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Sentencia de La Sala Constitucional - TSJ. Interpretacion Del Art 180 D Ela CRBV.
Sentencia de La Sala Constitucional - TSJ. Interpretacion Del Art 180 D Ela CRBV.
de los artículos 12, 156, numerales 12, 13, 16 y 32; 179, numeral 2; 180; 183,
numeral 1; y 302 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
El mismo día se dio cuenta del escrito y se designó ponente a los efectos de la
admisión.
la interpretación del numeral 13 del artículo 156. En el fallo de admisión la Sala declaró
República, así como publicar en prensa un edicto de llamado a los posibles interesados.
debe dársele a las normas sobre las que versa la presente solicitud.
publicado en prensa.
Estella Zanella Torres, Jesús María Casal y Sergio Urdaneta, en representación del
Municipio José Gregorio Monagas del Estado Anzoátegui, expusieron su criterio sobre
Estella Zanella Torres, en representación del Municipio José Gregorio Monagas del
Estella Zanella Torres, en representación del Municipio José Gregorio Monagas del
I
PLANTEAMIENTO DE LA PARTE ACCIONANTE
pronunciarse sobre tres aspectos: 1) acerca del ejercicio del poder tributario
consisten en lo siguiente:
potestad tributaria para crear, organizar y administrar todos los tributos con
venezolano”.
- Que “la actividad de explotación de hidrocarburos (…) debe tener un
municipales”.
accionante-, toda vez que el artículo 3 de la misma ley establece que los
petrolera”.
especial los artículos 316 y 317 del actual Texto Fundamental. Admitió la
empresa accionante que el artículo 223 de la Constitución de 1961 es similar
los artículos 156 y 302, los cuales confieren al Poder Nacional “la potestad
artículo 179, numeral 2, del mismo Texto Fundamental, que “pareciera dar
de índole similar’”.
- Que la norma del artículo 179 se ha visto como una “potestad tributaria
(…) distinta y autónoma, en el sentido del artículo 180 de la
materias nacionales.
- Que, por ello, resulta imprescindible, “conforme a los valores
exige el artículo 156, numeral 13, de la Carta Magna- que esta Sala dé un
Artículo 156, numeral 12, en concordancia con la norma del Artículo 183,
- Que debe recordarse que existe una reserva a favor del Estado de la
por la República o por empresas de su total propiedad o en las que tenga más
del cincuenta por ciento del capital accionario, sin que ello obste a que se
tributario del municipio sobre esas actividades cuando son realizadas por
mixtas”.
preguntas:
“1) Si la disposición contenida en el artículo 183, numeral 1 de la
Constitución, al prohibir ('‘no podrán'’) a los Estados y Municipios gravar
'‘materias rentísticas de la competencia nacional'’ incluye a los hidrocarburos
como recurso natural de propiedad exclusiva de la República (artículo 12), que
además de estar reservada su explotación al Estado (artículo 302), están
contemplados expresamente en el numeral 12 del artículo 156 de la
Constitución como materia rentística del Poder Nacional; y si esa prohibición
abarca las actividades relacionadas con la explotación de dicho recurso incluidas
en la reserva al Poder Nacional contemplada en la Ley Orgánica de
Hidrocarburos, en desarrollo de la Constitución.
2) Si la reserva de potestad tributaria sobre hidrocarburos plasmada en el
artículo 156, en su numeral 12, cuyo fundamento está justificado por la
normativa constitucional que otorga a la actividad de explotación de los
hidrocarburos, el tratamiento de una actividad estratégica (artículos 12 y 302),
cuya administración y regulación está reservada al Poder Nacional (numeral 16,
artículo 156), no resulta afectada por la disposición contenida en la segunda
parte del artículo 180, que introduce en la Constitución una simple aclaratoria
sobre el alcance de las inmunidades tributarias, por tratarse de un supuesto de no
sujeción distinta al de la reserva de potestad tributaria.
3) Si el contenido de la norma constitucional que faculta a los Municipios
para crear ‘los impuestos sobre actividades económicas de industria, comercio,
servicios, o de índole similar’ (artículo 179, No. 2), involucra cualquier actividad
económica o lucrativa, o por el contrario, el ejercicio de la potestad conferida,
obliga al Municipio a ceñirse al principio constitucional de legalidad tributaria
(artículo 317), que implica la necesidad de la descripción precisa de los
elementos que constituyen el hecho imponible.
4) Si la referencia a los conceptos indeterminados de ‘actividades
económicas… de servicios o de índole similar’, incluidas en el artículo 179,
numeral 2, de la Constitución de 1.999, están específicamente referidas a la
naturaleza comercial o industrial de dichas actividades y, en consecuencia, la
potestad del Municipio para crear impuestos sobre las mismas, está limitada a
esa naturaleza comercial o industrial”.
.
2. Sobre la competencia para establecer ilícitos tributarios y sanciones:
Para la parte accionante, “también en función de garantizar la coordinación y
artículo 156, incluyen todos los aspectos relevantes del ‘sistema tributario’
tributario’, admitir que la potestad para tipificar los ilícitos y asignar las
- Que la Constitución –en el numeral 5 del artículo 179- sólo prevé el poder
de los municipios para recaudar como ingresos propios “el producto de las
tienen naturaleza penal, por tratarse de una respuesta represiva del Estado
infracción”.
- Que “la actual ausencia de claridad sobre los alcances de la potestad para
municipios el poder “para aplicar las sanciones a los sujetos pasivos que
incurren en ilícitos tributarios, pero estas sanciones deben ser las que
II
OPINION DE LA PROCURADURIA GENERAL DE LA REPUBLICA
respecto sostuvo:
1. Acerca del poder tributario municipal en caso de empresas
relacionadas con la industria de los hidrocarburos:
administración y control de los impuestos sobre los hidrocarburos”. Sobre esa base
Nacional, quien deberá reglamentar las leyes que crean los tributos que
302 eiusdem”.
se desprende que las empresas que actúan, por contrato, no parecen estar
12 del artículo 156 eiusdem”, por lo que “mal pueden los Municipios
tipifiquen ilícitos tributarios y prevean la sanción a que haya lugar es exclusiva del nivel
cual, y a los efectos del caso que nos ocupa, es menester analizar algunas
Orgánico Tributario”.
- Que, “no obstante, se reconoce la potestad que tienen los municipios de crear
ordenamiento jurídico”.
III
INTERVENCIÓN DE LOS MUNICIPIOS INDEPENDENCIA
Y JOSÉ GREGORIO MONAGAS DEL ESTADO ANZOÁTEGUI
Los abogados Alejandro González Valenzuela, María Estella Zanella Torres, Jesús
María Casal y Sergio Urdaneta -en representación del Municipio José Gregorio
Monagas del Estado Anzoátegui- y Ana Isabella Ruiz y Edith López Gil –en
representación del Municipio Independencia de ese mismo estado-expusieron su criterio
sobre la interpretación que se solicita a esta Sala.
A efectos de demostrar su interés en el presente caso, los representantes del
Municipio José Gregorio Monagas sostuvieron:
- Que el referido Municipio “ha ejercido la potestad tributaria originaria
normativa y de imposición a que se contrae el encabezamiento del artículo 180
CRBV, reformando su Ordenanza de Impuesto sobre Patente de Industria y
Comercio (Impuestos a las Actividades Económicas) a los efectos de gravar
actividades económicas desarrolladas en ese Municipio por empresas privadas
en el sector de hidrocarburos”.
- Que, sin embargo, el “ejercicio de tal potestad ha venido siendo cuestionada
por las trasnacionales petroleras que operan en la Faja Petrolífera del Orinoco
(Sincrudos de Sincor C.A., y Petrolera Zuata Petrozuata C.A.), las cuales, han
invocado los mismos argumentos empleados por la filial venezolana de la
trasnacional Shell en el presente proceso, es por ello, que al traducirse
elementos de duda en la interpretación de los dispositivos constitucionales antes
señalados, y al sugerirse que las competencias, prohibiciones y reservas a que
se contraen los dispositivos contenidos en los artículos 156 numerales 12 y 16,
179.2, 183.1 y 302 CRBV, excluyen no sólo la potestad tributaria municipal
consagrada en el encabezamiento de artículo 180 CRBV en materia de
hidrocarburos, sino también, la potestad tributaria de imposición frente a
empresas privadas cuya actividad económica se realiza en el sector de
hidrocarburos, se ha suscitado una duda interpretativa que genera
incertidumbre tanto a los Municipios como a las empresas privadas que realizan
actividades económicas en el sector de hidrocarburos”.
- Que, “en tal sentido, la pretensión que invocamos se reconduce
primordialmente a una mera declaración sobre la inteligencia y el sentido
preciso de los preceptos contenidos en los artículos 156.12, 156.16, 180 único
aparte, 183.1 y, 302 CRBV, en virtud, de la incertidumbre derivada de la
interpretación que dan a las normas precitadas las trasnacionales petroleras
que operan en nuestro país”.
- Que, en el entendido de que su “legitimación está debidamente acreditada,
habida cuenta de que existe una duda razonable en la interpretación de
preceptos constitucionales”, y, en razón de que su “intervención ésta fundada
en la defensa del orden público constitucional, solicitamos respetuosamente a
esta Sala Constitucional admita nuestra intervención como intervinientes-parte
excluyentes”.
Expuesto lo anterior, los representantes del Municipio José Gregorio Monagas del
Estado Anzoátegui plantearon a la Sala el sentido que estiman debe dársele a las
disposiciones a las que se contrae este proceso de interpretación constitucional. Al
efecto se lee en su escrito:
- Que “la estructura constitucional del Estado venezolano se sustenta en un
esquema de hacienda plurijurisdiccional, conforme al cual, el proceso Federal-
descentralizador (típico del constitucionalismo venezolano) actúa como eficaz
herramienta para la profundización del reparto competencial entre los
diferentes niveles del Poder Público, en los que el esquema plurijurisdiccional
se erige como el fundamento que asegura las necesidades financieras de cada
nivel de entidad territorial”.
- Que, “al distribuirse constitucionalmente la potestad tributaria entre los
distintos entes políticos territoriales, se persigue asegurar una
corresponsabilidad político-territorial y que los entes menores generen sus
propios ingresos tributarios para permitir a los residentes de cada estado o
municipio controlar el costo del gasto público respectivo y concienciar a los
gobernantes correspondientes del costo político del gasto, en otras palabras, de
lo que se trata es de acercar el gobierno a la ciudadanía”.
- Que, “por tanto, la consagración constitucional de una potestad tributaria
originaria a nivel municipal en ningún caso debe ser vista como una cuestión
retórica, ello, refleja de manera fiel el espíritu del constituyente del 99, que no
fue ajeno a las influencias dimanantes de un contexto internacional en el que se
proyectaban con gran vigor no sólo procesos de integración comunitarios, sino,
también, de descentralización (Chile, Colombia, Perú), de profundización del
federalismo (Alemania, Canadá, México, Brasil), y regionalización (Francia,
Italia, España, Portugal, etc.), que transformaron las bases institucionales de
muchos países, procesos éstos correlativos a las demandas de la sociedad de
modernización del Estado, de incremento del poder político a las entidades
locales, de realización del Estado Social de Derecho mediante la transferencia
de competencias, etc”.
- Que “nuestra Constitución, a los fines de la satisfacción del interés general en
el nuevo municipalismo, consagra en su artículo 180 una potestad tributaria
originaria, normativa y de imposición, a la cual, sólo son inmunes los entes
públicos, en su artículo 178, atribuye un conjunto de nuevas competencias a los
Municipios, y en su artículo 157 abre la posibilidad de transferencia de otras
competencias a los Municipios, cuyo eficiente ejercicio supone un mayor nivel
de ingresos para las entidades municipales”.
- Que, “correlativamente, frente a la potestad tributaria municipal la
CRBV consagra en su artículo 133, el deber de todas las personas de coadyuvar
a los gastos públicos en los diferentes niveles políticos-territoriales, mediante el
pago de tributos”.
- Que, “en consecuencia, ninguna interpretación constitucional puede
contrariar la dimensión deontológica, axiológica y normativa de nuestro orden
constitucional que ha configurado a un sistema plurijurisdiccional hacendístico
mediante el reconocimiento de una potestad tributaria originaria a los
Municipios, frente a los cuales no se reconoce a nivel constitucional ningún tipo
de inmunidad a empresas privadas”.
- Que el artículo 156.12 de la Constitución “asigna competencia al Poder
Público Nacional para crear, organizar, recaudar, administrar y controlar
impuestos sobre hidrocarburos y minas, sin embargo, cabe observar que dicho
dispositivo no señala con precisión el contenido ni los límites de la competencia
atribuida, en razón de lo cual, resulta difícil admitir a priori que una
competencia tributaria indeterminada atribuida al Poder Nacional, pueda
excluir sin más la potestad tributaria municipal originaria del artículo 180
CRBV, tal como sostienen las empresas petroleras trasnacionales”.
- Que “resulta evidente que la competencia atribuida al Poder Nacional por el
artículo 156.2, tiene por objeto la regulación (317 CRBV) de los impuestos
nacionales aplicables a los hidrocarburos, sin embargo, es preciso destacar que
dicha competencia no es ilimitada”, sino que, “por el contrario, está sujeta a
precisos límites constitucionales”.
- Que, como limitaciones, esa competencia está sujeta: 1) “a la observancia de
los valores y principios fundamentales establecidos en el Título I de la
Constitución de la República Bolivarianade Venezuela que configuran al Estado
venezolano como Democrático, Social, de Derecho y de Justicia (art. 2), y como
Estado Federal y Descentralización (art.4), de los que deriva un sistema
hacendístico plurijurisdiccional, que no debe ser menoscabado por
interpretaciones inconstitucionales de acuerdo con el sistema de jerarquía y
supremacía constitucional entre valores, principios y reglas”; 2) “a la
observancia de las competencias constitucionalmente otorgadas a los
Municipios en materia tributaria (art. 179.2), de las que deriva el impuesto a las
actividades económicas de industria”; 3) “a la observancia del carácter
autónomo y originario de la potestad tributaria municipal, de la que deriva que
la formación e imposición tributaria municipal es distinta de las competencias
reguladoras y tributarias atribuidas al Poder Nacional”.
- Que, “en estricta observancia a estos precisos límites constitucionales”, la
Ley Orgánica de Hidrocarburos, dictada por Decreto con Fuerza de Ley, previó
ciertos impuestos en su artículo 48, de cuya lectura se evidenciaría “que el
Ejecutivo Nacional, limitó el ejercicio de su competencia únicamente al
establecimiento de los tributos a superficies no explotadas, y al consumo de
hidrocarburos y sus derivados, dejando fuera de su ámbito competencial
actividades económicas industriales como la exploración, explotación,
producción, transporte, mejoramiento y comercialización de hidrocarburos;
respecto de las cuales, los municipios puedan ejercer su potestad tributaria
originaria al no existir prohibición constitucional alguna a tal efecto, de
acuerdo con el criterio establecido por esta honorable Sala en su fallo del 3 de
agosto de 2004 (caso: CANTV), y siempre y cuando se respeten las inmunidades
establecidas a favor de los demás entes políticos territoriales y de las personas
jurídicas estatales creadas por ellos, de conformidad con lo previsto en el
artículo 180 CRBV”.
- Que, “en relación al dispositivo contenido en el artículo 156.16 CRBV, cabe
señalar que de conformidad con el sistema plurisjurisdiccional hacendístico
propio de nuestra organización federal y descentralizada, dicha competencia, en
caso alguno, excluye la potestad tributaria originaria municipal (180 CRBV)
para gravar las actividades económicas realizadas por particulares en el sector
de hidrocarburos, ni en el sistema de inmunidades a que se contrae el aparte
único del artículo 180 CRBV”.
- Que “lo anterior se deriva de lo dispuesto en el encabezamiento del articulo
180 CRBV que distingue entre potestad normativa y potestad tributaria, al
disponer que “La potestad tributaria que corresponde a los Municipios es
distinta y autónoma de las potestades reguladoras que esta Constitución o las
leyes atribuyan al Poder Nacional o Estadal sobre determinadas materias o
actividades…omississ…”.
- Que, “sobre este aspecto, huelga hacer mayores consideraciones toda vez que
esta Sala Constitucional disipó todas las dudas interpretativas que se venían
planteando, al precisar en Sentencia del 4 de marzo de 2004, con ocasión,
precisamente, de la interpretación del encabezamiento del artículo 180 CRBV,
que las competencias reguladoras establecidas en el artículo 156 CRBV no
inciden en las competencias tributarias municipales”.
- Que ese “criterio ha sido reiterado posteriormente por otros fallos, entre los
que cabe destacar el de fecha 3 de agosto de 2004 (caso: CANTV vs. Municipio
San Cristóbal del Estado Táchira).
- Que, “de lo antes expuesto, resulta oportuno destacar que tanto el régimen de
telecomunicaciones como el de hidrocarburos, se encuentran atribuidos al
Poder Público Nacional (artículo 156 numerales 16 y 28 CRBV), y que en
relación al régimen de telecomunicaciones esta Sala ya estableció que éste no
excluye la potestad tributaria originaria municipal, en razón de lo cual, no
existe razón alguna para que en el caso de los hidrocarburos se produzca una
interpretación en sentido contrario, o se altere el sistema de inmunidades
establecido en el artículo 180 CRBV”.
- Que, así, ”queda de manifiesto que la inclusión de la materia de hidrocarburos
en las potestades reguladoras (artículos 317, 156.12, 156.16), en caso alguno
excluyen la potestad tributaria originaria de los municipios para gravar a las
empresas privadas que desarrollan su actividad económica en el sector de
hidrocarburos, ni altera el sistema de inmunidades del artículo 180 CRBV, no
teniendo ninguna inherencia con la distinción entre éstas potestades la reserva a
favor del Estado del sector de hidrocarburos, como afirma la filial venezolana
de la trasnacional SHELL”.
- Que “la reserva al Estado del sector de hidrocarburos en nada excluye las
potestades tributarias originarias de los Municipios para gravar la actividad
económica que desarrollan particulares en dicho sector. Al efecto, debe tenerse
presente que la reserva de una actividad económica implica no otra cosa que
una limitación a la libertad económica, al asumir el Estado venezolano la
titularidad de una actividad económica o de un sector de la economía,
quedando prohibida la incursión en esta actividad o sector a los particulares,
salvo expresa habilitación del Poder Público Nacional”.
- Que “debe observarse que no toda reserva de una actividad económica o de un
sector de la economía es absoluta, pues, la modernización de la economía, los
ordenamientos comunitarios supranacionales, la escasez de recursos financieros
en el sector público han venido imponiendo, cada vez con mas frecuencia,
incursión de particulares en actividades y sectores reservados, tal como ha
ocurrido en Venezuela en el sector de telecomunicaciones, de la siderurgia,
electricidad, hidrocarburos, entre otros, sin que pueda afirmarse que la
actividad de los particulares en el sector reservado sean “actividades primarias
ejercidas por cuenta de las empresas operadoras titulares de la reserva”.
- Que “en estos sectores la actividad económica es desarrollada por empresas
privadas desde una perspectiva estrictamente mercantil, siendo su único
propósito la obtención de un legítimo lucro, y no la acción social que pueda
perseguir el Estado a través de empresas públicas; siendo ello así, no existe
razón jurídica alguna para que la actividad mercantil desarrollada por
empresas privadas en el sector de hidrocarburos, generadora de ingentes
ingresos, sea inmune al pago de tributos en el municipio en el que desarrollan
su actividad, como serían las empresas públicas cuya finalidad es distinta a la
de las empresas privadas. La recurrente Shell de Venezuela C.A., olvida que las
inmunidades tributarias establecidas en el artículo 180 CRBV, son privilegios
estatuidos a favor de la República y de los entes creados por ella, por tanto, su
interpretación debe ser restrictiva y jamás extensiva”.
- Que, “de otra parte, cabe observar que el pago de tributos municipales por
empresas privadas cuya actividad económica-industrial se desarrolla en el
sector de hidrocarburos, forma parte de la contrapartida o la contraprestación
adecuada al interés público, representado en este caso en la figura de los
municipios y sus comunidades, a la que se refiere el in fine del artículo 113
CRBV”.
- Que, “de igual manera, es preciso resaltar que en caso del sector petrolero
venezolano, si bien ha estado bajo reserva desde el año 1975, se ha permitido
mediante los denominados Convenios de Asociación la incursión de particulares
en actividades económicas en dicho sector, a través de empresas mixtas y
empresas privadas. Concretamente, en el caso de la FajaPetrolífera del Orinoco
las empresas beneficiarias de dichos convenios son empresas privadas (Sincor:
su capital mayoritario pertenece a las trasnacionales Total, Elf y Statoil; y
Petrozuata: su capital mayoritario pertenece a Conoco), a tenor de lo dispuesto
en el artículo 100 de la Ley Orgánica de la Administración Pública, por tanto,
no es correcto afirmar, que todas las empresas beneficiarias de Convenios de
Asociación por el extinto Congreso Nacional a la fecha, empresas mixtas, en los
términos del artículo 22 de la Ley Orgánica de Hidrocarburos, tal como lo ha
señalado la recurrente”.
- Que, “en consecuencia, resulta patente que la reserva del estado de una
actividad económica o de un sector de la economía, no excluye la potestad
tributaria municipal originaria sobre empresas privadas que desarrollen
actividades económicas e industriales en el sector reservado, ni hace a estas
empresas privadas inmunes frente al poder tributario municipal”.
- Que, “en lo tocante al dispositivo contenido en el numeral 1 del artículo 183
de la CRBV, en el sentido de que los Municipios no podrán “crear aduanas ni
impuestos de importación, de exportación o de tránsito (para el ingreso a,
salida de, o circulación en el territorio estadal o municipal sobre bienes
nacionales o extranjeros o sobre las demás materias rentísticas de la
competencia nacional”, cabe señalar que, de acuerdo con su enunciado, dicho
dispositivo se limita únicamente a establecer una prohibición a los Municipios
para crear aduanas y establecer aranceles (de importación, exportación y
tránsito) sobre bienes nacionales o importados o sobre las demás materias
rentísticas de la competencia nacional, pero, en caso alguno, establece –como
lo alega la recurrente- una prohibición genérica de imposición para la creación
de impuestos diferentes a los aduaneros (arancelarios); obsérvese que la
referencia a la expresión “las demás materias rentísticas de la competencia
nacional”, no está precedida por ninguna referencia específica a un impuesto
diferente al señalado en el enunciado, ni la precede un punto y coma que
pudiera hacer pensar que esté hablando de un impuesto diferente”.
- Que, “a los efectos de reflejar de manera ilustrativa el sentido y alcance de la
prohibición contenida en el numeral 1 del artículo 183 CRBV, la prohibición
establecida a los Estados y Municipios, impediría, por ejemplo, a la
Gobernación del Estado Anzoátegui gravar con impuestos arancelarios
(aduaneros) el asfalto, petróleo o gasolina (expresiones de una materia
rentística –hidrocarburos-, reservada al Poder Público Nacional en el artículo
156.12 CRBV) que salga de ese Estado con destino al Municipio Sucre del
Estado Miranda, a la vez que impediría al Municipio Sucre del Estado Miranda
gravar el ingreso de tales productos a su territorio”.
- Que, ”por tanto, este dispositivo no colide con el dispositivo a que se contrae
el artículo 180 CRBV, ni en su encabezamiento ni en su aparte único, toda vez
que, resulta evidente que puede coexistir en el ámbito constitucional tanto la
reserva al Estado del sector de hidrocarburos (302 CRBV), la competencia para
regular (317 CRBV) impuestos nacionales (156.12 y 156.16 CRBV), con las
potestades tributarias originarias municipales (180 CRBV encabezamiento), a
las que son inmunes sólo los entes públicos y los entes creados por éstos (180
CRBV aparte único), en tal virtud, es manifiestamente improcedente la
interpretación constitucional de las normas en el sentido requerido por Shell de
Venezuela C.A.”.
- Que “resulta evidente que la inmunidad constituida a favor de los entes
político-territoriales que conforman el Estado venezolano y de las personas
jurídicas creadas por ellos, encuentra fundamento lógico en la inconveniencia
de que los entes político-territoriales y sus organismos descentralizados tributen
entre sí, especialmente en actividades que han sido reservadas
constitucionalmente al Estado (artículo 302 CRBV). Ahora bien, de
conformidad con lo dispuesto en el artículo in fine CRBV, los particulares
pueden incursionar en los sectores reservados, sin embargo, esta incursión no
se hace bajo la investidura de autoridad pública, sino, como actividad mercantil
privada que persigue un legítimo lucro, por el cual, por razones de interés
público, están obligados a cumplir con todas las contraprestaciones que nuestro
ordenamiento exige, entre ellas, el pago de impuesto municipales sobre
actividades económicas”.
- Que, “al efecto, cabe precisar que la Sentencia hace referencia a un fallo
proferido antes de la entrada en vigencia de la actual Constitución, lo cual, de
suyo supone que los supuestos fácticos y jurídicos han cambiado sensiblemente
a tenor de la nueva configuración de que goza el Estado venezolano (artículos 2
y 4 CRBV), y de las condiciones de reserva y habilitación establecidas en los
artículos 302 y 113 CRBV, sin embargo, resulta significativo el hecho de que
dicha sentencia admita que están sujetos a tributación municipal los
particulares que, en virtud de Convenios de Asociación para la explotación de
hidrocarburos, ‘no se apropien de los hidrocarburos’, expresión ésta que
seguramente será clarificada en esta oportunidad, por cuanto, de acuerdo con
la recurrente Shell de Venezuela C.A., toda actividad privada (capital
predominantemente privado) en el sector de hidrocarburos representa
‘actividades primarias por cuenta de las empresas operadoras titulares de la
reserva’ – supuesto en el que se hallan Sincor y Petrozuata-, lo cual, excluiría la
apropiación de hidrocarburos, y por consiguiente los haría sujetos de tributo”.
- Que, “a mayor abundamiento, resulta imperativo que esta Sala Constitucional
al interpretar los dispositivos de referencia, observe que el artículo 180 aparte
único CRBV, consagra un privilegio fiscal establecido a favor de los entes
públicos que debe ser interpretado restrictivamente, pero, más aún, es
imperativo que la Sala tenga presente el criterio tantas veces reiterado,
concordante con lo expuesto precedentemente, en el sentido de que ‘toda
actividad generadora de ingresos debe quedar sujeta a la imposición municipal,
sin exclusiones, salvo que el propio texto constitucional lo disponga
expresamente’ (Sentencias del 04-02-2004; caso: Garzón Hipermercado, 03-08-
2004, caso: CANTV; 04-03-04 caso: Municipio Simón Bolívar), y que a nivel
constitucional no existe norma alguna que consagre el privilegio fiscal de
inmunidad a las empresas privadas cuya actividad económica es realizada en el
sector de hidrocarburos”.
Expuestos sus argumentos, la representación del Municipio José Gregorio Monagas
del Estado Anzoátegui solicitó “precisión acerca de”:
“Primero: Si la disposición contenida en el aparte único del artículo 180 CRBV,
consagra un privilegio fiscal (inmunidad tributaria) a favor de las empresas
privadas (capital predominantemente privado) que realizan su actividad
económica en el sector de hidrocarburos.
IV
INTERPRETACIÓN DE LA SALA
no sería conocida en todos sus planteamientos. Al efecto destacó que de los seis puntos
sanciones. Sólo el quinto fue rechazado por la Sala y en este fallo se entrará a decidir
Monagas e Independencia, ambos del Estado Anzoátegui, por ser evidente su interés en
que actúan en el sector de los hidrocarburos, sean estatales (por ser una actividad
con la nacional. La parte actora expuso a este Alto Tribunal el problema jurídico surgido
por la falta de un criterio uniforme sobre la tributación local y nacional respecto de las
empresas que desarrollan actividades relacionadas con los hidrocarburos, criterio que
relacionado con lo anterior: pidió precisar si las empresas privadas contratistas del
artículo 180 –en sus dos párrafos- es nueva en nuestro ordenamiento constitucional y su
beneficiarse de esa inmunidad. Como puede verse, este aspecto se separa del otro que se
planteó: sin que deje de tener importancia el hecho de que la empresa se dedique al
colaboradora del Estado en una industria esencial le hace extensible los beneficios
constitucionales.
que genere ingresos (cualquier servicio o actividad de índole similar). Ahora bien, la
Sala entiende que, para guardad la cohererencia con el resto del escrito y con la
versa en particular sobre si los entes locales pueden gravar, por el hecho de producir
hidrocarburos.
ordenó las ideas de la parte accionante, sin dejar fuera ninguno de los aspectos incluidos
artículo 12 de la Constitución;
156 de la Constitución;
beneficiadas por la inmunidad que prevé la segunda parte del artículo 180
de la Constitución.
Esta Sala resolverá cada interrogante en el orden indicado, sobre la base de las
siguientes consideraciones:
- Acerca de la exclusión del poder tributario local en razón de la
propiedad nacional de los hidrocarburos reconocida por el artículo 12
de la Constitución:
Al respecto la Sala dejó establecido que la propiedad nacional sobre las aguas no
tiene incidencia alguna, por sí misma, sobre el poder tributario local ni puede explicar
que las actividades desarrolladas en ellas queden sólo sometidas al Poder Nacional. Al
hidrocarburos está asignado al Poder Nacional por el numeral 16 del artículo 156 de la
tributaria exclusiva de la República sobre las empresas del sector, argumento que
tributos nacionales sobre las minas y los hidrocarburos, una vez deducido el
La Sala observa, sin embargo, que el asunto que plantea la accionante ha sido
el siguiente:
“La potestad tributaria que corresponde a los Municipios es distinta y autónoma
de las potestades reguladoras que esta Constitución o las leyes atribuyan al
Poder Nacional o Estadal sobre determinadas materias o actividades”.
cada una.
En efecto, fue criterio sentado por la Sala en ese fallo que la norma del primer
locales, que no deben verse afectadas por lo que sólo son potestades nacionales de
invocación del artículo 304 de la Constitución (la propiedad nacional de las aguas) la
parte accionante había expuesto ante la Sala que otro de los motivos para justificar la
de los bosques suelos y aguas” (número 16), así como “la legislación en materia
tributarias, por lo que del numeral 16 del artículo 156 de la Constitución no puede
Sobre este aspecto la Sala observa que efectivamente existe una reserva a favor
del Poder Nacional en lo relacionado con los hidrocarburos, prevista en el numeral 12
del artículo 156 de la Constitución, en el que se dispone:
“Artículo 156. Es de la competencia del Poder Público Nacional:
(…)
12. La creación, organización, recaudación, administración y control de los
impuestos sobre la renta, sobre sucesiones, donaciones y demás ramos conexos,
el capital, la producción, el valor agregado, los hidrocarburos y minas, de los
gravámenes a la importación y exportación de bienes y servicios, los impuestos
que recaigan sobre el consumo de licores, alcoholes y demás especies
alcohólicas, cigarrillos y demás manufacturas del tabaco, y de los demás
impuestos, tasas y rentas no atribuidas a los Estados y Municipios por esta
Constitución o por la ley.
(…)”
Esa reserva vendría justificada, tanto para la parte actora como para la
Procuraduría General de la República, por la previsión del artículo 302 de la Carta
Magna, según el cual:
“El Estado se reserva, mediante la ley orgánica respectiva, y por razones de
conveniencia nacional, la actividad petrolera y otras industrias, explotaciones,
servicios y bienes de interés público y de carácter estratégico. El Estado
promoverá la manufactura nacional de materias primas provenientes de la
explotación de los recursos naturales no renovables, con el fin de asimilar, crear
e innovar tecnologías, generar empleo y crecimiento económico, y crear riqueza
y bienestar para el pueblo”.
De esta manera, entienden la parte accionante y la Procuraduría General de la
República que el poder tributario es exclusivo del Poder Nacional respecto del sector de
De todas las restricciones que establece el artículo transcrito, sólo dos guardan
relación con el impuesto a las actividades económicas: la prohibición de gravar las
materias rentísticas de la competencia nacional y la necesidad de que ciertas actividades
–en concreto: agricultura, cría, pesca y la actividad forestal- se graven con sujeción a la
ley nacional. Como se ve, existe un caso de prohibición total (la de crear impuestos que
recaigan sobre las materias rentísticas de la República) y una de simple limitación (la de
gravar las actividades enumeradas precedentemente).
Lo anterior lleva a una necesaria precisión acerca de cuáles son las materias
rentísticas de la competencia nacional. Tradicionalmente se ha estimado que tales
materias son las sujetas a impuestos nacionales. Sin embargo, sin necesidad de previsión
expresa, es obvio que los estados y los municipios no deben invadir el poder tributario
de la República, por lo que no parece que deba ser ese el sentido de la norma. De
hecho, la República tampoco puede crear impuestos sobre las materias que
corresponden a estados y municipios, pero nada dice al respecto la Constitución.
Para la Sala, entonces, es otro el sentido de la norma, y de allí la importancia de
su inclusión en el Texto Fundamental: lo que se ha querido impedir es que las entidades
federadas y locales graven la renta que recibe la República con ocasión del ejercicio de
ciertas actividades. Estima la Sala que “materia rentística de la competencia
nacional” es aquella actividad del Poder Nacional capaz de generar una renta, es decir,
un provecho económico. La disposición es clara al indicar que se trata de casos en los
que la renta se produce como resultado de la competencia nacional, por lo que se
excluye cualquier caso en el que la actividad estatal no corresponde a una competencia
(asignación de tarea según el Derecho Público), sino a una actividad que se desarrolla
de manera idéntica o similar a la de un particular.
Ha destacado con insistencia esta Sala que la actividad económica relativa a los
renta. Por ello, la tributación municipal no se extiende a las empresas que prestan sus
servicios a la industria de los hidrocarburos, independientemente de la figura jurídica
municipal sólo puede abarcar el caso en que es el Estado el que desarrolla la actividad,
renta a favor del Estado a causa del aprovechamiento de los hidrocarburos, y así lo
mención con precedencia. La Sala compartió el criterio de esa Corte, para lo cual
declaró:
“En esa sentencia se decidió que las actividades que implican auténtica
explotación de hidrocarburos, por cuanto conllevan la adquisición de propiedad
sobre el crudo extraído por parte de las asociaciones empresariales conformadas
tanto el capital público como por capital privado, son las que escapan de la
tributación municipal, mas no las actividades que llevan a cabo quienes ejecutan
los llamados “Convenios de Servicios Operativos”, en los cuales expresamente
se excluye que la titularidad sobre el crudo pase a los operadores del campo –
entes eminentemente privados- por lo cual se entiende que tales entes llevan a
cabo servicios comerciales que no significan explotación del hidrocarburo. En
consecuencia, esos Convenios y cualesquiera otros en los cuales el particular no
se apropie del hidrocarburo, en asociación con el Estado venezolano, quedan
sujetos a los tributos municipales”.
Para la Sala, constituyó un error “pretender que cualquier empresa que presta
servicios a la industria petrolera ejecuta actividades que comportan la explotación de
hidrocarburos”, por lo que en el caso resuelto a través del fallo Nº 285/2004 aceptó que
los municipios podían gravar a las empresas prestadoras de servicios a la industria de
los hidrocarburos, en el caso en que “el contribuyente tenga fijado su ‘establecimiento
permanente’ (en el sentido más tradicional en imposición municipal venezolana,
entendido como ‘sucursal’, ‘oficina’, ‘local’)”, con lo que “atrae para sí todos los
ingresos que le reporten esas actividades al respectivo contribuyente”.
Por lo expuesto, la Sala declara que la actividad directamente relacionada con
la industria de los hidrocarburos está reservada al Poder Nacional con base en el
artículo 302 de la Constitución, y su tributación le está también reservada en
virtud del numeral 12 del artículo 156 eiusdem, lo que implica la imposibilidad de
que los Municipios graven el ejercicio de esa actividad, dada la restricción que
impone el numeral 1 del artículo 183 de la misma Carta Magna. Esa exclusividad
sólo existe respecto de las empresas que efectivamente se aprovechan del producto
(hidrocarburo), a través de la obtención de una renta, y no respecto de cualquier
empresa que preste servicios colaterales a la industria, así sean indispensables para
el desarrollo de la actividad. Así se declara.
República, la segunda parte del artículo 180 de la Constitución debe ser interpretada en
el sentido de que se benefician de inmunidad fiscal no sólo los entes territoriales y las
personas jurídicas que creen, sino también las empresas privadas que operen en un
segundo párrafo, sólo prevé la inmunidad fiscal para los entes politico-
de los Estados”.
de hidrocarburos hace que ella deba ser ejercida “sólo por el Estado o
por empresa de su propiedad total o en las que tenga más del cincuenta
por ciento del capital accionario, sin que ello obste a que se contraten
empresas privadas”.
Expuesto eso, la parte actora, de manera poco precisa, preguntó a esta Sala
Constitucional:
“Si la reserva de potestad tributaria sobre hidrocarburos plasmada en el artículo
156, en su numeral 12, cuyo fundamento está justificado por la normativa
constitucional que otorga a la actividad de explotación de los hidrocarburos, el
tratamiento de una actividad estratégica (artículos 12 y 302), cuya
administración y regulación está reservada al Poder Nacional (numeral 16,
artículo 156), no resulta afectada por la disposición contenida en la segunda
parte del artículo 180, que introduce en la Constitución una simple aclaratoria
sobre el alcance de las inmunidades tributarias, por tratarse de un supuesto de no
sujeción distinta al de la reserva de potestad tributaria”.
algo confusa. En todo caso, entiende la Sala que la idea es la siguiente: si bien las
por inmunidad fiscal alguna, para la accionante sí deberían estarlo, para de ese modo ser
empresa accionante, pues sostuvo ante la Sala que “aun cuando de la letra del artículo
180 de la Constitución de 1999, se desprende que las empresas que actúan, por
consecuencia, mal pueden los Municipios intentar exigir impuestos sobre materias
General de la República están contestes en que el segundo párrafo del artículo 180 de la
Constitución extiende la inmunidad fiscal de que pueden gozar los entes político-
territoriales frente a los Municipios sólo a los entes que aquellos creen y nunca a sus
de la tributación municipal, aparte de la República o los estados federados, los entes que
Esa disposición, al igual que ocurrió con el primer párrafo, tiene un origen que
muy citado fallo Nº 285/2004 que las dos normas reunidas en el artículo 180 de la
que hace la lectura de los debates constituyentes) encuentran su causa en el hecho cierto
telecomunicaciones, fue negada durante mucho tiempo con al menos dos alegatos: que
un poder tributario implícito; y que las concesionarias del Estado para la operación en
ese sector no debían tampoco estar sujetas a tributos locales de la misma manera en que
artículo 180 de la Carta Magna y debe concluir que la inmunidad fiscal frente a los
municipios se extiende sólo a las personas creadas por República o estados y nunca a
En todo caso, la empresa accionante hace ver a la Sala que existen razones de
justicia que aconsejarían que todas las empresas que se dediquen al sector de los
Ahora bien, no resulta cierto que toda empresa que opere de alguna forma en el sector
esté en la misma condición de la República o las sociedades que cree, por lo que en
Observa la Sala que, al efecto, el artículo 302 del Texto Fundamental es la base
que permite al Estado (República, en ese caso) reservarse, mediante ley orgánica
Como puede verse, la Constitución prevé tanto la existencia de una empresa cien
posibilidad de que en las empresas que operen el sector (sean sus filiales o aquéllas con
las que se asocie) no tenga la totalidad del capital social. Así lo destaca la Exposición de
las secundarias. Todas, en cualquier caso, están declaradas como “de utilidad pública y
indicadas, así como las relativas a las obras que su manejo requiera, quedan
reservadas al Estado”.
ciento (50%) del capital social, las cuales (…) se denominan empresas mixtas”. En todo
caso, las empresas que se dediquen a la realización de esas actividades primarias reciben
República o sus filiales, así como a las empresas que éstas constituyan, para lo cual
realizar las actividades establecidas en este Decreto Ley y adoptar para ellas las
podrán crear otras empresas para el desarrollo de sus actividades, previa aprobación
para modificar el objeto de las empresas creadas, así como para fusionarlas,
Igual autorización será necesaria para las empresas a ser creadas por las empresas
filiales”.
considerables poderes, por el hecho mismo de ser el instrumento del Estado para la
ejecución de una actividad que, por su trascendencia, está reservada al sector público.
Por ello, el artículo 24 de la misma Ley dispone que el “Ejecutivo Nacional mediante
esos derechos cuando las operadoras no den cumplimiento a sus obligaciones, de tal
manera que impida lograr el objeto para el cual dichos derechos fueron transferidos”.
el artículo 25 de la Ley, según el cual “las empresas operadoras podrán realizar las
gestiones necesarias para el ejercicio de las actividades que se les hayan transferido y
celebrar los correspondientes contratos, todo conforme a las disposiciones del presente
Decreto Ley u otras que les fueren aplicables”.Se observa que por medio de
Estado”. Como los particulares pueden participar en las actividades de refinación de los
Por último, los artículos 56 a 58 de esa Ley disponen lo relacionado con las
exterior, tanto de los hidrocarburos naturales, como de sus productos derivados”, según
el artículo 56), actividades que “sólo podrán ser ejercidas por las empresas a que se
refiere el artículo 27” (artículo 57). Sin embargo, “las actividades de comercialización
artículo anterior, podrán ser realizadas por el Estado directamente, o por empresas de
su exclusiva propiedad, o por empresas mixtas con participación del capital estatal y
Energía y Minas. Estos permisos estarán sujetos a las normas establecidas en este
jurídicas que ejerzan las actividades antes señaladas, podrán realizar más de
una actividad, siempre que exista la separación jurídica y contable entre ellas”
(artículo 61).
estimado útil reseñar el desarrollo legal de la reserva, a fin de revelar que en la actividad
relacionada con los hidrocarburos operan, aun con la reserva constitucional al Estado,
empresas que no son estatales, respecto de las cuales, en criterio de la Sala, es válido
establecer un régimen distinto a las empresas en las que el Estado sea total o
El ser situaciones distintas impide considerar que existen razones de justicia para
efectuar una equiparación entre empresas estatales y aquellas que no lo son, así operen
empresas privadas desarrollen actividades primarias, salvo que sea por contrato, es
decir, sin ser la titular de la reserva sino un mero ejecutor. Todo ello tiene su razón de
determinación del alcance del poder tributario local en lo relacionado con el impuesto a
implicó modificación real del alcance del poder local, pues las actividades de servicios o
las de índole similar a que se refiere la Constitución deben ser entendidas como
también a las de servicios (cualesquiera que fuesen) y aquellos que fuesen “de índole
similar”. Para la Sala, era fundamental esa precisión no sólo para el caso que juzgaba en
esa oportunidad, sino por la constatación de que un buen número de leyes nacionales
concepción, que haría comprender en el poder tributario local una serie de actividades
hasta ese momento excluidas. Al respecto sostuvo la Sala en ese mismo fallo Nº
3241/2002:
La Sala, de ese modo, entendió que debía hacerse una interpretación sistemática
concluyó:
La Sala fue del criterio, como se lee, de que era necesario considerar elementos
verdadero sentido que debe dársele a la nueva redacción del alcance del impuesto
siguiente:
“Según describen autores como Héctor B. Villegas (Cfr. Curso de
Finanzas, Derecho Financiero y Tributario, Buenos Aires, Depalma, 1999, p.
699), el hoy llamado impuesto a las actividades económicas tiene su origen más
remoto en la Edad Media, durante el auge del régimen feudalista, en donde el
señor feudal concedía el privilegio (carta-patente) a algunos de sus vasallos para
efectuar negocios o actividades económicas dentro su territorio a cambio de una
contraprestación; posteriormente, ya en la Edad Moderna, son las autoridades
locales, en tanto integrantes del Estado, quienes expedían a las personas
dedicadas de manera habitual el comercio, licencias (patente) para realizar actos
de comercio en su jurisdicción, a cambio de una contraprestación o pago por el
disfrute de tal libertad.
Desde entonces y con posterioridad al reconocimiento a partir del siglo
XVIII de los derechos fundamentales de la persona humana, entre los que se
encuentran el derecho al libre desarrollo de la personalidad y a la libertad
económica (artículos 20 y 112 de la Constitución vigente), se abandona en buena
medida la concepción antes señalada, de considerar como una autorización la
expedición de tales licencias o patentes, que pasan entonces a ser justificadas
mediante el principio de contribución a las cargas públicas (artículo 133 de la
Constitución), como la imposición que las autoridades locales (del lugar en
donde se efectúa la interposición en el cambio o el tráfico comercial para obtener
un enriquecimiento mediante la acumulación de capital) tienen derecho a
realizar para captar recursos que coadyuven a la satisfacción de las necesidades a
ellas encomendadas, sobre las actividades económicas comerciales, industriales
o afines, de las personas, naturales o jurídicas, que actúan en su jurisdicción.
Así, pues, las circunstancias fácticas anteriormente descritas, permiten
advertir que los elementos constitutivos del denominado hecho generador o
hecho imponible del impuesto aquí examinado (…) siempre han estado
vinculadas de forma directa con el desempeño de actividades económicas de
naturaleza mercantil, reguladas en la actualidad por el Código Mercantil vigente,
ya que ‘el hecho generador de la Patente de Industria y Comercio es el ejercicio
del comercio o de la industria –o de actividades similares agregan las
Ordenanzas- en el territorio de un Municipio, con fines de lucro' (Cfr. Ezra
Mizrachi C. La Patente de Industria y Comercio, Caracas, Funeda, 1998, p. 56).
Este marco histórico y económico permite concluir que sólo las
actividades realizadas con fines de lucro que tienen su causa en el desempeño de
una industria o comercio, o en una afín con cualquiera de éstas en tanto actividad
de naturaleza mercantil o de interposición en el tráfico económico, han sido
objeto del antiguo impuesto de patente sobre industria y comercio que han
creado los Concejos Municipales en ejercicio de la potestad tributaria originaria
que los Textos Constitucionales han conferido a los Municipios, sin que se tenga
noticia, al menos durante el siglo XX, que actividades de naturaleza civil hayan
sido gravadas en Venezuela por esta vía tributaria con fundamento en alguna
Constitución o en la Ley.
En concordancia con lo expuesto, el Código de Comercio publicado en
Gaceta Oficial n° 475, Extraordinario, del 26 de julio de 1955, establece de
forma expresa cuáles actividades son en Venezuela consideradas de naturaleza
mercantil al enumerar, en su artículo 2, todas las actuaciones económicas que
según el legislador nacional son actos objetivos de comercio, y al señalar, en su
artículo 3, que se repuntan como actos subjetivos de comercio cualesquiera otros
contratos y cualesquiera otras obligaciones de los comerciantes, si no resulta lo
contrario del acto mismo, o si tales contratos y obligaciones no son de naturaleza
esencialmente civil.
Tal regulación mercantil permite afirmar que todos los demás actos o
negocios jurídicos cuyo objeto sea valorable económicamente, que no puedan
ser subsumidos en ninguno de los dispositivos legales antes referidos, bien
porque no sean actos objetivos de comercio, bien porque no sean realizados por
comerciantes, o bien porque aun siendo comerciante el sujeto que la realiza cae
en alguna de las excepciones contenidas en el artículo 3, son de naturaleza
esencialmente civil, y por tanto se encuentran regulados por las disposiciones del
Código Civil publicado en Gaceta Oficial Nº 2970, Extraordinaria, del 26 de
Julio de 1982, como es el caso de las actividades realizadas con fines de lucro
que tienen su causa en la prestación de un servicio profesional brindado con
motivo de la celebración de un contrato de mandato, de servicios o de obras
(artículos 1.630 y ss., y 1.684 y ss), que es el caso de los contratos profesionales
que celebran las personas, naturales o jurídicas, legalmente autorizadas para
prestar servicios en el campo de la ingeniería, la arquitectura, la abogacía, la
psicología, la contaduría, la economía, entre otras, a cambio de una
contraprestación a la que se denomina honorarios.
Las consideraciones previas permiten a la Sala arribar a las siguientes
conclusiones: (I) que por razones históricas y económicas, las Constituciones y
las leyes nacionales han considerado sólo a las actividades económicas de
naturaleza mercantil como susceptibles de ser pechadas por vía del impuesto de
patente sobre industria y comercio, hoy llamado impuesto a las actividades
económicas; (II) que sólo son actividades económicas de naturaleza mercantil, y
por tanto susceptibles de ser objeto del referido impuesto, aquellas actividades
subsumibles en los artículos 2 y 3, en concordancia con el 200, del Código de
Comercio; y (III) que los servicios profesionales prestados con motivo del
ejercicio de alguna de las denominadas profesiones liberales (ingeniería,
arquitectura, abogacía, contaduría, etc) son actividades económicas de naturaleza
civil, no subsumibles en alguna de las disposiciones legales del Código de
Comercio antes referidas, que se rigen por lo dispuesto en el Código Civil o en
leyes especiales, y que, por tanto, no son susceptibles de ser objeto de
imposición alguna por constituir, a pesar del ánimo de lucro que evidencian,
supuestos de no sujeción en atención al objeto civil a que responden”.
pero el legislador nacional puede aumentarlos; lo que jamás podrá hacer es reducirlos,
por lo que sería inconstitucional cualquier disposición legal nacional que eliminase o
Constitución, en el entendido de que éstos eran sólo una garantía mínima de ingresos,
pero que aceptaban ser extendidos siempre que ello no implicase la invasión de una
potestad tributaria nacional o estadal. Por supuesto, no eran los municipios los que
podían extender por sí mismos esos tributos: lo hizo el legislador nacional, único
Con base en la ley nacional, entonces, los municipios disfrutaron del poder –no
originario, sino derivado- para imponer tributos en ciertos supuestos y así lo ejercieron
con frecuencia. De hecho, los impuestos a las apuestas lícitas y a la publicidad
comercial se convirtieron en tributos comunes en los entes locales, si bien nunca con la
importancia cuantitativa del impuesto a las actividades industriales y comerciales.
Precisamente esa relevancia aconsejó al Constituyente a elevar el rango de los tributos
que hasta entonces sólo contaban con cobertura legal. Estos tributos bien podrían haber
sido eliminados con la simple reforma de esa legislación, pero consciente de que habían
adquirido entidad suficiente para consolidarse como parte de la tradición local, el
Constituyente los concedió rango supremo, así:
“Artículo 179. Los Municipios tendrán los siguientes ingresos:
1. Los procedentes de su patrimonio, incluso el producto de sus ejidos y bienes.
2. Las tasas por el uso de sus bienes o servicios; las tasas administrativas por
licencias o autorizaciones; los impuestos sobre actividades económicas de
industria, comercio, servicios, o de índole similar, con las limitaciones
establecidas en esta Constitución; los impuestos sobre inmuebles urbanos,
vehículos, espectáculos públicos, juegos y apuestas lícitas, propaganda y
publicidad comercial; y la contribución especial sobre plusvalías de las
propiedades generadas por cambios de uso o de intensidad de aprovechamiento
con que se vean favorecidas por los planes de ordenación urbanística.
3. El impuesto territorial rural o sobre predios rurales, la participación en la
contribución por mejoras y otros ramos tributarios nacionales o estadales,
conforme a las leyes de creación de dichos tributos.
4. Los derivados del situado constitucional y otras transferencias o subvenciones
nacionales o estadales;
5. El producto de las multas y sanciones en el ámbito de sus competencias y las
demás que les sean atribuidas;
6. Los demás que determine la ley”.
artículo 168 de la Carta Magna, aconsejó una vez más permitir que aparte de los
ingresos (en este caso, tributos) garantizados frente a cualquier injerencia, se creen unos
La Ley Orgánica del Poder Público Municipal ha repetido la norma del artículo
176 de la Constitución y ha añadido algunos ingresos, de esta forma:
“Artículo 140
Son ingresos ordinarios del Municipio:
1. Los procedentes de la administración de su patrimonio, incluido el
producto de sus ejidos y bienes.
2. Las tasas por el uso de sus bienes o servicios; las tasas administrativas
por licencias o autorizaciones; los impuestos sobre actividades
económicas de industria, comercio, servicios o de índole similar, con las
limitaciones establecidas en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela; los impuestos sobre inmuebles urbanos,
vehículos, espectáculos públicos, juegos y apuestas lícitas, propaganda y
publicidad comercial; las contribuciones especiales por mejoras sobre
plusvalía de las propiedades generadas por cambio de uso o de intensidad
de aprovechamiento con que se vean favorecidas por los planes de
ordenación urbanística y cualesquiera otros que le sean asignados por ley.
3. El impuesto territorial rural o sobre predios rurales y otros ramos
tributarios Nacionales o estadales, conforme a las leyes de creación de
estos tributos.
4. Los derivados del Situado Constitucional y otras transferencias o
subvenciones nacionales o estadales.
5. El producto de las multas y sanciones en el ámbito de sus competencias
y las demás que le sean atribuidas.
6. Los dividendos o intereses por suscripción de capital.
7. Los provenientes del Fondo de Compensación Interterritorial.
8. Los demás que determine la ley”.
El transcrito artículo 140 incluso ha dejado lugar a que otra ley –nacional, se
entiende- agregue otros ingresos municipales. Ahora, en el aspecto que interesa a la
Sala en este momento el legislador repitió las palabras del Constituyente: existe un
impuesto “sobre actividades económicas de industria, comercio, servicios o de índole
similar”. Ese tributo, al igual que el resto de los previstos, se halla exhaustivamente
regulado en sección aparte, específicamente en los artículos 207 y siguientes:
Sala no debe extenderse sobre el alcance de las normas legales, sino que se limitará a
independiente”. No existe distinción entre actividades: basta que sea ejercida de manera
habitual y que sea susceptible de generar lucro. En cualquier caso, el artículo 211 define
sin evitar las dudas que podrían generarse debido a que se trata de un cambio en la
concepción tradicional del tributo que supera la garantía mínima consagrada por la
Entonces, la nueva Ley Orgánica del Poder Publico Municipal revela con
aquellas.
territoriales.
estableció.
Así se declara.
SANCIONES:
tributos.
públicas”.
entre faltas cometidas “en contra del Fisco Nacional, el Fisco Estadal o
el Fisco Municipal, por cuanto la respuesta del Estado ante la conducta
materia tributaria”.
tributaria”.
pregunta:
“6) Si la reserva al Poder Nacional de la legislación en materia penal,
contenida en el numeral 32 del artículo 156 de la Constitución de 1.999, incluye
la legislación sobre los ilícitos tributarios y, en consecuencia, para la plena
vigencia de esa norma constitucional, tomando en cuenta el carácter
eminentemente penal de ilícito tributario, las normas contenidas en la legislación
nacional (el Código Orgánico Tributario) son de aplicación plena a los Estados y
Municipios, en todo lo que respecta al ilícito tributario".
recurrente. En su criterio:
- Por ser una garantía constitucional, sólo la ley nacional (como el Código
Estima la Sala que todo estado o municipio puede tipificar ilícitos y sanciones
para castigar las conductas que afecten el desarrollo de sus competencias, guardando la
debida correspondencia entre infracción y sanción. Como ello es predicable en cualquier
materia, incluida la tributaria, puede sin problemas afirmarse que existe un poder
implícito: si hay competencia en determinada materia y en su ejercicio se imponen
obligaciones a los particulares, debe admitirse que la infracción de esos deberes puede
acarrear sanción (con la ya advertida prohibición de convertirla en auténtica pena, como
sucede en el caso de la privación o restricción de libertad).
Concretamente, en lo relacionado con la materia tributaria, la Sala sostuvo (fallo
N° 406/2002) lo siguiente:
“Así, los Municipios se encuentran facultados para dictar, en relación con los
ingresos que la Constitución les asigna, la normativa que regule lo concerniente
a la creación, modificación y supresión de sus tributos, la definición del hecho
imponible, la determinación de la materia o acto gravado, la cuantía del tributo,
el modo, término y oportunidad en que éste se cause y se haga exigible, las
obligaciones de los contribuyentes, los procedimientos constitutivos, los
recursos administrativos de impugnación y las sanciones correspondientes”
DECISIÓN
Por las razones expuestas, esta Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia, administrando justicia en nombre de la República, por autoridad de la
Ley DECLARA RESUELTA la acción de interpretación constitucional interpuesta por
los representantes de la empresa SHELL VENEZUELA, S.A., sobre el alcance y
contenido de los artículos 12, 156, numerales 12, 16 y 32; 179, numeral 2; 180; 183,
numeral 1; y 302, todos de la Constitución de la República, en los términos siguientes:
- PRIMERO: La propiedad nacional de los yacimientos de hidrocarburos no
tiene incidencia sobre la tributación por el ejercicio de actividades económicas
relacionadas con ellos.
- SEGUNDO: La Sala distingue entre potestades reguladoras y potestades
tributarias, por lo que del numeral 16 del artículo 156 de la Constitución no
puede desprenderse poder tributario de la República sobre el sector de los
hidrocarburos.
- TERCERO: La actividad directamente relacionada con la industria de los
hidrocarburos está reservada al Poder Nacional con base en el artículo 302 de la
Constitución, y su tributación le está también reservada en virtud del numeral 12
del artículo 156 eiusdem, lo que niega la posibilidad de que los Municipios
graven el ejercicio de esa actividad, dada la restricción que impone el numeral 1
del artículo 183 de la misma Carta Magna. Esa exclusividad sólo existe respecto
de las empresas que efectivamente se aprovechan del producto (hidrocarburo), a
través de la obtención de una renta, y no respecto de cualquier empresa que
preste servicios colaterales a tal industria, así sean indispensables para el
desarrollo de la actividad.
- CUARTO: El segundo párrafo del artículo 180 de la Constitución no abarca
supuestos de inmunidad fiscal adicionales al previsto expresamente,
independientemente de que la empresa concesionaria o contratista del Estado
opere en un sector económico reservado.
- QUINTO: El impuesto local sobre las actividades económicas que garantiza la
Constitución está limitado a la industria y al comercio o aquellas actividades de
servicios o de índole similar que guarden relación con aquellas. La Constitución,
sin embargo, permite al legislador aumentar las fuentes de ingreso de los
municipios, entre ellas las tributarias, por lo que la Asamblea Nacional puede
crear por ley impuestos no garantizados expresamente por la Constitución,
siempre que no vulnere con ello la potestad tributaria de los otros niveles
político-territoriales. Tales tributos creados por ley nacional no están incluidos
en la tutela constitucional a la autonomía local, por lo que podrían ser eliminados
tras una derogatoria o reforma de la norma que los estableció.
- SEXTO: Los municipios cuentan con poder para establecer sanciones en caso
de violación de las obligaciones tributarias, siempre que no sean de naturaleza
penal, como es el caso de la privación o restricción de libertad.
En virtud de que se ha establecido una interpretación vinculante de normas
constitucionales, se ORDENA la publicación íntegra de este fallo en la Gaceta
Oficial de la República, en cuyo sumario deberá indicarse: “Sentencia de la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, contentivo de la interpretación
vinculante de los artículos 12, 156, numerales 12, 16 y 32; 179, numeral 3; 180; 183,
numeral 1; y 302, de la Constitución de la República”.
Se ORDENA asimismo la mención en la pagina principal del sitio de Internet de
este Alto Tribunal con el siguiente texto: “Sala Constitucional: interpretación
vinculante de los artículos 12, 156, numerales 12, 16 y 32; 179, numeral 3; 180; 183,
numeral 1; y 302, de la Constitución de la República. Se fija criterio sobre: 1) la
tributación en el caso de empresas dedicadas a la industria y comercio de
hidrocarburos; 2) el alcance del impuesto municipal a la actividad económica respecto
de empresas contratistas o concesionarias de la República; 3) el impuesto local sobre
actividad económica en el sector de servicios; y 4) el poder sancionatorio local en
materia tributaria”.
Publíquese, regístrese y notifíquese. Cúmplase lo ordenado. Archívese el
expediente.
Dada, firmada y sellada en el Salón de Sesiones de la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los 18 días del mes de octubre de dos mil
siete (2007). Años 197º de la Independencia y 148º de la Federación.
La Presidenta,
Exp.- 02-1622
CZdeM/asa
En fallo Nro. 285 de 4 de marzo de 2004, quien suscribe salvó el voto por
considerar que sobre las actividades en las aguas que no pertenecen a un municipio, no
tienen los municipios poder tributario alguno.
Ahora bien, el fallo al cual se salva el presente voto, se funda en el Nro.
285/2004 de esta Sala, en cuanto a la potestad tributaria municipal sobre actividades
acaecidas en las aguas. Ante tal fundamento, quien suscribe salva el voto porque
considera que el poder tributario municipal sólo puede tener lugar dentro de los límites
territoriales del municipio.
De allí que quien suscribe aun cuando reconoce la potestad tributaria de los
municipios, no comparte la conclusión a la que la mayoría sentenciadora arribó respecto
a que “…la propiedad nacional de los hidrocarburos no trae como consecuencia que
sólo la República pueda gravar las actividades económicas relacionadas con su
explotación”, toda vez que ello choca con la reserva legal del Poder Nacional que
establece la Constitución en su artículo 156, numeral 12.
La Presidenta de la Sala,
El Vicepresidente-Disidente,
Los Magistrados,
El Secretario,