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Donzelli, Roma,
2001
Como los pueblos, las villas y las ciudades se desarrollaron en puntos de encuentro de las
líneas de comunicación –caminos, ríos y ferrovías-, así formas sociales diferentes se
desarrollaron en los puntos de intercesión de importantes redes. Estos puntos de
intersección están constituidos por personas. Cada una representa un punto de intersección
de las redes. Sin embargo, no todos los individuos muestran el mismo interés y talento para
cultivar relaciones con personas de valor estratégico y en manipularlas a su ventaja.
Además, para hacer funcionar estas redes de lazos estratégicos –su empresa- en modo
ventajoso, tal individuo debe también sobrepasar sus rivales. Puede hacer esto mejor
gracias al uso de técnicas o recursos que no fueron experimentados primero en la misma
situación social. En breve, esta persona se convierte en implementador de innovaciones.
Esto significa que está preparado para asumir ciertos riesgos, ya que el resultado de una
innovación solitamente no es seguro. Un individuo que construya y conduzca una empresa
con el fin de obtener beneficio y, que en este proceso implemente innovaciones y asuma los
riesgos derivados, puede ser considerado un empresario. Ahora bien, los recursos que un
empresario manipula son de dos tipos diferentes, si bien se encuentran muy seguido
combinados. Los primeros son recursos como tierra, empleos, becas de estudio,
conocimiento especializado, que él controla directamente. Los segundos recursos están
constituidos por contactos estratégicos con otras personas que controlan tales recursos
directamente o che tienen acceso a tales personas. Los primeros pueden ser llamados
recursos de primer orden, los segundos recursos de segundo orden. Las personas que
dispensan recursos de primer orden pueden ser llamados patrones. Aquellas que dispensan
recursos de segundo orden son mediadores. Un mediador é por lo tanto un particular tipo de
empresario: uno que controla recursos de segundo orden y los manipula para el beneficio
personal. De esta manera, los mediadores son especialistas extremamente expertos en redes.
1
Artículo traducido por Pietro Giovanni Zampar para uso interno de la cátedra. Título original: Jeremy
Boissevian, "Manipolatori social: mediatori come imprenditori”, en: PISELLI, Fortunata, Reti: l’anlisi di
network nelle scienze social, Ed. Donzelli, Roma, 2001, pp. 279-298.
Podemos examinar como los mediadores ejercitan sus roles probando a responder a cuatro
preguntas: ¿Qué hacen los mediadores? ¿Quién se convierte en mediador? ¿Cómo hacen los
mediadores para obtener un beneficio? ¿Cómo hace carrera el mediador?
La respuesta más inmediata a tal pregunta es que un mediador social (social broker)
pone las personas en comunicación las unas con las otras, sea directamente que
indirectamente, con el objetivo de obtener beneficio. Así, él colma los vacíos de las
comunicaciones entre personas, grupos, estructuras y también culturas. La gama de
mediadores es muy amplia y varía entre los que controlan la comunicación entre parientes
y que el motivo de beneficio es más latente que manifiesto, a los intermediarios políticos,
cuyo medio de intercambio son servicios, informaciones, votos, hasta aquellos
especialistas, como los corredores de matrimonios y los agentes inmobiliarios, cuyas
relaciones son de carácter casi exclusivamente comercial, desde el momento que su tarifa es
abonada en gran medida en contante. La literatura antropológica abunda de ejemplos de
mediadores, ya que la manipulación de los otros es un tema fascinante. Pensemos también a
la popularidad de las historias de espionaje –un agente secreto es un excepcional ejemplo
de mediador que construye atentamente una red especializada para recoger información- y a
relatos sobre mediadores criminales, como en el bestseller de Mario Puzo sobre un mafioso
americano, El Padrino (terrible peliculón!). Pero tal vez el ejemplo más simple de
mediador de comunicación es el telegrafista que manda mensajes para un cliente. Muchas
empresas crecieron sobre la necesidad del hombre de comunicar con otros. Y así lo hicieron
también los mediadores sociales.
La más simple ilustración de este modelo se obtiene aislando las fases necesarias para el
envió de un telegrama. (1) Se formula un mensaje y se lo trasmite a (2) un empleado de la
empresa de telégrafos. Él lo controla y calcula la tarifa según el número de palabras, la
destinación y el canal que debe ser usado. Si goza de crédito puede pagar después, de lo
contrario debe abonar con anterioridad. El empleado pasa luego el mensaje a otro que lo
codifica y lo trasmite por (3) radio. Luego, el mensaje es (4) recibido, decodificado y
entregado a destinación (5). Si la interferencia fue mínima – y esto depende en parte del
canal usado, del mensaje y de las técnicas de codificación, lo cual depende además de la
tarifa abonada, el mensaje llega como fue enviado desde la fuente de información.
Leonardo estaba dispuesto a ayudarlo y dijo a Salvatore una carta para su primo, el
secretario personal de un funcionario de Palermo, rogándole de ayudarlo. Se ofreció
además de prestar a Salvatore una copia de su tesis, la cual, le hizo notar, le habría ahorrado
una gran cantidad de trabajo ya que era una buena tesis y había sido presentada a un
profesor diferente algunos años antes. Salvatore agradeció, pero le respondió que quería
hacer su propia tesis “para adquirir experiencia”.
En nuestro caso siciliano, como la gran parte de las cosas en Sicilia, es mucho más
complejo. Leonardo selecciono un canal estratégico capaz de llevar este mensaje de pedido
de ayuda mediante una línea de comunicación cuyos anillos no eran conocidos al inicio. De
los muchos canales que podía usar, él selecciono su primo de primer grado, un pariente
colocado estratégicamente en la escena politica de Palermo. La relación que él compartía
con su primo era un canal de gran eficiencia y de bajo costo. Además su crédito con el
primo era extremadamente alto por el carácter múltiple de las relaciones entre ambos. Por
la misma razón este canal era plurifuncional, capaz de llevar mensajes de varios tipos.
Algunos de los canales controlados por Leonardo, sobretodo mediante el aparato formal de
la Democracia Cristiana, eran usados casi exclusivamente para mensajes políticos de alto
costo. Por lo tanto, hubiera sido antieconómico usa estos canales para el mensaje de
Salvatore. Efectivamente, tal mensaje, a causa de su bajo contenido político, podría haber
sido seriamente molestado por interferencias si Leonardo hubiera seleccionado un canal
puramente político.
Después de haber seleccionado el canal, Leonardo codifico el mensaje, escribiendo una
carta de presentación. El código usado depende naturalmente del canal, del mensaje y
finalmente, en manera no menos importante, de la valuación tarifaria y del crédito
disponible por el transmisor. Leonardo trasmitió el mensaje enviando a Salvatore, con una
carta de presentación, a encontrar a su primo. Este último, actuó como enlace recibiendo,
decodificando, seleccionando un nuevo canal, recodificando y trasmitiendo al sucesivo
anillo de la cadena el mensaje, que al recibirlo actuó análogamente. La predisposición de un
mediador para actuar rápidamente como enlace para un mensaje enviado por otro mediador
deriva del crédito elevado que goza el transmisor inicial y/o del pagamento anticipado de la
tarifa. Las relaciones de crédito entre los varios parientes en la línea de comunicación eran
excelentes y la asistente del profesor sabia de registrar un beneficio en futuro si su superior
era elegido como diputado. Por este motivo, como buen y leal asistente universitario, él
intentó ayudar su patrón de cualquier forma imaginable.
Sin embargo, existen una cantidad importante de similitudes. La más singular que me
resalto es que la tarifa varía según del mensaje, de la destinación y del canal utilizado. En
segundo lugar, la habilidad de enviar eficazmente (con pocas interferencias) depende de
tener acceso a canales seleccionados. Finalmente, la capacidad de enviar mensajes
rápidamente, como el número y la capacidad de los canales, varía directamente con la
valuación de crédito del mediador.
Como se dijo, la estructura de la red de una persona y el uso que se le puede dar están
influenciados por muchos factores relativos a su ambiente social. Por más que la discusión
sobre la ideología esbozada precedentemente puede hacernos suponer que los mediadores
son más numerosos entre católicos que entre los protestantes, no tengo ninguna prueba que
esto sea así. Aun así, es evidente que la centralidad, el tiempo disponible para maniobrar
las relaciones sociales y el poder de los recursos de primer orden, son de particular
importancia para ayudar una persona a convertirse en un mediador exitoso.
Tiempo. Una persona que tiene más tiempo para dedicar a gestionar sus relaciones
sociales es más probable que cuente con un mayor número de relaciones sociales múltiples
y este mejor informado que otros. Estas relaciones, para un mediador, son sus recursos.
Para obtener un beneficio de sus relaciones este debe estar en grado de dedicar tiempo para
mantenerlas. Esto es esencial para el éxito de su empresa. Una persona la cual ocupación
permite d invertir tiempo para mantener relaciones mientras trabaja, como los negociantes,
gestores d café, y los artesanos anteriormente citados, se encuentra así en una posición
particularmente afortunada. También otros pueden estar en gado de encontrar el tiempo
necesario, porque controlan recursos económicos que no requieren demasiado tiempo para
ser gestionados, como un rico propietario de tierras cuyos hijos adultos trabajan bajo su
dirección. Los otros, en cambio, con ocupaciones que no dejan mucho tiempo libre, o no
permiten de mantener relaciones sociales durante el trabajo, deberán dedicarse a las
relaciones sociales en su tiempo libre, después del trabajo. Si tienen familia, este tiempo
deberá ser sustraído a aquel que se dedica al rol de marido y padre. En tal caso, el hogar
puede encontrarse en dificultades. Con este propósito se puede notar que soltero, un viudo o
un hombre con hijos adultos se encuentra en una posición más ventajosa que la de un padre
joven, el cual deberá invertir más tiempo en su rol familiar, si bien este factor varía bastante
según la cultura. El número de célibes que tuvieron éxito en política –y el inglés Edward
Heath es actualmente el más importante- es sorprendente.
Poder. El poder, en el sentido de control de los recursos de primer orden, es otro atributo
que aumenta la posibilidad de una persona de operar como mediador. Obviamente la
capacidad de influenciar el comportamiento de otros independientemente de sus deseos es
útil si una persona quiere enviar ciertos mensajes o activar una línea de comunicación. Más
potente es la señal, menor es la posibilidad que venga distorsionado por interferencias.
Además, señales poderosos pueden ser trasmitidos a considerables distancias ya que estos
activan –o en realidad, otras personas que están preparadas a recibir, recodificar y trasmitir
el mensaje a lo largo de una línea seleccionada al interno de la propia red. El poder del
señal puede derivar de la calidad múltiple de las relación que viene utilizada, como fue en
el caso de la relación entre Leonardo y su primo. Puede también derivar del poder que
sostiene un pedido de trasmisión de un mensaje, obligando así el sucesivo anillo a usar su
enlace más favorable por miedo de una venganza. Esto es lo que acontece cuando los
mafiosos “ayudan” las personas a trasmitir mensajes.
La predisposición a manipular relaciones, cuna colocación central o estratégica, mucho
tiempo disponible para mantener relaciones y poder son todas atribuciones que ayudan una
persona a convertirse en un mediador. Pero, al lado de estas atribuciones, una persona debe
tener también la habilidad de transformar el patrimonio constituido por sus relaciones
sociales en una empresa que produce beneficio. Esto requiere una buena medida de
habilidad y astucia.
Aun así, la tarifa es pagada raramente en el momento de la transacción. Más bien, en una
transacción social no es la norma un intercambio se servicios simultáneos. Solitamente
existe un considerable intervalo de tiempo entre los intercambios: “Comunica ahora y paga
después” o “Paga ahora y comunica después” son los slogans que guían la transacción de
los mediadores. Se trata de declaraciones de crédito.
La deuda es ciertamente una función del crédito ya que es su reciproco. Y también una
declaración de crédito porque es la prueba que el acreedor tiene confianza en la habilidad
de deudor para proporcionar servicios. Por lo tanto, estar en deuda es una demostración de
crédito –como descubre cualquiera que este acostumbrado a pagar en contante cuando
busca saber a bajo qué condiciones puede obtener un préstamo. (En Canadá descubrí que,
dado que no tenía deudas, no tenía tampoco una medida de mi disponibilidad de crédito y
sin esta descubrí que era difícil comprar cuando tenía necesidad!). De la misma manera se
puede decir “Decime quienes son tus acreedores y yo juzgaré tus créditos”.
Dado que jamás se está seguro de la dimensión del capital de un mediador (cuales y
cuanto buenos son sus contactos), es más fácil para él incrementar su crédito de cuanto no
lo sea para alguien cuyo capital consiste exclusivamente en recursos de primer orden. Estos
últimos pueden ser controlados más fácilmente y, sobretodo, son finitos, mientras la red de
un mediador está abierta al infinito, y por lo tanto potencialmente ilimitada. El crédito de
un patrón es por lo tanto más limitado de aquel de un mediador, es decir, la consistencia de
sus recursos es conocida. El mediador, al contrario, trabaja detrás de una pantalla de
ignorancia y ninguno sabe completamente cuanto lejos puede llegar. Él comercia en
especulación y esperanza. Un leader político, por ejemplo, solitamente puede reclutar más
seguidores desarrollando el rol de mediador que no aquel de patrón: en cuanto mediador, él
distribuye promesas de consultar otros que controlan los recursos de primer orden a los
cuales sus sostenedores aspiran; como patrón él debe dispensar recursos de primer orden,
que ciertamente no son ilimitados.
Con el término interés entiendo no el servicio prestado en cambio, que veo más bien
como un honorario, sino la posibilidad de establecer exactamente cuándo y exactamente
qué será ofrecido en cambio. Es la flexibilidad lo que da al mediador su elevado crédito: las
personas ser llevadas a pensar cualquier cosa sobre la naturaleza de su red y sobre su
habilidad de manipularla. Con el patrón, en cambio, las personas pueden llegar a conocer
sus límites mucho más rápidamente.
Los recursos de segundo orden pueden ser convertidos muy a menudo en recursos de
primer orden: propiedad, una carga política, un empleo mejor. La conversión ensancha así
la base de poder del mediador: lo coloca en grado de dispensar recursos de primer orden a
los patrones. Pero la conversión puede ser riesgosa porque, convirtiéndose patrón, el
mediador se convierte también en esclavo de sus promesas de hacer disponible sus recursos
de primer orden. Si no es capaz de dispensarlas entre sus clientes, su crédito disminuye
rápidamente, ya que ahora él no está más en grado de negociar a largo plazo bienes futuros
y probabilidades, que son los recursos del mediador. Una vez que su crédito como patrón
viene puesto en peligro, también su crédito como mediador es afectado. El crédito, así
como se acumula rápidamente, también se puede perder de la misma manera.
El modelo de la carrera. Dado el deseo de manipular las personas como recursos para
subir la escala social, un individuo que inicia desde un “nicho” que le asegura una posición
central, una cierta cantidad de poder y prestigio y el tiempo para mantener sus relaciones
puede convertirse en mediador. Su primer problema es como inducir a la gente a recurrir a
él en caso de necesidad. Efectivamente, él algunas veces debe también crear una condición
de necesidad para sus servicios. Cuando esto se verifica, él debe no solo estar en grado de
transmitir mensajes, sino también debe estar en contacto con otros mediadores, patrones y
clientes que puedan asegurar que los mensajes sean trasmitidos. Si su capital más
importante consiste en un patón potente –e de un mediador que inicia su carrera no se
puede esperar que conozca un gran número de patrones- eso significa que su influencia está
limitada a los recursos que el patrón controla. Por el contrario, si su capital consiste en un
potente mediador, o lo incluye, entonces los tipos de mensajes que puede trasmitir son más
diversificados y de este modo puede construir rápidamente una clientela de deudores.
Debemos considerar, que la relación de deuda por un favor obtenido a través de otro
mediador no es completamente comprometedor como cuando se lo obtiene de un individuo
que dispensa directamente recursos de primer orden.
El crédito que un mediador consigue obtener depende de los resultados. Es verdad
que un mediador hace simplemente circular la una petición, y así la responsabilidad del
fracaso en teoría cae sobre quien toma la decisión o sobre el más potente mediador a la cual
fue trasmitido el mensaje, pero al final el mediador también es afectado. El fracaso,
efectivamente, se refleja sobre la reputación de quien toma las decisiones, sobre su
habilidad de seleccionar un canal exacto mediante el cual enviar la petición, o sobre la
(baja) consideración de prioridad que había asignado al mensaje. Los clientes saben que un
mediador recibe muchos pedidos que deben ser enviados a lo largo de los mismos canales y
que está en su poder codificarlos y trasmitirlos en modo tal que estos reciban prioridad. Así,
en última instancia, la habilidad de un mediador de expandir su crédito depende de su éxito
para obtener respuestas favorables para sus clientes.
Esto porqué muchos funcionarios estatales en Europa, en los Estados Unidos y en los
llamados países en desarrollo, deben sus posiciones a la intervención de un político o de
otro personaje influyente. Estos se encuentran talmente en deuda que son influenciables.
También en aquellos casos que esto no es así, un funcionario estatal a menudo está
dispuesto en ayudar a un político a obtener un favor para un elector, ya que ayudándolo en
de esta manera obtiene un ascendente sobre una persona que posteriormente puede
revelarse útil. La mayor parte de funcionarios estatales en algún momento de su carrera
tienen necesidad de ayuda para obtener una promoción, para sostener una particular política
o en general para bloquear las maniobras de un rival.
El objetivo último del mediador local debe siempre ser aquel de desarrollar su serie de
contactos con personas que controlan los recursos de primer orden, en modo de no tener
que trabajar mediante otros mediadores, porque, de lo contrario, dependería de ellos.
Suponiendo que haya tenido éxito en sus operaciones, que haya desarrollado una red de
canales estratégicos para tener acceso a los que toman las decisiones para no trabajar a
través de otros mediadores, que haya eliminado los rivales y que su crédito sea alto y sus
deudores numerosos, se encontraría entonces en la posición adapta para convertir sus
recursos de segundo orden en algunos bienes durables, como un buen trabajo estatal o un
cargo político. Si su formación lo permite, puede elegir la primera dirección y entrar en la
administración estatal en la cual se convierte en un fiel cliente/mediador del político que lo
ayudo a conseguir su cargo. Las administraciones municipales provinciales y regionales de
Sicilia, por ejemplo, están repletas de personas que primero trabajaron por años en el nivel
local como mediadores para varios políticos. Sus posiciones son seguras en el sentido que
poseen un lugar fijo y una jubilación.
Aun así, si nivel de escolarización es tal que no están a la altura de un buen cargo
administrativo y a menudo no tienen alternativas si no aquella de probar a convertir su rol
de mediación en una carga política. Se trata igualmente de un paso riesgoso. Si bien ellos
pueden recordar sus deudas y así obtener votos, estos serán solitamente insuficientes para
elegirlos. Además, serán con toda probabilidad contrastados por los políticos para los
cuales trabajaron anteriormente como agentes locales, puesto que estos inician a perder su
posición de monopolio y así aquella porción de soporte local que los mediadores obtienen.
El juego político es a sumar cero. Además, si se es elegido, un político debe combatir
continuamente para mantener su posición, porqué cada cuatro o cinco años sus clientes
muestran la medida del crédito de cual goza mediante los votos que le dan. De este modo,
para proteger su crédito, deberá también construir una empresa como un monopolio: los
canales de comunicación rivales deben ser destruidos. Esto en general supone un cierto
grado de manipulación y un cálculo bastante despiadado.
Esto, que es un breve modelo de como un mediador puede gestionar su rol para obtener
poder y un cargo, fue ilustrado en parte a través de la carrera de Leonardo. Ya que contaba
con un título de estudio, Leonardo pudo convertir su rol de mediado en un buen cargo
estatal con posibilidades de jubilarse cuando su crédito estaba hundiéndose. Los datos
recogidos por Max Bax, por otra parte, proporcionan una fascinante ilustración de la carrera
de Tadgh O’Sullivan, un mediador irlandés, privo de títulos de estudio que buscó de
convertir sus recursos en una carga política.
El parlamento de Eire está constituido por dos cámaras, la cámara alta, o Seanad, y la
cámara baja, el Dáil. Solo esta última es elegida directamente por los votantes. El Dáil es la
más importante arena política y existe mucha competencia para convertirse en un Teachta
Dáil, un Miembro del Parlamento (abreviado TD). Existe también un gobierno local a nivel
provincial y los Miembros elegidos del Consejo Provincial (abreviado MCC) tienen
bastante que decir sobre la asignación de los recursos de inmediato interés de los electores,
porqué sus puestos de trabajo tienen que ver con los caminos, la salud pública, entre otras
cosas similares. El partido dominante en Eire a nivel nacional y a menudo también a nivel
provincial es el Finna Fáil que, excluido seis años, estuvo en el poder ininterrumpidamente
desde 1932 hasta hoy. El partido se apoya en sus dependencias (clubs) municipales, cada
una de las cuales manda tres delegados, incluido el secretario local, a la organización
regional. La organización regional selecciona los candidatos para el cargo en el gobierno
local y a menudo envía delegados a las organizaciones de las circunscripciones electorales
que seleccionan los candidatos para el Dáil. También las dependencias municipales mandan
candidatos al congreso de la circunscripción electoral. A causa del estrecho contacto que el
MCC mantiene con el electorado es de considerable importancia estratégica para un TD ser
al mismo tiempo un MCC: Bax nota que alrededor de los tres cuartos de los TD son
efectivamente también MCC. Sin embargo, para cubrir áreas de su circunscripción electoral
donde no tienen acceso el personal directo, y no puede estar en todos lados al mismo
tiempo, estos deben reclutar mediadores locales que puedan actuar como ellos con los
electores. Esto nos lleva a Tadgh O’Sullivan, excepcional mediador.
Tadgh O’Sullivan ocupa un “nicho” óptimo para iniciar las “operaciones” como
mediador político. Para comenzar, es soltero de 45 años que vive con su madre en un
pueblo de alrededor novecientos habitantes. Dispone por lo tanto de una buena cantidad de
tiempo libre para dedicar a sus numerosas actividades. En segundo lugar, tiene varios
empleos estratégicos: es zapatero del pueblo y es un lector de contadores electrónicos,
empleos que lo ponen en contacto con un vasto número de personas todas las veces que
quiere (ya que puede leer un contador electrónico cada vez que tenga necesidad de una
excusa para hacer una breve visita a alguien). Es además secretario de la dependencia local
del partido Finna Fáil del cual su padre, que murió cando Tadgh cursaba la escuela
secundaria (obligándolo así a dejar la escuela y a buscar trabajo), fue uno de sus
fundadores. Como secretario, envía mensajes por parte de miembros locales del partido a
los políticos y a otros departamentos de gobierno para obtener intervenciones. Gracias a su
posición estratégica él fue contactado por MCC del distrito, con la petición de hacer pasar
muchos de los pedidos a través de él. En cambio, el MMC prometió de hacer obtener a
Tadgh un trabajo como reportero local para un diario regional. Como secretario de la
sección política, Tadgh frecuenta también encuentros del partido, a nivel regional y de
circunscripción electoral.
Dwane reveló ser un contacto excelente y estuvo en grado de mantener las promesas ya
sea en relación con las peticiones individuales que Tadgh le hacía, ya sea aquellas
realizadas por los habitantes del pueblo. El crédito de Dwane creció, así como aquel de
Tadgh, su mediador local, al cual la gente inició a dirigirse siempre con más frecuencia
para resolver sus propios problemas. No obstante Tadgh desarrollara un poder a través de
su habilidad a enviar mensajes a Dwane, este poder se basaba casi exclusivamente en la
relación singular que él mantenía con el influente Dwane.
Habiendo aprendido que solo en este modo es posible obtener un crédito duradero,
Tadgh inició a concentrarse sobre la construcción de sus propios contactos con personas
que controlaban recursos de primer orden. Inició a llevar de su lado un cierto número de
influyentes amigos de Dwane fuera de su área local. Además, obtuvo un importante triunfo
político consiguiendo la conexión del alcantarillado para una serie de viviendas sin la
intervención de Dwane. Eso incrementó enormemente su crédito local. Además de eso,
inició a intervenir violentamente contra numerosas propuestas políticas de Dwane en
ocasión de los encuentros regionales del partido.