sur donde por primera vez en esa publicación se abordaban temas como Yrigoyen, el
peronismo, etc.” (p. II).
2. En el diario aparecen condensados, entre otros, postulaciones acerca del ser americano, de la modernidad tecnifi-
cada, de la relación del europeo desterrado con América y con Europa, la concepción de lo que es la poesía y el arte,
la función del intelectual, su relación con la política partidaria, la teoría del nombre, su concepto de razonamiento
que incluye la “contradicción consigo mismo”, el anacronismo necesario para la reflexión, el pesimismo respecto de
la idea de un destino ligado a un pecado original, todos los núcleos que desarrollará en su obra posterior.
3. Obras de Héctor Álvarez Murena:
CUENTO
Primer testamento. Buenos Aires, Sudamericana, 1946.
El centro del infierno. Buenos Aires, Sur, 1956.
El coronel de caballería y otros cuentos. Buenos Aires, Tiempo Nuevo, 1971.
NOVELA
La fatalidad de los cuerpos. Buenos Aires, Sur, 1955.
Las leyes de la noche. Buenos Aires, Sur, 1958.
Los herederos de la promesa. Buenos Aires, Sur, 1965.
Epitalámica. Buenos Aires, Sudamericana, 1969.
Polispuercón. Buenos Aires, Sudamericana, 1970.
Caína muerte. Buenos Aires, Sudamericana, 1971.
Folisofía. Caracas, Monte Ávila, 1976 (reedic., Buenos Aires, EUDEBA, 1998).
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POESÍA
La vida nueva. Buenos Aires, Sudamericana, 1951.
El círculo de los paraísos. Buenos Aires, Sudamericana, 1958.
El escándalo y el fuego. Buenos Aires, Sudamericana, 1959.
Relámpago de la duración. Buenos Aires, Losada, 1962.
El demonio de la armonía. Buenos Aires, Sur, 1964.
F.G.: un bárbaro entre la belleza. Buenos Aires, Tiempo Nuevo, 1972.
El águila que desaparece. Buenos Aires, Alfa Argentina, 1975. (reedic. Revista Nombres, N° 7, abril-junio, 1996).
ENSAYO
El pecado original de América. Buenos Aires, Sur, 1954 (1a reed. Buenos Aires, Sudamericana, 1965; 2a
reedic. Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2006).
Homo Atomicus. Buenos Aires, Sur, 1961.
Ensayos sobre subversión. Buenos Aires, Sur, 1962.
El nombre secreto. Caracas, Monte Ávila, 1969.
La cárcel de la mente. Buenos Aires, Emecé, 1971.
La metáfora y lo sagrado. Buenos Aires, Tiempo Nuevo, 1973.
TEATRO
El juez. Buenos Aires, Sudamericana, 1953.
DIÁLOGOS
El secreto claro (diálogos con V.J. Vogelman), Buenos Aires, Fraterna, 1979.
RE-EDICIONES
Visiones de Babel (selección y prólogo de Guillermo Piro), México, Fondo de Cultura Económica, 2002.
Herrschaft (selección y prólogo de Guillermo Piro), Tantalia, Buenos Aires, 2006.
4. La importancia de las revistas no es la misma en cada caso y responde a razones diversas. Lo cierto es que no son
revistas de poca visibilidad o participación en el campo cultural latinoamericano de las décadas del 40 al 60.
5. Murena publicó además colaboraciones en La Nación, Verbum y Realidad, de Buenos Aires; Marcha de
Montevideo; Nova de La Paz; Mito de Bogotá; Assomante y La torre, de Puerto Rico, New World Writing y
Odyssey, de Nueva York; Papeles de San Armadans, de Palma de Mallorca; Lettres Nouvelles, Cuadernos, Mundo
Nuevo y Les Lettres Nouvelles, de París; Comunitá de Milán; Il Caffé, Tempo Presente, L’Aproddo Letterario e Il
punto de la Settimana, de Roma y en Humboldt, de Hamburgo.
6. Cfr. Mangone, Carlos y Warley, Jorge, Capítulo. Historia de la Literatura Argentina. Buenos Aires. CEAL,
1980-1986.
7. Cristófalo, Américo, “Murena, un crítico en soledad” en Jitrik, Noé (dir.), Historia Crítica de la Literatura
Argentina. Vol. X. La irrupción de la crítica, Buenos Aires, Emecé, 1999, pp. 110-111.
8. La fatalidad de los cuerpos, Las leyes de la noche y Los herederos de la promesa.
9. Epitalámica, Polispuercón, Caína muerte y Folisofía.
10. Las reseñas y comentarios acerca de sus novelas suelen ser elogiosos, pero no pueden rastrear más continui-
dades entre sí que la idea general del ciclo, todo lo demás está en permanente desplazamiento.
11. Agrega allí una segunda introducción y quita un ensayo significativo.
12. En ambos volúmenes publica uno o dos ensayos inéditos en libro, pero conforman igualmente unidades signifi-
cativas. A pesar de que ya habían sido editados, la selección que hace es una operación de escritura significativa.
13. Algunos de los ensayos de este libro habían sido publicados en revistas, principalmente, y uno en La cárcel
de la mente, aunque en la composición del volumen tiene una entidad diferente.
14. Al respecto, se puede ver el artículo de Leonora Djament, “Una teoría del arte y del lenguaje en La metá-
fora y lo sagrado de H.A. Murena” Cuadernos del Sur-Letras, revista de la Universidad Nacional del Sur, Bahía
Blanca, EDIUNS, N° 32-33, 2002-2003.
15. Schmucler, Héctor, “H.A. Murena”, La Caja. Revista de ensayo negro. N° 10, noviembre-diciembre, 1994.
16. Frugoni de Fritzsche, Teresita, Murena. Buenos Aires, El imaginero, 1985.
17. Entre mediados de los 70 y fines de los 90 más o menos esporádicamente, a partir de fines de los 90 con
mayor frecuencia.
18. “Los penúltimos días” puede leerse como una expresión de deseo respecto del primer gobierno peronista.
249
Dialéctica y
semiología En esta sección, presentamos la
conferencia que Juan Samaja
brindó en la Biblioteca Nacio-
nal, en el marco del Ciclo de
Pensamiento Contemporáneo
llevado a cabo en 2005. Juan Samaja ha fallecido en diciembre
de 2006. Cuando algo como eso ocurre, que quede otro para dar
cuenta. A modo de breve oficio de recordación, mantenemos la
presentación que Horacio González hizo de la exposición brinda-
da por Samaja. De alguna manera, es su testamento de filósofo.
El cuerpo, el lenguaje,
la escritura y el hipertexto(*)
Por Juan Samaja
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Vuelvo a la propuesta, porque el título cuales, todas ellas, debieran estar ade-
dice “el cuerpo, la lengua, la escritura, cuadamente atendidas para que ese su-
el hipertexto”; todos estos términos jeto contemporáneo sea plenario y no
como claves para comprender cuál es fragmentario o unidimensional.
el entramado en que se forma la subje- Esa es la propuesta y ahora quiero
tividad del hombre contemporáneo. decir cuál es el problema que viene
Lo que voy a sostener es que en su pro- a resolver, que pretendería resolver
ceso de formación, la subjetividad no esta propuesta. El problema quizás
debe ser concebida como una sustancia se pueda presentar de la manera más
que esta munida directa, haciendo referencia a un inte-
(...) esta propuesta que diría, de instrumentos resante libro de un antropólogo lla-
en definitiva, que la subjeti- tales como “cor- mado Bruno Latour y que se titula
vidad del hombre contempo- poreidad”, “lin- de manera bastante sugestiva: Nunca
ráneo es el entramado de cua- güisticidad”, “es- fuimos modernos. En esa obra, él dice:
tro subjetividades. Las cuales, crituralidad” y, “el panorama académico contemporá-
todas ellas, debieran estar ade- eventualmente, neo es un panorama asombroso por la
cuadamente atendidas para “tecnologicidad” contradicción que presenta –el mundo
que ese sujeto contemporáneo o como quie- académico– con el sentido común. En
sea plenario y no fragmenta- ra llamarse. Ni el mundo académico, pareciera que el
rio o unidimensional. tampoco como hombre sólo pudiera ser investigado
resultado de una en alguna de estas tres perspectivas:
construcción que fue dejando atrás los o la perspectiva naturalista; o la pers-
primeros tramos y solamente queda el pectiva subjetivista sociológica; o la
último, a saber: los hipertextos; sino perspectiva textualista, post- estructu-
como una construcción, como una ralista o en una concepción semiótica
estructura jerárquica en donde cada bastante particular como la que repre-
uno de estos niveles hizo posible el si- senta, y anticipo el nombre emblemá-
guiente y, al mismo tiempo, cuando el tico, Jacques Derrida.”
siguiente se instala, suprime pero con- Este autor, Bruno Latour, para darle
serva, superando lo anterior. De ma- sentido, para darle una comunicación
nera que todos los niveles anteriores más eficaz a estas tres corrientes, las
están presentes, y no reconocerlos o pone bajo la figura de algún gran autor.
advertirlos, o no tributar a ese esfuerzo En el caso del naturalismo menciona
de conservación para lograr la supera- a Edward Wilson, el creador de la
ción, puede ser una de las consecuen- Socio-biología, ese gran investigador
cias más negativas en la formación del que tuvo la audacia de poner en duda
hombre contemporáneo. el carácter excluyente del ser social en
Obviamente, necesito desarrollar la el ser humano, afirmando que tam-
idea central para que esta propuesta bién los animales son seres sociales,
se entienda, de modo que dejo acá la que también en la vida animal se da
presentación del título y paso a presen- la sociedad. Y esa investigación en
tar qué problema estaría intentando Sociobiología fue duramente atacada,
resolver con esta propuesta que diría, por cierto, por una serie de pensado-
en definitiva, que la subjetividad del res, reivindicando la dimensión social
hombre contemporáneo es el entra- exclusivamente para el ser humano;
mado de cuatro subjetividades. Las no en tanto rasgos de la naturaleza
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qué es. Y acá aparece una función de En términos lacanianos, el deseo pasa
extremada importancia que es en reali- a ser el deseo del deseo del otro. Ya
dad la que corresponde a la noción de no es lo que deseo sino lo que el otro
cura en Martin Heidegger o a la noción desea que yo desee que desee.
de investigación en Charles Peirce. El El tercer método es el método de la
sujeto viviente cuando se apercibe de reflexión, en donde ya no hay una
que le falta algo por percibir para autoridad externa, ni tampoco una
perseverar en su ser, desarrolla una relación inmediata a mis propias viven-
actividad que se llama investigación, y cias, sino algo mucho más complejo
esa investigación es cualquier cosa que que tiene que ver con una autoridad
se hace para poner una creencia o un internalizada que llamamos razón. La
conocimiento, no importa si verdadero
o falso, que me permita actuar y no
quedar paralizado, inerme, entregado a
la corriente de las causas externas.
Él va a hablar de cuatro grandes formas
de investigación, cuatro grandes for-
mas de conocimiento. El conocimiento
intuitivo, él lo llama tenacidad, pero
este término habría que aclararlo para
hacerlo significativo, por lo que lo voy
a reemplazar por el método de poner el
cuerpo, de percibir, de sentir: la inte-
ligencia emocional, que es una forma
de conocimiento. Nosotros podemos
asegurar que en ciertas circunstancias
nuestra reacción es evidentemente
emocional, intuitiva; actuamos por pál-
pitos, por olfatos, por corazonadas. Y
es una dimensión cognoscitiva de gran
importancia sin lugar a dudas. Es una
de las primordiales y sigue actuando en
nosotros aunque la cultura, la civiliza-
ción y los hipertextos logren ocultarla.
Pese a ello sigue operando de manera
incuestionable.
El segundo método que Peirce identi-
fica, es el de la tradición, de la autori-
dad. Si en el primero, el conocimiento
está vinculado directamente al objeto, reflexión es el método que está vincu- Juan Samaja, por
Mariano Lamota
en un frente a frente al objeto, en el lado a la fundamentación donde, entre
segundo está mediado por Otro, un varias creencias posibles, entre varios
sujeto al cual investimos de autoridad sentidos posibles, no tomamos el que
y le reconocemos esa función de trans- nos nace ni el que nos es transmitido
misión de conocimiento: creemos en por un sujeto investido de autoridad
lo que el otro dice que debemos creer. sino que, confrontando los diversos
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nen que ver con el desarrollo tecnoló- por qué Jean Piaget usaba esta idea.
gico. Cada una de estas formas de vida Todos conocen a este autor y saben
–en esta propuesta que estoy tratando que él ha estudiado el proceso en que
de desarrollar en mis escritos y que se fue formando la inteligencia del
ahora estoy tartamudeando, tratando niño; ese proceso, que lo estudia en
de hacerla rápidamente comprensible el campo de la ontogénesis, lo hace
a mi audiencia– pueden ser considera- corresponder al campo de la filogéne-
das macrosemióticas. La corporeidad sis, de la historia social en que tam-
implica una manera particular de darle bién se fue formando el pensamiento
sentido a las cosas. En el mundo del a escala macro. Él hace corresponder
cuerpo, el sentido se construye a partir estos estadios pensando de que mane-
de cierto tipo de repertorios de signifi- ra, en el niño, primero el conoci-
cantes como pueden ser los gestos, las miento está microcentrado y luego
distancias, los gritos y los sonidos. En se descentra para recentrarse en el
el mundo de las tradiciones, los ras- grupo y el sistema de la reciprocidad;
gos semióticos fundamentales son los luego el niño accede a una inteligencia
ritos, los mitos, las narrativas, el dis- mayor cuando pasa a la cooperación,
curso mito poé- al grupo. Análogamente, la historia
Porque pareciera ser la cuna y tico, etc. Y por humana tuvo ese desarrollo.
las fronteras de la gran aldea cierto, el lenguaje En el niño primero es la inteligencia
humana salirse de la socie- fonocentrado; la sensorio-motriz, luego la inteligencia
dad para recentrarse en las gran creación del se produce el pasaje a la inteligencia
técnicas; ¿qué fuerza puede ser humano que egocentrada, luego la inteligencia cen-
tener una mera operación en fue el lenguaje trada en la cooperación, llegando a la
el mundo de las cosas que haga articulado. En forma más rica de la inteligencia. En
que la subjetividad humana se la forma de vida el mundo social –dice Piaget– primero
recentre, se reconstruya desde estatalizada, la está el hombre mudo, la bestia prehu-
ella, desde su conato más ínti- macro semiótica mana, pero ya configurando forma-
mo que es la sociabilidad? estaría represen- ciones sociales que serían embriones
tada emblemáti- de la sociedad humana. Luego está
camente por la escrituralidad, en un el conocimiento sociocentrado y lo
sentido muy amplio. No tan amplio hace corresponder al egocentrado. Es
como el que toma Jacques Derrida, decir, el sociocentrado corresponde a
porque inclusive él va a remitir la un momento previo al conocimiento
noción de escritura a formas prefo- final y ese conocimiento sociocentrado
néticas. Lo que estoy proponiendo es es ideológico, mágico, metafísico y
la escritura como post-fonética. En filosófico, pero no es científico porque
este sentido, para que hubiera escritu- está centrado en los ideales de cada
ra necesariamente debió existir antes sociedad y, por ende, está atravesado
la macrosemiótica fonocentrada. Por por esa restricción de la perspectiva
último, la macrosemiótica correspon- del grupo social que lo produce. La
diente a las sociedades civiles, sería la ideología no es ciencia todavía. Para
operación universal de las técnicas. pasar a la ciencia habrá que descentrar-
Esto lo tomo de Jean Piaget. A título se de la sociedad para recentrarse en
anecdótico les cuento que para mí fue la operación universal de las técnicas.
un enorme esfuerzo poder entender Eso sostiene Piaget en sus estudios
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las posiciones del sujeto, del sujeto ple- Yo disfruto mucho con mis alumnos
nario. Si tuviera más recursos y tiempo, en la Facultad de Psicología dicién-
podría intentar hacer algunas aclaracio- doles: “¿no imaginan ustedes por qué
nes mayores. Pero en principio, lo fun- hay domingo?,¿no imaginan ustedes
damental sería poder pensar cada uno por qué hay carnaval? O, ¿por qué
de estos nuevos niveles con un movi- hay bacanales, carnavales, orgías?” Son
miento que la dialéctica, sobre todo instancias que quedan perdurando,
a partir de Hegel, llamó Aufhebung a las que hay que darles un lugar.
o, traducido al castellano, supresión, El domingo es el día de la familia.
conservación, superación. Los dos tér- El Estado suprime su acción sobre
minos iniciales supresión/conservación la familia y le deja un día para ella,
son contradictorios; lo que se suprime pero esto es universal para todos los
no se conserva y, sin embargo, lo que Estados. Las vacaciones, los domin-
está en juego acá es que deben suceder gos, son momentos que se dedican
esas dos cosas. Que podamos construir a aquello que está suprimido por el
el discurso que logre la autonomía de Estado que, no obstante, ha conser-
la palabra que, no obstante, tiene que vado. Lo mismo pasa con el cuerpo,
conservar e incluso reproducir: si la con la comunidad, con el Estado y la
palabra desapareciese completamente sociedad civil.
el discurso desaparecería; si la sílaba La idea de la supresión, conservación,
desapareciera, la palabra desaparecería. superación es una idea muy potente,
De alguna manera la palabra suprime a no es fácil de explicar y está acom-
la sílaba pero necesita conservarla en su pañada de otra –última idea con la
operación para poder generar ese otro que quiero cerrar mi charla– noción
nivel del lenguaje. También podemos compleja pero riquísima, la que Hegel
proyectar esto a la vida social; lo mismo llama recaída en la inmediatez. El pro-
debiera decirse respecto a la corporei- ceso por el cual lo que se construye
dad que debe ser suprimida en la for- a lo largo de una prolongada cadena
mación de la comunidad. En el proceso de mediaciones, cuando se estructura,
de socialización del niño, por ejemplo borra las huellas de su génesis como
con el control de esfínteres, se suprime si olvidase el pasado: lo que siendo
su autonomía en cuanto a las ganas mediado, termina apareciendo como
de hacer lo que quiera hacer. El chico no mediado, como inmediato. En
deberá, ahora, sentir vergüenza si hace la jerga académica, donde más se
algo que no es lo que la comunidad ha difundido este concepto que es
desea que él haga, pero esa vergüenza una operación universal válida para
no debiera ser tan destructora que eli- todas las esferas de la posesualidad del
mine completamente la capacidad del mundo real, aparece con el nombre
niño de hacer sus necesidades, sino el de naturalización, cosificación, reifi-
niño moriría. Lo que deberá hacerse es cación o enajenación.
distribuir de otra manera lo que hacía Todos estos conceptos apuntan a algo
antes el organismo autónomamente, negativo, que es inconveniente, por-
pero seguir haciéndolo. Y, análoga- que el proceso de recaída en la inme-
mente, deberá poder seguir haciendo diatez no solamente es negativo sino
lo que la comunidad hacía para que el también es positivo, tiene importan-
Estado se construya. tes consecuencias en la formación de
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Groussaquianas Como francés dictando alta
cátedra de escritura en el idio-
ma de los argentinos, deja a
la lengua con una sonoridad
renovada, aguerrida. Como
exiliado permanente pudo sumar más de cuarenta años como fun-
cionario nacional, con domicilio permanente en el primer piso de la
Biblioteca de la calle México. En tanto catalogador eximio en las artes
bibliotecarias, pudo recordarse como pastor de ovejas en su obligado
primer oficio rioplatense. Como drástico dictaminador sobre los estilos
culturales del país, pudo ser el implacable adversario de malformacio-
nes literarias y veladas adulonerías. Como revisor urgido de la propia
historia nacional, estudió a Liniers y a Moreno para advertir sobre los
latentes peligros del jacobinismo político en la formación de la socie-
dad argentina. Como revisionista antijacobino del pasado nacional
dejaba a la Argentina guarnecida tan solo por el conservadorismo y el
apocamiento, y la privaba de sus héroes revolucionarios. Todas estas
cosas le fueron alternativamente festejadas o vituperadas.
Como personaje balzaquiano, abandona de joven una remota
academia naval francesa. No era un marino, parecía un músico
y le interesaba la escultura. Se pelea con Rodin por la estatua de
Sarmiento, hoy en el Rosedal. Esa disputa artística es un jalón
oscuro pero esencial del debate sobre la representación de la his-
toria en la argentina. Dejó la gardeliana Toulouse por la Buenos
Aires de oscuros oráculos, como el suicida Alem, y aunque militó
en las filas de quienes contra viento y marea quisieron establecer la
civilización argentina como una frontera eximia de Occidente, se
animó a una ácida crítica del último Sarmiento. Incluso, intentó
comprender el drama de Rosas en su obra La divisa punzó.
Sus libros de viajes y su idea misma del viaje como conocimiento,
es puro siglo XIX. También lo es su elogio de la telepatía y a la
convivencia exclusiva con caballeros que luego serán presidentes o
ministros. Su amistad con Avellaneda, Pellegrini y Sáenz Peña es
una mezcla de aristocratismo, melancolía y audaces juicios sobre
el vacío existencial que repentinamente asola a los gobernantes.
Su desconfianza hacia los Estados Unidos, su imaginación histo-
riográfica –su investigación sobre Mendoza y Garay–, y su estilís-
tica galante que encubría una fineza para la injuria –la que sin
dudarlo hereda Borges– era puro siglo XX.
Mordaz y vitriólico sin perder la elegancia, su estilo es revulsivo y reno-
vador. Siempre, dentro de su refunfuño conservador. Modernista para-
dójico, quiso enmendar en batalla solitaria al modernismo que más
títulos exhibía. El de Rubén Darío, que venía cargando a la misma
Francia en su mochila. Hizo de la Biblioteca Nacional un órgano de
opinión y orientación cultural de vanguardia. El no vanguardista que
realmente era, ofrece así otro motivo para el desconcierto.
Remitirlo a una sola franja de sus preocupaciones, puede pasar por alto
su condición de innovador cultural irreverente. Limitarlo a un tradicio-
nalista aúlico de la bélle époque argentina, anula su revolucionarismo
de filólogo y de crítico. En hora exacta, verdaderamente inhallable en
los múltiples planos que manejara, murió un año antes del golpe del 30,
cuando ya surgían Arlt con Los 7 locos y Borges con el Carriego.
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Sáenz Peña, líder del sector reformista 61). Una nota introductoria da cuenta
conservador, y Les cahiers des sonnets, de que “saldrá a la luz el 15 de cada mes
algunos ya aparecidos en El Diario. en cuadernos de 160 páginas en octavo
La presidencia de Julio A. Roca y sobre mayor, formando un volumen de 640
todo el ministerio de Eduardo Wilde páginas de texto cada cuatrimestre”.
terminaron de encumbrarlo. Durante Luego hay otra, más programática:
1893 viajó atravesando varios países de
América para llegar desde el continente “La Biblioteca será independiente, así
a los Estados Unidos y participó en la en materias científicas y literarias, como
Exposición de Chicago, disertando acer- en otras que atañen a la política y a la
ca de Costumbres y creencias populares filosofía; su espíritu general, si lo tiene,
de las provincias argentinas (un síntoma será el de la crítica más imparcial y
temprano de sus simpatías nativistas). amplia, del bien entendido liberalismo,
Entre 1894-1895, el pionero indus- extraño a toda preocupación estrecha de
trial azucarero Clodomir Hileret lo secta, partido o círculo...”
puso al frente de Le Courrier Francais (La Biblioteca, tomo I, Buenos Aires,
para emprender una campaña econó- junio de 1896, p. 5)
mica proteccionista, pero Groussac
tenía su propio proyecto, que no enca- Voces agoreras dijeron que no hallarían
jó en el de su empleador, y desistió. los suficientes colaboradores cada mes,
Al fundarse la Facultad de Filosofía y ni tampoco los indispensables lectores
Letras (1896), integró como miembro para escritos alejados “de la improvisa-
titular el Consejo Académico y luego ción diaria y noticiosa...”. A lo primero
la Comisión encargada de la organiza- responden con el primer número y con
ción general y del plan de estudios, a la el interés de diversos escritores hispa-
cual finalmente renunció en disiden- noamericanos en colaborar: “esperamos
cia con los otros integrantes, Joaquín triunfar de lo que se llama indiferencia
V. González y Lorenzo Anadón. o apatía ambiente” (Ibid., p. 7). Sus
Inteligente y arbitrario, Groussac responsables sólo tienen “modestas pre-
quedó a cargo de la dirección de La tensiones” económicas y el Congreso
Biblioteca, cuya vida se extendería Nacional la “subvenciona”, sin que por
hasta abril de 1898. Sus modelos eran, ello tenga carácter oficial.
en el extremo superior e inalcanzable, El director seleccionaba el material,
la Revue des deux mondes, y en el local además de solicitarlo, y se reservó dos
inmediatamente anterior “la Revista secciones fijas claves: el Boletín biblio-
de Buenos Aires, fundada por Vicente gráfico y los Redactores de La Biblioteca,
Quesada y Miguel Navarro Viola, y páginas finales que entrañan un posi-
la Revista Argentina creada por J. M. cionamiento respecto de la actualidad
Estrada” (Bruno, 2005, 77). intelectual argentina, desde donde se
Revista mensual dirigida por Paul convierte “en el mentor de una galería
Groussac, su paratexto aclara: Historia. de censuras y consagraciones que mane-
Ciencia. Letras. La imprime Coni jaba a su agrado” (Bruno, 2004. 79).
e Hijos, de Perú 680, ya que Félix La lectura del número inicial cumple
Lajouane “fue sólo el editor, receptor con el ofrecimiento de historia (el
de avisos e informaciones y encargado de director sobre la propia Biblioteca
su distribución y venta” (Tesler, 2006, Nacional; Mitre sobre Arqueología
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rio del director a este volumen que, sin Con mayor abundancia y menos preocupa-
embargo, no es complaciente. Y no lo es ción de la forma, González casi representa
porque el narrador de esos relatos crio- en prosa lo que Obligado en poesía.”
llos abusa de la jerga rústica gauchesca, (Redactores de La Biblioteca, en La
con lo cual desciende a una “intolerable Biblioteca, tomo II, Buenos Aires,
vulgaridad” extrartística que no necesi- diciembre de 1896, p. 633)
taron ni Tolstoi, ni Elliot, ni Zola:
Simpatizante del nativismo más auste-
“Hay en el discurso del gaucho, como en ro, tampoco fue esta revista amable con
sus cantos y leyendas, un valor escondi- el modernismo, aunque incluyeran en
do, pero no en figura de amontonada sus páginas textos de Darío, Lugones,
chafalonía, sino a la manera de las pepi- Leopoldo Díaz, Enrique Rodríguez
tas diseminadas en la bonanza, entre la Larreta. En todo caso, también el
masa del cuarzo vil...” director discriminó valores dentro de
(La Biblioteca, tomo III, Buenos esa tendencia. Ya en el primer tomo,
Aires, enero de 1897, p. 153) cuando presentó al autor de Coloquio
de los Centauros como “un cincelador a
En el cierre, y con un interrogante en lo Moreas y Regnier”, sólo le reconocía
su idioma, Groussac alerta acerca de capacidad para asimilar estilos ajenos.
que ni la literatura regionalista agau- En noviembre de 1896 comentó Los
chada, ni el modernismo, le parecen raros, “una tentativa que reputo tri-
caminos viables para el arte americano: plemente vana y estéril: en sí misma,
por la lengua en que se formula, por
“El señor Leguizamón labra monigotes el público a que se dirige” (Nosotros,
de oro de la substancia nacional; el 1916, 151). Elogia en cambio que
señor Darío cincela ninfas en un bloque viva “de poesía, despreocupado de
de hielo artificial, bajo los trópicos, sin cuanto no sea el arte sagrado y su
oír el gotear siniestro que llora la des- culto ideal” y, de inmediato, apela a
trucción de la obra apenas concluida: su alegoría preferida para reprocharle
¿Lequel vaux mieux, Seigneur? excesiva devoción hacia Sagesse:
(Ibid., p. 155)
“Mordió esa fruta prohibida que, por
Para él, el realismo criollista de cierto, tiene en su parte buena el sabor
Leguizamón no alcanza la altura de la delicioso y único de esos pocos granos de
estilización que hiciera Obligado de los uva que se conservan sanos, en medio de
tópicos nativos en su Santos Vega, inclui- un racimo podrido.”
do en un tomo de Poesías (1875) que (Ibid., p. 151)
fuera muy bien recibido en España y
en América: “La crítica fue unánime en El “filtro” aflojó su “discernimiento
encomiar la perfección de la forma unida artístico”, sin que actuaran la raza o
a la sinceridad de la inspiración”. Igual la crítica como inmunizantes, y acu-
respeto le merece el riojano González: diendo de nuevo a la alegoría gastro-
nómica, pero en el renglón bebestibles
“Talento sereno y espontáneo, el autor de y disculpándose por emplear un símil
Mis montañas es uno de los escritores más naturalista, actuó “como esos dipsó-
francamente argentinos de su generación. manos cuya embriaguez, comenzada
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alguien aspira a ser crítico a consecuen- según unos como trasunto fiel de los
cia de su vida regalada e influyentes hechos y según otros de las acusaciones
amistades, no se muestra nada piadoso. justas e injustas de los vencidos a los
Tampoco cualquiera puede traducir. A vencedores en una época de pasiones
Leopoldo Díaz le advierte: “la traduc- desbocadas y de crímenes comunes que
ción en verso, como todos los géneros exagerada más tarde –como desagra-
literarios, tiene sus leyes propias: la vio de algunos e industria de muchos,
primera de todas es que no se debe por los que tuvieron en sus manos la
intentar”. Pero la mayor prueba de que conciencia popular, una vez caído el
era capaz de anteponer su rigor crítico dictador– se ha mantenido hasta los
y su escepticismo a cualquier otra con- días actuales debido a la incredulidad
veniencia, me lo brinda su intervención indolente y a la inercia de las ideas
a propósito de la nota con que Adolfo aceptadas. ¿Quiénes de ellos nos han
Saldías responde al sectarismo antirro- demostrado la verdad? He aquí lo
sista de José María Ramos Mejía. que no sabemos hasta hoy y lo que no
No sólo la publica, sino que al incluir sabremos jamás. El debate será inaca-
un perfil del autor de Historia de la bable y la duda eterna, porque sólo por
Confederación Argentina escribe: azar puede la historia contarnos las
cosas como han sido.”
“... la lucha abierta y pertinaz con- (Redactores de la Biblioteca, tomo VII, Paul Groussac en su
despacho de la Biblioteca
tra el novelón unitario, el cual nació Buenos Aires, marzo de 1898, p. 478) Nacional. 1905
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tado y parecido del hombre”. Tarea de una bebida, además en la página que
masculina, intransigente, y que conec- el diario La Nación dedica a los folletines
te los textos con sus autores, muy y donde traducen París de Emile Zola.
próxima el método de Sainte-Beuve. Comprensible en el Journal parisino, es
En este caso, el virulento polemista inadmisible esa “mercadería lupanaria
aprovecha la atención dedicada a las (...) un manual completo de corrup-
lecturas filosófico-políticas de Moreno ción (...) un verdadero ultraje al pudor
y, por añadidura, el “retrato caricatural y doméstico”, en un diario respetable.
fantástico” que Vicente F. López trazara Culpa de todo a “la desbordada demo-
de sus relaciones con los ideólogos de la cracia” que “ha invadido el mundo cada
Revolución francesa para reducirlo a un vez más agresiva y disolvente, batiendo
político pragmático, “espíritu superior si en brecha a la religión y a la sociedad,
no genial” en un medio inadecuado. a la patria y a la familia”. Exactamente
Sorprende, a esta altura, que vuelva nue- con la misma reacción de Cané en el
vamente sobre la condición del crítico citado artículo Los Nuevos tiempos.
para redefinirlo, pero ahora en términos Es interesante confrontar tal decepción
de unas facultades abductivas, raciales y ante la prensa, con la esperanza que en
genéticas, semianimales, que no mere- ella depositaban los liberales de la década
cen ponderarse demasiado: “El sentido del 30, en artículos como El diarismo de
crítico es un cuasi instinto que parece Domingo F. Sarmiento en El Nacional
participar del olfato sutil y del poder de de Santiago de Chile, 29 de mayo de
orientación que dirige ciertas especies 1841. Al crecer y complejizarse, al supe-
inferiores; no hay, por tanto, que enva- rar el control de sus directores o perder
necerse de él. Pero se lo tiene o no se lo su condición unipersonal, al cruzar la
tiene, y cuando no, no se deben empren- imagen con la palabra y la literatura con
der historias ni juicios literarios”. las noticias, el discurso periodístico aten-
Reconocer el estilo de cada uno, en ta, de hecho, contra la sensibilidad de los
cambio, acredita un tipo de saber acorde intelectuales conservadores.
con la posición social del que lo capta, Aquel comentario lapidario de Escritos
propio de “los lectores ilustrados”; equi- de Mariano Moreno y de su Prólogo se
vale a “reconocer por la voz, y sin verla, tornó más agresivo todavía cuando res-
a una persona de mi intimidad que está pondió al folleto Los Escritos de Moreno y
hablando en el cuarto inmediato, a no la crítica del señor Groussac, pues además
confundir, por ejemplo, a mi hijo con mi de recalificar a los autores como foren-
ordenanza”. Desde esa perspectiva clasis- ses más que juristas arremete contra
ta, se comprende que le disgustara tanto Rodolfo Rivarola, “apoderado literario
a Groussac –concuerda aquí nuevamente del señor Piñero”, y “este sub-Piñero no
con Sainte-Beuve– la literatura converti- es sólo abogado; me dicen (¡pobre país!)
da por la modernidad en industria. que desempeña en nuestra floreciente
Algo que eclosiona en su artículo La Facultad de Letras las mismas funciones
educación por el folletín (La Biblioteca que Robot en la de París”.
VI, Buenos Aires, noviembre de 1897, El ministro de Justicia, Culto e Instrucción
314) del cual ya me ocupé en otro lugar Pública, Luis Beláustegui, no soportó
(Romano, 2004, 51-53) y que trasunta la tanta insolencia indiscriminada, la con-
ira que le provoca hallar una publicidad sideró injuriosa en “una publicación que
de la institución que dirige junto a otra costeada por el Tesoro público”, a la cual
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hechas, a “la vulgarización creciente que nos, como Rodríguez Larreta) y su sen-
se difunde por el periódico”. sualidad perturbadora, así como todos
Lamenta no dominar plenamente el los espectáculos y lecturas plebeyos que
castellano, pero no ignora que la prosa circulaban por los suburbios en gestación.
francesa ha sufrido una “evolución ince- Eso lo acercó a Francisco Gradmontagne,
sante” de Chateaubriand a Loti, de español del 98 en la Argentina, y a
la cual no hay rastros en España. Lo muchas formulaciones similares a las
preocupa que la juventud carezca de suyas de Unamuno, Maeztu o Ganivet.
modelos morales, aunque supone que la Su idealismo espiritualista anunció, asi-
regeneración moral (un tópico noventa- mismo, el del oriental José E. Rodó.
yochista) ocurrirá antes aquí que en los Al considerarnos, pese a todo, más euro-
países tropicales, “que no son por ahora peizados que el resto de los países his-
asimilables y sí únicamente explotables panoamericanos, se adelantó a planteos
para la civilización europea”. que formularía otro español, José Ortega
Creo, para finalizar, que Groussac y Gasset, albacea de Victoria Ocampo y
desempeñó funciones disímiles y aun de la revista Sur, hacia 1930; a su trato
encontradas dentro del sistema inte- admonitorio pero esperanzado en que
lectual argentino de ese momento, éramos la mayor “promesa”, felizmente
cuando se complejizaba a consecuen- desmentida, de la cultura aria y colonia-
cia de la coincidencia de tendencias o lista al modo europeo en Sudamérica.
poéticas opuestas dentro de un mismo Al margen de ese encuadre político-cultu-
espacio y dispuestas a disputarse un ral, despertó con sus reacciones extempo-
único público1. Alentó el nativismo ráneas y con sus salidas de tono, sobrecar-
patricio de González y Obligado, cui- gadas de fina ironía, un ambiente intelec-
dando de separar del mismo la escri- tual que funcionaba como “república de
tura para él demasiado agauchada del las letras” y en cuyo interior se reverencia-
entrerriano Leguizamón. ban muchos prestigios falsos. Lo hizo, por
En tal sentido, la protección moral del supuesto, desde el pedestal que le daban
hogar decente lo llevó a condenar, por su nacimiento y su lengua nativa, las amis-
un lado, el decadentismo modernista tades protectoras de las que supo rodearse,
(exceptuando a los ortodoxos parnasia- el borde afilado de su pluma.
NOTAS
1. No concuerdo con quienes todavía perciben en ese momento “un campo intelectual aún escasamente diferenciado
internamente” (Eujanian, Paul Groussac y una empresa cultural de fines del siglo XIX. La revisya La Biblioteca, 1896-
1898, en Historia de Revistas Argentinas tomo II. Buenos Aires, Asociación Argentina de Revistas, 1997, p. 35).
BIBLIOGRAFÍA
• Bruno, Paula. (1995) Paul Groussac. Un estratega intelectual. Universidad de San Andrés-Fondo de Cultura Económica.
• Eujanian, Alejandro. (1997) Paul Groussac y una empresa cultural de fines del siglo XIX. La Revista La
Bilioteca, 1896-1898, en Historia de Revistas. Asociación Argentina de Revistas. Buenos Aires.
• La Biblioteca Nacional, tomos I a VII, Buenos Aires, junio de 1896 a abril de 1898.
• Romano, Eduardo. (2004) Revolución en la lectura. El discurso periodístico-literario de las primeras revistas
ilustradas rioplatenses. Buenos Aires, Catálogos-Calafate.
• Tesler, Mario, con la colaboración de Germán Alvarez. (2006). Paul Groussac en la Biblioteca Nacional.
Buenos Aires. Biblioteca Nacional. Ensayos y Debates 3.
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Groussac:
“Calandria” y otros anticipos
Por Marta Elena Groussac
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NOTAS
1. Diario El Tiempo, Bs. As., 4. VII.1929. “De Don Benicio López”. Paul Groussac. Un recuerdo personal
(citado por Carlos Paéz de la Torre).
2. Decreto 2/10/1883 - Julio A. Roca - Ed. Wilde.
3. Sobre el episodio Groussac mismo nos ha dejado tres versiones poco explícitas y algo diferentes entre sí (ver
Páez, pp. 18-19). Coincidirían aproximadamente en afirmar que el joven hubiera abandonado su proyecto
naval “disgustado por la severidad de la carrera”, no previamente sopesada por el aspirante.
Personalmente tengo una cuarta versión escuchada de mi padre: de jovencito viene a Buenos Aires en el
“Anita”, pero con la intención de regresar a incorporarse a Brest, ya que el viaje de “venida y vuelta” del velero
le permitía al pasajero regresar a tiempo para el comienzo del curso. Es aquí donde, atrapado por el ámbito
argentino, desiste de regresar a incorporarse a Brest. Por mi parte yo me quedo con esta versión, donde encuen-
tro, en la íntima confidencia familiar, los hechos un tanto más esclarecidos que en las versiones imprecisas y
algo contradictorias volcadas por Groussac en distintos momentos de sus escritos.
BIBLIOGRAFÍA
1. De Paul Groussac:
3. Otra Bibliografía:
291
II Encuentro de
Bibliotecas
Nacionales
del Mercosur
Las colecciones de la
Biblioteca Nacional de Venezuela
Por Arístides Medina Rubio (*)
Quiero comenzar expresando mi agra- que son aquellas bibliotecas que están,
decimiento por la generosa y caluro- por ejemplo, en las universidades, en
sa recepción de los compañeros de los institutos de investigación científica
Argentina, por su solidaridad y, por y en algunas otras entidades, pongamos
supuesto que hago voto por la her- por caso los institutos profesionales. El
mandad de los pueblos de América. Colegio de Ingenieros tiene una biblio-
Comentábamos hace unas horas Elía- teca, el Colegio de Abogados tiene una
des, otra persona y yo, sobre la unidad biblioteca, la Academia Militar tiene
que tenemos los pueblos y como, sin una biblioteca, la Universidad Central
embargo, a veces aparecemos disocia- tiene no sólo la Biblioteca Central de la
dos. Hay que hacer un esfuerzo por esa Universidad sino que tiene bibliotecas
hermandad. Personalmente hago voto por facultades y tiene incluso bibliotecas
porque muy pronto queden saldadas por escuelas. Ese sistema no depende
las diferencias que puedan existir entre del Instituto Autónomo de la Biblioteca
Argentina y Uruguay en este momento. Nacional y Servicio de Bibliotecas sino
En Venezuela el sistema de bibliotecas que simplemente se acoge a las normas
está regido por una Ley, en 1975 se que nosotros manejamos.
creó el Instituto Autónomo Biblioteca La Biblioteca Nacional es quien norma-
Nacional y la Red de Bibliotecas liza, quien asiste a las normas que son
Públicas, de manera tal que la Biblioteca universales, que no las hemos creado
Nacional es el ente rector de todo lo que en el Instituto Autónomo de Biblioteca
tenga que ver con bibliotecas en el país, Nacional. Nosotros asumimos las normas
incluso con las que no dependen de ella. universales y somos quienes las impone-
El sistema que depende de la Biblioteca mos o quienes las manejamos en todas
Nacional, además de la misma Biblioteca las bibliotecas. En este sentido las biblio-
Nacional, que es el depositario del patri- tecas deben cumplir con la normativa
monio bibliohemerográfico, audiovisual que le asiste el Instituto Autónomo de
y digital del país, está constituido por Biblioteca Nacional. Es como si alguien
717 servicios que tenemos en todo el al ser médico funda una clínica pero esa
país, 717 bibliotecas que tenemos en clínica debe acogerse a las normas que
los 24 estados o provincias en las que se establece el Ministerio de Salud. La clí-
divide políticamente Venezuela. nica no puede funcionar al libre albedrío
Paralelo a este sistema, existe el de de los médicos que fundan la clínica, sino
las bibliotecas escolares, que depen- que ellos tienen que acogerse a la norma-
den directamente del Ministerio de tiva que tiene el Estado venezolano por
Educación, tanto en su dotación como relación al servicio de la salud. Lo mismo
en su servicio. Son muchas y son ocurre, pues, con las bibliotecas.
bibliotecas muy limitadas, son bibliote- Estas bibliotecas son muy desiguales, la
cas que funcionan en las aulas y cuanto más importante del país es la Biblioteca
mucho en las escuelas, pero su número Nacional y dentro del conjunto hay
es realmente impresionante: en este pequeñas bibliotecas que funcionan
momento deben estar cercanas a las en el espacio de 50 metros cuadrados
70.000 bibliotecas escolares, que no con una dotación muy reducida y que
están conectadas con nuestro sistema. forman parte de todo el sistema.
Luego existe otro sistema de bibliotecas, Es un sistema bastante heterogéneo.
que son las bibliotecas especializadas, Nosotros llegamos al Instituto hace
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LA BIBLIOTECA
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aproximadamente tres años, y en ese Bogotá y Caracas; proyecto que una vez
momento estaban funcionando 680 ser- más fue postergado.
vicios. En estos últimos años hemos A fines de 1830, consumada ya la diso-
aumentado el número de servicios, hemos lución de la Gran Colombia, se inicia
mejorado las condiciones de cada uno de de nuevo el camino hacia la instalación
ellos, y, sin embargo, todavía tenemos de muchas instituciones. Fácil resulta
muchísimos problemas por resolver. comprender que entre 1810 y 1833 casi
Voy a leer primero un breve texto en no hubo paz en Venezuela, hasta que en
el que se hace referencia a la fundación 1821 fueron los años de la guerra que
de la Biblioteca Nacional; y luego me como todos sabemos en nuestro territo-
voy a referir a las colecciones que hay rio fue la más cruenta de todas las que se
en nuestra Biblioteca Nacional. libraron en América y después de 1822
El 13 de julio de 1833 el vicepresidente son los años de las consolidaciones políti-
de la República Andrés Narvarte, encar- cas, donde casi no hay tiempo ni espacio
gado de la presidencia de la República para la creación de las instituciones. La
por ausencia de su titular el Gral. José Campaña del Sur, la creación de Bolivia,
Antonio Páez, firmó el decreto de creación las conspiraciones antibolivarianas, el
de la Biblioteca Nacional de Venezuela. separatismo antigrancolombiano.
Se materializaba Es así como fue necesario llegar a 1833
(...) fue necesario llegar a 1833 así un ideal de para que al fin pudiera completarse la
para que al fin pudiera comple- los Libertadores utopía de los libertadores. Sin embargo,
tarse la utopía de los libertado- puesto de mani- la suerte de la Biblioteca Nacional no fue
res. Sin embargo, la suerte de la fiesto desde 1810 tan prometedora como sugieren los cinco
Biblioteca Nacional no fue tan cuando, según folios de su decreto de creación, pues a
prometedora como sugieren don Pedro Grase, partir de allí la suerte de esta noble insti-
los cinco folios de su decreto de don Juan Germán tución fue variada, crítica y dolorosa por
creación, pues a partir de allí la Roscio puso a cir- la negligencia aristocrática y la burocracia
suerte de esta noble institución cular en Caracas administrativa que conservaron el poder.
fue variada, crítica y dolorosa una hoja impresa Agrego también la ausencia de hombres
por la negligencia aristocrática –que conservamos verdaderamente comprometidos con un
y la burocracia administrativa en la Biblioteca ideario de biblioteca.
que conservaron el poder. Nacional– invi- Hubo de transcurrir un período de
tando a formar casi ochenta años para que las biblio-
una Biblioteca Pública en Caracas. tecas comenzaran un camino defini-
En 1814, en pleno fervor de la guerra de tivo; en 1912 se entregó por primera
la Segunda República y ya próxima la vez una sede propia, un edificio cons-
emigración a oriente, hay todavía espíri- truido especialmente para ser sede de
tu, vocación en medio de la guerra para la Biblioteca Nacional.
que Bolívar le ordene a Carlos Barvelo La Biblioteca Nacional de Venezuela
–su secretario y médico– que reúna los funcionó un tiempo adscripta a la
libros que pertenecían al Estado para for- Universidad Central y esto ha permitido
mar la Biblioteca Pública de Caracas. que entre las colecciones que tiene, y
En 1821, antes de la Batalla de Carabobo, que voy a citar después, haya papeles del
se programa crear una biblioteca en Libertador. Porque cuando la Biblioteca
cada uno de los departamentos de la funcionaba adscripta a la Universidad
Gran Colombia, de sus capitales, Quito, Central –que es la más importante del país
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II Encuentro de Bibliotecas Nacionales del Mercosur N° 6 | Primavera 2007
y fue fundada en 1621– en 1827, cuando estos 24 estados federales en unos 315
Bolívar visitó por última vez a Caracas, la municipios pero nosotros estamos pre-
creó y la asumió como Universidad del sentes en 278 municipios, lo que significa
Estado y le dictó sus primeros estatutos, que estamos presentes como biblioteca en
la primera Ley Universitaria y, además, la casi el 80% del territorio nacional desde
dotó de bienes, de casas en la ciudad para el punto de vista del municipio, pero
que fuesen alquiladas y para que tuviese cada municipio está dividido a su vez en
sus propios beneficios. La dotó además parroquias y las parroquias en Venezuela
de haciendas y le dejó algunos de sus son 1.810. De manera que si ustedes rela-
papeles y le dejó sus libros. cionan 1.810 con el número 717 que les
Esos libros cuando la Biblioteca di antes se dan cuenta de que en el nivel
Nacional entró a formar parte de la de parroquia nosotros tenemos un gran
Universidad Central pasaron a formar déficit. Es decir, que cuando nosotros
parte del fondo de la Biblioteca; cuando tengamos cubierto todas las parroquias
la Biblioteca se separó de la Universidad, del país, cuando le garanticemos a todas
los libros la siguieron y esa es la razón las parroquias del país una biblioteca,
por la cual hoy la Biblioteca Nacional probablemente tengamos un sistema de
cuenta con papeles de Bolívar e incluso más de 2.500 bibliotecas.
con los libros que fueron propiedad de La Biblioteca Nacional es el núcleo
Francisco de Miranda, alguno de los fundamental, es una de las instituciones
cuales el propio Miranda había donado más respetadas del país, en estos días
a la Universidad Central. preelectorales todas estas instituciones
No me voy a referir al resto del sistema se ocupan de ese combate electoral
de bibliotecas que son muy desiguales, pues miden todo. Miden, por ejemplo,
cada estado tiene una Biblioteca Pública cuál es la percepción de la Iglesia en la
Central, en todo el país, en las 24 capi- opinión publica, cuál es la percepción
tales, son 24 estados, en los 24 estados de la Policía, cuál es la percepción de
incluyendo a Caracas que es el distrito las Fuerzas Armadas, cuál es la percep-
base de la capital hay una Biblioteca ción de las instituciones culturales. Les
Pública Central, una gran biblioteca. puedo decir que en una de esas medi-
Las 24 bibliotecas están construidas en ciones salió que la Biblioteca Nacional
edificios ad hoc, que fueron construidos está en el cuarto lugar de la percep-
y pensados como bibliotecas, son las 24 ción. Delante de la Biblioteca Nacional
bibliotecas públicas centrales. Luego de está el Consejo Electoral. Las Fuerzas
esas bibliotecas que están en las capitales Armadas tienen una percepción diga-
de los estados, hay ciudades donde hay mos respetable en el país, pero esto es
bibliotecas de muy buena calidad y en importante decirlo porque la Biblioteca
sus edificaciones su personal cumple con Nacional, con esa tradición de casi dos-
todas las normas, pero no son las genera- cientos años, es una institución verda-
lizadas. Es decir, en una provincia, en un deramente respetada en el país y tiene
estado pudiera ser que haya además de la unos fondos realmente importantes.
Biblioteca Pública Central 4 ó 5 ó hasta Ya les dije que la Biblioteca tiene entre
6 bibliotecas más o menos de la misma sus fondos, papeles que pertenecieron
categoría. A partir de allí las bibliotecas al Libertador Simón Bolívar, materiales
están ubicadas en diferentes localidades. que pertenecieron al Precursor Francisco
En principio Venezuela tiene dividido de Miranda; y tiene de importante lo
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que nosotros llamamos en biblioteca la tas que tienen dos entradas. Están clasifi-
colección fundacional, que son los libros cados por año, o sea en 1808 aparece La
que fueron incautados a los conventos Gaceta de Caracas, pero en 1818 junto
después de la emancipación, después de a ésta aparece el Correo los Orinocos. En
la independencia sin necesidad de que 1834 vuelve a aparecer La Gaceta de
hubiera una revolución ideológica ni Caracas que no es la misma gaceta de
mucho menos. Los bienes de los conven- 1808, aparece un periódico con ese títu-
tos pasaron a formar parte de la Biblioteca lo, y otro más que se llama La vista, otro
Nacional y eso es lo que se llama la que se llama El Fonógrafo, de manera que
colección funda- a medida que se va avanzando en el siglo
(...) la Biblioteca tiene entre cional a la que se XIX o hacia el siglo XX el número de
sus fondos, papeles que per- agregan estas cosas periódicos por año aumenta. Así como
tenecieron al Libertador que mencioné los tenemos clasificados por año, también
Simón Bolívar, materiales que de Bolívar o de los tenemos clasificados por regiones o
pertenecieron al Precursor Miranda y otra por estados, entonces aparece, por ejem-
Francisco de Miranda; y tiene cosas que referiré plo, el estado Aragua, distrito Capital,
de importante lo que noso- de inmediato. distrito Bolívar. En cada estado, entonces,
tros llamamos en biblioteca la Yo pudiera decir aparecen todos los periódicos que fueron
colección fundacional, que son que los fondos publicados o tenemos nosotros en reserva
los libros que fueron incauta- de la Biblioteca en los fondos de noticias. Debo aclarar
dos a los conventos después de Nacional están que a veces mencionamos un periódico
la emancipación, después de la reunidos en las del cual salieron 20 ó 30 ejemplares y en
independencia sin necesidad siguientes colec- la Biblioteca Nacional tenemos sólo uno,
de que hubiera una revolución ciones: en primer pero lo referimos ahí.
ideológica ni mucho menos. lugar, recibi- El archivo audiovisual es una de las
mos la colección colecciones más importantes: tiene en
bibliográfica general, luego la colección primer lugar la colección de cine y
hemerográfica, luego el archivo audio- video donde hay unas 700.000 copias.
visual, luego el archivo de obras planas, Voy a recordar un anécdota. En una
luego las publicaciones oficiales luego oportunidad nos visitó en la Biblioteca
la sección de libros raros y manuscritos Nacional un periodista español que tiene
y, finalmente, salas estatales. una red de televisores regionales y él
La colección bibliográfica general tiene quería poner en Venezuela televisores
unos dos millones de títulos con aproxi- regionales, él quería auxiliarse con la
madamente unos cinco millones de biblioteca y esa fue la razón por la cual
ejemplares, dos millones de títulos que nos visitó. Yo tenía poco tiempo en la
no es poco. Manejar una base de datos Biblioteca Nacional, quizá tenía unos
requiere de una plataforma tecnológica 8 ó 10 meses y entonces voy con él al
que no es corriente, por el número de archivo audiovisual para que viera lo que
títulos que se manejan en ese catálogo. teníamos ahí. Aparte de la colección de
La colección hemerográfica se inicia en videos se tiene cantidad de equipos que
1808, cuando se funda el primer perió- forman parte de lo que es un museo,
dico en Venezuela que fue La Gaceta de porque ya no se usan, pero que son los
Caracas, tiene aproximadamente unos equipos que se han usado siempre para
4.000 títulos y ésos se recogen en unos todo lo que es audiovisual. Yo me sentía
200.000 ejemplares de periódicos y revis- muy emocionado y muy feliz de poder
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LA BIBLIOTECA
II Encuentro de Bibliotecas Nacionales del Mercosur N° 6 | Primavera 2007
enseñarle al señor todas las cosas y enton- la acompañamos con un ciclo de con-
ces cuando estamos en la colección de los ferencias dictado por especialistas. La
videos, de los anaqueles, él me dice que es primera la dictó el embajador y las otras
impresionante lo que tenemos ahí y yo le tres las dictaron historiadores venezo-
digo que tenemos de todo, lo único que lanos que están comprometidos con la
no tenemos es pornografía y él me dice ¿y historia de América, hay alguno incluso
esto qué es? Él estaba apoyado en un ana- que fue funcionario en la Embajada de
quel donde lo que había era pornografía. Venezuela en Argentina hace muchos
Y entonces, efectivamente, la Ley de años. Se hicieron esas cuatro conferen-
Depósito Legal obliga a los importadores cias y publicamos
a entregar el Depósito Legal una o tres un libro con el El archivo audiovisual es una
copias y, efectivamente, estaban allí. Lo texto de las cua- de las colecciones más impor-
que fue un descubrimiento bien impor- tro conferencias y tantes: tiene en primer lugar la
tante para mí. Pero yo no sabía, pensaba con una selección colección de cine y video donde
que efectivamente no había pornografía y de las fotografías. hay unas 700.000 copias. [...]
hasta eso hay en esa colección. Yo le regalé a la colección de fotografía,
En el archivo audiovisual, además de esa Horacio González consta de 500.000 imágenes
colección de cine y video, hay una colec- y a Marilú Barrios que tenemos en el archivo.
ción muy importante que es la colección Varela dos ejem-
de fotografía, consta de 500.000 imáge- plares para que queden en la Biblioteca.
nes que tenemos en el archivo. Pero en Así como hicimos la exposición sobre
esa colección de ese número de fotogra- Argentina en este momento tenemos la
fías hay una colección que fue adquirida exposición de las fotografías de Colombia
a un coleccionista norteamericano hace y con esta haremos lo mismo, publica-
como 30 años. Es una colección de remos un libro al final con las imágenes
22.000 fotografías que este señor, no que hemos expuesto o con una selección
puedo recordar su nombre, fue acumu- de ellas y con los textos de las conferen-
lando durante muchos años, fotografías cias. Y antes habíamos hecho una colec-
de toda América Latina, desde la Argen- ción o una exposición con las fotografías
tina hasta México, pasando por los países correspondientes al Caribe, sólo que en
del Caribe. Son fotografías de 1852 hasta aquella oportunidad no tuvimos la pru-
1914 aproximadamente. Esa colección dencia de organizar unas conferencias
que está en el archivo audiovisual y que y ni siquiera de publicar el libro. Pero
forma parte de la colección de fotografía es una de las colecciones importantes,
fue declarada por la UNESCO patrimo- seguramente. Podríamos organizar con
nio cultural de la humanidad. Brasil, con Bolivia, o con cualquier país
El año pasado hicimos una exposición de América Latina una exposición con las
con la cooperación de la Embajada fotografías que correspondan a ese país y
Argentina, era el embajador Eduardo agregarle a eso exposiciones y, en con-
Sadous, el antecesor de la señora Garré, secuencia, publicar libros especializados.
que es ahora ministro de Defensa de En esa colección también tenemos lo que
Argentina. Con ellos hicimos una expo- corresponde al sonido, allí también hay lo
sición de esa colección de fotografía, que corresponde a las partituras.
escogimos 160 fotografías correspon- Luego está la sección de obras planas
dientes a Argentina, de diferentes pro- que tiene dos secciones que la primera
vincias de Argentina y la exposición se refiere a carteles y afiches y la segun-
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Manuel Arcaya. El manuscrito del libro Luego tenemos también varios archivos
–en folio mayor– es parte de la colección de familia como los de la familia Febres
Arcaya pero hay ediciones príncipe de Cordero que –como todos saben– es
cantidad de libros y títulos del mundo una familia bastante extendida por
entero y por supuesto hay libros en toda América. Tenemos una colección
todos los idiomas, sobre todo en inglés, de Asler –un botánico muy importan-
francés, italiano, porque él era abogado te– que tiene aproximaciones para toda
y no existía la profesión de sociólogo en la botánica de América Latina. Hay
esa época, pero el trabajo que él hacía papeles de Humboldt, los papeles de
era el que hoy hace un antropólogo o Arístides Rojas y la última colección
un sociólogo. La colección tiene muchos que recibimos hace ocho o diez meses
libros, muchos títulos que corresponden es la colección del Dr. Tomás Enrique
a ese campo de conocimiento. Carrillo Batalla, un académico vene-
Yo conozco algunas colecciones muy zolano vivo, pero que quiso donar su
importantes de América como es, por biblioteca a la Biblioteca Nacional. Él
ejemplo, la Colección Palafox y Mendoza nos donó unos 75.000 volúmenes, que
en México o la Colección La Fragua y aproximadamente son unos 40.000
las conozco no de ahora, sino de cuan- títulos. Es bastante también, sólo que
do yo ni soñaba llegar a la Biblioteca como él es un editor muy prolífico de
Nacional. Pero les digo, ninguna de las trabajos que tienen quince o veinte
colecciones, ni siquiera la Colección de los volúmenes, él nos entregó no sólo sus
Franciscanos de Estados Unidos, yo creo números sino que nos entregó también
que ninguna tiene la importancia y el las ediciones que conservaba, muchos
volumen que tiene la Colección Arcaya. ejemplares de algunos de los títulos que
Pero además de la Colección Arcaya él escribió. Entonces, esa es la razón por
tenemos la Colección Febres Cordero, la cual nos entregó 70.000 libros de los
que fue otro bibliófilo venezolano que cuales son 40.000 títulos.
murió en 1920, pero que tuvo la Y luego me iba a referir a lo que
virtud, muy singular entre los vene- mencioné antes: las salas estatales y
zolanos, de haber realizado canjes con la salas locales. En Venezuela no hay
muchas revistas y periódicos de todo eso que se llama bibliotecas populares,
el continente americano. De esa colec- a lo mejor lo que nosotros llamamos
ción se consigue de todo y, además, bibliotecas públicas, podría asociarse
tiene la particularidad de que no la con lo que nuestra amiga, María del
tenemos en Caracas, la tenemos en la Carmen Bianchi, llamó las bibliotecas
ciudad de Mérida, que es una ciudad populares. De manera que en estas
universitaria, donde lo más importante bibliotecas públicas, en cada capital
que hay es la Universidad de Mérida, existe lo que se llama la sala estatal
la Universidad de los Andes. Hay tam- donde hay información sobre todo
bién una Biblioteca Pública Central el estado, y en las otras bibliotecas de
y dentro de ésta nosotros tenemos la ese estado, hay información sobre ese
Colección Febres Cordero, que por estado y sobre la localidad.
supuesto los investigadores de cual-
quier parte del país van a Mérida y
trabajan ahí, pero sobre todo está al (*) Director de la Biblioteca Nacional
servicio de la gente de Mérida. de Venezuela.
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La colección de carteles de la
Biblioteca Nacional de Cuba
Por Elíades Acosta Matos (*)
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por ejemplo en la colección nuestra Aquí hay un estudio sobre esta tarea
tenemos carteles que le enseñaban de preservación de carteles en la BN
al pueblo cómo debía comportarse publicados en el IFLA Journal, o
en los clubes de la burguesía expro- sea la revista de IFLA, el N° 3 del
piados por la Revolución, porque año 2005, llamado Una revolución
eran propiedad del pueblo. Como en la preservación, que trata de la
ejemplo va esta norma: no se podía digitalización de los posters políticos
entrar con los pies llenos de arena en la Biblioteca Nacional de Cuba.
a los baños del sitio o no se podía La autora es Laura Susan War que
ingresar en las piscinas de bañarse. es graduada en la Universidad de
Parece ridículo, pero había muchas Los Ángeles, California, y trabaja en
personas que jamás habían puesto Nueva York. Ella conoció nuestro
un pie en ese ambiente y había que trabajo y le motivó para escribir este
empezar por lo elemental. También artículo que recoge esta experiencia. Y
téngase en cuenta que había un 23% en su artículo ella expone que como
de analfabetismo en Cuba en los pri- rasgos muy peculiares del desarrollo
meros años de la revolución. del cartel peruano que tres institucio-
Esta colección se ha ido formando nes cubanas fueron las que patroci-
en la Biblioteca Nacional, fundamen- naron la mayoría de los carteles que
talmente hasta el año 84 que empie- conservamos y que se producían.
za la gran crisis que es conocida en El Instituto Cubano de Arte e
Cuba como período especial y dejan Industria Cinematográfica (ICAIC)
de crearse carteles y no sólo carteles, que existe, La Editora Política, que
téngase en cuenta que Cuba producía
60.000.000 de libros para una pobla-
ción de 11.000.000 de habitantes en
su mejor momento, antes de la desapa-
rición de la Unión Soviética y en ese
período cayó la producción a 250.000
volúmenes en un año. De 60.000.000
a 250.000, un cuarto de millón, para
que tengan la idea de lo que fue la
contracción, y con ello vino también
la disminución de los horarios de la
televisión de la TV y de la radio, el
número de página de los periódicos,
desaparecieron las revistas y lógicamen-
te el cartel se afectó mucho.
Hay que tener en cuenta que el existe y la OSPAL, (Organización de Elíades Acosta Matos,
por Mariano Lamota
cartel cubano tuvo su momento Solidaridad con los pueblos de Asia,
de prestigio internacional porque África y América Latina) son ins-
logró unir las vanguardias artísticas tituciones que han tenido también
del país que estaban muy actualiza- una gran producción de carteles. Y
das con las técnicas pictóricas más una peculiaridad del cartel cubano
modernas y sintetizaba las corrientes de la época, aparte de la calidad, es
más interesantes, novedosas, etc. la gran cantidad de carteles hechos
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por mujeres cubanas, mujeres artistas retocar su imagen digital sobre todo
cubanas. Cerca del 15% de todos los para poderlos consultar.
carteles preservados de la Editora Hay un cartel en pedazos, llegó así al
Política se debían a la obra de muje- laboratorio digital, y se restauró pues no
res. Otra peculiaridad es que los se le va a dar a un usuario los pedazos de
autores cubanos firmaban sus carte- cartel para que haga un rompecabezas.
les con sus nombres, lo cual no era Hay otro cartel de una película sovié-
habitual para la producción encar- tica que se llama Ifigenia y Fiodor y
gada por una entidad y era absolu- otra que se llama La alcaldesa, en rea-
tamente herético para la forma de lidad son dos películas que se estrena-
hacer arte en la República Soviética u ron hace muchos años en La Habana,
otra república socialista, ya que éstas es un cartel de promoción y también
no reconocían la autoría individual, se le hizo todo el trabajo de, práctica-
sino que toda obra era considerada mente, reconstrucción.
prácticamente una obra colectiva. Junto con la digitalización de mane-
Lo interesante es que esta colec- ra artesanal, cartel a cartel, con una
ción de carteles la hemos digitalizado persona y una cámara de 5 MP se iba
en dos años aproximadamente y la introduciendo una base de datos que
hemos digitalizado usando apenas permita acompañar la diapositiva
una cámara digital de 5 MP, mucha en tamaño de la imagen del cartel.
disposición, mucha voluntad, un Esa base de datos recogía datos
amor inmenso por el trabajo, cartel como organismos o instituciones
a cartel. No tenemos todavía scanner que auspiciaban el cartel, fecha de
A0 ni A1, que son los scanner de gran edición técnica, dimensiones, año,
formato que permiten trabajar en autor, etc. Eran unas fichas bastante
esto y los resultados han sido como representativas y que permitían ver
una medida emergente ante la situa- no sólo la imagen para los efectos de
ción de perder definitivamente una estudio sino también recibir toda la
buena parte de la colección. información.
Aquí hay un ejemplo de algo que En el sitio web de la Biblioteca
también estamos haciendo. Cuando Nacional de Cuba se puede acce-
intervino una de las compañeras bra- der a la base de datos que tiene los
sileñas en la reunión hablando de los 12.000 carteles digitalizados de la
enfoques de la restauración digital colección de 15.000. La variación de
de imagen, decía con razón que uno cifras se debe a que hay duplicados.
de los enfoques es no tocar, no reto- Yo en estos días aquí busqué cuántos
car, digitalizar sin que intervenga la carteles había de Uruguay, había 14,
mano del hombre, sin que se vea, de Argentina, había 24 y así sucesi-
porque cambia la obra original, los vamente. O sea que no está solamen-
matices, los colores, etc. Eso es cierto, te a disposición de los usuarios cuba-
pero dice el artículo citado del IFLA nos o del que vaya a la Biblioteca
Journal, que refleja la opinión nuestra Nacional sino que está a disposición
también, no es ocioso ante carte- gratuitamente de cualquier persona
les que están prácticamente perdi- que quiera consultarlo.
dos para siempre, retocar la imagen, Hay que entrar en la Biblioteca Digital
porque no es retocar el original, sino de clásicos cubanos y aquí aparecen las
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ofertas en base de datos y por supuesto sen pasado por el fuego, verdad. Esa es
la colección de carteles, y cualquiera la acción del calor sobre el celuloide.
puede ingresar y consultar. Ahí también se probó algo, las que
Otro trabajo se ha hecho de digita- estaban fuera de los protectores libres
lización, no sólo de carteles sino de de cartulina, libres de ácido que hace
mapas, como el de la localidad de San la Biblioteca Nacional se dañaron y las
Nicolás de Bari de 1892. Para esto se que estaban dentro a la misma tempe-
realizó una imagen con una resolución ratura se preservaron. También una
baja, para los estudiosos, para una lección para nosotros fue que parte
orientación del cartel. de la colección no estuviera dentro.
Ayer traté de entrar en la página y ver Enseguida rescatamos las fotografías
la imagen, porque tenía la opción de y tomamos medidas de urgencia, eva-
cliquear sobre la imagen y agrandar- cuamos una oficina y pusimos aire
la, pero ayer me comuniqué con los acondicionado, pero quedaba la duda
técnicos porque no podía acceder y de si esas imágenes se habían perdido
me explicaron que la decisión defi- para siempre, las sometimos al scanner
nitiva fue, después de discutirlo, dar y de esos calcinados carteles que vimos
la opción para agrandar la imagen en el scanner rescata la imagen. Esto
Cuba o sea no tenerla on line, sino sin ser scanners profesionales, estamos
para que los investigadores que vayan hablando de un scanner A3 con un
a la Biblioteca puedan consultarla nivel no muy sofisticado, por lo tanto
porque saben que ahí también puede sí es una herramienta muy impor-
haber problemas de derecho de autor, tante. No se preservó el celuloide, el
de reproducción ilegal, piratería, etc. negativo, pero tenemos las imágenes
De todas formas eso nos ha permitido para un servicio a los usuarios.
tener master de todos los carteles a La propia investigadora norteame-
una buena resolución, archivado fuera ricana reconoce que con muy pocos
de los locales, en los lugares diferentes recursos y poniendo el ejemplo de lo
de la Biblioteca Nacional, previendo que vio allí y de que se puede salvar y
cualquier situación. hacer copias, voy a decir textualmen-
Ahora hay una gran exposición en te como ella lo pone aquí –Copias
Valencia, España, de un asturiano– decentes que permiten dar un servi-
cubano llamado Muñoz Basch, que cio a las personas que lo necesiten–.
era el mejor diseñador de carteles Yo discrepo con el final de su artículo
cubanos, el más famoso, produjo que dice que de cara a los cambios
más de dos mil carteles en su vida. políticos que puede haber en Cuba, la
El curador de la muestra tenía dudas colección se puede dañar, ya que está
sobre algunos carteles y buscamos imaginando un futuro apocalíptico,
y aparecieron 39 carteles que ni la catalítico y terrible. Esto prefiero no
familia de Muñoz Basch tenía regis- comentarlo para no complicar mi
trado y se habían conservado en la presentación, sólo digo que discrepo
Biblioteca Nacional. absolutamente.
Una vez en un muy caluroso verano
en Cuba una colección de negativos
de fotografías, se cocinaron con el (*) Director de la Biblioteca Nacional
calor, se las veían, parecía que hubie- de Cuba.
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Política digital en
bibliotecas nacionales:
el caso chileno
Por Ximena Cruzat Amunátegui (*)
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siera agregar algo breve que me faltó. importante hacer un estudio legal
El mapa del entorno lo estamos vien- sobre todo por los derechos de autor
do desde dos perspectivas, por una ya que necesitamos ahora aumentar
parte el usuario y por otra parte los la escala de producción. Por lo tanto
contenidos. Desde el punto de vista vamos a tener que hacerlo ampliando
del usuario, nos valemos de los estu- los recursos que nos otorga la ley.
dios de usuarios que está llevando ade- Recapitulando. La Biblioteca desa-
lante la Biblioteca Nacional y también rrolla su labor dentro de los marcos
el WIP (World Internet Proyect) en el legales, está para la promoción de la
cual tengo entendido ya se incorporó cultura, la memoria y la identidad,
Argentina, está Brasil, está Chile, está por el respeto a la propiedad intelec-
hecho por la Universidad de Stanford tual de los creadores cumple con su
y en el fondo es un estudio de com- función de profundizar y ampliar el
portamiento de los usuarios frente acceso y aspira a dar un mayor acce-
a Internet Particularmente nosotros so a los conocimientos especialmente
hemos tomado lo relacionado a los a los sectores más vulnerables de la
contenidos, el cómo funciona el usua- población, si lográramos cumplir este
rio frente a los contenidos. La otra desafio y enfrentarlo, tendríamos una
perspectiva del mapa que estamos Biblioteca Nacional de Chile con una
levantando son los contenidos digi- política digital fuerte que rescate los
talizados, los nacidos digitalmente y contenidos, la creación, que la ponga
dentro de ellos los punto cl. Las al servicio de todos nuestros sitios
actividades son más o menos obvias, web y traduciendo todos los HTML
investigación de las tendencias... el (HyperText Markup Language).
aspecto tecnológico, no legal. Ahí Nuestro objetivo por cierto es el res-
nos hemos encontrado con que la ley cate y difusión de la memoria.
en Chile, la ley de depósitos legales
por ejemplo, está considerada como
parte de la ley de prensa, cosa que nos (*) Directora de la Biblioteca Nacional
genera bastantes dudas. En fin, es muy de Chile.
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El nuevo concepto de
“biblioteca nacional”
Por Alfonso Quintero (*)
Este título tenía la intención de poner- mundo. Cuando digo resto del mundo,
me en la onda del siglo XXI, pero no no necesariamente hacemos referencia
creo que sea el título apropiado. El al resto de las bibliotecas del mundo,
siglo XXI tiene todavía muchos años sino a la información que está, que
por delante y ya nos acerca a la idea de existe en ese mundo infinito de cono-
los retos que puede tener la Biblioteca cimiento gigantesco que es Internet.
Nacional en particular, y las biblio- Y en este segundo objetivo preten-
tecas en general ante el crecimiento demos examinar
exponencial de la información y del cuál es la relación Hay una unidad de medi-
conocimiento en la actualidad. de las bibliote- da, de almacenamiento de la
Hay una unidad de medida, de alma- cas nacionales información, desde el punto
cenamiento de la información, desde con un tipo de de vista técnico que es el hexa-
el punto de vista técnico que es el usuario muy sui byte. Un hexabyte es un uno
hexabyte. Un hexabyte es un uno con generis, que debe- con dieciocho ceros, es la uni-
dieciocho ceros, es la unidad de medi- rían ser las otras dad de medida que se está uti-
da que se está utilizando y se dice que bibliotecas de los lizando y se dice que toda la
toda la información existente desde el países, de nues- información existente desde
momento de la invención de la escri- tros países. Esto el momento de la invención
tura hasta el siglo XX incluido puede obedece a que en de la escritura hasta el siglo
cubrirse en 12 hexabytes. Y el creci- ABINIA, en la XX incluido puede cubrirse
miento de la información en el mundo asamblea general en 12 hexabytes. Y el creci-
digital es tan violento, que esos 12 de La Habana, se miento de la información en
hexabytes se producen cada dos años y propuso un con- el mundo digital es tan vio-
medio en el mundo actual. cepto de biblio- lento, que esos 12 hexabytes
Lo que planteamos es en principio teca nacional que se producen cada dos años y
visualizar a las bibliotecas nacionales no fue sacado medio en el mundo actual.
del siglo XXI desde la perspectiva de de la manga de
las necesidades e intereses de cono- nadie, ni inventado por nosotros, sino
cimiento de sus usuarios. Queremos que fue discutido en la Conferencia
examinar la labor de las bibliotecas y Mundial de Directores de Bibliotecas
de las bibliotecas nacionales viéndolas Nacionales del año 1999 –y aproba-
o colocándonos como usuarios para do– y destacaba ese concepto: hay una
evaluar la condición de servicio que función que es la de preservación y
tienen estas bibliotecas. Yo tengo un acceso a las memorias documentales
producto final que va a la comuni- de los países, pero que también hay
dad y mediante ese producto final se otra función que deberíamos tener
atienden las necesidades e intereses de presente: una función normativa y de
conocimiento de parte de la comuni- asistencia técnica respecto al resto de
dad. Vamos a trabajar con este obje- las bibliotecas de los países. Pero la pri-
tivo y vamos a hacer una exposición mera idea es ver a las bibliotecas nacio-
sobre lo que significa esto como reto nales como proveedoras de servicios,
para las bibliotecas nacionales. y como proveedoras de información
Hay un segundo objetivo que es el de organizada sobre sus respectivos países,
establecer qué tipo de relaciones debe- una alternativa a quienes tengan nece-
rían tener las bibliotecas nacionales, sidad o interés en profundizar sobre el
con las otras bibliotecas y del resto del conocimiento en los mismos.
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tecas del resto del mundo, esto ya lo haber una razón por la que no tienen
explicamos, la capacidad que tenga- recursos: no los saben conseguir. No
mos nosotros no solamente para que- vamos a empezar con no tengo, no me
darnos con los recursos de informa- dan, sino con no consigo, que es distin-
ción existentes en nuestros servicios, to. Y hay que saber manejarse con el
sino ir a otros servicios que comple- presupuesto, para mí eso es determi-
menten en materia de información nante. Muchos cuando están al frente
lo que nosotros no vamos a tener. de la dirección de una biblioteca, dicen
No hay ninguna biblioteca, ni la del que con el presupuesto, con la admi-
Congreso de EE.UU., que tenga toda nistración, no tienen nada que ver. Es
la información que pueda requerir un mentira, esto no es así. Los presupues-
usuario en un momento determinado, tos que tenemos que manejar todos los
y entonces ir también a esa vasta área organismos de administración pública,
de información que es Internet. El implican el saber definir programas y
sistema nacional de información, la definir actividades y definir proyectos
complementariedad, lo que mencio- que correspondan a problemas que
nábamos al principio. nosotros hemos detectado, y dada la
¿Los referencistas nuestros se pueden importancia que nosotros demostre-
conformar solamente con ser referencis- mos en los programas que tengamos
tas de las colecciones? No, tienen que a nivel presupuestario, nos asignarán
empezar a ser referencistas especializados los recursos. Y es determinante saber
en la búsqueda de información en la web, la ocupación de los distintos servicios,
tienen que ser lo que llaman ahora los percepción de los usuarios sobre aten-
information brokers, facilitadores, entre ción prestada o requerimientos. Eso lo
necesidades y recursos, no solamente de vamos a cubrir con la orientación de los
los recursos que tengan disponibles de distintos servicios, del servicio de aten-
forma inmediata en la biblioteca, sino ir ción al público, lo
más allá en busca de nuevos recursos. que es la adquisi- Los proyectos son respues-
Esta presentación es muy general ción de materia- tas a los problemas para que
sobre lo que son nuestros problemas les, conservación, podamos utilizar esa función
que deberíamos cubrir para lograr una servicios técnicos, de proyecto, no proyecto algo
biblioteca nacional ideal. y la percepción que voy sacando de la manga,
Es importante la aplicación de encues- de los usuarios pues entonces se convierte en
tas. Nosotros hicimos una encuesta sobre la atención una proyectitis. Tienen que
para actualizar una información que prestada sobre los ser proyectos que respondan
teníamos de hace mucho tiempo, sobre requerimientos, es a problemas, por eso hay que
cuál es la situación de las distintas para una encuesta analizar los problemas.
bibliotecas nacionales en Iberoamérica, adicional a todo
que cubre varios aspectos. Cubre lo que esto. Para saber cómo nos percibimos,
es la naturaleza jurídica, y es importan- ese paradigma de la percepción, que es
te conocer esto. Conocer también la tan engañoso, cómo percibo yo mismo,
asignación presupuestaria. Aquí cuan- cómo me percibo desde otro lado y
do uno habla con cualquier director, cómo realmente somos.
con cualquier personal de las biblio- Lo que buscamos es tener un conoci-
tecas nacionales, el problema es: la miento sobre el estado en el que esta-
carencia de recursos. Pero tiene que mos para poder desarrollar estrategias,
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turales. Contamos con cinco mil seis- abriendo cada día la puerta, intentan-
cientos trabajadores contratados por do abrir oportunidades para los que de
las bibliotecas populares, dos millones otro modo no tienen ninguna.
de usuarios, unos treinta millones de La política del gobierno nacional expre-
libros, y seiscientos cuarenta mil socios sada a través de la CONABIP ha sido,
que aportan cerca de dos millones de en primer lugar, reconocer la existencia
dólares al año para sostener estas bi- de este movimiento, reconocer la poten-
bliotecas. Estas son cifras que provie- cialidad que implica como espacio físico
nen del censo que nosotros hacemos y social para el momento histórico que
en las bibliotecas, y que nos han ser- nos toca atravesar y, por supuesto, san-
vido mucho a la cionar los usos indebidos de los fondos
El conjunto fecundo y hete- hora de triplicar públicos y regularizar las cuentas.
rogéneo de servicios que ofre- el presupuesto: Es impensable democratizar la so-
cen las bibliotecas populares realmente no hay ciedad, ampliar los horizontes de la
a la comunidad, las convierte funcionario que ciudadanía, construir un proyecto
en un núcleo de pertenencia aguante el valor nacional si no reconocemos el valor
y convocatoria comunitaria de estas cifras. de la existencia de este movimiento y
que es muy difícil encon- Nos hemos pro- de esta actividad.
trar en otros espacios y que puesto como Nosotros hemos tratado de mejorar esta
es muy difícil encontrar con meta de gestión, gestión; planteamos, a finales del 2003,
continuidad en el tiempo. desde el primer un plan estratégico para llevar adelante
día, –y creo que entre el 2004-2007. La idea central era
hemos avanzado mucho– que tomara la de hacer conocer este movimiento y
visibilidad pública la dimensión nacio- que éste se reconozca como movimien-
nal, federal y colectiva de este movi- to social de carácter nacional, y que re-
miento social. Creemos que es un mo- conozca también el valor y la potencia-
vimiento social único en la Argentina, lidad que encierra; se trataba también
ya que no existe una potencialidad de mejorar la gestión de la CONABIP
como ésta así organizada. y formular planes y programas acordes
Venimos de la ausencia de una política a las necesidades de los usuarios.
cultural que no sea la de la circulación Debemos reconocer el valor de la tarea
de los bienes suntuarios de la cultura voluntaria, el valor de lo que se produce,
y de la idea de permitir que los pobres pero desde el Estado, la impronta para la
y los sectores medios y medios bajos relación entre estos sectores sociales orga-
se acerquen a estas producciones sun- nizados y los bienes públicos es la pregunta
tuosas. Por esto, creemos que tienen por cuál es el servicio que les vamos a pres-
un gran valor las bibliotecas popula- tar a los usuarios, porque de eso se trata.
res, ya parte del patrimonio cultural de Durante los año 2005 y 2006, hemos
la Argentina: son como un cuadro de asignado subvenciones y subsidios por
Berni, como tantas otras cosas a las que diez millones de dólares para restaurar
amamos, cuidamos y preservamos; son o armar los edificios de las bibliotecas.
como un edificio histórico: memoria vi- El Estado nacional, por intermedio de
viente durante 136 años de todos aque- la CONABIP, distribuyó 4.500.000
llos que nos precedieron, y van a estar, dólares. De esa suma, 2.200.000 dó-
claro, cuando nosotros no estemos en lares fueron subsidios y transferencias
esta función y en este lugar. Seguirán directas para la gestión de las bibliote-
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cas y 2.300.000 para la compra y dis- niños y jóvenes, el trabajo con videos y
tribución de libros. la realización de conciertos de música.
El conjunto fecundo y heterogéneo Hemos apoyado mediante la compra
de servicios que ofrecen las biblio- de cancioneros, música, guiones y obras
tecas populares a la comunidad, las teatrales, pensando que la lectura no es
convierte en un núcleo de pertenen- solamente encontrarse con un libro la
cia y convocatoria comunitaria que primera vez sino que incluye también
es muy difícil encontrar en otros es- recuperar las experiencias de los lecto-
pacios y que es muy difícil encontrar res y sus potenciales usuarios y ponerlas
con continuidad en el tiempo. en movimiento –tarea que, creemos, le
La gama de los servicios es diversa, el corresponde a las bibliotecas.
aporte a la cultura es fecundo y mul- Se trataba de un plan de lectura que prio-
tiplicador porque son un soporte im- rizaba a niños y jóvenes, y que constaba
portantísimo de la inclusión social. de lecturas no tradicionales y en sectores
Creemos que una de las tareas más im- no tradicionales. Se realizó un programa
portantes que llevan adelante las bibliote- en las unidades penitenciarias de todo el
cas populares es la transmisión horizon- país donde participaron 1.600 detenidos
tal del placer de la lectura y la posibilidad –siempre a través de las bibliotecas po-
de realizar un seguimiento a los muchos pulares, no de la CONABIP.
que por primera vez se acercan a una bi- Por otro lado, se puso en marcha el
blioteca: la biblioteca los va a buscar a Plan Nacional de Capacitación en las
sus casas a través de los bibliomóviles, los bibliotecas populares, que tiene como
changuitos, las mulas, las lanchas y todas los puntos más importantes las si-
los medios que utilizan para llevar ade- guientes cuestiones:
lante la experiencia de abrir el mundo La capacitación a la dirigencia social,
complejo que es una biblioteca. cuya edad promedio es de 50 años –en
En aquellos lugares donde no hay biblio- algunos lugares mayor. Por supuesto,
tecas, ellos se ocupan de hacer circular no sabían manejar computadoras, no
la lectura por otros y diversos medios, tienen vocación de alianza social con
y nosotros hemos apoyado con progra- otras organizaciones y además en el
mas, actividades y financiamiento esas plan de capacitación se incluyen a las
iniciativas, ya que se trata del desarrollo organizaciones de jóvenes que se dedi-
de políticas, programas y actividades que can a otras cosas para acercarlos a las
comiencen a encontrar en el desarrollo bibliotecas populares. También se les
de las bibliotecas populares un sentido da capacitación en alfabetización infor-
colectivo como país y un sentido colecti- mática, en el manejo de sistema de ges-
vo como movimiento social. tión informatizado y en programación
Hemos hecho especial hincapié en el entre otros. Y finalmente el programa
plan nacional de lectura en las biblio- de información ciudadana que tendió
tecas populares, un plan de recupera- a recuperar una de la cosas que las bi-
ción de la promoción de la lectura. El bliotecas populares en sus diversas crisis
plan incluía la organización de los pre- habían ido perdiendo, la idea de que la
mios Graciela Cabal, con los cuales las biblioteca es un espacio de servicio y de
bibliotecas sistematizaban su experien- crecimiento del ciudadano.
cia, y el armado de una serie de pro- La base de información ciudadana tiene
puestas que priorizaban el trabajo con registrada una serie de preguntas a través
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de necesidades tales como ¿qué hago si imaginación y de esos deseos y una puesta
mi hijo cae preso? ¿qué hago si a mi hijo al servicio de los otros. Es materia viva de
lo echan del trabajo? ¿qué hago si mi ma- transformación social, que en estos mo-
rido o mi mujer me golpea? Y remite a vimientos sociales, en el de las bibliotecas
la normativa nacional, a cuáles son los populares y tantos otros, está la materia
organismos nacionales encargados de ac- real de esta aspiración que nosotros po-
tuar, ya sea en la acción o en la omisión, demos tener como país y como sociedad.
y a cuáles son todos los mecanismos dis- Atraviesan enormes dificultades de toda
ponibles para los ciudadanos. Participan clase, nosotros como Estado atravesamos
más de 700 bibliotecas en todo el país y y seguimos atravesando, enormes dificul-
de esas 700, 500 ya están trabajando en tades para estar a la altura de las circuns-
la base de recursos provincial y munici- tancias. Las bibliotecas compiten cada día
pal, con lo cual nosotros pensamos que a con las tecnologías y con un montón de
mitad de 2007, vamos a tener un banco cosas que ya sabemos compiten con la
de recursos nacional, para lo que sería lectura y con el hecho de tener usuarios
satisfacción y cumplimiento de derechos o no, pero yo creo que competimos, que
y no solamente información de carácter compiten cada día con la falta de solida-
legal y comunitaria. ridad, con la falta de pensar y pensarse en
En estos 136 años, como veíamos, se un proyecto común y que en ese sentido,
modificó y se extendió la definición de ese espíritu que late en la mayoría de las
ciudadano, se incorporaron nuevas tec- bibliotecas, está la solidaridad y esta ilu-
nologías que posibilitaron el acceso a sión de pensarse colectivas es una materia
más y mayores oportunidades y también importante para cualquier proyecto de
hubo más empobrecimiento material y país y también para cualquier proyecto
subjetivo de la población en la Argentina. latinoamericano.
A medida que en algunos sectores alcan- Hay una agenda pública distinta, como
zamos grados de desarrollo en algunos decíamos al principio, en la Argentina
sentidos, en otros nos empobrecimos. No y también en América Latina. Yo estoy
solamente tenemos pobres materiales, en encantada de estar acá y de compartir
Argentina tenemos cantidades infinitas esto con Uds. porque hay un empeño
de chicos que no subjetivan, que no se solidario y común. Mucho antes de que
pueden representar en el mundo, que no nosotros nos juntemos, las bibliotecas
pueden representar su propia realidad y del Noroeste se juntaron con las de Bra-
que por lo tanto no pueden cambiarla. sil y con las de Uruguay y las del Oeste se
La biblioteca popular desarrolla una labor juntaron con las de Chile y fueron a al-
que a solas funda su existencia y justifica guna parte contando su experiencia, y yo
cualquier error que puedan cometer. estoy convencida de que las bibliotecas
La CONABIP sigue sosteniendo el im- populares son un vehículo para acrecen-
portante papel de la lectura como un tar la horizontalidad entre los pueblos y
elemento de inclusión social y de cons- por supuesto nosotros como CONABIP
trucción de ciudadanía. Porque la Argen- vamos a estar acompañando.
tina que estamos tratando de construir,
requiere de este fortalecimiento de las
iniciativas sociales y la verdad es que las (*) Presidenta de la Comisión Nacional
bibliotecas sociales son pura creatividad, Protectora de Bibliotecas Populares
deseos, imaginación y organización de esa (CONABIP)
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aires y suscita una réplica articulada, ya cional, en la que clérigos y frailes eran
que desde las filas liberales se responde los “letrados” por excelencia.
con acritud y perseverancia. En una nota titulada “Catecismo so-
En los aspectos ligados a lo eclesiásti- bre la tolerancia” Castañeda se dedica
co la tendencia de esa reforma no fue a definir precisamente lo no tolerable:
exactamente anticlerical, ni se enfrentó “... es que los bárbaros, los ladrones, los
al conjunto de la salteadores y los incrédulos se alcen con
Toda la discusión en torno a Iglesia. De hecho, el magisterio, y no contentos con rebuz-
la reforma eclesiástica fue muy clérigos liberales nar (...) se erijan en maestros (...) cano-
fuerte, irrespetuosa de cuales- fueron parte de la nizando los vicios”.25 Propicia abierta-
quiera reglas de cortesía, pro- conducción de las mente la reimplantación de la censura
clive al insulto y el chisme. reformas rivada- eclesiástica, proponiendo como misión
Ambos bandos cargaban con vianas (Julián Se- para el clero la de “...arrancador de la
todas las armas, y en su afán gundo de Agüero, cizaña que en diez años han sembrado
de confrontación generaron Valentín Gómez, los enemigos del orden...”.26
recursos de la prensa moder- Diego Estanislao “Fuera canallas (...) morid (...) infa-
na. Como paradoja llamativa, Zavaleta). Avanzó mes, y sabed que en Sud América no
es desde el lado del catolicismo sí en el cierre de hay un solo palmo de tierra para los
conservador que esas noveda- conventos, la su- ateos, impíos e incrédulos que con el
des periodísticas reciben ma- presión del diez- falso título de filósofos dogmatizan
yor impulso: el uso de ilustra- mo, la derogación contra la religión, se burlan de la pie-
ciones, incluso de caricaturas, de fueros especia- dad y ridiculizan nuestro culto.” Ironi-
un lenguaje grueso y directo, les, etc., algunas zando sobre el mandamiento cristiano
la apelación al humorismo, el de cuyas medidas de “dar la otra mejilla”, se refiere a que
uso de seudónimos y de co- afectaban parti- el evangelio no prohíbe que “...al que
rresponsales ficticios, etc. cularmente al cle- nos diere un bofetón injustamente le
ro regular. demos nosotros por caridad una buena
Toda la discusión en torno a la reforma paliza para que no sea insolente, des-
eclesiástica fue muy fuerte, irrespetuosa vergonzado y atrevido...”.27
de cualesquiera reglas de cortesía, procli- Todos los ilustrados son sus enemigos,
ve al insulto y el chisme. Ambos bandos de Voltaire a Volney, de Rousseau a Pai-
cargaban con todas las armas y en su afán ne, e incluso invita a atizar una hoguera
de confrontación generaron recursos de en medio de la plaza con sus libros.
la prensa moderna. Como paradoja lla- La retórica punzante florece al mismo
mativa, es desde el lado del catolicismo tiempo en los periódicos liberales,28
conservador que esas novedades perio- si bien algunos de ellos esbozan un
dísticas reciben mayor impulso: el uso de tono más elevado, como veremos a
ilustraciones, incluso de caricaturas, un continuación.
lenguaje grueso y directo, la apelación al Un órgano defensor de la reforma ecle-
humorismo, el uso de seudónimos y de siástica es El Centinela, orientado por
corresponsales ficticios, etc. el poeta Juan Cruz Varela. Este perió-
Allí están las múltiples publicaciones, de dico asume la discusión intentando un
interminables y provocativos nombres tono elevado, de identificación con el
que dirigía Francisco de Paula Castañe- bien público y el progreso.
da.23 Él y Fray Cayetano Rodríguez24 se Visualiza a la reforma como una supe-
erigen en voceros de la sociedad tradi- ración del orden colonial:
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“La reforma del estado eclesiástico es tico en la honorable junta que al asesino se
necesaria, y lo es tanto más cuanto que le debía privar del veneno y del puñal...”34
subsistiendo aun en su seno muchos de
los derechos que le adquirieron los siglos E incluso llama a revisar los funda-
de humillación, y no pocas de las institu- mentos del pacto que une a pueblo y
ciones a que dio lugar la ignorancia o la gobierno, en un regreso a la concep-
política astuta...”.29 ción tradicional de “retroversión” de la
soberanía que puede interpretarse sin
Y se orienta al sometimiento de la au- demasiado esfuerzo como incitación a
toridad eclesiástica respecto de la civil: la insurrección:
“... la potestad de la Iglesia debe ser inde- “... me empeñaré también en persuadir al
pendiente de lo civil en cuanto a la fe, y a pueblo soberano que no fíe tanto de sus re-
la doctrina que rige el fuero interno; pero presentantes, tanto legislativos, como eje-
no es así con respecto a lo que ella ordena cutivos y judiciales y que confiriendo sus
sobre la policía exterior que toca al orden facultades se reserve algunas (...) pues no
público y que puede perjudicarlo...30 puede ignorar el pueblo soberano que hay
... es menester, pues, hablar delante del ya una facción numerosa de sansculottes y
pueblo de un modo consecuente y no ateístas que aborrecen al Venerable Clero
como a presencia de una manada de (...) ¿qué pueblo soberano es éste que nun-
carneros...31 ca puede ejercer inmediatamente siquiera
La reforma se vincula a la revolución un acto de soberanía? ¿Acaso soberano
de mayo “... esta reforma nos pondrá en quiere decir carnero?” 35
nuestra opinión, en el paso atrevido y su-
blime de nuestra revolución misma...”32 Entre los improperios y el lenguaje
inquisitorial, se desliza también una
Contra la reforma vuelven a enfilar discusión doctrinaria, sobre el carácter
Fray Cayetano Rodríguez33 y Francisco del pacto social y el origen de la au-
de Paula Castañeda, que defienden a la toridad. Castañeda ataca con el con-
Iglesia y acusan al gobierno de exce- tractualismo del padre Suárez a los que
derse en sus atribuciones, a la vez que fustigan al clero apoyándose en el con-
dedican sus dardos a toda la herencia tractualismo de la Ilustración.
política y cultural de la Ilustración. El Argos de Buenos Aires era un órgano
Castañeda edita un periódico sólo para auspiciado por el gobierno, que apa-
contestarle a El Centinela, se llama La recerá entre 1821 y 1825. La guerra
guardia vendida por el Centinela y la de independencia continúa en Perú,
traición descubierta por el Oficial del e incluso en Salta36 pero ya no ocupa
día, que comienza a publicarse el 28 el primer plano de las preocupaciones
de agosto de 1822, el momento álgido rioplatenses, absorbidas por la guerra
del enfrentamiento por la reforma: civil y la búsqueda de alguna estabili-
dad que permitiera salir de la “anar-
“El Centinela es el arsenal de todos los fi- quía”. Este periódico será impulsor de
lósofos incrédulos, que insensiblemente nos las ideas ilustradas en general, y de los
han ido propinando el veneno de la heré- variados ramos de reforma que dirige
tica parvedad, y clavando el puñal de la Rivadavia, empeñado en mostrarse
irreligión; (...) ya nos dijo un sabio eclesiás- como un dechado de buena adminis-
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das las variantes del liberalismo y la iz- derse la trabajosa formación de la socie-
quierda en 1951, para contraponerlo dad y el Estado nacional en Argentina
a la apoteosis sanmartiniana del año sin acudir a las ideas cruzadas en la pren-
anterior, impulsada por el gobierno sa, atendiendo no sólo a los contenidos,
peronista. Sendos libros dedicados al sino a los particulares modos y tonalida-
personaje vieron la luz en 1951, con des que esos debates adquieren.
la autoría de Tulio Halperín Donghi,
Alfredo Palacios, Ricardo M. Ortiz o
Benito Marianetti. (*) Asesor de la Biblioteca Nacional
Más importante aún, no puede enten- Argentina
NOTAS
1. Cf. J. C. Chiaramonte, Ciudades, provincias, Estados: Orígenes de la Nación Argentina (1880-1946), Buenos
Aires, Emecé, 2007.
2. Acerca del papel desempeñado por la prensa en el período formativo de los Estados en América Latina, pue-
den verse los distintos artículos contenidos en Paula Alonso (comp.) Construcciones impresas. Panfletos, diarios
y revistas en la formación de los estados nacionales en América Latina, 1820-1920, Buenos Aires, 2003.
3. Valga el conocido ejemplo de Sarmiento que ya en Recuerdos de Provincia, afirmaba que Rosas temía más
a la prensa que a las conspiraciones, y luego se atribuirá su derrocamiento, empresa en la que su contribución
había sido exclusivamente de pluma y casi nada de espada, y en la que las notas en la prensa habían sido más
gravitantes que los libros, demostración de megalomanía sin duda, como insiste su biógrafo Gálvez, pero
también expresión del amplio consenso sobre el poderío de la intervención político-periodística.
4. “Prospecto de un periódico que se publicará todos los Martes en la Ciudad de Buenos Ayres con el título del
Independiente. Discurso Preliminar, p. 2, 1815.
5. El periódico inicial, Telégrafo mercantil, rural, económico e historiógrafo...ya mostró la presencia de algunos inte-
lectuales que luego participarían en el movimiento de Mayo, pero no tuvo la trascendencia del posterior Semanario
de Agricultura, Industria y Comercio, que dirigido por Hipólito Vieytes, comenzará a aparecer en 1802.
6. Manuel Belgrano editará El Correo del Comercio poco antes de la revolución de Mayo, y junto a Vieytes será
el principal publicista en cuestiones económicas del último período colonial.
7. Cf. Gregorio Weinberg, Estudio Preliminar a Hipólito Vieytes, Antecedentes económicos de la Revolución
de Mayo, p. 11.
8. Semanario de Agricultura, Industria y Comercio, 10/11/1802.
9. Semanario..., 16/12/1803.
10. La Gazeta de Buenos Aires, 7 de junio de 1810.
11. La Gazeta..., 21/6/1810.
12. La Gazeta..., 11 /10/1810.
13. Véase N. Goldman, “Crisis imperial, revolución y guerra”, en N. Goldman (dir.) Nueva Historia
Argentina, tomo III, Revolución, República, Confederación (1806-1852), Buenos Aires, Sudamericana, 1998.
14. La Gazeta..., 13/11/1810.
15. La Gazeta...,29/11/1811.
16. La Gazeta..., 17/12/1811.
17. La Gazeta..., 27/12/1811.
18. La Gazeta..., 31/12/1811.
19. La Gazeta..., 14/2/1812.
20. EI Independiente, 17/1/1815.
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Tabla 1:
Software utilizados
serva que el 73,40% tiene una función avanzada); el 41,80% edita la entrada
por defecto, usualmente la búsqueda para modificar la expresión de búsque-
y sólo en el 41,10% de los OPACs es da; el 24,90% combina comandos y el
posible seleccionar otras funciones, ta- 17,20% depura los enunciados de la
les como préstamo interbibliotecario, búsqueda. (Gráfico 1).
materiales en reserva, etc. Así mismo,
el 71,40% permite seleccionar un ar- En el Área II, referida al control de for-
chivo determinado, por ejemplo, se- mulación de la búsqueda (Gráfico 2), se
gún el formato del material. Cabe des- verifica que el 6,40% requiere el uso de
tacar la baja frecuencia de aparición de claves de búsqueda derivada para recu-
utilidades que permiten personalizar, perar datos precisos en campos determi-
acotar o modificar tanto los paráme- nados. Pocas unidades dan acceso al ca-
tros como la sintaxis de búsqueda: ape- tálogo de autoridades (16,20%), y por
nas el 24,20% da la opción de definir el contrario, es de uso general la opción
valores por defecto para la sesión; el de búsqueda en texto libre (95,30%),
44,80% reconoce distintos niveles de en campos seleccionados (78,80%) o
diálogo (búsqueda simple / búsqueda en el registro completo (58,20%). Pero
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Gráfico 1: Área I,
control de operaciones
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rados (Gráfico 5), el 46,10% habilita cia al usuario (Gráficos 6 y 7), algunos
la opción de seleccionar una visualiza- de los OPACs relevados proporcionan
ción a partir de formatos predefinidos; listas de archivos para revisar (49,50%)
el 58,60% de seleccionar registros es- y/o brindan listas de campos de bús-
pecíficos y el 24,90% de ordenar resul- queda y de comandos para examinar
tados para su visualización. Al exami- (45,50% y 10,40% respectivamente).
nar la posibilidad de manipulación de Sólo el 38,70% muestra índices o tér-
los resultados de la búsqueda desde el minos de tesauros y apenas el 12,10%
OPAC, se advierte que únicamente el autoriza al usuario a ver la historia de
35,00% ofrece el medio para realizar la búsqueda. (Gráfico 6).
la impresión en línea de los mismos y
el 20,20% autoriza al usuario a guar- El 85,90% indica la ubicación del
darlos, enviarlos por correo electróni- ítem y el 37,00%, la disponibilidad,
co y/o exportarlos. (Gráfico 5). para facilitar el acceso al mismo. En
lo concerniente a la ayuda que orien-
En el Área IV, vinculada con la asisten- ta al usuario durante el proceso de
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La perspectiva Groussac
Por Horacio González
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nacional, y quizás sea una de las viejas otros textos muy notorios que sí se con-
instituciones que permanece imbricada servan, incluso manuscritos, en la sala
con esa idea a partir de su creación. El del tesoro de esta Biblioteca Nacional.
documento se conserva en el archivo de El debate era un debate político e
Cádiz y está desde luego digitalizado. Se ideológico, pero también filológico,
puede obtener por Internet, en nuestro de gran interés. El texto del Plan de
caso tenemos uno, y ese documento, operaciones, que dice al enemigo ni
como ha sido descubierto a lo largo justicia y demás exclamaciones de
de todo el debate que implica a este esta índole, propias de Robespierre,
texto, no está escrito de puño y letra ha sido sometido a muchas prue-
de Mariano Moreno. Pero se conoce el bas de autentificación. El carbono
puño y letra de quien lo escribe: es un 14, que es una técnica de los años
espía de la corte de Carlota, de la corte sesenta, dio resultados aproximados
brasileña, que podría tener la inten- pero inciertos, como bien explicaba
ción de perjudicar a Mariano Moreno Ximena Cruzat Amunátegui, colega
sometiéndolo a la autoría forzada de un directora de la Biblioteca Nacional
texto que no habría escrito. Es un texto de Chile. Ignoro si se ha sometido a
sanguinario. Es un texto que convoca otras pruebas científicas que verifi-
a la violencia. Es un texto que llama caran con más precisión qué es este
a producir las operaciones más duras documento y cómo hay que interpre-
contra los enemigos de la independen- tarlo, en la gran obra hermenéutica
cia y justifica, en la idea de emancipa- de la cual las bibliotecas nacionales no
ción, el hecho de que se puedan realizar pueden sentirse nunca ajenas. Porque
actos que en momentos de paz estarían son grandes entidades interpretativas,
reñidos con la conciencia de los valores las bibliotecas nacionales, y tienen esa
a preservar, pero que, para garantizar cualidad, por más que muchas veces
la independencia, se harían necesarias no queramos reconocerlo.
las medidas propiciadas en este escri- Groussac, en los cuarenta años que fue
to, notoriamente emparentado con la director de esta Biblioteca Nacional,
corriente jacobina. A lo largo de la con su perspicacia sin igual y con su
historia del debate, que en los años escritura de una sutileza imposible de
sesenta del siglo pasado adquirió carac- abarcar hoy –salvo por su discípulo
terísticas muy relevantes porque estaba Jorge Luis Borges, director de la
en juego la refundación de la nación Biblioteca Nacional apenas dos déca-
argentina; se trataba de determinar, en das y media después–, hizo un estudio
esa discusión, si se empleaban métodos sintáctico, filológico, aunque aún no
alusivos a la tradición jacobina, o se cri- tenía otros medios para debatir sobre
ticaba esta tradición. Discutir la autoría la autenticidad del Plan de operaciones.
de este escrito se volvió una cuestión Groussac concluye la absoluta falsedad
fundamental: señalar que era apócrifo, del Plan de operaciones, sin que se
es decir, lo habría escrito un espía para hubiera descubierto aún –eso fue pro-
perjudicarlo y no era de la autoría del pio de la actividad de investigación de
fundador de esta Biblioteca Nacional, Ricardo Levene unas décadas después,
y de la primera idea de independencia que identificó a quién pertenecía la
en la Argentina, implicaba tomar una letra del documento que hoy se guarda
posición respecto a Moreno, autor de en el Archivo de Indias– su autentici-
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dad. Por otro lado, ese documento se tino muy extraño, que vino muy joven
había descubierto en el Archivo de a la Argentina y su primer trabajo fue
Indias cuando Francisco Madero, de criador de ovejas. Era un gran auto-
constructor del puerto de Buenos didacta que señala su aversión francesa
Aires, busca en ese mismo archivo al jacobinismo. Un gran señor conser-
español la jurisprudencia y las Leyes de vador, con todo lo que le podamos
Indias que habilitan la construcción de atribuir a esta profunda vinculación de
nuevas leyes para alcanzar la arquitec- Groussac entre su conservadurismo
tónica definitiva de lo que era, ni más biográfico y su sutileza en la polémica,
ni menos, que el acusado puerto de siendo que fue
Buenos Aires, hoy casi desmantelado, uno de los más Pero el gran debate respecto
que iba a condensar toda la economía grandes polemis- quién fuera Mariano Moreno,
del país y su forma política y económi- tas de la historia el fundador de ésta Biblioteca,
ca futura. De modo que el documento argentina. Sus sigue abierto. Porque escribió
tiene el interés adicional de ser descu- polémicas siguen muy poco, escribió textos con-
bierto buscando documentación jurí- vigentes, contri- tradictorios entre sí, aunque
dica y económica para construir la buyendo a la idea todos insertados en coyuntu-
versión legal definitiva del puerto de de qué son los ras históricas decisivas, como
Buenos Aires, que es la que permanece documentos, cuál el famoso La representación de
hoy, con estas grúas desactivadas en es su vacilación los hacendados, que tiene un
Puerto Madero. Es precisamente esencial, cuándo tono más liberal, acorde con
Madero el que buscaba documenta- los podemos dar el tipo de comercio que pedía
ción. Cuando la lleva a los historiado- por ciertos, tanto Inglaterra para la Argentina,
res argentinos, sobre todo al general este documento o como su famoso Decreto de
Mitre, que era el historiador señero de del archivo de supresión de honores, que es
la época, gran investigador, gran docu- Cádiz, como de alguna manera lo contrario
mentalista, percibe Mitre que ese algún documento del Plan de operaciones.
documento altera de alguna manera la que deberíamos
ilación de la historia argentina y desis- enrollar ante un peligro –pues todo
te de comentarlo abandonándolo. Pero documento está en peligro siempre–,
lo recupera otro historiador, Norberto cómo lo deberíamos preservar, y si no
Piñero, que lo da por cierto, y dice: tuviera mayor interés, incluso en el
“esta es la nación argentina, con su vio- hecho de que fuera falso, como muchos
lencia, justificada en aquel momento, historiadores argentinos, que hasta
ahora no, y con las decisiones que tuvie- hoy escriben sobre este documento,
ron que tomar nuestros mayores para indicarían. Siendo que falso vale tanto
garantizar la libertad”. Es decir, deci- como si fuera verdadero, o más. Pero
siones de violencia. Inmediatamente el gran debate respecto de quién fuera
Groussac, el director de la revista La Mariano Moreno, el fundador de esta
Biblioteca, en esa misma revista, que Biblioteca, sigue abierto. Porque escri-
luego será clausurada por esta polémi- bió muy poco, escribió textos contra-
ca, por decisión del ministro de dictorios entre sí, aunque todos inser-
Cultura, dice: “este Plan no puede ser tados en coyunturas históricas decisi-
cierto, si este Plan fuera cierto la vas, como el famoso La representación
Argentina sería un país invivible”. de los hacendados, que tiene un tono
Groussac era francés, un francés argen- más liberal, acorde con el tipo de
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Levene descubre la letra estricta del la policía, por supuesto, inútil, en ese
espía de Carlota, hay muchos docu- momento. Después les hace juicio
mentos de este señor, que son los porque parece que le robaron el reloj.
documentos del copista. Lo que llamé 1905, se toma la Biblioteca Nacional
la perspectiva Groussac para las biblio- porque no había radios, porque no
tecas nacionales es la perspectiva que había posibilidad de tomar una televi-
ve a las bibliotecas nacionales en medio sión inexistente, y hoy al mismo tiem-
de climas inciertos, con sus documen- po ¿quién tomaría Internet? ¿dónde se
tos amenazados siempre. De esta toma Internet? Una biblioteca nacio-
manera Groussac concibe, antes de la nal era un organismo visible en el
televisión, antes de la radio y antes de tejido de la ciudad, era un lugar clave,
Internet, que las bibliotecas nacionales como lo demuestran los acontecimien-
deben dar una opinión, pero no una tos de Bagdad y del Medio Oriente en
opinión vaga, como a veces hacemos general, como los grandes museos, que
nosotros, los directores de las bibliote- atesoran las grandes riquezas de la
cas nacionales que aquí y allá ponemos humanidad, y han sido destruidos
nuestros, en fin, alfilerazos, respecto a militarmente o saqueados. Es un poco
tal o cual tema con suerte dispar, o con la historia de las guerras, va simultánea
las críticas que se hacen porque opina- con el saqueo. Basta visitar el Louvre.
mos así. En el caso de Groussac la Uno puede decir que lo cuidarán
opinión era filológica, científica pero mejor ahí, pero son saqueos históricos
de una ciencia que provenía del análi- que, por el reverso, nos permiten com-
sis de textos. No es nada muy diferen- prender la historia de la humanidad.
te a lo que podríamos imaginar hoy, No es nada diferente en esta Biblioteca
en un mundo mucho más complejo en Nacional. Por eso las bibliotecas nacio-
el tratamiento de los signos, que es el nales no son meros centros de investi-
mundo de Internet, el mundo de la gación, aunque los contienen. Diría
digitalización, de la automatización de que tampoco son meras salas de lectu-
los servicios. Lo que concibo que es ra, ni meros actos de preservación
una Biblioteca Nacional, de alguna porque sus formas simbólicas las lleva
manera, pertenece a este rango de a ser, en la perspectiva Groussac que
intervenciones sobre la vida pública. A imagino y que no considero desacerta-
pesar de que hoy las bibliotecas nacio- da si aceptáramos que estamos en un
nales tienen que disputar frente a los medio conceptual diferente de la con-
medios de comunicación de masas. servación, instrumentos para el trato
¿Qué hacer frente a la televisión? ¿Qué de los grandes signos de la historia de
plan de lectura hay que hacer que no la humanidad, que son su memoria, su
sea el plan de lectura de 1910 o de forma de escribir y todo lo que se ha
1930, de la época de Groussac, donde discutido en estos días respecto a
apenas existía la radio, que no podía cómo preservar y cómo imaginar las
disputar con las bibliotecas nacionales? metadatas. Ahora querría referirme a
En 1905 los insurrectos radicales, en eso porque me parece un tema de gran
su intento de tomar la ciudad de interés relacionado con lo que venía
Buenos Aires contra el gobierno con- diciendo. Lo de Groussac, fuera del
servador, toman la Biblioteca Nacional. medio de la conservación de docu-
Está el irascible Groussac, que llama a mentos y de la proliferación del modo
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en que se los lee con nuevas formas de de signos. De modo que, pensándo-
lectura, era una operación de caracte- lo de esta forma, me parece que en
rísticas científicas, si queremos llamar- las amistades que estrechamos, en
la así, pero una ciencia del texto, las emocionantes palabras de nues-
inherente a las Bibliotecas Nacionales tro compañero, Tomás de Matos,
en su preservación y nada diferente al director de la Biblioteca Nacional de
mundo del meta- Uruguay –gran escritor uruguayo,
Tanto el fortalecimiento rela- dato, que es pre- especialista en bibliotecas populares
cional entre las bibliotecas cisamente la pre- y pensador agraciado por la ironía–,
nacionales de América Latina servación de en la profundidad del destino de
como los debates que se insi- aquellos materia- los pueblos, que no pueden estar
nuaron y se vivieron aquí, y les que surgen en sometidos a caprichos ni a tonterías,
que recogen otros que ABINIA ese mismo hay algo mucho más fuerte que nos
a lo largo de su existencia ha mundo, es decir, une que cualquier episodio de la
promovido, tienen un efecto que no tienen la vida nacional de nuestros países que,
de radiación indispensable en referencia empí- hasta que imaginemos soluciones
nuestras bibliotecas. rica, táctil y visual mejores, pueden tener hasta cierta
de aquello que pobreza de lado a lado. Las biblio-
surge con cierta brutalidad física ante tecas también sirven para esto: son
nosotros, el libro, que en su brusque- el gran terreno de la manifestación
dad empírica posee gran belleza. de una América Latina con distintas
Debemos prepararnos para los tiempos soluciones políticas y de ideas en los
nuevos que se vienen en América Latina distintos países.
e intervenir desde la especificidad de las Si se puede construir un lenguaje co-
bibliotecas nacionales en los grandes mún, será también responsabilidad
debates. Tanto el fortalecimiento rela- de las bibliotecas nacionales actuar
cional entre las bibliotecas nacionales hacia el pasado con amor filológi-
de América Latina como los debates co y hacia el futuro con una fuer-
que se insinuaron y se vivieron aquí, te participación en el debate sobre
y que recogen otros que ABINIA a lo los nuevos medios técnicos, sobre
largo de su existencia ha promovido, la representación de la vida, la re-
tienen un efecto de radiación indispen- presentación de los signos y el gran
sable en nuestras bibliotecas. desafío que representa aquello que
Los debates diarios, los conflictos dia- surge bajo el signo de la precarie-
rios, que no ocultamos y que se dan en dad, que es la meta data. Aprender
un mundo pequeño, de amistad, son sobre esto es un deber de nosotros.
debates que tienen pertinencia porque Aprender mucho más, aprender de
son discusiones que siempre existieron quienes ya saben mucho, hará que
en las bibliotecas nacionales en sus nuestros debates sean sin duda mu-
distintas eras –tecnológicas, científicas, cho mejores y que las soluciones que
conceptuales y de análisis de textos–. encontremos se acerquen a ser las
La filología, en tanto análisis de apropiadas. Me da la impresión que
texto, es una tecnología muy sutil, entre todos nosotros, las bibliotecas
de alguna manera muy parecida a la nacionales y sus directores, no son
digitalización, ya que ambas son for- fáciles las comunicaciones siquiera
mas de decisión y de interpretación por razones de distancia espacial. Es
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Labor
No es sencillo deslindar con
bibliotecológica rigurosidad en qué consisten
las tareas bibliotecológicas.
Ellas están urdidas de distin-
tas capas de saberes y destrezas.
En el repertorio de sus recur-
sos hay múltiples aspectos que
concurren rehaciendo una y otra vez su vocación. Las bibliotecas
deben lidiar con su afuera y no pueden permanecer indiferentes a
los movimientos culturales de cada época, aunque tampoco deben
plegarse a ellos con optimismos pueriles. Las memorias lectoras y
las experiencias sociales actúan, unas veces, como sus secretas com-
pañeras de ruta, y otras como rivales capaces de discrepar. De esas
tensiones nacieron las Bibliotecas Nacionales, entre disturbios y
promesas emancipadoras, porque estas alternativas obran como la
trama interna de instituciones que nunca estuvieron a salvo.
Esta sección presenta un conjunto de escritos e imágenes que hacen
a la naturaleza constitutiva de la biblioteca. Tanto en sus tareas
cotidianas alrededor de las decisiones sobre los textos que resguarda
y frecuenta curiosamente, como respecto a situaciones que interro-
gan el propio hacer bibliotecario.
Andrés Rivera y David Viñas recuerdan sus vivencias personales
en torno a bibliotecas y libros. Sucesos políticos, traumas colectivos
y sus propios recorridos literarios que van trazando un recorrido
por los modos de habitar la ciudad y pensarla en sus rincones.
José María Gutiérrez presenta un análisis minucioso de un docu-
mento recientemente adquirido por la Biblioteca. Se trata de un
manuscrito que lleva la firma de Saavedra y Moreno, y que ordena
la expropiación de los libros pertenecientes de los conspiradores de
Córdoba, quienes ponían en riesgo la naciente revolución indepen-
dentista. Un documento que puede ser considerado como un antece-
dente inmediato de la fundación de la Biblioteca Pública de Buenos
Aires, paso previo, a su vez, de la Biblioteca Nacional. La impronta
jacobina y expropiatoria que expresan los garabatos, escritos con la
urgencia que impone el peligro, nos permiten reconocer los orígenes
conflictivos y polémicos en los que fundó la institución.
María Etchepareborda, Jefa de la Sala del Tesoro, nos ofrece una
visita por las principales colecciones que la pueblan. Un viaje por sus
piezas únicas, su historia y el modo en que llegaron a la Biblioteca
Nacional. Una genealogía de la Biblioteca, a partir de sus adquisi-
ciones y de las primeras donaciones que conformaron sus fondos.
El Archivo de Manuscritos es presentado aquí por Vera de la
Fuente y Ana Guerra, a partir de los documentos que atesora. La
colección Frondizi, donada por el Centro de Estudios Nacionales
y la colección Luis Emilio Soto, adquirida el año pasado por
la Biblioteca, que cuenta con abundante correspondencia entre
renombrados intelectuales durante las décadas del 20, 30 y 40.
Mario Tesler, bibliotecario e investigador de la Biblioteca
Nacional, nos ofrece un estudio de las formas en que Rodolfo
Puigróss fue apareciendo con distintos seudónimos. Un rastreo por
nombres que variaban alcanzando, aunque sea provisoriamente,
la utopía de ser Otro.
Finalmente, una selección de fotografías, preparada por los miembros
de la Fototeca Benito Panunzi de la Biblioteca Nacional, que inte-
graron la muestra Por la fuerza del trabajo, inaugurada en marzo de
2007, recogiendo imágenes del desarrollo del trabajo en el país.
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Bibliotecas perdidas
Por Andrés Rivera y David Viñas
Andrés Rivera
A. Dedico las torpezas que van a escu- res al año en un programa de informa-
char a Amanda Toubes y a Susana ciones que se supone tiene por objetivo
Fiorito. Estas dos mujeres compar- luchar contra el comunismo, y si usted
ten un solo amante que recibe sus fuera el encargado de este programa de
más deliciosas caricias. Ese amante lucha contra el comunismo, ¿adquiri-
tiene un nombre: las bibliotecas. ría usted las obras de unos 75 autores
B. Siento un placer que no puedo comunistas y las distribuiría por todo
describirles y es éste: hoy un inte- el mundo estampando en ellas nuestro
lectual argentino brillante, cargado sello oficial de aprobación? ¿O prefiere
de tics incomparables, culto como no contestar a esta pregunta?
pocos y excepcionalmente polé-
mico y agresivo, está aquí. Nunca A todo lo largo del interrogatorio
estuve tan cerca de él como hoy, y Hammett se había atenido creo que a
aquí, el maestro, David Viñas. la cláusula cuarta de la Constitución
C. Voy a perpetrar algunas digresiones. norteamericana que prohíbe contes-
Ahora vamos a trabajar, ustedes y tar para acusarse a sí mismo.
nosotros.
Para empezar, esta es una biografía Mr. Hammett: –Bien, yo pienso, por
de Dashiell Hammett, el autor del supuesto no lo sé, que si estuviera
Halcón Maltés. Lo juzga la comisión luchando contra el comunismo creo
Mc Carthy el 26 de marzo de 1953. que lo haría no dándole a la gente
ninguna clase de libros.
Un subcomité del Senado presidido por Presidente Mc Carthy: –Viniendo de
Joseph Mc Carthy estaba examinando un autor, este comentario es poco
las acusaciones de que libros pro-co- corriente. Muchas gracias, ha termi-
munistas habían conseguido infiltrarse nado el interrogatorio.
en 150 bibliotecas dependientes del
departamento de Estado en el extranje- 2. La primera revolución perfecta, la
ro. Había 300 ejemplares de libros de más burguesa y acabada y ejemplar
Hammett en las estanterías de 73 de fue, en la opinión de Lenin, la fran-
estas bibliotecas. Hammett fue interro- cesa, la de la emblemática caída de la
gado a este respecto por el Presidente de Bastilla. Esa revolución se forjó en la
la subcomisión Joseph Mc Carthy, por biblioteca de Juan Jacobo Rousseau.
el Senador John Mc Cleanan y por el
asesor de la misma Roy Kohn. 3. ¿Cuáles fueron las bibliotecas que
dieron agua y pan a Kurt Wilkens,
Les evito el largo interrogatorio. el obrero anarquista que puso fin a
Como estamos hablando de bibliote- la vida del teniente coronel Varela,
cas vamos al final. jefe de la represión armada de la
Patagonia trágica? Kurt Wilkens leía
Presidente Mc Carthy: –Permítame que a Bakunin y a Kropotkin.
le haga una pregunta Mr Hammett. Si
usted estuviera gastando, como estamos 4. ¿A quiénes leyeron los estudiantes que
haciendo, más de 100 millones de dóla- protagonizaron la reforma universitaria
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P.D.: ¿Para qué sirve este ejército? Inmediatamente pusieron sus manos
Para quemar libros de ciudadanos sobre él. Tapas rojas. Simbólico. ¿Qué
indefensos y para sofocar las más es esto? Son las obras completas de
justas rebeliones que haya conocido Dashiell Hammett. Lo revisaron. Lo
América Latina. revisaron por el color, porque si yo
Miren este libro. Fuimos con Susana llevaba el libro de David Viñas, que es
Fiorito a conocer el Chile de Salvador blanco, no pasaba nada. Y éste es un
Allende. Volvimos de Santiago. libro subversivo. No entendían nada.
Atravesamos la cordillera, ahora es Bueno, creo que no tengo mucho más
fácil. Nos paran en un puesto de que decir.
la gendarmería. Yo había puesto, a Sólo una súplica, y ya basta.
propósito, este libro sobre las ropas. Lean, por favor.
David Viñas
Quizá lo que pueda plantear en esta una biblioteca de barrio, entre otras
reunión de trabajo, según enunció cosas me llevaría algunos capítulos,
Andrés, sea complementar, desde una por así decir, de la literatura argenti-
perspectiva quizá más personal, algo na, literatura de nuestro país, que ya
así como una especie de autobio- solicita, lo de nuestro, una especie de
grafía, lo que Andrés subrayó como entrecomillado o puesta en bastardi-
contexto general, si bien es cierto lla. ¿No? El barrio. La generación de
que las propuestas que fue haciendo los años 20. Incluso Borges tiene cier-
Andrés implicaban ineludiblemente ta vinculación, considerable, con esta
dimensiones de su autobiografía de biblioteca de barrio. Si tuviera que
trabajador de la cultura. Él, Andrés, abundar sobre ese capítulo posible
propuso un abecedario, sugiriendo de la literatura argentina de los años
una serie de inflexiones, momentos, 20, pensando en lo barrial, diría que
circunstancias, vinculadas a las biblio- tanto la gente de Florida, pero más la
tecas, a las bibliotecas perdidas, a los gente de Boedo, aunque creo es un
libros perdidos. Fingiéndome más común denominador de los escrito-
ordenado, y muy en primera perso- res más considerables o más visibles
na, a partir de la propuesta que nos de ese momento, apuntan al barrio
hicieron al invitarnos a esta biblioteca como conjuro de la torre de marfil.
barrial, fui marcando 13 puntos que La literatura de los años 20 se define
podrían funcionar, eventualmente, por lo barrial como elemento contra-
como hipótesis de trabajo, es decir, dictorio a la generación del 900 que
como propuestas que sugieren o soli- subraya permanentemente la torre de
citan respuestas, discusiones. Todo marfil. Es decir, no el lugar privilegia-
lo contrario de lo que puede ser una do del escritor sino el mapa horizon-
bajada de línea o una formulación más tal que presupone un barrio. Borges
o menos dogmática. Lógicamente, es es categórico desde el comienzo: No
un poco vertiginoso venir a hablar a las calles del centro sino las calles aleja-
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rayitas las tenemos todos: arriba del la revolución de mayo, un Las Vegas
ombligo, abajo, en el lomo o en la degradado. ¿Qué es va segregando
frente, es decir que paulatinamente en esta Buenos Aires-Las Vegas, feria
la feria convertida en mercado nos convertida en shopping, frente a la
va convirtiendo en mercancías que cual postulamos la biblioteca y los
transitamos entre Las Vegas porteña libros como elemento crítico o como
del casino, del parque Belén y de la conjuro? Buenos Aires como alguna
mezquita. ¿Sí? Frente a eso, la recu- ciudad de la Malasia, que tiene el
peración de los libros. Yo postularía, alto honor de tener el edificio más
si se me permite, la biblioteca y los alto del mundo. Pues bien, al pie
libros como crítica o conjuro de todo y en los alrededores de ese altísi-
eso, que yo me animo a hacer una mo edificio pulula algo que ya está
apuesta, ese Buenos Aires predomi- instalado en Buenos Aires que es la
nante arquitectónica y urbanística- prostitución infantil. Es decir, ya, en
mente, en el segundo centenario de los grandes hoteles de Buenos Aires
se ofrece a los clientes privilegiados
en función de la única industria que
no tiene chimeneas y que va a avan-
zar al galope según se va viendo. Mi
ilustre tocayo, el señor Rockefeller,
es la segunda vez que viene en el
lapso de dos meses al Tigre porque
el proyecto de la putificación, para
ser enérgicos, de la ciudad de Buenos
Aires convertida en ciudad de Malasia
involucra desde Tigre hasta Quilmes.
¿Sí? Prostitución infantil y, termina
la hermana Pelloni, venta sistemá-
tica de vísceras de niños, decía, de
una novela de anticipación aluci-
nante. ¿Sí? Frente a esa eventual
alucinación de Buenos Aires como
contexto de libros y de bibliotecas
nuevamente apelamos, es una expre-
sión de deseos, al libro crítico, al
libro crítico, a las bibliotecas críticas,
no a las bibliotecas convencionales,
complacientes, autocomplacientes.
Apelamos, a partir de los libros y
de las bibliotecas, al pensamiento
crítico frente al pensamiento único,
hegemónico que presupone la prosti-
tución infantil y la venta de vísceras
de niños. Repito, esto es alucinante,
pero estamos hablando del porvenir
de nuestra ciudad.
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Un documento fundante:
sentencia confiscatoria de
Moreno y Saavedra
Por José María Gutiérrez (*)
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NOTA
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Por Vera de la Fuente y Ana Guerra
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cual obtener referencias completas so- En ese mismo año 1927 inicia el envío
bre su pensamiento, su evolución y su de sus artículos a dos revistas que se
producción como autor. editaban en Buenos Aires, primero
Del primero de estos seudónimos, el de fue a Claridad y luego a Nosotros. Esto
Rodolfo del Plata, me voy a ocupar aquí se constata al pie de algunos de ellos,
ya que es con él que este joven, nacido cuando las redacciones no le supri-
en el barrio porteño de Montserrat el 19 mían el datado con la ciudad desde
de noviembre de 1906, anticipa al inte- donde los remitía.
lectual de sus ensayos de plenitud y tam- A la revista porteña Claridad se incor-
bién, tras el mismo seudónimo, probó poró con una colaboración fechada el
con la novelística, género literario para el 26 de mayo de 1927 y aparecida el 10
cual mostró faltarle levadura. de junio. En esa oportunidad escribió
No sería de utilidad confeccionar un tra- dos páginas sobre recuerdos de un
bajo biográfico sobre Puiggrós o biblio- viaje, desde Kronstad a Leningrado en
gráfico de sus publicaciones soslayando compañía de Constantin Derschawin,
esta producción seudónima ya que sería joven estudiante y políglota ruso que
un trabajo incompleto, tal vez inútil, y se había iniciado recientemente como
que seguramente induciría a error. colaborador en esa revista.
A fines de 1926 había efectuado un Aunque comencé por consultar el
viaje por Europa, del que se ocupa índice general de Florencia Ferreira,
Isidoro Gilbert, en su citado libro, di- opté luego por revisar la colección
ciendo que fue el padre quien lo lle- de Claridad donde con el seudónimo
vó a la Rusia bolchevique en viaje de Rodolfo del Plata sobrepasan la veinte-
egresado, cuando Rodolfo concluyó na de asientos encontrados, la última
sus estudios secundarios. vez al pie de la crítica política que lleva
Como su padre tenía una actividad por título El fetichismo constitucional,
comercial en las colonias santafecinas, publicada en el número 184 del 8 de
a principios de 1927 se traslada a la junio de 1929.
filial ubicada en la ciudad de Rosario En La conciencia rural y en ¿Hasta
para desempeñarse como gerente de la dónde?, artículos publicados en los
empresa familiar. números 172 y 175 se circunscribió a
Desde Rosario, Puiggrós se inició críticas políticas provinciales, referidas
como escritor escudado tras Rodolfo en el primero a Santa Fe y al desper-
del Plata. En su primera etapa de tar de los ruralistas de la Federación
actuación se lo conoció más por este Agraria Argentina, y en el segundo a
seudónimo que por sus verdaderos la provincia de San Juan.
nombres y apellido. Instalado nueva- Frente a la vida es un diálogo entre un
mente en Buenos Aires, es en 1933 hombre de ciencia y un artista y fue
cuando define su fluctuante ideología incluido en el número que salió a la
política adhiriendo al comunismo y venta el 25 de julio de 1927.
deja para siempre de firmar como Aprovechando la situación reinan-
Rodolfo del Plata. Salvo dos trabajos te durante la presidencia de Plutarco
firmados con A. del Monte, los otros Elías Calles en México y el momento
seudónimos ya se alternaron con tra- político en la Italia de Benito Musso-
bajos que él firmaba como Rodolfo lini, expresa sus críticas hacia la Iglesia
Puiggrós o Rodolfo J. Puiggrós. Católica en México y los curas, noviem-
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234, 239, 241 y en la correspondiente ria de Brújula tuve buena suerte con
a los números 243-244. Por orden cro- la primera etapa, de ésta pude revisar
nológico, estos cinco artículo son Al- las catorce entregas en la hemeroteca
berdi y la filosofía importada, que versa del ya citado CeDInCI. Dado que los
sobre la influencia europea en nuestra números correspondientes a la segun-
evolución social; en ¿Qué es el criterio? da y tercera etapa son inhallables, me
trató acerca del criterio como factor de vi obligado a utilizar, con precaución,
la evolución individual y de los grandes los dos libros de referencias sobre las
movimientos colectivos; en Keyserling en revistas literarias argentinas mencio-
idea y en persona, habló de la visita que nadas al inicio de este trabajo. De
éste hiciera a la Argentina; en Teoría y las tres reproducciones facsimilares
práctica del antiimperialismo se ocupó que trae el libro de Pereyra, dos co-
del antiimperialismo como conquista de rresponden a las primeras páginas de
derechos y libertades y en el último de los números 15 y 16. Y esto es todo
estos artículos abordó el tema de La lo que pude ver de la segunda etapa.
civilización ecuménica. De cuanto digo sobre los seis últimos
He afirmado que fueron cinco las co- números, corro con los riesgos de no
laboraciones de Rodolfo del Plata en tener a mi alcance más que las men-
Nosotros y no las de Puiggrós ya que cionadas fuentes secundarias.
instalado nuevamente en Buenos Ai- A manera de lema, Brújula tuvo dos
res en 1933, entregó en ese mismo año subtítulos que mayormente no difie-
dos trabajos a Nosotros firmados con el ren entre sí, salvo la indicación de cuál
seudónimo A. del Monte. El primero sería su periodicidad: Brújula se inició
de éstos, Aurora rusa, con sus comen- como Revista mensual, independiente
tarios a propósito del libro de Waldo de arte e ideas y luego pasó a ser Revista
Frank del mismo título, clasificado por independiente de artes e ideas. Ignoro
Ardissone y Salvador como inscripto si en su última etapa se optó por con-
en Sociología, y el segundo, donde se tinuar con el mismo subtítulo o si se
ocupó de La comedia del antisemitismo, introdujo alguna modificación.
clasificado por dichas autoras como La primera época de esta revista, que
incluido en Política. Estas fueron las comenzó el 23 de agosto de 1930 y
únicas dos oportunidades en las cuales concluyó el 26 de setiembre de 1931,
Puiggrós usó otro de sus seudónimos fue con sus 14 números la más pro-
para escribir en Nosotros. lífica en apariciones. La segunda épo-
Respecto a la revista Brújula, Puiggrós ca comprende 4 números aparecidos
seguramente la engendró –como aseve- entre noviembre de 1931 y abril de
ra un autor– y dirigió, pero si nos ate- 1932. Durante la tercera y última,
nemos a lo manifestado en las portadas desde el 15 diciembre de 1931 al 16
de sus distintas épocas fue codirector. de enero de 1932, salieron 2 números
Fue la concreción del primer proyecto que fueron los finales.
editorial con la decisiva intervención Esta revista, que apareció en Buenos
de Puiggrós, por aportar además de su Aires mensualmente y con regulari-
buena formación intelectual, la dispo- dad, en el primer número asegura que
nibilidad económica que le brindaba la entrega sería el cuarto sábado de cada
su actividad laboral en Rosario. mes. Con la primera entrega de la se-
Para la reconstrucción de la trayecto- gunda etapa se constata que su lugar
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de edición había cambiado ya no era blicados en cada una de sus etapas y por
porteña sino rosarina, prometiendo algunos otros datos que de alguna manera
que aparecerá 1° de cada mes, pero su- la describen en su aspecto físico, tanto la
frió algunas breves postergaciones. En- segunda como la tercera no pasaron mu-
tre los dos números de la tercera etapa cho más de ser un intento por retornar.
medió no más que un mes. Al iniciar la segunda etapa de esta re-
En Buenos Aires la dirección y adminis- vista, la Dirección hace un balance de
tración al principio estaba ubicada en los resultados obtenidos, diciendo que
Díaz Vélez 4043, y a partir del cuarto ella por su acción perseverante e inde-
número en Pichincha 582; cuando se pendiente ha conseguido la conquista
mudó a Rosario atendió en Maipú 724 más sólida de que los hombres se pueden
y después en Santiago 1158. En esta enorgullecer, la conquista de espíritus
ciudad, como abonado al servicio de fraternos unidos por una misma inquie-
la Unión Telefónica le fue asignado el tud y fortalecidos en una esperanza que
número 20.167. La impresora en Bue- el mundo actual –encrucijada donde se
nos Aires fue Porter Hnos, con taller en hunden los viejos valores– se encarga de
Entre Ríos 1585, no figurando quien se confirmar todos los días.
encargó de igual trabajo en Rosario. Por los lazos estrechados con jóvenes de
Tres fueron las medidas aproxima- otros pueblos acuciados por problemas
das de esta revista mensual, alto x an- semejantes, la Dirección contaba con
cho 275x215 mm., 410x290 mm. y que Brújula será en adelante la revista
450x310 mm., lo cual da una idea de sus continental de los espíritus renovadores.
formatos. En cuanto a su volumen tuvo Por esos años no abundaban las revistas
primero 28 páginas, luego aproximada- literarias de izquierda, pero de las que
mente 8 y por último alcanzó a 12. circulaban eran otras las que recibían el
Se sabe que Brújula era vendida en favor de los ambientes renovadores ar-
kioscos y librerías. De éstas, en Buenos gentinos y de otros países hispanoame-
Aires se la encontraba en L’Amateur, ricanos, como Nosotros y Claridad.
Corrientes 1614, Güemes, en Galerías Después de cumplir una etapa res-
Güemes de Florida 165, La Humani- petable, fue exceso de optimismo la
dad, Santa Fé 2059, San Jorge, Santa Fe proyección calculada para la segunda
2118, El libro barato, Córdoba 1877, y etapa de Brújula; pero este exceso no
Mancini, Santa Fé 1094; y en Rosario podía ser menor y se justifica teniendo
la Librería “Ibérica” de A. Benítez de en cuenta que Rodolfo del Plata por en-
Castro, en General Mitre 826. tonces tenía 25 años de edad y Víctor
Durante sus tres etapas el precio de Luis Molinari apenas dos años más.
venta no varió. Fue siempre de $ Inicialmente figuraron como codirec-
0,20, el número suelto atrasado se tores Rodolfo del Plata, el ensayista M.
entregaba por el mismo importe y la Llinás Vilanova y el poeta Víctor Luis
suscripción anual era de $ 2. Molinar. Cuando aparece la quinta
En cuanto a la numeración, en la se- entrega, el 27 de diciembre de 1930,
gunda y tercera etapa presenta dos: se informa que Llinás Vilanova dejó
primero la independiente de cada una de pertenecer a la dirección. De todas
y, separada por un guión, la correlativa maneras Linás Vilanovba siguió co-
con las anteriores. laborando en algunos de los números
A juzgar por la cantidad de números pu- sucesivos. En lo que resta de la primera
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etapa de Brújula, es decir hasta el núme- seudo alfónimo por corresponder a las
ro 14 inclusive, continuaron a cargo los iniciales de su nombre y apellido reales,
otros codirectores. Durante la segunda pero para entonces esto es mera coinci-
etapa integraron la dirección Rodolfo dencia. Cuando Puiggrós ya había aban-
Puiggrós (Del Plata), Gastón Leval y donado a Rodolfo del Plata y firmaba pre-
Abraham Rabotnikof. En cuanto a la ferentemente con su nombre y apellido,
tercera etapa, no he podido constatar si vuelven a aparecer las iniciales R.P. al pie
fue unipersonal o compartida. de algunos escritos, entonces sí se trataba
De formación marxista, Rodolfo del de sus iniciales, era un alfónimo.
Plata y los otros dos codirectores fija- Con el carácter de alfónimo se encuen-
ron sus objetivos en el primer editorial tran estas iniciales R.P. en los prólogos
denunciando a las Dos fuerzas /que/ a los tomos I Pueblo y oligarquía, II El
han luchado hasta hoy en la historia ar- yrigoyenismo, III Los falsificadores del
gentina. De un lado el instinto nacional, marxismo y el problema nacional, IV El
la voz de la tierra. Del otro la imitación, neoliberalismo de la decadencia, V El
el deseo de colocar el país a la altura de peronismo y VI La clase obrera y el por-
las naciones europeas –o de Norte Amé- venir argentino, todos preparados en
rica o de Rusia–. La revista Brújula fue México durante 1965, que conforman
ubicada equidistante entre Rosas, los la tercera edición de la Historia crítica
montoneros, Yrigoyen, el yrigoyenismo y de los partidos políticos argentino, edita-
la Revolución de Mayo, Rivadavia, Al- da en Buenos Aires por Jorge Álvarez.
berdi, los constituyentes, /y/ la oposición Tal vez por sentir contradicción entre
política actual, y se manifestaron con- su actividad laboral como gerente de
trarios al mero socialismo ideológico. la empresa familiar en Rosario y sus
Se refleja la posición de la revista sobre ideas contrarias al régimen capitalista, y
la crisis institucional argentina en el creerse por lo tanto cómplice del siste-
editorial del segundo número, festejan- ma cuando alternaba en el Jockey Club,
do que su lanzamiento en la metrópoli lo comprobado es que entre 1927 y
haya tenido el éxito esperado, en vísperas 1932 Puiggrós cuidó bien de ocultar su
de la contienda cívica que destrozará el identidad, a tal punto que Rodolfo del
corrompido régimen yrigoyenista; pero el Plata, no su nombre y apellido, aparece
festejo rápidamente se trastrocó en el como codirector en la primera época de
alerta que fue lanzado personalmente Brújula y como autor de los artículos
por R.P. en su sección De todos los días: que escribió para ésta y las otras revistas
Aún no sabemos si el programa revolucio- ya tratadas, y también como autor de la
nario es una conjunción de inspiraciones novela La locura de Nirvo.
o una conjunción de oportunismo. Continuando con esta actitud, Puiggrós
En Brújula la presencia de Puiggrós es estaba decidido a usar el mismo seudóni-
sustancial. Además de artículos, críticas mo para su primer ensayo político. Por
bibliográficas y traducciones, se reservó eso, en la sección Panorama del N° 3 de
una sección fija desde donde conside- Brújula apareció esta información: Ro-
rar noticias y temas diversos atinentes a dolfo del Plata nos anuncia desde Rosario
cuestiones nacionales e internacionales la próxima aparición de su segundo libro
que firmó con el seudo alfónimo R.P. y que se titulará “El caos argentino”. En el
no como R. del Plata, según lo da Acha. ángulo inferior izquierdo del interior de
Puede argumentarse que R.P. no es un la tapa superior del N° 4, destinada a pu-
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según el poema Juan López y John Ward En esta interpretación tuvo su cuota
de Jorge Luis Borges. Podría también de influencia la repercusión en la
estar relacionado este pasiónimo, ¿por Argentina de la Revolución Mexicana
qué no?, con la Reina del Plata, sobre- más la Alianza Popular Revolucionaria
nombre cariñoso que Manuel Romero Americana, de origen peruano, cuba-
le dio a Buenos Aires, su tierra querida, no y puertorriqueño. En este incon-
en aquel tango estrenado en 1923 en formista constante, la influencia no
un cuadro del sainete El tango de París. debe tomarse como adhesión y mucho
Cuando optó por usar su nombre y apelli- menos en grado incondicional.
do, Puiggrós no abandonó abruptamente El posterior comportamiento político
al seudónimo que lo acompañó en su eta- de Puiggrós, hasta su muerte en el exilio
pa inicial de publicista militante. Durante cubano, tiene aquí, en La línea, un ante-
un tiempo pospuso a su nombre y apelli- cedente. Preocupaba entonces a Rodolfo
do, entre paréntesis, su seudo apellido Del del Plata cómo debían prepararse las
Plata; seguramente por ser más conocido fuerzas que substituirán a la burguesía
por el seudónimo. Así se lo encuentra no y de cómo se hará para dar el último
sólo figurando en su carácter de codirec- empujón que las arrojará de sus puestos
tor en la segunda etapa de Brújula sino dominantes y de la conformación de
–por ejemplo– colaborando en diciembre las instituciones nuevas, para reemplazar
de 1931, desde Rosario, con Nervio, re- a aquellas hijas del individualismo y de
vista porteña de ciencias, artes y letras de la anarquía capitalista. Para aportar sus
ideología libertaria; su artículo polémico reflexiones sobre la salida de esa encru-
La línea fue incluido en la novena entrega cijada optó por hacerlo desde la revista
que apareció en enero de 1932. Nervio con su artículo La línea.
Y que se lo conocía más por su Al preguntarse ¿cuál es la línea en que
seudónimo que por su nombre y debemos colocarnos? advirtió precaverse
apellido reales, lo demuestra la res- de la de los anarquistas y sindicalistas sen-
puesta de La Redacción, en el mismo timentales, ya que ve en ellos soñadores de
número de Nervio, donde se refiere una nebulosa libertad, balas perdidas del
al amigo Del Plata. problema social al que ignoran; la de los
A propósito del artículo La línea, éste tibios socialdemócratas por infatigables
reviste interés porque en él se encuentra abogados del reformismo que les permite
un tanto definida su postura ideológica mantener sus ventajosas posiciones en la
frente a la coyuntura histórica nacional sociedad burguesa, que indirectamente
e internacional de la década del 30, del defienden; y finalmente la de los comu-
siglo XX, ubicándose en lo que podría nistas, quienes sin una concepción real,
llamarse un comunismo nacional e completa y honda de nuestros problemas
indoamericano, distante del Partido peculiares, estando educados en la escuela
Comunista al que algunos suponen de Moscú, no han sabido la mayoría de
que hubiera ingresado en 1926 o en ellos, distinguir lo que hay de teórico, de
1928. Puiggrós detestaba el método general en ella, de lo genuinamente ruso,
de la revolución importada y señalaba por lo cual han confundido las enseñan-
a los hombres del Partido Comunista zas del mismo Lenín, que siempre tuvo en
argentino como culpables de hacerle a cuenta esto último y redondea diciendo
la U.R.S.S. el flaco servicio de conside- que quieren convertir a Indo-América en
rarla como un imperialismo cualquiera. colonia soviética.
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Federico Kohlmann.
“Cargando leña”. Lapataia.
Tierra del Fuego.
Circa 1930.
Gelatina de plata.
Federico Kohlmann.
“Cazadores de guanacos”
Tierra del Fuego.
Circa 1930.
Gelatina de plata.
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Federico Kohlmann.
“Tropa con lana” Puerto
San Julián, Santa Cruz.
Circa 1930.
Gelatina de plata.
Federico Kohlmann.
“El Puerto. Embarque de
cereales” Rosario. Santa Fe.
Circa 1930.
Gelatina de plata.
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Federico Kohlmann.
“Dársena de pescadores”
Mar del Plata. Buenos Aires.
Circa 1930.
Gelatina de plata.
Christiano Junior.
“El naranjero”
Buenos Aires.
Albúmina.
Año 1876.
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Fotógrafo no identificado.
“Explotación apícola.
Ministerio de Agricultura,”
Circa 1932.
Gelatina de plata.
Fotògrafo no identificado.
“Cultivo del trigo. La siega”
San Juan.
Circa 1930.
Gelatina de plata.
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Fotógrafo no identificado.
Taller imprenta “La Ley”.
Carlos Casares. Buenos Aires.
Circa 1920.
Gelatina de plata.
E. H. Schlie.
“Interior del aserradero de
E. M. Langworty.”
Colonia Florencia.
Circa 1890.
Albúmina.
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Federico Kohlmann.
“Incendio del pozo 128.
Yacimientos Petrolíferos.”
Comodoro Rivadavia.
Circa 1925.
Gelatina de plata.
Federico Kohlmann.
“Embarque de pasajeros”
Comodoro Rivadavia.
Circa 1925.
Gelatina de plata.
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