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Familia, Símbolo de Conquista.

Texto: Gn 12:3; Gn 14:1-17 Bendeciré a los que te bendigan, y maldeciré


a los que te maldigan. ¡Gracias a ti, bendeciré a todas las familias del mundo!

Reflexión:

La bendición de Dios ya está otorgada para cada familia del mundo


como leímos en el primer texto, sin embargo existen distintos factores
que han impedido que esta extraordinaria noticia pueda llegar a cada
grupo familiar. Pero hoy es el día señalado en que Dios la hace llegar a
tu familia. En el segundo texto leímos que a un hombre llamado Lot le
fueron expropiados sus bienes, sus tierras, su ganado y hasta su
familia, por un grupo de reyes enemigos que se revelaron en contra del
rey que los gobernaba. Ellos fueron tomados como prisioneros en
medio de ese conflicto. Evidentemente Lot se sintió mal en ese momento
por haberse ido de la casa de su tío Abraham donde vivió por muchos
años. Abraham era un hombre muy rico, poderoso, temeroso de Dios, y
bien respetado por toda la gente en su tiempo.

Abraham al escuchar que se habían llevado a su sobrino Lot en


cautiverio, juntó a toda la gente de su casa (familia y criados) y salió a
enfrentarse con este grupo de reyes enemigos. Finalmente después de
haber recibido la estrategia de ataque, Abraham obtuvo la victoria ante
este gran desafío y trajo de vuelta a su sobrino juntamente con todo lo
que le pertenecía. Esta es una historia bien interesante de la cual
podemos aprender cuatro principios bien fundamentales para la vida.
El primero es que dentro de la familia debemos desarrollar el sentido
de pertenencia. Quiere decir que tú debes sentir que cada uno de los
miembros de tu familia es parte de ti. Que debe interesarte lo que a
cada uno le sucede, sus momentos felices y de dificultad, los de peligro
y de inseguridad, los triunfos y los desaciertos, así como Abraham salió
a defender a Lot cuando estaba en peligro de muerte. El segundo es,
entender que la unión familiar es símbolo de conquista. Si hubiese
salido Abraham solo a pelear contra esos cuatro reyes que tenían sus
ejércitos bien armados y entrenados, nunca hubiera logrado algo
significativo, pero junto con toda la gente de su casa pudo obtener la
conquista y traer de vuelta a su sobrino Lot. El tercero es, cuando se
conocen y obedecen los principios divinos, tenemos la garantía de
hacer cosas que aparentemente son irrealizables, podemos enfrentar
problemas que parecieran no tener solución y salir de ellos a salvo,
conservando la paz y la armonía en la familia. El cuarto principio es el
poder del perdón trae reconciliación y salvación. Lot se había ido de
casa de su tío por ciertos pleitos entre los empleados que atendían sus
rebaños, lo cual hizo que se separaran y conformaran sus vidas uno
aparte del otro. Pero Lot eligió la opción más cómoda y que tuviera más
beneficios para sus rebaños. Con esto obligó a su tío irse a las
montañas para establecerse allá. Abraham era un hombre de corazón
limpio por lo que su estilo de vida era el perdón, permitiendo que la
ofensa de su sobrino pasara por alto por medio del perdón y salió en
busca de él, trayendo reconciliación y salvación para Lot.

Estos cuatro principios se encuentran activos dentro del seno de la


familia. Por lo que cada uno de los integrantes debe recuperar el
verdadero valor de la familia con quien vive, buscar el sentido real por el
cual estás rodeado de todas éstas personas que te acompañan en la
vida. Entender que la familia es el mejor lugar del mundo, valorar a
cada miembro como se merece, respetar y honrar la autoridad de los
padres sabiendo que ellos quieren lo mejor para ti. Conocer y obedecer
los principios divinos que llevarán tus pensamientos y acciones a un
solo acuerdo. Activar el poder del perdón el cual traerá gran liberación
en las casas, reconciliación entre los miembros y seremos librados y
salvados de todo tipo de males.

Declaración de fe:

Amado Dios, hoy entiendo que he nacido con planes eternos diseñados
por ti. Reconozco que no le había dado el lugar correspondiente a los
miembros de mi familia. Por eso hoy declaro que con tu ayuda se
desarrolla en mí el sentido de pertenencia para estar presente con mi
familia en los momentos que me necesiten. Declaro que unido a mi
familia podremos conquistar sobre las circunstancias más difíciles.
Declaro que el vínculo perfecto de nuestra unidad está en conocerte y
obedecer tu palabra. Y que activando el poder del perdón serán
cubiertas todas las faltas y errores que hoy nos puedan separar,
desunirnos o dividirnos. El vínculo perfecto de la unidad de mi familia
es Jesús. Amén!

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